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: BALANCE*
F. ENGUITA
por MARIANO
Cualqiiici.a qiie scn el juicio qiie a cada cual merezca Iioy su obra, no cabe
duda dc q i ~ cMai.x Iia sitlo uno dc los autores niodcrr~os,en piirticular entre los
no clcdicados ri Iri ccl~~cacióri, con mayor iníiuciicia cn cl dinbito de tsia. Por
otra partc, cl marxismo ha sido durantc vai.ios deccnios ci discurso del poder
sobrc mcdia hiinlaiiidad y cl dc una'importanic porción dc la población, la
polftica y la iiitclcctualitlad occidcrit~lcs.Scrfa, por tanto, una tarca excesiva
y icnici.ari:i la clc intciitnr dui ciicnta dc todos los aspectos de la obra del
fundador, o dc la corricnic dc pensamiento a la que dio origen, que han
enconti-ado una LI otra aplicación en las distintas ciencias sociales y humanas
quc se han ociipado clc la educación: sociologla, economla, antropologfa,
histoi.ia, psicologia, pcclagogla ...
Hay <loscosas qiic, cn consecuencia, no haremos aqiif. Una es revisar la
docena tlc icxios en los < p e Marx o Engels o ambos se refirieron de manera
cxpliciia a la ctlucncióii, conciclamente a la ensciianza politficnica, el carácter
progresivo dcl ii.abyio infantil, cl régimeii combinado dc ediicacióil y trabajo
prod~iciivo,Iii cxcliisióii clc la cconomla polflica (cs decii; de las materias
socialcs o poliiicüs) rlcl contciiido dc la enseiianza, la opción por la escuela
pública o la clistinciúil ciiti.c cl cstado como administrador y como educador.
0ii.a es analiziii. las cori.icntcs inss importantes que se han reivindicado en
todo o en partc Iicrcdcias del marxismo en las cicncias dc la educación: las
idcntilic;itlas con Makai.cnko, Blonski, Pisti-ak, I46rnle, Firinci, Freire, etc., en
la pcdagogla; I~isicoi.íns (Ic la rcprodiicción, dc la coircspondcncia y de la
rcsistciiciri, cii socioloyí;~;la Ilainada csciiclii «sovibtica» o, cii parte, la piage-
tiana, en psicología, cte.
Valc la pcna, cn cai-iibio, detenernos en tres grandes apariatlos. Primero,
cn lo cliic Ir1 o1,i.e tlc Marx, en particular cl n~aterialisiiio,supuso y supone
todavla a la 1ioi.n dc siiuai. la cclucación dcniro de la pi-oblcinliiica inAs gcncral
* Coleciivo de Esiii<liosM;iixisias (coord.):~ a r x i s r ~yt osocieílad Propoestaspara u n deba-
te, Scvill;~,
Miinoic Moya y Moiittavetn, ediiores, 1995. pp. 107-120.
34 DE LA EDUCACI~N
SOCIOLOG~A
LA SOCIOI.OGIA CI.ASICA 39
deseo de tina igualdatl rlc rcsultados. Pero, puesto que las consideraba tam-
bitn coirio cpifciiómcnos dcl coiiflicto cscncial ciitrc biirgucsla y proletariado 1
(cstraicgias rtc divisi6ii.d~la clase obrera, explotación indirccta del trabajo 1
doinéstico por el capital, falsa concicncia. nacionalisn~opequefio-burgucs y
oti.os cpiciclos tan iriúiilcs como innecesarios para explicar desde un centro
único todo lo quc. al fin y al cabo, era otra cosa), tenla poco que decir al
respccto. cxcepto quc no podrfan soiucionarse antes de que llegara, al fin,la ,
aurora del gran tlln. Y no mucha mayor sensibilidad prcsent6 para las desi-
gualdades I,asodns cii cl descqiiilibrio dc poder entre entidades polllico terri- 1
toririlcs: rcgi»ii(:s, niiiiiicipios, campo y ciiidad, salvo qiic sil explicación pu- '
dic1.a scr i.ccliicirlii ;i los Ininili~rcsttrniinos dc clasc: biiri.ios biirgiieses, ba-
ri-ios obrcros, cic., o q ~ i ctomara las macroclinicnsioncs de la crltica del
inipcrialisnio, en pai-tictilar británico.
1
Sc ~>orli.íiitlccii iiicliiso que cl marxismo sc scntln i~clativamcntc,si no a
su gusto, sí, al nienos, confortablemente scguro entre las desigualdades edu-
cativas, o quc tenla las cosas m8s claras contra ellas que sin ellas. Por un lado,
cn IR medida cn que piidicran ser scfialadas, conlirmaban que la burgucsfa lo
tenía todo y cl prolcti~riedonada. Por oiro, las rciormas educativas, con su
pronicsa dc inovilidad social individual, sc opoiilan a la estrategia de conflicto
enirc las clases. Por ~orloslos medios, incluso forzando los conceptos y las
cifras, sc iratiiba (Ic dcniostrar quc cl sistcma dc cnscnanxa cas!igaba a los
pobres y premiaba a los ricos. De hecho, cada caso de movilidad electiva debla
~
ser apartado del 6mbito dominado por la profecfa de la rcproducci6n como
excepcional (.uno enirc un millónn), o dcmagógico (ulos exhiben» para fines
de legitimación, «son para el escaparaten). o moralmente condenable (la atrai-
ci6n del becai.ion, una muestra de insolidaridad, de anieposici6n de los intere-
ses individiiales a los del gi-iipo) o incluso como una demostración de la
inapelable coi-i.cccióii, pase lo que pase, del análisis clasista (los intereses
colcciivos se iiilponcn a los individuales y la rcproducción dc la clase burgue-
sa a 1;i dc la pcricnencia a ella dc sus miembros).
La ctliic;iciún, e n la teoría d u r k l i c i m i a n a , e s t r i b a e n l a s o b r e s o c i a l i z a c i ó n
tlcl siijcio Iiiiiiiiino, en c o n g r i i c n c i a con cl realisino c p i s t c m o l ó g i c o d e su
S o c i o l o g f i i . i11ii:':ir la coiifigiiriici61i tlcl picsciitc cnc1ienti.a el h o r i z o n t e ú l t i m o
t. ii~cxoi~;il>lc i1'. 10(1;i ~ ~ c i s i l >i.c;iliz;iciOii
lc 1iiiiiinri;i. Rciilisino cpistcniolc5gico.
sisicnru social I'iiiicitriiiil, iiizhii ~>ositiv;ry c t l u c a c i b n m o r a l c o n s i i l i i y c n d i -
iricnsioncs ilc i t n pi-incipic) iibsoluto: el o r d e n social c s t a b l c c i d o en su i n m c -
ilinicz pi-cscnic y s ~ i s t r i i i d oii ciinlqiiicr v o l ~ i n t a r i s m o .Ln /i-orcio~raliduciddel
si.sio,iu .sis coiri~ii*rre eit sil propia rrrcioi~<tlidurl.C o n s i g u i e n i e m c n i c . la realidad
social cs iacioiial o, cn 011.0s i k r m i n o s . Iii racionalidad del sistenia social t ~ es o
otra q u e Ir1 i i ~ l i e r e i ~ tae l a s itistituciones que lo irlfegran y p o r lo t a n t o e s t a
c o n s t i t u i d a por las ilon7ras y vulores 911.2presiden srl acción.
L a s c o n s c c i i c n c i a s d e este o n t o l o g i s m o son e v i d e n t c s . S i u n a d a h a y en lo
rca'l q u c coir l'tii~tl:iincniosp u e d a considci-arsc i.cfraciario a la r a z 6 n h u m a n a u ;
si n i n g u n a c a i c g o r í a dc l i c c h o s es t~irracionalen su esencia^.^ i o d o es Iógica-
r n c n t c colicrcntc y respondc a n e c c s i d a d c s racionales. Se e n t i e n d e a h o r a t i n o
tlc los posiiilatlos t c ó r i c o s mrís rclcvantcs d e la S o c i o l o g i a durkhein-iiana: wEl
2. e. Durklicirn. Las rcglris rlel nidtodo sociol6gico. Moraia. Madrid. 1974, p. 54.
3. e. Diii,klieirn, Dc la divisidti del rrabajo social, Schapire. Buenos Aires. 1973, pp. 80 y
286: Lo erlttcaci<liiiiiornl. cit., p. 304.
4. u [ ...1 1.;) esciicia Iiiirii:in:i no es algo ubsiracio e inmanente a cntlii in<lii,idiio.Es, en sii
iealid;itl. cl conjiinio dc Ins ~cliicionessociales. ('f'csis 15 conirii I'eiieib;~cli),cii t;. Maix y F. Eri-
gels. 11) ir/ei~/o~lii
cik.i~iritiri,C;i.ii;illx). 8ai.celoiia. 1970, p. 667.
5. K. Maix. lil I."íJrrrtiiirrioclt. 1,iris Bonrrpurie, 11i.iel.Barcelona. 1971. p. 1 l .
toda la historia hasta el presente. Pero en cuanto esta dimensión de naturaleza
de la vida social es sustancializada, como sucede en el caso de Durkheim, los
hechos sociales son al mismo tiempo glorificados como norma absoluta para
la acción de los hombre s.^^
La socialización es posible porque la naturaleza individual no existe. El
sujeto es una entidad vacía que sin el trabajo de relleno que ejerce sobre él la
educación - c o n materiales sociales- no traspasarían nunca el umbral de
la más estricta animalidad. El proceso (social) que conduce a la génesis de la
personalidad s61o es factible si se eliminan los escasos ingredientes naturales
que previamente a su socialización se encuentran en el hombre. Ahora bien,
aceptados todos estos supuestos, Durkheim no puede por menos que identifi-
car inculcación con educación, y de ahí el paralelismo por él establecido entre
la acción educativa y la hipnosis.' Al fin de cuentas, el sujeto se encuentra en
ambas situaciones a merced de seres más poderosos que él, que pretenden
integrarlo en un universo en donde reina el principio de realidad.
Precisamente el gran interés de Durkheim por cultivar la razón positiva
en la escuela obedece a su idea sobre la socialización. Este prerrequisito
lógico del realismo sociológico que es la enseñanza de las ciencias físico-na-
turalese Fe encamina a la consecución del mismo objetivo: formar una inte-
ligencia que piense lo real como ámbito atravesado por leyes estructural-
hncionales sin las que esa misma realidad sería impensable e inviable. De
esta manera, se prepara el camino a una concepción igualmente «natural»
del sistema social. Razón positiva, educación sobresocializadora y sociedad
superintegrada son correlatos mutuamente implicados, y consiguientemen-
te la ciencia positiva, la educacibn moral y el orden social componen la
trilogía sustantiva en que se fundamente la Sociología de la Educación de
Durkheirn.
A la educación le va a corresponder desempeñar el siguiente repertorio de
Eunciones: 1. Dotar a la sociedad de un carácter casi natural, cohesionado y
regulado por la lógica que se desprende del saber positivo; 2. Construir la
personalidad individual con una naturaleza homóloga de lo social; 3. Conferir
al orden social una cobertura axiológica que lo mantenga protegido de convul-
siones y conflictos. Todo ello puede sintetizarse en un único objetivo:producir
el tipo rnkdio de hombre disciplinado. C.. ]
La diversidad de necesidades pragmáticas, requeridas por el orden social,
conduce a la especialización de sus órganos, o sea a la individualización de los
sujetos. Cada sillgularidad indivzdt~alviene a ser el respectivo correlato de una
función social. El individuo no es, por tanto, resultado de propiedad intrínseca
alguna, sino producto de necesidades sociales y en cuanto tal reductible a la
tarea específica en que ha sido socializado. La individualización, en suma, es
la consecuencia psicológica de la solidaridad orgánica. Forma ésta de vincula-
19. *Un hecho social es normal para un tipo social determinado, considerado en una fase
determinada de s u desarrollo, cuando se produce en la media de las sociedades de esta especie,
consideradas en la fase correspondiente de su evoluci6n.m Las reglas..., cit., p. 83.
20. Una crftica a esta identificación de lo normal con el promedio, especialmente en el
ámbito de la fisiologb y la biologia. es la de G.Canguilhem, Lo norinaly lo patológico. Siglo XXI,
Buenos Aires. 1971, sobre todo pp. 1 13 SS.
2 1. De la división..., p. 21 6; El suicidio, p. 504.
, 22. La educación ri?oral,pp. 39.47 y 169.
23. Ch: K. Marx, Manuscritos: Econotnía y filosofía, Alianza, Madrid, 1977, pp. 103 SS.
cxprcsrii.lo cci.ici.;iiiiciiic: [tSiiponcr qiic el intlividiio ocupa y debe ocupar un
I I I I ~ ~ t111c
I U iiiiigiiii oii.o piictlc Ilcnnr; ci.cci. quc este puesto Ic ;\guarda, por
dcciilo iisi. cii Iii ni.grinizaci<iri tlcl iodo, y qiic tlcbc I~iisciii.loIiiiste cncon-
11.ai.10;pciisiii rliic grncins ii csic ciii.ric.ici. incompai.ablc, único clcl ser y a la
cliíercnciiici6ii tlcl ti.iibaJo, se ciiml3lc iiiiiio cl scntitlo social como cl psico-
lógico y cl nic.iiil'isico clc In csisiciiciii Iiiiiiiniiii, consiiiiiyc iin idcnl .del indi-
'vitliizilisiiio tliic iiicluel;il~lcnici~ic iio iicnc nada quc ver ( o incluso esta en
conti.adi(:cii>n fiiiidiin-icninl) cori oqticlla idcii del "hombre en gcncral", de la
iintiii~alcza Ii~iiiiann,qtic cxislc por igiial cii todos. y qiic sólo neccsiia d c
1ii libcriatl piiix Iincci.sc clcc~iva.)>~'
I!A u(lct(cct>~ctcidii /iri~cioiialrecrii~ilnzan In igitaldnd, y el ejercicio disciplirzario
S ríril de 10 p,v/¿~sidtt,u 10 liberrci(l. «La lil>criad,dcficndc Durklieim, cs l'i.iito d c
1;i atiioi.iclíicl bicii cntcndida. E~ecti\~amciitc, set. libi'c no consisic cii Iiaccr
iodo lo qiic a lino sc Ic antoja; sci. librc es scr duciio dc s l mismo, cs sabci
rictiiar razoii;idiiincnic y cuniplii con sil dcl>ci:uZsObediencia y iiiiliclatl: 6stas
son las cooi~tlciiritliiscii qiic se iiiticvc 1;) tcori¿i diirkheiniiana de la educaci6n.
No ciil>cIii ~nciiore111Jíi que es e11el ii,ribajo y por su mediación como mds
~.iiiiiplicliiiiiciiicb c coiisigiic clt~s;ii.i.oll:iicsic <,llio.s.Por eso Duikliciin sc opoiic
:i iotlo cii:iiito sc ;ilc.j:i clc Iii \.idti so~.iíicliic es cl ii.abajo. No sólo ve pcligi.os
- E ~ = i ~ ~ i ~ a T p o s i tolrccc
i v n los fundamentos cogriosciiivos necesarios
para conil)itndcr csic csiado inmiitable dc cosas, al revclai.iios que la socie-
d i ~ no
! cs IIIICSII.;I 01>i.i1 sino CI oiigcn dc nucsr'ro ser. La vida sciia agota su
sciiiido cii VI i.cnlisiiio a iil~i.;iiii.a.cii el iq~cgoa la rutiria dcl rol, eii el dcsdCii
poi. lo iiii:ipiiiativo o iitópico. El dcscncanlo del mundo ha triunfado por fin en
los iicinl~osnio<lcinos,cn doiidc la Iábrica, el cuartel y la escuela han impues-
lo s u Icy
30. tI<*I>iiikhcitii i i s ~ p i ) i i < l c csit* liriiicipio basico: que 1;i sociedad es por
..l..L/.I
i i ..I III.I .'1iitl;i
I;i i ~ l i ;i
i
I I I I ; I i~r;iIid:i(l
dilct~c~iic
ii
y s111)ci.ioi~Iii lg!c>i%cJl;sb& fila LCUIQIUI;~L~
;i &cddrs
IWH d.*mtw VK-miik.ctc?iiijiWilo JcFivficrillls iiiorulcs qiie eniclgeii en la vida seria, en las
pi.ofc-sioncs.la cicricin. Iii ciliicacihn y en gcncial en la divisihii del inb;ijo.
3 1. l':.si:is s i ~ i i;il~:iiii;is <lb las ioiiclusioncs qiic Duitlicini Iin Ilegaclo tias estudi;~rLos
/ ; W J I<-I<,IIIPII~II~<.~
I~< <Ic I<i vi<l<irctligios«y que (WI. lii niisrna Cpoca liabfa ;iplicado a la i~.oríiidcl
cciiiociiiiici~io:iI iclviiiil'ir;ir jiiicios dc v;ilor con jiiicios <Ici.v;ilidad (cfr. k. Durklicini,Sociologis
cr ~>liiloso~liic~. I'UT:. P:ii-(s. 1963.1)p. 139 SS.).
32. I/itlc A . W. C<)iil<lner;Ln ~¡i~ilc'cri<.n y la fcoiologfa,Alianza, Madrid, 1978.
<Icb i<lcolo~iu
!>p. 23 SS.
en virtiid rlc In dispoiiihilidad disciplinadii de los siijctos no parece tcner
c~~nnotaci6ii ideol6yic:i alguna.
S
. Y sin embargo esta producción de1:individuo por parte de la educación
implica supuestos qiie en ningún caso son neutrales. Hay, si se quiere, en esta
tcorla sobre cl Fenómeiio educativo, un trasfondo no adscrito u ideologfas
particulares, sino a tina concepción mhs sustantivi que se encuentra cxtendi-
dn cn las socicdodcs iiicliistrialcs, a sabcr: qiic por dcbajo dc las discrepancias
polfticas y económicas, la organizacidn sociiil dcbc sustcntni.sc en inilicrablcs
bnscs inclividiialcs ciiyn naturnleza se incline coniiniianicntc por cl ordcn y lii
rcg~ilaritlad,intlcl~cn~icnicn~entc de la aiitoridad quc Ics domina. ~ ~ i a b d o
1
Durklicini alirmii quc IU educación tiene que superponer al ser egolsta y
asocia1 que acaba de nacer uotro, capaz de llevar una vida moral y socialn," es
lo mismo que si dijera que .es preciso que el individuo esté constituido d e
manera tal que sienta la superioridad de las fuerzas morales, cuyo valor es
mas elevado que el suyo, y se incline ante ellas. Hemos visto -prosigue
Durkheim- incluso qiic si el sentimiento de autoridad forma parle d e la
f u e r ~ acon la cual todas las rcglas de conducta, cualesquicm sean, se imponen
a nuestra voluntad en lo concerniente a las reglas morales. juega entonces un
papel muy considerable; pues, aqul, es el único actuante. S u acción no se vc
mezclada con la acción de ningún sentimiento diferente. Esti en la naturaleza
dc esas reglas el que deban ser obedecidas, no en razón de los actos que
prescriben y de las probables consecuencias que esos actos puedan acarrear,
siiio en razón del s61o hecho de que ellas mandann." La autoridad y su corre-
lato el deber quedan asl inmunes a cualquier actitud o comportakiento tras-
grcsivo.
Durkheim ha comprendido que un objeto es apetecible o detestable no en
virtud dc 10 que el objctivo es en st o de las conseciiencias que de su comercio
sc dcrivnn, sirio dcl tipo dc tcndcncias qiic a 61 nos ligan. Al igual que Spinoza,
sosticnc que iina rcalidad es buena por el Iiccho de amarla, por disponer de
imp~ilsospositivos hacia ella. Para poder uencontrar encanto a tal o cual
objcto cs ncccsario clilc la scnsihiliclad colectivn esté ya coiistituida de modo
dc podcr giisinrlo»." Deseos. aptitudes y actitudes de basc son crucialcs para
el íiincionnniicnto org6nico dc ln socicdnd, y n ello sc dedica la educación, que
qiiccl;~nsl cnc;ii~gii(l;irio tanto cIc rcpi.odiicii cl sisicinii coiiio tlc producir a1
iiirlividiio iiicliiiatlo iil oidcii.
Un püpel de primer rango desempeiia eii esle planteamiento la autoridad.
Por ella Durkheim entiende cuinto nos impulsa a actuar bajo el imperativo
del deber porque reconocemos en ese impiilso la 'presencia de instancias
qiie nos son supcriores. En consecuencia, la aiitoridad devicnc en refuerzo que
desde la conciencia sosticiic y fortalece la conducta reglada d!!r_autacidad
-esnibcerrunpXi'l.fimüyil~tiaKv-
-- debe entenderse el ascendiente que
ejerce sobre nosotros toda potencia moral que reconoccmos como superior a
nosotros. A ralz dc csic iisccndicntc actiiamos en el scntitlo qiic nos es prescri-
lo, no porquc cl acto dc csic modo soliciiado nos atraiga, no porque cstemos
inclinados hacia CI como consccucncia dc nucsiras disposicioiics intcriorcs
ri~ituraleso aclq~iiridas.sino porquc hay cn la autoridad quc nos lo dicia un no
sé qué que nos lo Para que cl individuo se halle en disposicibn dc
acatar el ordcn noirnativo, debe existir una instancia moralmcnie superior
sobrc la q ~ i cnada sc piicda y qiic pcrinancriicmcntc avive cl sciitido dcl
dcl~cr."
Para lograr tal rcsuliado, la culiura sc entiende conlo elemenio de mora-
lización. Mas iio pvi.qiic riqiiL<ll~i csii.ibc e11í;ilsns ideas u oscuros sciiiiiiiicntos,
si110 porq1.1~el tipo de iiiicliyciiciu qiic cl ~>osiiivisiiio dcsiirrolla i.adica cn cl
csplritu de disciplina, UI revclar la cxisicncia dc una rcalidad -la socicclad-
quc existe por si misma, cn virtud de lcycs racionales pero impcrson:ilcs, dc
donde ha dc derivarse un scntimicnto de rcspeto hacia esa cntidad supraindi-
viclual. Dc cste modo, la inicligcncia sc convierte cn la faculiad por cxcclencia
para explicar la razón de ser de las normas y el deber. La inteligencia raciona-
liza cl ordcn social, producc una moral racional y cn consccucncia lcgitima el
csiado dc cosas pi.cscnic. La cu~lura,cn (~cl'iriiliva,mucstra cl carAcicr ncccsa-
rio de la aiiioridad, de las formas dc dominación, al mismo ticmpo que las
cxplica. Al racionalizarlas, esta cultura dcja dc ser una legitimación cxterna-
rncntc añadida a la autoridad para convcriirse ella misma cri autoridad. Es asf
coiiio In csc~iclo,ii~:insrnisoi.ndc tina c~ililii.aconccbidn en inlcs ibi.ininos, csi6
iiii~uvcsncl;~ l>oi'iiiiiliij~lcsIfnciis de podci:
No cs C.sin. cn1pci.o. Iri única manera de cntcndcr la cscucla coirio instan-
ciii ti(: 11otict. (~l~:lil;;rtlo.
cii csic c;iso). 1:ll;i inisiiia liciic sil propia I6gica dc la
tir>iiiiii:ici(>iiy, cti iilgún caso, aill sc han gcsi~idoformas cspcctficas dc domi-
niicibn. Tal riconiccc con IU Icy rle la culiiira dcsigual cn meritos dc la cual cl
gi.iilio más culio tlomina al que lo cs menos. El origen de la misma hay que
biiscarlo cii la cscucla, cspacio er: dondc por primera vez se desarrolla y
c>i.ganizacl sistcnin dc castigos imp~icsiopor cl grupo nihs culto al que es
iiilci.ioi:
Aliora bicn, las relaciones dc dominio sc dan no s610 al ejercer violencia;
iiicliiso aqiic'llns soti ni5s cíiciiccs. siiiilcs y ccon6niicas si consigiicn siislxn-
d c i la coacciúii y s~istitiiii-lapor tina socialización congi-ucntc con la iiioi.al
social capaz tlc :iciii:ir aiii6nom:iinciitc cn lo dii.ccci6n cspcrada. La a~iiuiidad
dc,j3 dc SCI.iin inccariismo quc tlcsdc f'uci.ri violenta al individuo para confiin-
clii.sc con siis dcscos mhs tntirno~.'~
A c p f cs dondc i.calnicntc D~irkhcimcsiablccc lo quc podrian ser los su-
piicsios para iiria Sociologia de la dominrición. Si bicn cn .De la rlivisión dcl
ii-iilxijo social* sil conccpcióii tlcl potlcr cs i i i i tanto Icgal-juridicisia, en cl
37. Ibi<l..1). 2 1 1.
38. En csic cxii~ciiioDiirklicim y Wcbcr pai.ccen coincidii: Wcbcr cniiende por dominación
S I I I I i~si:i<lo
tlc cos;is ~ioi.1.1 ciinl iina \,oliiiiinii in;iniTicsin ("mnndnio") tlcl "tlorninndor" o de los
"~li~iiiiii;irlorcs~~ iiilliiyc sol>i.e los ncios ilc oiins (drl "di~riiiii;ido" o de los "(lori~in;i<los"). tle inl
.TII~:IIC qiic ('11 i i r i gi;itlo socij~liiicnicrclcvnnic csios ;irlos iiciicti Iiigiii. coiiio si los (loiriinndos
Iiiiliiri:in adolii:i<lopoi. sí niisiiios y coriio iri:ixiiii;i ilr sii ~iI)i.;irel contcniilo ilcl iii;iiitl;iio ("<il>c-
iliviici;i")n.I:'<.í~iioiiiiti y So<.i<rl~r(l.
cit., 1). h'J'J.
rcsto de sii ubi.a y dc modo principallsiino cn los cscritos sobrc cdiicución,
entiende In aiiioi.icl:id bajo otros caracteres: coiiio conjunto dc dispositivos
que. intcrnamenic rcgiilaii y presiden la luncionalidad <Icl sistema social a
partir de su iiidividi~alizrición.Y puesto que la raíz de toda autoridad se
cnciicntra cn el individuo socializado, la cscuela es por excelencia el mecanis-
mo iclónco dc doniinacióii.
No qiiicrc dccir esto que Durkhcim prescinda del Estado como órgano
polftico, sino qiie no le concedc cl papel central que la teorla polftica -sobre
tr>do Iri Iicycliriii[i- Ic liiibfa i~cscrvadoni Ic asiyriu las mlsriias fiincioncs que
aquélla. El Estado vicnc a scr una cntidad social mzis, cn csa sociedad alta-
inente discipliiiada, a la q ~ i ccorrcsponde el control sobre la escuela para que
esta última rcspoiicla cicrtnrnente a su objetivo. Pero el poder no reside, como
los csiadistas n ultranza tleficnden, cri un único centro ni sc ofrece separado
de la vida cotidiana. El poder, para Durkhcim, csplur<il, intercictivo e innianen-
te a las relaciones socialcs mismas.
Al scr cada vcz miís la sociedad un sistema aiitorregiilatlo, la autoridad .
deja de ciiicndcrsc y de pi.octicarsc como Tiiciza externa qiic dc modo discon-
tinuo intcivicne en la vitla social; sc convicrtc cn la prccondición inexorable
para que la esiriict~irasocial se mantenga, ya que la autoridad se c o n h n d e
con la lógica ruiicionol del sistcma, con 1:) íiicr7.a cnd6gcna qiic lo anima.
1)iii.kliciiii iiciic i i i i i y cliiro cliic la rcsoli!ci6n de los coiiflicios siiigidos en
las sc~ciccliiclcscnpii;ilisi:is no piicclc vcirir dc lo 1~cyi~cui611 ;i I'oi~iii;~~
tlc pocler
ahsoliiiisi;is lipo Airc.icii l<(f~:ir~tc, .sino - c o n l o Iiu sciialetlo Giddiics- por
rnedio clc In c:onsolitliicióii moi.al tic la división difcrcnciada del trabajo, lo
ciial rcquicrc iinas I'oriiias dc autoridad complciameiiic disiiiiias dc las que
serlalaron a los antcrioi-cs iipos de sociedadw.'" Produccidil de la conducta
tnoral, cor~trolairtdi~ot~io (le1 sirjeto de su propia acción y corztrol interactivo
son las piezas clnvc de este niievo sistcnla de aiitoridad. Ln Sociología de la
Educacibii dui.khciiniana dcviciie, en coiigccuencia, lógica clcl poder social
cspectiico.y dircrenciado tlc las f6riiiulas polf~icas.Un podcr social que no
rcquicrc de Ictigiinidad algiina puesto qlic-no necesita haccrsc crelblc a los
ojos dc iiiios doiiiiiiaclos incapacitados p2ii.a csiablcccr disiaiicias cnirc sil yo
y los dictados cnicgdricos tlcl oidcn social ini~i.iorizado.~"
Esta nioclnlitlacl dc doniiniici6n disciirrc poi.oiros cauces que no ticne por
qué ser del Estado; kstc cs sin diida cl titi11a1-tlc la tiiioridatl, 1111 tfttilo por lo
demás bicn frágil si sc iicncn en cucnta las innúnieras ocasiones en que ha
cstado cn ciisis. La autoridad a qiic Diirkticjni se rcíiei-e no cs intci-mitenie ni
sc singiilariza cn una insti~iici<Sii, sino qiic c i cl podcr socialniciite organizado
3G. A . C;iil<iciis,itl cnpirnlivi~ioy Ir1 iiioihnia ~i!orl~~',soci~il, I3;ii.ct.loii;i. 1977, p. 202.
1.iil~11;
d!r&iuyi.wwcKkr; wyt<l<.i;tl<;ft ~ l ~ r t ; l ~ ~ r m ~-1 l ¡ i í t l>r,iviiiiiir,ilo,:Ficilirgi<i>. A~otii>rtii.
Iliienos Aii.cs, IYh9, vol. l . pp. 201 SS.Un ciiidadoso csiii<li<idc U. Locr<ilx I I ; ~ vcnldo a esinble-
ccr coiicliisiotics i i t i i v ~~i.hxiiii;is ;i Iiis ~ i l i i expiiesias
l sobi.c IU aiit«riclad. ilcscxii-i~iido.ademas.
por ii~rc.levnritciiii;i obro ilc Diii.klicirn (Ir Socinlis~irr)porti cniendei s u priisariiienio polllico.
Cfr. R. I.act~ciis, Drrrklicirii le ~~oliriqrre, Presses de In FNSP ei de I'Uni\%i-siiC de Monireal. Pa-
1.15. 198 l . rslicci;iIiiit.oic 2 I D SS.
40. Siii i l i i ~ l ;;ilgiiri;i,
~ I)iii~klicirii se U i l c l ~ n i OU Iu ~iriyctiicrlade la contliicia. skinnerinna.
i;iI y r.oiii<i sr I ; ~ ~ . r i i i t l ; irii Afli., irll,i ilc /ti lil>rrtn<ly I<r<li~iritl<~tl. Foriiiiiirllti. I3i1iz.<.loiiu.
1972; v6nse
;iI i.r.sl>rc'io111'. SO. 227 y 265.
62 SOCIOLOGIA DE LA EDUCACI~N
C ~ I - I C pa1.a
, clccii.10 con palabras dc Foucault, nsc'esth produciendo a cada
ii~siantc,cii todos los puntos, o más bicn. cii toda ielaci6n de un punto con
O I I . O ~En
, . ~pi-in~cr
~ lugar, esta [unción es desempeñada por la escuela porque
en ella tienipo y cspacio sc organizan de modo tal que distribuyen a los
cscolarcs sin interrupción por situaciones cn donde el saber se convierte en
itiicraccioncs dcsigiialcs. En segundo lugar, la escuela no es, como falsamerite
ci.cc cl seniido común, tina instancia rcpi-csora, sino sustancialmentc produc-
toix, s0bi.c todo de csa faciiltad humana q ~ i chace posible el autocontrol: la
coiicicncia.
En resumidas cucntas, la Sociologla dc la Educación durkhciminna se
i.cvcla como tina tcorlü dc la domiiiación cspecffica de las sociedad-. LS en
dondc cxistc división social dcl iiabajo. Los postulados básicos de la misma se
, resumen cn los sigiiicntcs:
4 1. M. I;i>iicniil~.
La voluti~adde saber, Siglo XXI,Madiid, 1978, p. 113.