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Obligaciones............................................................................................................................

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I.Concepto ..............................................................................................................................3
II.Clasificación de las obligaciones.........................................................................................3
1.Atendiendo a la acción ...................................................................................................3
a. De derecho estricto..................................................................................................3
b. De buena fe..............................................................................................................3
c. Civiles y naturales....................................................................................................4
2.Atendiendo al objeto.......................................................................................................4
d. Obligaciones genéricas y obligaciones específicas. ...............................................4
e. Obligaciones alternativas ...................................................................................5
f. Las obligaciones facultativas. ..............................................................................5
g. Obligaciones ambulatorias..................................................................................5
h. Obligaciones divisibles e indivisibles. ...............................................................6
3.Atendiendo al sujeto.......................................................................................................6
i. Sujeto único..............................................................................................................6
j. Sujeto múltiple.........................................................................................................7
III.Fuentes de las obligaciones ...............................................................................................8
1.Contratos.........................................................................................................................9
a.1. Clasificación de los contratos atendiendo a como se perfeccionan......................9
a.2. Análisis en particular de cada contrato...............................................................11
a.2.1.Contratos Reales.....................................................................................................11
a. Mutuo.....................................................................................................................11
b. Deposito ................................................................................................................11
c. Comodato...............................................................................................................12
d. Prenda....................................................................................................................13
a.2.2.Contratos consensuales...........................................................................................15
a. Compraventa..........................................................................................................15
b. Arrendamiento.......................................................................................................18
c. Sociedad.................................................................................................................19
d. Mandato.................................................................................................................21
2.El Delito........................................................................................................................22
2.1. Evolución del Concepto de Delito......................................................................22
2.2. Elementos para la comisión de un delito............................................................22

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2.2.1.La voluntad...................................................................................................23
2.2.2.El hecho........................................................................................................23
2.3. Eficacia de la Ley Penal por razón de las personas y del lugar..........................24
2.4. Delitos Públicos y Privados en la Antigua Roma...............................................24
2.4.1.Generalidades...............................................................................................24
2.4.2.Furtum o hurto..............................................................................................25
a.Concepto y generalidades.............................................................................25
b.Objeto del hurto............................................................................................25
c. De las consecuencias del hurto....................................................................25
2.4.3.Del Daño causado injustamente...................................................................26
3. Los Cuasicontratos ......................................................................................................28
3.1. La gestión de negocios. .....................................................................................28
3.2. El enriquecimiento injusto. ...............................................................................32
3.3. La comunidad incidental. ..................................................................................33

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Obligaciones

I. Concepto

Vinculo jurídico en virtud del cual una persona llamada deudor se encuentra para
con otra llamada acreedor en la necesidad de realizar una determinada prestación que puede
ser de dare, facere o praestare.

Es un vínculo jurídico: una persona está obligada con otra y este vínculo está sancionado
por el derecho.
El acreedor puede exigir el cumplimiento de la prestación.
El deudor está obligado a realizar una determinada prestación.

Dare: el deudor se obliga a transferir e dominio de una cosa o a constituir un derecho real.
Facere: el deudor está obligado a hacer o a no hacer algo.
Praestare: el deudor está obligado tanto a dar, como a hacer.

La regla general es que solo hay un tipo de formulas que contienen la palabra
praestare, y son las formulas de las acciones divisorias, por que a través de ellas el deudor
puede estar obligado a transferir el dominio o a constituir una garantía o una servidumbre,
es muy amplio el contenido de la obligación.

II. Clasificación de las obligaciones

1. Atendiendo a la acción

a. De derecho estricto.

Provenían del Derecho Quiritario (nexum, stipulatio y contrato litteris). El deudor


en una obligación de éstas debía cumplir lo estrictamente pactado, tal como se ve en el
siguiente caso. Lo que se dijese al celebrar un nexum o un mancipatio tenga fuerza de ley.
De modo, que el juzgador no podía apartarse de las palabras sacramentales que debía
observar como ley, y referirse a otros elementos extraños, como sería la intención presunta
de las partes, la equidad, etc.

b. De buena fe.

El juzgador tenía facultad de interpretar la obligación del sujeto pasivo; así, debía
fijar el monto de la condena fundando su fallo en la equidad, en la voluntad presunta de las
partes y demás circunstancias del caso. En este tipo de obligaciones que nacen de los

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contratos bilaterales, las partes podían invocar la compensación, los vicios del
consentimiento, etc.

c. Civiles y naturales.

Civiles: Eran obligaciones provistas de una acción, que permitía al acreedor compeler
judicialmente al deudor en caso de incumplimiento.

Naturales: eran aquellas que aún cuando carecían de acción para exigir su cumplimiento
una vez cumplidas autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas.
Producían consecuencias jurídicas, así: el acreedor insatisfecho podía retener el importe de
lo pagado voluntariamente por el deudor, sin que éste pudiera alegar pago de lo indebido.

Por ejemplo son obligaciones naturales las contraídas por el esclavo, ya que no se
le puede demandar a él, pero si a su dueño, también son obligaciones naturales aquella cuya
acción se ha extinguido por la litis contestatio.

El senado consulto Macedoniano tomo su nombre de Macedo, un hijo de familia


que acosado por los acreedores dio muerte a su pater, esto causo tal conmoción que se dicto
este senado consulto prohibiendo los prestamos de dinero a los hijos de familia. Si algún
acreedor demandaba a un hijo de familia por un préstamo el pretor le concedía una
excepción al hijo de familia fundada en este senado consulto, por lo que los préstamos a
estas personas se transformaron en obligaciones naturales ya que carecían de acción para
exigir su cumplimiento, pero si el hijo de familia cumplía la obligación, es decir, restituía el
objeto del mutuo el mutuante podía retener lo dado o pagado en virtud de esta obligación.

2. Atendiendo al objeto

d. Obligaciones genéricas y obligaciones específicas.

Genéricas Son aquellas en que se debe un individuo indeterminado en su especie pero


determinado en su género. Ej. Un esclavo.

Específica si versa sobre un objeto cierto, individual y concreto, determinado en su género


y especie: el esclavo Estico.

Tiene interés esta división en caso de pérdida de la cosa por caso fortuito, que
según el digesto es un imprevisto imposible de resistir, en efecto tratándose de
obligaciones genéricas éstas no se extinguen por perecimiento del objeto, ya que se estima

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que el género no perece, el deudor continúa obligado, en cambio, si la cosa específica
perece por caso fortuito, el deudor queda libre.

e. Obligaciones alternativas

Alternativas: son aquellas en las que se deben varios objetos pero la obligación se extingue
pagando con uno de ellos, la elección puede ser del deudor o bien del acreedor, si nada se
dice la elección es del deudor, por ejemplo me debes el esclavo Estico o Sempronio o
Claudio.
El deudor tenía la facultad de cambiar de opinión (ius variandi) hasta el momento
de pago; y si la elección compete al acreedor, el derecho a cambiar de opinión duraba hasta
la litis contestatio (Derecho Clásico) o hasta que hubiere reclamado judicialmente uno de
los objetos (Derecho Justinianeo). El derecho de elección se transmite a los herederos del
deudor o acreedor, según que lo tuvieran uno u otro.

También es importante lo que se refiere a la pérdida de las cosas comprendidas en


estas obligaciones. Esta pérdida puede originarse, por el hecho del deudor, del acreedor o
bien por caso fortuito. En relación a este problema el Derecho Clásico adoptó soluciones
acordes con la peculiar estructura de la obligación alternativa y con las normas que rigen en
materia de responsabilidad civil. En cambio el régimen Justinianeo se resume en estos dos
principios: 1º. Si corresponde la elección al deudor y sin culpa suya perece una de las cosas
debidas, puede liberarse pagando la aestimatio de la que pereció: 2º Si perece una cosa por
culpa del deudor siendo de éste la elección, no se libera, dándose al acreedor la actio doli
para obtener un resarcimiento.

f. Las obligaciones facultativas.

Son aquellas en que el deudor se obliga al cumplimiento de una prestación


determinada aunque reservando para sí la facultad de liberarse cumpliendo con otra
distinta. Son aquellas en que se debe un objeto pero se faculta al deudor a pagar con otro
que se designa, por ejemplo me debes el esclavo Estico pero me puedes pagar con el
esclavo Sempronio.
Si el objeto de la obligación perece (el esclavo Estico) se extingue la obligación.

g. Obligaciones ambulatorias
Son aquellas en que el sujeto activo o pasivo de la obligación varía desde el
momento que surge la obligación hasta que se extingue, por ejemplo cuando se trata de un
delito privado cometido por un esclavo va a responder la persona que en el momento de
interponerse la acción sea dueño del esclavo.

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h. Obligaciones divisibles e indivisibles.

Divisibles: Una obligación es divisible cuando la prestación es posible ejecutarla en partes


sin alterar su esencia;

Son divisibles aquellas obligaciones cuyo objeto consiste en un dare. En efecto, la


propiedad y los demás derechos reales pueden constituirse en pro parte.

Indivisible: una obligación es indivisible cuando su cumplimiento no admite parcialidades,


es decir debe cumplirse íntegramente. Son indivisibles las servidumbres prediales, pues su
división alteraría su naturaleza. También son indivisibles aquellas obligaciones que
consisten en un facere, ejemplo: pintar un cuadro, porque la prestación no puede
fraccionarse. Las obligaciones indivisibles en el Derecho Clásico, se estiman solidarias,
mientras que el Derecho Justinianeo las consideró diversas de las solidarias
reconociéndoles, en caso de pluralidad de sujetos activos o pasivos los efectos siguientes:

1. Si eran varios los acreedores, cualquiera de ellos podía perseguir al deudor por la
totalidad de la deuda, pero este último podía exigir al acreedor que cobra, una caución
que lo ponga al cubierto de una ulterior persecución por parte de los demás acreedores.

2.- Si concurren varios deudores frente a un solo acreedor, éste puede perseguir a
cualquiera de ellos por el todo, a su vez, el deudor interpelado puede pedir que le
otorgue un plazo para dirigirse contra sus demás codeudores y exigir, antes del pago
una indemnización por las cuotas de éstos.

3.- Si a virtud de la prestación uno solo de los deudores cubre toda la deuda, podía
dirigirse contra los demás para recuperar lo que hubiese pagado en su descargo por
medio de una acción que varía de acuerdo con las relaciones del derecho que entre ellos
existiere, que puede ser: la comuni dividundo, la familia erciscundae, la negotiorum
gestorum, la pro-socio, etc.

4.- Cuando la obligación indivisible se traduce como consecuencia del incumplimiento


en la obligación de indemnizar por los daños y perjuicios causados se hace divisible
puesto que estos se pagan siempre en dinero.

5.- Cada deudor responde sólo de su propia culpa.

3. Atendiendo al sujeto

i. Sujeto único
Hay un deudor u un acreedor

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j. Sujeto múltiple
Hay varios acreedores y/o varios deudores

En la obligación de sujeto múltiple especial importancia tienen las obligaciones


solidarias, son aquellas en que existen varios acreedores o varios deudores, el objeto de la
obligación es divisible y cada uno de los deudores está obligado al pago total de la deuda y
a su vez cada uno de los acreedores puede exigir el total del crédito, pero el pago de uno de
los deudores a uno de los acreedores extingue la obligación respecto de todos.
El vínculo jurídico en este caso es único, la solidaridad puede ser:

Activa: son varios acreedores, el objeto que se persigue es que se facilite el pago
Pasiva: son varios los deudores, el objeto es garantizar el cumplimiento de la obligación
Mixta: son varios deudores y acreedores a la vez.

Fuentes de la solidaridad:

1) La estipulación

La solidaridad pasiva se constituye a través de la estipulación respondiendo todos


los deudores sucesivamente a la pregunta del acreedor.

La solidaridad activa es al revés los acreedores preguntan sucesivamente al deudor


y el responde sí prometo.

2) El testamento

Más específicamente la obligación de pagar un legado de crédito o damnatorio si


son varios los herederos son solidariamente responsables (solidaridad pasiva) en cambio si
son varios los beneficiados con el legado será una solidaridad activa.

En el derecho clásico los delitos privados si eran varios los autores cada uno estaba
obligado al pago total por que estaba sometido a la venganza privada de la víctima. En
cambio en el derecho pos clásico como la pena no es considerada venganza sino que
indemnización, se estima que cuando eran varios los autores del delito son solidariamente
responsables del pago.

Las obligaciones solidarias se extinguen por el pago que hace uno de los deudores
a uno de los acreedores y también por efecto de la litis contestatio, si un acreedor demanda
a un deudor se extingue para todos.

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Si uno de los deudores solidarios paga la obligación tendrá una acción respecto de
los otros deudores solidarios atendiendo a la relación jurídica que exista entre ellos, es
decir, no nace una acción por la solidaridad, demandara por una acción de reembolso que
solo surge en el derecho pos clásico, en cambio en el derecho clásico dependía de la
relación existente entre los deudores, por ejemplo si había un mandato utilizará la acción
del mandato , o si hay una sociedad usará la acción que emana del contrato de sociedad etc.

Elementos de la responsabilidad

El caso fortuito: acontecimiento que se produce debido al azar del cual no se responde

Dolo: es toda conducta desleal tendiente a eludir el cumplimiento de una obligación. Del
dolo se responde siempre, de tal manera que si las partes llegaran a establecer un pacto por
el cual acuerdan no responder del dolo, dicho pacto es nulo.

Culpa: falta de cuidado o diligencia en el cumplimiento de una obligación.

Los juristas clasificaron la culpa en lata y leve. La culpa lata consiste en no usar
aquella diligencia o cuidado que cualquier persona coloca en sus negocios, otros dicen que
la culpa lata consiste en no prever aquello que todos pueden prever.
La culpa leve consiste en no colocar aquella diligencia propia de un buen padre de
familia en el cumplimiento de una obligación, es decir la culpa leve exige más cuidado.
En el derecho clásico se responde siempre del dolo, en cambio de la culpa lata o
leve depende en gran medida de la naturaleza de la acción. En el derecho pos clásico los
juristas elaboraron la teoría de la utilidad y dice que la responsabilidad del deudor será
mayor o menor atendiendo a quien se beneficia con el contrato por ejemplo: si el contrato
beneficia al acreedor (deposito regular), el deudor solo responde de culpa grave; si el
contrato beneficia al deudor (comodato) responde de culpa leve; si beneficia a ambos
(compraventa), ambos responden de culpa leve.

III. Fuentes de las obligaciones

Se llaman fuentes de las obligaciones a aquellos hechos a los cuales el ordenamiento


jurídico romano atribuía eficacia de hacer surgir un vínculo obligatorio entre dos o más
personas. Las fuentes de las obligaciones son:

1. Contratos
2. Cuasi contratos
3. Delitos
4. Cuasi delitos

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1. Contratos

En el derecho romano clásico es un acto jurídico bilateral que genera


obligaciones, que está provisto de una acción y que tienen un nombre determinado.

a.1. Clasificación de los contratos atendiendo a como se perfeccionan

a. Verbal: es aquel que además del consentimiento requiere para perfeccionarse el


ritual de la palabra.

b. Literal: es aquel que además del consentimiento requiere para perfeccionarse de


una determinada forma escrita.

c. Real: es aquel que además del consentimiento requiere para perfeccionarse de la


entrega de la cosa.

d. Consensual: es aquel que nace y se perfecciona solo por el consentimiento de las


partes.

a.1.1. Contratos verbales

Son siempre negocios formales en los que el vínculo obligatorio entre los sujetos
surge del pronunciamiento de ciertas palabras solemnes en presencia de ambas partes y en
algún momento sólo las pronunciaba una de ellas. Estos son:

Sponsio: Es el precedente histórico de la stipulatio. Representaba una forma de fianza. Era


una manera de obligarse bajo juramento frente al deudor y si eran varios los deudores los
mismos eran solidarios de su prestación.

Stipulatio: Contrato verbal de derecho estricto en el que debían pronunciarse las palabras
de un modo solemne (oralidad) y eran obligatorias por el mismo hecho de su
pronunciamiento. Era un contrato unilateral.

A través del ritual de la palabra, la Stipulatio es el contrato verbal por excelencia Ej.:
prometes darme 100 “si prometo”. Se utiliza el verbo spondere

Características:
a) Es un contrato unilateral, se obliga una sola parte, el que promete.
b) Tanto en la pregunta como en la respuesta debe utilizarse el mismo verbo,
spondere que significa prometer, en la época arcaica tenia connotaciones
religiosas
c) Derecho estricto, de él nacen tres acciones:

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• Condictio cierta: cuando se trata de una cantidad de dinero.
• Condictio triticaria: cuando se trata de cosas fungibles.
• Actio ex Stipulatio: cuando se trata de un hecho incierto o futuro.
Todas son de derecho estricto, las dos primeras tienen una intentio cierta en
cambio la ultima es incierta por lo tanto lleva demostratio.

Este acto de stpulatio tuvo varios usos en el derecho romano, ya sea como contrato
autónomo, como garantía o también como estimación anticipada de perjuicios.
a) Procedimiento
b) Derecho de familia
c) Obligaciones

a.1.2. Contratos Literales

La obligación surge de la redacción por escrito del acuerdo de las partes, por lo
que para la válida constitución de los mismos era necesaria la formalidad de su
escrituración.

a.1.3. Contratos reales

Son aquellos que se perfeccionan por la entrega de la cosa. Se caracterizaban


porque el acuerdo o consentimiento de las partes acompaña siempre un elemento material
consistente en la entrega de una cosa, en una Datio rei. El acreedor traspasaba al deudor una
cosa y esta entrega generaba el accipiens (sujeto que recibe). Entre ellos destacan: el mutuo,
el depósito, la prenda y el comodato.

a.1.4. Contratos Consensuales

Son aquellos que se perfeccionan por el consentimiento de las partes. Por el simple
acuerdo de las partes, unido a una causa civil y sin que tenga importancia la forma,
determina el nacimiento del contrato.

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a.2. Análisis en particular de cada contrato

a.2.1. Contratos Reales

a. Mutuo
Es un contrato real en virtud del cual una persona llamada mutuante, le entrega a
otra llamada mutuario una determinada cantidad de dinero o cosas fungibles
comprometiéndose a devolver, pasado un tiempo, igual cantidad de cosas del mismo
género y calidad.

Características

a. Es un contrato real, modo de adquirir el dominio es la traditio.


b. Es un contrato unilateral, solo una de las partes se obliga.( el mutuario)
c. Es un contrato gratuito.
d. Es un contrato de derecho estricto, de él nacen 2 acciones:
e. Condictio cierta : obligaciones en dinero
f. Condictio triticaria: obligaciones de cosas fungibles.

El senado consulto macedoniano prohibió los prestamos de dinero a los hijos de


familia, debido al parricidio cometido por el joven Macedo, quien mató a su Pater ante el
acoso de los acreedores.

b. Deposito

Es un contrato real en virtud del cual una persona llamada depositante, le entrega a
otra llamada depositario, un bien no fungible, para que lo custodie gratuitamente y lo
restituya pasado el plazo o a requerimiento del depositante.

Características
a. Es un contrato real.
b. Gratuito puesto que si recibe algo se trataría de un arrendamiento de servicios.
c. El depositario tiene una responsabilidad disminuida, responde solo por dolo.
d. Es un contrato de buena fe del cual emanan dos acciones:
1) acción de depósito directa: del depositante contra el depositario
2) acción de depósito contraria: del depositario contra el depositante.
e. Es un contrato bilateral imperfecto.

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f. El depositario en el derecho clásico responde solo por dolo y en el pos clásico
como es un contrato que solo reporta utilidad al depositante, el depositario
responde de culpa grave o lata.
g. Las cosa objeto del depósito deben ser no fungibles, esto es importante porque
hay otras figuras de depósito.

Figuras excepcionales del depósito

a) Deposito irregular: el objeto del depósito es dinero, es irregular por que el


depositario adquiere el dominio del dinero, y se obliga a restituir la misma
cantidad de dinero cuando lo requiera el depositante.

b) Deposito necesario o miserable: Tiene lugar en situaciones extraordinarias, el


depositante puede elegir la persona del depositario (quien responde de culpa
leve) caso típico el del incendio.

c) Secuestro: Tiene lugar cuando dos o más personas le entregan a otra llamada
secuester, un bien mueble o inmueble, para que lo guarde durante el pleito, y lo
restituya a quien gane. (posesión interdictal)

Del depósito surgen dos obligaciones


a) la acción de depósito directa del depositante contra el depositario
b) la acción de depósito contraria que eventualmente corresponde al
depositario contra el depositante.
Ambas son acciones de buena fe.

c. Comodato

Es un contrato real en virtud del cual una persona llamada comodante, le entrega a
otra llamada comodatario, una cosa no consumible, mueble o inmueble, para que la use
gratuitamente y la restituya después al comodante.

Requisitos del comodato

• La consignación o entrega de la cosa, no se trasmite la propiedad de la cosa ni tan


siquiera su posesión jurídica.

• Que la cosa sea inconsumible.

• Que la cosa se ceda gratuitamente porque en otro caso sería arrendamiento.

Características:

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a) Es un contrato real, se perfecciona por la entrega
b) El uso que se da debe ser de acuerdo a la naturaleza de la cosa o conforme a lo
convenido.
c) Gratuito, si se pacta remuneración seria un arrendamiento de cosa.
d) El comodatario es poseedor natural de las cosas que recibe en comodato.
e) El comodatario responde solo por custodia, esto significa que no queda
exonerado de ciertos casos fortuitos como hurto, robo y deberá responder por
ello al comodante, si le da un uso distinto a la cosa comete delito de furtum.
f) Es un contrato bilateral imperfecto. Solo surgen obligaciones para el
comodatario y eventualmente para el comodante.
g) Es un contrato de buena fe, por lo tanto las acciones que de él emanan son de
buena fe.

Obligaciones del comodatario:


a) Usar la cosa según los términos convenidos (si no se configura el delito de
Furtum Usus)
b) Conservar y restituir la cosa terminado el uso o plazo convenido.

Eventualmente nacen obligaciones para el comodante, como son rembolsar los gastos en
que incurrió el comodatario.

Del comodato nacen dos acciones de buena fe:


a) Actio comodati directa: del comodante contra el comodatario
b) Actio comodati contraria: del comodatario contra el comodante.

d. Prenda

Es un contrato real en virtud del cual una persona le da a otra un bien mueble o
inmueble para garantizar el cumplimiento de una obligación principal.

Este contrato no puede subsistir por sí solo, es accesorio a una obligación


principal.
La persona que recibe el bien se llama acreedor pignoraticio, la persona que
entrega el bien se llama deudor prendario o pignoraticio, aunque se llama acreedor porque
es acreedor de la obligación principal, pero en el contrato de prenda es deudor.
El acreedor prendario es poseedor interdictal.

Es un contrato bilateral imperfecto por que el que se obliga es el acreedor


prendario a restituir el bien, una vez cumplida la obligación principal, y eventualmente
pueden surgir obligaciones para el deudor prendario.

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El único derecho que tiene el acreedor prendario es retener el bien mientras no se
cumpla la obligación, por este motivo las partes agregaban una serie de pactos que estaban
cubiertos por la acción que emana del contrato

Pactos accesorios

a. Pacto para vender: consistía en que si no se cumplía la obligación principal el acreedor


prendario podía vender el bien y pagarse con el precio, este pacto paso a ser elemento de
la esencia
b. Pacto de ley comisoria: establecía que si el deudor no cumplía la obligación el acreedor
se hacía dueño del bien, este pacto fue prohibido en época de Constantino.
c. Pacto de anticresis: tiene lugar cuando la cosa entregada en prenda produce frutos y en
este caso las partes convienen en que el acreedor renuncia a los intereses y el deudor
renuncia a los frutos.

Del contrato de prenda nacen dos acciones

La acción de prenda directa; que utiliza el deudor prendario contra el acreedor prendario
La acción de prenda contraria: que utiliza el acreedor prendario contra el deudor prendario
Ambas de buena fe.

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a.2.2. Contratos consensuales.

Se perfeccionan con el mero consentimiento


1. Compraventa
2. Arrendamiento
3. Sociedad
4. Mandato

a. Compraventa

Es un contrato consensual en virtud del cual una persona llamada vendedor se


obliga a entregar una cosa a otra llamada comprador quien se obliga a pagar un precio.

Características
a) Es un contrato consensual, se perfecciona en el momento en que existe acuerdo
en la cosa y el precio.
b) De buena fe
c) Bilateral perfecto

Del contrato de compraventa nacen dos acciones:


a) Actio empti: El comprador reclama con la acción de compra la cosa vendida y
con ella puede exigir también del vendedor que le mantenga en el disfrute
pacífico de la cosa.
b) Actio venditi: La acción de venta compete al vendedor para conseguir lo que
debe entregarle el comprador.
Ambas de buena fe

Obligaciones del vendedor


A. Entregar la cosa, si es mancipi la entrega debe realizarse a través del ritual de la
mancipatio, si se trata de una cosa nec mancipi basta con la simple traditio
B. Conservar la cosa hasta el momento de la entrega. (Teoría del riesgo)

En el derecho clásico se dice que el vendedor en estas circunstancias es responsable


por algunos casos fortuitos por Ej. el hurto o robo es lo que se denomina
responsabilidad por custodia que en el derecho pos clásico pasa llamarse culpa leve;
De aquí surge la teoría del riesgo que tiene por objeto determinar quien deberá
soportar el riesgo de la perdida de la cosa si se ha perfeccionado el contrato y está
pendiente la entrega
Requisitos para que opere:
a) Debe estar perfeccionado el contrato.
b) Debe estar pendiente la entrega.

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c) Debe ser una cosa de especie o cuerpo cierto
d) La cosa debe perecer por un caso fortuito.

Cuando la cosa vendida se pierde por casos de fuerza mayor, los efectos de la
pérdida debe soportarlos el comprador. Es decir, éste pierde la cosa comprada y continúa
obligado a pagar el precio. El riesgo no lo asume el comprador hasta que la venta no es
perfecta.

En caso de venta sometida a condición, se considera perfecta cuando se cumple


ésta ¸ si se trata de cosas fungibles, cuando se cuentan, pesan o miden; si son cosas que
forman parte de una masa, se considera perfeccionada la venta cuando se separan de ella.

C. Asegurar la posesión pacífica y definitiva al comprador.


D. Responder por los vicios jurídicos (evicción), es decir, cuando un tercero
interpone una acción reivindicatoria, o ejerce derechos reales sobre la cosa,
impidiendo la posesión del comprador.
E. Responder de los vicios materiales

Responsabilidad por evicción:

La formula más antigua para responder fue a través de la actio auctoritatis que
emana de la mancipatio, pero esta acción cayó en desuso por lo que fue necesario acudir a
otro mecanismo que fue la Stipulatio duplae: estipulación por el doble de lo acordado. En la
compraventa si el comprador era privado de la cosa en virtud de la evicción. Posteriormente
la actio empti, que era una acción de buena fe, sirvió para hacer efectiva la responsabilidad
por evicción.

Existe evicción cuando el comprador de buena fe, resulta vencido en juicio por el
verdadero propietario. Por el ejercicio de la acción reivindicatoria del dueño, el comprador
debe restituir la cosa o pagar su estimación.

Acciones que se ejercen producida la evicción:

• Actio auctoritatis que emana de la mancipatio


• Stipulatio duplae Estipulación del doble del precio: era la utilizada con más
frecuencia en la compraventa de inmuebles o de cosas de elevado valor.

• Actio empti

Responsabilidad por los vicios materiales:

El vendedor responde por los vicios ocultos o defectos de la cosa vendida.

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Para que proceda exigir la responsabilidad por vicios ocultos era necesario:

• Que se trate de un defecto grave que disminuya el valor o la utilidad del esclavo o
animal vendido.
• Que sea oculto, ya que si es aparente y todos pueden observarlo, no existe
responsabilidad.
• Que sea anterior a la venta y que lo ignore el comprador.

Acciones que podía elegir el comprador:

Actio de modo agri: La primera forma de hacer efectiva esta responsabilidad fue a través
de esta acción que emanaba de la mancipatio pero solo se refería a la extensión de un
fundo.
Stipulatio Duplae: cuando cayó en desuso la actio de modo agri se comenzó a utilizar la
Stipulatio duplae en virtud de la cual el vendedor afirmaba que la mercancía estaba exenta
de vicios.
Los ediles curules (magistrados con competencia en el mercado) crearon dos acciones
relacionadas con la compraventa de animales y esclavos.

1. Actio redhibitoria: Para la resolución del contrato mediante la restitución de la cosa


y el precio. Tenía por objeto dejar sin efecto el contrato de compraventa, cuando de
haber conocido el vicio no hubiese comprado la cosa.
2. Actio Aestimatoria O Quanti Minoris: para reclamar la rebaja o reducción del
precio correspondiente al menor valor de la cosa vendida. Tiene por objeto rebajar
el precio, porque de haber conocido el vicio lo habría comprado lo habría hecho a
menor precio.
3. Actio empti: tiene por objeto hacer efectiva la responsabilidad del vendedor por
vicios materiales.

Obligaciones del comprador

1. Pagar el precio, debe ser en dinero, cierto, determinado o determinable


2. El precio debe ser determinado o determinable a través de reglas que se fijan
ambas partes
3. Debe ser real y efectivo (el dinero)

Justiniano decía que el precio debía ser justo, el vendedor puede pedir la nulidad si
recibe menos de la mitad del justo precio. El comprador puede evitar la nulidad
completando el justo precio.
Objeto de la compraventa

1. bienes materiales
2. bienes muebles
3. bienes fungibles

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4. bienes presentes y futuros

Pactos que pueden agregarse a la compraventa:

LEX COMMISSORIA (cláusula comisoria): Es el acuerdo por el que el vendedor, para


asegurarse el cobro del precio, se reserva la facultad de tener el contrato por no celebrado si
el precio no se paga en el tiempo establecido.

IN DIEM ADDICTIO (adjudicación a término): Se utiliza especialmente en las subastas.


Por este pacto se concede al vendedor la facultad de rescindir la venta, si en un determinado
plazo recibía una oferta más ventajosa.

PACTUM DISPLICENTIAE (pacto de la cosa a prueba): el comprador se reserva la


facultad de comprobar durante un cierto tiempo si la cosa o mercancía le interesa y, en caso
contrario, de devolverla al vendedor.

PACTUM DE RETROEMENDO (pacto de retro compra): El vendedor se reserva la


facultad de recuperar o volver a comprar la cosa vendida pagando el mismo precio que
recibió.

b. Arrendamiento

Es un contrato consensual en virtud del cual una persona se obliga a entregar el


uso o goce de una cosa, a proporcionar un servicio o realizar una obra, y la otra se obliga a
pagar una renta o remuneración.

Tipos de arrendamiento:
1. De cosa
2. De servicio
3. De obra

1) Arrendamiento de cosa

El arrendador se obliga a proporcionar al arrendatario el uso o el goce, o ambos, de


una cosa, pagado el arrendatario una renta. Es un contrato bilateral perfecto, de buena fe. El
arrendatario es poseedor natural de la cosa.

2) Arrendamiento de servicio

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El que debe realizar el servicio debe hacerlo personalmente, la otra parte debe
pagar una determinada remuneración, este es el antecedente histórico para el actual contrato
de trabajo, en el derecho romano no importo mucho por la existencia de la esclavitud.

3) Arrendamiento de obra

El objeto del trabajo es un producto terminado, como por Ej. Una casa, es
semejante a la compraventa, pero en este contrato la persona que encarga la obra entrega
los materiales.

Del contrato de arrendamiento nacen dos acciones ambas de buena fe

- ACTIO LOCATI (acción de locación) a favor del arrendador (locator) para exigir la
restitución de la cosa y otras obligaciones del arrendatario (conductor).

- ACTIO CONDUCTI (acción de conducción) a favor del arrendatario para exigir las
obligaciones del arrendador.

c. Sociedad

Es un contrato consensual por el que dos o más socios se obligan a poner algo en
común con el objeto de destinarlo a un fin y repartirse los beneficios

Características:

1. Es un contrato bilateral imperfecto


2. Es un contrato de buena fe
3. Es un contrato intuito persona, es decir, la consideración de la persona es
determinante para celebrarlo, termina este contrato por la muerte o la renuncia de
uno de los socios.
4. La sociedad no existe para los terceros

Requisitos:

• Como contrato consensual, la sociedad se contrae por el consentimiento expresado


de cualquier forma al establecer una relación estable, el consentimiento debe ser
permanente y continuado.

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• El aporte de bienes o trabajos conseguidos. Esto no tiene por qué ser igual para
todos los socios y puede consistir sólo en el trabajo de algunos de ellos.

• La gestión de cada socio tiene efectos en su propio nombre y las adquisiciones y


ganancias deben comunicarse a los otros socios.

Obligaciones de los socios.

1. El socio debe aportar a la sociedad lo que prometió en los términos convenidos y


comportarse de acuerdo con la buena fe.
2. la repartición de las utilidades por partes iguales, pero puede convenirse una forma
distinta por ejemplo repartir las utilidades en proporción a los aportes.
3. La administración de la sociedad corresponde a todos los socios, pero puede
convenirse que uno solo administre.

Acciones.

De la sociedad nace la actio por socio de buena fe, que se ejercita para liquidar las deudas
pendientes entre los socios, como consecuencia del contrato. Para la división de la
copropiedad que podía producirse se utilizaba la acción de división de cosa común.

Extinción.

Por las personas: por la muerte o por capitis diminutio máxima o media.

Por las cosas: cuando se cumple en fin de la sociedad o se hayan perdido o sustraído del
comercio las cosas comunes.

Por la voluntad: cuando llega el término o plazo establecido; por consentimiento unánime
de los socios o por renuncia o rescisión por parte de un socio.

Por la acción: cuando por estipulación o mediante juicio se haya modificado la causa de la
sociedad.

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d. Mandato

Es un contrato consensual en virtud del cual una persona llamada mandante, le


encomienda a otra gratuitamente a otra llamada mandatario la gestión de uno más
negocios

Características:

a. Es un contrato consensual, es decir, nace cuando existe acuerdo respecto de la


gestión que deberá realizar el mandatario.
b. Es un contrato bilateral imperfecto ya que siempre surgen obligaciones para el
mandatario y solo eventualmente para el mandante
c. Es gratuito: el mandato es nulo si no es gratuito, si interviene una cantidad, el
negocio se seria un arrendamiento de servicio.
d. Es un contrato intuito persona, es decir, la persona es determinante.

Obligaciones de los contratantes.

Las obligaciones del mandatario son:

a. Realizar el encargo recibido conforme a las instrucciones del mandante y a la


naturaleza del negocio confiado.
b. Transferir al mandante todo lo que obtenga en esta gestión.
c. Dar cuenta de la gestión al mandante.
d. Responder por el dolo.

Al no existir en roma la representación perfecta, el mandatario al realizar la gestión


adquiere los derechos para sí, por ello luego debe traspasarlos al mandante, esto es la
llamada representación imperfecta

Obligaciones eventuales del mandante

1. Indemnizar si el mandatario sufre algún perjuicio


2. Proveer al mandatario de lo necesario para que realice la gestión
3. Rembolsar por los gastos en que el mandatario pudo haber incurrido.

Acciones que emanan de este contrato.

ACTIO MANDATI directa: esta acción se ejercita por el mandante para que el mandatario
le rinda cuentas de las gestiones realizadas por su encargo y le entregue lo que ha
conseguido por ellas.

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Actio mandato contraria la ejerce el mandatario para reclamar los gastos y perjuicios
ocasionados por el mandato.

Ambas son de buena fe.

Extinción.

Cuando no se ha iniciado Todavía la gestión:

• Por la revocación del mandante, que sólo produce efectos cuando el mandatario la
conoce.

• Por la renuncia del mandatario.

Cuando la gestión se ha iniciado, el mandante debe respetar las consecuencias del


encargo y el mandatario debe continuarlas hasta su cumplimiento.

Por muerte del mandante o del mandatario. Si muere el primero, el segundo puede
dirigirse contra los herederos del mandante, si ha continuado las gestiones ignorando que
había muerto.

2. El Delito

2.1. Evolución del Concepto de Delito

El delito en los tiempos antiguos tenía una denominación que se aplicaba en los
mismos efectos tanto para el derecho público y el derecho privado, es decir no había una
clara distinción entre ambas instituciones. Esta denominación fue la de noxa o noxia; La
primera era la forma antigua, pero el uso fue haciendo que predominara la segunda. Como
el valor de ambas expresiones era el mismo, ambas abarcaban los delitos de las dos esferas
referidas, en cuanto el daño cometido hacia el Estado como a los particulares.

Prescindiendo de las expresiones ajenas a la lengua jurídica, podemos decir que


para denominar el delito había dos palabras con alguna pretensión de valor técnico, y que a
la vez eran de uso y de una aplicación generales, dichas palabras eran crimen y delictum.

2.2. Elementos para la comisión de un delito

La capacidad para delinquir en todo hombre que siendo susceptible de


responsabilidad, viviese sometido a la soberanía del Estado, constituyó el fundamento del
Derecho Penal ya desarrollado bajo el aspecto científico. Sin embargo, desde los tiempos
primitivos se trataban de diferente manera los delitos de las mujeres, de los extranjeros y de

22
los individuos no libres que los cometidos por los ciudadanos romanos, y si bien esta
diferencia fue disminuyendo en el curso del tiempo, no fue jamás abolida del todo.

2.2.1. La voluntad

El concepto de delito requiere la existencia de una voluntad contraria a la ley en la


persona capaz de obrar. Esta voluntad antijurídica presuponía por necesidad el
conocimiento de que el hecho que va a realizarse era contrario a la ley, por lo que el error
de hecho en este punto excluía la imputabilidad. El que ofendía al magistrado, sin saber que
éste lo era no cometía crimen.

La transformación de la ley moral en ley penal exige que se fijen de un modo


positivo los elementos constitutivos de cada hecho delictivo, y esta fijación no puede menos
de estar sujeta al arbitrio. Cuanto más se complican las relaciones sociales y más
estrechamente trata de acomodarse la ley penal a la ley moral, tanto mayor es la
intervención que se le da al arbitrio.

2.2.2. El hecho

Así como no existe delito alguno sin voluntad delictuosa, tampoco existe si esta
voluntad no se efectúa, es decir si no hay hecho punible. La voluntad por sí sola el animus,
aun manifestado por medio de palabras o confirmada su existencia por propia confesión del
sujeto, no es delito ni puede dar origen a pena.

La cuestión relativa a saber qué es lo que haya de entenderse por efectuación de la


voluntad delictuosa, la contesta la ciencia jurídica de los tiempos modernos diciendo que
hay que distinguir, no en todos los delitos, pero sí en la mayor parte, los actos preparatorios,
la tentativa de delito y el delito consumado.

En el Derecho Romano no existía el concepto de la tentativa; las acciones


punibles, prohibidas por la ley, se castigaban siempre como tales, cuando se habían
consumado, advirtiendo que era preciso que dichas acciones tuvieran por base la unicidad
de solución o propósito, y cuando se tratara de delitos culposos, la unicidad del descuido o
desatención de las propias obligaciones.

Las penas correspondientes a los delitos se imponían en regla general en la misma


calidad y cantidad a todos los participantes en ellos, como si cada participante hubiera
cometido el delito por sí solo. Aquí se ve bien claramente que el Derecho Penal privado
consideraba el resarcimiento del daño, no pago del mismo, sino como criterio para
determinar la multa penal o pena pecuniaria, pues el pago de esta, verificado por un
partícipe en el delito, le libraba a él solo de su responsabilidad, no libraba a otros.

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2.3. Eficacia de la Ley Penal por razón de las personas y del lugar

Un delito que podía ser sometido a la acción de la ley penal romana era el que se
cometía en daño inmediato de la comunidad, fuese cual fuese la persona que lo cometiera y
el lugar de la comisión; en cuanto a los demás delitos, o se atendía, para el efecto de
aplicarles la ley romana a la persona del lesionado sin hacer caso del lugar donde se hubiese
cometido, o por el contrario se atendía al lugar sin atender a la persona de la víctima.

2.4. Delitos Públicos y Privados en la Antigua Roma

2.4.1. Generalidades

Delito es todo acto ilícito que es castigado con la pena. Como en los actos ilícitos
en general se precisan, por tanto, dos elementos en el delito: la lesión de un derecho y la
intención, o sea la culpa. Los efectos específicos son mayores, ya que en el delito la
gravedad del acto para el orden social hace que la obligación del resarcimiento sea unida
también una pena.

El concepto de delito privado, el carácter privado y obligatorio de la acción y de la


pena constituyen un residuo del ordenamiento primitivo, en el cual el delito es la fuente
verdadera y única de la obligación.

En si los delitos privados consistían en hechos ilícitos que causaban un daño a la


propiedad o a la persona de los particulares, pero sin turbar directamente el orden público.

Las Ley de las XII Tablas preveía y castigaba cierto número de estos hechos.
Algunas disposiciones llevan todavía las huellas de un Estado social anterior, en que la
víctima del delito se hacía justicia ejercitando su venganza sobre la persona del culpable.
La ley se limita en ciertos casos a regular esta venganza. El ladrón cogido in fraganti era
vapuleado y atribuido como esclavo al robado. Para ciertas injurias se ejercitaba la Ley del
Talión.

Entonces, pues los decenviros solo intervenían para limitar la venganza de la parte
lesionada y darle una forma menos atroz y reemplazar esta con una multa.

Después de la Ley de las XII Tablas, las leyes penales y la jurisprudencia


consagraron y desarrollaron poco a poco más perfeccionado. Por una parte, se tuvo en
cuenta la intención criminal del autor, y por la otra la pena fue mejor proporcionada al daño
causado.

24
2.4.2. Furtum o hurto

a. Concepto y generalidades

Etimológicamente, furtum, relacionado con ferre, es llevarse cosas ajenas, sin


fundamento en un derecho. Sin embargo, se fue entendiendo el campo de acción de este
delito, partiendo del furtum rei, de modo que llegaba a ser todo aprovechamiento ilegal y
doloso de un objeto ajeno, incluyendo una extralimitación en el derecho de detentar o
poseer una cosa... e incluyendo también el furtum possessionis que encontramos cuando el
mismo propietario de una cosa la retiraba dolosamente de la persona que tenía derecho a
poseerla (por ejemplo del acreedor prendario) Paulo lo define como: “el robo es un
aprovechamiento doloso de una cosa, con el fin de obtener una ventaja, robándose la cosa
misma, o su uso, o posesión”. Así, el furtum llegó a ser una figura muy amplia de una
vaguedad difícilmente compatible con nuestras ideas modernas sobre la tipicidad de los
delitos.

El furtum daba a dos clases de acciones: la primera, la poenae persecutoria, por la


cual la víctima trataba de obtener una ganancia, la multa privada; la segunda, la rei
persecutoria, por la cual la víctima trataba de recuperar el objeto robado o de obtener la
indemnización correspondiente.

La pena por robo, establecida por las XII Tablas, era severa. En aquella época, el
robo tenía rasgar de delito público, coexistentes con diversos rasgos de delitos privados. En
caso de flagrante delito de robo, el ladrón perdía la libertad, si era un ciudadano libre; o la
vida, si era un esclavo. En caso de delito no flagrante de robo, el culpable debía pagar a la
víctima una multa privada, del doble del valor del objeto. Paralelamente con lo anterior, la
víctima podía ejercer una rei persecutoria.

b. Objeto del hurto

Pueden ser objeto de un hurto los muebles corporales susceptibles de propiedad


privada. No podría haber delito de hurto: a) Ni para los inmuebles.; b) ni para las cosas no
susceptibles de propiedad privada como las divini iuris, las cosas públicas. Su protección
estaba asegurada por otras leyes especiales; c) Ni para las cosas incorporales, que repugnan
por su naturaleza misma a la idea del hurto.

c. De las consecuencias del hurto

El efecto directo del hurto es crear a cargo del ladrón una obligación nacida del
delito, y que tiene por objeto, en el derecho clásico, el pago de una multa más o menos
grande. Esta sancionada por la acción furti.

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c.1 De la obligación nacida del hurto y la acción furti

La acción furti se da:

a) Contra el autor del delito. Si hay varios autores, cada uno está obligado por el todo, y la
multa es debida tantas veces como culpables haya;

b) Contra cada uno de los cómplices. El cómplice es el que ha participado en el delito,


quien ha prestado al ladrón una asistencia material, con la voluntad concilium de cooperar
con el hurto. Solo es posible en la acción furti nec manifestum

c.1.1 Furti manifestum

En caso de delito flagrante de robo el ladrón o su dueño debían una multa de


cuatro veces el valor del objeto. Para que un robo fuera considerado flagrante, era necesario
encontrar al ladrón con el objeto, antes de que hubiera llevado el botín al primer lugar de
destino.

c.1.2 Furti nec manifestum

En caso de delito no flagrante de robo la multa privada era del doble del valor del
objeto.

Alrededor del furtum todavía hay que darle cabida al Actio furti concepti: En caso
de encontrarse un objeto robado en casa de alguien, este respondía de una multa privada de
tres veces el valor del objeto, sin que el propietario del bien robado tuviese que comprobar
que el detentador del objeto era el ladrón o un cómplice de éste.

2.4.3. Del Daño causado injustamente

Cuando una persona causa sin derecho un perjuicio a otra atacando su propiedad,
la equidad quiere que haya reparación en provecho de la víctima. Disposiciones especiales
se dictaron primero para los daños más frecuentes y más graves. Después, el pretor, por
extensiones sucesivas, ha ensanchado el Derecho Civil y permitido la reparación del
perjuicio causado fuera de las condiciones fijadas por la ley.

Algunos hechos de daño ilícito habían sido previstos por la Ley de las XII Tablas.
Pero, bajo la república, un plebiscito cuya fecha es incierta, la Lex Aquilia vino a
reglamentar esta materia de una manera más completa, sin aplicarse, sin embargo, a toda
clase de daño, y sirvió de punto de partida a las extensiones de la jurisprudencia. Esta ley
comprendía tres capítulos, en los que era tratado y reprimido como delito el daño causado
en determinadas condiciones, pero en este trabajo solo trataremos los capítulos primero y
tercero.

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a. Del delito previsto por la ley Aquilia

El primer capítulo de esta ley decide que el que ha matado al esclavo ajeno, o un
animal vivo en rebaño pecus, y perteneciente a otro, debe pagar el valor más elevado que
haya alcanzado el esclavo o animal el año que ha precedido el delito. El tercer capítulo se
refiere a cualquier otro daño causado a otro por lesión o destrucción de un bien suyo. El que
ha hecho una herida, no mortal, aun esclavo o animal vivo en rebaño, o que ha matado o
herido cualquier otro animal, o en fin, que ha roto, quemado, destruido o dañado de una
manera cualquiera cosa inanimada, está obligado a pagar el valor más elevado que el
esclavo, animal o la cosa hayan tenido en los últimos treinta días antes de cometido el
delito.

b. Elementos de este delito

• Es preciso que el daño consista en la destrucción total o degradación material de una


cosa corporal, y que sea causado por el contacto mismo del autor del delito

• Es preciso que el daño haya sido causado sin derecho

• Es preciso también que el daño provenga de un hecho del hombre

De las consecuencias de este delito y de la acción Legis Aquiliae

El autor de un daño que reúna los caracteres exigidos por la Ley Aquilia está
obligado ex delito en virtud de ésta. La obligación, nacida en provecho de la parte
lesionada, tiene por objeto el pago de una cantidad de dinero igual al valor más elevado que
el objeto del daño haya alcanzado en el año precedido al delito, o solamente en los treinta
últimos días anteriores del delito si está contemplado en el art. Tercero de la ley Aquilia.

Esta obligación es sancionada por una acción especial llamada Legis Aquiliae, o
damni injuriae. Si el demandado interrogado ante el magistrado confesaba ser el autor del
daño, el juez no tenía más que fijar la condena en los límites indicados anteriormente. Pero
cuando el demandado negaba ser culpable, el juez después de la verificación de los hechos,
debía condenarle al duplo.

Pero la jurisprudencia extendió también la actio Legis Aquiliae, como utilis, a las
muertes ocasionadas sin acto material (mortis causam preastare), y a las destrucciones de
otras cosas cometidas igualmente sin la primitiva presunción, del rumpere, fragere, urere;
pero sí con otros actos cualquiera que conducen al mismo efecto del detrimento
patrimonial. Y llegó a concederla como utilis, además de al propietario, a los investidos con
derecho fraccionario de propiedad sobre la cosa destruida o deteriorada

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3. Los Cuasicontratos

La doctrina de los cuasicontratos nace como consecuencia de la extensión que


experimentan las relaciones obligatorias romanas, al observarse que, en ciertos casos, se
producen obligaciones como de un contrato (quasi ex contractu).

Estos cuasicontratos a los que les falta el acuerdo de voluntades, elemento


esencial del contrato, toman como modelo sus diversos tipos. Surgen así los cuasicontratos
en la legislación romana, respondiendo al progreso jurídico en materia contractual,
ampliando sus fuentes, del mismo modo que los cuasidelitos. Pero la realidad es que
carecen de sustancialidad jurídica para formar con ellos una categoría específica, como
hicieron los prácticos, a los cuales han seguido algunas legislaciones, incluyendo la nuestra.

Entre los principales cuasicontratos, mencionaremos los siguientes:

a) la gestión de negocios (negotiorum gestio),


b) el pago de lo indebido (indebiti solutio)
c) la comunidad incidental (communis incidens). Además, la aceptación de una
herencia (hereditatis aditio) y la administración de la tutela y curatela y los legados,
implican relaciones obligatorias de esta clase, según las Fuentes.

3.1. La gestión de negocios.

Sus elementos esenciales:

Este cuasicontrato consiste en que una persona (negotiorum gestor) intervienen los
negocios de otra (dominus negotii) sin mandato expreso ni tácito de ésta última.

Es necesario, para que se vinculen el gestor y el administrado o dominus, que éste


desconozca, en absoluto, los actos que en su interés realiza aquél, pus de lo contrario nace
un mandato tácito: y, lo mismo, si se opusiese a la gestión de negocios (negotiorum gestio
prohibendi domino), aunque esta cuestión, muy debatida entre los juristas, fue resuelta por
Justiniano negando en estos casos toda clase de acción.

Se requería, además, que la gestión se hiciera en condiciones favorables a los


intereses del dueño del negocio (utiliter coeptum), aunque no se logre la finalidad
perseguida, como dicen las Fuentes: "Si reparo una cosa o curo un enfermo, aunque se haya
quemado la cosa o muerto el esclavo, podrá ejercitar la acción de gestión de negocios".

El factor subjetivo que se exige, es la intención del gestor de actuar en un negocio


ajeno (animus negotia aliena gerendi). Se ha discutido mucho sin llegar a una conclusión
aceptable respecto a este requisito, pues para unos autores no se exigió en el Derecho
clásico el animus del gestor, sino en el justinianeo; para otros, al contrario, fueron
necesarios los dos elementos, objetivo y subjetivo, para que procediera la actio negotiorum
gestio en la jurisprudencia clásica, atribuyéndose a Justiniano el propósito de eliminar el

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animus, al reconocer que era suficiente, en ciertos casos, el hecho de realizar gestiones en
un negocio ajeno, para quedar vinculados jurídicamente el dueño y el gestor.

Obligaciones del gestor y del dominus.

a) El gestor está obligado a realizar completamente el negocio en que ha intervenido,


observando, como regla general, la diligencia de un buen padre de familia; sólo si
actúa apremiado por las circunstancias se limita su responsabilidad al dolo y a la
culpa data.
b) Una vez terminada la gestión, debe rendir cuenta el dominus, entregándole todo lo
adquirido. El dueño puede ejercitar, para exigir el cumplimiento de estas
obligaciones, la actio negotiorum gestorum directa.
c) El dominus negotii se obliga a indemnizarlo de todos los perjuicios que le ha
ocasionado la gestión, de los gastos, y a liberarlo de las obligaciones que ha
contraído.

El gestor tiene a su disposición, para hacer efectivos estos derechos, la actio


negotiorum gestorum contraria.

Una gestión específica fue la de hacerse cargo de los funerales y enterramiento de


un difunto. El Pretor consideró especialmente este caso, concediendo a la persona que
voluntariamente realizaba esta gestión, la actio funeraria para reclamar a los herederos los
gastos en que había incurrido. Esta acción, que es privilegiada, procede aunque se hubiera
opuesto a ello el heredero.

Justiniano consideró en las Institutas que la categoría gayana de las fuentes de las
obligaciones designada con la expresión variae causarum figurae, podía ser diversificada en
dos especies autónomas, la de los cuasicontratos y la de los cuasidelitos. Dentro de la
primera de estas formas las fuentes justinianeas comprendieron diversas figuras de
obligaciones que derivaban de actos lícitos que podían asimilarse a algunos contratos. De
ellas se decía que nacían quasi ex contractu, y los intérpretes terminaron por designarlas
con el nombre de cuasicontratos.

La denominación de cuasicontrato, como se ha manifestado, nada explica sobre la


estructura de las relaciones que se comprenden en la especie, a la par que tal calificación
sólo sirve para agrupar las más heterogéneas hipótesis que únicamente tienen de común el
no revestir el carácter de contrato, porque carecen del acuerdo de voluntades. Por ello,
llegar a un concepto definido del cuasicontrato es tarea que presenta no pocas dificultades,
dada la variedad de tipos que pueden incluirse dentro de él. De ahí que, siguiendo los
lineamientos de las Institutas de Justiniano, estudiaremos las obligaciones nacidas de actos
lícitos no contractuales, pero que en alguna medida provienen de un negocio afín al
contrato, o lo que es lo mismo, de un cuasicontrato.

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Caen dentro de esta especial fuente de las obligaciones diversas especies
particulares de relaciones no contractuales que tienen a virtualidad de generar una obligatio.
Entre ellas nos referiremos al legatum per damnationem y al sinendi modo, a la pollicitatio
y el votum, y estudiaremos preferentemente la gestión de negocios casos afines (tutela,
curatela, gastos funerarios), el enriquecimiento injusto y la comunidad incidental.

El legatum per damnationem era una disposición testamentaria que imponía al


heredero la obligación de transmitir al legatario alguna cosa que podía pertenecer a la
herencia, al heredero o a un tercero. El legado damnatorio creaba así una obligatio a cargo
del heres que el legatario podía exigir mediante una acción personal (condictio certae
creditae pecuniae, condictio certae reí).

Análoga estructura presentaba el legatum sinendi modo, por el que el testador


ordenaba al heredero que permitiera que el legatario se apropiara de un bien de la herencia
o del heredero. Este legado, llamado "permisivo", obligaba al heredero a una abstención,
cual era tolerar una apropiación (non facere), acordando al legatario una acción personal
incerti para lograr su cumplimiento (actio ex testamento). De estos dos tipos de legados nos
ocuparemos al tratar el tema respectivo dentro del derecho sucesorio romo.

La pollicitatio y el votum eran promesas unilaterales realizadas por una persona a


la ciudad o a la divinidad y tenían por objeto la ejecución de una obra o la entrega de una
cosa a favor de ellas. El cumplimiento de las obligaciones que se creaban para la ciudad o
divinidad por medio de tales declaraciones de voluntad, se podía hacer valer por vía de la
cognitio extra ordinem.

En síntesis, los Cuasi-Contratos son aquellas obligaciones nacidas de hechos que,


si bien no se encuadran dentro de los Contratos. Producen indudablemente hechos análogos
a éstos. La nota común de estos hechos, es la falta de consentimiento, requisito fundamental
de los Contratos pero que sin embargo, por razón de equidad, fueron dotados de acción por
el pretor.

ACCIONES

La Acción que el Derecho confiere a la persona que había pagado que había pagado por
error es la CONDICTIO INDEBITI, que tiene por objeto la repetición cosa pagada y de sus
accesorios, en la que figuran los frutos, pero no los intereses, porque la acción es de
derecho estricto.

a. La gestión de negocios.

El acto voluntario de administración o de gestión de intereses ajenos, ejecutado


sin encargo de su titular y aun sin su conocimiento, constituía una gestión de negocios
(negotiorum gestio). Quien administraba se denominaba negotiorum gestor; aquel en cuyo
interés se realizaba la administración, dominus negotii.

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Reconocida la institución al principio para casos particulares, fue protegida por el
pretor por una acción de buena fe, la actio negotiorum gestorum, que era directa, cuando
iba dirigida contra el gestor y contraria si se interponía contra el dominus. La gestión de
negocios fue recogida del derecho pretorio con referencia a un campo de aplicación
concreto, los negotia absentis. La jurisprudencia posclásica y el derecho justinianeo dieron
al instituto la configuración teórica del cuasicontrato, porque la gestión de negocios fue
siempre equiparada en sus efectos al contrato consensual de mandato, con el que tenía
muchos aspectos comunes.

La negotiorum gestio. Que importaba una relación bilateral, creaba obligaciones


recíprocas para el gestor y el dominas, moldeadas por analogía a las que nacían del
mandato. Originaba además relaciones entre el dominus y los terceros que se hubieran
vinculado al negocio.

El gestor debía concluir la gestión que había comenzado y, consecuentemente,


realizar la rendición de cuentas, transmitiendo las cosas que hubiere obtenido, con sus
accesiones y lucros.
A la vez, estaba obligado a ceder al dominus las acciones que a su favor nacieren
como consecuencia del negocio.
Su responsabilidad se extendía normalmente hasta la culpa leve, respondiendo por
el caso fortuito en el supuesto de haber realizado operaciones riesgosas a las que el
dominus no solía dedicarse. Por su parte, el dominus estaba obligado a resarcir los gastos
originados por la gestión, a indemnizar los perjuicios que hubiera experimentado el gestor y
a liberarlo de las obligaciones asumidas a consecuencia de la administración.

En la relación del dominas con los terceros con quienes el gestor hubiera
contratado, jugaban los principios de la representación indirecta aplicables al mandato y,
por ende a la negotiorum gestio. En consecuencia, únicamente el gestor quedaba vinculado
con los terceros y sólo cuando se hubieran transmitido al dominus los derechos adquiridos y
las obligaciones contraídas, pasaba éste a ser titular de ellos.

Para que el acto que realizaba una persona en interés de otra, ya fuera material o
jurídico, o se refiriese a uno o varios asuntos, llegara a configurar una gestión de negocios,
era menester que reuniera ciertos requisitos.
Se exigía primeramente que el gestor obrara por propia iniciativa, pues de hacerlo
por encargo del titular o con su conocimiento se hubiera estado en presencia de un mandato
expreso o tácito. La gestión producía plenos efectos aunque mediara oposición del
principal, pero en tal caso el gestor no tenía derecho a reclamar el resarcimiento de los
gastos que hubiera efectuado.
Se requería, además, en el gestor la intención de crear una relación obligatoria a
cargo del dominus, porque si obraba impulsado por razones de orden familiar o por el deseo
de favorecer graciosamente al titular, se configuraba un acto de liberalidad y no una gestión
de negocios.
También era menester que el gestor tuviera conciencia de que el negocio que
realizaba era ajeno (negotium alienurn) por lo si una persona administraba negocios propios

31
creyendo que era de otro o, inversamente, si creyendo manejar bienes propios gestionaba a
favor de otro, no se tipificaba una negotiorum gestio.
Sin embargo, razones de equidad hicieron admitir, en el último caso, que el gestor
tuviera la acción propia del negocio para exigir la restitución de todo aquello que hubiera
provocado enriquecimiento al dominus. Era preciso, igualmente, que el gestor obrara en
interés objetivo del patrimonio del titular, ya fuera para beneficiarlo, ya para evitarle un
perjuicio; por tanto, éste no quedaba obligado en caso de que aquél actuara en su propio
interés, sino solamente por aquello en que se hubiera enriquecido.

El derecho justinianeo encuadró en la categoría general de la gestión de negocios


ciertas figuras afines que entrañaban casos de administración legal de patrimonios ajenos,
como la tutela y la curatela.
En el derecho clásico el tutor del menor impúber respondía de su gestión ante el
pupilo por la actio tutela, en tanto podía hacer valer sus derechos frente a éste por la actio
negotio - rum gestorum.
En lugar de esta acción Justiniano le otorgó la actio tutelae contraria y con ello
equiparó la tutela a un cuasicontrato. La curatela del loco, del pródigo y del menor púber
engendraba en la época clásica la actio negotiorum gestorum, pero el derecho justinianeo,
con mira a la asimilación de la tutela y la curatela, confirió a esta última institución una
acción designada con el nombre de actio utilis o curationis actio.
Otra forma especial de gestión de negocios se daba cuando alguien proveía los
gastos de funerales y entierro de una persona, sin haber recibido mandato y sin actuar
pietatis gratia. A este gestor se le concedía la actio funeraria, de carácter perpetuo, para
reclamar del heredero del difunto los gastos realizados, aun cuando hubiera efectuado la
gestión contra su voluntad. Dicha acción se transmitía igualmente a los herederos del
gestor.

3.2. El enriquecimiento injusto.

Se consideraba que había enriquecimiento injusto cuando una persona lucraba a


costa de otra sin estar asistido por una causa jurídica, es decir, cuando el aumento
patrimonial se fundaba en una relación jurídica injustificada. Esto podía suceder porque la
causa próxima de la adquisición estaba unida a otra remota inexistente o ineficaz para el
derecho. En tales supuestos, aun reconociendo la adquisición del derecho real o del crédito,
se concedía acción al damnificado para obtener de la otra parte la restitución del aumento
patrimonial indebido.

El antiguo ius civile no otorgaba medio alguno para evitar el injusto


enriquecimiento patrimonial, porque fiel a su carácter formalista exigió, para que el negocio
jurídico quedara perfeccionado, el cumplimiento de las solemnidades prescriptas por la ley,
sin atender al perjuicio que podía acarrear tal enriquecimiento indebido.
Es que en esos tiempos la causa carecía de relevancia porque los negocios tenían
el carácter de abstractos. En la época republicana y particularmente en el período clásico se

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reconoció la obligación de restituir los aumentos patrimoniales injustificados, pero el
derecho romano no sentó un principio general al respecto ni creó una acción comprensiva
de todos los supuestos en que se diese esta circunstancia.
En los casos concretos en que se hubiera recibido una cosa sin causa o por una
causa sin justificación jurídica, la legislación romana concedió acciones que se iban
designando con indicaciones diversas, expresivas de las hipótesis a las cuales se referían.
Estas acciones constituían aplicaciones de aquella acción abstracta, de derecho
estricto, modelo de actio in personam: la condictio.
Las condictiones, cuyo ejercicio suponía casos de enriquecimiento injusto y que,
por ende, pudieron considerarse otros tantos cuasicontratos, fueron:

1) La condictio indebiti, que se concedía siempre que se pagaba por error —sólo error de
hecho— una deuda en realidad inexistente, ya por carecer de existencia o porque habiendo
existido hubiera sido cancelada por el obligado. Aunque en el caso no había acuerdo de
voluntades ni, por tanto, contrato, la situación se asemejaba a la que era consecuencia del
mutuo.

2) La condictio ob causam datorum o, en el lenguaje justinianeo, causa data causa non


secuta, por la que se reclamaba la devolución de lo que una persona hubiese recibido en
atención a una causa lícita que se esperaba y que no había tenido lugar. Esta condictio, a la
que nos hemos referido al tratar de los contratos innominados, se aplicaba al supuesto del
que había recibido una cosa como dote y el matrimonio no se celebraba y a la donación sub
modo, cuando el donatario no cumplía con el cargo impuesto por el donante.

3) La condictio ob turpem vel iniustam causam, ejercitable para reclamar lo entregado a


otro por una causa desaprobada por la ley, o bien para que realizara un acto contrario a la
moral o el derecho, o para que se abstuviese de cumplirlo mediante una compensación. En
cualquier caso se exigía que la torpeza —la actitud inmoral o antijurídica— se diera de
parte de quien recibía en vista de tales fines.

4) La condictio ex causa finita, por la cual se repetía lo que se hubiera dado o solamente
prometido, al menos en el derecho justinianeo (condictio Iiberationis), sobre la base de una
relación cualquiera que no había existido o que había cesado.

5) La condictio sine causa, aplicable a todos los casos de enriquecimiento que carecieran de
una propia acción o que no entraran en ninguna de las anteriores condictiones.

3.3. La comunidad incidental.

Como hemos visto al tratar del condominio o copropiedad, la comunidad


incidental era fuente de relaciones obligatorias entre aquellos que por herencia o por
consenso llegaban a ser copropietarios de una misma cosa, ya que se encontraban en

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situación análoga a la que se presentaba en la comunidad nacida de un contrato, como el de
sociedad.
En el caso, la actio communi dividundo, o tratándose de coherederos, la actio
familiae erciscundae, se ejercían, no sólo para lograr la partición de la cosa común, sino
también para regular la división de los gastos que se hubieren realizado, de los beneficios
logrados y de los daños que pudieran haber experimentado los comuneros.
A tales acciones se agrega en el derecho justinianeo la actio negotiorum, momento
en el cual las obligaciones recíprocas (praestationes personales) entre copropietarios en la
comunidad incidental de bienes, se consideran provenientes de un cuasicontrato.
En cuanto a lo demás nos remitimos a lo ya señalado en el titulo de concurrencia
de derechos reales.

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