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Capítulo 1

EL LIBRO COMO MEDIO DIDÁCTICO.

Francisco Martínez Sánchez.


Universidad de Murcia.

1.1.- Introducción

Sin lugar a dudas el medio por antonomasia utilizado tanto en nuestro sistema educativo,
como en la mayor parte del mundo, es el libro de texto. Nuestro sistema educativo posiblemente
sería absolutamente diferente si su presencia.
Su significación es tal, que cuando se les ha preguntado, no sólo qué medio utilizan más en la
enseñanza, sino también qué tres medios básicos necesitarían para desarrollar su actividad
profesional de la enseñanza, siempre surge el libro.
En el presente capítulo, tras realizar una breve revisión a su historia, nos dedicaremos a
analizar sus posibilidades para ser utilizadas en el proceso de enseñanza/aprendizaje, para finalizar
con la preserntación de un modelo de evaluación.

1.2.- Conceptos clave

Libro: Medio de comunicación cuya parte material está formada por hojas de papel unidas por
un extremo y que utiliza como medio de comunicación el alfabeto fonético de forma escrita.
Proceso lector: Es el que permite el reconocimiento y recepción del contenido del texto.

1.3.- El libro en la historia de los medios de comunicación.

Escribir sobre el libro de texto obliga a hacer un pequeño repaso histórico sobre el libro en
general, ya que la historia de este nos permitirá poder entender muchas de las peculiaridades
comunicativas de aquel.
El libro es una consecuencia directa de la escritura, difícilmente podríamos hablar de libros si
no existiese este sistema de comunicación.
La mitología egipcia nos dice que Thoth, sirviente de Osiris, fue "señor de la voz creativa,
maestro de las palabras y los libros", inventor de la escritura mágica.
No debe de extrañar por tanto que sea en Egipto donde normalmente se inició la historia del
libro (Dahl, S. 1.972, Prüfer,G. 1.964, Escarpit, R. 1.965).
Pero ¿qué es un libro?. No es fácil dar una definición. Podríamos hacerlo resaltando sus
cualidades comunicativas y/o estéticas y/o formales y/o materiales y/o de contenido y/o de relación
sensorial y/o de requerimientos y/o .... Una amplia relación de elementos, de aspectos, que todos
juntos hacen el libro. Una máquina de leer, lo define Escarpit (1.965), pero "que no se puede utilizar
de forma mecánica" (15).
Daré por supuesto que todos sabemos de que hablamos cuando hablamos de un libro, pero
teniendo presente los muchos aspectos del mismo que pueden ser relevantes a la hora de
contemplarlo desde la perspectiva de la enseñanza, vamos a ver como ha llegado a lo que
entendemos hoy como libro.

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El pergamino, generalizado como consecuencia de las rivalidades entre la biblioteca de
Alejandría y la de Pérgamo, es soporte fuerte, resistente y barato. Fue el elemento que permitió la
aparición del libro con el aspecto físico con que hoy lo conocemos. Cortado en hojas y cosidas
posteriormente, unas con otras por uno de sus lados, da lugar a la aparición de los codex (Escarpit,
1.965) los cuales, por su facilidad de manejo, son el formato ideal para los textos jurídico (códigos)
y religiosos. El codex es cómodo para su consulta, mucho más que lo era el volumen de los romanos
o kylindro de los griegos y que consistía en un rollo de papiro que era preciso desliar totalmente
para encontrar, por ejemplo, su título que se colocaba al final para asegurar su pervivencia. (Dahl,
1.972). Las huellas mas antiguas del libro, tal como lo entendemos hoy, son de los siglos I y II de
nuestra era.
Tras el desarrollo que el libro tiene en Roma, es en las bibliotecas eclesiásticas donde se
generaliza como medio de comunicación, si bien aún, su uso queda reducido a las comunidades en
las que se ubican estos centros. La biblioteca de Cesare en Palestina que alcanzó una importancia
similar al que en su día alcanzó Alejandría puede ser un ejemplo de aquellas bibliotecas próximas a
las confesiones religiosas.
El interés de los árabes por la escritura, debido a sus limitaciones religiosas de
representaciones icónicas, hace que el libro tenga un desarrollo importante entre ellos. La biblioteca
de Bagdad traduce del griego todo el conocimiento helénico para pasar, posteriormente a la de
Córdoba en el siglo X con Al-Hakem II que llegó a reunir 400.000 ejemplares. Era lugar de obligada
visita para la “búsqueda de la ciencia”. El libro es el medio indispensable para alcanzar el legado
cultural griego.
Las órdenes monásticas, fundamentalmente los benedictinos, dan un impulso a la actividad
literaria y crean en el siglo XIII la biblioteca de Monte Cassino, generalizándose mas tarde.
La existencia de estas bibliotecas monásticas y la aparición de las universidades favorecen la
creación de un mercado de libros, que posteriormente colaborará a la demanda de libros por parte de
la burguesía, hecho que ocurre en los siglos XIV y XV. Libros religiosos y fundamentalmente los
libros de horas tienen un gran predicamento entre la nobleza y la burguesía acomodada.
La aparición de la imprenta a mediados del siglo XV es lo que realmente permite una
generalización de libro como medio de comunicación. Si bien el proceso no fue rápido, tanto por los
precios de las primeras publicaciones, como por el control político y religioso de las mismas, el
hecho es que el libro llegó a hacer posible la Reforma protestante y que en la situación actual de los
medios de comunicación, pese a las profecías de Mcluhan, goza de un lugar predominante en la
sociedad y siendo, dentro del ámbito de la enseñanza el medio más utilizado por alumnos y
docentes.

1.4.- Condicionantes comunicativas del libro: el proceso lector.

A la hora de observar el libro en tanto que medio de comunicación debemos analizar, desde
esta misma perspectiva, su configuración.
En el libro coinciden, aparecen juntos, un medio y un código propios. Este sincronismo en la
aparición de medio y código no es frecuente en los medios de comunicación. La radio, el cine, la
informática, etc. han surgido primero como medio, utilizando algún código ya existente y propio de
otro medio, y más tarde han ido desarrollando el suyo propio. Esto último en el mejor de los casos.
La aceleración del desarrollo de las tecnologías de la comunicación tiene que ver más con los
medios que con los códigos. Pero eso no ocurrió con el libro.

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Mientras que los medios transforman las sociedades, los códigos cambian a las personas. Sólo
cuando han coincidido los cambios de código y medio a la vez, han ocurrido los cambios
significativos. El libro supuso uno de esos cambios. La Reforma, un hecho histórico que cambió la
historia, transformando la sociedad y el concepto de hombre y que, en cierto modo, es una causa
directa de las cualidades comunicativas de la lectura y de la existencia del libro impreso.
El paso de la oralidad a la textualidad, de la palabra dicha, recitada, que desaparece en el
tiempo y que se recibe en grupo, a la escrita, que permanece en el tiempo y que es leída desde la
individualidad, hizo posible un verdadero cambio social, no sólo en la comunicación, sino en el
pensamiento y en la organización de esa sociedad, a través de la comunicación y el conocimiento y
que partía de la utilización de las cualidades comunicativas del libro en contraposición a las de la
oralidad, que mientras como decía Riesman (1974),"la comunicación oral mantiene junta a la gente,
la imprenta es el medio de aislamiento por excelencia" (83), a propósito de lo cual diría con
anterioridad Mcluhan (1.972) que "Solamente el alfabeto fonético produce la ruptura entre el ojo y
el oído, entre el significado semántico y el código visual; y, así, sólo la escritura fonética tiene el
poder de trasladar al hombre desde un ámbito tribal a otro civilizado, de darle el ojo por el oído"
(48)
Dicho lo anterior hay que añadir inmediatamente que para que exista lectura ha de existir
intencionalidad por parte del lector, cosa que no ocurre con la oralidad, ya que el sonido lo invade
todo independientemente del deseo de quien oye. Este hecho nos permite afirmar con Goody, J. y
Watt, Y., (1.997) que “La cultura alfabetizada es eludida más fácilmente que la oral; e incluso
cuando no se elude, sus efectos reales pueden resultar relativamente superficiales”.(76). Es necesaria
la existencia de un deseo comunicativo por parte del lector para que el libro pueda cumplir su
función de medio de comunicación.
Junto a la intencionalidad era necesario desarrollar habilidades que venían impuestas por el
código y que requirieron de un tiempo para su logro. “La cultura del libro que ha creado la imprenta,
sólo podía poseerse completamente tras el curso de un largo aprendizaje, en el que las aptitudes
mentales para leer se iban adquiriendo con lentitud -la habilidad de conectar y asociar, la
familiaridad con el idioma, la facilidad de expresión, la destreza en seguir un argumento, la
comprensión de distinciones refinadas y, por fin, una mayor confianza” (Martín, H.-J., 1.992, 27).
Una última cuestión genérica a la hora de contemplar el libro como medio de comunicación
tiene que ver con la capacidad de medio y código para conservar y transmitir el conocimiento y con
el la cultura. Decía Goody, J., (1.992), con relación a este aspecto que, el libro y con él la escritura,
“permite la transmisión cultural (no genética) de generación en generación...permitiendo que esa
transferencia se lleve a cabo indirectamente, y sin la continua transformación de la frase original,
característica de las situaciones puramente orales”.(237).
Si analizamos con más detalle el libro y lo comparamos con su antecesor, la oralidad, la
característica que destaca es su forma opuesta de utilizar las variables físicas del espacio y el tiempo.
Mientras que la comunicación oral tiene una duración en el tiempo, exactamente la que tarda en ser
emitido el mensaje, y por tanto no ocupa un lugar físico en el espacio, el texto no tiene duración en
el tiempo, es permanente lo que obliga a ocupar un lugar físico. Esta diferenciación, totalmente
física, tiene sus consecuencias comunicativas.
Decía con Escarpit (1.975) que “el lenguaje produce discursos, mientras que la escritura
produce textos.”(34), pero sin que ello signifique que entre ambos conceptos exista ningún tipo de
enfrentamiento, de antinomia. Cada uno de ellos hace referencia a un canal. Si aceptamos esta
distinción, deberemos concluir que el discurso tiene una duración en el tiempo que depende,
exclusivamente, de la memoria inmediata del receptor, sin que el emisor pueda influir en esa

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duración, mientras que el texto tiene una duración permanente independientemente de la memoria
del lector.
La forma de utilizar el espacio y el tiempo dan al texto y por tanto de la escritura, una serie de
características y/o peculiaridades que nos obligan a dedicar un momento a hablar de ello.
En primer lugar, y como consecuencia directa de sus características, el texto muestra un
“orden cronológico” de significaciones, si bien no lo impone y en segundo lugar colabora a la
fijación del lenguaje, fijación que no ocurre en las culturas sin escritura.
El texto se presenta de acuerdo a un orden y según un esquema determinado permitiendo al
lector el control total de su velocidad para acceder al contenido, pero teniendo que respetar el orden
y esquema, a menos de alterar el significado, destruyéndolo.
Una diferencia importante entre el discurso y el texto es la, propia de la oralidad y como
consecuencia de la imposibilidad releer estos mensajes. Esta limitación obliga a la repetición de los
mismos contenidos de forma diferente y a utilización de diferentes elementos significativos que
refuercen el contenido.
Por el contrario el texto no precisa de ese grado de redundancia y permite la construcción de
mensajes mas breves para asegurar la misma cantidad de significación.
Con relación a las funciones del texto en los procesos de comunicación podemos hablar de
tres, figura 1.1

Discursiva. Lectura proyectiva.

Función del Documental. Lectura objetiva.


texto
Icónica.

Figura 1.1

Una función discursiva, una función documental y una función icónica. (Escarpit, R., 1.975).
La función discursiva hace referencia a la función del texto escrito de reproducir un discurso
oral, si bien en la mayoría de las ocasiones existe una cierta distancia entre ellos, pese a la necesidad
del texto de reproducir la secuencia cronológica del discurso. El lector, como decía más arriba,
puede alterar esta secuenciación pero este hecho le obliga a meterse en el texto, por lo tanto a
participar en la estructura del mismo.
La función documental es la verdadera función del texto. En ella quedan a un lado las
dependencias de lo oral y en el se encuentra codificado un mensaje que hay que descifrar. En este
caso, el lector, debe buscar la información según el orden personal de su pensamiento.
En la función discursiva el texto actúa como un medio, mientras que en la documental lo hace
como una máquina informática.
Esta última es la que ha dado al libro su configuración material actual, obligando a una
numeración de páginas.
La función icónica tiene que ver con la contemplación del libro, mejor del texto, como una
imagen. El texto compone una imagen que, en ocasiones o por sujetos determinados, por ejemplo
los niños que no saben leer, unen como tal a las ilustraciones del libro. El texto y las imágenes
forman una totalidad icónica.

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El proceso lector es el que permite el reconocimiento y recepción del contenido del texto, por
lo tanto y a la vista de lo dicho, entraremos en ello.
El proceso lector comienza por la asociación de unos textos a unos sonidos y a través de estos
llegar a unos significados. "Cuando un niño aprende a leer, lo que hace es construir a partir de los
símbolos impresos una imagen acústica que pueda reconocer" (Chaytor,H.J., 1.974,96). Un texto
sólo existe en la medida en que es leído. Si como decía estamos ante un medio de comunicación,
para que exista el proceso debe existir respuesta, ya que sin ella no hay comunicación. Por tanto, la
lectura forma parte de la propia naturaleza comunicativa del libro.
He agrupado en la figura 1.2 los factores que, siguiendo a Escarpit (1.975), influyen en el
reconocimiento de los textos y por ello repercuten en la acción lectora.

Figura 1.2.

La discriminación de una palabra esta relacionada, en primer lugar, con su longitud. A mayor
longitud, y como consecuencia del mínimos esfuerzo, es más difícil su discriminación y a la inversa.
Este principio pude verse alterado en función de la frecuencia de uso o la familiaridad con ella.
Recordemos sobre este aspecto la palabra supercalifragislisticoespialidoso, palabra que el cine puso
de moda y cuya longitud no es un obstáculo para su reconocimiento.
La frecuencia de uso y la familiaridad son factores que pueden estar relacionados. Si como
consecuencia de ellos encontramos palabras, para nosotros probables, nos serán fácilmente
reconocibles, independientemente de su configuración material, pero también nos proporcionaran
poca información, en base a lo que decía en el capítulo referido a la comunicación.
Centrándonos en la familiaridad, el bagaje cultural del lector será un factor determinante a la
hora del reconocimiento, bagaje cultural que tendrá que ver, no sólo con lo que podríamos
denominar como cultura general, sino con el campo de especialización propio.
Otros aspectos que tienen que ver con aquella se dirigen a dimensiones históricas, sociales y
psicológicas.

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En cada momento de la historia hay palabras, siglas, denominaciones, etc. que, como
consecuencia de un hecho histórico, de un descubrimiento, ... se usan con mayor frecuencia y en
ámbitos mas generales, lo que facilita su reconocimiento, reconocimiento que no habría sido
igualmente posible en momentos anteriores o, posiblemente, posteriores. Un ejemplo de lo que digo
puede ser superheterodino. Término utilizado con proliferación en los primeros años de la radio, que
con anterioridad era desconocido para la mayor parte de la sociedad, y que en estos momentos, de
nuevo, la gran mayoría desconoce su significado.
Pero cada grupo social tiene su jerga, bien sea entendido el grupo social como profesional, de
aficiones, costumbres, etc. Las jergas propias son fácilmente reconocibles por quienes forman parte
del grupo, independientemente de la complejidad de los términos.
Por último y siguiendo este planteamiento, los factores psicológicos tienen que ver con los
intereses y preocupaciones inmediatas y profundas del lector.
Concluyendo, el alfabeto y con el la lectura “hizo posible tender un puente de la lengua
hablada al lenguaje, con lo que se separo lo hablado del hablante y se posibilitó el discurso
conceptual”. (Castells, M., 1.996,359)

1.5.- El libro didáctico y de texto:

“Libros claros, precisos, metódicos, difundidos con profusión, conteniendo todas las verdades,
y ahorrando inútiles esfuerzos por aprender”. Así hablaba Talleyrand a la Asamblea constituyente
francesa en 1.791 con relación a la instrucción pública y, como puede intuirse, refiriéndose a los
libros escolares. (Tomado de Choppin, A., 1.997). Como vemos la preocupación por este tipo de
materiales no es nueva, como tampoco lo es el definir sus características.
¿Que se entiende por libro de texto?. No es sencilla la respuesta ya que, por extensión,
podríamos decir que es cualquier libro que el profesor utiliza dentro de un diseño curricular
concreto, dentro de una acción didáctica o que el alumno emplea dentro de un proceso de
aprendizaje.
Aceptando esa posible generalización del término, me centraré en aquellos libros que han sido
diseñados y producidos con una intención didáctica y para que sirvan como referente, tanto a nivel
de contenidos, como de proceso, como metodológico. Libros que se han creado para que sean libros
de texto.
Ferrández y Sarramona (1.984) entienden por libro de texto “todo libro planeado
sistemáticamente para el aprendizaje de los contenidos de una determinada materia, a un cierto
nivel, según la legislación y cultura vigente” (324). De este planteamiento podemos destacar dos
aspectos: la intencionalidad en el diseño y la adecuación a un determinado momento y sociedad.
Richaudeau (1.981) lo definía como “un material impreso, estructurado, destinado a utilizarse
dentro de un determinado proceso de aprendizaje y formación” y añade que estas obras “proponen
un orden para el aprendizaje” (51) tanto con relación al contenido como a la organización de la
enseñanza. Como podemos ver en esta ocasión se resalta los aspectos organizativos en tanto que
acción didáctica, y por supuesto para su inclusión en un proceso de enseñanza.
Choppin (1.992) los define como conjunto de hojas que soportan un conocimiento propio de
una sociedad concreta, por lo que se puede hablar de un vehículo ideológico y cultural y que es un
instrumento pedagógico que refleja los métodos de un tiempo. Tras hacer referencia a lo puramente
material, destaca los contenidos y su relación con la ideología y los valores dominantes y su valor
instrumental.

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No alargaré innecesariamente las referencias sobre el concepto, con las expuestas podemos
alcanzar un conocimiento suficiente sobre que entendemos por libro de texto.
Si agrupamos los aspectos podremos concluir que se trata de un libro que ha sido realizado
con una intencionalidad concreta, que sirva de texto escolar y que sus contenidos son una
proyección del conocimiento disponible y aceptado como tal por un grupo social concreto, por lo
que transmite una ideología y los valores propios de ese grupo y que, desde una perspectiva
didáctica, está organizado de acuerdo a unos criterios pedagógicos concretos, para que sirva de
ayuda en el proceso de planificación de la enseñanza.
Existen otras peculiaridades de los libros de texto que , conscientemente, no incluyo entre los
aspectos diferenciados y destacabales, no por considerar irrelevantes, sino por entender que están
suficientemente tratados, por ejemplo en Cabero, J., (1.995), y que tienen que ver con los aspectos
más aplicativos de los mismos.

1.5.1.- Tipología.

Siguiendo a Choppin, (1.997) los textos escolares se pueden agrupar en:


-Modelo catequético. Organizados en forma de preguntas y respuestas que hay que aprender
de memoria y repetir a coro.
-Modelo apologético. Yuxtaposición de cortas fábulas redactadas con una finalidad hasta
hace poco religiosa y recientemente moral.
-Modelo jurídico. Organizado mediante parágrafos numerados. Dan la impresión de los
códigos jurídicos, tanto por su austeridad como por su “tono”.
-Modelo enciclopédico. Reúnen el conocimiento que se exige en las diversas materias, todo
lo que la escuela debe dar a los futuros ciudadanos.
-Modelo atractivo. Están construidos en base a la idea de que el juego es un instrumento
pedagógico esencial.
-Novela escolar. Son historias que sirven de pretexto para anécdotas moralizantes (modelo
apologético), diálogos en los que adultos responden a niños (modelo catequético inverso), o narran
viajes por lugares que sirve para mostrar su geografía, historia, biología (modelo
enciclopédico),poniendo en escena a niños a los que se desea imitar por los jóvenes lectores (modelo
atractivo). Como se ve reúnen las características de los diferentes modelos.
Richaudeau (1.981) hace una clasificación de los libros de texto en función de diferentes
variables. De forma esquemática se puede ver en la figura 1.3.

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VARIABLE

-Progresión sistemática.
FUNCION
-Consulta y referencia..

- Para alumnos.
USUARIOS
-Para profesores.

ENTORNO DE -Aprendizaje autónomo.


APRENDIZAJE. -Enseñanza colectiva (escolar).

CRITERIO -Principios pedagógicos.


METODOLOGICO. -Abierto.

Figura 1.3.

En el primer apartado se hace referencia a la función que el libro va a tener dentro del diseño
pedagógico, si va a ser el eje entorno al cual se organice el proceso, marcando el libro los contenidos
y el orden o, por el contrario, sólo se va a utilizar como un instrumento de consulta, para recabar
alguna información en un momento concreto.
Evidentemente, la organización y estructura del libro dependerá de para cual de estas
funciones ha sido editado.
Si contemplamos el tipo de usuario podemos distinguir libros destinados a alumnos o a
profesores. Las diferencias entre ambos aparecerán en todos sus aspectos, tanto formales como
materiales.
La distinción en función del entorno de aprendizaje permite pensar en dos tipos. Libros que
van dirigidos a alumnos que trabajarán de forma totalmente autónoma, por lo que deberán contener
todo tipo de normas, propuestas de trabajo, ejercicios, etc., que le faciliten su trabajo, y aquellos
otros que serán utilizados por alumnos dentro del contexto escolar, donde el profesor dirigirá el
proceso, por lo que las propuestas pueden ser menores o, al menos, de otro orden.
Por último podemos diferenciar textos construidos en base a unos criterios pedagógicos muy
concretos, lo que limita las posibilidades de uso y de integración en otros modelos pedagógicos por
parte del profesor, o aquellos otros, abiertos en los que no existe un criterio pedagógico único en su
estructuración y que obliga y permite al profesor tomar decisiones sobre el como de su uso.
Buj Gimeno (1.973) propone la que corresponde la figura 1.4.

CLASES TIPOS SUBTIPOS


Quién lo usa Rango didáctico Finalidad Aspecto didáctico
la etapa de iniciación
la lectura vacilante
De lectura para la lectura corriente
la lectura silenciosa
Básicos la lectura comentada
la lectura expresiva
de globalización

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De texto de correlación
por asignaturas
Para el alumno De consulta de ampliación
de referencias
de ejercicios
Auxiliares De trabajo de observaciones
de experimentos
de finalidad mixta
de carácter literario
De recreo de carácter artístico
Complementarios de otro carácter
Guías didácticas generales
especiales
Básicos Repertorios problemas
sistemáticos de ejercicios
soluciones
ilustraciones
Para el maestro Auxiliares De consultas de ampliación
de referencias
Complementarios De trabajo de observaciones
de experimentos
misceláneos
Figura 1.4.

Como puede verse se trata de una clasificación que parte de los usuarios, pasa por el lugar que
ocupa en el diseño y su función, para completarse con los aspectos didácticos.
Más recientemente Escolano (1.997) propone, de acuerdo con la función didáctica que
implementan, el agrupamiento de los libros de texto en:
-Libros de iniciación.
-Series cíclicas
-Modelos enciclopédicos.
-Libro-guia.
-Libro de consulta.
-Libro activo.
La organización de los contenidos, su forma de presentación y las implicaciones del lector han
sido los elementos utilizados. Cuestiones todas ellas que tienen que ver con sus posibilidades
metodológicas.
No me detendré a analizar cada una de ellas, pues creo que las denominaciones propuesta por
los autores son suficientemente explícitas.

1.6.- El libro de texto en la historia.

Decía más arriba que fué en Egipto donde la mitología se hizo “responsable” de la invención
de la escritura, no entraré en esa cuestión y podemos dejarlo ahi. Lo posiblemente significativo para
mis intenciones es resaltar el hecho que si es en Egipto donde los textos con los nombres de los

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sacerdotes que inventaban cada signo se convertían en textos escolares (Innis, 1.997). El Museion o
templo de las Musas estaba dedicado a la enseñanza y a la investigación y es en este templo donde a
lo largo del siglo III a de C., se crea una gran biblioteca, la cual sería una de las dos colecciones que
formaron la famosa de Alejandría. Esto nos permite pensar que los pergaminos existentes en ese
centro serían utilizados con funciones “escolares” y si bien no podemos hablar de libros en sentido
estricto por su configuración, pero si podemos hacerlo por su función.
Dejando a un lado estos hechos, que sin duda tienen más de anecdóticos que de históricos
propiamente dichos, el hecho real es que la escritura, en tanto que sistema de comunicación, fue
considerada durante mucho tiempo, simplemente como un medio para “fijar la palabra hablada,
especialmente en las universidades, donde el noble arte de la controversia ocupaba el primer lugar”
(Martin,H.-J. 1.992, 15) y cuyo objetivo era hacer oradores y predicadores.
Un uso del libro como recurso de aprendizaje lo podemos encontrar de forma sistematizada en
torno a las órdenes religiosas y, así, en el medievo, se populariza el uso de un libro que podríamos
considerar de texto, Ad Herennium y que era el principal referente para el aprendizaje de la
mnemotecnia, proporcionando técnicas para la memorización (Burke, J., 1.997). Igualmente, en los
monasterios benedictinos, la lectura de los libros es obligatoria, no tanto por los contenidos
religiosos, como proponía San Benito, sino por la necesidad de los monjes de aprender latín y
griego, y sólo el uso de los libros se lo permitía. (Dahl, S.1.972).
En cualquier caso, en estos primeros momentos, "el material escrito era subsidiario de lo
auditivo de un modo que hoy nos resulta extraño" (Ong,W. 1.997, 151). A título de anécdota que
refuerza lo anterior podemos traer aquí lo que San Agustín hablaba de San Ambrosio “...una cosa
digna de mención...cuando está leyendo, su ojo se deslizaba por la página y su corazón extraía el
sentido, pero su voz y su lengua descansaban” (Burke, J., 1.997, 114).
Con la creación de las universidades en el siglo XIII, los libros adquieren un papel
predominante en los procesos de enseñanza, siendo los profesores los únicos que podían acceder a
ellos,1 lo que llevó a la utilización del término “dictar un curso” que aún hoy pervive en algunos
países.
La generalización de su uso da lugar al surgimiento del negocio de las librerías y apareciendo
con ellas, lógicamente los libreros o stationarii.
La reforma protestante es un momento crucial en el uso del libro en la enseñanza. Como hacía
referencia anteriormente, los principios protestantes de la interpretación personal de la Biblia y todo
lo que ello implica, sólo fue posible gracias a la previa existencia de la imprenta. Ninguna por sí
sola conformaron los resultados en el siglo XVI. La existencia de la imprenta y con ella el libro con
sus características comunicativas, unido a la discusión religiosa de la época, hacen posible la
Reforma.
La promoción de la alfabetización por los protestantes tiene que ver con lo que apuntaba. No
era, como dice Graff (1.997), un interés liberalizador o de autoprogreso lo que les movía, sino que
era religioso y de moralidad social, ya que el libro "como la puerta, sirve para fomentar el
aislamiento: el lector quiere estar solo, lejos del ruido de los demás", (Riesman, D., 1974 ,81)
La enseñanza era pues religiosa y "los niños aprendían muchas cosas de "libros de cuerno"2
y/o libros de texto elementales, tanto en los edificios escolares con un maestro como de los
pastores.... La formación y el conocimiento morales y religiosos eran los logros más preciados de la
enseñanza". (Graff,H.J., 1.997,173).

1
.- Los estudiantes sólo pudieron acceder a las bibliotecas universitarias a partir de 1.788
2
.-Los libros de cuerno eran hojas de papel que contenían el alfabeto y estaban protegidas por una fina lámina de cuerno
traslúcido y montadas sobre una tablilla de madera con una pieza que servía como asa.

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El libro ya aparece como texto en el sentido que hoy lo entendemos, así el New England
Primer, era un libro de texto lleno de materiales religiosos.
Con relación a España, al igual que el resto, el libro está presente en la enseñanza desde el
principio de la imprenta. Los manuales de enseñanza, tal como hoy los entendemos aparecen con la
revolución liberal (Escolano, 1.997), si bien en el antiguo régimen ya se utilizaron. Con anterioridad,
en 1.584, se imprime en Sevilla la primera cartilla (Viñao, 1.997), la conocida como cartilla de
Valladolid y que inicia el camino de lo que será una gran serie de publicaciones de cartillas y
catones dedicadas a la iniciación a la lectura y a la enseñanza de la doctrina cristiana.
En el momento presente, los libros de texto, al ser en material más utilizado por profesores y
alumnos, son el medio primordial mediante el cual las administraciones de la política educativa,
regulan los contenidos a impartir y los principios pedagógicos a favorecer. Dicho de otra forma. Las
editoriales, a través de los libros de texto plasman el currículum ideológico propuesto por los
poderes políticos, quienes han de aprobar y autorizar su utilización en los centros escolares.
En relación a esto, Apple (1984) criticaba el sistema de toma de decisiones, al considerar que
estos imponían el “saber oficial”, olvidando el autor que son los poderes públicos, en tanto que
representantes de la sociedad, quienes deben tomar estas decisiones y no los profesionales que, en
todo caso, se representa a ellos mismos y que, si fuesen quienes tomasen esas decisiones, tal como el
mismo Apple reconoce mas adelante, limitarían igualmente la libertad del alumno.
De todo lo dicho se puede desprender, en palabras de Mcluhan (1.974) que "La imprenta
significó la posibilidad de uniformizar los textos, las gramáticas y los diccionarios, presentándolos
visualmente a todos los que los pidiera. El aula, tal como nosotros la conocemos, era un subproducto
de la imprenta" (123).
Con relación al futuro de los libros de texto, Escarpit, (1.965) retomaba la idea de Mcluhan de
la desaparición del libro y lo analiza con relación a los manuales escolares y dice que “el libro de
textos es a la vez un marco demasiado rígido y demasiado estrecho. No se adapta a las cuatro
grandes características de la enseñanza en nuestra época: a) la expansión y el cambio rápido de los
conocimientos fundamentales; b) el aumento necesario e incontrolable del número de alumnos y
estudiantes; c) la necesidad de sustituir la formación escolar de una “élite” por una educación
permanente que permita aprovechar todas las aptitudes; d) el empleo sistemático de técnicas
audiovisuales de comunicación como medios auxiliares de la enseñanza” (45-46).
El autor francés olvida la resistencia de la escuela a todo cambio, la inercia de la institución y
que en último término es el profesor “con sus creencias y actitudes hacia los medios en general y
hacia los medios concretos, quien determinará las posibilidades que estos pueden desarrollar en el
contexto educativo”. (Cabero, J, 1.995, 91)
En cualquier caso me gustaría concluir este apartado con palabras de Prendes (1.998) quien
dice: "Los textos escolares han sido, desde su existencia, un medio básico en la enseñanza, e incluso
hoy día, a pesar de la proliferación de medios posibles de utilizar, continúa primando en las escuelas
el uso de los libros de texto como material didáctico" (423).

1.7.- Evaluación del libro de texto.

Sin lugar a dudas un aspecto fundamental a la hora de hablar de los libros de texto es su
posibilidad y sistemas de evaluación.
Varios son los modelos con los que podemos aproximarnos a la evaluación de los libros de
texto. Veamos alguno de ellos.

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Richaudeau, (1.981), propone un modelo que se basa en cuatro apartados, con algunos
subapartados en cada uno de ellos, tratando de contemplar todos los aspectos de un medio de esta
naturaleza.

1.- Contenidos:
-Aspectos socio-culturales e ideológicos.
-Aspectos científicos.
-Aspectos pedagógicos.
2.- Comunicación:
-Sentido de la comunicación.
-Formas del mensaje.
-Legibilidad.
-Densidad.
3.- Método:
-Organización.
-Utilización.
-Adaptabilidad.
4.- Objeto material:
-Solidez.
-Manejabilidad.
-Costo.
Figura 1.5.

12
Prendes, (1997) desarrolla un amplio modelo que abarca tanto los aspectos materiales, como
los formales, de contenido y didácticos -Figura 1.6- si bien requiere de un desarrollo posterior para
establecer dimensiones que permitan su utilización práctica.

1. Formato del libro - Encuadernación (solidez)


- Manejabilidad (tamaño)
- Costo
- Estructura interna (compaginación)

2. Análisis de contenidos 2.1. Información - Conceptos básicos


- Adecuación a demanda
curricular
- Valor en relación a
objetivos curriculares
- Adaptación a contexto
socio-cultural e ideológico
- Coherencia en la estructura
interna (secuenciación)
- Adecuación al nivel de los
alumnos
- Actualidad
- Densidad de información
2.2. Texto - Tipografía (tipo de letra,
interlineado, tamaño, cortes
de palabras, columnas)
- Lenguaje (vocabulario,
expresión verbal)
- Legibilidad (análisis
gramatical)
- Composición (estilo)
2.3. Ilustraciones - Proporción, tamaño,
distribución
- Uso del color
- Calidad estética
- Función (información)
- Adecuación a alumnos
- Adecuación a contenidos y
objetivos curriculares
- Adecuación a contexto
2.4. Ejercicios, actividades - Frecuencia
- Adecuación a contenidos y
objetivos
- Adecuación a alumnos
(grados de dificultad)
- Propuestas ajenas al uso del
propio libro

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2.5. Índices, sumarios, síntesis, organizadores previos
3. Aspectos generales - Análisis ideológico/axiológico (currículum oculto)
- Carácter abierto o cerrado (flexibilidad de uso)
- Modelo de enseñanza
- Recursos motivadores (conectar con los intereses del
alumno o utilizar recursos específicos de motivación
didáctica como sorpresas, adivinanzas, humor, cómics,...)
- Guía del profesor (orientaciones didácticas)
Figura 1.6.

1.8.- La materialización del libro de texto.

Una vez visto todo lo que atañe al libro de texto desde los puntos de vista comunicativo y
didáctico, creo de interés incluir, a modo de anexo, algunos principios operativos que tienen que ver
con el diseño y la confección de los libros de texto.3
Por supuesto no se trata de un manual de tipografía o compaginación, se trata de algunos
criterios a tomar en consideración y que tienen que ver con los diferentes aspectos materiales de este
medio.
Como decía más arriba, el proceso lector es el sistema de recepción del mensaje existente en
un libro, pero ese proceso debe partir de la percepción, visualización en el caso que nos ocupa, de
los elementos significativos.
La visualización se presenta como el primer requisito para que el libro pueda desarrollar su
función.
Richaudeau, (1.981), propone los siguientes principios básicos:
Primer principio. La cultura occidental impone la exploración de la página de izquierda a
derecha y de arriba a abajo. Ese hecho aconseja que el título se coloque arriba y las notas o
elementos a resaltar en el margen izquierdo.
Segundo principio. Lo visualmente fuerte, grande, etc. atrae el ojo del lector. Es deseable
utilizar recursos tipográficos que realicen esa función.
Tercer principio. Los contornos de los bloques tipográficos condicionan la percepción. A título
de ejemplo. El mayor o menor espacio en blanco rodeando a un texto es un recurso a utilizar para
atraer la atención.
Cuarto principio. La capacidad de discriminación del ojo en una página es limitada. Este
principio aconseja una economía de medios siempre que se pretenda hacer una diagramación eficaz.
Quinto principio. Si un lector ha de buscar información un libro, hojeándolo, lo hará en las
zonas marcadas en la figura, y teniendo la prioridad indicada.

3
.- Sobre el diseño en general puede verse Prendes Espinosa, M.P., 1.994, 459-464 y sobre los aspectos materiales
Richaudeau, F. 1.981

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Figura 1.7

Sexto principio. Cuanto más grande es una ilustración, más llama la atención del lector.
Séptimo principio. El lector se siente más atraído por las ilustraciones en color que en blanco y
negro.
Octavo principio. Los dos últimos principios pueden atenuarse e incluso anularse, utilizando
ingeniosamente los principios primero, tercero y cuarto.

1.9.- Resumen

El libro de texto es el medio didáctico tradicional utilizado en el sistema educativo tradicional


occidental.
En su utilización el primer condicionante con el cual nos encontramos es el proceso lector, que
es aquél que permite el reconocimiento y recepción del contenido del texto.
Ala hora de definir los libros de textos, podemos, asumiendo la dificultad que entraña la
respuesta, considerarlos como cualquier libro que el profesor utiliza dentro de un diseño curricular
concreto, dentro de una acción didáctica o que el alumno emplea dentro de un proceso de
aprendizaje. Aunque en todo libro de texto podemos destacar dos aspectos: la intencionalidad en el
diseño y la adecuación a un momento y sociedad.
En cuanto a la tipología de los libros existen diversos tipos, que de acuerdo a algunos autores
podríamos diferenciar entre aquellos que van destinados al profesor (repertorio sistemático de
ejercicios básicos, de consulta y de trabajo( y al estudiante (de lectura, de texto, de consulta, de
trabajop, de recreo y guías didácticas).
A la hora de la evaluación del librod e texto, nos encontramos con los modelos formulados por
diversos autores y que contemplan diferentes aspectos: contenidos, comunicación, método, y el
objeto material.

1.10.- Actividades de desarrollo

Actividad 1: Construir un cuestionario de evaluación de materiales impresos.

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Actividad 2: Aplicar el modelo de evaluación de libros de textos formulado por Prendes
(1994), a diferentes libros de textos de diversos niveles educativos y comparar los resultados
obtenidos.
Actividad 3: Igual que la actividad anterior pro esta vez con textos de diferentes disciplinas y
áreas de contenido.
Actividad 4: Formar un grupo de discusión para analizar las características fundamentales de
los diferentes modelos de textos escolares propuestos por Choppin (1997).
Actividad 5: Entrevistar a tus compañeros respecto a las ventajas e inconvenientes que se
encuentran al estudiar con libros de texto. Realizar una síntensis de las diferentes opiniones
principales.
Actividad 6: Realizar un estudio sobre cuáles son los libros de texto que prefieren tus
compañeros y por qué.

1.11.- Bibliografía comentada

Cabero, J. y otros (1995): Los libros de texto y sus pontencialidades para el aprendizaje, en
Villar,L.M. y Cabero,J.: Aspectos críticos de una reforma educativa. Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Sevilla, Sevilla.
En este capítulo los autores presentan una interesante revisión donde aportan las posibilidades
y críticas fundamentales que se le han incorporado al libro de texto, así como las variables que desde
la investigación sobre el libro de texto se han indicado que son útiles para el aprendizaje con los
mismos.
Carpenter,E. Y Mcluhan,M. (1974): El aula sin muros. LAIA, Barcelona.
Obra clásica, pero de interés para ayudar a reflexionar sobre la problemática de los diferentes
medios de comunicación, entre ellos el libro, en la sociedad y en la enseñanza. EL libro está
formado por capítulos de diferentes autores.
Crowley,D. y Heyer,P. (1997): La comunicación en la historia. Bosch, Barcelona.
Libro de interés que contiene una serie de trabajos de diferentes autores, que van analizando el
desarrollo histórico de la comunicación, desde las situaciones prealfabéticas hasta nuestros días.

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