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GOODENOUGH
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS
¿Por qué el análisis del dibujo de la figura humana hace posible estimar la inteligencia del
dibujante? ¿Cuál es el fundamento del test? La autora partió de una hipótesis de trabajo muy
sencilla: cuando el niño traza la figura humana sobre un papel no dibuja lo que ve, sino lo que sabe
al respecto y por lo tanto, no efectúa un trabajo estético, sino intelectual; ofrece una expresión no
de su capacidad artística, sino de su repertorio conceptual. El volum en de ese repertorio
conceptual, de este “saber” crece con la edad mental, y este proceso se refleja en el dibujo de la
figura humana que hace el niño de 5 hasta por lo menos 10 años. La derivación psicométrica de
este hecho es inmediata: la valoración cuantitativa del “saber” implicado en la representación
humana típica de cada edad, suministra una norma para establecer, ante un dibujo particular, la
edad mental de su dibujante.
¿Por qué la medición de este “saber” comporta la medición de la inteligencia? Según Goodenough
al medir el valor de un dibujo se mide el valor de las funciones de asociación, observación,
analítica, discriminación, memoria de detalles, sentido espacial, juicio, abstracción, coordinación
viso-manual y adaptabilidad. En su sencillo acto de dibujar la figura de un hombre (de expresar su
saber de la figura humana), el niño dibujante debe activar diversos recursos mentales: ASOCIAR
los rasgos gráficos con el objeto real; ANALIZAR los componentes del objeto y REPRESENTAR,
VALORAR y SELECCIONAR los elementos característicos; ANALIZAR las relaciones espaciales
(posición); FORMULAR JUICIOS de relaciones cuantitativas (proporcionalidad); ABSTRAER, esto
es, reducir y simplificar las partes del objeto en rasgos gráficos; y finalmente, COORDINAR su
trabajo viso-manual y ADAPTAR el esquema gráfico a su concepto de objeto representado.
LA ESCALA
Tras un estudio largo, complejo y esforzado de vastas colecciones gráficas de miles de niños de
entre 2 y 15 años de diferente sexo, nacionalidad, razas, grado y rendimiento escolar, de
elaboraciones estadísticas escrupulosas y reiteradas, así como rigurosas y limpias verificaciones
de su validez y confiabilidad, Goodenough logró finalmente establecer su Escala y Baremo. Esa
escala no es sino el inventario de los rasgos gráficos (itemes) que mejor traducen el repertorio
infantil del mencionado “saber” de la figura corporal. El catálogo permite comparar el grado de
completación y perfección de un dibujo por la mera presencia o ausencia de itemes, establecidos
desde ciertos puntos de vista empíricos. Cabe distinguir estos 8:
1) Cantidad de detalles representados: ¿Se ha representado la cabeza? ¿las piernas? ¿el
cabello? ¿el número correcto de dedos? etc.
2) Proporcionalidad: ¿El tronco es más largo que ancho? ¿La cabeza es proporcionada a los
brazos y las piernas? etc.
3) Bidimensionalidad: ¿El cuello está representado en dos medidas o por una sola línea? ¿Y la
boca y la nariz? etc.
4) Transparencia: Las prendas de vestir son opacas o transparentes? ¿Y los cabellos?
5) Congruencia: ¿Los miembros están unidos al tronco? ¿El cabello no excede el contorno de la
cabeza? ¿Las diversas prendas de la vestimenta armonizan o son discordantes entre sí? etc.
6) Plasticidad: ¿El pulgar está en oposición? ¿La mano se diferencia del brazo y los dedos? ¿Las
orejas están correctamente ubicadas?
7) Coordinación viso-motora: ¿El dibujo muestra seguridad de trazado, sin entrecruzamientos o
sinuosidades? ¿Las facciones están simétricamente distribuidas?
8) Perfil: ¿Ha logrado dibujar el perfil? ¿Con cuántos errores?