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Balance

“Y qué importa perder”, pienso de nuevo…


Mientras recojo migajas de mi última apuesta perdida
y vacío los bolsillos, apenas visitados
por pelusas y paisajes tardíos
la memoria absuelta del fatal desperdicio
y sí, me repito ante el cruel espejo
por una cabeza la mía he puesto en juego
y gasto mis noches de espasmo y gorjeo
en dar con un rastro de aquel verde otoño
Mas aun, el rostro
Las nuevas heridas
el coxis disperso
y el aliento hirsuto
son fiel evidencia
de un sabor extraño
que nada en el aire…
Que indudablemente
No se asemeja al dolor que produce el perder.

Sucedáneo.

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