Está en la página 1de 1

A través de la polvareda roja del camino, dando saltos entre tanto bache,

se pueden apreciar los faros de un camión enorme, que transporta un


contenedor, procedencia: España … destino: Foyer Don Bosco. Los niños al
escuchar el claxon de este gigante salen corriendo a la verja de entrada, y es
como si vieran llegar la cabalgata de los Reyes Magos… sus ojos llenos de ilusión
por abrir ese enorme regalo, sin embargo se ven obligados a irse a dormir y
esperar al día siguiente.

Es domingo y ya amaneció, un grupo de niños aguarda con expectativa


cerca de ese gran regalo, esperando pacientemente como abejas alrededor de la
miel, a que los trabajadores de la aduana se dignen en aparecer para dar el
permiso de abrirlo. Y ahí es cuando empieza el movimiento, todos quieren
participar, tanto niños como monitores y están dispuestos a sacrificar su tiempo
de juego y descanso por ayudar a descargar el contenedor. A medida que se van
sacando cajas y van descubriendo lo que hay en el interior, esas caritas reflejan
una alegría inexpresable, pues ven que ahí poco a poco van sacando lo que les
llenara el estomago los próximos meses… y van descubriendo las nuevas
tendencias en ropa, disfrutando al llevar unas nuevas zapatillas o camisetas. Y es
que durante varias horas es como si fuera Navidad y sus tres Altezas Reales
hubieran llegado a Porto Novo. En nombre de los niños del Foyer Don Bosco
queremos agradecer a nuestros “Reyes Magos” bienhechores: todas aquellas
personas que se sacrifican por estos niños, para darles no solo comida y
vestimenta, medios de transporte y juguetes, sino la alegría de saber que en otro
país se acuerdan de ellos y se les quiere.

Paz y bien

Juan José Gómez (Misionero Salesiano)

También podría gustarte