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VALLES, M. (2002) Entrevistas Cualitativas Cuadernos Metodolégico N° 32, Madrid: as. Decisiones de disefio III: la seleccién de los entrevistados y otros preparativos A) La seleccién de entrevistados Este es tun asunto, como tantos otros en la investigatién cualitativa, que en- cicrra bajo In aparicncia técnica auatancia metodolégica y tedrica, Mi interso esta nuevamente no sélo en el cémo se resuelven los interrogantes habituales. (@ quiénes y a cudntos entrevistar en profundidad), sino en los fundamentos © principios muestrales de esas decisiones muestrales. A continua: meramos algunos criterios maestros del muesireo cualitativo (CMMC), expre- sidn que pretende alejarse de dos extremos (las formulas universales y las, recetas simples). Una primera version, didadctica y sintética sobre este parti. cular, puede verse en Valles (1997: 210-215). CMMC!I. Competencia narrativa atribuida. Esta puede considerarse una pri- mera leccién, aprendida al enfocar con perspectiva histérica las entrevistas cualitativas (cepasese lo escrito en,el capitulo 1), El estudio pionero de 7 Tampoce se tratabs de centrar Ia conversactén dnicamente en los temas antiipados. ‘Mas bien se prodiujo una improvissciéa de Ins preguntas concretas de entrevista con cata en frevistado, Unoe bablan participado como politicos, otroe como socislogos y algunos desde lmbos lados. En estas clreunstancias de entrevista Is lerbildad se convierte en un criteria la- Ye del diseio (Rubin y Rubin, 1995: 44.05, 48). ademse de flevibe, los Ruin Joito de entrevisiss on profurdidad es también taratvo (hasta la “saturacion rnuo (lo que hace que Ia flexibilided tenga organizactan al mismo tlempo). Por su parte, ‘Atkingon (1998: 22) ha eubrayado la imposibilided de anticipar el desarrollo de una de relato biosrafico, incluso con personas conocidas. El diseho cuaitauive (come gusta ‘a ibanes) est ablerio al azar; y no susie dajar Impasibles alos sujetos (imvestigadorese invest ado) implicados. ENTREVISTAS CUALITATIVAS o Mayhew (1851), sobre los pobres de Londres, significé una primera ruptu- ya con una mentalidad que consideraba a los pobres incapaces 0 incompe- tentes para hablar de su vida. Holstein y Gubrium (1995), los proponentes de esta primera nocién (narrative incompetence) con implicaciones en la seleccién de los entrevistados potenciales, recomienda hacerse en cada cir~ cunstancia de investigacion una “pregunta clave’. Esta es: "“zqué voces se~ ran ofdas y cudles silenciadas segin nuestra particular concepcién de la gente?” ¥. A veces, no basta con registrar Ja voz de los sujetos, y se hace muy conveniente complementar las entrevistas con la observacién. Una op- eign deseable consiste en entrevistar en las casas y en los barrios de los en~ trevistados. Asi se hizo en algunas investigaciones propias (Valles, 1989; Cea y Valles, 1990, 1992). Recuerdo especialmente las entrevistas con per- sonas mayores, viviendo solas, en el municipio de Madrid. La observacion de sus viviendas y vecindarios decfa, a veces, mas que sus palabras acerca, de sus condiciones de vida. Y al contrario, sin haber conversado con ellos ¥ ellas, la observaci6n sin mas hubiese dado lugar a una valoraci6n exagera- damente negativa. CMMC 2. Muestreo secuencial conceptualmente conducido. La expresién se debe a Miles y Huberman (1994), pero tiene raices intelectuales mas remotas en la obra, clasica hoy, de Glaser y Strauss (1967). En The Discovery of Grounded Theory, especialmente en él capitulo dedicado al muestreo tedrico, han sido muchos les autores que han reconocido la existencia de fundamen- tos sélidos para la toma de decisiones muestrales en la investigaci6n cualita- tiva (entre otres, Holstein y Gubrium, 1995; Rubin y Rubin, 1995; Valles, 1997). Por ejemplo, los autores de The Active Interview establecen una corres- pondencia entre su propuesta de muestreo activo (active sampling), hecha en su monografia sobre encrevistas cualitativas, y el planteamiento original de Glaser y Strauss (1967). Entre estas nociones fundamentales esta la defini ci6n del muestreo cualitativo como un proceso en continua revision, provi sional, que no queda totalmente proyectado en el momento de planificar el estudio. Lo cual estd en sintonia con el concepto de disevo flexible (Marshall y Rossman), iterativo, continuo (Rubin, 1995), emergente (Valles, 1997), que deseribiria a los estudios mas genuinamente cualitativos*. En este panora- Abaden Holstein y Gubrium (1995: 27) que “aunque metodologica, la progunta est estro- chamente atsda In tora ya que fequlere un andliis celtico da las categorias y vocabulatios radar para identficara los entrevstadoe potenciales™. nado yo que hay dacisiones muestrales ‘te dan vo y que quitan vor: que hacen To primero y no lo segundo: que hacen so le segundo. ‘ambas coras. En ocasionet, 4e presume incluso de haber ebtenido Ta voz de la gente Hana, habitualmente sin voz, cuando en realidad el estudio apenas toma un cierto pulso de la opinién dels entrevisados madiante eneussta 3 Se erata de una vision circular de la iavestigacién. Las éecisiones de diseno se toman a lo largo del estudio. Durante el abajo de campo cabe la eformolacién del problema, de las p os (CUADERNOS METODOLOGICOS 32 ma adquiere todo su sentido el principio de saruracion tedrica (Glaser y Strauss), que sucle invocarse a la hora de dar respuesta a las preguntas con las que abriamos esta seccién: éa quiénes y a cuantos entrevistar? Simplifi- cando, el llamado “punto de saturacién teérica” se alcanza cuando la infor macién recogida resulta sobrada en relacién con los objetivos de investiga- cién. Esto es, nuevas entrevistas (0, en su caso, nuevas observaciones 0 documentos) no afiaden nada relevante a lo conocido. Ciertamente, ello es asf particularmente en el planteamiento de Glaser y Strauss, donde Ia orientacién de la investigacién tiene como norte la genera- cion de teorfa, Pero esto diltimo no siempre preside los estudios. En muchos trabajos de investigacién social (aplicada sobre todo) el investigador hace uso del acervo teérico de su disciplina o formacién, y trata de practicar la llama- da saturacién estructural (Ibaiiez, 1979). F) metodélogo espanol dejé escrito que “para una muestra estructural son relevantes los términos de cualquier oposicién y las fases de cualquier proceso”. Lo que recuerda la indicacion de Gorden (1975) sobre la conveniencia de manejar una serie de pares opuestos en la seleccién de los entrevistados, a modo de tipos polares, Este autor sugie- reel par “estatus alto-bajo", los “tipos activos-pasivos”, “miembros-extrahos” y “méviles-estaticos” (némadas-sedentarios seria [a traduccin preferida por Jestss Thafiez, y por nosotros también), Por supuesto. caben muchos otros ¥ cen cada investigaci6n habra que determinar los pertinentes*. Sean grupos de discusién o entrevistas (individuales) en profundidad las herramientas con las que trabajemos, el muestreo cuslitativo no pretende la representacién estadistica, sino la representacién tipologica, socioestructural correspondiente a los objctivos del estudio. Y, al jgual que en cualquier ope- Facion de investigacién, las decisiones muestrales serén fruto a su vez de las contingencias de medios y tiempo. Por tanto, son dos los eriterios maestros de muestreo que estan a la base de lo expuesto: heterogeneidad y economia Ambos estin relacionados entre si y con los conceptos de saturacién, mues: tve0 tedrico, muesireo estratégico... tal como se ha tratado y ejemplificado en otro lugar (Valles, 1997: caps. 3, 6, 8 y 9)”. Merece destacarse la propuesta hecha entonces de elaboracién de casitle- ros tipolégicos, cuya definicin se hacia asi: “(...) dispositive muestral, de ca- ‘guntas de investigacion y tiene lugar un andlists prliminar. Todo lo cual puede levar & modi ‘sar las decisiones mueatrales inictales. Tal ex ol eardeterslrativo, continuo, emerges » este al que se hace referencia, Como sefala los Rubin (1995: 63), hay que lograr ls diferentes puntos de vste que estin fen juego. La maesrie, a nuestro juiio, se deruetrn aqui en tuna geleccion equlibraa we ence: Vistados que aporten modes diversos de enfocar la “arena de estdio # En el capliolo 3, cocretamente se axpone y comenta un cavo real de favestizacién,en el (ue previamente als seleceion de los entrevistados se selecclonan dos contextos uroanos, dos barrios. Este muestreo de contextos es um principio eomplementatio al de seturaciém, que forma parte del muestreo tedrico propuesto por Glaser y Strauss (1967). Los Rubin (1995: 93) se relle Fen a él com la oxpresicn dletmilarty sampling. ENTREVISTAS CUALITATIVAS “9 récter instrumental, del que se sirve el investigador para hacer operativa una seleccién de entrevistados orientada a controlar (garantizar minimamente) la heterogeneidad de la muestra, en variables consideradas analiticamente re- levantes” (Valles, 1997: 212). Este procedimiento guarda analogia con las, operaciones de esratificacion y fijacion de cuotas del muestreo de encuestas. La idea motor es ganar conocimiento del “universo” de entrevistados poten” isles: tamafio y caracteristicas sociodemogréficas, otras variables o ejes re- levantes de segmentacién y polarizacién, con el fin de trazar un primer cast Uero tipoldgico. Para ello, se recomienda una aproximacién a través de las fuentes disponibles al investigador (estadisticas censales y de encuesta, estu- dios previos), inclusive su experiencia ¢ imaginacién, "RUSTRAGION DE DIEENO MUBSTRAL CUALITATIVO, MEDIANTE CASRAAOS TIPOTOOIGOS (Gea Valles, 1080) En un trabajo becado por el Dopartamento de Estudios y Andlisis de! Ayunta- miento de Madria (Cea y Valles, 1990) se elaboré una caracterizacién de los lla- mados hogares unipersonales y parejas cohabitantes, a partir del Padron Munici- pal de Habitantes (PMH) 1986 de Madrid. En este estudio se proyecto la Tealizacion de 40 entrevistas en profundidad a personas solteras, entre 20 y 39 aos de edad. De ellas, 15 se hicieron a personas que vivian solas en el momento de la entrevista, 15 a parejas cohahitantes sin hijos y 10 a parejas cohabitantes con hijos. Con esta muestra inicial se pretendla cubrir un abanico suficiente de casos tipo generales, que nos permitiese descubrir la gama de comportamientos y acti tudes sobre las llamadas entonces ‘nuevas formas de convivencia", en relacion con la vivienda; ademas de poder establecer una cierta comparacién entre sub- grupos, Todo ello teniendo en cuenta el plazo de ajacucién del proyecto y la ‘cuantia de la boca. Para la seleccion de los entrevistados dentro de cada subgrupo se tuvo en cuenta el perfil sociocemograiico observado en la tabulacién y andlisis previo de los datos del Padrén. Por ejemplo, en el caso de la poblacién soltera en hogares unipersonaies, se trazé un primer casillero resultado de cruzar las variables sexo, edad y categoria socioeconémica®, quo reproducimos aqui, en el que se puede ver el reparto de las 18 entrevistas proyectadas, 1 Esta vattablees Ia resultante dela combinacién de las variables “actividad de la empress ‘profesiGn” y “situacion labora. Para su elaboracion se siguieron los crteros de recodlficacion ‘exouestos en el Documento de Trabajo nim, 13 del Ayurtamiento (Departamento de Estudios 9 ‘vals. 7 ‘CUADERNOS METODOLOGICOS 32 Categoria Hombres Mujeres soclocconémica 0-24 25-29 20.24 36-09| 20-24 25.29 30-34 95.99 Directores, gorentos de empresas, tc as Profesionales, técnicos, ete = Mandos intermedios, ec. 1 | nee Ores pee rood wee te Junto a esta informacién, se sabia también (tras la explotacién del Padréa) que los solitarios empadronadios contaban con mejores credenciales educatives que el total de la poblacién de 20 a 99 aios. Pero este perfil ya quedaba en parte sub- sumido en ia categoria socioeconémica y, por tanto, en el casillero. En todo caso, era una informacion a tener en cuenta en la soleccign final de los entrevistados. Al igual que s0 consideré la ecologia de esta poblacién: en la ciudad de Madrid re- sidian, segun el Padrén, en los distritos de la “almendra" (los centrales), a dife- rencia de las parejas cohabitantes (con hijas sobre todo) mas prasentes en los isttitos periféricos. Ademds del aprovechamiento de esia fuente estadistica, se tayo eu Cusnla Ia investiyaciGn Cudilativa de Ana Cabre y wlaloiadoies (1888) sobre el fenémeno de la cohabitacién y la soledad a edades javenas an Madrid y Barcelona. Véase Valles (1997: 210-212). Interesa subrayar, desde un punto de vista metodolégico, que con estos casi lieros Upolégicos (que son la extensién grafica de algunas condiciones de selec- cién) se proyecta en la medida de lo posible la cormparacién de casas concep- tualmente relevantes. Puede sorprender, a primera vista, el cerramiento de estos casilleros, especialmente aquellos que reunen un mimero alto de condiciones de selecoién sine qua non. Pero, en la practica, cumplidas esias condiciones, suele quedar todavia un amplio margen de apertura en la seleccion de los entrevista dos potenciales. CMMC3. Criterios muestrales de naturaleza prdctica. En el apartado anterior se han presentado los dos criterios fundamentales a la hora de decidir a quiénes y a cuantos entrevista en profundidad. En dos palabras, heteroge- neidad y economia, aunque estas son sélo las ideas maestras, de las que se derivan expresiones mas técnicas: muestreo te6rico, punto de saturacién, he: terogeneidad estructural, muestra estratégica. Desde luego, hay otros eriterios ‘maestros generales que cabe barajar en el disefio muestral de entrevistas cua~ litativas. Baste aludir aqui a los criterios de marginalidad, normalidad y de excelencia propuestos por Ruiz Olabuénaga e Ispizua (1989: 224-225) 0 la clasificacion de tres “tipos generales” de entrevistados (claves, especiales y re- ENTREVISTAS CUALITATIVAS. n presentativos) propuesta por Gorden (1975: 187-189). Unos y otros aparecen revisados en Valles (1997: 212-213). Ademas de estos eriterios generales, aunque en cierta medida operatives y practicos también, se puede anadir un conjunto de criterios muestrales de aturaleza mas préctica atin. Tienen gue ver con la seleccién conereta y final de entrevistados una vez tomadas las decisiones acerca de los tipos generales © los perfiles sociolégicos. Se trata de “al menos cuatro preguntas criterio, basicas que deben responderse en Ia seleccién de entrevistados”, segiin Ray- mond L. Gorden (1975: 196 ss) *. Estas preguntas criterio 0 condiciones de seleccién son a) ¢Quignes tienen la informacién relevante?; b) gQuiénes son més accesibles fisica y socialmente? (entre los informa- dos); 1) @Quiénes estan mas dispuestos a informar? (entre los informados y accesibles); d) ¢Quiénes son mas capaces de comunicar la informacién con preci- ‘sidn? (entre los informados, accesibles y dispuestos). La respuesta a la pregunta criterio a) le lleva a Gorden a praponer una se rie de pares opuestos 0 tipos polares, a los que ya nos hemos referido. Sobre Ia cuestién b), Ia accesibilidad, sc advierte el riesgo de que los entrevistados aceesibles no cumplan otras condiciones de seleceién o acaben introducien- do sesgos similares a la autoseleccién o la infraseleccién en capas sociales al- tas, conocidos en otras estrategias metodologicas. Los interrogantes c) y d) no estan exentos de problemas (Gorden, 1975: 203-210) aunque son solucio- nables mediante la seleccién adecuada de entrevistadores y la actuacién de Estos en la entrevista (Gorden, 1975; Valles, 1992). Un apunte més, a proposito de la seleccién final de los entrevistados y que engarza con la cuestin de la accesibilidad (ya referida), ademas de con las labores de contacto (que se exponen mas adelante). La llamada estrategia © técnica de la bola de nieve, que consiste en solicitar a cada entrevistado su colaboracion para facilitarnos el contacto con otros entrevistados potencia- les, entre las personas de su cfrculo de conacidos. Suele ser un recurso técri- co muy socorrido, aplicado a veces de modo acritico. Esto es, sin corregir los sesgos que un mal uso, 0 abuso de dicha técnica, puede acarrear en la selec- cidn de entrevistados y en la saruracién resultante. De abf, la sugerencia ten prana de autores como Katz y Lazarsfeld (1955), considerados por Denzin ® Una version similar, plonera, puede verse en Richardson y otras (1968: 296-299). Recen- temente, los Rubin (1995: 66) han sehalade tres requistos 8 sstisfacer por los entcevistados “eonocedoces de la experiencia, siuscign 0 areaa cultural a estudio"? 2) “dispucstos a ba blae 3) representac In gama de puntos de vista, cusnde hay diferentes perepactivas sobre 10 que scestudl, 2 CUADERNOS METODOLOGICOS 32 (1970: 93) antecesores de esta técnica, de empezar con un nuestreo aleatorio de entrevistados y luego proceder con la bola de nieve. A nuestro juicio, 1a sleatorizacion no es imprescindible, ni garantiza la eliminacién de los pro blemas sefalados. La clave esté en cl criterio maestro de la helerogeneidad y en cl cardcter flexible, iterativo, continuo del muesireo cualitativo. CMMC 4. Muestreo fuera del control del diseno: muestreo indigena, del entre- vistado y det entrevistador. El encabezamiento de este cuarto punto sintetiza varias ideas, que nos devuelven al terreno més reflexivo con el que abriamos esta serie de critcrios maestros de muestreo. Decido introducit aqui esta re flexién metodolégica, porque tiene algo que ver con Ja técnica de la bola de nieve. Un ejemplo de técnica muestral en la que la seleccién de entrevistados se deja, en parte, al entrevistado. Pues bien, Holstein y Gubrium (1995 74. 76) van més alld al sefialar que ¢l muestreo “nunca esta completamente bajo el control del diseio muestral”, debido a que e] proceso muestral continga durante la realizacién de la entrevista. Ello ocurte, por un lado, “cuando el entrevistador anima 0 busca explicitamente” los diversos posicionamientos posibles en los entrevistados. Ello ocurre también, por otro lado, cuando el entrevistado “decide espontaneamente conmutar yaces" (switch voices). Lo gual, a juicio de los autores citados, supone que “el entrevistado toma tam. Bign decisiones uwestiales practicas y teorteas”. Se completa asf un planteas miento metodolégico, que trata de hacer aportaciones a una teoria de la trevista cualitativa sin ignorar, ni tirar por la borda el trabajo tedrico previo, Este es un fragmento elocuente: + G.)el muestreo en Ia entrevista activa es un proceso en marcha: designar un grupo de entrevistados es tentativo, provisional y a veces esponténea incluso. Por ejemplo, podrfa aftadirse entrevistados adicionales si el interés 0 las ne cesidades nuevas emergentes de investigacion lo dictan (-) La idea no es tanto capturar un segmenta representativo de la poblacién como solicitar y analizar continuamente horizontes de significado represen. tativos. A este Fespecto, el “marco muestral", por asi deciclo, son los signific cados —los que dé Ia experiencia— que emergen solo a través de un proceso de descubrimiento atado a Ia entrevista misma. Esta forma de muestieo acti. 10 ha sido deserito en extensién por Barney Glaser y Anselm Strauss (1967) {Holstein y Gubrivm, 1995: 74]. CMMC 5. Sobre la duracion y repeticion de las entrevistas. Sin duda, éste es un aspecto que conviene plantearse siempre que se trabaja con entrevisias cualitativas. Forma parte de las tareas de diserio, pero desborda ciertamente lo agrupable bajo Ia etiqueta de disenio muestral, pues incumbe tambien al disefio de las sesiones de entrevista. Por otro lado, se ha insistido que algu- nas decisiones muestrales se revisan 0 se toman durante el trabajo de carn Po. Este ¢s el caso. Empezaré por Ia cuestion de las entrevistas repetidas 0, menos equivoco, el némero de entrevistas a fondo a concertar con una mis. ENTREVISTAS CUALITATIVAS 2 ma persona. Como es sabido, en las investigactones de cardeter biografico, realizadas entre otros por psicélogos, socidlogos © anwopélogos, son habi tuales las decisiones de este tipo ®. En ellas, Ia duracién de cada sesién de entrevista suele ser mayor y Ja repeticién de las entrevistas un rasgo caracté ristico del método biografico. Pero ni la duraci6n ni la repeticién tienen una nica traduccién en la practica de las Iamadas entrevistas de relato vital 0 biograficas (Atkinson, 1998). Para el autor de The Life Story Interview, lo “mas tipico” es celebrar “al menos dos o tres entrevistas con la persona, de una hora a hora y media cada una’. Si bien afiade que esta entrevista tipica cabe consideraria breve, comparada con otras modalidades de entrevista biogréfica encuadradas en las llamadas historias de vida, autobiografias asis- tidas 0 simplemente relatos de vida ms extensos. "BENPLO DE DECISONES MUSSTRALIS SOBRE A DURACION'Y REPETICION ‘Mi experiencia investigadora primera y més reposada coincide, en lneas genera- Jes, con la tipicidad que sefiala Atkinson, aunque creo que también iustra algunas singularidades (Valles, 196, Lue). La investgecion a la que me refiero se desarro- io a lo largo de cuatro alice y por un solo investigador. Corresponde, coro he es ecto en otro Tugar, a uno de ios extremos del continuo Cualitaivo, el de los estudios de disefio emergente, sencillos, reducicos a unos pocos context0Sy casos, pero pro- Jongadios en el tiempo (Valles, 1997: 89 ss). En dicho estudio eo hicieron entrevistas de relato de vida, de duracién entre una y dos horas, a una teintena de jovenes u- panos, Lo que interesa destacar ahora es que al fnalizar la primera entrevista (en el aio 1988) se avisaba a cada entrevistado de la posibilidad de una segunda entrevis- taal cabo de uno o dos aftos. La interrupcion de todo contacto con mis entrevistados durante dos afios es una de las singularidades a las que me roferia. En 1987 decid hacer una segunda entrevista a los mismcs j6venes. Era una decision que implicaba mas trabajo, no sélo de campo, también de tratamiento de informacion y analisis Pero merecia la pena. En las primeras entrevistas los jovenes me habian puesto al comiente de sus vidas, de sus proyectas vitales, Transcurridos dos afioa, las sequn- das entrevistas podian revelar hasta qué punto sus expectativas ge iban cumpliendo; ademas de servir para corregir malas interpretaciones por mi parte, Este minimo, Pero decisive, seguimiento de los casos iba a proporcionar mayor sclidez a los re- ‘Sultados del estudio y caracter longitudinal al disefio primigenio™ ® Sobre la metodologfa biogrifica se cuenta en Espana con una amplia y especiaizsda lite- «atura,firmada por psledlogos sociales, socidlogos y antroniogos, Una revision de buens parte {della misma se encuentra en Valles (1997: cap. 7) 3 'afios mas tarde he aprendide de Joss Lule de Zirraga Ia enstencia ¢ importancia de tos isenas de imvestigacién cualitaiva continue, frente a los disefios ad hoe. cealizaios en Espate con la tdenica del grupo de discusion (Valles: 2001s) ™ CUADERNOS METODOLOGICOS 32 En definitiva, con este ejemplo trato de llamar la atencién sobre la i:npor- tancia de tomar decisiones muestrales, también sobre la cronologta de la in- vestigacién (momentos o fechas del trabajo de campo). No basta preguntarse a quiénes y a cudntos entrevistar, hay que plantearse ademas la repeticién de las entrevistas. Esto es, In realizacién de entrevistas en mas de una tinica se- sin, si se quiere expresar asi (Spradley, 1979; McCracken, 1988; Hammersley y Atkinson, 1994). Recientemente, Johnson (2002: 113) se ha hecho eco de las experiencias de otros investigadores (y de la suya como docente) a propé- sito de las reentrevistas. A la pregunta habitual acerca del nimero de entre- vistas, cl profesor de la Universidad del Estado de Arizona suele responder escuetamente: enougit (las suficientes). Esta es sut aclaraci6n: (9) lero decir con ello que deben realizarse entrevisas suicenes de ‘odo que el entrevistador stenta que él ella ha aprendido todo To que hs {que aprender de las entrevstas y ha comprobado esos entenciienios me. diante la reentrevista de los informantes mas conccedores y que le merecen mayor confiansa [J Jonson, 2001, 113] movida por el INJUVE en Espafia (Valles, 2000a). Pretendo ilustrar lo escrito por Johnson y, ademés, ejempliicar otras circunstancias de investigacign posibles. oon ee TUSTRACIGH DE REGITREVISTA PARGIALY OTRAS DECISIONS MUESTEALES EN UN ESTUDIO REAL som sn = Gus Yeates even tena he eo eee nee ees re arr > Sobre ext nocion de estgoexpeto(espert witness, en expresin de Lazasfeld) yx hemos hecho la‘anolacion pertinent en loa 22cm este miamocapiule ae ENTREVISTAS CUALITATIVAS. 8 quo se hablaba: el lado de la politica (los promotores y demandantes de la en- Guesta) ¥ el lado de la sociologia (los ejecutores técnicos de la misma). En reali- Gad, habia también algunos entrevistados con esa doble vision. En cualquier caso, tmos y otros habian hecho posible la encuesta mencionada. Debido al tiempo transcurrido, casi cuarenta afios, algunos de los eque hubie~ ran cumplido las condiciones de selaccién no puicron ser entrevisiados a causa Gel fallecimiento, Sin embargo, entre los finalmente contactados y entrevistados ‘ce tenia la certeza de contar con varios personajes principales y estratégicos de Ia historia de la Encuesta, Por ejemplo, el miembro de mas edad y el mas joven. en el equipo politico que promovié le Encuesta y otras actividades relacionadas. Jess Lopex-Cancio, a sus 81 aos, aporté un relato generoso (junto con docu mentos de su archivo privado) acerca de su memoria como Delegado Nacional de Juventudes. Desde el punto de vista politico y de administracién publica, Lé- pez-Cancio era el responsable de la Encuesta y de toda una estrategia de cam- bbios en la formacién de ta juventud. Con él se mantuvieron dos sesiones de en- trevista, de dos horas y media la primera y de dos horas la segunda. Gabriel ‘Cisneros, sexagenatio en el momento de la entrevista, aporté un interesante con- apunto: una rememoracién sintética (la entrevista durd 50 minutos) repleta de claves interpretativas y de vivencias, También 6! llegaria a ser Delegado Nacio- nal de Juventudes (entre los aos 1969 y 1972). Mas importante aun, al cabo de Jos afios se convertiria en uno de los Jamadios padres de la Constitucién de 1978. Su participacidn en la Encuesta, eecrin él mismo aclararia en la entrevista, “no fie de mero encuestader", colaboré en la tabulacién y estuvo presente en algunas Ge las sesiones técnicas con los sociblogos. Pero lo que, sin duds, le cualificaba ‘como festigo experto era su vinculacion con Francisco Vigil (el director del De~ partamento de Formacién Politica, que impulsa realmente la Encuesta). Vigil nu- bbiera sido uno de los entrevietados clave y espaciales (Gorden) de no haber falle- cido con anterioridad a nuestro estudio. Afortunadamente, pudimos entrevistar a dos estrechos colaboradores de Vigil en el momento de la Encuesta: Adriano Go. mez Molina y Francisco Andrés Orizo™, Aunque no forma parte del equipo de la Encuesta, su percepeién del contexto paliico vivido, de la significacion de la En. cuesta y otras actividades de la Delegacién Nacional de Juventudes supuso (tel como estaba previsto) un coniraste y un complemento de lo relatado por otros, testigos expertos. ‘Como se sefiala en la nota $3 al pie, Orizo podia aportar una vision retrospect va desde la experiencia politico-administrativa de la época de la Encuesta y des- de su ofcio de socidlogo. No es el nico entrevistado que cuenta con esta mirada binocular, de mayor calidad panorémica. José Mariano Lopez-Cepero hizo Jas funciones de direceién y coordinacién, como persona puente entre la Delegacion y la universidad A él se debe en buena parte, por ojomplo, la conservacion hoy 3 La entrevista 4 Orizo se hace al final de su trayectoria profestonal como sociélogo, Este es uno de los casos aludidan, de narracion desde ambos lados, el politico y el sociologiee, Aunue, Como nos adverte reiteradamente, él no partielpg como socidlogo en I Encuesta % CUADERNOS METODOLOGICOS 32 de los cuestionarios originales en el Instituto de Ia Juventud (del que seria su tex cer director), Gracias a que ordena su encuadernacion. Después de 40 afios, con. serva alin los juegos de tablas que so elaboraron a partir de las fichas de los cuestionarios masculinos y femeninos de la Encuesta, Guarda en su archivo non merosas folos de Ja época, entre otras uiia suya con “Paco Vigil” y otra con Lo. ee-Cancio el dia de la entrega del informe final a Franco. También conserva tino Ge los sobres (con su nombre y direccidn impresos) que utllizaban los encuesta. dores para remitir por correo los cuestionarios realizados cada jomada, En fin, cumplidos los 75 afios de edad, revive (como ningiin otro entrevisiade) con mi, nuciosided y entusiasmo los trabajos y los dias de la Encuesta, Mantuvimos dos ‘encusntros de entrevista: uno de dos horas y media, y un segundo de 48 minutos. Ademés de este testigo experto crucial, se obtuvieron los puntos de vista de dos Jévenos socidlogos entonces, hoy en su madurez y con renombre prolesio. nak: José Castillo Castillo y Luis Gonzalez Seara. En la toma de dlecisiones a la hora de su solecci6n como entrevistados, se sabia que su patticipacién efectiva en log trabajos de Je Encuesta habia sido menor y, por tanto, su remeinoracion Tesullarfa menos completa. Pero se juzg6 que podrian aportar vivencias y re cuerdos relevantes, ademés de su diagnéstico sobre la sociedad espaficla de ayer, de hoy y la signiffcacion de la Encuesta, En ambos casos, las entrevistas su- eraron con creces las mejores expectativas. En las fechas de Ja Encuesta, juan José Linz Storch de Graria era ol miembro Get equipo con mayor preparacién técnica. Entonces iniciaba su andadura en lo universidad norteamericana, en la que cuando le entrevistamos (el 23 de diciem. bre de 1998) se hallaba préximo a jubilarse. Su recuerdo sobre la historia de la Encugsta se juzgaba decisive, como asi fue. La presencia de Amando de Miguel, en la primera parte de la entrevista con Linz, supuso una ocasion extraordinaria ara Fescatar algunos relatos inéditos de otro de los componentes destacados del equipo sociolégica de la Encuesta ‘También ce decidié y se logré entrevistar a doe miembros mas del equipo de Js Encuesta: Ana Maria Garcia Bernal y Manuel Gomez Reino. La primera habia, sido seleccionada por Pilar de Balle (fallecida) para que, a través de ambas, la Secclén Femenina participase en la Encuesta®, El segundo se habia responsabi- lzado de la cocificacién y tabulacién de la Encuesta. Finalmente, se entrevisto a uno de los autores de los libros basados en los datos de la Encuesta, Luis Buceia Facorro, Habja sido el cuarto Director del Instituto de la Juventud en los afios se tenta. Pero, en a etapa de Lopea-Cancio, habia ocupado el cargo de Director de. w Adviériase que en esta investigacién, que se realizé para el INVUVE en 1998-1999, el dice tor de la misma, Amando de Miguel forsnaba parte del universe de entrevistedos possncadey Nos movernos en el terreno de ls sociologia dela sciologla, Mi actuacion coma responsedls och abajo de campo correspondiente ala historia oral meneionada, de nu andlise ireeraretcen Spuso, 2 mi juleio, un necesario extraramiento sosiatogico por via aeneretional ae eae ahs weniajas de ia empatiay la colaboracion de partida de un festiga experto sin dada cenetea, eoramblen, Su aportacidn en la investigacin actual puede verse cn Valles (2000a). ENTREVISTAS CUALITATIVAS ” Sls ent Pex ura ce nn een een 7a ‘escercages dn Dleanin Nr dove sack ee oft ie Siete ee cemme pece ae See ees ere eee eee eee pep ope in peloton se i es fr ose ls cue pry oe Seopa ae wees en eprint na re sare rac 7 ont os ris ii oe ace eee Oe a ee ee rane ae ce ae So et Stele eee ie er eter sag ry etperpe ree See a ge eee ee oe B) Otros preparativos: seleccién de entrevistadores, fecha, lugar y registro de las entrevistas Abordamos, muy brevemente, en este tiltimo apartado, dos aspectos impor- tantes tambien en la preparscion de las enrevstas en profumeiad, Por wn lado, la seleccin de los entrevistadores més adecuados. Por otro, las decisio- nes especificas sobre las condiciones mas idéneas de fecha, lugar y registro de las entrevistas, Dejamos para el siguiente capitulo la reflexién acerca de las tareas de contacto y presentacion, tareas que pueden tratarse tanto en la vertiente de diserio (0 preparacién de la entrevista) como en la vertiente de campo (0 realizacién de ésta). 1). Sobre los entrevistadores ‘onviene emperar rompiendo algunos molds. Al igual que en el caso de la Seloccion de los entrevitados, aa ampora eta tee bape el zontal Aca seiio. La ventaja de este flanco del método cualitative reside en que permite contrarrestar a lo largo de la sesién de entrevista en profundidad, 0 en suces)- vas sesiones, algunos de los posibles efectos derivados de las earacteristicas Gel entrevistador. Sabemnos que las caracteristicas que cuentan no son slo las de a primera viste(apariencia Hstoa y social), Interesa preguntarse Smo

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