llena, orillas de la playa, soplaba un aire cálido, tan
cálido que casi podría saborearse, tenía un sabor a coco… Las olas cantaban al son de una vieja tonada, y ahí estaba ella iluminada por la luz celestial de la luna, vestida con un traje largo de un color verde precioso, como las hermosas esmeraldas, cabello largo, negro rizado espeso, con tez morena ojos verdes que combinaban a la perfección con su traje… Y está ahí parado en el rompe olas con un saxofón tocando al ritmo de las olas, con su maravillosa anatomía en perfecta combinación con el ambiente… Simplemente bello, ojos negros como el ébano, piel canela, labios carnosos, cabello castaño, manos varoniles; él es, él es simplemente perfecto…
Hay en é una magia diferente, única y
sinigual… Ella, la princesa lo ve ahí, bello y perfecto, tal cual príncipe, el príncipe que ella estaba esperando y buscando. Él quedó extasiado al verla, y camina hacia ella, sus corazones laten fuertemente, las mirados fija en el otro, entonces, entonces qué pasó entonces, él llegó hasta donde ella estaba, y la tomó de la mano y la guió hasta una pequeña cueva al final de la bahía, allí entraron, no hablaron, las palabras sobran, bajaron por una grieta e ingresaron a un pasaje fantástico, a pesar de estar oscuro, el reflejo de la luna en el agua iluminaba el pasaje. Lleno de algas marinas, conchas de mar, estrellas de mar, parecía otro mundo, y es así, era su mundo, el de ellos, ahí decidieron amarse, no se conocían, pero sus almas y corazones sí…
Con cuidado el la tomo entre sus brazos, con la
mano acerco delicadamente el rostro de ella hasta el suyo, con un ligero roce de los labios, saborearon el dulce almíbar de un beso, de un beso lleno de amor, un beso inolvidable, un beso de esos, que nunca se olvidan, encendieron con ese encuentro, con esa noche, el amor precioso, apasionado que se tenían. Desde esa noche se han amado, con lujuria y deseo… Todas las noches se han encontrado y viajan a su mundo, su mundo único mágico lleno de amor…