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Meses atrás la economía internacional se dio un gran susto con los acontecimientos y

decisiones acaecidas en la Vieja Europa. Dichos eventos no fueron solo inherent


es a las comunidades de la Unión, sino que están íntimamente relacionados con todas la
s economías centrales que llevan tiempo inmersas o en la recesión o en el crecimient
o cuasi nulo.
Recuerdo en aquellos momentos haber platicado con un colega y amigo italiano, qu
ien despotricaba con las medidas que se tomaban en su país y alrededores; sobre to
do porque a él le tocaba disminuir sus horas de trabajo e ingresos debido a los re
cortes del sector público. A pesar de compadecerlo y escuchar sus pintorescos insu
ltos italianos castellanizados (los cuales no transcribiré aquí), le comenté que lo más
curioso de la situación era la de España. Esto porque me resultaba llamativo que se
promulgaran ajustes en el Gasto del Estado, flexibilización laboral, aumento del
IVA y otras políticas económicas recesivas en un país con más del 20% de desocupación!
En aquel momento, cuando mi colega consultaba mi opinión al respecto, le conté un p
oco el terrible costo que había pagado la Argentina para salir de la recesión de fin
es de siglo y lo dramático del rompimiento del peso, y solo se me ocurría que las g
randes economías europeas intentaban a toda costa mantener la cotización del euro, más
allá de las consecuencias de estas medidas. Consecuencias estas que con toda segu
ridad estaban sufriendo, y lo seguirán haciendo, los países más “pobres” de la eurozona (P
ortugal, España, Grecia y en menor medida, Irlanda, Italia…..), quienes claramente
serían los ciudadanos que pagarían el costo de la guerra monetaria.
Si señores, las guerras militares entre grandes potencias son historia (eso espera
mos todos) porque ya existe otra guerra permanente, la de las monedas. Cualquier
país que pretenda un lugar con más poder en el ranking internacional no permitirá la
pérdida del poder adquisitivo de su moneda y por ende, será capaz de cualquier cosa
(?) para perseguir ese objetivo.
Para aclarar esta perspectiva haremos una analogía bien simplista pero efectiva:
Supongamos que usted es un ingeniero o profesional muy preparado y capacitado al
máximo. Usted trabaja en su casa, pero para poder desarrollar mejor su actividad
y seguir estando entre los mejores en su área necesita tecnología y recursos materia
les e inmateriales de punta. Pues seguramente usted pretenderá que lo que gasta en
bienes escenciales (comida, indumentaria, etc) sea lo menor posible en relación a
su ingreso total, pues así usted podrá seguir modernizando su equipo de trabajo lo
cual, a su vez, le resultará en un aumento de sus ingresos consecuentemente. Por últ
imo, un aumento en sus ingresos, definitivamente le permitirá conseguir mayores re
cursos materiales e inmateriales para su actividad. Seguramente usted lo último qu
e buscaría es que su trabajo sea menormente remunerado, ya que ello significaría que
los bienes escenciales comenzarían a “robar” una proporción mayor de sus ingresos, lo q
ue a su vez le haría cada vez más prohibitivo modernizar su trabajo, ergo, su trabaj
o pierde poder de compra.
Ahora bien, ya ha pasado el primer semestre del año, los datos del desempeño de la e
conomía mundial comienzan a ser públicos y nos desayunamos con que: La economía Aleman
a creció más de lo que lo había hecho desde la caída del muro!
Estos alemanes son dignos de ser estudiados. Incentivando políticas que podrían ser
catalogadas como procíclicas lograron conseguir la senda del crecimiento y no solo
eso, por ser el motor europeo ya ha comenzado a empujar al resto de las economías
. Siendo los germanos lo mayores exportadores del mundo (cabe aclarar que acaba
de ser superado por China), un Euro poderoso implica que lo que otro país pretenda
importar de Alemania le llevará un esfuerzo importante. También, por sorpresa nos t
omó el saber que, luego de largos trimestres recesivos y deflacionarios, en este
semestre hubo inflación en la Unión! Aunque aquí vale aclarar que gran parte de este e
fecto podría deberse al precio del petróleo.
Esto nos hace apuntar el foco en otra novedad interesante, por primera vez Japón d
eja de ser la segunda economía del mundo y le cede el puesto a China. Será una virtu
d del crecimiento chino o mérito de un mal desempeño japonés? Pues un poco de ambos.
Resulta que Japón lleva ya más de quince años entre recesión y crecimiento nulo, pero co
n un Yen muy poderoso y en permanente escalada. En todo ese período el yen ha ido
haciéndose cada vez más caro en frente del dólar y por lo visto no hay intenciones par
a los japoneses de que su moneda pierda poder en los próximos meses. Pareciera que
han cedido metódicamente el puesto de segunda economía mundial a China sin despeina
rse. No es una conclusión descabellada si tenemos en cuenta que Japón tiene casi die
z veces menos habitantes que China y, como se dijo antes, el producto es apenas
inferior. Por eso cuando escuchamos hablar de lo de “tasas chinas” debemos tomarlas
en contexto: que Un Japón que crezca un 1% o una Alemania que lo haga a 2.2% no es
para nada desdeñable en economías hiper avanzadas y desarrolladas.
Y ya que hemos nombrado al innombrable, el dólar, digamos que es una moneda comple
tamente diferente al resto por su sistema de reservas y su superpoderoso dueño, a
demás que lo que ha venido ocurriendo en los últimos meses no da demasiada cabida p
ara el análisis. Ante la crisis de 2008 y el susto de este año, EEUU ha optado por u
na política monetaria expansiva, aumentando el gasto público y dotando de liquidez a
su sistema, lo cual le ha permitido salir airoso de los desbarajustes y ha logr
ado un crecimiento, mínimo, pero crecimiento al fin. No se debe olvidar que una po
lítica restrictiva hubiera sido problemática en momentos en los que el desempleo pod
ría haber tocado los dos dígitos. Sin embargo, y bajo este escenario es que el dólar s
e ha apreciado frente al euro y al resto de monedas fuertes. Vaya paradoja esta,
aunque resulta de suma importancia no perder de vista un hecho a tener en cuent
a: el valor del oro sigue en aumento y no deja de romper records.
Que sucederá en esta segunda parte del año? Pues debo admitir abiertamente, sin un a
tisbo de vergüenza, que le tengo más fe al pronóstico meteorológico para los próximos quin
ce o veinte días (vendrá otra ola de frio antártica? Ojalá que no….) que a lo que diga un
Banco Central, Bernanke, Krugman, Roubini o la tiradora de cartas de la esquin
a.
Pablo Pagani

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