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La desesperación de los publicistas aumenta.

Éste es el motivo por el que intentan buscar nuevas


maneras de hacer más efectiva su publicidad. De un tiempo a esta parte, el consumidor recibe tal
cantidad de estímulos que es muy difícil que el publicitario llegue su audiencia. Y lo que es aún
peor, ya no se trata de llegar a un segmento determinado, sino de conseguir captar su atención. El
creativo intenta establecer un vínculo entre el producto y el cliente mediante el uso de películas o
libros.

Esta nueva tendencia surge de la necesidad de inventar algo nuevo, ya que la pasividad está
constantemente presente. Así lo indicaba recientemente en el diario Economist cuando decía que
“el sexo ya no vende”. Esta nueva forma de hacer publicidad tendrá un mayor impacto,
consiguiendo también la interactividad por parte del público. Al ejercer un control total sobre el
mensaje, se facilita la decisión de compra y se multiplica el efecto publicitario por el marketing viral.

Desde el año 2001 algunas marcas utilizan este recurso. La joyería Bulgari mandó escribir un libro
en el que al menos se citara en 12 ocasiones el nombre de su marca, siempre relacionada con
aspectos positivos de la misma. Algo parecido hizo el fabricante de automóviles Mini, que
intentaron captar al lector con un libro en el que acababa convirtiéndose en concursante. Otra línea
muy diferente es la que siguieron BMW, Soberano o Chanel. BMWFILMS realizó ocho cortos en
colaboración con importantes directores donde aparecía su producto. Soberano decidió hacer algo
parecido con “El Rey Canalla” y “La Reina Canalla”. El último y reciente ejemplo es el de Chanel,
que contará con Nicole Kidman como protagonista de su corto para publicitar el perfume Channel
No 5.

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