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JEAN PIAGET

Piaget destaca la prominencia racional del lenguaje y lo asume como uno de los diversos
aspectos que integran la superestructura de la mente humana. El lenguaje es visto como un
instrumento de la capacidad cognoscitiva y afectiva del individuo, lo que indica que el
conocimiento lingüístico que el niño posee depende de su conocimiento del mundo.

Su estudio y sus teorías se basan en las funciones que tendría el lenguaje en el niño. Para
Piaget las frases dichas por los niños se clasifican en dos grandes grupo: las del lenguaje
egocéntrico y las del lenguaje socializado; estas a su vez se dividen en las siguientes categorías:

• Lenguaje Egocéntrico: Repetición o Ecolalia. El monólogo. El monólogo colectivo.

• Lenguaje Socializado: La información adaptada.

La crítica, Las órdenes, ruegos y amenazas, Las preguntas, Las respuestas.

LENGUAJE EGOCÉNTRICO: "Se caracteriza porque el niño no se ocupa de saber a quién habla
ni si es escuchado (…) Es egocéntrico, porque el niño habla más que de sí mismo, pero sobre
todo porque no trata de ponerse en el punta de vista de su interlocutor (…) El niño sólo le pide un
interés aparente, aunque se haga evidente la ilusión de que es oído y comprendido.

Repetición o Ecolalia: el niño repite sílabas o palabras que ha escuchado aunque no tengan
gran sentido para él, las repite por el placer de hablar, sin preocuparse por dirigirlas a
alguien. Desde el punto de vista social, la imitación parece ser una confusión entre el yo
y el no-yo, de tal manera que el niño se identifica con el objeto imitado, sin saber que
está imitando; se repite creyendo que se expresa una idea propia.

El monólogo: el niño habla para sí, como si pensase en voz alta. No se dirige a nadie, por lo
que estas palabras carecen de función social y sólo sirven para acompañar o reemplazar
la acción. La palabra para el niño está mucho más ligada a la acción que en el adulto. De
aquí se desprenden dos consecuencias importantes: primero, el niño está obligado a
hablar mientras actúa, incluso cuando está sólo, para acompañar su acción; segundo, el
niño puede utilizar la palabra para producir lo que la acción no puede realizar por sí
misma, creando una realidad con la palabra (fabulación) o actuando por la palabra, sin
contacto con las personas ni con las cosas (lenguaje mágico).

Monólogo en pareja o colectivo: cada niño asocia al otro su acción o a su pensamiento


momentáneo, pero sin preocuparse por ser oído o comprendido realmente. El punto de
vista del interlocutor es irrelevante; el interlocutor sólo funciona como incitante, ya que se
suma al placer de hablar por hablar el de monologar ante otros. Se supone que en el
monólogo colectivo todo el mundo escucha, pero las frases dichas son sólo expresiones
en voz alta del pensamiento de los integrantes del grupo, sin ambiciones de intentar
comunicar nada a nadie.

LENGUAJE SOCIALIZADO:

La Información Adaptada: el niño busca comunicar realmente su pensamiento, informándole


al interlocutor algo que le pueda interesar y que influya en su conducta, lo que puede
llevar al intercambio, la discusión o la colaboración. La información está dirigida a un
interlocutor en particular, el cual no puede ser intercambiable con el primero que llega, si
el interlocutor no comprende, el niño insiste hasta que logra ser entendido.

La crítica y la Burla: son las observaciones sobre el trabajo o la conducta de los demás,
específicas con respecto a un interlocutor, que tienen como fin afirmar la superioridad del
yo y denigrar al otro; su función más que comunicar el pensamiento es satisfacer
necesidades no intelectuales, como la combatividad o el amor propio. Contienen por lo
general, juicios de valor muy subjetivos.

Las órdenes, ruegos y amenazas: el lenguaje del niño tiene, principalmente, un fin lúdico.
Por lo tanto, el intercambio intelectual representado en la información adaptada es
mínimo y el resto del lenguaje socializado se ocupa, principalmente, en esta categoría.
Si bien las órdenes y amenazas son fáciles de reconocer, es relevante hacer algunas
distinciones. Se les denomina "ruegos" a todos los pedidos hechos en forma no
interrogativa, dejando los pedidos hechos en forma interrogativa en la categoría
preguntas.

Las Preguntas: la mayoría de las preguntas de niño a niño piden una respuesta así que se
les puede considerar dentro del lenguaje socializado, pero hay que tener cuidado con
aquellas preguntas que no exigen una respuesta del otro, ya que el niño se le da solo;
estas preguntas constituirían monólogo.

Las respuestas: son las respuestas dadas a las preguntas propiamente dichas (con signo de
interrogación) y a las órdenes, y no las respuestas dadas a lo largo de los diálogos, que
corresponderían a la categoría de "información adaptada". Las respuestas no forman
parte del lenguaje espontáneo del niño: bastaría que los compañeros o adultos hicieran
más preguntas para que el niño respondiera más, elevando el porcentaje del lenguaje
socializado.

En conclusión el lenguaje egocéntrico va disminuyendo con la edad. Hasta la edad de 7 años,


los niños piensan y actúan de un modo más egocéntrico que los adultos.

El porcentaje del lenguaje egocéntrico depende de la actividad del niño como de su medio
ambiente. En general, el lenguaje egocéntrico aumenta en actividades de juego (especialmente
el de imaginación) y disminuye en aquellas actividades que constituyan trabajo. Con respecto al
medio social, el lenguaje egocéntrico disminuirá cuando el niño coopere con otros o cuando el
adulto intervenga sobre el habla del niño, exigiendo el diálogo.

EDADES: Para Piaget los en los niños menores de 7 años sólo existe comprensión en la medida
que se encuentren esquemas mentales idénticos y preexistentes tanto en el que explica como en
el que escucha.

Después de los 7 u 8 años del niño, cuando comienza su verdadera vida social, comienza el
verdadero lenguaje

ENFOQUE COGNITIVO:

Posición Constructivista: Las estructuras de la inteligencia incluyen el desarrollo del lenguaje. El


sujeto tienen un papel activo en el desarrollo de la inteligencia, en la construcción cognitiva, si un
sujeto no interactúa no desarrolla la inteligencia ni el lenguaje.

Piaget ha denominado etapa de las operaciones concretas al período que va de los siete a los
once años de edad. El niño en esta fase se caracteriza por la habilidad que va adquiriendo con la
percepción de los distintos aspectos o dimensiones de una situación y el entendimiento de cómo
tales aspectos o dimensiones se relacionan. El pensamiento presta ahora más atención a los
procesos que a los estados. Tales cambios capacitan al niño para manipular conceptos,
especialmente si las cosas e ideas que éstos implican no son ajenos a su realidad. Del mismo
modo, el habla del niño se hace menos egocéntrica en la medida en que aumenta en él la
necesidad de comunicarse y la obligación de reconocer la importancia de su oyente. Esta
situación es diferente de la que verbalmente se caracteriza el niño en la etapa anterior o pre-
operacional (de 4 a 7 años), en la que el niño trata de satisfacer más sus propias necesidades
verbales que las de su oyente. La mayor parte del habla de un niño en esta fase no tiene, según
Piaget, intención comunicacional. Así, la actuación verbal tiende a ser repetitiva o de monólogo
individual o colectivo.
Las etapas de Piaget son las siguientes:

Etapa sensorio-motora (0 a 24 meses):

• Es anterior al lenguaje.

• Se contempla la existencia de un período holofrástico, e incluso el final de la


misma dada por las primeras manifestaciones simbólicas.

Etapa Preoperativa (2 a 7 años):

• Los esquemas comienzan a ser simbolizados a través de palabras (habla


telegráfica).

• La última parte de esta etapa supone el surgimiento de la socialización.

• El lenguaje alcanza un grado de desarrollo notorio. Aparición de las primeras


oraciones complejas y uso fluido de los componentes verbales.

Etapa de Operaciones Concretas (7 a 12 años):

• Adquisición de reglas de adaptación social.

• Se aprende que es posible transformar la realidad incluso a través del lenguaje.

Etapa de Operaciones Formales (12 a 15 años):

• Surgen verdaderas reflexiones intuitivas acerca del lenguaje, juicios sobre


aceptabilidad y/o gramaticalidad de oraciones tratándose de una intuición
consciente.

La teoría de Piaget.

Piaget resalta la universalidad de la cognición y considera al contexto relativamente poco


importante y escasamente influyente en los cambios cualitativos de la cognición. El niño es visto
como constructor activo de su conocimiento y, por lo tanto, del lenguaje.
Piaget presentó una teoría integrada del desarrollo cognitivo, que era universal en su
aplicabilidad y fue caracterizada la estructura subyacente del pensamiento. Su aproximación es
constructivista e interaccionista a la vez. Se proponen 2 mecanismos constructores de las
estructuras cognitivas para tratar con entornos cada vez más complejos: la organización y la
acomodación. Estos principios son aplicables al estudio del desarrollo del lenguaje; éste se
centraría en una expresión cada vez más clara y lógica del pensamiento y en una progresiva
socialización, basada en la capacidad progresiva del niño para comprender puntos de vistas
ajenos (de lenguaje egocéntrico a social).

Piaget

Defiende que el lenguaje es una manifestación del pensamiento conceptual que se va


construyendo a medida que el niño va evolucionando. El lenguaje sería así una forma particular
de la función simbólica, que va a facilitar su adquisición. Sería, pues, posterior al pensamiento y
contribuiría a la transformación del mismo, ayudando a lograr un equilibrio.

Se apoya en tres argumentos:

El lenguaje depende de la función simbólica. Sólo es una forma de simbolismo; otras son la
representación, el juego simbólico o la imitación diferida.

Las operaciones intelectuales dependen de la acción y no del lenguaje. Las operaciones


concretas (clasificación, seriación,...) son acciones antes que operaciones del pensamiento,
son acciones antes de poder ser traspuestas bajo forma verbal y, por lo tanto, no es el
lenguaje la causa de su formación.

Las operaciones formales no son llevadas a cabo por el lenguaje. Estas operaciones se
caracterizan en su reunión en sistemas, pero estas estructuras de conjunto se dan ya en el
ámbito de las operaciones concretas (de manera más simple), estableciéndose
posteriormente mayor número y calidad de combinaciones. Combinaciones que se producen
tanto a nivel verbal, como no verbal. Será el dominio de las operaciones combinatorias lo
que permitirá al sujeto completar sus clasificaciones verbales.

EL ORIGEN DEL LENGUAJE

A pesar de las innumerables investigaciones realizadas, no se sabe con certeza cuándo y cómo
nació el lenguaje, esa facultad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes,
valiéndose de un sistema formado por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones.
Aunque muchos investigadores tratan de echar luces sobre este misterio, sus resultados no
pasan de ser más que meras especulaciones. No obstante, por la observación de los gritos de
ciertos animales superiores, algunos creen que tales gritos fueron los cimientos del lenguaje
hablado.

Desde el punto de vista antropológico y etnológico, es indudable que el lenguaje articulado


constituye una de las manifestaciones características que separan al hombre de los seres
irracionales. Éstos últimos expresan y comunican sus sensaciones por medios instintivos, pero
no hablan, a diferencia de los seres dotados de conciencia. Por lo tanto, si tuviésemos que
añadir un sexto sentido a los cinco tradicionales, sin duda alguna ésta sería el habla, ya que la
lengua, además de servir para el sentido del gusto y otras funciones cotidianas, tiene la
aplicación de emitir sonidos articulados, una particularidad que, como ya dijimos, nos diferencia
de los animales inferiores con los que compartimos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.

De otro lado, el animal no es capaz de planificar sus acciones, puesto que toda su conducta
instintiva está determinada por su sistema de reflejos condicionados e incondicionados. La
conducta humana, en cambio, se define de forma absolutamente diferente. La situación típica del
individuo es el proceso de planteamiento y solución de tal tarea por medio de la actividad
intelectual, que se vale no sólo de la experiencia individual, sino también de la experiencia
colectiva. Consiguientemente, el hombre, a diferencia de los animales inferiores, sabe planificar
sus acciones, y el instrumento fundamental para tal planificación y solución de las tareas
mentales es el lenguaje. Aquí nos encontramos con una de sus funciones más elementales: la
función de instrumento del acto intelectual, que se expresa en la percepción, memoria,
razonamiento, imaginación, etc.

Los primeros signos articulados por los pitecántropos, que habitaron en Asia y Africa, data de
hace unos 600.000 a. de J.C. Después vinieron otros homínidos cuya capacidad craneal,
superior al "Homo erectus", les permitió fabricar utensilios rudimentarios y descubrir el fuego,
pero también idear un código de signos lingüísticos que les permitiera comunicar sus
sentimientos y pensamientos. Durante el paleolítico (aproximadamente 35.000 a. de J.C.), tanto
el "Hombre de Neandertal" como el "Hombre de Cro-Magnon" dan señales de que poseían un
idioma comunicativo y una anatomía equiparable a la del hombre moderno. Quizás éstos sean
algunos posibles "momentos" en la evolución del lenguaje humano, desde la remota época en
que el "Homo sapiens" hacía simples gestos acompañados de gritos o interjecciones -a la
manera de ciertos animales-, hasta la descripción oral de los objetos que le rodeaban y la
designación de ideas mediante sonidos que suponían el aumento de la capacidad de
abstracción; un periodo en el que nacen las primeras lenguas, coincidiendo con el
desplazamiento de los hombres primitivos.

Con el transcurso del tiempo, los hombres primitivos empezaron a vivir en pequeños grupos
familiares, usando un lenguaje que era de uso exclusivo del grupo, con palabras que expresaban
una idea común para todos. Poco a poco se fueron reuniendo en comunidades más grandes,
formando tribus y poblados. Algunos grupos se desplazaron a lugares más o menos lejanos
buscando nuevos territorios donde se podía encontrar caza y pesca, mientras otros se
trasladaron en busca de regiones más cálidas, generalmente junto a los ríos, donde
construyeron sus chozas y consolidaron su lengua materna. Valga aclarar que si los habitantes
de un lugar carecían de relaciones con los de otros, no es nada probable que usaran el mismo
lenguaje para comunicarse entre sí, lo que hace suponer que desde el principio hubo varias
lenguas, y no una sola "lengua madre" como generalmente creen los defensores del mito bíblico
sobre "La Torre de Babel".

La filología comparada, en su estudio sobre las relaciones entre las diversas lenguas, no ha
logrado encontrar ninguna esencialmente primitiva de la cual provengan todas las demás;
ninguna "lengua madre" universal, y únicamente asigna la denominación de "lenguas madres" a
aquellas de las cuales se han derivado algunos idiomas, como el latín, que es la "lengua madre"
del francés, español, portugués, italiano y otras lenguas neolatinas.

Los antropólogos, etnólogos y lingüistas, desde Luis Heyre (1797-1855) hasta la fecha, han
realizado profundas investigaciones en procura de averiguar la posible existencia de un primitivo
origen del lenguaje, estableciéndose diferentes hipótesis encaminadas unas a las relaciones
psicofísicas entre las sensaciones de la visualidad y las auditivas; otras, tomando como
fundamento de la formación natural del lenguaje, la evolución progresiva impuesta por el entorno
social, y motivado por las necesidades del ser humano. Se ha pensado en la onomatopeya, en la
observación del lenguaje infantil, en la expresión de sentimientos, en las interjecciones, etc. Pero
los más destacados psicólogos y lingüistas -a la cabeza de Antonio Meillet (1866-1936)-, han
llegado al reconocimiento de que hallar un lenguaje primitivo único es un problema insoluble, por
lo que se limitan a clasificar las lenguas y señalar las raíces de las que consideran más
primitivas.

En cualquier caso, se debe añadir que la evolución del lenguaje ha sido paralela a la evolución
del hombre desde la más remota antigüedad. Los idiomas que abundan en la actualidad,
agrupadas en las ramas de un mismo tronco lingüístico, siguen causando controversias entre los
investigadores, puesto que el estudio del origen del lenguaje es tan complejo como querer
encontrar el "eslabón perdido" en el proceso de humanización de nuestros antepasados.

Una sociedad, por muy organizada que esté, es incapaz de fijar definitivamente el lenguaje,
porque éste se forma progresiva y gradualmente, por lo que no existe ninguna lengua que pueda
llamarse completa por no existir ninguna que exprese todas nuestras sensaciones y todas
nuestras ideas. No obstante, el humano, como cualquier ser social por naturaleza, necesita
relacionarse con sus semejantes, hablando y escuchando, y el principal instrumento de
comunicación es el lenguaje, cuyo sistema, constituido por signos verbales o palabras, hace que
los individuos se entiendan entre sí. De no existir el lenguaje, tanto en su forma oral como
escrita, sería más difícil la convivencia social y más primitiva nuestra forma de vida. Además,
gracias al lenguaje ha sido posible lograr grandes éxitos en el conocimiento y dominio de las
fuerzas de la naturaleza.

¿EL LENGUAJE ES INNATO O ADQUIRIDO?

En la lingüística, como en otras ciencias del conocimiento humano, existe una disputa entre el
empirismo y el nativismo. El nativismo sostiene que la capacidad de ver, oír, pensar y hablar son
actos innatos o genéticos. En cambio los empiristas, a la cabeza de los behavioristas o
conductistas, están convencidos de que el niño aprende a hablar porque imita a los adultos
-sobre todo a la madre- y porque tiene necesidad de manifestar sus necesidades y deseos.
Según los empiristas, el niño aprende el idioma de la misma manera que otras destrezas físicas
y mentales. Es decir, mediante la llamada "conducta operante", que está determinada por la
influencia de factores externos o adquiridos y no así por medio de factores innatos o genéticos.

Así como los empiristas están convencidos de que el niño aprende a articular y combinar
sonidos, los nativistas y los psicólogos del Gestalt, que rechazan categóricamente la teoría de
que el entorno social sea el único factor determinante en el desarrollo idiomático, están
convencidos de que el habla es un don biológico con el cual nacen los humanos, y que la
experiencia cognitiva es apenas un estímulo para su desarrollo posterior. De ahí que el psicólogo
Arnold Gesell, a diferencia de John B. Watson y Brurrhus Skinner, sostiene la concepción de que
gran parte del desarrollo lingüístico del individuo está determinado por factores de maduración
interna, y no por las simples influencias del entorno social.

El desarrollo idiomático del individuo, en consecuencia, no se puede explicar desde la


"psicología del aprendizaje" o conductismo, sino desde la perspectiva biológica; más aún, si se
considera el complicado proceso lingüístico que se genera en el cerebro humano. Según J.
Jackson (1835-1911), "cada función realizada por el sistema nervioso es garantizada no por un
grupo reducido de células, sino por una complicada jerarquía de niveles de la organización
fisiológica del sistema nervioso. En otras palabras, para que la persona pronuncie una palabra
no es suficiente con que se activen el grupo de células de la corteza de los hemisferios del
cerebro ‘responsable’ de esto… En la gestación de la palabra participan, según su naturaleza,
estructura ‘profundidad de yacimiento’, diversos mecanismos cerebrales… En el mantenimiento
de los procesos lingüísticos toman parte tanto los más elementales mecanismos fisiológicos del
tipo ‘estímulo respuesta’ (E-R) como mecanismos específicos que poseen estructura jerárquica y
exclusivamente características para las formas superiores de actividad lingüística". (Petrovski, A.,
"Psicología general", 1980, pág. 193-94).

Para el pensador y lingüista norteamericano Noam Chomsky -padre de la "gramática


generativa"-, el idioma es una suerte de computadora que funciona de manera automática, como
los procesos de asociación antes de pensar. Chomsky plantea la teoría de que el niño tiene una
programación genética para el aprendizaje de su lengua materna, desde el instante en que las
normas para las declinaciones de las palabras, y la construcción sintáctica de las mismas, están
ya programadas genéticamente en el cerebro. Lo único que hace falta es aprender a adaptar
esos mecanismos gramaticales al léxico y la sintaxis del idioma materno, que, en el fondo, es
una variante de una gramática que es común para todas las lenguas, sin que esto quiera decir
que exista -o existió- una "lengua madre universal" de la cual derivan todos los idiomas hasta
hoy conocidos (Jeffmar, C., "Moder Utvecklingspsykologi", 1983, pág. 66).

El segundo análisis crítico lo dirige Chomsky contra el behaviorismo o conductismo, que


contempla el comportamiento lingüístico como un conjunto de estímulos y respuestas (E-R) o, lo
que es lo mismo, contra una concepción externa de la lengua. Si el dualismo fue catalogado de
error, el conductismo fue considerado irracional, además de igualmente erróneo. El concepto de
que el lenguaje sea algo adquirido del entorno social contrasta con la teoría defendida por los
nativistas, según la cual el lenguaje es un producto interior de la mente/cerebro del hablante,
independiente de las experiencias y los conocimientos adquiridos del entorno social por medio
del proceso de aprendizaje.

Con todo, tanto las teorías chomskianas y nativistas han sido motivos de controversias, sobre
todo, cuando los empiristas y behavioristas, que no aceptan la existencia de una gramática
innata y programada en el cerebro humano, señalan que las diferencias gramaticales existentes
entre los idiomas son pruebas de que el lenguaje es un fenómeno adquirido por medio del
proceso de aprendizaje. Noam Chomsky, por su parte, responde que estas diferencias se
presentan sólo en la estructura superficial de los idiomas, pero no en la estructura profunda. Es
decir, si en la estructura superficial se advierte las diferencias gramaticales de los distintos
idiomas, en la estructura profunda se advierte una gramática válida para todos los idiomas, pues
cada individuo, al nacer, posee una gramática universal que, con el tiempo y gracias a un
contexto social concreto, se convierte en una gramática particular.

Asimismo, aparte de las dos teorías mencionadas, se debe añadir la concepción de los
"interrelacionistas", quienes consideran que el lenguaje es un producto tanto de factores innatos
como adquiridos, ya que el lenguaje depende de impulsos internos y externos, que están
determinados de antemano, lo que presupone la preexistencia de sentimientos y pensamientos.
Al faltar los conceptos internos -por diversos motivos- falta también la facultad del habla, como
en los recién nacidos o en los impedidos mentales. Pero para hablar, además de un contenido
psíquico mínimo, hace falta el estímulo externo, el impulso de expresarse y hacer partícipes a los
demás de nuestros estados de ánimo. De ahí que el estudio del desarrollo idiomático del
individuo es tratado no sólo por la psicolingüística, sino también por la sociolingüística, que
estudia cómo el idioma influye y es influido en la interrelación existente entre el individuo y el
contexto social, habida cuenta que el lenguaje, además de ser un código de signos lingüísticos,
es el acto de expresar ideas y sentimientos mediante la palabra; más todavía, cuando el lenguaje
es el primer patrimonio familiar que recibe el recién nacido, a quien le acompaña desde la cuna
hasta la tumba, y es la herencia, a veces la única, que transmite a sus descendientes.

¿PRIMERO ESTÁ EL LENGUAJE O EL PENSAMIENTO?

Si para el polémico Noam Chomsky, el idioma es una especie de computadora que funciona de
manera automática, como los procesos de asociación antes de pensar, entonces habría que
suponer que el lenguaje está primero. La "teoría reguladora" explica que la acción y el
pensamiento dependen de la capacidad lingüística de la persona, en tanto el psicólogo suizo
Jean Piaget, cuya teorías cognitivas son ampliamente conocidas, sostiene que el lenguaje es, en
gran medida, el producto del desarrollo de la acción y el pensamiento, ya que tanto la palabra
como la idea son imágenes observadas y no a la inversa. Empero, no faltan quienes aseveran
que durante el desarrollo intelectual del individuo hay una interrelación dialéctica entre el
lenguaje y el pensamiento. De modo que responder a la pregunta si primero está el lenguaje o el
pensamiento, es lo mismo que responder a la pregunta si primero está el huevo o la gallina.

De cualquier modo, las tres teorías fundamentales que responden a la pregunta de si primero
está el lenguaje o el pensamiento se pueden sintetizar así:

La teoría de: "el lenguaje está antes que el pensamiento" plantea que el idioma
influye o determina la capacidad mental (pensamiento). En esta corriente
lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky, para quien existe
un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se
desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se
considera que el lenguaje es un estado interior del cerebro del hablante,
independiente de otros elementos adquiridos del entorno social, entonces es
fácil suponer que primero está el lenguaje y después el pensamiento; más
todavía, si se parte del criterio de que el lenguaje acelera nuestra actividad
teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores (percepción,
memoria, pensamiento, etc).

La teoría de: "el pensamiento está antes que el lenguaje" sostiene que la
capacidad de pensar influye en el idioma. No en vano René Descartes acuñó la
frase: "primero pienso, luego existo". Asimismo, muchas actitudes cotidianas se
expresan con la frase: "tengo dificultad de decir lo que pienso". Algunos
psicolingüistas sostienen que el lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento,
por cuanto no es casual que se diga: "Una psiquis debidamente desarrollada da
un idioma efectivo". En esta corriente lingüística esta la llamada "The cognition
hypothesis" (La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de
que el "pensamiento está antes que el lenguaje". Pero quizás uno de sus
mayores representantes sea Jean Piaget, para quien el pensamiento se produce
de la acción, y que el lenguaje es una más de las formas de liberar el
pensamiento de la acción. "Piaget indica que el grado de asimilación del
lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad que
reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las
acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense
con preconceptos, operaciones concretas u operaciones formales. (Richmond,
P. G., "Introducción a Piaget", 1981, pág. 139).
La "teoría simultánea" define que tanto el lenguaje como el pensamiento están
ligados entre sí. Esta teoría fue dada a conocer ampliamente por el psicólogo
ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se
desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las
estructuras del habla se convierten en estructuras básicas del pensamiento, así
como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al
significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las
funciones psíquicas superiores del hombre. Asimismo, "El lenguaje está
particularmente ligado al pensamiento. Sin embargo, entre ellos no hay una
relación de paralelismo, como frecuentemente consideran los lógicos y lingüistas
tratando de encontrar en el pensamiento equivalentes exactos a las unidades
lingüísticas y viceversa; al contrario, el pensamiento es lingüístico por su
naturaleza, el lenguaje es el instrumento del pensamiento. Lazos no menos
fuertes ligan al lenguaje con la memoria. La verdadera memoria humana
(intermediadora) más frecuentemente se apoya en el lenguaje que en otras
formas de intermediación. En igual medida se realiza la percepción con la ayuda
de la actividad lingüística" (Petrovski, A., "Psicología general", 1980, pág. 205).

Así pues, las diversas teorías que pretenden explicar el origen del lenguaje, las
funciones del pensamiento y sus operaciones concretas, son motivos de controversias
entre los estudiosos de estas ramas del conocimiento humano. Empero, cualquier
esfuerzo por echar nuevas luces sobre este tema, tan fascinante como explicarse los
misterios del universo, es siempre un buen pretexto para volver a estudiar las ciencias
que conciernen al lenguaje y el pensamiento de todo ser dotado de capacidad racional y
sentido lógico.

TEORÍA INNATATISTA

Propuesta por el lingüista Noam Chomsky, esta teoría plantea que las personas poseen un
dispositivo de adquisición del lenguaje (DAL) que programa el cerebro para analizar el lenguaje
escuchado y descifrar sus reglas (Papalia, D. 2001).

Chomsky postula como hipótesis básica que existe en todo niño y en toda niña una
predisposición innata para llevar a cabo el aprendizaje del lenguaje, aprendizaje que no puede
ser explicando por el medio externo puesto que la estructura de la lengua está determinada por
estructuras lingüísticas específicas que restringen su adquisición.

Lo anterior, quiere decir que el lenguaje es algo específico del ser humano quien, según esta
teoría, está biológicamente predispuesto a adquirirlo, esto debido a que las personas nacen con
un conjunto de facultades específicas (la mente) las cuales desempeñan un papel importante en
la adquisición del conocimiento y las capacita para actuar libremente en el medio externo.

La importancia de la teoría innatista radica en que Chomsky insiste en el aspecto “creador” de la


capacidad que tiene quien emplea el lenguaje para crear o producir un número de oraciones
infinito, nunca antes expresadas o escuchadas.

Los supuestos en que se fundamenta el modelo chomskyano son los siguientes:

El aprendizaje del lenguaje es específico del ser humano.


La imitación tiene pocos o ningunos efectos para aprender el lenguaje de otros.
Los intentos del adulto, dirigidos a corregir los errores de los niños y de las niñas, no ayudan al
desarrollo del lenguaje.
La mayoría de las pronunciaciones de los niños y de las niñas son creaciones personales y no
repuestas aprendidas de otras personas.
Con base en lo anterior, se puede afirmar que la teoría innatista se contrapone totalmente a la
teoría conductista, ya que el modelo del condicionamiento en que se fundamenta esta última es
inapropiado para el desarrollo de la comprensión del lenguaje. Insiste en características muy
superficiales para explicar el proceso de adquisición lingüística al señalar que el lenguaje que el
niño adquiere es el resultado de respuestas aprendidas del adulto y desestima la capacidad
creadora que posee el individuo. Por el contrario, la teoría innatista contempla, en primer lugar, la
estructura mental que posee el ser humano y la predisposición innata que tiene para adquirir el
lenguaje, y en segundo lugar, da énfasis al papel activo de quien aprende frente a su capacidad
creadora para construir un número infinito de oraciones.

TEORÍA COGNITIVA

Esta teoría, impulsada por el psicólogo suizo Jean Piaget, presupone que el lenguaje está
condicionado por el desarrollo de la inteligencia, es decir, se necesita inteligencia para
apropiarse del lenguaje.
Sostiene que el pensamiento y el lenguaje se desarrollan por separado ya que para Piaget el
desarrollo de la inteligencia empieza desde el nacimiento, antes de que el niño hable, por lo que
el niño aprende a hablar a medida que su desarrollo cognitivo alcanza el nivel concreto deseado.
Es el pensamiento, señala Piaget, el que posibilita al lenguaje, lo que significa que el ser
humano, al nacer, no posee lenguaje, sino que lo va adquiriendo poco a poco como parte del
desarrollo cognitivo.

Considerando además, que los primeros pensamientos inteligentes del niño, no pueden
expresarse en lenguaje debido a que sólo existen imágenes y acciones físicas. Él llama habla
egocéntrica al primer habla del niño porque la usa para expresar sus pensamientos más que
para comunicarse socialmente con otras personas. simplemente son reflexiones de sus propios
pensamientos e intenciones. Podría aseverarse, entonces que el habla egocéntrica precede al
habla socializada.

Para Piaget, el desarrollo de los esquemas es sinónimo de la inteligencia, elemento fundamental


para que los seres humanos se adapten al ambiente y puedan sobrevivir, es decir, que los niños
y las niñas desde que nacen construyen y acumulan esquemas como consecuencia de la
exploración activa que llevan a cabo dentro del ambiente en el que viven, y donde a medida que
interactúan con él, intentan adaptar los esquemas existentes con el fin de afrontar las nuevas
experiencias.

Una de las perspectivas de Piaget es que el aprendizaje empieza con las primeras experiencias
sensoriomotoras, las cuales son fundación del desarrollo cognitivo y el lenguaje, donde el
aprendizaje continúa por la construcción de estructuras mentales, basadas éstas en la
integración de los procesos cognitivos propios donde la persona construye el conocimiento
mediante la interacción continua con el entorno.
Para que el niño alcance su desarrollo mental, es fundamental, por lo tanto que atraviese desde
su nacimiento diferentes y progresivas etapas del desarrollo cognitivo, etapas que no puede
saltarse ni pueden forzarse en el niño a que las alcance con un ritmo acelerado. Estas etapas
Piaget las denomina:

- Etapa sensorio—motriz; inicia con el nacimiento y concluye a los 2 años.


- Etapa preoperacional: de los 2 años hasta los 6 años.
- Etapa de operaciones concretas: de los 7 años a los 11 años.
- Etapa de operaciones formales: 12 años en adelante.

Propuso, además dos tipos de lenguaje que ubicó en dos etapas bien definidas: la prelingüística
y la lingüística. Se concluye que esta perspectiva psicolingüística complementa la información
aportada por los innatistas en el sentido de que junto a la competencia lingüística también es
necesario una competencia cognitiva para aprender y evolucionar el dominio del lenguaje, lo que
contribuye a documentar no sólo la creatividad del sujeto en la generación de las reglas, sino la
actividad que le guía en todo ese proceso.

Teoría de Chomsky o del dispositivo de adquisición del lenguaje.

Chomsky propone la existencia de una "caja negra" innata, un "dispositivo para la adquisición del
lenguaje" o LAD (por sus siglas en inglés), capaz de recibir el input lingüístico y, a partir de él,
derivar las reglas gramaticales universales. Este input es muy imperfecto; sin embargo, el niño
es capaz de generar de él una gramática que genera oraciones bien estructuradas y que
determina cual es la forma en que deben usarse y comprenderse éstas. La naturaleza de este
LAD no es conocida, pero es bastante aceptada la idea de que el hombre tiene una tendencia
innata para aprender el lenguaje.

La teoría de Bruner o de la solución de problemas.

Para Bruner, tanto las cogniciones como los contextos son cruciales para el desarrollo del
lenguaje. Bruner sugirió que el niño aprende a usar el lenguaje para "comunicarse en el contexto
de la solución de problemas", en lugar de aprenderlo per se; se enfatiza el aspecto comunicativo
del desarrollo del lenguaje más que su naturaleza estructural o gramatical. De acuerdo con
Bruner, el niño necesita dos fuerzas para lograr el aprendizaje del uso del lenguaje. Una de ellas
es equivalente al LAD de Chomsky; la otra fuerza sería la presencia de un ambiente de apoyo
que facilite el aprendizaje del lenguaje. Bruner denominó a éste sistema de apoyo para la
adquisición de un lenguaje o LASS. Dentro de este LASS sería relevante la presencia del "habla
infantil", forma de comunicación que tienen los padres con sus hijos pequeños que se caracteriza
por su lentitud, brevedad, repetitividad, concentración en el "aquí y ahora" y en su simplicidad;
esta manera de comunicarse le permite al niño "extraer la estructura del lenguaje y formular
principios generales"(DAVIDOFF, 1989). Esta "habla infantil" aparecerá generalmente en un
contexto de acción conjunta, en el que el tutor y el niño concentran su acción en un solo objeto y
uno de ellos "vocaliza" sobre él.

La teoría de Piaget.

Piaget resalta la universalidad de la cognición y considera al contexto relativamente poco


importante y escasamente influyente en los cambios cualitativos de la cognición. El niño es visto
como constructor activo de su conocimiento y, por lo tanto, del lenguaje.

Piaget presentó una teoría integrada del desarrollo cognitivo, que era universal en su
aplicabilidad y fue caracterizada la estructura subyacente del pensamiento. Su aproximación es
constructivista e interaccionista a la vez. Se proponen 2 mecanismos constructores de las
estructuras cognitivas para tratar con entornos cada vez más complejos: la organización y la
acomodación. Estos principios son aplicables al estudio del desarrollo del lenguaje; éste se
centraría en una expresión cada vez más clara y lógica del pensamiento y en una progresiva
socialización, basada en la capacidad progresiva del niño para comprender puntos de vistas
ajenos (de lenguaje egocéntrico a social).

NOAM CHOMSKY

Lingüista, su teoría se basa en la competencia lingüística del sujeto (capacidad intrinseca e ideal
para comprender infinitos enunciados de la lengua), aunque diferente de la performance
(producción efectiva de enunciados por el sujeto en condiciones reales de funcionamiento, de su
comprensión, repetición y memorización) sostiene la necesidad de estudiar el ellenguaje en
cuanto proceso cognitivo (lenguaje como sistema de significación y contenido de conocimientos).
Su objetivo principal era ofrecer una teoría de la estructura del lenguaje que diera cuenta de la
producción de todas las oraciones gramaticales por parte de los hablantes nativos de una lengua
y solamente de ellas. Esta gramática sería en el mejor de los casos universal, capas de describir
y explicar las oraciones gramaticales producidas por todos los usuarios del lenguaje. De esto se
deduce que poseamos una capacidad innata para poder llegar a ciertos estados más
evolucionados del conocimiento, pero estos no son innatos en una forma determinada, ni se
desarrolloan partiendo de otros estados del conocimiento más elevados, sino que provienen de
la percepción sensorial.

Para Chomsky el lenguaje es un espejo de la mente; es un producto de la inteligencia humana,


creado de nuevo en cada individuo mediante operaciones que están fuera del alcance de la
voluntad o la conciencia. Él afirma, que la capacidad para hablar de los humanos está
genéticamente determinada, de ahí su innatismo.

Propuso una caja negra innata, un dispositivo para la adquisición del lenguaje (LAD) capaz de
recibir las oraciones de la lengua de la comunidad en la que el niño crece y apartir de ésta,
derivar las reglas gramaticales universales.

JEROME BRUNER

Para Bruner, tanto las cogniciones como los contextos son considerados cruciales para el
desarrollo del lenguaje.

Las torías sobre el desarrollo humano, debido al carácter de la cultura, no son simples esfuerzos
para comprender y codificar la naturaleza de éste desarrollo, sino que por su propia esencia,
tambien crean los mismos procesos que intentan explicar, confiriendoles realidad, haciendolos
conscientes a la comunidad.

Enfatizó el aspecto comunicativo del desarrollo del lenguaje en lugar de su naturaleza


estructural. Quería demostrar la capacidad del niño para comunicarse con otros mienbros de la
misma cultura, ya que para él, el niño aprende el significado de las palabras entrando en
interacción con un conversador que las use.

Según Bruner, el niño necesita dos fuerzas para aprender a usar el lenguaje. Una de ellas es
una fuerza interna de empuje que no lleva por sí sola a aprender el lenguaje y es equivalente al
dispositivo de adquisición del lenguaje innato. La otra fuerza "estira", se trata de la presencia de
un ambiente de apoyo que facilite el aprendizaje del lenguaje. Este apoyo tambien lo pueden
ofrecer otra u otras personas en interacción con el niño.Bruner denominó esta fuerza como
sistema de apoyo para la adquisición del lenguaje. Estas fuerzas tienen cierta relación con la
intención que el adulto confiere a las conductas del infante, a las cuales Bruner se refiere como
el sistema de apoyo que ayuda a comprender el desarrollo de la comunicación.

El autor utiliza el término de formato (negociaciones), para designar intercambios habituales


entre el niño y el adulto. Estos intercambios o interacciones son triangulares, los cuales los
distingue entre formatos de acción conjunta (el adulto y el niño actuan conjuntamente sobre un
objeto), formatos de atanción conjunta (el adulto y el niño atienden conjuntamente a un objeto), y
formatos mixtos (tienen las características de la acción y la atención conjuntas). Es así como
plantéa la importancia de la actividad lúdica en el niño, ya que esta es un modo de socialización
que prepara al niño para la adopción de papeles en la sociedad adulta, aunque aconseja que se
debe dejar al niño libre, es un medio honesto y rico en materiales, con buenos modelos
culturales a los que puede imitar, es decir, fomentarles su iniciativa.

JEAN PIAGET

No estaba preocupado por el pasado ni por el futuro, sino más bien con el presente
estructuralista. El desarrollo es un esfuerzo por lograr el equilibrio entre dos conjuntos de
principios que operan en el presente: asimilación del mundo al pensamiento representativo tal y
como se ha desarrollado en ese momento, y acomodación al mundo por medio de cambios en el
pensamiento que lo representen mejor. Todo es preparación y dicha preparación está basada en
la educación de la experiencia y la acción. Sin tener en cuenta el estadio del desarrollo, el
problema fundamental es siempre el mantenimiento del orden formal en el pensamiento en
presencia de la influencia de la experiencia. De ahí, que en sus experimentos trataba siempre de
la conservación de la invariancia en torno a una experiancia equívoca.

Él dice, que con la aparición del lenguaje las conductas se modifican profundamente en su
aspecto afectivo e intelectual. El niño es capaz de reconstruir sus acciones basadas bajo la
forma del relato y de anticipar sus acciones futuras mediante la representación verbal. Así
mismo, plantéa que el lenguaje es frecuentemente un indicador erróneo del nivel de comprensión
del niño, y que hay una cantidad de lógica en las acciones del niño, que sus formulaciones
verbales no manifiestan. El lenguaje aporta el soporte de una función mucho más general que es
la función simbólica.

Afirma que hay que buscar el origen del lenguaje en la evolución de la conducta sensorio-motriz,
comenzando por las primeras conductas de irritación.

Para Piaget, el egocentrismoe en el niño, se debe a una indiferenciación entre el yo y la realidad


exterior. El pensamiento parte desde el mismo momento en que el lenguaje permite al sujeto
explicar sus acciones. La inteligencia se transforma en pensamiento, bajo la influencia del
lenguaje y la socialización.

El dice que el niño no habla a los demás, sino que se habla así mismo sin cesar en monologos
diversos que acompañan sus juegos y su acción, lo que tambien se conoce como soliloquio.

Piaget plantea dos variantes funcionales, derivadas de las ciencias naturales, que son, la
organización que se refiere a la sistematicidad y el agrupamiento de los comportamientos y de
las actividades humanas, y la adaptación que implica asimilación (incorporación de nueva
información a las estructuras existentes) y acomodación (se refiere a los cambios que se dan en
las estructuras previas despues del contaco con la nueva información). Ambos se infieren del
comportamiento y ambos producen estructuras cognitivas para tratar con entornos cada vez más
complejos.

Oral y escrito: dos formas de comunicarse

La conversación y la escritura han constituido las formas más clásicas de comunicación entre los
seres humanos. Si comprendemos estos mecanismos comunicativos, podremos entender la
importancia de utilizar bien el idioma y de aprehender las reglas gramaticales.

A la secuencia de sonidos (significante) asociada a un contenido (significado), se le llama signo


lingüístico.

Muy pocas veces utilizamos los signos lingüísticos en forma aislada; generalmente los mensajes
están conformados por un conjunto de ellos.

Cuando tú eras muy pequeño y estabas empezando a hablar, te comunicabas con palabras
sueltas. Sin embargo, muy pronto, empezaste a combinarlas y a construir frases: primero de dos,
después de tres y más palabras, hasta llegar a ser capaz de construir oraciones largas y
complicadas. Esto significa que aprendiste poco a poco la gramática de tu lengua materna.

Se llama lengua materna a la que aprendemos de nuestros padres, esto es, la que se habla en el
país o región donde nacemos.
Al combinar los signos lingüísticos, de acuerdo a las reglas de cada idioma, podemos elaborar
una infinita cantidad de mensajes, desde las frases más simples hasta los textos más complejos.

Para qué nos sirve...

El lenguaje nos sirve para construir nuestros pensamientos, echar a volar la imaginación,
comunicarnos con los demás o con nosotros mismos. Por ejemplo, cuando te hablas a ti mismo,
en silencio, haces uso del lenguaje interior para dirigir o apoyar tus acciones, concebir ideas o
incluso para felicitarte o reprenderte, como si dentro de ti hubiera dos personas : "¡Qué bien lo
hiciste!"; "¡Otra vez te equivocaste... te van a retar!"

Hace muchísimos años, cuando los hombres crearon el lenguaje verbal sólo lo utilizaban
oralmente. Por esta razón no podemos saber cómo eran estos primeros lenguajes y cuáles eran
los pensamientos que las personas se comunicaban. Hace apenas unos miles de años, se
desarrolló la escritura y desde entonces existe testimonio escrito del lenguaje verbal de antiguas
culturas de Europa y Asia. El lenguaje escrito permite dejar un registro duradero de los hechos
históricos, las costumbres, la ciencia y la literatura de los pueblos.

Gracias al manejo de la lectoescritura, tú puedes leer lo que escribieron los hombres del pasado,
comunicarte con ellos y conocer lo que pensaban, hacían y sentían los niños de otras épocas.
Puedes también leer cuentos y novelas contemporáneas, diarios, revistas y lo que es más
importante, escribir tus propias historias reales o imaginadas y dejarlas impresas para siempre,
para que otros las lean hoy, mañana o en miles de años más.

Oral y escrito

Existen, entonces, dos formas de comunicación lingüística: la comunicación oral y la


comunicación escrita.

• Comunicación Oral: se produce cuando conversas con tus compañeros, escuchas radio,
ves televisión, hablas por teléfono con tu mamá, asistes a una obra de teatro, contestas
preguntas en clase, cantas una canción, etcétera.

• Comunicación Escrita: requiere de un texto impreso o manuscrito. Sólo pueden acceder


a ella quienes saben leer y escribir. Se produce cuando lees un cuento, sigues las
instrucciones que te entrega la pantalla del televisor, escribes un mensaje a tu
compañero de banco, buscas un teléfono en la Guía, te informas de los nombres de las
calles, descifras los enunciados de un volante, redactas una composición, entre muchas
otras posibilidades.

Esta es la forma de comunicación que tú y yo sostenemos en este momento, mientras me estás


leyendo y enfrentando los desafíos que te propongo.

La comunicación escrita es indispensable para incorporarnos a la sociedad en que vivimos, y por


eso es tan importante aprender a manejarla cada vez mejor.

Tipos de comunicación

Según el código que en ellas se ocupe, existen distintos tipos de comunicación.

• Comunicación lingüística escrita, cuando el código empleado es lingüístico escrito. Por


ejemplo, la correspondencia por carta

• Comunicación lingüística oral, cuando el código empleado es lingüístico oral. Por


ejemplo, cuando conversamos.

• Comunicación no lingüística visual, cuando el código empleado es no lingüístico visual.


Por ejemplo, la publicidad.

• Comunicación no lingüística gestual, cuando el código empleado es no lingüístico


gestual. Por ejemplo, los gestos que utilizamos a diario.

• Comunicación no lingüística acústica, cuando el código empleado es no lingüístico


acústico. Por ejemplo, la bocina de la micro.

Lenguaje escrito.-

La lengua escrita es considerada muchas veces en segundo orden de importancia en relación al


lenguaje oral, en cambio algunos autores la postulan como una simple transcripción de éste.
El lenguaje escrito nace posteriormente al lenguaje oral. Entre las características que diferencian
al lenguaje escrito del oral está la ausencia de un interlocutor en el primero, que impide la
refractación de lo que el interlocutor ha logrado entender del mensaje.
Por otra parte el lenguaje escrito carece de dos características del lenguaje oral que son
importantes, primero, la entonación en el mensaje (que puede muchas veces dar un significado
especial) y el gesto como acompañante de la palabra o como sustituto de ella en caso que sea
necesario.

Lenguaje gestual.-

El lenguaje gestual está directamente relacionado con la expresión corporal que es la primera
forma de comunicarnos con el mundo que nos rodea, antes de darnos cuenta de nuestra propia
existencia. El lenguaje gestual es tan inherente al hombre que lo acompañará por el resto de su
vida.
Es indispensable destacar que el lenguaje gestual siempre es un refuerzo para el lenguaje oral o
bien puede utilizarse en forma individual en carencia del lenguaje oral.

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