Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rogers
Universidad de Santiago
Indice
EL PSICOANÁLISIS.
PSICOLOGÍA HUMANISTA:
ANTECEDENTES BIOGRAFICOS
o Karen Horney:
o Carl Rogers
Aspectos Teoricos
o Karen Horney:
o Carl Rogers:
ANÁLISIS
Karen Horney es reconocida como una de las principales representantes del psicoanálisis
culturalista, el cual se caracteriza, en mi opinión, por dejar de lado el determinismo
biológico y el mecanicismo dominante en la época y dar mayor importancia a la influencia
que la cultura y las relaciones sociales ejercen sobre los seres humanos; mientras que el
humanismo, a mi juicio, se caracteriza por situar al hombre, la humanidad, la naturaleza y
el universo como un todo armónico y coherente, poniendo énfasis en las experiencias
humanas, como el amor, la felicidad, etc, y oponiéndose también al reduccionismo y al
mecanicismo que enfatizaba el psicoanálisis ortodoxo.
Considero relevante el tema a abordar, ya que tanto el psicoanálisis (en este caso
culturalista) como el humanismo son dos corrientes, que considero distantes. Por ello, me
llama la atención encontrar similitudes entre las teorías de la personalidad de dos de los
autores más representativos de cada una de estas corrientes. Además, dentro de las
corrientes ya mencionadas, como en la psicología en general, la concepción del yo (o si
mismo) es, en mi opinión, un tema trascendente, ya que influye directamente en el
tratamiento psicológico que se que se puede ofrecer a las personas, por ello el establecer
puntos de encuentro entre ambos me parece de especial importancia ya que podría ser el
primer paso para propiciar un acercamiento en los paradigmas existentes en psicología.
Para comenzar este trabajo monográfico considero relevante realizar una análisis de
algunas de las propuestas más atingentes al tema, tanto de la corriente psicoanalítica como
de la humanista, además de una breve descripción biográfica de los autores y sus
correspondientes planteamientos acerca del tema a tratar, antecedentes en los cuales
pretendo cimentar mi análisis.
EL PSICOANÁLISIS.
Debido a la influencia que Horney reconoce ejercen los planteamientos de Freud a su obra,
me parece importante incluir en el presente escrito algunos conceptos de la teoría de la
personalidad de dicho autor que están a la base del psicoanálisis, esto vale la pena aclarar,
sin ningún afán de comparar a ambos autores.
Hacia mediados del siglo XIX en Alemania, la psicología era considerada como el análisis
de la conciencia del ser humano adulto y normal, a la que concebía constituida por
elementos estructurales estrechamente relacionados con los procesos de los órganos
sensoriales. La tarea de la psicología entonces, consistía en descubrir los elementos básicos
de la conciencia y como estos llegan a constituir compuestos.
Freud llevo a cabo un ataque contra esta psicología tradicional de la conciencia desde un
ángulo completamente diferente al utilizado hasta esa fecha: comparó la mente humana con
un témpano, cuya parte menor, la visible por sobre la superficie del agua representa la
región de la conciencia, en tanto que la gran masa sumergida corresponde equivale a lo
inconsciente, dominio en el cual se alojan las necesidades, las pasiones, las ideas y los
sentimientos reprimidos; en suma un enorme universo subterráneo de fuerzas vitales
invisibles que ejercen imperioso control sobre los pensamientos concientes y los actos del
ser humano. A partir de la visión de Freud, pienso comenzó a quedar claro que una
psicología limitada al análisis de la conciencia resulta incompleta para la comprensión de
las motivaciones fundamentales de la conducta humana.
Durante más de cuarenta años Freud exploró lo inconsciente empleando el método de la
asociación libre y desarrollo, lo que en general es considerado como la primera teoría
amplia de la personalidad: trazo los contornos de su topografía, penetro hasta las fuentes de
su corriente energética y estableció el curso, sujeto a leyes, de su desarrollo.
Freud además, según Hall (1975) definió la dinámica de la personalidad como el modo
según el cual la energía psíquica es distribuida y utilizada por el ello, el yo y el superyo.
Dada la limitada cantidad de energía disponible, las tres instancias psíquicas de la
personalidad compiten por ella y, en consecuencia, el control de ésta es obtenido por una de
ellas a expensas de las otras dos. Originalmente, el ello posee toda la energía y la emplea en
actividades al servicio del principio del placer, como por ejemplo la satisfacción de deseos.
La inversión de la energía en una acción o imagen gratificadora de un instinto recibe la
denominación de elección objetal. La energía del ello aparece en estado sumamente fluido
y en consecuencia resulta fácil su desplazamiento de una acción o imagen a otra. Tal
cualidad de la energía instintiva obedece a la incapacidad del ello para establecer
distinciones sutiles entre objetos, es decir, diferentes objetos son tratados como si fueran el
mismo, por ejemplo el bebé hambriento tomará cualquier cosa que pueda sostener y
llevarse a los labios. Por su parte el yo no cuenta con una fuente propia de energía, por lo
cual debe tomarla en préstamo del ello; tal desplazamiento de energía tiene lugar mediante
el mecanismo conocido como identificación. Una vez que el yo ha logrado suficiente
energía, puede usarla para propósitos distintos de los de satisfacción de instintos, una parte
de ella se utiliza para llevar a cabo los diversos procesos psicológicos, mientras que la
restantes utilizada para evitar que el ello actúe en forma impulsiva e irracional e integrar las
tres entidades psíquicas. El superyo por su parte, utiliza su energía, la cual obtiene a través
del mecanismo de identificación, en este caso con los padres, para oponerse al ello. Una vez
que la energía proporcionada por los instintos ha sido canalizada en el yo y el superyo, por
medio del mecanismo de identificación, se hace posible la interacción de las fuerzas
impulsivas y las fuerzas restrictivas. La energía del yo y del superyo es empleada tanto para
alcanzar como para frustrar la finalidad de los instintos, aún cuando el yo para poder
gobernar sabiamente la personalidad, debe controlar tanto al ello como al superyo, tiene
que reservar la energía suficiente para entablar una adecuada relación con el mundo
exterior; asimismo cuando el ello retiene el control de una importante proporción de la
energía, el carácter de la conducta del individuo tiende a ser impulsivo y primitivo; cuando,
por otra parte, el superyo asume el control de una excesiva cantidad de energía el
funcionamiento de la personalidad aparece dominado por consideraciones morales más que
reales. En última instancia, la dinámica de la personalidad consiste en la interacción de las
fuerzas instintivas con las fuerzas restrictivas, por lo tanto, todos los conflictos de la
personalidad pueden ser reducidos a la lucha de estos dos conjuntos de fuerzas.
Si bien es cierto hay aspectos importantes de la teoría de Freud que no han sido
mencionados, me parece que los antecedentes entregados son suficientes para comprender a
partir de que punto emerge el "psicoanálisis culturalista", el cual es representado entre otros
por Karen Horney. Una de las características más importantes de los psicoanalistas
culturalistas sería entonces, en mi opinión, que para estos la naturaleza humana sería un
producto de la cultura. Los culturalistas postulan además, que es la sociedad la que libera al
ser humano de las pulsiones, las cuales definen como exigencias irracionales, para a partir
de esa liberación comenzar a desarrollar sus potencialidades; asimismo el hecho de
adaptarse a la sociedad y no poder cumplir sus pulsiones le causa dolor.
PSICOLOGÍA HUMANISTA:
Esta rama de la psicología, llamada la tercera fuerza, comenzó a principios de los años
cincuenta. Los psicólogos humanistas protestaron contra lo que ellos consideraban la
estreches tanto del psicoanálisis como del conductismo. Sosteniendo que este último dice
mucho acerca de la conducta pero poco sobre las personas, y que el psicoanálisis dice
mucho sobre los perturbados mentales pero nada sobre los sanos. El humanismo intento
ampliar los dominios de la psicología para que incluya todas las experiencias humanas que
son únicas, que no son abordados de forma científica dado que no pueden ser medidos
objetivamente. (Papalia 1997).
ANTECEDENTES BIOGRAFICOS
Karen Horney:
El Dr. Karl Abraham fundó en 1910 la primera Sociedad Psicoanalítica Alemana con un
pequeño grupo de entusiastas devotos, entre los que se encontraba Horney, quien allí fue
adquiriendo su entrenamiento psicoanalítico de manera gradual mediante lecturas,
seminarios informales y práctica personal (con pacientes de forma oficial desde 1919 y su
terapia personal de seis sesiones por semana con Abraham). De esta forma, llegó a ser una
de las fundadoras y profesoras del Instituto Psicoanalítico de Berlín en 1920.
Posteriormente, viajó a Viena, adquiriendo el respeto y prestigio de sus colegas, aunque no
siempre fue reconocida, pues se atrevió a contradecir el punto de vista que sus tutores,
Abraham e, indirectamente, Sigmund Freud, tenían sobre la teoría del desarrollo
psicológico femenino.
La primera etapa del trabajo intelectual de Horney se ubica entre 1922 y 1933, durante este
periodo desarrolló una serie de artículos críticos y contestatarios sobre la psicología
femenina a partir del enfoque psicoanalítico de Freud. Afirmó que el hombre es quien
envidia a la mujer por su capacidad reproductora; los condicionantes culturales, acuñados
bajo una visión masculina, son fundamentales para que la mujer se adapte a los deseos,
logros y conductas masculinas.
Carl Rogers
Carl Ranson Rogers nació en 1902 en Oak Park, Illinois en el seno de una familia
profundamente religiosa, con fuertes convicciones protestantes. Fue el cuarto de seis hijos.
Cuenta Rogers que su niñez transcurrió en una atmósfera ética y religiosa muy estricta e
intransigente, además de solitaria
A partir de 1940 se dio un cambió radical en su vida, luego que aceptó una cátedra de
psicología en la Universidad Estatal de Ohio. Es en este lugar donde empieza a desarrollar
sus ideas acerca de la psicoterapia. En 1945 se cambia a la Universidad de Chicago, donde
siguió dando clases de psicología y dirigió un centro de asesoramiento. Durante este tiempo
fue que escribió uno de sus principales libros: "Client-centred terapy: its current practice,
implications and theory". También durante este período empezó a esbozar su teoría de la
personalidad. Para 1957 se fue a la Universidad de Wisconsin para desempeñar dos
puestos: el de profesor de psicología y de psiquiatría. En 1964 asumió un puesto como
miembro residente del Western Behavioral Sciences Institute en La jolla, California. Allí
mismo fue fundador del Centro de Estudios para la Persona, donde trabajó hasta su muerte.
Rogers aplicó sus teorías a una amplia variedad de situaciones. Durante muchos años
trabajó en terapia y asesoría individual. También aplicó sus conceptos y métodos a la vida
familiar, a la educación y al aprendizaje, a los procesos grupales, y en la última etapa de su
vida dedicó buena parte de su tiempo a los "grupos de encuentro".
Recibió el premio por la" Contribución Científica Distinguida" (1956) y el premio por
"Desempeño Profesional" (1968) de la Asociación Psicológica Americana.
Murió en La Jolla, Califomia el 4 de Febrero de 1987. Por más de cuatro décadas fue la
figura central de la corriente llamada psicología humanista, difundida principalmente en
Estados Unidos y en México.
1942 "Counseling and psicoterapy", 1945 "Client-centred terapy: its current practice,
implications and theory", 1961 "On becoming a person", 1969 "Freedom to learn"
1970 "Carl Rogers y los grupos de encuentro", 1972 "Convertirse en compañeros: el
matrimonio y sus alternativas", 1977 "Carl Rogers on personal power", 1980 "A way of
being"
Aspectos Teoricos
Karen Horney:
Karen Horney según Thompson (1966) propuso un sistema nuevo, una especie de
revalorización de muchas de las observaciones de Freud a la luz de los descubrimientos
hechos por las ciencias sociales, y desde luego de su propia experiencia con los pacientes.
Un aspecto interesante de su pensamiento es que destaca la importancia que tiene para el
psicoanálisis la importancia de la situación presente del paciente, así como la exploración
de la situación general de su vida.
El yo ideal es lo que el neurótico cree que es o que puede o debiera ser, es una visión de sí
apartada de la realidad con características muy halagadoras y que compromete su conducta.
Los rasgos particulares del yo real están determinados por factores reales de la persona, es
así como los ideales del yo ideal tienen una base en las potencialidades del yo real. Los
componentes esenciales del yo ideal son inconscientes por esto el neurótico confunde las
demandas de su yo ideal con las que puede cumplir el yo real. El yo ideal que comienza a
crecer afecta la actitud hacia sí mismo de distinta manera dependiendo de donde centre su
atención: si el individuo quiere convencerse de que él es su yo ideal, desarrolla las
creencias adecuadas a éste (pasa a creer que es un gran científico aunque sólo sea un
alumno de física); si, en cambio, dirige su atención a su yo real, y al compararlo con su yo
ideal, el primero es muy despreciable, el individuo se autodegrada. Si se centra en la
diferencia entre su yo real y su yo ideal busca acortar las diferencias tratando de alcanzar la
perfección con gran exigencia.
1. Identificación con su yo ideal creyendo que todo está bien así como está, pasando a
ser éste más real que su yo real. Esta cambio se produce en lo más profundo de su
ser involucrando sus sentimientos, motivaciones, pensamiento, etc.
2. Perfeccionismo, el individuo quiere llegara ser como su yo ideal y vive
esforzándose por ello y criticándose por lo que "debiera" ser y hacer.
3. Revelación, el neurótico se torna irresponsable y negativo hacia las exigencias de su
yo ideal.
Estas actitudes se dan en forma combinada y van de una a otra ya que ninguna es
completamente satisfactoria y traen diversas consecuencias para los individuos. El yo ideal,
por ser una imagen falsa, es débil y vulnerable, lo que hace que el individuo restrinja su
vida para no exponerse al peligro de que su imagen sea atacada y pongan en relieve las
diferencias entre ésta y su yo real. (Por ejemplo el individuo puede rechazar un trabajo por
la posibilidad de que existan compañeros que se desempeñen mejor que él). Además el yo
ideal es un obstáculo al crecimiento porque los ideales de esta imagen no son un móvil para
el individuo sino que es una idea fija que cree cierta y que es venerada por él. La persona
no es capaz de ver sus errores, sino que los niega para poder mantener su yo ideal intacto
(Horney, 1945). Esto, a mi entender, también le crea problemas al medio social que rodea
al individuo, ya que un sujeto que no tiene claras sus limitaciones puede emprender tareas
para la cuales no esta capacitado, dañando así al medio social en el que se desenvuelve, lo
que a la vez constituiría un circulo vicioso ya que la aparición de este yo idealizado sería
determinada por la hostilidad que el individuo percibe hacia el mismo en el medio en el que
se desenvuelve. A la vez, el neurótico necesita de la aprobación del resto para mantener su
yo ideal, por esta razón odia a cualquiera que lo supere en alguna característica de su yo
ideal y se siente bien con personas que halaguen sus supuestos dones.
Por último cabe destacar que el objetivo de la terapia para Horney es que el neurótico vaya
eliminando las defensas que ha creado para mantener su imagen y pueda ver o reconocer
sus propios ideales, motivaciones y sentimientos, vale decir, que la persona se reencuentre
con su yo real. Para que esto ocurra es preciso hacer ver al paciente los conflictos que le
crea el mantenimiento de su yo ideal y convencerlo de que volviendo a su yo real podrá
identificar su conflicto y enfrentarlo de manera adecuada. Este proceso se realiza en forma
gradual ya que el volver hacia su yo real puede resultar extremadamente doloroso y puede
que la persona termine aferrándose a su yo ideal sin dar cabida al cambio (Horney, 1945).
Lo importante, en mi opinión, sería entonces que el individuo tenga una correspondencia lo
más estrecha posible entre lo que él es y lo que cree ser, así también debe también tener
claro cuales son sus ideales y metas, con el objetivo de ir en busca de ellos, pero sin perder
la perspectiva de cuales son sus propias potencialidades y debilidades de modo que su
actuar y desear sean realistas. De esta forma el individuo podría desarrollar sus
potencialidades y evitar entrar en una neurosis.
Carl Rogers:
Rogers se interesó en el estudio del individuo en sí mismo. Para esto desarrolló una teoría
de la personalidad centrada en el yo, en la que se ve al hombre como un ser racional, con el
mejor conocimiento posible de sí mismo y de sus reacciones, proponiendo además el
autoconocimiento como base de la personalidad y a cada individuo como ser individual y
único. Según Hall (1975), Rogers en su teoría de la personalidad le otorga una importancia
fundamental a dos constructos, que serán la base de ésta, tales constructos son el organismo
y el si mismo.
El organismo, sería el centro de cualquier experiencia que incluya todo aquello que ocurre
internamente en el organismo. Esta totalidad experiencial constituye el campo fenoménico
que es el marco de referencia individual conocido solo por la persona. De hecho el modo
como el individuo se comporta depende del campo fenoménico, es decir, la realidad
subjetiva y no de las condiciones estimulantes (realidad externa), este campo fenoménico
sería entonces para Rogers la simbolización de parte de las experiencias de cada persona.
Es posible, sin embargo, que la experiencia no se represente de un modo correcto, en dicho
caso la persona se desempeñará inadecuadamente. Según la teoría de Rogers todas las
personas tienden a confrontar sus experiencias simbólicas con el mundo objetivo, esta
verificación de la realidad le proporciona al sujeto un conocimiento confiable del mundo el
cual le permite conducirse adecuadamente en la sociedad, sin embargo en algunas
ocasiones estas verificaciones pueden ser incorrectas, lo cual conlleva al individuo a tener
un comportamiento carente de realismo.
El si mismo por otra parte sería una parte del campo fenoménico que poco a poco se va
diferenciando y que en definitiva representa lo que la persona es. Además del si mismo
como tal, existe un si mismo ideal que representa lo que la persona desearía ser.
Sin embargo según Frick (1973) pocas personas se aproximan al ideal de congruencia de
Rogers, por el contrario más a menudo prevalece un estado de incongruencia (es decir la
noción del yo de la persona no es correcta). Dicho estado de incongruencia sobrevendría
cuando de imponen al individuo condiciones de valía. Bajo la influencia de una
consideración positiva condicional por parte de las personas significativas en su vida se
alienta al individuo a negar aspectos importantes de su propia experiencia para satisfacer la
necesidad de consideración positiva y los requisitos de amor condicional. Creo necesario en
este punto resaltar como, al igual que en la propuesta de Horney sobre la "formación" del
yo ideal, una actitud negativa del ambiente del individuo es lo que origina también una
noción del yo irreal, que trae como una de sus primeras consecuencias la incongruencia.
Prosiguiendo con lo anterior, está disposición del individuo de buscar la consideración
positiva y los requisitos de amor condicional de sus personas significativas produce una
enajenación de la persona con respecto a las fuentes de su propio ser. Como resultado de
esto, podemos decir que persiste la tendencia a la autoactualización, la cual para Rogers se
encuentra "ligada a la tendencia de actualización innata que implica el crecimiento orgánico
e inherente al yo, que promueve su expresión y evolución" (DiCaprio, 1985, p.355), pero en
forma disociada, al margen de la tendencia actualizadora inherente es trastornada y su
energías prestan apoyo a conductas, sentimientos y valores aprendidos que no actualizan al
individuo. A medida que el individuo realiza un número mayor de las condiciones de valía
que se exigen de él, se aleja cada vez más de su propia experiencia. De esta forma la noción
del yo y el yo real se han vuelto incongruentes, y esta incongruencia es considerada por
Rogers como el comienzo de la desintegración de la persona y la base de toda patología
psicológica. La solución para este problema pasaría por lograr que la persona se reconozca
y acepte tal como es.
ANÁLISIS
En primer lugar me parece adecuado señalar la existencia de semejanzas teóricas
importantes en la concepción del "yo" por parte de los autores tratados. Estas semejanzas
serían:
En primer lugar, aunque parezca obvio señalarlo, tanto Horney como Rogers
privilegian el papel de la cultura sobre el individuo, dejando de lado el
reduccionismo biológico y el mecanicismo que se imponía previamente.
Ambos autores también poseen la particularidad de enfocarse en el presente de la
vida de las personas, restándole importancia al pasado de ésta.
A mi juicio, ambos autores postulan la existencia de un "yo real", en el caso de
Horney éste es un término que comprende todo lo que la persona es en un momento
dado, incluye cuerpo y alma, mientras que en Rogers este yo real, sería el
organismo, una unidad psicofísica total, a partir del cual se forma el si mismo, el
cual estaría constituido por un conjunto de percepciones que se refieren al propio
individuo. A mi entender para ambos autores este "yo real" se encuentra a la base de
su teoría y es en definitiva el que está expuesto a recibir las influencias del
ambiente.
El encontrar un ambiente no adecuado para el desarrollo, genera en la teoría de
ambos autores, que el sujeto desarrolle o que busque llegar a un autoconcepto
adecuado a lo que este ambiente, vale decir la sociedad, le exige. Separándose del
yo real.
En ambos autores surge, a partir de una interacción no adecuada con la sociedad, un
yo "idealizado" el cual difiere de las capacidades y potencialidades reales del sujeto,
quien al tratar de cumplir con este fracasará, generándose como consecuencia última
una neurosis. En el caso puntual de Rogers la no correspondencia entre el yo real
del sujeto y la noción del yo que este adquiere para tratar de conseguir una
consideración positiva por parte de las personas que lo rodean es llamada
incongruencia.
Por último ambos autores buscan en su terapia lograr que la persona retome su yo
real, lo que implica una búsqueda de la autoaceptación del individuo, sin perder de
vista el límite de sus capacidades.
A partir de lo anterior creo tener una base lo suficientemente sólida como para plantear que
Rogers debió recibir algún tipo de influencias de Karen Horney, ya que en él podemos
apreciar conceptos muy similares a los que esta última plantea la hora de explicar como
opera el yo frente a las influencias del ambiente y como se genera la neurosis. Sin embargo,
me parece también relevante mencionar como un valioso aporte de Rogers los conceptos de
actualización y autoactualización los cuales a mi juicio le otorgan mayor claridad y
profundidad a su teoría, a la hora de compararla con la de Horney, que si bien expresa que
el yo real debe tender hacia un desarrollo de las capacidades no lo expresa con la misma
claridad con que Rogers lo hace a partir de los conceptos ya mencionados.
A modo de crítica, puedo decir que me parece muy aventurado por parte de ambos autores
generalizar a todos los seres humanos la continúa búsqueda del desarrollo de las
potencialidades. Tomando como base dicho planteamiento me pregunto como explicarían
los autores el conformismo que se da en nuestra época.
Pienso además, que en la actualidad ambas teorías podrían ser complementar con el
concepto de inteligencia emocional. Se entiende por inteligencia emocional "la capacidad
de una persona para comprender sus propias emociones y las de los demás, y expresarlas de
manera que resulten beneficiosas para si mismo y para la cultura a la que pertenece"
(Molero, Sainz y Esteban, 1998, p.26) A mi juicio el nivel de inteligencia emocional sería
un factor importante en el alejamiento de un individuo de su yo real en favor de un yo
"idealizado", esto ya que la inteligencia emocional según Molero y cols. (1998) implica un
conocimiento y manejo de las propias emociones, y a mi parecer mientras mayor
conocimiento y manejo de las propias emociones posea una persona más difícil será que se
aleje de su yo real ante las presiones del ambiente y viceversa.
Otra crítica que, pienso, se puede realizar a ambos, es la falta de un criterio de objetividad
para definir el yo real de una persona, y también a la hora de definir cuando se produce la
incongruencia, en el caso de Rogers, o el acercamiento al yo ideal en el caso de Karen
Horney. Esto a mi juicio se constituye en una debilidad importante en ambas teorías.
Por último el lograr encontrar las similitudes ya mencionadas entre las teorías de la
personalidad de dos autores representativos de corrientes diferentes como el humanismo y
el psicoanálisis culturalista, me hace pensar que quizás exista la posibilidad de algún día
llegar a un paradigma único en psicología, o al menos a la reducción del número de estos,
creo por ejemplo basándome en Rogers y Horney que pude darse una complementación
teórica entre humanismo y culturalismo de la cual, en mi opinión ambos saldrían
fortalecidos.