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SER ESPECIALISTA!

A la querida memoria de los Sacerdotes


Enrique Posenato, Guido Varalta, Juan Turati y Luis Bonamini, especialistas en el arte de enseñar
a hablar a los sordomudos, pero más especialistas en el amor que les profesaron de manera
ejemplar a los niños que les fueron confiados.
Homenaje de recordación y admiración. Figuran inscriptos en el corazón de Dios.

A Don Mattioli y a Don Corradi

ESTIMADOS SEÑORES PROFESORES DEL


INSTITUTO DE PROFESORADO PABLO VI,

1.- Introducción

Este trabajo que gustosamente les entrego en forma de “CARTA”, tiene un especial
cometido: y éste es precisamente el de ratificar aquello que tantas veces he dicho en
reuniones con Ustedes, en el sentido de que es necesario que cada uno se constituya en
“ESPECIALISTA” en una rama del saber.

Nosotros hemos abrazado por propia elección LA CULTURA DEL PUEBLO y hacia ella -
o mejor dicho, para inserirnos en ella - hemos transitado antes por los caminos de la
EDUCACION.

También libremente hemos elegido para nosotros el llegar hasta el máximo peldaño
educacional, cual es el de los estudios superiores.

Y en la mayoría de los casos, hemos avanzado tanto…, que no hemos querido quedarnos en
un título de grado.

Sino que es más, cada uno, en su momento, fue capaz de iniciar y completar estudios de
post-título, con los consabidos esfuerzos, dedicación, entrega, afanes, sueños, desvelos,
esperanza, ilusiones y todo aquello tan especial que vivencia de manera más o menos única e
inefable el que pone sus manos en el arado y no mira hacia atrás, porque sabe que su mirada
debe apuntar hacia el cielo, al naciente, desde donde sale el sol, que resulta sinónimo de
VIDA.

2.- El momento que nos toca vivir

Me pregunto de manera retórica si es posible esperar que suceda lo que digo en el título: lo
de “ser especialista!”

Particularmente creo que no, que es un requerimiento del momento que nos toca vivir, de
manera especialísima para quienes la opción de su vida radica en la educación y en la
cultura.

Aludo aquí precisamente al momento histórico (o no?) en el cual estamos.

Este ha recibido distintas denominaciones: la era de la post-modernidad, la era de la


globalización, la era de las comunicaciones.
En fin…, cada uno, según sus convicciones culturales, sus propias experiencias, su
preparación intelectual o su agrado… verá qué denominación puede -o quiere- darle a este
tiempo.

A mí particularmente, me parece que estamos atravesando un momento que bien podría


llamarse el de las NECESIDADES COMUNICACIONALES.

Que el hombre ha nacido para las “comunicaciones” eso es algo que resulta innegable.

La Escritura Sagrada nos muestra cómo, desde el comienzo del tiempo, el primer hombre y
la primera mujer dialogaban con Dios, su Creador.

Pero también sabemos que los hombres de todos los tiempos nos comunicamos con Dios,
porque ello se nos torna una necesidad.

Y también es una necesidad para cada hombre meterse en el seno de la vida social, donde
interactúa, y ello lo hace a través de la comunicación.

Destaco aquí con Ferdinand de Saussure el CARÁCTER EMINENTEMENTE SOCIAL


DEL LENGUAJE.

Estamos en un momento en el cual, como nunca había sucedido, los hechos de la vida diaria
tienen tanta importancia y son tan divulgados, que jamás pasan desapercibidos para nadie,
porque, en verdad, los adelantos que el hombre ha creado para comunicarse están a
disposición de todos, para el uso que cada uno desee darles.

Esta es la ERA DE LA TECNOLOGIA, también se dice. Y bastante de razón hay en esa


frase.

TECNOLOGIA viene del griego, de la unión de dos palabras, que significan “tratado del
arte”.

Pero también: “CONJUNTO DE LOS CONOCIMIENTOS PROPIOS DE UN OFICIO


MECANICO O ARTE INDUSTRIAL”.

O: Tratado de los términos técnicos.

Como así: “LENGUAJE PROPIO, EXCLUSIVO, TECNICO, DE UNA CIENCIA O


ARTE.

(Cfr. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Castellana, edición del año 1979, pág.
1248, 2da. Columna).

El ingenio humano ha creado la tecnología y ésta se halla a disposición del hombre.

Es más, el uso adecuado y correcto de la tecnología eleva culturalmente al hombre.

Como verificamos a diario, ella está en los procesos educativos de todas las edades, desde
el jardín de infantes, y de acuerdo con el nivel educativo de los educandos será el grado de
aplicación que a la misma se le dé.

Tiene ventajas y desventajas, como sabemos. En tal sentido, la tecnología nos acerca
información, pero no suele darnos valores.

Pero el conocimiento de la tecnología, tal cual hoy se lo adopta y encara, va resultando una
necesidad.
Y la ignorancia de la tecnología puede significar la tan temida “exclusión” lo que equivale
a decir la “postergación” de la persona.

A mi entender, la tecnología debe “humanizarse”, para coadyuvar a la “humanización” de


nuestras sociedades.

Si bien recuerdan, Señores Profesores, cuando nuestro Instituto cumplió sus Bodas de Plata,
en 1999, el Directorado dio un documento al que tituló “HUMANICEMOS LA
EDUCACION”, el cual fue -y sigue siendo- entre nosotros un importante referente para
conocer y hacer que se conociera nuestro estilo educativo propio.

3.- Precisemos términos

Durante el siglo XX una rama de la ciencia lingüística, la SEMÁNTICA (o


SEMASIOLOGIA) adquirió relevancia.

Tuvo distintas denominaciones, pero, habiéndose usado una u otra, el objetivo de ella fue
siempre el de dar el valor exacto a las palabras.

Es la ciencia de las significaciones.

El que se dedica a la educación y quiere elevarse cada vez más por ella hacia la cultura
asume una actitud que tiene que ver con la Semántica, si se preocupa por el significado
preciso de los vocablos que emplea en cada estructura lingüística que construye para su
acto comunicativo.

Estamos hablando, por supuesto, claro está, de quienes se han cultivado y piensan que la
incrementación de su cultura personal no concluye nunca.

Y si, como hemos señalado en nuestro documento institucional “LOS ESTUDIOS” y en


nuestro Proyecto Institucional de Evaluación el uso del Diccionario es un hábito cultural
deseable, debiendo propiciarlo entre nuestros alumnos para su elevación cultural, el hecho
de querer hallar el significado justo de las palabras es un gesto que nos muestra el grado
de cultura que tiene quien así procede.

Educarnos a través de la Lengua Castellana!

Elegir una “ESPECIALIDAD”, de acuerdo con el Diccionario de nuestra Lengua


Castellana, es ante todo: PARTICULARIDAD, SINGULARIDAD, CASO
PARTICULAR.

Y en segundo lugar: RAMO DE LA CIENCIA O DEL ARTE A QUE SE CONSAGRA


UNA PERSONA.

En consecuencia, “ESPECIALISTA”, usado como adjetivo, DICESE DEL QUE CON


ESPECIALIDAD CULTIVA UN RAMO DE DETERMINADO ARTE O CIENCIA Y
SOBRESALE EN EL. (Úsase también como sustantivo).

“ESPECIALIZACION”: ACCION Y EFECTO DE ESPECIALIZAR O ESPECIALIZARSE.

“ESPECIALIZAR” (Verbo intransitivo): CULTIVAR CON ESPECIALIDAD UN RAMO


DETERMINADO DE UNA CIENCIA O UN ARTE (Usase también como transitivo).
(Cfr. Diccionario de la Lengua Castellana, edición del año 1979, pág. 569, 3era. Columna
“in fine” y pág. 570, 1er. Columna, arriba).

4.- Buscamos especialistas…

Resulta frecuente escuchar que tal o cual persona es “especialista” en algo y, cuando la
nombramos, lo hacemos con un dejo de admiración por sus muchos saberes y por el grado
de preparación científica que denota; su altitud ética, moral y espiritual le suministran una
fama que nos ofrece garantías, porque sabemos que ha adquirido reconocimiento por parte
de los demás y que posee un justo renombre que trasciende.

Todo esto lleva implícito un proceso de ascenso, de superación, de lograr un mejor


posicionamiento en su profesión y, por ende, también un mayor alcance social, con
reconocimiento de sus colegas y, en algunos casos, con una situación económica que irá
mejorando y consolidándose de a poco.

Si tenemos que consultar con un profesional médico ante una duda por salud, por ejemplo,
buscamos cuál es el mejor especialista.

Nos asesoramos convenientemente, para ver de hallarlo

Deseamos que ese profesional médico nos trate la afección que padecemos y que, con su
ciencia dé con la panacea que necesitamos para que se nos restituya la salud.

Y si todo nos resulta como esperábamos comenzamos a ensalzar las “glorias” del doctor y
hablamos maravillas de él por doquier. Es, en realidad, un gesto de reconocimiento, de
ponderación y de gratitud de nuestra parte para quien nos ha sanado…, para el
“especialista”.

Cuando era estudiante de primer año de mi carrera, allá en el 67, tenía una profesora que
concitaba el aprecio de colegas y alumnos por su sabiduría.

Me refiero a la DOCTORA ALMA NOVELLA MARANI.

Si había una rama del saber en la cual la Marani descollaba de manera genial era
precisamente en su especialidad: la LITERATURA ITALIANA.

Nadie negaba que era una “especialista” y que lo que hacía era propio de alguien sumamente
competente.

Así su nombre era pronunciado con respeto y con tácita admiración, porque era una
AUTORIDAD ACADEMICA INDISCUTIBLE, cuyo obra cultural trascendía las
fronteras de la Patria, por la erudición en el área específica mencionada, los libros y artículos
publicados, las traducciones, las conferencias, el asesoramiento que brindaba a quienes se lo
solicitaban para ahondar en los temas de la italianidad.

Era, a mi entender, una persona admirable.

Pláceme decir que conocía todos los dialectos de Italia, los leía y traducía con solvencia.

También en aquellas calendas, un eximio profesor, humanista, conocedor como pocos de la


cultura clásica, de las lenguas griega y latina, filósofo y filólogo, D. MANUEL JULIO
SANCHEZ MARQUEZ, nos recomendaba vivamente a sus alumnos del Profesorado en
Idioma Castellano y Literatura que fuéramos “especialistas”.
Quería decirnos que eligiéramos una rama de las Letras y que le dedicáramos todo nuestro
tiempo y nuestra voluntad para investigar los temas atinentes a la misma; que nos
esforzáramos por escribir artículos, por enseñar, por dar conferencias… en una palabra, por
sobresalir por nuestro trabajo intelectual.

Había por entonces jóvenes estudiantes que ya elegían especializarse en Literatura


Argentina, por ejemplo, o en Literatura Castellana. Y también quien comenzaba a transitar
su investigación dentro del campo de la Lingüística.

4.- “Especialistas” entre nosotros, en el Pablo VI”

A lo largo de los 35 años que llevo al frente del Instituto desde su fundación, puedo
asegurarles, Señores Profesores, que he podido comprobar que, en nuestra comunidad
educativa, hemos tenido profesores tan ilustres que bien podría decirse que eran
RUTILANTES.

En tal sentido, cómo no mencionar a ASUNCION CLARIZIO si hablamos de Foniatría,


cuando todos le reconocíamos erudición en esta asignatura.

O cómo ignorar a ADELINA DEBENEDETTI, a MABEL ZUBILLAGA o a MARIA


CRISTINA MONTOLIVO por su enjundiosa preparación en temas inherentes al proceso
educativo del niño sordo.

Y actualmente, ¿no tenemos acaso especialistas en Educación Especial?

Todos de algún modo se especializan o han completado estudios de especialización.

Tenemos especialistas en variadas ciencias.

A estas alturas, todos Ustedes, Señores Profesores, son conscientes de que el Instituto ha
sido creado para las ciencias.

Y, a mi entender y al de Ustedes también, es precisamente sobre las ciencias que debe versar
nuestro trabajo: difundir ante todo las ciencias entre nosotros, en esta comunidad de
profesores y alumnos.

No estamos formando científicos, tengámoslo claro, pero, a través del conocimiento de las
ciencias, formamos profesores, que lleguen a ser amantes de las ciencias.

Abrimos de par en par, en el alma de nuestros alumnos, una puerta que es la de la


disponibilidad para proseguir luego, si así lo desean, estudios científicos en la rama que
deseen abarcar.

Y eso es un modo de favorecer la búsqueda de una especialidad.

La suma de todos los saberes, de las experiencias, de las capacidades, de las voluntades…
han permitido que nuestro Instituto llegara a ser

“CENTRO ESPECIALIZADO EN ESTUDIOS SUPERIORES DE EDUCACION


ESPECIAL, AUDICION Y LENGUAJE”,

con su Departamento de Especialización, su Biblioteca Especializada y una variada gama de


actividades que fueron desarrollándose a lo largo de los años centradas en las dos carreras
que tenemos.
5.- CAMBIOS

No he pretendido hacer un texto técnico. Todo lo contrario, más bien humanístico.

Tampoco quise hacer una “teorización” sobre el tema tratado aquí.

He querido simplemente expresar mi pensamiento con sencillez en un tema que, a mi


juicio, tiene que ver con el presente y el futuro del Instituto Pablo VI.

UN PROFESIONAL que se precia de tal para cualquier ciencia o para cualquier rama
del saber u ocupación busca, queramos que no, la superación en lo que hace.

PIENSA EN LOS DEMAS, se preocupa por ellos y organiza sus actividades familiares, de
trabajo y de estudio, para asignarles el tiempo que otros eventualmente pudieren necesitar de
él.

Predispone su ánimo para el CAMBIO que requiere su especialización.

Nuestro PABLO VI es una institución educacional que ha tenido CAMBIOS y que


exige CAMBIOS de manera frecuente, para avanzar hacia el porvenir.

EDUCAR también supone CAMBIOS.

De manera que si apuntamos a una especialización destacándonos en ella es necesario


que adoptemos los CAMBIOS.

La “excelencia educativa” que venimos sustentando desde 1992 es un proceso de


CAMBIOS.

Y eso ya hemos podido verificarlo.

El futuro nos pide CAMBIOS.

En cada uno de nosotros hay una respuesta latente, que cada uno dará en libertad,
responsablemente.

Yo sé de manera absolutamente inconfundible qué quiero para mi vida y para la vida del
Instituto Pablo VI.

Señores Profesores,

Ya me conocen Ustedes y saben que soy resuelto y que no he de quedarme parado por
sentimentalismos viendo cómo se nos pasa la vida y cómo perdemos las oportunidades de
hacer algo por los demás.

Tengo absolutamente claro cuál es la misión que el Instituto tiene como establecimiento
superior de formación docente y como centro de estudios superiores en Educación Especial,
Audición y Lenguaje.

Hemos asumido un compromiso vital ante las autoridades, ante los alumnos y ante quienes
esperan de nosotros muchas respuestas positivas, que les sirvan para sostenernos la
confianza que han puesto en la obra educativa del INSTITUTO DE PROFESORADO
PABLO VI.
Obra de científicos y de especialistas!

Dios lo quiera.

LA PLATA y 21 de junio de dos mil nueve.-

Prof. Ángel Alberto Berro


DIRECTOR
Instituto de Profesorado Pablo VI
Dipregep 4029

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