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JUÁREZ LE LLAMA LA ATENCIÓN CON ENERGÍA AL

GENERAL JIMÉNEZ

México, febrero 20 de 1868.

Señor general don Vicente Jiménez Guerrero.

Estimado amigo:

Con verdadero sentimiento he recibido la carta de usted, fecha 10


del que cursa, pues veo por ella que insiste en conservar la actitud
hostil en que se ha colocado respecto del gobierno, negándose a
obedecer la orden que se le dio de presentarse en esta capital.

Alega usted, para justificar esa actitud, el hecho de que las fuerzas
del general Juan Álvarez han continuado sus operaciones militares
apoderándose de algunos pueblos del estado, en lo cual dice usted
que ha falseado aquel general a lo prevenido por el gobierno. Pero,
en primer lugar, no sabemos si el general Álvarez había recibido ya
las órdenes que se le dieron de permanecer tranquilo en sus
posiciones, cuando dispuso el movimiento del general Pinzón a que
usted hace referencia, o si tuvo la necesidad de disponer aquel
movimiento porque usted no obedeció la orden del gobierno de
venir a esta ciudad, cuyo paso era, como usted sabe, condición
indispensable para observar esa neutralidad.

El gobierno había acordado, en efecto, que no avanzaran las fuerzas


del general Álvarez; pero dando por seguro que usted obedecía lo
dispuesto y vendría a presentárseme en esta capital, dejando el
mando de su fuerza al jefe que le inspirase más confianza. No ha
venido usted y es indudable que el general Álvarez ha estado en su
derecho al continuar sus operaciones.

La actitud de usted es tanto más perjudicial a los intereses del


Estado cuanto que ella impide se verifiquen las elecciones de
gobernador, todo lo cual aumenta naturalmente los males de la
situación, cuando fácilmente podrían remediarse dejando a los
pueblos en plena libertad para escoger a sus gobernantes.

Yo no tengo en esta cuestión ni animosidad personal contra usted ni


afecto particular por el general Álvarez; deseo solamente que haya
moralidad y orden en la administración y estoy, por lo mismo,
obligado a hacer respetar las leyes, evitando escándalos y trastornos
que pongan en peligro los intereses más caros de la sociedad.

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