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Nathaly, Quizás un día te levantes de la cama y haya tanto silencio alrededor.

Sólo el sonido de tus pies descalzos sobre el piso indigno.

Solamente las aves despreocupadas tiñan el aire con su canto.

Sonrisa sin un motivo. Pensamiento en blanco.

Y te acercarás lentamente a una brillante mesa de cristal.

Te preguntarás « ¿Quién podría haber dejado rosas?»… pero nadie contestará.

Mas el silencio te revelará que fue un fantasma que se atrevió a entrar.

Dejó el regalo y huyó al sueño del que provino una noche de frio y desconsuelo.

Aún así, le imaginarás. Mirarás que no se marchitan los pétalos eternos.

Al pasar los días, de luz resplandecerán y ninguna noche jamás tenebrosa será.

De la luna llena se alimentarán las rosas blancas… mis blancas rosas.

Pasarán los años y el tiempo cubrirá el espacio. La memoria se unirá a la imaginación.

Y entonces preguntarás: « ¿En dónde está el poeta amante?, ¿existió en verdad?»

Y yo detrás del espejo formularé una cuestión más: Nathaly, ¿me recordarás?

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