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LA FELICIDAD – SER FELIZ

La mejor manera de ser feliz es ser feliz. ¿Demasiado simple?


Piensa… siéntelo…
(Francisco de Sales)

“Sólo viviré este día una vez y sólo estaré con estas personas aquí y ahora.
¿Quién me impide convertir este instante en una maravillosa experiencia?...
¿De quién depende que yo viva esto con felicidad y gozo?... sólo de mí.
En mis manos está sembrar de dicha el resto de mis días.”
(Bernabé Tierno).

“La gente está tan acostumbrada a la infelicidad,


que la sensación de felicidad le parece sospechosa.”
(Anónimo)

Nadie más es responsable de tu felicidad, sólo tú.


(Francisco de Sales)

Deberíamos proponer nuestra vida


como una búsqueda continua de satisfacciones.
(Francisco de Sales)

“El pájaro no canta porque está alegre, sino que está alegre porque canta”.
(Anónimo)

Sentirse bien no es sólo sentirse feliz. Es también sentirse interesado,


evolucionado, descubridor, vivo…
(Francisco de Sales)

“He cometido el peor pecado que uno puede cometer: no he sido feliz”.
(Borges)

“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”.
(Jean Paul Sartre)

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer,


alguien a quien amar, y alguna cosa que esperar.
(Thomas Chalmers)

“Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo”.


(Publio Sirio)

Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

“Estamos preparados para el fracaso y el sufrimiento,


pero no estamos preparados para el éxito y la dicha”
(Anónimo)

Una premisa para acceder a la felicidad completa es reconocer y aceptar


que aún no eres como deseas ser, sino como estás siendo en este momento.
No eres ese al que envidias o admiras: eres tú.
No eres otro: eres tú.
Necesitas tu amor y tu respeto.
(Francisco de Sales)

"El dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida que
sólo un auténtico especialista podría reconocer la diferencia”.
(Óscar Wilde o Woody Allen)

Buscamos la felicidad fuera y no miramos dentro.


(Francisco de Sales)

El derecho a ser feliz es tan rotundo como el derecho a la vida.


(Francisco de Sales)

La obligación para con uno mismo es darse la mejor vida posible:


la más feliz y la más llena de paz y amor.
(Francisco de Sales)

“La felicidad es un estado de ánimo, completamente subjetivo,


interior y que nace de un análisis vital ofreciendo
una impresión positiva (felicidad) o negativa (infelicidad)”.
(Anónimo)

“No trate de hacerse feliz. Averigüe por qué es desgraciado”.


(Nisargadatta)

“La felicidad es posible cuando se deja de buscar fuera, cuando uno empieza
a responsabilizarse de lo que vive y descubre que, sea cual sea la situación,
siempre puede elegir cómo quiere vivirla”.
(Matilde de Torres)

“Si has perdido el contacto con tu fuente interna de alegría, si la felicidad


que sientes tiene siempre su origen en circunstancias externa a ti, entonces

Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

estás a merced de cada situación y de cada persona que encuentras. Por


tanto es un tipo de felicidad muy escurridizo”.
(Deepak Chopra)

“Obviamente, si queremos crear felicidad en nuestras vidas,


debemos aprender a sembrar las semillas de la felicidad”.
(Deepak Chopra)

“Tenemos solamente la felicidad que hemos dado”.


(Sivananda)

Me gusta saber que la felicidad forma parte de la


naturaleza humana y viene incluida de serie, como los
ojos o las manos.
La siento como el estado natural del ser humano, que, por
falta de uso o por falta de fe en su merecimiento, o por
desconocimiento del derecho y obligación de disfrutarla,
se va evanesciendo, o, simplemente, acaba rindiéndose y
retirándose a lo más oscuro y oculto de nosotros mismos.
Y siento, también, que la felicidad es más una actitud en
la vida o ante las cosas de la vida que algo que requiera
un motivo para manifestarse.
Por tanto, la predisposición a ser feliz es imprescindible
para ser feliz.
Una actitud optimista y positiva ante la vida es
determinante para la felicidad. El germen de la felicidad
es buscar, y encontrar, lo positivo. A fin de cuentas, si
elijo lo contrario, yo soy la víctima. La elección de la
tristeza, de la negatividad, el mal humor, el pesimismo o
la maldad, me afectan directamente a mí. Yo los sufro.

Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

Y he de saber esto: lo malo no son las cosas, sino lo que


yo hago con las cosas. Las cosas simplemente son, y soy
yo quien las califica y clasifica poniéndolas un adjetivo.
Yo elijo ver el vaso medio lleno o medio vacío.
De hecho, la felicidad no depende de lo que pase fuera,
de las circunstancias de la vida, de lo que nos hagan los
demás… ni para bien, ni para mal.
La felicidad es intrínseca y perpetua, no sólo destellos
de sonrisas, instantes en que parece que la vida no nos
agrede, que las cosas no van mal del todo, y, aún menos,
cuando no nos pasa nada malo.
La felicidad no es sólo reír o sonreír continuamente,
porque no se demuestra exclusivamente con risas y
sonrisas. Es un estado interior. Un estado de paz que
produce el saberse feliz.
Es poder responder si alguien lo pregunta, sin dudar y sin
necesidad de justificarlo, más rotundo que si soy rubio o
soy chino, si soy hombre o soy mujer, que sí, que soy
feliz.
El derecho humano es la felicidad plena. No estar feliz,
como algo que sucede puntualmente, sino ser feliz; no es
estar como un visitante en la felicidad, sino ser y formar
parte de la felicidad, porque es la esencia y condición
del ser humano.
Se trata de comprender que uno es feliz aún cuando esté
ocasionalmente triste, y cuando esté enfrascado en un
problema que no comprende y al que no le está sacando la
lección que conlleva.
Cuando uno llora debe ser feliz porque ha descubierto
que es humano y tiene sentimientos, por una parte, y, por

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otra, porque ha descubierto algo que le hace daño y


requiere ser resuelto para que no reincida.
Acabamos convirtiendo la felicidad en momentos aislados
en la vida, pero debieran ser momentos continuos, o sea
que deberíamos repetir muy, muy, muy a menudo.

Hay una pregunta que nos debemos repetir a menudo:


¿Soy feliz? No me refiero a tengo felicidad en este
momento, o estoy feliz ahora, sino… ¿soy feliz siempre?,
¿soy feliz aún cuando no muestro ostensiblemente que
soy feliz?, ¿y cuando estoy serio?, y cuando me enfado…
¿a pesar de estar enfadado soy feliz?
La felicidad no está en el destino, sino en el trayecto, de
ahí la necesidad de que sea continua, porque eso forma
parte de la responsabilidad que adquirimos con el
Creador de nuestra vida cuando nos la entregó: tener una
vida feliz.
Me refiero a la Felicidad escrita y sentida con
mayúsculas, formando parte del Ser, sin forma ni
razones ni adjetivos; una felicidad que se nutre de sí
misma, aunque agradece recibir otros tipos menores,
aunque muy agradables, como los que provienen de una
buena comida, de compartir el cuerpo y el alma en una
relación sexual, de una conversación gratificante con
personas queridas, una reunión loca, un paseo, un
amanecer, la música… el Creador nos proveyó de
sensibilidad, de sentidos, de sentimientos, de
argumentos y razones para encontrar felicidad en la
vida, pero esa felicidad, que es tan aparente e innegable,
que es tan agradable y gratificante, que es tan divina y

Francisco de Sales
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tan humana, no es la felicidad que le hace a uno saberse


feliz.
Somos felices al margen de las circunstancias, sin que las
desgracias o la pena mermen la condición de ser felices.
Uno tiene no sólo el derecho, sino la responsabilidad y
obligación de ser feliz.
Por lo tanto esto ha de ser un propósito preferente en la
vida: descubrir y fomentar que uno es feliz. Saberse
inevitablemente feliz. Saberse feliz por encima de la
lágrima apenada, de la incomprensión, del momento
oscuro, del error casi imperdonable de la desatención a
la felicidad.
Todos conocemos personas que son continuamente
felices: sonríen o ríen siempre, destacan y son el centro
de atención. A estas personas, o las envidiamos y
admiramos, y nos gustaría ser capaces de ser y
mostrarnos como ellas, o nos parecen insoportables,
ridículas, innecesarias, banales, y nos hacen sentir
vergüenza ajena. Si estás en el segundo caso, tienes
muchos por qué pendientes de responder.
Quizás debes empezar por averiguar si tienes tu propio
permiso para ser feliz; si alguien o algo te ha convencido
de que la felicidad es para los otros y no para ti, y si la
respuesta es afirmativa entonces deberás preguntarte si
tienes que seguir acatando esa falsedad sin
cuestionártela, o si debes demostrarte que te amas y
desobedecerla.
Si supiéramos ser conscientes del aquí y ahora, de la
maravilla de estar en el mundo; si supiéramos apreciar lo
que podemos disponer (y todo lo que tenemos son

Francisco de Sales
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ganancias porque nacimos con nada) la felicidad sería más


habitual en nuestra vida.

Tengamos esto claro: la felicidad no es una lotería que


toca sólo a unos pocos. Es nuestra propia responsabilidad
y obligación.
Para ello es necesaria una predisposición, o sea, un
estado de ánimo defensor o combativo que no permita
instalarse ni a la angustia paralizadora ni al pesimismo
reincidente, ya que estos estados no forman parte de la
naturaleza humana, y son muros innecesarios para
acceder a la felicidad.
Hay que aprender a ser felices, y practicar cada en
instante. Es bueno rodearse de gente feliz y optimista,
ver películas o programas de humor, provocar momentos
de humor, y mostrar unas sonrisas muy sinceras. Más
aún: convertirnos en profesionales de la felicidad y sus
más fervientes practicantes.
Y aún hay algo más que podemos hacer y que es mejor
que estar felices, que es un estado temporal, y es ser
felices, que es algo continuo.

Reír produce sensación de felicidad. Al oírnos reír nos


convencemos de que somos felices.

Lo mejor que podemos hacer por nosotros, y por nuestra


propia felicidad, es eliminar las cosas, situaciones y
lugares que nos hacen infelices. Averigüémoslas.
Mientras sintamos odios, resentimientos, envidias,
miedos… seremos infelices, porque no viviremos en paz.

Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

Con el agravante de que todo ello produce una amargura


que no sólo tú sufres, sino que acabas contagiando a la
gente que te rodea.

La felicidad nunca es producto de lo que proviene de


fuera. Lo que viene de fuera puede producir risa,
bienestar, placer… pero nunca la auténtica felicidad, que
es un sentimiento íntimo que se produce en el interior, y
se produce si Yo me abro y permito que lo que Soy se
manifieste.
Por tanto, es conveniente no perder el tiempo en buscar
fuera lo que está dentro, y conviene no poner trabas a su
manifestación y gozo, porque el encuentro con ella y su
mayor desarrollo es una de las razones importantes de la
vida.

Al igual que el amor, tiene la mágica cualidad de que


mientras más felicidad se muestra y se comparte, más
felicidad se tiene y se siente.

La felicidad es un asunto que sólo se conjuga en


presente.
De momento, es improductivo hacer proyectos de
felicidad para el futuro y aún menos lo es posponer la
felicidad hasta ese hipotético entonces; revivir la
felicidad del pasado está bien, pero no es lo mismo
rememorarla y añorarla que vivirla en la intensidad,
vitalidad y frescura del aquí y ahora.
La felicidad que pretendamos recoger del pasado, es
irreal e intangible; la que no vivamos ahora porque la
aplacemos para el futuro, es irrecuperable.
Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

La felicidad forma parte de la naturaleza humana y es el


estado en el que se debe desarrollar el ser humano.
Muchas veces estropeamos ese estado por no
comprender exactamente cuál es el sentido de nuestra
vida, por no tener claras nuestras prioridades, por seguir
aún permitiendo que nos trastornen los asuntos del
pasado que tenemos sin resolver… permitimos a
demasiadas cosas que nos desquicien.
Si fuéramos conscientes de que hay una aspiración lícita
que es el bienestar, y procurarlo es también otra
obligación, y hay otra menos fundada que es el mejor-
estar, veríamos cómo es suficiente satisfacer la primera
y es peligroso aspirar con vehemencia a la segunda.
El bienestar es aspirar a tener, por ejemplo, una casa. El
mejor-estar no se conforma con menos que una casa en la
ciudad, otra en la playa y otra en la montaña.
Ojo con no ser esclavos del Yo Ideal y sacrificar la
felicidad y estabilidad de Uno Mismo para tratar de
compensar sus sueños utópicos.

La felicidad no es la ausencia de problemas, no es la falta


de preocupaciones, no es un momento menos malo: ha de
ser un estado de beatitud continuo del que somos
responsables.
No depende sólo de que pase lo que nosotros queremos
que pase.

Hay una diferencia notable entre ser feliz y estar feliz.

Francisco de Sales
LA FELICIDAD – SER FELIZ

Ser feliz es perenne: uno puede ser feliz aún cuando


tenga un mal día, esté triste, o pase una pequeña
depresión, que son estados temporales e impropios. Si
soy feliz no me importan los breves momentos de
sufrimiento mal entendido, ni las noches oscuras del
alma, que siempre acaban amaneciendo, ni las lecciones
incomprendidas de la vida que en este momento no
entiendo.

Estar feliz, en cambio, está limitado en el tiempo. Tiene


principio y final. No es intrínseco.
Felicidad no es sinónimo de risa o sonrisa: es un estado
que permanece inalterable aún cuando en el exterior
estemos sintiendo cosas poco agradables.
Cada uno debe encontrar dentro de sí ese aspecto que es
feliz porque lo comprende todo. Es un espacio todo
claridad que no permite ser enturbiado por distracciones
temporales.

La felicidad, como ya has visto, no es algo que venga de


fuera (eso son las satisfacciones y los placeres), sino que
pertenece a la naturaleza intrínseca del ser humano.
El desarrollar o no plenamente nuestra capacidad de
felicidad no consiste solamente en tener, en conseguir,
en las cosas materiales…
Se puede ser feliz sin tener bienes materiales y sin
lograr las metas que otros han logrado
Otros son otros, y yo soy yo.

“El objetivo de la vida no es sólo desarrollar el alma,


sino ser feliz durante el proceso”.
(Anónimo)
Francisco de Sales
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Siempre he incluido en la lista de los derechos de las


personas, en primer lugar, y no sólo como derecho sino
como una obligación de cada humano, la Felicidad.
La felicidad es algo más que otro buen propósito, porque
implica el hecho de recibir inmediatamente su disfrute;
el propósito de encontrar y gozar la felicidad, se cobra
al contado. No es un resultado que se conseguirá tras
largos años de espera, sino que se instala en un instante
y se manifiesta.
La felicidad es un estado de ánimo (un estado del alma);
es una experiencia subjetiva, interior, que analiza la
propia vida y extrae de ella una impresión positiva
(felicidad) o negativa (infelicidad).
Esto, refiriéndonos a ella como estado permanente y
mayoritario, porque hay momentos breves que sentimos
como felices, como por ejemplo la carcajada después de
oír un buen chiste, o cuando oímos a un hijo decir, por
primera vez, papá ó mamá.
De la felicidad, como del amor, se han dicho infinidad de
cosas. La mayoría de ellas, ciertas.
Se dice que la felicidad consiste en saber disfrutar las
cosas pequeñas, y es cierto. Se dice que la tranquilidad
es sinónimo de felicidad, y no es cierto. Se dice que la
felicidad es no sentir tensiones, y no es cierto: la
felicidad es algo más que no sentir tensiones, así como
vivir es algo más que no estar enfermo. Conformarse con
equiparar felicidad a la no presencia de problemas o
sufrimientos, es pobre y de un conformismo vergonzoso.
Francisco de Sales
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Vivir no es sólo no sufrir, sino que debiera ser, además,


ser feliz.
Vivir no es solamente no padecer, sino que es, además,
cobrar un premio y disfrutarlo durante la vida.
La felicidad acaba siendo un momento aislado que, en
realidad, deberíamos repetir, muy, muy a menudo, hasta
convertirlo en constante y continuo.
La felicidad, como propósito a realizar de ahora en
adelante, es el más legítimo de los derechos, el
primordial motivo de vida, la más honrada aspiración; el
más recto proceder será incorporarla, y su continuidad
en cada uno, el más justo anhelo.

La felicidad es un estado de consciencia que ya existe en


cada ser humano, lo que pasa es que la tenemos relegada
por todas las distracciones o intranquilidades. Fíjate en
esto: cuando estás feliz es cuando dejas de pensar en
tus preocupaciones; en ese momento no hay otra cosa en
tu presente que prestarle atención a la felicidad. La
felicidad entonces lo ocupa todo, te planta una sonrisa en
los labios y en el alma, y sientes que en ese estado eres
más tú mismo.

Una de las cosas que nos pueden ayudar a vivir más cerca
de la felicidad, es el buen humor. El concepto de humor
no es simplemente estar alegre, hacer reír y captar los
chistes y ocurrencias más o menos divertidos. El humor
es un medio de expresión, de difusión y relajación de
tensiones, y, básicamente, es un ingrediente a introducir
en nuestro comportamiento íntimo para prevenir unas

Francisco de Sales
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reacciones y aliviar otras que parecen difícilmente


superables si no se adopta una actitud positiva.
Lo que pasa es que muchas veces repetimos que “la
felicidad no existe”, porque de esa forma evitamos tener
que plantearnos el tener que descubrir ese maravilloso
don que Dios instaló en cada uno de nosotros.
Si uno se convence de la realidad de los beneficios que
aporta instalarse en la felicidad, conseguir que salga a la
luz en cada momento es ya su responsabilidad.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


La felicidad mora dentro de cada uno de nosotros y nadie nos la
debe quitar. Somos sus guardianes y sus Señores.
Ni nadie ni nada la debe amenazar.
Es la expresión natural del alma, y la expresión de su sonrisa.
Ni siquiera Uno Mismo tiene derecho a impedir que se manifieste
con todo su potencial, porque es el regalo de Dios, y,
posiblemente, su idioma.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


La felicidad, al igual que el amor, es extraordinaria en el sentido
de que proviene de una fuente inagotable que se reproduce
continuamente, y de un modo mágico. Mientras más se da, más se
tiene.

POR SI NO LO SABES
“La verdadera felicidad se encuentra en las pequeña cosas:
una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña
fortuna…”
He leído que esta broma es de Woody Allen, de Óscar
Wilde, de Groucho Marx… cualquiera sabe. Lo importante

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es que nos aporta humor, y nos aporta, si queremos,


reflexión.
¿Qué o quién indica cuánta felicidad nos ha de aportar
cada cosa?
¿Estrenar un coche nuevo aporta más felicidad que una
sonrisa?
¿Aporta más felicidad un abrazo especial o cobrar el
sueldo?
Casi todo puede aportar felicidad, por tanto
acostumbrémonos a recibir la porción que cada cosa nos
dé, sepamos apreciarla y disfrutarla.
Si cada cosa es un grano de arena, algún día nos podemos
dar cuenta de que tenemos una gran montaña de granitos
de arena, y vistos todos juntos pueden hacernos sentir que
en nuestra vida realmente hay felicidad.
Personalmente, prefiero muchas pequeñas felicidades que
una grande pero sola.
No nos quedemos sin disfrutar ninguna de ellas por su
tamaño: todas son estupendas, y el día que llegue una
grande sabremos valorarla aún más.

POR SI NO LO SABES
Escribía Miguel Hernández “tu risa me hace libre, me pone
alas, soledades me quita, cárcel me arranca…” y es porque
sólo la felicidad te permite ser libre, y sólo la libertad te
permite ser feliz.

VISTO DE OTRO MODO


Errores relacionados con la felicidad:
PRIMERA.- Ser feliz no significa estar continuamente
eufórico. Uno puede ser feliz aun cuando esté triste, por
ejemplo.
SEGUNDA.- La felicidad no se persigue, porque no es algo
físico ni algo que tenga entidad por sí misma, sino que es
la consecuencia de algo, y se produce como resultado

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de algo. Hay que trabajar y cuidar ese “algo” que es su


origen para que pueda producirse. El fruto es el resultado
del trabajo; si no desarrollamos el trabajo, no tendremos
fruto.
TERCERA. –La felicidad no está en lo exterior, ni en las
cosas externas, ni en otra personas. Algunas cosas
materiales, como el dinero o el poder, “parecen traer la
felicidad”, pero no la traen; las personas pobres también
pueden ser felices. Dos personas con diferente sensibilidad
hacia lo que les hace felices, responderán de distinto modo
ante la misma motivación externa.

TRABAJA TÚ

Si hay una seriedad bastante rigurosa que te dificulta sentirte feliz,


y aún más mostrar los breves apuntes de felicidad que tienes...
hazte estas preguntas:

¿Qué me impide estar feliz más a menudo y llegar a ser feliz?


¿Se puede ser feliz sin saberlo?
¿Tengo abandonada la felicidad?
¿Puedo gritar, sin mentir, SOY FELIZ?
¿Estás poniendo límites a tu felicidad?
¿Crees que no mereces TODA la felicidad?
¿Crees que mereces ser feliz?
¿Mi naturaleza es de feliz? ¿en cualquier situación, desde dentro,
sin copas, sin un payaso enfrente, me encuentre donde me
encuentre y como me encuentre y sin necesidad de huir de mí?

TRABAJA TÚ
Las respuestas a estas preguntas te darán una idea aproximada del
estado de tu autoestima.
Luchas por el alimento o por el éxito, pero…
¿Luchas por la felicidad?,
Francisco de Sales
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¿Luchas por tu felicidad?,


¿Luchas por la calidad de vida que te proporcionaría?,
¿Te desatiendes desatendiendo el estado de tu felicidad?,
¿Te distraes con algo que has encontrado y que realmente es más
importante que el disfrute de tu felicidad?,
¿Cometes el mayor pecado, que es el de engañarse uno mismo?

Te han programado para ser feliz o infeliz según vengan de tu


exterior alabanzas o críticas. Has dejado en manos de los demás la
opinión que tienes acerca de ti. Hay algo en el fondo que no te
permite sentirte digno de alcanzar una felicidad plena, como si
eso estuviese reservado sólo para algunos privilegiados. Sigue
gobernándote de algún modo la fantasía de que las cosas se van a
arreglar solas. Dejas a lo que llamas porvenir la responsabilidad
de que te traiga cosas buenas y una vida mejor…
Es un continuo error y una falta de compromiso por tu parte.
Tú, sólo tú, tienes que poner todos los medios, incluso
extraordinarios, y la dedicación necesaria, para lograr que tu vida
sea plena y absolutamente feliz. Y puedes y debes conseguirlo.

ATENCIÓN
Copia esta frase para que la veas a menudo, y respétala:
PROMETO NO ABANDONARME NUNCA MÁS.

CUENTECITO
“¿Qué es una persona feliz?”, preguntó el discípulo.
“La que no tiene recursos ni esperanzas… ni desea tenerlos”, respondió
el Maestro.
(Del libro Un minuto para el absurdo, de Tony de Mello)

CUENTECITO
“Un hombre estaba siempre importunando a Dios con toda clase de
pedidos. Un día, Dios lo miró y le dijo: “Ya estoy harto; tres pedidos y no
más. Tres peticiones, y después de darte eso, no te daré más. ¡Di tus
tres deseos!”

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LA FELICIDAD – SER FELIZ

El hombre quedó encantado y preguntó: “¿Puedo pedir cualquier cosa?”


Y Dios dijo: “¡Sí! ¡Tres pedidos y nada más!”
Y el hombre habló: “El señor sabe que tengo vergüenza de hablar, pero
me gustaría librarme de mi mujer, porque es muy aburrida y siempre
está… El Señor sabe. ¡Es insoportable! No logro vivir con ella. ¿Podría
librarme de ella?”
“Está bien”, dijo Dios, “tu deseo será satisfecho”. Y la mujer murió.
El hombre se sentía culpable por el alivio que sentía, pero estaba feliz y
aliviado, y pensó: “Voy a casarme con una mujer más atractiva”. Cuando
los parientes fueron al funeral y comenzaron a rezar por la difunta, el
hombre volvió de pronto en sí y exclamó: “Mi Dios, yo tenía esta mujer
encantadora, y no la apreciaba cuando estaba viva.” Entonces se sintió
muy mal, fue corriendo al encuentro de Dios y le pidió: “Tráigala de
vuelta a la vida, Señor.”
Dios respondió: “Está bien, segundo deseo concedido”.
Ahora le queda sólo un deseo. Pensó: “¿Qué debo pedir? Y fue a
consultar a los amigos. Algunos dijeron: “Pide dinero; si tienes dinero
puedes tener lo que quieras.” Otros dijeron: “¿De qué te servirá el dinero
si no tienes salud?” Otro amigo dijo: “¿De qué te sirve la salud si un día
morirás. Pide la inmortalidad.”
El pobre hombre ya no sabía qué pedir, porque otros decían: “¿De qué
te sirve la inmortalidad si no tienes nadie a quien amar? Pide el amor.”
Entonces, pensó, pensó… y no llegó a ninguna conclusión, no
conseguía saber lo que quería. Cinco, diez años…
Un día Dios le dijo: “¿Cuándo vas a hacer tu tercer pedido?”
Y el pobre hombre dijo: “¡Señor, estoy muy confuso, no sé qué pedir.
¿Podría el Señor decirme qué pedir?”
Dios se rió cuando oyó esto y dijo: “Está bien, te digo lo que debes pedir.
Pide ser feliz, no importa lo que te pase. ¡Ahí está el secreto!”

REFLEXIONES PETULANTES
La felicidad se encuentra en la sencillez, en el hacer las
cosas sin buscar ni necesitar el agradecimiento, el
reconocimiento o la satisfacción. En la ausencia de deseo,
en comunicarse, en ver salir el sol o verlo acostarse; en la

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aceptación de las cosas que suceden, como parte del


aprendizaje; en
Toda la felicidad es gratuita. Lo que producen las cosas de
pago es placer, que también es bueno, pero no es lo
mismo.

RESUMIENDO
Alcanzar la felicidad, si no plena por lo menos continua, es un
objetivo posible que te aportará una sonrisa agradable en la boca y
en el alma. Además, es una de esas sonrisas contagiosas. La
felicidad, aún viviendo en condiciones que sean más propicias a la
infelicidad, es posible. La felicidad no tiene que ver con las
circunstancias que nos estén sucediendo, porque puede brillar por
encima de cualquiera de los pesares, puede sobreponerse a
cualquier pesar, y triunfar. ¿Estás convencido de que te mereces
la felicidad? Si es así, pídetelo, ruégatelo, no pares hasta que la
consigas. Haz lo que sea necesario por esa felicidad que no es la
efímera que provocan los bienes materiales, sino la que es
interior, irreductible, cierta.

Francisco de Sales

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