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INF OR M A CIÓN
Introducción
Es posible que algunos pacientes con leucemia, linfoma, mieloma, síndromes mielodisplásicos y enfermedades
mieloproliferativas (cánceres de la sangre) experimenten dolor relacionado con el cáncer o su tratamiento. La
evaluación del dolor es una parte importante de toda evaluación médica y el manejo del dolor es una parte
importante de la atención. El dolor sin tratar puede deprimir el sistema inmunitario, retrasar la curación
y a menudo tener como resultado la depresión. Por lo tanto, el dolor debe ser evaluado adecuadamente y
manejado en forma eficaz durante todo el tratamiento y la recuperación. Cuando el dolor está acompañado
por una depresión persistente, por ejemplo, si la persona se siente deprimida todos los días durante un período
de dos semanas, también es importante buscar asesoramiento médico. La depresión es una enfermedad que
necesita tratarse, incluso cuando una persona está en tratamiento por otras enfermedades.
El manejo del dolor a menudo incluye una combinación de medicamentos y otras opciones que no incluyen
medicamentos para ofrecer alivio. Esta hoja de información proporciona información sobre el manejo del
dolor, incluidos
Puntos destacados
• El dolor puede ser resultado del cáncer, de su tratamiento (por ejemplo, dolor en los huesos o nervios como
un efecto secundario de ciertos medicamentos) o de enfermedades coexistentes (por ejemplo, artritis).
• El dolor varía en su intensidad y quizás sea de corta duración (agudo) o persista después del curso
normal de curación de una enfermedad o lesión (crónico).
• Existen muchas formas de manejar el dolor con eficacia; los pacientes cuyo dolor no se controla
adecuadamente deben pedir ser enviados a un especialista de dolor.
• Existen estudios en curso para entender mejor el dolor asociado con diferentes tipos de cáncer y
tratamientos contra el cáncer, y para encontrar tratamientos más eficaces para aliviar el dolor.
Publicado como un servicio público por The Leukemia & Lymphoma Society • 1311 Mamaroneck Avenue • White Plains, NY 10605
Information Resource Center (IRC) 800.955.4572
Dolor intercurrente
El término “dolor intercurrente” describe un recrudecimiento del dolor, breve, a veces intenso que
puede que una persona que está tomando medicamentos para el dolor experimente. En otras palabras, el
dolor “penetra” el plan regular de medicamentos para el dolor. El dolor intercurrente puede comenzar a
medida que se va el efecto del medicamento para el dolor, antes de la hora de la siguiente dosis o como
consecuencia de una actividad o evento que produzca dolor (por ejemplo, permanecer en la misma
posición por demasiado tiempo o por ciertos movimientos bruscos). Puede ocurrir incluso cuando una
persona está siguiendo la dosis y el plan correctos para el medicamento para el dolor. Asegúrese de
informar a su médico si sufre episodios de dolor intercurrente.
Leucemia o síndrome Algunos pacientes tienen dolor óseo o articular. Este dolor generalmente
mielodisplásico es el resultado de que la médula ósea esté sobrecargada con células
cancerosas. En ciertos momentos, estas células pueden formar una masa
cerca de los nervios de la médula espinal o en las articulaciones. En la
leucemia linfocítica aguda, el dolor óseo ocurre en aproximadamente el
25% de los pacientes al inicio de la enfermedad. Esto es menos común
en la leucemia mielógena aguda o en los síndromes mielodisplásicos.
Cuando aparece dolor óseo, generalmente se siente en los huesos largos
de los brazos y las piernas, y en las costillas y el esternón de la caja
torácica. El dolor articular y la inflamación en las articulaciones grandes,
tales como la cadera y los hombros, pueden no aparecer durante varias
semanas después de que comienza el dolor óseo.
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Los tratamientos para el cáncer también debilitan el sistema inmunitario, motivo por el cual la “culebrilla”
(una reaparición dolorosa del virus de la varicela, varicela zóster) es común entre los pacientes que se
encuentran en tratamiento activo.
Todos los efectos secundarios del tratamiento, incluido el dolor, deben informarse al médico. La
mayoría de los efectos secundarios de los medicamentos para el dolor (por ejemplo, fatiga, problemas
gastrointestinales) pueden manejarse siempre que le informe sobre ellos a su médico.
Consulte los libritos gratuitos de The Leukemia & Lymphoma Society (Sociedad de Lucha contra
la Leucemia y el Linfoma, LLS por sus siglas en inglés), Farmacoterapia y manejo de los efectos
secundarios y Trasplante de células madre sanguíneas y de médula ósea para obtener más información
sobre el tratamiento de los efectos secundarios.
Una buena comunicación ayudará a su médico a entender y tratar su dolor. La American Pain Foundation
recomienda tratar estas preguntas:
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Otra herramienta, la escala de dolor numérica estándar les pide a los pacientes que califiquen su dolor
eligiendo un número del 0 (sin dolor) al 10 (peor dolor imaginable). Mantener un registro escrito del
número que elige diariamente o semanalmente les permitirá a usted y a su médico ver si su tratamiento de
manejo del dolor es eficaz o si debe cambiarlo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
De: Acute Pain Management: Operative or Medical Procedures and Trauma, Clinical Practice Guideline
No. 1. AHCPR Publication No. 92-0032: February 1992; Agency for Healthcare Research & Quality.
Rockville, MD; pages 116-117.
Ciertas escalas visuales pueden ayudar a los pacientes a explicar la intensidad de su dolor o a señalar dónde
sienten el dolor. Por ejemplo, al dibujar una sencilla figura de su cuerpo usted puede marcar o colorear
las áreas en las que siente dolor. La escala de clasificación del dolor de “caras” es útil para los niños o las
personas que tienen problemas con la escala numérica del 0 a 10. Existen viarias escalas diferentes que
utilizan una serie de rostros con expresiones desde la sonrisa (0 = sin dolor) al llanto (10 = peor dolor).
Usar un diario o un cuaderno del dolor todos los días, como el de la American Pain Foundation:
“TARGET Chronic Pain Notebook” (cuaderno del dolor crónico TARGET) (vea www.painfoundation.org/
Publications/TargetNotebook.pdf) para hacer un seguimiento de su dolor durante varios días o semanas
quizás lo ayude a identificar qué es lo que lo hace empeorar o mejorar, si determinados medicamentos
o terapias sin medicamentos son eficaces para controlar su dolor, así como también en qué forma sus
episodios de dolor afectan sus actividades cotidianas y su bienestar emocional. Es posible que desee usar las
escalas que se proporcionan anteriormente para clasificar su dolor. Asegúrese de compartir esta información
con su proveedor de atención médica para que pueda evaluar su dolor y su plan de tratamiento.
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Para obtener una lista para imprimir de estas preguntas vaya a www.LLS.org, haga clic en “Treatment and
Clinical Trials” (Tratamiento y ensayos clínicos) y luego haga clic en “Pain Management” (Manejo del dolor).
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Recuerde
• El dolor se puede manejar. Ningún tipo de dolor debería quedar sin tratar ni ser ignorado.
• No está molestando a su médico si le dice que tiene dolor. Sus profesionales de atención médica desean
mejorar su calidad de vida.
• El tratamiento precoz del dolor es más eficaz que esperar hasta que se vuelva más intenso.
• Informe a su médico si el tratamiento para el dolor está funcionando o no. Pregunte qué otras opciones
puede probar.
• Un aumento del dolor no significa necesariamente que el cáncer está empeorando, pero siempre debe
informar a su médico si tiene dolor.
• Lleve su diario o cuaderno de dolor a sus visitas en el consultorio para mostrar la forma en la que el
dolor está afectando su calidad de vida.
• Si su médico no puede tratar su dolor de modo que usted obtenga un alivio satisfactorio y pueda
funcionar mejor, solicite una recomendación a un especialista en dolor. Estos médicos están capacitados
para manejar el dolor para muchos tipos de enfermedades diferentes. Sea persistente en colaborar con
su equipo de atención médica para establecer un plan de manejo del dolor que reduzca su sufrimiento
y mejore sus funciones. Los trabajadores sociales y enfermeras del hospital también pueden ser valiosas
fuentes de información y están disponibles para escucharlo si necesita hablar. También hay defensores de
pacientes, denominados a veces “navegadores de pacientes” que pueden ayudarlo.
• Apóyese en sus seres queridos. Lidiar con un dolor que no se alivia puede ser agotador e impedirle que
disfrute de amigos, familiares y actividades. El dolor es invisible, así que cuénteles cómo se está sintiendo,
cómo lo maneja y qué pueden hacer para ayudar.
• Busque actividades que lo ayuden a relajarse y que lo distraigan.
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En ocasiones, existe la posibilidad de que tratar la causa, como por ejemplo usar terapia con medicamentos para
tratar el cáncer subyacente, alivie o disminuya su dolor y reduzca la necesidad de medicamentos para el dolor.
A menudo, se recomendarán o recetarán medicamentos para aliviar el dolor. Algunos de estos medicamentos
están disponibles en una farmacia o tienda de abarrotes sin una receta, mientras que otros requieren una receta y
un atento cuidado de seguimiento.
Para el dolor leve su médico puede recomendarle acetaminofeno. Otros medicamentos, como los NSAID, que
incluyen aspirina e ibuprofeno, pueden recomendarse para el dolor de leve a moderado. Si bien el acetaminofeno
y los NSAID son valiosos calmantes, existe un punto en el cual alcanzan un límite superior para proporcionar
alivio. Además, su médico puede aconsejarle no tomarlos durante la quimioterapia y la radioterapia.
Para el dolor de moderado a grave, su médico puede recetarle calmantes más fuertes conocidos como analgésicos
opioides: por ejemplo, codeína y morfina, hidrocodona, oxicodona, hidromorfona, oximorfona, metadona y
fentanil. Estos medicamentos pueden requerir acuerdos de tratamiento para asegurarse de que el paciente los
tome y los guarde con seguridad y adecuadamente. Como parte de este acuerdo, su proveedor puede establecer
pautas muy claras para asegurarse de que tome el opioide según las indicaciones.
Los calmantes opioides difieren en la forma que controlan el dolor, qué cantidad debe tomar, cuánto duran y las
formas en las que se pueden administrar. Los opioides se pueden administrar por boca (píldora o líquido), como
supositorio, mediante inyección o pueden ser absorbidos a través de un parche en el cuerpo.
La oxicodona y el fentanil (Dilaudid®) son ejemplos de opioides como agente único. El Percocet® (una
combinación de oxicodona y acetaminofeno), el Vicodin® (una combinación de hidrocodona y acetaminofeno) y
el Vicoprofen® (una combinación de hidrocodona e ibuprofeno) son ejemplos de medicamentos de combinación.
Cuando se usan opioides en sus formas puras, no existe un límite superior en su capacidad para aliviar el dolor.
La dosis se puede ir aumentando gradualmente a medida que aumentan los niveles de dolor. Por lo tanto, usar
opioides puros puede ser más eficaz que otros medicamentos para tratar el dolor intenso. Su médico tendrá
cuidado de asegurarse de que su dosis sea adecuada para manejar su nivel de dolor. Además, su médico puede
probar diferentes medicamentos para encontrar los que funcionan mejor para usted. Algunas veces su médico
también puede recetarle medicamentos no opioides junto con opioides para tratar tipos de dolor específicos;
usar NSAID junto con opioides para tratar el dolor óseo o medicamentos anticonvulsivos para tratar problemas
de dolor relacionados con los nervios, por ejemplo. Otros medicamentos incluyen ciertos antidepresivos,
anticonvulsivos y corticoesteroides. A menudo se recomiendan tratamientos sin medicamentos adicionalmente a
la terapia con medicamentos.
Su médico debería reevaluar su dolor en cada visita y puede que opte por recetarle un nuevo medicamento,
alterar la dosis o recomendar una combinación de medicamentos para el dolor con terapias psicológicas y de
rehabilitación. Recuerde informar a su médico y a los demás miembros de su equipo de tratamiento sobre todos
los medicamentos que esté tomando, incluidos los medicamentos de venta libre, suplementos y medicamentos
herbales ya que pueden provocar interacciones graves. Su equipo médico puede ayudar a dirigirlo acerca de si
necesita tomar determinados medicamentos y cómo usarlos con seguridad.
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Cuando se usan medicamentos opioides, existe una preocupación subyacente acerca del riesgo de adicción. Los
pacientes con dolor persistente que requieren terapia opioide prolongada y toman estos medicamentos tal como se
les indica tienen poco o ningún riesgo de presentar una enfermedad adictiva. Las personas en riesgo de adicción
tienen antecedentes actuales o pasados de abuso de sustancias, antecedentes familiares de enfermedades adictivas
(alcohol, drogas ilegales o medicamentos recetados) o antecedentes de enfermedades mentales. Informe a su
médico si corre riesgo de presentar una enfermedad adictiva. Esto no significa necesariamente que usar opioides
para tratar su dolor no será una opción. Sin embargo, es posible que necesite trabajar con un especialista en
adicción como miembro de su equipo de manejo del dolor y quizás sea necesario un mayor control.
Si el costo de los medicamentos le preocupa, consulte a su médico. Él puede estar dando por sentado que su
seguro médico cubrirá todos los costos. Su médico tiene la posibilidad de recetarle medicamentos menos costosos
o referirlo a fuentes de ayuda financiera. LLS ofrece un Programa de Ayuda Económica para Pacientes para
ayudar con el costo de algunos medicamentos, gastos de transporte y costo de procedimientos a quienes lo
necesiten. LLS también tiene un Programa de Asistencia de Copagos para ayudarlo con el costo de los copagos
de seguro y/o los costos de las primas de seguro para medicamentos recetados para algunos tipos de cáncer de la
sangre. Para este programa, los pacientes deben calificar tanto desde el punto de vista médico como económico.
Vea Estamos aquí para ayudar cerca del final de esta hoja de información para ver información de contacto.
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The Leukemia & Lymphoma Society (LLS) es la organización voluntaria para la salud más grande del
mundo dedicada a financiar la investigación del cáncer de la sangre y ofrecer educación y servicios a los
pacientes. LLS tiene secciones en todo el país y en Canadá. Para localizar la sección más cercana, visite
nuestro sitio web en www.LLS.org, o póngase en contacto con
El horario de atención para poder hablar directamente con un especialista en información a través del
Centro de Recursos Informativos es lunes a viernes, de 9 a.m. a 6 p.m., hora del este. Puede ponerse en
contacto con un especialista en información por Internet haciendo clic en “Live Help”, de 10 a.m. a 5 p.m.,
hora del este, en el sitio web de la Sociedad (es un servicio de mensajes instantáneos), www.lls.org. o puede
enviar un correo electrónico. Los especialistas en información pueden responder preguntas generales sobre
diagnósticos y opciones de tratamiento, ofrecer orientación y apoyo, y ayudar con búsquedas de ensayos
clínicos sobre leucemia, linfoma, mieloma, síndromes mielodisplásicos y enfermedades mieloproliferativas. El
sitio web, www.LLS.org, posee información sobre cómo encontrar un ensayo clínico, que incluye un enlace
a TrialCheck®, un servicio de ensayos clínicos proporcionado por LLS. Para preguntas acerca del Programa
de Asistencia de Copagos, póngase en contacto con nosotros al (877) 557-2672 o a copay@LLS.org.
LLS también ofrece hojas de información y libritos que se pueden pedir llamando al (800) 955-4572 o a
través de la sección “Free Materials” (publicaciones gratuitas) en el sitio web.
Recursos
American Chronic Pain Association (Asociación Estadounidense Contra el Dolor Crónico)
www.theacpa.org
(800) 533-3231
CancerCare, Inc.
www.cancercare.org
(800) 813-4673
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Referencias
American Pain Foundation. Spotlight on Cancer Pain: Challenges to Optimal Pain Control. The Pain
Community News. Winter 2007;7:1. Disponible en www.painfoundation.org.
Brennan F, Carr DB, Cousins M. Pain management: a fundamental human right. Pain Med.
2007;105:205-221.
Agradecimientos
LLS agradece encarecidamente a Micke A. Brown BSN, RN, Director of Advocacy, American Pain
Foundation, por su revisión de Manejo del dolor y sus importantes aportes al material presentado en
esta hoja de información.
Esta publicación se diseñó para brindar información precisa y fidedigna relacionada con el tema en cuestión. Es distribuida por The
Leukemia & Lymphoma Society como un servicio público, entendiéndose que LLS no se dedica a prestar servicios médicos ni otros
servicios profesionales.
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