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OBJETIVOS:

•Identificar la diferencia entre culpabilidad y


convicción.

•Reconocer la culpabilidad como falta de


apropiación de la obra redentora de Cristo.

•Ser libre de la culpabilidad, perdonándose a


sí mismo.

•Conocer su verdadera identidad.


Es una vivencia interna, Qué es la culpa?
más o menos consciente,
de haber violado una o
algunas normas familia-
res, morales o sociales:
una prohibición de no
hacer algo o una exigen-
cia de hacer algo, y por lo
mismo, aparece el miedo
al castigo y al rechazo.
Se produce una pérdida
de autoestima que es
dolorosa y en algunos,
tan intensa, que se la
registra como un aniqui-
lamiento psíquico.
Esas normas se han incorporado a la mente desde la
más temprana infancia. Se reciben mediante el aprendi-
zaje, la tradición, la religión, las relaciones con otros, los
medios de comunicación, etc.

Aparece un “Yo ideal”: cómo hay que actuar, pensar y


sentir. Éste queda conformado en los cinco primeros
años de vida, y luego, no será fácilmente modificable.
Entonces, en ambos tipos de familias hay culpa y
castigo, pero las consecuencias son diferentes.
Una culpa será saludable, la otra enferma.

una culpa útil, justificada, necesaria, que nos da la posi-


bilidad de corregir nuestros errores, que se relaciona
con la salud psíquica y otra patológica, que afecta la sa-
lud integral de la persona y se encuentra en la base de
muchísimos conflictos psíquicos.
¿Qué es la culpabilidad?

Hupodikos (griego)= está bajo juicio por sus malas


acciones.

Cuando se viola la conciencia, se produce culpa-


bilidad y esta a su vez provoca ansiedad. Todo
está asociado con el temor a ser castigado por las
malas acciones. Cuando negamos los sentimien-
tos de culpabilidad por medio de la racionalización
y tratamos de esconderlos, la culpabilidad es
transferida del conciente al subconsciente y como
consecuencia surgen ataques de pánico.
Algunas Manifestaciones y Síntomas más
Comunes de la Culpa
1. Autocondena: que pue-
de generalizarse a toda la
vida de la persona. Siente
que todo lo hace mal y por
tanto es digna de castigo
por parte de Dios, la ley, la
iglesia, etc. Les resulta di-
fícil aceptar aún el perdón
divino, aunque lo reconocen
intelectualmente. Tampoco
pueden perdonarse a sí
mismas.
2. Depresiones: pueden ser de di-
ferente intensidad: leves o profun-
das; periódicas o crónicas. Pueden
requerir ayuda psiquiátrica.

3. Autocastigo: acusaciones ge-


neralmente sin una base real que
pueden llevar, por ejemplo, a ac-
cidentes de todo tipo, a fracasos
en distintos áreas (trabajo, pare-
ja, familia, estudio, etc.). También
pueden darse intentos suicidas.
4. Enfermedades físicas diversas: En casos extre-
mos la culpabilidad puede contribuir a favorecer las
infecciones o los desórdenes alimentarios.
5. Conducta de tipo ejemplar: es un intento (muchas
veces inconsciente) de aplacar sus sentimientos de cul-
pa. Realiza buenas acciones, hace beneficencia, dona-
ciones tanto sea de tiempo como económicas.

Es necesario analizar cuan-


do esas acciones no surgen
de la manifestación de un
don (el de servicio o ayuda
por ejemplo) sino que son
neuróticas. La persona pue-
de escudarse en muchos
pasajes bíblicos para justi-
ficar sus conductas.
6. Hostilidad y críticas indebidas: proyecta sobre
otros la hostilidad que le generan sus propios sentimien-
tos de culpa, y produce duras y ácidas críticas de actitu-
des producidas por los otros y que en verdad son seme-
jantes a las que ella misma realiza. Sería “la paja en el
ojo ajeno”.

7. Sentir que los otros le critican permanentemente:


se sienten víctimas y no reconocen lo que realmente
hacen o dicen, aún cuando lastimen profundamente a
los demás.
8. Incapacidad para disfrutar, ser felices: aún en va-
caciones, como si debieran correr al tiempo que se les
escapa. Puede llevar a la elección de cónyuges que pro-
fundicen los sentimientos culpógenos. O una persona se
“enamora” siempre de alguien inalcanzable. Si él o ella
llega a acercarse, a interesarse, pierden el interés en
forma inmediata.
9.No poder recibir expresiones de cariño: porque
profundamente se sienten indignas. Pueden llegar a
aislarse, ser muy introvertidas, de poco hablar. Es como
si dijeran: “si me conocieran cómo realmente soy!!!, no
me aceptarían, me rechazarían, etc. etc.”. Es lo que
hicieron Adán y Eva (Génesis 3:10)
10. Incapacidad de decir “no”: temen tanto el no
lograr aprobación que aceptan todo aún cuando ello le
signifique un compromiso o esfuerzo que exceda sus
posibilidades.

11. Necesidad de actuar siempre bajo presión: eso


aparece en cualquier tipo de tarea: escolar, de trabajo,
en el hogar. Las cosas se acumulan y ello aumenta el
sentimiento de culpa, pero éste la paraliza. Se produce
un círculo vicioso que va aumentando en presión inter-
na. Cuando la presión de la culpa se hace insostenible,
se realiza la tarea. Lógicamente, en estas condiciones el
efectuarla se torna sumamente desagradable. Entonces
deja de hacerlo, se acumulan, etc. etc. Se reinicia el
ciclo.
12. Poner siempre a los demás antes que
a uno mismo: han aprendido que todo es
deber, responsabilidad y aún se apoyan en
versículos bíblicos como el de Mateo 5:44,45
pero se olvidan del versículo completo de
Mateo 22.39. Algunas personas tienen culpa
por tener un buen pasar mientras otras mue-
ren de hambre. No saben ser buenos admi-
nistradores de lo que tienen y comprender
que pueden ser usados para ayudar a algu-
nos; no reconocen que del mundo, solo hay
un Salvador.
13. Intento de ganar
el perdón mediante
regalos para ocultar
su culpa: padres
ausentes; que come-
tieron infidelidad;
que castigaron
injustamente pero no
lo reconocen, etc. Ej.
los regalos que
Jacob manda para
aplacar a Esaú.
(Gen. 32)
14. Conductas inmorales: la culpa es sentida
como imperdonable de modo que: “qué le hace
una raya más al tigre!!”. Pueden ir de pareja en
pareja, o tener relaciones sin ningún compromiso,
o volver a la droga, etc. Muchas personas que han
conocido el Evangelio y el amor de Dios, sienten
que han cometido el pecado imperdonable y en-
tonces..... creen que ya no hay más perdón para
ellas y se mantienen en el pecado, no pudiendo
acercarse a Dios (que siempre está cerca, espe-
rándoles). Se engañan diciendo que ya que no
pueden salir, van a disfrutar del pecado. Aún lle-
gan a negar a Dios.
15. Conflictos matrimoniales: la culpa por
relaciones extra o prematrimoniales pueden
provocar serios conflictos: rechazo más o
menos encubierto por la pareja, problemas
en el área sexual (frigidez, anorgasmia, im-
potencia, falta de eyaculación, eyaculación
retardada, eyaculación precoz, etc.).
También pueden darse por abortos provoca-
dos. La culpa, aunque sea inconsciente, es
de ambos. Puede aparecer una esterilidad
sin base física.
16. Sentido de inferioridad por no lograr lo que exige
su Yo Ideal: en esta cultura en donde “tanto tienes tan-
to vales”, la falta de trabajo, de progreso, de determina-
dos bienes, de juventud, belleza, delgadez extrema, etc.
produce culpa.
17. Justificar las acciones para negar la
culpa: la persona se dice a sí misma cosas
similares a éstas: “bueno, no es tan grave”;
“si otros lo hacen no puede ser tan malo”;
“en verdad no quería hacerlo, quise hacer
lo mejor”. Ejemplo nos da Saúl cuando
desobedeció el mandamiento de Dios. (ver
1º Samuel 15:20,21).
18. Cuando triunfan, fracasan: esto, que parece
tan absurdo, ocurre más de lo que nos imaginamos.
Cuando la autoimagen es de incapacidad, pobreza,
fracaso, no pueden permitirse logros por cuanto
éstos movilizan una fuerte culpa inconsciente. De
modo que aunque no lo pueden ver, construyen su
propio fracaso. Ejemplos: a veces rinden mal una y
otra vez de modo que nunca llegan a recibirse;
cuando van a una entrevista por un buen empleo:
se traban, o dicen algo que los desmerece; aceptan
tareas en la iglesia con mucho entusiasmo, son
capaces, pero al poco tiempo por diversas razones,
abandonan. Etc.
DIFERENCIA ENTRE CONDENACIÓN Y
CONVICCIÓN.

CONDENACIÓN:
El enemigo habla a
nuestra mente des-
de afuera trayendo
culpabilidad por co-
sas pasadas por las
cuales incluso ya le
pedimos perdón al
Señor.
Tres tareas importantes
del Espíritu Santo son:
(1) convencer al mundo
de pecado y llamar al
arrepentimiento,
(2) revelar la norma de
justicia de Dios a todo
aquel que cree, porque
Cristo ya no estaría
físicamente presente en
la tierra, y
(3) demostrar el juicio de
Cristo sobre Satanás.
2 Corintios 7:9-10. Ahora me gozo, no porque hayáis
sido contristados, sino porque fuisteis contristados para
arrepentimiento; porque habéis sido contristados según
Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra
parte. Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
La culpabilidad es producto de dos situaciones:
•Falta de perdón a uno mismo.
•No apropiarnos de la obra redentora de Jesús.

Isaías 43:25. Yo,


yo soy el que borro
tus rebeliones por
amor de mí mismo,
y no me acordaré
de tus pecados.
Isaías 44:22. Yo des-
hice como una nube
tus rebeliones, y co-
mo niebla tus peca-
dos; vuélvete a mí,
porque yo te redimí.

Daniel 9:9. De Jeho-


vá nuestro Dios es el
tener misericordia y
el perdonar, aunque
contra él nos hemos
rebelado.
CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA CON
SENTIDO DE CULPABILIDAD.

1. Se castiga a sí misma. Cuando comete una falta,


espera sufrir lo suficiente para pedir perdón.

2. Se siente indigna. (Cree que no merece que Dios


responda sus oraciones, que Dios le pueda usar, que
Dios le perdone).

Hebreos 10:19-21. Así que, hermanos, teniendo libertad para


entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el
camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es,
de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
3. Desarrolla comportamientos compulsivos.
Intenta superar su culpabilidad por medio de
comportamientos compulsivos:
•Las drogas - El alcohol
•Las aventuras sexuales - El materialismo
•El exceso de trabajo - El ejercicio
•La comida - Las compras

Trata de llenar con lo que sea el vacío que hay en su alma para
olvidar el dolor que le produce la culpabilidad. Cree que hay que
esforzarse humanamente para ganarse el perdón.
4. Desarrolla una falsa humildad. Llegan a
pensar que no merecen nada y se privan de
cosas. Se les hace difícil recibir cosas de otros.

¿Por qué no nos podemos perdonar a


nosotros mismos?

•Por creer en el perdón basado en obras.


•Por un espíritu de incredulidad.
•Por moldearse y rendirse al sentido de culpa
(espíritu de condenación).
•Por esperar repetir el pecado.
CONSECUENCIAS DE LA CULPABILIDAD.

1. La culpabilidad drena su energía y le lleva a


enfermarse física y mentalmente.

2. Bloquea su relación con Dios.

Hebreos 4:15-16. Porque no tenemos un sumo sacer-


dote que no pueda compadecerse de nuestras debilida-
des, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, con-
fiadamente al trono de la gracia, para alcanzar miseri-
cordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
¿Cómo ser
libre de la
culpabilidad?

•Arrepiéntase del pecado de incredulidad .


•Renuncie a todo espíritu de incredulidad y a la razón de
esa culpa.
•Confiese su libertad y decida recibirla por fe.
¿Qué hacer si el enemigo viene a acusarle y a
recordarle su pasado?

•Confiese la Escritura.
Romanos 8:32-37. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el
que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está
a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angus-
tia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas es-
tas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó.
•Camine en El Espíritu.
Romanos 8:1. Ahora, pues, ninguna condenación
hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espí-
ritu.

Si ha nacido de nuevo,
tiene que apropiarse de
la obra redentora de
Jesucristo. Recibiendo
el perdón de Dios en su
vida y perdonándose a
usted mismo. Aceptan-
do todo esto por fe.
COMO PERMANECER LIBRES DE HERIDAS
EMOCIONALES.

Los vacíos debemos


llenarlos con:
•El fruto del Espíritu.
•La Palabra de Dios.

La sanidad no sustituye la crucifixión de la carne. Tene-


mos que negar nuestro ego todos los días, el perdón
tiene que ser un estilo de vida en nosotros.
Gálatas 5:22-24. Mas el fruto del Espíritu es amor, go-
zo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedum-
bre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los
que son de Cristo han crucificado la carne con sus pa-
siones y deseos.
COMO PERMANECER LIBRES DE HERIDAS
EMOCIONALES.

Los vacíos debemos


llenarlos con:
•El fruto del Espíritu.
•La Palabra de Dios.

La sanidad no sustituye la crucifixión de la carne. Tene-


mos que negar nuestro ego todos los días, el perdón
tiene que ser un estilo de vida en nosotros.
SEIS PASOS PARA MANTENERSE LIBRE DE
HERIDAS.

1. Perdonar debe ser un estilo de vida.

2. Renunciar a la ofensa inmediatamente después


de ser ofendido.

3. Arrepentirse. El arrepentimiento tiene que ser un es-


tilo de vida un dolor genuino por haber causado una
ofensa a Dios o a otro ser humano.
Mateo 18:21-22.
Entonces se le
acercó Pedro y le
dijo: Señor,
¿cuántas veces
perdonaré a mi
hermano que
peque contra mí?
¿Hasta sie-te?
Jesús le dijo: No
te digo hasta
siete, sino aun
hasta setenta
veces siete.
SEIS PASOS PARA MANTENERSE LIBRE DE
HERIDAS.

1. Perdonar debe ser un estilo de vida.

2. Renunciar a la ofensa inmediatamente después


de ser ofendido.

3. Arrepentirse. El arrepentimiento tiene que ser


un estilo de vida un dolor genuino por haber cau-
sado una ofensa a Dios o a otro ser humano.
Efesios 4:26. Airaos, pero no pequéis; no
se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Mateo 5:23-24. Por tanto, si traes tu ofrenda
al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano
tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda de-
lante del altar, y anda, reconcíliate primero
con tu hermano, y entonces ven y presenta
tu ofrenda.
Eclesiastés 10:4. Si el espíritu del príncipe
se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; por-
que la mansedumbre hará cesar grandes
ofensas.
SEIS PASOS PARA MANTENERSE LIBRE DE
HERIDAS.

1. Perdonar debe ser un estilo de vida.

2. Renunciar a la ofensa inmediatamente después


de ser ofendido.

3. Arrepentirse. El arrepentimiento tiene que ser


un estilo de vida un dolor genuino por haber cau-
sado una ofensa a Dios o a otro ser humano.
4. Confesar las faltas.

5. La humildad es el
reconocimiento de
nuestra condición ante
Dios. (pida perdón).

6. Conozca su verdade-
ra identidad. (mírese en
el espejo de la Palabra,
pregúntele al Espíritu
Santo).
1 Juan 1:9.
Si confesa-
mos nuestros
pecados, él
es fiel y justo
para perdo-
nar nuestros
pecados, y
limpiarnos de
toda maldad.
4. Confesar las faltas.

5. La humildad es el
reconocimiento de
nuestra condición ante
Dios. (pida perdón).

6. Conozca su verdade-
ra identidad. (mírese en
el espejo de la Palabra,
pregúntele al Espíritu
Santo).
Salmo 130:3-4.
JAH, si mirares
a los pecados,
¿Quién, oh
Señor, podrá
mantenerse ?
Pero en ti hay
perdón, Para
que seas
reverenciado.
4. Confesar las faltas.

5. La humildad es el
reconocimiento de
nuestra condición ante
Dios. (pida perdón).

6. Conozca su verda-
dera identidad. (mí-
rese en el espejo de
la Palabra, pregúnte-
le al Espíritu Santo).
Efesios 2:10. Porque
somos hechura suya,
creados en Cristo Je-
sús para buenas o-
bras, las cuales Dios
preparó de antemano
para que anduviése-
mos en ellas.

1 Corintios 1:2. a la iglesia de Dios que está en Corin-


to, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos con todos los que en cualquier lugar invocan el
nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y
nuestro:.
Efesios 1:13. En él también vosotros, habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa,
SALMO 51

Arrepentimiento, y plegaria pidiendo purificación

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu mise-


ricordia; Conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi
maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo
reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está
siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he
pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y
tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pe-
cado me concibió mi madre. He aquí, tú amas
la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has
hecho comprender sabiduría. Purifícame con
hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más
blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra
todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, Y renueva un espíritu recto
dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y
no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu
noble me sustente. Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos, Y los pecadores
se convertirán a ti. Líbrame de homicidios,
oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi
lengua tu justicia. Señor, abre mis labios, Y
publicará mi boca tu alabanza. Porque no
quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto. Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado; Al cora-
zón contrito y humillado no despreciarás tú,
oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a
Sion; Edifica los muros de Jerusalén. En-
tonces te agradarán los sacrificios de jus-
ticia, El holocausto u ofrenda del todo que-
mada; Entonces ofrecerán becerros sobre
tu altar.

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