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Martes 6 de julio del 2010 37

CULTURA Preparan retrospectiva


de Saturnino Herrán
editor: Manuel Lino
Saturnino Herrán (1887-1918) será la próxima expo-
sición en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Tratará sobre
laplaza@eleconomista.com.mx la vida y obra de uno de los precursores del muralismo.
Tel.: 5237-0770
eleconomista.com.mx/arte-e-ideas

Edson Lechuga Luz de luciérnagas, un libro conmovedor


hace la primera

El terremoto y
gran novela sobre
el temblor del 19 de
septiembre de 1985

el peso del pasado


Alejandro Flores
el economista

Entre los diversos tratamientos


literarios que existen en torno de
la tragedia que asoló a la ciudad de
México el 19 de septiembre de 1985
-tragedia que en nuestro imagina-
rio a quedado resumida a “el tem-
blor”-, la novela cedió el paso a la
crónica y al testimonio, pero el es-
critor mexicano Edson Lechuga
pone fin a ese distanciamiento y
se aproxima a esa mañana trágica
con el poder de la imaginación en
su novela Luz de luciérnagas.
Una novela que se convierte,
acaso, en la exploración más con-
movedora y más sutil que se ha es-
crito sobre el tema.
Luz de luciérnagas transcurre en
dos planos espaciotemporales dis-
tintos, pero conectados por Ger-
mán Canseco (personaje princi-
pal): la ciudad de México los días 18
y 19 de septiembre de 1985, y Bar-
celona, en el 2008, planos tam-
bién conectados por una confu-
sión que es tanto la inauguración y
la posibilidad de cierre o consuma-
ción de un estado de ánimo que se
convierte en estado vital: el enga-
ño y el aferramiento a la identidad Para Lechuga, el desas-
trascendida. troso sismo fue un suceso
Germán Canseco vive en Méxi- importantísimo porque el
co en un cuarto de azotea en la co- pueblo comenzó a construir
lonia Narvarte en donde lee, duer- una red social muy intere-
me y escribe una novela de la que sante. foto: cortesía
sólo tiene el título. De su cuar-
to, baja todos los días a una cocina critor radicado en Barcelona desde te vienen encima de un momento llas horas brumosas, posteriores
económica en donde doña Raquel Literatura hace ocho años, y que en 1985 vivía a otro”, se pregunta. Y lo logra con al terremoto, serpenteaban ávidas
lo alimenta. Tiene un amigo, Mar- del temblor en Puebla y tenía 15 años. creces. de rescate entre el concreto pesa-
celo, su equilibro y su pie de apo- A Edson Lechuga, el espíritu La prosa que se desborda por los do, los vidrios rotos y las partes de
yo. Y está enamorado de una chica Carlos Monsiváis, Los días del te- crítico no le es ajeno, el escritor es pliegues de estas páginas es mágica, electrodomésticos y carne humana
de nombre bello y sintomático del rremoto 1985-2005. claro: “El terremoto es importan- audaz y muy precisa, nos estruja y que fueron la materia del derrum-
vacío, Alma, con quien suele hacer tísimo porque el pueblo comenzó sacude como si el temblor lo llevá- be, y hoy son la materia más clara
Elena Poniatowska, Nada, nadie.
el amor en un cuarto de hotel, cuya a construir una red social muy in- ramos por dentro, es una novela del dolor y del recuerdo.
Las voces del temblor.
ventana da a la pista de despegue teresante que, al cabo de los meses, cargada de poesía, encanto y sor- Lechuga expresa la experien-
del aeropuerto, y de quien recibe Humberto Musachio, Ciudad se transformó en el primer gran presa, pero también de las noches cia de Germán como alguien que
una carta que es un enigma para el quebrada. partido político de izquierdas que del DF, de mujeres, alcohol, hue- presencia su propia caída en el in-
lector; es la mujer que el protago- fue el PRD, que ganó la presiden- vos rancheros y las drogas, y, so- fierno o en el Hades, y pese al do-
José Emilio Pacheco con su con-
nista pierde en el terremoto. cia tres años después en 1988 con el bre todo, del abandono y el perdón, lor se mantiene en pie porque toda-
movedor poema “Las Ruinas de
ingeniero Cárdenas”, afirma, estas del amor y silencio, de la luz y sus vía tiene una brújula, un motivo: su
Un proceso muy duro México (Elegía del Retorno)”.
apreciaciones se cuelan también en intermitencias, y del opresivo peso Alma. Perderla sería dejar de vivir.
y conmovedor
En novelas el tema se había que- los entresijos de Luz de luciérnagas. del pasado. En unos cuantos trazos literarios
“Yo no quería escribir una nove- dado en los bordes: “Pero mi novela no terminó Es un canto nostálgico que ha- Lechuga manifiesta un don que se
la sobre el temblor, pero Germán en asuntos políticos sino se fue a bla sobre las distancias entre la idea cultiva toda una vida. No le ha-
En Mantra, Rodrigo Fresán lo
Canseco hace una remembranza asuntos humanos, literarios, artís- y sus escombros, entre lo planeado ce falta más para seducirnos has-
convierte en un símbolo.
de su vida, y así me llevó y yo me ticos. Mi intención fue exponer los y lo destruido, y lo hace al ritmo de ta la última página y para hacernos
di a la tarea, con toda la honestidad Enrique Rentería, en En los ojos duelos que sufrió Germán Canse- la luz de las luciérnagas que brillan sentir la necesidad correr a escribir
que fui capaz de evocar, de pasar de los gatos, se aproxima al te- co: cómo le dolió, cómo tuvo que en la noche, o como los chispazos o de salir a dar un beso, una palabra
por ahí. Fue un proceso duro, pe- rremoto de pasadita. gestionar toda esta serie de cir- de la memoria, o como los deste- o un abrazo.
ro muy conmovedor”, relata el es- cunstancias y sentimientos que se llos de una linterna que en aque- aflores@eleconomista.com.mx

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