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Corre, corre, xiquet d'arena.

Antonio Martínez i Ferrer

1
Al lector.

Dic xiquet d'arena


als xiquets i xiquetes d'Iraq.

2
Al poeta i amic José Viñals
en agraïment
pel seu inestimable suport
a la meua activitat poètica.

El seu afany en ajudar-me


m'animà a editar
el que tenia guardat
entre les pàgines de la meua vida.

Gràcies José per creure en la meua poesia.

3
En el siglo de Kafka
no hay argumentos para la esperanza.

ANTONIO ORIHUELA.

I, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de sér, dolernos doblemente.

CESAR VALLEJO.

4
En el segle de Kafka
no hi ha arguments per a l'esperança.

ANTONIO ORIHUELA.

I, desgraciadament,
el dolor creix en el món a cada estona,
creix a trenta minuts per segon, pas a pas,
i la naturalesa del dolor, és el dolor dues vegades
i la condició del martiri, carnívora, voraç,
és el dolor dues vegades
i la funció de l'herba puríssima, el dolor
dues vegades
i el bé de ser, doldre-nos doblement.

CÉSAR VALLEJO.

Traducciò Antonio Martínez i Ferrer

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Secreto a voces
En el siglo de kafka los niños de Iraq son de arena, pero también son
de arena todos los niños que no han tenido la fortuna de nacer dentro
del ghetto amurallado del primer mundo, donde las cuotas del horros
están limitadas a los juegos de la Playstation y a no poder calzar unas
Nike de 300€.

Del horror que transcurre más allá de nuestras alambradas está hecho
este niño de arena. Un libro escrito por uno de ellos, un lejano niño de
España de 1936. Así es, cuando uno daba por enterrada a toda esa
generación del hambre grande de la posguerra, cuando una pensaba
que poco podría ya surgir de entre esas sombras, cuando se han
borrado todos esos nombres que habían sido dados a la Utopía, resulta
que uno aún puede encontrar en ella a un poeta que se coloca en mitad
del camino de la vida, el al que casi todo lo arrolló en el camino de la
vida, para alzar la voz y ponerse a disipar las sombras del fascismo
ordinario y cotidiano. Un poeta que es capaz de acunar el dolor de los
que lloran y a señalar los demonios de estas tierras y de este inmundo
más hoy que nunca de todos los demonios.

Conocí a Antonio Martínez Ferrer a través de su extraordinario primer


libro El rumor del patio, y unos meses después al hombre y a la
mujer, compañera incansable Antoñita, que se aventuraron por media
España para compartir unos días de calor en Moguer con otros poetas
arrumbados de mil batallas.

Tras aquellos días febriles de compartir el pan y la poesía, me dejó


Antonio con el aire de una pregunta que yo no llegué a formularle y
que, probablemente, quizás él tampoco sepa cómo contestar. ¿De
dónde salen los hombres como Antonio Martínez Ferrer?¿Cómo es
posible que habiendo existido hombres como él perdiéramos nuestro
viejo afán de clase y nos creyéramos las estúpidas predicciones de los
poderosos? Pienso entonces en la inmensa soledad que ha debido ir
creciendo en compañeros como él, al ver lo poco que iba quedando de
una práctica de lucha y un discurso de denuncia sobre este artificio de
los días al que el Capital nos han condenado.

6
Me quedará, también como una incógnita, saber de dónde saca este
hombre la potencia de su escritura, la contundencia de sus versos, la
firmeza de su recitar en vivo, su limpia y clara mirada entre los ojos
vidriosos de las lágrimas.

Creo que son las preguntas de siempre, las preguntas del asombro
cuando, más allá del hombre concreto, es la voz del pueblo la que
oyes ponerse en pie y negarse a que sean otros los que hablen por ella.
Así de atenta y generosa con los nuestros es la voz de Antonio
Martínez Ferrer, voz del pueblo, grito del pueblo, vigilia del pueblo
que no duerme cuando sabe que están masacrando al pueblo,
pisoteando al pueblo aplastando una y otra vez a ese gigante patoso
que, de momento, es incapaz de encontrar su destino.

Yo he visto en los pasos cansados de Antonio la poesía de los


desposeídos. Yo he visto en la tenacidad poética de Antonio la voz de
todos los humillados. Yo lo he oído recitar levantando la mano y
haciendo del temblor de su voz un refugio cálido para los aterrados.
Yo quisiera, compañeros, que pudiéramos merecer a este poeta,
porque los tiempos, desde luego, nos vienen contrarios y otros son los
que imponen su impostura y creen con ello llevarse las llaves del
futuro.

Por eso, porque si el presente no nos pertenece, al menos no nos


dejemos expropiar el futuro, levantó Antonio este libro. En el tiempo
inacabable de las lágrimas, el hambre y la muerte cotidiana pensó
Antonio estos poemas que aquí tienes, lector, compañero,
generosamente te están entregados. Un íntimo y fiero homenaje a los
niños de Iraq, los niños de arena y, por extensión, permíteme maestro,
a todos los niños de esos mundos donde es tan fácil deshacerse como
arena, como se deshace una risa a golpe de bala allá en las afuera del
imperio del señor de los fríos. Un libro a los niños de los misiles y las
plazas, a los que nadie pone nombre porque, frente a nuestros rubios y
rollizos niños de occidente, estos están destinados no a hacerse

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hombres sino a deshacerse niños. En el Tercer Mundo no hay otra
forma de crecer.
EL poeta Antonio Martínez Ferrer, que usa bastón desde hace años, le
pide una y otra vez al niño de arena que corra. Qué hermosa metáfora
para quién nunca se cansó de correr, para quien tendrá que seguir
corriendo del lobo, de las alambradas, de los cuellos almidonados, de
la Guardia Civil, de los grises, de la policía de la patada en la puerta,
del sueño, de la metralla , de los misiles balísticos, de las explosiones,
corriendo siempre en pos de una verdad fugitiva y resbaladiza, una
verdad que ya estaba escrita en los huesos cansados del padre del
Antonio niño, envuelta en su piel adolescente formando extrañas
pinceladas rojas en el ocre del horizonte. Una verdad que estaba en los
andamios, en las puertas abiertas, en las aceras, en las palomas. Una
verdad que usa bastón y quisiera tirar de todos los niños de arena del
mundo hacia un futuro donde no nos encontremos con nuestros
sueños saqueados.

Tampoco se engaña Antonio sobre los límites de su trabajo en poesía.


A pesar de él, por encima de él, las bombas siguen su trabajo y el
hambre anda a dentelladas con un tercio del mundo. Hay poco que
aplaudir, nuestros días son Gernika cotidiano. Los versos del poeta no
apagarán las llamas, pero seguirán cavando un hondo pozo fresco en
mitad del desierto de la memoria. No es tiempo de olvidar estas
dunas, están hechas con los niños de arena, con la sangre del abuelo
con los huesos del padre de Antonio Martínez Ferrer, con los sueños
de quienes creyeron en el mundo mejor comunista y libertario. No
pierde el viento la voz en la huída, suena por ella que vuelve.

Antonio Orihuela
Lago de Proserpina, 17-2-2006

8
Estic escoltant el crit
del silenci.

Reconec
el to dels plors
que no dormen,

mentre la paraula de l'home


és xafada
en un camí sense destí.

9
De l'andana sense llums,
les ombres
no vaig saber comptar.

Els seus noms


s'han esborrat
en els portals de la fugida.

10
A uns passos, caminen
els verbs
per desolades foscors
plenes de quimeres;

bressola el dolor
en els budells
del dimoni del crit.

¡Quina remor
la de les ànimes mortes!

11
La por s'enrotlla
als dies
que van perdre la voluntat,

només s'escolten estúpides prediccions


d'albes que ningú coneix.

No, els d'ahir


no van pressentir, il·lusos,
l'estafa de l'artifici.

12
L'abominació
que alimenta
el pas cansat
dels desposseïts,
aguaità després de la rabia:

¡què més dóna que ningú conteste


des dels replecs
de la raó!

13
De totes les distàncies,
acudixen pardals
amb fam de sang.

Les factories del terror


no dormen.

14
Ells imposen
les claus del futur;

i mentre sacien els apetits,


riuen
de la fam,
de les llàgrimes;
de totes les morts
del poble agredit i ocupat.

15
Dels xiquets d'arena
amb les rialles trencades,

de les veus cridaneres


per l'ànsia dels budells,
del cos lligat
al senyor del fred, només quedaran
pàgines en blanc
en llibres sense nom.

16
Les sendes s'afonen
en universos de fang.

La ràbia
dels míssils es passeja
per les places del raciocini.

Ningú posa portes.

Corren les llengües de foc


i se sublimen les ambicions
del animal
de llanes fosques.

17
L'aire
escriu metàfores
per amagar la por.

Corre, corre xiquet d'arena


on l'invasor no et veja.

18
Els segons de sofrir són
com hores eternes.

No vull
pensar els teus dies,
no vull
pensar els teus mesos,

Els somnis,
xiquet d'arena,
tindran dolenta la rialla.

19
Amb els dies de la tragèdia,
la mirada del botxí
a res humà s'assembla;

la seua bellesa
de trasparèncias enganyoses,
s'alimenta de la fam
i la submissió a l'amo.

El senyor de les veritats


és ignorat
mentre s'ofega
en els meandres
d'un mar de pressons.

20
Per les finestres que no són
s'escapen
les primeres mirades
del nens, que
per nàixer,
esperen en estranyes cues.

En els que són


ha de preservar-se la ignorància
per a mantindre el negoci
de les guerres.

21
Sense fre
i sense pell,
fa mal la carícia
de la subtil veritat.

No importa l'avís
de l'udol del llop.

No importa el puntelló
en la porta
que canta àries de terror.

22
Pels jardins
d'arena blanca
està peregrinant el crit.

La dolçor dels somnis


ha fugit.

23
Els vidres de la finestra
ja no són transparents,
la pluja
que escriu amb tintes tímides,
els ha tacat de nit.

24
Les fulles de la tardor
despertaven amb el tro

el xiquet d'arena
tremolava amb lletres d'agonia.

La metralla
buscava cors
on pernoctar.

25
En el prat dels caiguts
les donzelles de les aritmètiques
no van saber distingir
els ossos tendres
del fill,
o els cansats
del pare.

Tots estaven
embolicats per la mateixa pell
formant estranyes pinzellades roges
entre els verds, blaus i ocres
de l'horitzó.

26
Per les runes
de l'oblit
es perden
les paraules de cantar la vida.

27
No puc subjectar les llàgrimes.

Totes s'extravien
en la cova
de les eixides impossibles.

28
El paradís s'amaga
en les avingudes del silenci.

L'agonia del pensament


corre atrotinada
amb tremolors de por.

29
La foguera que vola
ompli totes les pells
de llagues.

Els dits es perden


per la mà
a la recerca de la seua carn.

30
L'arbre es va amagar del bosc,
perseguit
per insectes de foc.

Penetrant el sigil
de les coves
on s'afonen
totes les esperances,
tots els futurs.

31
El poble
de portes obertes,
no esperava el tro,
entrant per les finestres.

les paraules d'ahir


assentades sobre tremolors de llum
no pugueren amagar-se.

32
La veu, que pretén escapar,
arreplega en la fugida
la visió aterrida
del xiquet d'arena.

33
El pols del pensament
es perd

per les entranyes


dels filats de la por.

34
Perdut el rostre dels desitjos
res és nou ni vell,
el color
està amagat
en la foscor de les explosions.

35
L'ànima d'esta raça maleïda
naix amb dits de foc
i la venjança en els ulls.

¿Què serà de tu
xiquet d'arena?

36
El pati de les esperances
no està al final del passeig,

en les seues vorores


el bes no fa niu,

ni porta al lloc
on es pot vore l'alba.

37
Res és possible
en esta luxúria de poder,
tot és past de les ambicions,
i dels colls emmidonats
començen el vol
els coloms de la metralla.

38
He vist
per les voreres
fugir le carn solta
per el colp de la bomba.

Els vaig dir


que no era eixa
la direcció cap al futur,
però lligats
a la seua desesperació
no escoltaven.

Tenien en les seues pupil·les


la mort allotjada,

en les cares
de genolls desfets
i ventres destrossats,
fa el niu la confusió.

39
Continuaven corrent
carregats amb la promesa
d'un paradís,

abraçats pel vent


de la deflagració,
els seus crits,
embolicats en despulles,
rebusquen entre l'alé
els traços de la seua empremta.

40
Han sigut esborrats
els racons
de les primeres passions,
els bancs
de les primeres trobades.

Res queda,
la fúria ha creuat
amb passos de gegant.

41
Fugen
els jardins;
dels arbres
escapen les ombres.

Ningú creua el carrer;


ja no està.

Han quedat
uns trossos de ratlles grogues
per a un matí
de records impossibles.

42
Les memòries s'estan esborrant,
el passat s'ha convertit
en aliment
per als notaris de la rapinya.

Les veus de tro


omplin d'espant
les nits del xiquet d'arena.

¿Qui provocarà la rialla,


si el lloc dels somnis
ha sigut saquejat?

43
Les bombes seguixen el seu treball,
la fam camina solta
entre els veïns del carrer.

¿Per què no li dones


al xiquet d'arena
dels braços perduts
una pastilla per al dolor?

¿On estan
els bolquers del xiquet d'arena
que no pogué nàixer?

¡Maleïdes bombes alliberadores!

44
Tot és esborrat
destruït, robat, espoliat,
negociat per l'ocupant.

Les dunes que tenen rastres efímers


no podran guardar la memòria.

Els escrivans assassinats


no troben els seus noms.

Les places de la dignitat


s'han perdut, davall la xafada
de l'agressor.

45
Res humà pot comprendre,
a un poble que aplaudix
l'agressió assessina,

¿serà que tots són iguals


governants i governats?

46
¿Com seran els dies
que han de vindre?

Mai la bèstia
ha tingut tant de poder,

mai
fos tan amiga
dels déus de la guerra.

La seua ambició no té passats


el futur
està en perill.

47
Demà, quan l'opressor
siga un cadàver putrefacte,

amb un milió de rates,


menjant entranyes,
pintaré el nou guernica.

48
El bàrbar predica
poemes de paraules podrides,

amb un nou llenguatge


canta l'Apocalipsi.

Bombardejos per a alliberar.

Invasió per a redimir.

49
En els cúmuls
de l'univers
les pinzellades de l'odi
universalitzen la ràbia.

Els versos del poeta


són ignorats,
la destrucció
ha erigit el seu mausoleu.

50
Les flames han pres
el camí d'Alexandria,
el misto de la ignorància
s'alimenta
del salari de la iniquitat.

¿On han quedat


els Pegasos del pensament?

51
Ells reconstruixen
sobre l'oasi, podridura;

escriuen en l'arena,
perquè la història
no puga conéixer
la llum del matí.

El seu alé
mestre de les immundícies
cerca els buits
per amagar-se
entre els plecs de la terra cremada.

52
El vent de les fugides
no troba la senda.

Avui ha començat el temps


de la diàspora de l'horror.

Avui és el temps
de guardar les mirades.

Avui és el temps
d'esculpir cares
en els murs de la memoria.

Avui és el temps
de no oblidar.

53
En els dies de l'horitzó d'acer
les dunes
ignoren les llàgrimes;

fugen, asoles
molt asoles, en soledat.

Els rastres dels records


s'amaguen en blanc i negre,
tot serà esborrat.

El fill no ha de conéixer el pare.

¿Que serà dels xiquets d'arena?

54
La sang és vesteix de bèstia
per a bramar
alçant atestats
en la taula dels carnissers.

Els nascuts no somiaran,


els empeltaran estranys silencis
i despullaran el seu destí.

Desde els minarets de vidre


els escrivans de la mutilació
no reposen.

55
Muic
entre arrels
amants de pedra

vull ser xiquet d'arena

Plore en el cantó
sense que la meua veu
puga alliberar-te dels colps,

sense que la meua veu


puga curar-te les ferides.

Que lluny de tú
està este cantó.

56
Voràs créixer molts,
molts Guantánamos.

Tots els espais


seran Guantánamos.

En els patis,
en tots els patis,
plens de cantons per al crit;
passaran les voreres
tapant les empremtes de sang.

No s'escoltarà el teu nom,


el vent
ha perdut la veu
en la fugida.

57
¿Per què els records
ja no son records?

58
Xiquet d'arena
hauràs de somiar llibertats
encara que despertes en un Guantánamo;

encara que tot sega Guantánamo.

Roba-li espais al buit,


encara que el dissabte
estiga embolicat
en fil de ferro punxós.

¡Creua ràpid, mes ràpid!

59
¡Ai xiquet d'arena!,
abans de nàixer vas ser perseguit
per la bèstia de les torres d'or;

avui seràs etiquetat


per al mapa de la decadència,

i seràs perseguit
per la nova bèstia
fins a furtar-te les empremtes.

60
La vigília s'embolica
amb llençols de tremolor,
humilia la mare
i aterreix els germans.

Els somnis
han perdut
els braços enreixats del pare.

61
El primer acte s'acabat.

La mentida
arreplega els òxids
de les campanes del temple.

Les ombres, el dol,


els soterrars.

¡Són tants els soterrars!


¡És tant el dolor!
darrere de cada ombra.

62
Els ferrers
de la salina de foc
forgen cintes de lligar voluntats.

El somriure dels dies clars


no troba la botiga
dels colors.

En la persecució
els grills del palmerar
s'han amagat.

63
¡Corre, corre, xiquet d'arena!

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