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ANÁLISIS SIMBÓLICO DEL PARTENÓN

Cora Dukelsky
“ La ciudad entera es la escuela de Grecia... seremos admirados por los
hombres de hoy y del tiempo venidero...Tenemos un régimen de gobierno
que no envidia las leyes de otras ciudades, sino que más somos ejemplo
para otros que imitadores de los demás. Su nombre es democracia, por no
depender el gobierno de pocos, sino de un número mayor ...En resumen,
afirmo que la ciudad entera es la escuela de Grecia... Y que esto no es una
exageración retórica, sino la realidad, lo demuestra el poderío mismo de la
ciudad, que hemos adquirido con este carácter; pues es Atenas la única de
las ciudades de hoy que va a la prueba con un poderío superior a la fama
que tiene..... Y como hacemos gala con pruebas decisivas de una fuerza que
no carece de testigos, seremos admirados por los hombres de hoy y del
tiempo venidero sin necesitar para nada como panegirista a Homero ni a
ningún otro que con sus epopeyas produzca placer de momento...”
TUCIDIDES. Historia de la Guerra del Peloponeso.

EL SIGLO DE PERICLES
El texto de Tucídides que transcribimos reproduce las palabras pronunciadas por
Pericles en ocasión de las honras fúnebres dedicadas a los soldados atenienses muertos en
la Guerra del Peloponeso. Es evidente el orgullo por la supremacía política y cultural de
Atenas. El siglo V a.C. es recordado en la historia como el siglo de Pericles, sin embargo la
actuación pública del estadista ateniense se reduce a los años 461 a 429 a.C. ¿Por qué
razón su figura se asocia con todo un siglo? Pericles fue un hombre carismático y brillante
que se convirtió en un símbolo del poder de Atenas en su momento de mayor florecimiento
y su influencia se manifestó en la civilización occidental hasta nuestros días.
El estadista ateniense supo rodearse de las personas más talentosas de su época,
como el filósofo Anaxágoras y el sofista Protágoras; Herodoto, el “ padre de la Historia” , y
el gran escultor y arquitecto Fidias. Durante el siglo V se elaboraron las tragedias de
Sófocles y Eurípides, las comedias de Aristófanes y la filosofía de Sócrates. Pericles,
además, fue el responsable de la construcción de uno de los monumentos más espléndidos
de la cultura occidental: el Partenón.

Las Guerras Médicas


A comienzos del siglo V a.C. se había acrecentado notablemente el poder de Persia,
una potencia oriental que llegó a amenazar peligrosamente a Grecia. El Imperio Persa había
subyugado numerosos pueblos, entre ellos las ciudades griegas de Jonia, ubicadas en Asia
Menor. En el 499 a.C. los jonios se rebelaron contra los persas y solicitaron ayuda a sus
hermanos griegos. Atenas y Eretria fueron las únicas polis en apoyarlos. La rebelión fue
sofocada y los jonios nuevamente sometidos. El rey de los persas, Darío decidió dar un
escarmiento a los atenienses para que no volvieran a desafiarlo. Así se inició el conflicto
que dio lugar a las Guerras Médicas1.
En el año 490 a.C. el rey Darío avanzó con una imponente flota hacia Grecia y
desembarcó en Maratón. Los atenienses, dirigidos por Milcíades, lucharon esforzadamente

1
Uno de los pueblos que formaban el Imperio Persa eran los Medos y ese era el nombre con el que los
griegos conocían a los persas. De ahí el nombre de Guerras Médicas
contra una fuerza mucho mayor y lograron vencer a los persas. Murieron más de 6.400
persas, y según Herodoto, sólo 192 griegos. Por primera vez el temible ejército persa había
sido vencido2. Durante generaciones los hombres que lucharon en Maratón fueron los
grandes héroes de Atenas y merecían su fama, eran una leyenda. El historiador griego
Herodoto relató: “ Los persas, cuando vieron llegar a los atenienses hacia ellos corriendo, se
prepararon a recibirlos, constatando que eran poco numerosos y que, a pesar de ello, se
lanzaban en paso de carrera, sin caballería, sin arqueros, los creyeron alcanzados por la
locura...pero los atenienses, ...combatieron de forma memorable...” 3. La influencia
psicológica de este triunfo fue enorme. Por primera vez un pequeño ejército griego había
batido a la monumental fuerza persa. La osadía del jefe ateniense, Milcíades, que prefirió
atacar, antes de ser atacado, probó que los persas no eran invencibles y que “ con la ayuda
de los dioses justicieros podremos salir victorioso de este combate” , como dijo el propio
Milcíades según Herodoto. Aquellos que murieron en la lucha contra los persas fueron
considerados héroes y venerados como tales.
Luego de la derrota de Maratón, los persas se retiraron con la intención de volver
inmediatamente con refuerzos. Felizmente para Grecia, en el intervalo murió el rey Darío
de Persia. Además los persas tuvieron que sofocar una rebelión en Egipto. Esto dio tiempo
a los griegos para organizarse y crear una flota para defenderse en el futuro.
Jerjes, el nuevo rey persa, desató la segunda Guerra Médica en el año 480 a.C., con
una invasión en gran escala. Según Herodoto se enfrentó a los griegos con 5.203.220
hombres, cifra exagerada que refleja el terror producido por la amenazante invasión persa.
Hoy se supone que eran más de 200.000 hombres del ejército y 1.000 embarcaciones,
enfrentando a unos 40.000 hoplitas griegos y 350 embarcaciones. Las diferencias eran
igualmente considerables y debieron parecer monstruosas a los griegos; es muy
comprensible que exageraran su cantidad. A pesar de la diferencia numérica Jerjes fue
derrotado en las batallas decisivas de Salamina y Platea.
Durante el desarrollo de las hostilidades, en la Segunda Guerra Médica, las tropas
persas se enfrentaron por tierra con los guerreros griegos en el desfiladero de las
Termópilas. Al mando de los helenos estaba Leónidas, el rey de Esparta. Debido a una
traición, los persas encontraron un camino que llevaba a la retaguardia de las Termópilas.
Cuando aparecieron a las espaldas de los defensores del desfiladero Leónidas ordenó al
grueso de la tropa que se retiraran y él mismo, a la cabeza de trescientos espartanos se
quedó para cubrir la retirada. De acuerdo con la antigua ley espartana, ningún guerrero
tenía derecho a ceder en ninguna circunstancia. En el encarnizado y sangriento combate
cayó el propio Leónidas, y los sobrevivientes continuaron combatiendo en torno del cuerpo
del jefe caído. Cuando se rompieron las lanzas, siguieron peleando con las espadas, incluso
con los brazos, hasta que todos cayeron. Los persas obtuvieron esta victoria a costa de
enormes pérdidas. Allí encontraron la muerte multitud de nobles persas, entre ellos dos
hermanos del rey. La heroica hazaña de Leónidas y sus guerreros fue narrada por el poeta
Simonides:

2
El orgullo y el asombro ante la extraordinaria victoria permitieron una prodigiosa hazaña. Para anunciar el
resultado en Atenas, un soldado griego llamado Fidipides, corrió los 36,2 kilómetros que separaban Maratón
de Atenas. Debido al agotamiento por el esfuerzo realizado luego murió, pero su proeza sigue recordándose
hasta nuestros días. En homenaje al valor y el esfuerzo del joven ateniense, se corre, en las modernas
Olimpíadas, la carrera de Maratón
3
Herodoto.VI, 112, 117
“ Tú, que pasas, ve y dile a los espartanos
Que, obedientes a sus leyes, aquí yacemos”
Los efectos de la victoria fueron profundos para Grecia. Fue una época gloriosa,
unidas por primera vez todas las polis griegas, vencieron a un enemigo incomparablemente
más poderoso. Para un griego de esa época era invalorable haber participado de tales
hazañas. El dramaturgo Esquilo, famosísimo en la Grecia clásica por sus tragedias que
todavía hoy siguen vigentes, hizo poner en su epitafio que había combatido en las Guerras
Médicas y ni siquiera menciona su gloria como escritor. Las tres grandes victorias de
Maratón, Salamina y Platea quedaron como símbolos permanentes, comparables en su
grandeza épica con las luchas mitológicas contra las amazonas y los centauros.

Imperialismo ateniense
Finalizadas las Guerras Médicas, los griegos decidieron protegerse contra futuros
ataques persas conformando una confederación de polis que se llamó Liga de Delos. Cada
ciudad aportaba armas, guerreros o dinero que se guardaba en la sagrada isla de Delos.
Atenas había tenido una actuación predominante en las guerras contra los persas y en
consecuencia su poder sobre las demás polis se había acrecentado notablemente. Pero
ambicionaba un dominio mayor lo cual generó una actitud hostil de la otra gran potencia de
la época: Esparta.
En el 461 a.C. asumió el poder en Atenas el partido popular cuya figura más
destacada fue Pericles. Poco a poco fueron ganando influencia sobre las demás polis. A
mediados de siglo el imperialismo ateniense introdujo su sistema de moneda, pesas y
medidas en todo el ámbito de la Liga. Pericles llegó a dominar absolutamente la política de
Atenas; al decir de Tucídides, Atenas “ sólo nominalmente es una democracia; en realidad
es la monarquía de su primer ciudadano” . Hacia el 425 formaban parte de la Liga délica,
dominada por Atenas, más de 400 polis.
La constante expansión política y también comercial del Atica originó la enemistad
de Esparta y Corinto y dio lugar al desarrollo de la Guerra del Peloponeso (431-401 a.C.).
Al comienzo de la guerra, en el 429 a.C. se desató una gran peste en Atenas. Murió un
tercio de la población, entre ellos Pericles. La lucha fue larga y, si bien el triunfo fue de
Esparta, en realidad todas las polis resultaron debilitadas. El siguiente siglo resultará aún
más conflictivo y culminará con la conquista de todas las polis por parte del macedonio
Alejandro Magno.

LOS TEMPLOS GRIEGOS


El culto griego era esencialmente comunitario. Los fieles podían adorar
individualmente a sus dioses predilectos pero los ritos principales eran los dirigidos por el
Estado. Las ceremonias consistían en himnos y rezos compuestos por los más admirados
músicos y poetas, combinados con sacrificios de animales frente al templo. Los animales
sacrificados se dedicaban a los diferentes dioses y luego eran comidos por los asistentes. En
ocasiones importantes se llegaban a sacrificar hasta cien animales. Esto se llamaba una
hecatombe palabra formada por hekaton: ciento y bous: buey. Los festivales constituían
grandes fiestas comunales en las cuales todo el pueblo intervenía de diversas maneras.
Algunos simplemente caminando en las procesiones, otros participando en los juegos
atléticos y competencias de músicos o poetas, otros asistiendo a las obras teatrales que
homenajeaban también a los dioses.
Los dioses eran honrados también con esculturas, pinturas y templos. Los santuarios
se adornaban con estatuas de bronce, mármol y aún de marfil y oro. Los más famosos
artistas dedicaban a los dioses sus mejores obras, encargadas por el Estado y con igual
fervor los fieles les ofrendaban pequeñas esculturas, adornos y sus objetos más apreciados
para conseguir sus favores. Pero el esfuerzo mayor se volcaba a la construcción de los
templos que constituían el orgullo de la comunidad.
El templo griego no era un lugar de culto o reunión para los fieles, como se
acostumbra en el presente, sino la casa de la divinidad. Dentro del templo se ubicaba la
estatua de culto y las ofrendas dedicadas al dios. En cambio el rito se realizaba al aire libre,
en un simple altar para sacrificios que se ubicaba sobre su lado oriental. El templo siempre
quedaba situado de este a oeste, asentado en algún lugar privilegiado del paisaje y rodeado
de un área dedicada a lo sagrado llamada temenos. El área sagrada estaba circundada por el
períbolo o muralla que la separaba del área profana. Si la geografía del lugar lo permitía se
ubicaba en un lugar alto recibiendo entonces el nombre de acrópolis que significa ciudad
alta. Dentro del temenos se incluía el altar, esculturas y otros construcciones religiosas
como templetes, tesoros, bosquecillos, fuentes o estanques sagrados. Para jerarquizar el
acceso al espacio sagrado, en los santuarios más importantes, se construían entradas
monumentales llamadas propileos.
Los templos griegos se construían en base a un principio estructural muy sencillo: el
sistema trilítico, que consiste en dos elementos verticales sosteniendo una viga horizontal.
Sobre los muros y las columnas se apoyaba un cielorraso plano que se cubría luego con un
techo a dos aguas. El templo se elevaba sobre una plataforma, llamada crepidoma,
generalmente formada por tres escalones, el último de los cuales se denomina estilóbato. El
edificio consistía en un espacio rectangular, la naos o cella, formado por muros sin
ventanas, donde se ubicaba la estatua de la divinidad a la cual se dedicaba el templo. La
cella se rodeaba con una rítmica sucesión de columnas conformando así una galería
sombreada -peristilo- alrededor de ella.
Las columnas griegas estaban formada por tres elementos: la base, el fuste y el
capitel. El fuste era estriado y estaba compuesto por varios sectores colocados uno sobre
otro, llamados tambores. Estos se unían entre sí mediante grampas metálicas. Sobre las
columnas se apoyan sucesivas bandas horizontales superpuestas -arquitrabe, friso y
cornisa- y una forma triangular llamada frontón que encierra un espacio destinado a la
ubicación de esculturas denominado tímpano y cuyos tres vértices se adornaban con
estatuas de animales, de monstruos o con motivos vegetales.

FACHADA DEL TEMPLO DE AGRIGENTO

Los órdenes
Los griegos concebían la arquitectura, como las otras artes, casi en forma de
ciencia. Esta concepción se nos hace evidente en la organización matemática de un templo.
Los cálculos estaban presentes en la mente del arquitecto desde la idea inicial. Los artistas
contaban con los órdenes, que eran reglas ideales para dominar racionalmente las formas
arquitectónicas y conseguir composiciones armoniosas. La palabra “ orden” la encontramos
en los escritos de Platón como sinónimo de armonía.
Los órdenes más importantes fueron el dórico y el jónico en correspondencia con
las zonas geográficas del Peloponeso (dorios) y la costa asiática y las islas (jonios). Tanto
el dórico como el jónico surgieron probablemente durante el siglo VII a.C.
El orden dórico se utilizó predominantemente para los grandes templos. La
impresión general que produce el dórico es de severidad masculina, austeridad, con una
gran sobriedad en su decoración. La apariencia de vigorosa sencillez se lograba con
columnas pesadas que contrastaban rotundamente con los volúmenes horizontales del
coronamiento del templo y con la plataforma que lo sustentaba. La columna dórica no tiene
base sino que se apoya directamente sobre el escalón superior de la plataforma del templo.
El fuste se adorna con veinte acanaladuras. El capitel es muy sencillo, de línea severa con
equino y ábaco cuadrangular. Sobre el capitel se apoyan un arquitrabe liso y, a
continuación un friso adornado con triglifos (tres acanaladuras verticales) y metopas (forma
rectangular o cuadrada)
El orden jónico solía utilizarse, durante los períodos arcaico y clásico, en edificios
de pequeño tamaño. En la época helenística, en cambio, el gusto por el lujo y la
aparatosidad típicos del momento, volcó las preferencias de los arquitectos hacia el orden
jónico en edificios de grandes dimensiones. Los rasgos típicos del orden jónico son la
elegancia y el refinamiento, en lugar de la severidad del dórico. La columna es más delgada
que la columna dórica. Se apoya sobre una base formada por distintos tipos de molduras,
convexas y cóncavas. El fuste se adorna con veinticuatro acanaladuras, lo cual le da un
aspecto de mayor ligereza y esbeltez. El capitel jónico, de doble visual, termina en
graciosas volutas. El entablamento es más bajo que el dórico, con su arquitrabe dividido en
platabandas y el friso continuo, liso o con escultura narrativa, sin las separaciones tajantes
que imponían los triglifos y metopas del orden dórico. En la parte superior del templo se
ubica el frontón, con esculturas o sin ellas, de manera similar al orden dórico. Las suaves
transiciones entre los diferentes elementos del templo junto con la mayor riqueza
decorativa producen sensaciones de gracia femenina, elegancia y movimiento.

El orden corintio comenzó a utilizarse en el siglo IV a.C., sin embargo se difundió


su uso recién en el período helenístico y romano. Sus características generales son
semejantes a las del orden jónico, las columnas se hacen aún más esbeltas y se agrega
mayor ornamentación. El capitel combina las volutas del jonio con hojas de acanto y
follaje. El arquitecto e historiador de la arquitectura Vitruvio decía que el dórico podía
asimilarse a las formas masculinas, el jónico a las de una mujer madura, y el corintio a las
de una joven doncella.

Materiales
Los primeros templos que construyeron los griegos ya no se conservan puesto que
el material utilizado había sido la madera que tiene la desventaja de incendiarse fácilmente.
Por esta razón, los arquitectos cambiaron el material y utilizaron la piedra para lograr una
durabilidad mayor y al mismo tiempo tener la posibilidad de decorar sus edificios tallando
la piedra. El mármol es un tipo de piedra, pero no todas las ciudades griegas podían
utilizarlo. Si no existía una cantera cerca, resultaba un material caro, por lo tanto los
templos se realizaban con las piedras disponibles en cada localidad y se reservaba el
mármol para la escultura decorativa de los templos. Antes del siglo V a.C. no había templos
construidos totalmente en mármol, pero ya en el Partenón y otros templos posteriores se
utilizó el preciado material.

El color en la arquitectura
Las piedras de los templos no quedaban tal como las vemos hoy, blancas o doradas
bajo la luz del sol, por el contrario los griegos trabajaban las superficies, cubriéndolas con
estuco para que resultaran más pulidas y luego se pintaban con color. Aún el mármol, se
cubría totalmente con una viva policromía dominada por los rojos y los azules. Solía
pintarse con color más intenso las partes más expuestas a la luz en la parte superior. Se
pintaban de rojo y azul el fondo de las metopas, los triglifos, la cornisa, el fondo del
tímpano. En cambio las columnas, la crepidoma y los muros del templo recibían un color
más atenuado, casi blanco o amarillo.
Estamos tan acostumbrados a la blancura de la arquitectura griega que difícilmente
imaginamos como lucían los templos apenas terminados. El tiempo ha quitado toda traza de
color, quizá es mejor para el gusto de hoy, ya que los griegos amaban no sólo pintar sino
también dorar gran parte de las superficies visibles; por ejemplo el Partenón fue uno de los
edificios más cubiertos de oro. Las esculturas estaban especialmente decoradas, para dar
luz a los ojos se las recubría de vidrio coloreado, además se agregaban accesorios de
bronce, tales como escudos, lanzas y joyas.

Métodos constructivos
Las columnas se construían en porciones llamadas tambores que tenían hendiduras
en las caras que apoyaban con la porción siguiente. Durante el montaje se introducía una
pieza metálica que se encastraba y fijaba firmemente una pieza con la otra.
En los muros, las piedras se encimaban unas sobre otras, sin mortero. Cada bloque estaba
trabajado con formas regulares para que se ajustara sin inconvenientes a los que lo
rodeaban, de esta manera no había necesidad de un material que sirviera de unión.
Los techos eran a dos aguas y se realizaban con vigas de madera y un recubrimiento
de tejas de terracota o mármol, según las épocas. Como no se conserva ninguno en pie no
se sabe si tenían orificios para iluminación o ésta provenía simplemente de la puerta.
Los artistas encargados de la construcción del templo tenían en cuenta los mínimos
detalles de cada porción del edificio. En los fustes de las columnas, por ejemplo, se cuidaba
que las estrías coincidieran con precisión milimétrica durante la colocación de un tambor
sobre el otro e incluso el pulimento final de la piedra se hacía una vez colocada. Existía un
orgullo artesanal aún para aquellos lugares que no podían ser vistos por los espectadores: la
parte posterior de las esculturas de los tímpanos está modelada tan perfectamente como la
parte delantera. Es a causa de este especial tratamiento que, aunque a primera vista los
templos griegos parezcan iguales, cada uno de ellos es una única joya, perfectamente
elaborada e irrepetible.

La proporción
Para construir un edificio proporcionado los arquitectos relacionaban todas sus
dimensiones con una medida llamada módulo. El módulo era, en cada caso, la medida del
diámetro de la columna del edificio a construir. El resto de las dimensiones como el largo,
ancho y altura del edificio, se calculaban multiplicando una cierta cantidad de veces ese
módulo. En el orden dórico, por ejemplo, las columnas eran de diez a doce módulos de
altura, o sea diez a doce veces el diámetro de una columna del templo. En el caso del
Partenón la altura de las columnas era de once módulos (el diámetro era de 0,949 metros y
la altura de 10,43 metros).
La relación entre el módulo y cada parte del edificio se mantenía constante en las
distintas construcciones. De esa manera aunque se construyesen dos templos de distintos
tamaños, sus proporciones eran las mismas. Si el módulo aumentaba se agrandaba todo el
edificio en forma proporcional. Por ejemplo los escalones de la plataforma sobre la cual se
asentaba el templo tenían un tamaño relacionado con la totalidad. Si el templo era grande,
los escalones, en consonancia con el resto del edificio, lo eran también y, por lo tanto,
resultaban imposibles de usar. Este inconveniente se solucionaba con escalones
intermedios, a la medida humana, en los lugares de acceso.
Cada elemento tenía su proporción justa y no pesaba visualmente más que los otros,
sino que se integraba al conjunto. El resultado era una composición equilibrada, armónica y
absolutamente racional. El filósofo Pitágoras había dicho que toda armonía dependía de
una relación numérica. Las proporciones de los templos griegos respondían a una necesidad
de orden y armonía presente en todas las manifestaciones culturales de este pueblo. Entre
los griegos era permanente la voluntad de crear formas equilibradas, matemáticamente
calculadas y, al mismo tiempo, relacionadas con el hombre como “ medida de todas las
cosas” . Los templos no son nunca demasiado grandes, por el contrario el objetivo era crear
una construcción que el ser humano pudiera abarcar con un simple golpe de vista.
TEMPLO DE AGRIGENTO

LA ACROPOLIS DE ATENAS
Acrópolis significa lugar alto, casi todas las polis griegas ubicaban sus templos en
las más elevadas colinas de la zona. La Acrópolis de Atenas fue un lugar sagrado desde los
comienzos de la historia griega. En el período micénico se ubicaba allí el palacio real
rodeado de fuertes murallas. Con el surgimiento de la polis, el lugar fue considerado como
antigua residencia de los dioses y, por lo tanto, ideal para ubicar las principales
construcciones religiosas.

Las Guerras Médicas provocaron una catástrofe en la Acrópolis, los persas


destruyeron todos sus monumentos. Unos años después Pericles, decidió la reconstrucción
del lugar. Esta tarea se la encargó a Fidias, el mejor artista de la época. Fidias trabajó con
un equipo de artistas formado por arquitectos, escultores y pintores que respondían
estrictamente a sus directivas. El resultado fue un espléndido conjunto, con un estilo
unitario y realizado con asombrosa rapidez y altísima calidad. Allí se elevaron el Partenón4,
los Propileos5, el Erecteon6 y el templo de Atenea Niké7 además de numerosas esculturas
en homenaje a los dioses. Los actuales visitantes de la Acrópolis pueden recrear parte de
las vivencias de los atenienses del siglo V a.C.: en primer lugar, el ascenso por la escarpada
roca de la Acrópolis esconde la visión del Partenón; al igual que los participantes de las
ceremonias religiosas atenienses, el acceso al recinto sagrado se realiza a través de los
Propileos. A la izquierda de los éstos, los atenienses y los viajeros de siglos posteriores
podían visitar una pinacoteca (ya no existe) que conservaba los más valiosos cuadros de los
pintores griegos. A medida que se avanza por los Propileos comienza a vislumbrarse
paulatinamente el Partenón. Finalmente aparece el templo en todo su esplendor. En el siglo
V a.C. brillaba con su espléndido colorido y sus adornos metálicos, hoy resulta más austero
pero aún singularmente bello en la simple armonía de sus formas. Es interesante apuntar
que la fachada oeste, que se observa apenas se sale de los Propileos no es la principal, sino
la que corresponde a la parte posterior del templo. La liturgia obligaba a ubicar los templos
con la entrada hacia el este, lugar de la salida del sol, aún cuando no fuera el mejor lugar
desde el punto de vista del espacio arquitectónico.

4
Partenos en griego significa virgen, uno de los rasgos de la diosa Atenea.
5
Los Propileos fueron construidos entre 437-432 a.C. por el arquitecto Mnesicles.
6
El Erecteon, se construyó entre el 420 y el 405 con el diseño del arquitecto Filocles. Las medidas de la sala
de mayor tamaño son: 11,6x22,76. La diversidad de cultos que alberga el templo explica su disposición muy
poco corriente. Consiste en tres salas a distintos niveles con un pórtico de columnas jónicas en el sector este y
un pórtico con seis cariátides en lugar de columnas en el sector sur. Las figuras de las cariátides que adornan
algunos templos griegos son una prolongación de las estatuas de korai. Funcionan a la manera de columnas
pero son en realidad elegantes doncellas que lucen trajes y peinados. En época romana eran ya famosas y el
emperador Adriano, gran admirador de la cultura griega, las hizo copiar para poder admirarlas en su villa de
descanso (Villa Adriana).
7
El pequeño templo jónico de Atenea Niké fue construido a partir de 420 a.C. por el arquitecto Calícrates.
Las medidas de la cella son 4,14x3,78 m.
PARTENON
Historia del edificio
El Partenón era el templo dedicado a la diosa Atenea Partenos. Atenea era la
protectora y defensora de la ciudad de Atenas. Antes del edificio que hoy conocemos
existía un templo más antiguo que honraba a Atenea pero que había sido destruido en el
año 480 a.C., durante las Guerras Médicas. Transcurrieron treinta y dos años desde el fin de
la guerra contra Persia en el 479 a.C. y el comienzo de las obras del Partenón. ¿A qué se
debió tanta demora? En primer lugar los atenienses debieron reconstruir sus fortificaciones
y sus casas devastadas por los persas. Sin embargo, no reconstruyeron inmediatamente los
edificios sagrados de la Acrópolis quizás obedeciendo a un juramento que se habían hecho
las polis griegas después de la batalla de Platea: se habían prometido no reedificar los
templos y dejar sus ruinas como testimonio del vandalismo persa. Recién en el año 449
a.C., cuando se firmó la paz definitiva con Persia, los atenienses se consideraron libres de
elevar sus templos.
Los atenienses utilizaron los fondos de la Liga de Delos para reconstruir la Acrópolis. La
Liga se había fundado para defenderse de posibles ataques persas y todas las polis griegas
aportaban para su tesoro. Originalmente el tesoro se encontraba en la sagrada isla de Delos,
lo que hoy llamaríamos un lugar neutral, sin embargo los atenienses aumentaron
notablemente su influencia sobre las demás polis y en el 454 a.C. Pericles decidió, “ por
razones de seguridad” , trasladar el tesoro desde Delos a Atenas. Una vez allí, esas riquezas
se utilizaron para reedificar los templos de la Acrópolis. Existía una justificación para los
atenienses, su ciudad y su Acrópolis habían sido devastadas por los persas y los guerreros
atenienses fueron quienes más habían contribuido a la victoria. Era la época del predominio
indiscutido de Pericles. Bajo su influencia se aprobó, en el año 447 a.C., un programa de
embellecimiento de la ciudad, con Fidias como director del proyecto. Esto provocó muchas
críticas entre los enemigos de Pericles. Se quejaban de que se usaban las contribuciones
que las ciudades griegas habían dado para la defensa del territorio, adornando a Atenas,
“ como a una mujer lasciva” .
Fidias dirigió la totalidad de la obra; otros artistas intervinieron en ella, pero
subordinados a sus directivas. El equipo de escultores fue numeroso y se cree que muchos
de los artistas que se destacaron en la segunda mitad del siglo V surgieron de sus filas. Los
escultores Agoracrito y Alcamenes se asociaron al nombre de Fidias. Conocemos los
nombres los arquitectos; Ictinos y Calícrates quienes debieron atenerse a un programa
impuesto por Fidias y Pericles. Así lo relata Plutarco en ocasión de narrar la vida de
Pericles:
“ Fidias lo presidía todo y todo lo supervisaba para Pericles. Sin embargo
no faltaban ni grandes arquitectos ni grandes artistas para estos trabajos.
Calícrates e Ictinos construyeron el Partenón,... Fidias... mandaba por
encima de todos los artistas, a causa de la amistad que le profesaba
8
Pericles...”
Ictinos y Calícrates se vieron obligados a respetar la estructura de un edificio
anterior, cuyo basamento y parte de las columnas, debían utilizar; forzados a responder a
las prescripciones de Fidias, con la preocupación de realzar la monumental estatua de
Atenea que había concebido para el interior del templo y, finalmente, a obedecer los
imperativos de Pericles, quien pretendía demostrar su hegemonía política a través de la
magnificencia de sus obras.
La primera piedra del Partenón se colocó el 28 de julio del año 447 a.C. durante las
fiestas Panateneas, celebración en la que Atenas honraba a la diosa protectora de la ciudad.
La inauguración fue en el año 438 a.C., si bien aún faltaban algunas esculturas que se
completaron en el 432 a.C.
La historia del Partenón no termina con el fin de la Antigüedad. Convertido en
iglesia cristiana, la ‘Santa María Ateniense’, se le construyó un ábside en el este y de esta
manera comenzó a destruirse parte del edificio original. En el siglo XV se convirtió en
mezquita. Todavía se conservaba en buen estado en 1674. En esta fecha, el marqués de
Nointel, embajador francés, pidió a un miembro de su séquito, Jacques Carrey que dibujara
las esculturas que aún estaban en el templo.

8
Plutarco. Vidas Paralelas, Pericles, XIII.
Afortunadamente tenemos sus dibujos ya que pocos años más tarde, en 1687, un
conflicto entre turcos y venecianos aceleró el deterioro del Partenón. Los turcos habían
instalado un polvorín dentro de la mezquita: un proyectil veneciano lo hizo estallar. Grecia
no logró su independencia hasta 1830; por lo tanto, en 1812, dominados por los turcos, no
pudo impedir que las esculturas del Partenón fueran vendidas al embajador Lord Elgin y
trasladadas a Inglaterra.

El Partenón posee rasgos tan particulares que lo hacen el menos ortodoxo de los
templos griegos.
1. Tiene mayor tamaño del habitual, mide 30,88 metros x 69,50 metros9.
2. En lugar de las seis columnas de frente por trece de lado, que dictaba la norma
clásica, los arquitectos lo construyeron con ocho columnas de frente y diecisiete de
lado.
3. El edificio estaba totalmente realizado en mármol, los templos precedentes estaban
construidos en piedra y sólo se utilizaba el mármol para las esculturas y el
revestimiento de estuco.
4. El Partenón se construyó bajo las reglas del orden dórico, sin embargo contenía
también elementos del orden jónico como el friso continuo y cuatro columnas
jónicas que sostenían el techo del tesoro.
5. Las esculturas son excepcionalmente numerosas y de altísima calidad. Fueron
realizadas en breve tiempo si tenemos en cuenta la perfección técnica y estilística:
tan sólo quince años.
5.a. Para el interior del templo, Fidias había realizado una
monumental escultura criselefantina10 de Atenea que medía
alrededor de doce metros de altura.

9
Otros templos de mediados del siglo V a.C. tienen las siguientes medidas: templo E de Selinonte; 25,32 x
7,74 m. Templo de Hera en Agrigento; 16,91 x 39,10 m. Templo de Hera II en Paestum, 24,31 x 59,93 m.
Hefesteion en Atenas 14,45 x 32,51 m.
10
Se denomina criselefantina a la escultura compuesta por una estructura de madera con recubrimiento de
marfil y oro. Las estatuas de madera más antiguas eran las llamadas por los griegos xoana, de las que se
conservan pocos restos. Eran muy simples, respetando el formato cilíndrico del tronco. De ellas derivan las
criselefantinas. Las más famosas fueron realizadas por Fidias: la estatua de Atenea, de alrededor de doce
metros de altura, que se ubicó en el interior del Partenón y una estatua también enorme de Zeus que se colocó
en el interior del templo de Zeus en Olimpia. Ninguna de las dos se conserva, sin embargo contamos con
algunas copias de épocas posteriores para conocer algunos de sus rasgos.
5.b. En el exterior se esculpieron noventa y dos metopas en todo el
perímetro del templo. Las metopas se ubican en la parte superior del
templo y miden 120 centímetros x 127 centímetros cada una.
5.c. Alrededor de la nave, el equipo de escultores dirigido por Fidias,
talló el friso continuo que mide un metro de altura por 160 metros de
largo.
5.d. Finalmente se realizaron alrededor de cuarenta esculturas, de
tamaño mayor que el natural, para los dos tímpanos que miden 28,35
metros de ancho x 3,46 metros de altura y 0,91 metros de
profundidad.
Todas estas esculturas fueron realizadas en un tiempo relativamente
muy corto y, a pesar de ello, en cada pequeño detalle se nota la
búsqueda constante de perfección característica del arte griego.
6. Las relaciones ideales entre todos los elementos que componen el conjunto se
complementan con correcciones ópticas o sea refinamientos visuales que
“ engañan” al ojo del espectador. Los arquitectos sabían que en general las líneas
horizontales muy largas parecen adelgazarse hacia la mitad de su longitud. Para
evitar ese inconveniente el estilóbato y el arquitrabe fueron construidos con una
ligera curvatura convexa. También fueron corregidas las columnas. Las de los
ángulos resaltan con un fondo de cielo a diferencia de las centrales que tenían como
fondo los muros del templo. Los arquitectos dieron a las columnas de ángulo un
diámetro ligeramente mayor para evitar que parezcan más delgadas por el contraste
con la luz solar. Por otra parte se encontraban levemente inclinadas hacia el centro.
Sin esta corrección hubieran dado la impresión de divergir hacia lo alto. Todas las
columnas, además, recibían otra corrección ya utilizada anteriormente por la
arquitectura griega, el éntasis que consiste en lo siguiente: el fuste de la columna no
era recto sino levemente ensanchado en el tercio inferior con el objeto de evitar que
visualmente la columna se adelgazara en ese punto. Estos elaborados análisis
visuales sumados al minucioso cuidado en la realización de las esculturas dieron
como resultado que el Partenón sea uno de los templos más armoniosos y
proporcionados de la arquitectura griega.

ICONOGRAFIA
Estatua de culto:
En la cella del templo Fidias había ubicado una enorme estatua criselefantina de
Atenea Partenos. Hoy desaparecida, la conocemos a través de estatuillas y por las
descripciones de Pausanias y Plinio:
“ La estatua está hecha de marfil y oro y en medio de su casco está la figura
de la Esfinge...La estatua de Atenea está de pie con un manto hasta los pies
y en su pecho está labrada en marfil la cabeza de Medusa; sostiene en una
mano una Niké de cuatro codos y en la otra una lanza; junto a sus pies yace
un escudo y cerca de la lanza un dragón: este dragón podría ser Erictonio.
La basa de la estatua tiene un alto relieve que representa el nacimiento de
Pandora: se canta por Hesíodo y por otros, que esta Pandora fue la primera
mujer, pues antes de haber nacido Pandora no existía el sexo de las
mujeres...” 11

“ Entre todos los pueblos ha llegado el renombre del Júpiter Olímpico de


Fidias, es sin discusión un artista muy célebre. Pero para aquellos que no
han visto sus obras citaremos pequeñas particularidades que muestran cuan
ingenioso era, no invocaremos para esto ni la belleza del Júpiter ni la
grandeza de su Minerva de Atenas, que tiene 26 codos y es de marfil y oro;
pero en la faz convexa del escudo de la diosa grabó el combate de las
Amazonas; en la parte cóncava de este escudo, la batalla de los dioses y los
gigantes; en la suela de sus zapatos, la de los lapitas y los centauros: de tal
manera que el arte en él se aloja en los más pequeños espacios. Denominó
12
Nacimiento de Pandora lo que él grabó en el pedestal...”

Gracias a estos datos ha sido posible identificar un cierto número de copias


aproximadas. Las reproducciones más pequeñas, como la Varvakaion (105 cm), son las
menos inexactas, mientras que la más grande, la Atenea de Pérgamo (3,10 m) es una
transposición helenística, ejecutada en el gusto de la época y por consiguiente muy infiel.

COPIA DE LA ATENEA PARTHENOS, CONOCIDA COMO VARVAKAION

La diosa Atenea, “ la de rubia cabellera y cuyos ojos brillan con un resplandor


terrible” , como decía Homero, era una de las divinidades fundamentales del panteón
griego. Muchas polis la tenían como patrona, (Atenea Polias), pero la más importante de
todas fue Atenas. Era también la diosa de la sabiduría y la prudencia; protectora de las artes
e industrias, en especial de aquellas que requieran inteligencia. Los artesanos y artistas la
tomaron como patrona. Se le dedicaron las artes femeninas como hilar, tejer, bordar y
también la platería, escultura, pintura y aún la filosofía y la poesía, consideradas
actividades de alta espiritualidad entre los griegos. Simbolizaba la victoria en la guerra, sin

11
Pausanias. Descripción de Grecia. I, XXIV.
12
Plinio. Historia Natural. XXXVI, IV.
embargo no tenía una personalidad belicosa. Primaba en ella su aspecto sabio y prudente;
prefería los beneficios de la paz a los horrores de la guerra. Su intervención en las luchas
tenía más carácter de estrategia que de lucha feroz. En esto se diferencia del otro dios
guerrero de la mitología griega, Ares, belicoso en extremo e irracional en sus iras.
En la estatua criselefantina, la diosa Atenea vestía su atuendo iconográfico habitual:
un sencillo peplo de lana, égida (especie de coraza hecha con piel de cabra) adornada con
una cabeza de Gorgona13, casco, lanza y escudo. La imagen de la patrona de Atenas asume
su condición de Partenos, diosa virgen, y de diosa pacificadora. Fidias también la había
representado como guerrera (Atenea Promachos), blandiendo su lanza en actitud de lucha
en una escultura de bronce, hoy perdida. En la estatua de Atenea Partenos, se ha querido
enfatizar su condición de pacificadora; las armas estaban apoyadas y no en acción. El
resultado de la lucha había sido un triunfo; nos lo indica Niké, diosa de la victoria, que
sostiene Atenea en su otra mano. ¿Será esta una alusión al triunfo sobre los persas o al
ascendiente de Atenas sobre el resto de Grecia?
Junto al escudo podía verse una serpiente, Pausanias menciona a Erictonio. Antigua
divinidad ctónica, su culto fue anterior a la llegada de los griegos; con la llegada de los
invasores la devoción popular lo asoció a la diosa protectora de la polis. Los mitos narran
que fue el primer rey de Atenas. Se lo representa como humano o con mitad del cuerpo de
serpiente. En otras versiones aparece como “ hijo” de Atenea: la diosa, orgullosa de su
virginidad, no quiso acceder a los requerimientos sexuales de Hefesto y su semen fecundó
la Tierra. Nació Erictonio pero ni Hefesto ni la Tierra quisieron hacerse cargo de él; Atenea
lo recogió y lo adoptó.
En los detalles de la estatua Fidias incorporó otros temas míticos, en su escudo:
Amazonomaquia, Gigantomaquia, en las sandalias Centauromaquia. Estos últimos tres
temas se repiten en la decoración de las metopas.
El escudo Strangford -fragmento de una reproducción en pequeña escala y
simplificada del escudo de la Partenos- confirma la tradición según la cual Fidias se había
representado a sí mismo, junto con Pericles entre los adversarios de las Amazonas. El
artista bajo la forma del ilustre y legendario Dédalo; el estadista como el héroe ático por
excelencia, Teseo. El gran escultor se representó, por lo que se puede juzgar del trabajo
sumario del relieve, como un hombre de una cincuentena de años, de formas vigorosas, con
el cráneo poderoso avanzado por la calvicie, con el manto corto de los artesanos y
blandiendo, por encima de su cabeza, la doble hacha cretense. Las gloriosas personalidades
que asumieron Fidias y Pericles demuestran las intenciones del escultor. Signo de audacia,
de orgullo por la obra realizada en ambos aspectos, artístico y político. Los griegos estaban
acostumbrados a expresar hechos históricos a través de símbolos míticos. Y los
contemporáneos de Fidias y Pericles identificaron claramente la alusión que proyectaba la
actualidad en la leyenda, de igual manera que lo hicieron con el resto de los indicios
simbólicos que aparecen, por ejemplo, en el friso de las Panateneas.

13
La cabeza de Gorgona se asociaba frecuentemente a Atenea en tanto la diosa había ayudado al héroe Perseo
en su victoria sobre Medusa, una de las tres Gorgonas. También era un emblema habitual en los escudos con
el objeto de atemorizar a los enemigos y al mismo tiempo como un talismán de protección para el soldado.
Metopas:
Una característica del orden dórico es el friso de triglifos y metopas en el
entablamento. La decoración escultórica del Partenón comenzó por las metopas,
aproximadamente en el 445 a.C. Los temas que Fidias eligió para ornamentar las metopas
son los siguientes:
• Este: Gigantomaquia, catorce metopas
• Oeste: Amazonomaquia, catorce metopas
• Norte: Ilioupersis, treinta y dos metopas
• Sur: Centauromaquia, treinta y dos metopas
El estado de conservación es pésimo y sólo se conservan en buen estado dieciocho de
las treinta y dos metopas del lado sur. Se asume generalmente que los cristianos borraron
todas las metopas en lados este, oeste y norte (excepto N 32 que fue tomada como una
Anunciación) pero dejaron las del sur porque los centauros formaban parte de la
iconografía cristiana: simbolizaban las pasiones salvajes y los excesos, especialmente el
pecado de adulterio, tanto como la fuerza bruta y la venganza, la herejía, y el hombre
dividido entre el bien y el mal.
Los temas representados en las metopas eran tradicionales y tenían para los griegos una
clara connotación de victoria sobre los seres considerados bárbaros como los Gigantes, las
Amazonas y los Centauros.
Durante la Gigantomaquia los dioses olímpicos, encabezados por Zeus, establecieron la
paz y el orden en el mundo. El mito recrea los complejos cambios que se produjeron con el
advenimiento de los invasores indoeuropeos y sus creencias que se sincretizaron con la fe
anterior. En la religión prehistórica existía una supremacía absoluta de la figura femenina.
Era la Madre Tierra, poder fecundador primordial. A medida que la sociedad griega fue
cambiando y sufriendo sucesivas invasiones, los dioses principales pasaron a ser
masculinos. Sin embargo la transición no fue fácil, los antiguos dioses lucharon por su
lugar de privilegio y la mitología nos lo cuenta a través de la historia de la creación del
mundo y la historia de la lucha entre Gigantes y Dioses.

Hesíodo, en su Teogonía, relató dramáticamente los mitos de los primeros tiempos:


“ Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles,
estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de
ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno
de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada
acción. La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y
urdió una cruel artimaña. Produciendo al punto un tipo de brillante acero,
forjó una enorme hoz y luego explicó el plan a sus hijos... Vino el poderoso
Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se
extendió por todas partes. El hijo (Cronos), saliendo de su escondite, logró
alcanzarle con la mano izquierda, empuñó con la derecha la prodigiosa hoz,
enorme y de afilados dientes, y apresuradamente segó los genitales de su
padre y luego los arrojó a la ventura por detrás...cuantas gotas de sangre
salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dio a luz a las
poderosas Erinias, a los altos Gigantes ... y a las Ninfas... En cuanto a los
genitales... a su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma
y en medio de ella nació una doncella (Afrodita).” 14
La violencia continuó en la siguiente generación, cuando Cronos se unió a Rea,
también diosa de la Tierra; siguió los pasos de su propio padre, puesto que no permitió
vivir libremente a sus hijos. Cronos (el tiempo) los devoraba apenas nacían. El más joven
de sus hijos, Zeus, se salvó de su cruel destino gracias al engaño de su madre. Rea ofreció a
su marido una piedra envuelta en pañales. Zeus logró rescatar a sus hermanos; Hera, Hades,
Poseidón, Démeter y Hestia y todos juntos desafiaron a su padre Cronos y a los demás
gigantes en una terrible lucha.
“ ...Ya no contenía Zeus su furia, sino que ahora se inundaron al punto de
cólera sus entrañas y exhibió toda su fuerza. Al mismo tiempo, desde el
14
Hesíodo. Teogonía. XXV, 1-8.
cielo y desde el Olimpo, lanzando sin cesar relámpagos, avanzaba sin
detenerse; los rayos, junto con el trueno y el relámpago, volaban desde su
poderosa mano, girando sin parar su sagrada llama. Por todos lados
resonaba la tierra portadora de vida envuelta en llamas y crujió con gran
estruendo, envuelto en fuego, el inmenso bosque... Un estrépito
impresionante se levantó y saltaba a la vista la violencia de las
15
acciones...”
Las terribles escenas de la Gigantomaquia culminaron con la victoria de los dioses
más jóvenes, los recién llegados, que se transformarán en las principales divinidades para
los griegos. La diosa Atenea participó también de la lucha contra los gigantes si bien su
nacimiento se habría producido después de ese hecho. A menudo puede encontrarse esta
falta de lógica en el mundo mítico; para el creyente resultaba totalmente natural. Según las
versiones e incluso las representaciones plásticas del mito de la Gigantomaquia, otros
dioses que no parecieran tener nada que ver con él, aparecen luchando junto a Zeus.

El mito de la Amazonomaquia es confuso; muchas historias las incluyen


tangencialmente. Posiblemente su origen sea muy antiguo, perteneciente a la cultura
prehelénica. Conformaban un pueblo de mujeres guerreras que vivían solas, sin hombres.
Sólo los requerían para tener descendencia. Habitaban los confines del mundo conocido;
eran admirables jinetes, cazaban con arco y flecha y se destacaban por su valentía y
ferocidad en la lucha. Se suponía que se sacaban un pecho para que no estorbara al tirar
flechas. Eran hijas de Ares (dios de la guerra) y simbolizaban la barbarie, por lo tanto al
vencerlas, los griegos contribuyen a establecer el orden y la razón en el mundo.
La Centauromaquia era la lucha entre los centauros y los lapitas (habitantes de
Tesalia, una región de Grecia). Los centauros, seres semisalvajes, fueron invitados a la
boda de Piritoo, rey de los lapitas. Durante el banquete los centauros se emborracharon e
intentaron violar a la novia, Deidamia, y a las demás mujeres. Se originó una lucha entre
los griegos, ayudados por el héroe ateniense Teseo, amigo de Piritoo. La racionalidad y la
15
Hesíodo. Teogonía. XXVI, 10-11.
moral, encarnadas en los lapitas, conquistaron la victoria sobre la lujuria, los instintos
bestiales y las bajas pasiones de los seres salvajes. Las metopas sur, que se han conservado,
nos permiten conocer mejor la mentalidad humanista de la Grecia del siglo V a.C. El
combate legendario se representó a imagen de las guerras reales donde las derrotas alternan
con los éxitos; es más, aceptaron la superioridad, al menos momentánea, del adversario.
Los espectadores sabían que los griegos triunfarían, pero la lucha era difícil y en algunas
metopas los centauros parecen vencer. Es interesante notar que ningún centauro se muestra
muerto, mientras que por lo menos un lapita sí lo está. El humanismo helénico contrasta
con la concepción oriental, vinculada al valor mágico de la palabra o de la imagen. En una
representación egipcia, por ejemplo, jamás se mostraría a un soldado del faraón muerto ya
que eso equivaldría a su muerte en el mundo real y a la derrota del ejército egipcio. Esto no
significa que el arte griego sea realista, por el contrario, en el sereno mundo de las formas
clásicas todo es ideal, no tienen acceso las deformaciones ni la violencia de la realidad. Las
escenas transmiten una atmósfera de moralidad y de elevación del valor humano. Los
griegos consiguieron un armonioso equilibrio entre la naturaleza y el ideal mediante el cual
alcanzaron la belleza física al mismo tiempo que la nobleza en los personajes. Los
centauros, tradicionalmente representados como seres deformes y grotescos se han
humanizado en el Partenón y su violencia ha quedado mitigada.

La Ilioupersis, o sea la caída de Troya, completaba el ciclo narrativo del friso de


metopas. Luego del famoso episodio del “ caballo de madera” , los griegos consiguieron
tomar la ciudad, sitiada durante diez años. Arrasaron con todo, derribaron los muros,
quemaron las casas y se llevaron mujeres y niños como esclavos. La temática troyana fue
una de las predilectas de los artistas griegos en todas las épocas, pero Fidias eligió
específicamente el momento de su caída, al igual que numerosos pintores de cerámica
después de las guerras médicas. Es probable la vinculación de estos hechos con el saqueo
sufrido por la ciudad de Atenas a manos de los persas, ya que en las representaciones
pictóricas, los troyanos realizaban hechos heroicos. El enemigo resultaba, en este caso,
jerarquizado; no sería, entonces, la oposición entre lo griego y lo bárbaro, sino la
rememoración de una catástrofe en Atenas y los actos de valentía atenienses asimilables a
los troyanos. Además, la Guerra de Troya constituía un ejemplo de alianza entre griegos
ante un enemigo extranjero, como sucedió en las guerras Médicas.
En el Partenón se otorgó un acento local a las grandes leyendas. Atenea tuvo uno de
los primeros roles en el triunfo de los olímpicos sobre gigantes; su protegido, Teseo,
aparecía, según la versión ática, como el protagonista de la Centauromaquia y, en la
Amazonomaquia, el héroe ateniense reemplazaba a Heracles en su función civilizadora.
También en el caso de la Guerra de Troya, la diosa ateniense, jugó un papel preponderante
pero además es posible que las metopas mostraran un episodio significativo para la historia
del Atica: el rescate de la madre de Teseo, Aithra, por sus nietos Demophon y Akamas.

Friso:
Hacia el 440 se inició la ejecución del friso, para el cual Fidias y sus asesores
religioso-políticos eligieron un único tema, la Procesión de las Panateneas. Se pueden
diferenciar los lados:
• Oeste: preparativos
• Norte y Sur: procesión
• Este: entrega del peplo ante la asamblea de dioses.
De toda la decoración escultórica del Partenón, el friso es la parte mejor
conservada. El friso oeste está aún en el Partenón, los otros tres lados se encuentran en su
mayor parte en el British Museum, una placa en el Louvre y otras en el Museo de la
Acrópolis de Atenas.
Las Panateneas constituían la mayor fiesta religiosa y cívica de Atenas, se celebraban todos
los años en la fecha del nacimiento de la diosa y cada cuatro años, con mayor esplendor y
duración, tenían lugar las Grandes Panateneas. El mes de la celebración se llamaba
Hecatombeon y se ubicaba entre nuestros actuales meses de julio y agosto. En esa fecha
todos los pueblos que constituían el Atica concurrían a la Acrópolis para los festejos. Era la
costumbre que cada pueblo ofreciera a la diosa Atenea un buey en sacrificio repartiéndose
la carne de los animales entre los asistentes.
Los primeros días del festival estaban dedicados a carreras de caballos,
competiciones gimnásticas, poéticas y musicales, fiestas nocturnas y carreras de antorchas,
concluyendo el décimo día con una imponente procesión de todo el pueblo de Atenas
encabezada por las ergastinas, las nobles doncellas que habían tejido y bordado el nuevo
peplo para la estatua de la diosa. La procesión reunía a todos los representantes de la
nación, agrupados según su edad, títulos cívicos y funciones en el Estado. Atravesaba el
Agora y ascendía al Erecteon donde se llevaba el peplo a la antigua xoana de Atenea. Con
este homenaje, el pueblo renovaba la alianza que le unía con su patrona, al mismo tiempo
que confería a su imagen juventud y eficacia renovadas.
Nueve meses antes las ergastinas habían empezado a tejer un gran peplo para la
diosa y a bordar en su trama los combates entre los dioses y los gigantes. Al parecer,
además de celebrar la natividad de Atenea, durante las Panateneas, se festejaba su victoria
contra los Gigantes16.
La lectura del friso se iniciaba en el lado occidental donde se describen los
preparativos para la ceremonia del último día. Multitud de jóvenes se preparaban para la
cabalgata.

16
Vian, Nicolás. “ La religión griega en la época arcaica y clásica” en Las Religiones Antiguas. vol II,
dirigida por Henri Puech. S. XXI. México. 1977.
En los laterales norte y sur se desarrollaba la procesión que desembocará en el este.
Encabezaban la marcha las ergastinas; a continuación, los jóvenes que llevaban los vasos
para las libaciones, los candelabros e incensarios; seguían las terneras y ovejas con sus
conductores; luego los portadores de ofrendas, los músicos, los magistrados, los carros
montados por hoplitas; y finalmente ciento treinta caballeros.

ERGASTINAS
En el este culminaba la ceremonia con la entrega por parte de las doncellas
atenienses de una nueva túnica para la estatua de la diosa. Antes de llegar a la asamblea de
dioses las jóvenes muchachas encontraban diez personajes vestidos noblemente, quizá los
héroes que representan las tribus áticas. En el centro del sector oriental, la asamblea de
dioses flanqueaba la entrega del peplo. Existe un acuerdo para la identificación de los
dioses si bien las dificultades en ese sentido han sido muchas ya que los rasgos
característicos son mínimos y la iconografía es diferente de la tradicional. El cabello corto
de los dioses, su relativa juventud, su actitud uniforme, la similitud aún entre las diosas son
extrañas. Sólo Hera y Zeus están claramente marcados por sus gestos y ubicación. La
siguiente es una posible lectura de los dioses: HERMES-DIONISOS-DEMETER-ARES-
IRIS-HERA-ZEUS
...entrega del peplo...ATENEA-HEFESTO-POSEIDON-APOLO-ARTEMISA-
AFRODITA Y EROS

Hermes. Dionisos. Demeter.Ares. Iris. Hera.Zeus…….entrega peplo……..AteneaHefe …PoseidApolArtem.Afrod Eros

ENTREGA DEL PEPLO …………………………ATENEA Y HEFESTO

Los dioses adoptan poses cómodas, relajadas; Marte está tomándose la rodilla, la
diosa Démeter y Hermes levantando su brazo; charlan entre sí o simplemente esperan el
desarrollo de la ceremonia en actitudes alejadas de la solemnidad propia de dioses.
Si bien su estatura es diferente que la de los humanos representados en el friso, este
rasgo se introduce tan sutilmente que el espectador casi no se da cuenta del tamaño mayor
de las divinidades sentadas. Fidias ha logrado que los dioses semejen mortales y, cuando
representa hombres y mujeres comunes, les otorga una dignidad propia de dioses. El
profundo interés por el hombre, típico de los griegos, produjo este momento único de
humanización de lo divino e idealización de lo humano que corresponde también al
pensamiento y la literatura contemporánea: “ Numerosas son las maravillas de la naturaleza,
pero de todas, la más grande maravilla es el hombre” . (Sófocles). Curiosamente, durante la
entrega del peplo, las divinidades dan la espalda a la escena central, es totalmente posible
que Fidias haya querido dar a entender que ellos están privilegiando a la procesión, a la
fiesta de la ciudad.

Tímpanos:
Entre el 438 a.C. y el 432 a.C. se realizaron las esculturas para los tímpanos.
Gracias a la invalorable, si bien lacónica, información de Pausanias, conocemos el tema de
ambos tímpanos. Hubiera sido imposible identificarlos en su estado actual. “ Respecto al
templo que denominan Partenón por el lado de la entrada, todo cuanto se halla en el
llamado frontón, se refiere al nacimiento de Atenea y en el frontón de detrás está la lucha
por el país entre Poseidón y Atenea.” 17
El frontón oriental corresponde al nacimiento de Atenea narrado por Hesíodo en su
Teogonía: “ Zeus rey de dioses tomó como primera esposa a Metis, la más sabia de los
dioses y hombres mortales. Mas cuando ya faltaba poco para que naciera la diosa Atenea de
ojos glaucos, engañando astutamente su espíritu con ladinas palabras, Zeus se la tragó por
indicación de Gea y de estrellado Urano. Así se lo aconsejaron ambos para que ningún otro
de los dioses sempiternos tuviera la dignidad real en lugar de Zeus. Pues estaba decretado
que nacieran de ella hijos muy prudentes: primero, la doncella de ojos glaucos Tritogenia
(tutora de las aguas) que iguala a su padre en coraje y sabia decisión; y luego, era de
esperar que naciera un hijo rey de dioses y hombres con arrogante corazón. Pero Zeus se la
tragó antes para que la diosa le avisara siempre de lo bueno y lo malo... Y él, de su cabeza,
dio a luz a Atenea de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos, invencible y

17
Pausanias. Descripción de Grecia.95, 18-19.
augusta, a la que encantan los tumultos, guerras y batallas...” 18. Es interesante destacar que
el mito vincula a la diosa de la sabiduría con la diosa Metis (de la Mente) e incluso su
nacimiento, prodigiosamente, no ocurre por las vías normales sino por la cabeza. Se dice
que a los nueve meses de concebida Atenea, Zeus comenzó a tener terribles dolores de
cabeza y ordenó al herrero de los dioses, Hefesto, que se la partiera con un hacha; así
surgió su hija, ya adulta y armada.
Las numerosas esculturas que adornaban los tímpanos, en las cuales se cree han
trabajado hasta diez maestros, se encuentran actualmente muy deterioradas. Cuando se
transformó el Partenón en iglesia cristiana, entre los siglos V y VII, se realizó una abertura
para un ábside en el frontón oriental, probablemente se retiraron las esculturas y se
perdieron. No se conservan las estatuas del centro de la composición donde estaba ubicada
la diosa Atenea en el momento de su milagroso nacimiento; y su padre, el rey de los dioses.
Se supone que ambos estaban rodeados de los principales dioses observando el prodigio
pero no existe unanimidad en cuanto a las identificaciones de las esculturas sobrevivientes.
Del frontón oriental sólo las figuras de los ángulos (Helios y Selene con sus carros) pueden
considerarse ciertas.
En los ángulos del tímpano, el sol y la luna indicaban el inicio y final del prodigioso
día o de una nueva era para Atenas.
En el ángulo izquierdo se encontraba la única figura con cabeza que se ha
conservado. Es un desnudo masculino reclinado sobre una piel de animal; casi todos los
especialistas lo atribuyen a Dionisos, como dios agrario. Podría ser Heracles, como
representante del mundo de los mortales, pero es poco probable ya que la diosa que está
naciendo es quien lo introdujo en el Olimpo. Otra atribución es Ares; o una personificación
del Monte Olimpo; o Teseo, la identificación más antigua, pero actualmente descartada.

TIMPANO ORIENTAL
A continuación del desnudo se ubicaban dos diosas que podrían ser Démeter y
Perséfone, las diosas de Eleusis, relacionadas con la fecundidad de la tierra y el cultivo del

18
Hesíodo. Teogonía. XXVII. 1-3.
trigo y también con los misterios y los ritos de iniciación. Son madre e hija, lo cual
explicaría el gesto afectuoso, símbolo de amor maternal y filial. La religión eleusina
privilegiaba los sentimientos familiares y prometía a sus iniciados la salvación individual,
aspectos de los que carecía la religión oficial. Algunos indicios permiten suponer que
Fidias había participado de los misterios eleusinos y veneraba en especial a las dos diosas.
Fidias debió haber sentido profundamente el carácter afectivo de su culto y eso debe haber
contribuido fuertemente a esta renovación de la sensibilidad, a esta concepción tan
audazmente nueva de las relaciones del hombre y de la divinidad que se manifiestan en las
esculturas del Partenón. Otra atribución para el grupo de las dos diosas: las Horas o
Estaciones. La figura de pie es Iris, la mensajera de los dioses, quien acaba de posarse en el
suelo para anunciar el nacimiento, con sus vestimentas aún agitadas por el viento.
En el lado derecho del tímpano Fidias ubicó tres diosas recostadas una contra la
otra, envueltas en múltiples pliegues que permiten ver sus encantos femeninos.

Se las ha llamado las tres Parcas, protectoras de los nacimientos. Actualmente existe
un acuerdo general para la figura reclinada que exhibe su belleza con la sensualidad propia
de la diosa del amor: es Afrodita. La hermosa diosa también está vinculada a la fecundidad
y podría ser la contrapartida de ideas similares en los cultos de Dionisos y las diosas de
Eleusis del otro lado del tímpano. Junto a ella, algunos proponen a su madre, Dione; en
tanto la tercera podría ser Leto, madre de Apolo y Artemisa que estarían a continuación.
Otras versiones: Hestia, Artemisa y Afrodita.

En el frontón occidental se representó la disputa entre Atenea y Poseidón por el


suelo del Atica. Ambos dioses se disputaron la protección de la polis ateniense. Poseidón
clavó su tridente en la tierra y de allí surgió el caballo, símbolo de la guerra (o según otras
versiones un manantial de agua salada); Atenea clavó su lanza y en ese lugar creció el
olivo, símbolo de la paz y prosperidad para la región. Los atenienses eligieron a la diosa.
El estado de las esculturas del frontón occidental es sumamente fragmentario, las
atribuciones son muy inciertas. Gracias al dibujo de Jacques Carrey puede suponerse que
en el centro del tímpano estaban ubicadas Atenea y Poseidón, con sus respectivos carros;
otros dioses y los primeros reyes y héroes del Atica presenciaban la disputa; finalmente en
los ángulos, dos ninfas y dos dioses ríos.
La figura reclinada de la izquierda podría ser una personificación de un hecho
geográfico, se llama usualmente el Ilissos o el Céfiso, o sea, el dios río o viento, quien,
junto con su figura acompañante en el lado opuesto, daría los limites topográficos a la
escena. Esta identificación está basada en la comparación con figuras masculinas similares
en los esquinas del frontón oriental del templo de Zeus en Olimpia, que Pausanias
identificó como el Alfeo y el Kladeo, los dos ríos locales.
Luego del dios-río se encontraba una pareja abrazada que podría ser el rey Cécrope
y su hija, Pandrosos. Cécrope, rey legendario de Atenas, hijo de la Tierra y Erictonio tenía
medio cuerpo humano y medio de serpiente. Se lo consideraba un gran civilizador;
organizó la población e instituyó la monogamia; inventó la escritura y el ceremonial para la
sepultura de los muertos. Fue en sus tiempos cuando comenzaron a disputar Atenea y
Poseidón por el predominio de Atenas y se ha llegado a decir que Cécrope fue el juez en
ese debate.

ICONOLOGIA
Una serie de rasgos excepcionales nos permiten descubrir intenciones más
profundas que la manifestación de religiosidad en la construcción del Partenón:
El templo era desusadamente grande para la época, con ocho columnas en el frente
en lugar de las seis habituales y estaba totalmente realizado en mármol. Fue construido
teniendo en cuenta complicadas correcciones ópticas con el objeto de conseguir un edificio
perfecto. La excelencia técnica no impidió la rapidez de la ejecución. Los contemporáneos
de Pericles y, por muchos siglos más, los visitantes del Partenón se admiraron de la
celeridad en que fue realizado el edificio: tan sólo quince años. “ Todas estas obras, de las
que cada una parecía necesitar de sucesivas generaciones para ser terminada, se
encontraron totalmente acabadas durante el período de apogeo de una única carrera
política.” 19
En un solo templo se reunieron los dos órdenes tradicionales, el dórico y el jónico.
Es posible que Pericles quisiera demostrar de esta manera la unión de todas las polis
griegas (algunas descendientes de los dorios, otras de los jonios) bajo dominio ateniense.
La hipótesis se confirma si consideramos que en los Propileos, el arquitecto Mnesicles
también combinó dórico y jónico. La monumental entrada resultó extravagantemente
costosa, realizada enteramente en mármol, y también de mayor tamaño que el habitual. La
ideología es similar a la del Partenón y, si bien Fidias ya no estaba en Atenas, Pericles
instruyó al arquitecto de los Propileos en la misma ambiciosa dirección que al arquitecto
del Partenón.
La imagen de culto de tamaño colosal estaba construida con gran cantidad de
materiales preciosos -más de 1.130 kilos de oro, según atestiguan los documentos-20.
Durante el período arcaico se habían realizado estatuas criselefantinas, pero de tamaño
natural o más pequeñas. Las críticas más numerosas de los enemigos de Pericles fueron
respecto a la estatua. El gasto lo justificaba: sabemos por los documentos que el dinero
invertido en los materiales y el pago a los artistas superaba el costo del mismo Partenón.
Por primera vez las metopas esculpidas rodeaban la totalidad del perímetro de un
templo. Los templos anteriores al Partenón tenían metopas esculpidas sólo en el frente o en

19
Plutarco. Vidas Paralelas. Pericles.
20
La estatua de Atenea provocó, en cierto modo, el destierro de su autor. Pericles le había encargado que
realizara una obra colosal con materiales muy costosos. Los enemigos de Pericles acusaron a Fidias, amigo y
protegido del gobernante, de robarse parte del dinero destinado al oro y marfil de la estatua. Fidias desmontó
el oro para pesarlo y convencer a sus detractores, sin embargo no le creyeron y fue echado de Atenas. Según
algunas versiones partió hacia Olimpia donde realizó otra estatua criselefantina, la de Zeus Olímpico, que
resultó ser su obra maestra, según Plinio y otros autores antiguos.
los vestíbulos que formaban el pronaos y el opistodomos, como en el templo de Zeus en
Olimpia. Unicamente en los tesoros, pequeños templetes que albergaban riquezas y ex-
votos, se esculpían las metopas en su totalidad. Existe la posibilidad de interpretar al
Partenón como un gran edificio-tesoro en tanto la cámara posterior albergaba las riquezas
de Atenas; sin embargo sería más apropiado considerar el número extraordinario de
metopas como parte de un plan general que se ve confirmado en el análisis del resto de las
características de todo el edificio. Las metopas esculpidas son inusuales no sólo en general
sino especialmente para la Atenas de esa época. Excepto por el Tesoro de los Atenienses en
Delfos, estas son las primeras metopas esculpidas atenienses, no se ha encontrado ninguna
en Atenas de períodos anteriores. Plutarco nos cuenta que Fidias fue el supervisor de la
obra, no obstante es más lógico asumir que el mismo Pericles fue responsable de esta
grandiosa concepción, y que fue él quien tuvo tanto la cultura como el poder para guiar al
arquitecto y al escultor.
De manera completamente insólita encontramos esculturas en el friso continuo que
rodea la cella. En varios templos atenienses de este período se esculpieron frisos en la parte
superior de los pórticos interiores, pero éste es el único caso en el que el relieve se prolonga
a lo largo de los lados de mayor longitud.
Para decorar el friso del templo Fidias eligió un tema novedoso y sorpresivo. En
lugar de expresar los hechos contemporáneos a través del mito, como acostumbraba el arte
griego, representó al pueblo de Atenas durante la procesión de las Panateneas. De esta
manera la procesión ciudadana se convirtió en protagonista exclusiva. Este es el único
ejemplo que conocemos de un tema de actualidad introducido en la ornamentación de un
santuario. “ La yuxtaposición de deidades y hombres comunes en escultura arquitectónica
no tiene precedentes... el carácter procesional de la composición es, en el estado actual de
los conocimientos, no sólo rara sino única.” 21 El tema no estuvo elegido al azar, por el
contrario, el significado de la procesión ateniense era la glorificación de Atenea y su pueblo
en el momento preciso de su festival más importante.
El programa iconográfico completo señala el mismo objetivo: Pericles quería hacer
de este templo un testimonio del poder de Atenas y de Atenea y, al mismo tiempo, un
símbolo de su política panhelénica. La historia de Atenas completa se desarrolló en el
Partenón; desde el nacimiento de su diosa protectora, en el tímpano oriental; la
adjudicación de la polis a Atenea, en el tímpano occidental; el establecimiento del orden
inicial por los dioses, en la Gigantomaquia de las metopas orientales; la reafirmación del
orden y la racionalidad frente a la barbarie, además de la alusión de las victorias contra los
persas, en la Amazonomaquia y la Centauromaquia de las metopas sur y oeste; el recuerdo
de la caída de Atenas durante las Guerras Médicas en las metopas norte con la Guerra de
Troya; la exaltación de la polis ateniense con su gran fiesta cívica en el friso de las
Panateneas. La estatua de culto repetía los temas de las metopas, Amazonomaquia,
Centauromaquia y Gigantomaquia y era, además, la imagen de la paz triunfante; símbolo
muy conveniente para la política expansionista de Pericles. La Atenea Partenos
representaba la Atenas imperial y el Partenón era un monumento no a Atenea, sino al ideal
de Pericles.

21
Sismondo Ridgway, B. Fifth Century in Greek sculpture. Princeton University Press, 1980. p.79
Todo el Partenón estuvo minuciosamente pensado para expresar un homenaje a la
polis ateniense. Las fechas en que fueron construidos los principales monumentos de la
Acrópolis son un dato esencial para comprenderlo.

Análisis de las fechas:


El poder político de Atenas a mediados del siglo V se puso de manifiesto en la
arquitectura religiosa de la Acrópolis. Pericles se había propuesto ejercer su dominio sobre
toda Grecia. La grandeza de Atenas debía manifestarse por la supremacía cultural, religiosa
y económica. La fastuosa reconstrucción de los sagrados templos de la Acrópolis fue la
exteriorización de ese poder.
Al destruir los templos de la Acrópolis, los persas desalojaron al ídolo religioso más
importante del Atica: una antiquísima y sagrada xoana, que representaba a Atenea y que
recibía los honores y el peplo en las fiestas panatenaicas. La xoana había sido evacuada
junto con el gobierno, sin embargo los atenienses no pudieron proteger su “ casa” y al
regreso tuvo que ser cobijada en un pequeño santuario temporario. La necesidad primordial
desde el punto de vista de la fe era la construcción del templo que albergara dicha estatua
de madera, sin embargo el programa edilicio elaborado por Pericles lo coloca en tercer
lugar.
En primer término se realizó el Partenón (447 a.C.-432 a.C.), homenaje a Atenea y a
su ciudad pero no albergue de la xoana. En segundo lugar, los Propileos (437 a.C.-432 a.C.)
que carecen de importancia religiosa, sin embargo cumplen la misión de jerarquizar la
entrada a la Acrópolis. Recién en una tercera etapa se elevó el Erecteon (420 a.C.-405
a.C.), templo imbuido de una profunda fe. Se erigió en el espacio que había ocupado el
palacio de Erecteo, mítico rey de Atenas en tiempos micénicos. En ese recinto se rendía
culto a Cécrope, héroe civilizador y a la roca en la que Poseidón clavó su tridente durante
la disputa con Atenea; asimismo poseía un estanque de agua sagrada. Además de los
ancestrales cultos del Atica que acabamos de mencionar el templo era fundamentalmente la
casa donde “ vivía” la venerable xoana de Atenea. La religión, en síntesis, fue desplazada
por la política.

CONCLUSION
Imaginemos la impresión de los visitantes ante el Partenón recién terminado: de un
tamaño mayor al acostumbrado; totalmente pintado de colores intensos; con una
excepcional cantidad de esculturas; decorado, brillando con los accesorios de bronce y; en
su interior, la monumental estatua de Atenea, ricamente trabajada con marfil y oro. Era
inevitable que se pensara en la riqueza, en el poder de la ciudad y en la habilidad política de
su dirigente.
Las ambiciones de Pericles encontraron la perfecta solución en el genio creativo de
Fidias. El Partenón puso de manifiesto el ideal de una ciudad y el ansia de poder de su
conductor. La alianza artístico-política de Pericles y Fidias se confirma en el proyecto de la
Acrópolis: el Partenón, más que un templo era un medio de propaganda visual.
BIBLIOGRAFIA
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