Está en la página 1de 5

© EdikaMed S.L. • www.edikamed.

com

C A P Í T U L O 3

DISFAGIA
DE LARGA EVOLUCIÓN
EN PACIENTE DIABÉTICO

CASO CLÍNICO

Varón de 52 años con antecedentes personales de ingesta alco-


hólica importante hasta hacía 8 meses, HTA en tratamiento con ena-
lapril y amlodipino y DM tipo II, en terapia con metformina y rosigli-
tazona, que acudió a consultas externas de gastroenterología en
diciembre de 2004 por disfagia para sólidos de aparición intermiten-
te de 5 meses de evolución sin síndrome constitucional asociado. Se
le realizó una analítica, en la que destacó la presencia de una gluco-
sa de 119 mg/dl, siendo el resto de la bioquímica, el hemograma y la
hemostasia normales. Un mes después se le practicó una endosco-
pia oral que mostró una estenosis concéntrica de aspecto regular a
35 cm de la arcada dentaria, tapizada por un exudado blanquecino
del que se tomaron muestras para biopsia; el informe de anatomía
patológica mostraba infiltrado inflamatorio agudo asociado a Candi-
da albicans. La estenosis impedía el paso del endoscopio, por lo que
se le realizó dilatación con bujías de hasta 11 mm, siendo el resto del
estudio endoscópico normal. Se inició tratamiento con fluconazol
100 mg durante 2 semanas y lansoprazol 30 mg durante 8 semanas,
acompañado de sesiones de dilatación neumática y con bujías hasta
conseguir un calibre esofágico de 14 mm con la remisión de la sinto-
J. M.ª RIESCO LÓPEZ matología en marzo de 2005. Durante el seguimiento se le realizaron
J. Á. GONZÁLEZ MARTÍN serologías para virus hepatotropos y VIH, que fueron negativas. El
V. F. MOREIRA VICENTE paciente se mantuvo asintomático hasta mayo de 2006, en que acu-
dió de nuevo a la consulta refiriendo reaparición de la disfagia,
momento en el cual se le practicó un estudio baritado que mostraba
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com
38 Disfagia de larga evolución en paciente diabético

la presencia en tercio esofágico superior y medio pero con ausencia de C. albicans en las biopsias;
de pequeñas «úlceras en botón de camisa» en la en el tercio distal existía una discreta estenosis
pared y de una estenosis en tercio esofágico dis- que permitía el paso del endoscopio sin proble-
tal (fig. 1). En la endoscopia oral se observó la mas. En la última revisión en consultas externas,
presencia de mucosa esofágica de aspecto cica- en octubre de 2006, el paciente no presentaba
tricial, con pseudoanillos y orificios «diverticula- clínica digestiva.
res» de predominio en el tercio superior y medio,
con placas blanquecinas tapizando las paredes
(fig. 2), y una estenosis regular en tercio distal que DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
no impedía el paso del endoscopio. Las biopsias
de la estenosis fueron informadas como mucosa
Pseudodiverticulosis esofágica intramural
queratósica sin alteraciones y las de la mucosa
(PEI).
engrosada mostraron de nuevo inflamación
aguda, confirmando el cultivo de la muestra la
presencia de C. albicans sensible a fluconazol. Se
inició una nueva tanda de sesiones de dilatación COMENTARIOS
con bujías, y tratamiento farmacológico con flu-
conazol 100 mg/día durante 4 semanas y lanso- PSEUDODIVERTICULOSIS ESOFÁGICA
prazol 30 mg/día durante 8 semanas, con poste- INTRAMURAL
rior reducción a 15 mg/día como terapia de
mantenimiento. Cuatro meses después, y una
vez que el paciente se encontraba asintomático, INTRODUCCIÓN
se repitió la endoscopia: permanecían los pseu-
dodivertículos y la mucosa de aspecto cicatricial, Esta entidad fue descrita por primera vez por
Lubarsch en 1901, recibiendo el nombre inicial de
esofagitis cística [1]; posteriormente, en 1908,
Landois la denominó esofagitis folicular [2]. Final-
mente, en 1960 Mendl et al. la describieron como
entidad radiológica, acuñando el término de

Fotocopiar sin autorización es un delito

FIG. 2. Orificios pseudodiverticulares con placas


FIG. 1. Presencia de úlceras en botón de camisa en blanquecinas sobre mucosa esofágica de aspecto
el tercio esofágico medio. engrosado y cicatricial.
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com
J. M.ª Riesco López, J. Á. González Martín y V. F. Moreira Vicente 39

pseudodiverticulosis esofágica intramural [3]. coexistencia de dos tipos de factores [6-11]: a) la


Desde entonces, se han comunicado aproxima- esofagitis crónica, y b) los trastornos de la motili-
damente 220 casos de esta patología en la litera- dad esofágica.
tura médica. La esofagitis crónica está presente en el 80-
90% de estos pacientes y su origen suele ser
CONCEPTO Y EPIDEMIOLOGÍA péptico (secundaria a reflujo gastroesofágico) o
infeccioso (por Candida sp, que puede ocurrir
La PEI consiste en la aparición de pequeñas hasta en el 50% de ocasiones o por virus herpes
saculaciones en la pared esofágica que represen- [14, 15]). Esta inflamación provocaría la obstruc-
tan la dilatación de los conductos excretores de ción distal de los conductos excretores de las
las glándulas submucosas del esófago [4, 5]. Se glándulas, debido al depósito de material infla-
presenta de forma más frecuente en varones y en matorio, moco o epitelio descamado, el cual in-
personas de raza negra [6]. Existen dos picos de duciría retrógradamente la dilatación de los duc-
incidencia de aparición por edades: por un lado, tos [4-6, 16]. Además, la esofagitis crónica puede
la infancia –se ha considerado su origen congéni- determinar la aparición de fibrosis periductal, con
to– y, por otro, la edad adulta entre la quinta y posterior obliteración de los conductos excreto-
séptima décadas de la vida [7, 8]. En una revisión res de las glándulas esofágicas [17].
de 14.350 pacientes a los que se realizó un eso- La presencia de trastornos motores esofági-
fagograma baritado, se observó que esta patolo- cos ha sido demostrada en un número no des-
gía se presentaba en el 0,15% de los individuos preciable de estos pacientes. La coexistencia de
[6, 9]. diabetes mellitus o la ingesta crónica de alcohol
La PEI suele asociarse a otras entidades, pueden colaborar en la aparición de las alteracio-
como el reflujo gastroesofágico (19% de los nes de la motilidad [14], de tal manera que el
casos), diabetes mellitus (21%), esofagitis infec- aumento de la presión intraluminal esofágica
ciosas (candidiásicas o herpéticas), alcoholismo (secundaria al trastorno motor) puede inducir la
crónico y cirrosis hepática [10, 11]. Sabanatham aparición de pseudodivertículos sobre una muco-
et al. [12] observaron que existe una mayor inci- sa inflamada crónicamente [11].
dencia de trastornos motores esofágicos en
estos pacientes (en una serie de 97 individuos, CLÍNICA
hasta el 30% de ellos los presentaban) [12], des-
tacando la acalasia, el espasmo esofágico difuso, El síntoma más frecuente es la aparición de
la presencia de ondas terciarias, aperistalsis o disfagia, que ocurre en el 75-100% de los
trastornos inespecíficos de la motilidad [6, 11, pacientes) [18, 19] y, generalmente, es para sóli-
12]. También se ha asociado a la existencia de dos y de presentación constante, intermitente o
carcinoma esofágico, pero dicha coexistencia es progresiva. Cabe destacar que este síntoma es
muy infrecuente [11], al igual que con la ingestión de curso crónico y, sin embargo, no se suele
de cáusticos, tuberculosis o la granulomatosis de acompañar de síndrome constitucional. La pre-
Wegener [6]. Recientemente se ha publicado sencia de disfagia se puede explicar por la exis-
también un caso de esofagitis eosinofílica aso- tencia de los ya referidos trastornos motores,
ciado a PEI [13]. pero aun de forma más importante por la de
Fotocopiar sin autorización es un delito

estenosis esofágicas, que están presentes en el


ETIOPATOGENIA 70-90% de estos pacientes [7, 9, 19]. Se locali-
zan preferentemente en el tercio esofágico supe-
La aparición de los pseudodivertículos en el rior y su aparición viene determinada por la
esófago viene determinada por la dilatación de manifestación de esofagitis por reflujo o infec-
los conductos excretores de las glándulas sub- ciosa y/o por los fenómenos fibróticos que la
mucosas de la pared del esófago, como descri- acompañan [7, 9, 12, 19].
bieron Wightman et al. [5]. Sin embargo, no exis- La odinofagia también puede aparecer en el
te unanimidad a la hora de explicar el origen de la curso de una PEI y suele deberse a una sobrein-
dilatación de las glándulas submucosas, aunque fección por Candida sp o herpes, que general-
parece que podría determinar su aparición la mente se ven favorecidas por la presencia de dia-
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com
40 Disfagia de larga evolución en paciente diabético

betes mellitus de base, el abuso del alcohol o los TRATAMIENTO


trastornos motores. También puede existir clínica
de reflujo gastroesofágico, ya que en el 20-30% El tratamiento de la PEI debe estar encamina-
de los esofagogramas realizados se puede do a controlar las patologías subyacentes y la sin-
encontrar asociada una hernia del hiato [17]. Se tomatología asociada, de tal manera que en los
han documentado de forma esporádica casos de pacientes diabéticos se aconseja un control glucé-
hemorragia digestiva alta secundaria a laceracio- mico adecuado o la abstinencia alcohólica en
nes de Mallory-Weiss y por varices esofágicas pacientes con hábito enólico. En los casos en que
[14, 20], e incluso complicaciones como medias- exista disfagia con estenosis orgánicas asociadas
tinitis y aparición de fístulas secundarias a perfo- se realizarán dilataciones mecánicas por vía
raciones esofágicas [21, 22]. endoscópica, que han demostrado mejoría sinto-
mática en el 96% de los casos e incluso pueden
DIAGNÓSTICO reducir el número y el tamaño de los pseudodiver-
tículos [6, 7, 19]. Si hay trastorno motor asociado
La técnica de elección para demostrar la pre- con hipercontractilidad, se puede intentar terapia
sencia de saculaciones (pseudodivertículos) que farmacológica (nifedipino, metoclopramida) [24]. El
comunican con la luz esofágica es el esofagogra- reflujo gastroesofágico será tratado con inhibido-
ma con contraste simple (bario) [6]. El diámetro res de la bomba de protones; es tan frecuente su
de estas formaciones suele ser de 2-3 mm y su asociación con la PEI que incluso hay autores que
distribución puede ser segmentaria en el esófago recomiendan el tratamiento empírico con estos fár-
(59%, aproximadamente, de los pacientes) o macos, aunque no haya datos endoscópicos que
difusa (41%) [10]. El estudio baritado también sugieran su presencia [6, 14]. La existencia de
pone de manifiesto la existencia de estenosis sobreinfección por Candida sp o por virus del
esofágicas, que suelen localizarse sobre todo en grupo herpes, demostrada con toma de biopsias,
el tercio superior. será indicación de tratamiento con antimicóticos o
La endoscopia convencional es menos sensi- antivirales para la mejoría sintomática de los
ble para detectar la presencia de pseudodivertí- pacientes [14]. La cirugía quedaría reservada para
culos pero, sin embargo, permite diagnosticar individuos que presenten reflujo gastroesofágico
otras patologías que se asocian a la PEI, como la rebelde al tratamiento médico o en los casos de
presencia de esofagitis infecciosa (con toma de complicaciones tipo perforación esofágica o he-
biopsias) o por reflujo, u otras menos frecuentes, morragias digestivas que no responden a la terapia
como la esofagitis eosinofílica o las neoplasias endoscópica o a la radiología intervencionista [20].
esofágicas. Por otro lado, la endoscopia oral
aporta la vertiente terapéutica para la dilatación
de las estenosis o el tratamiento de hemorragias BIBLIOGRAFÍA
digestivas relacionadas con la PEI [6]. El endos-
copio de visión lateral incrementa la sensibilidad
1. Lubarsch O. Arbeit der pathologisch-anatomischen.
para visualizar los pseudodivertículos [23]. Abteilung der Leöniglichen Instituts Posen. 1901.
La manometría esofágica tiene utilidad en los 2. Landois F. Über multiple Zysten des oesophagus. Dtsch Z
pacientes con PEI que presentan disfagia sin Chir. 1908;94:600-2.
Fotocopiar sin autorización es un delito

estenosis esofágicas marcadas que la justifiquen, 3. Mendl K, Mc Kay JM, Tanner CH. Intramural diverticulosis
ya que esta entidad se ha relacionado con diver- of the oesofhagus and Rokitansky-Aschoff sinuses in the gall
sos trastornos motores esofágicos (acalasia, bladder. Br J Radiol. 1960;33:496-501.
espasmo esofágico difuso, aperistalsis, etc.) [6]. 4. Umlas J, Sakhuja R. The pathology of esophageal intra-
La pHmetría de 24 horas puede ser necesaria mural pseudodiverticulosis. Am J Clin Pathol. 1976;65:314-20.
5. Wightman AJA, Wright EA. Intramural oesophageal diver-
para confirmar la presencia de reflujo gastroeso-
ticulosis: a correlation of radiological and pathological fin-
fágico en los pacientes que refieran síntomas
dings. Br J Radiol. 1974;47:496-8.
pero que, en la endoscopia, no presenten datos 6. De Vault KR, Cernigliaro JG. Esophageal intramural pseu-
de esofagitis [6]. dodiverticulosis. Curr Treat Options Gastroenterol. 2003;6:71-3.
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com
J. M.ª Riesco López, J. Á. González Martín y V. F. Moreira Vicente 41

7. Cho SR, Sanders MM, Turner MA, Liu CI, Kipreos BE. Eso- 18. Stephens W, Mossman A, Ratcliffe JF, Gould DA, Oleesky
phagel intramural pseudodiverticulosis. Gastrointest Radiol. S. Intramural pseudodiverticulosis, an unusual cause of
1981;6:9-16. benign oesophageal stricture. Postgrad Med J. 1986;62:201-
8. Peters ME, Crummy AB, Wojtowycz MM, Toussaint JB. Intra- 4.
mural esophageal pseudodiverticulosis: a report in a child 19. Brühlmann WF, Zollikofer CL, Maranta E, Hefti ML, Bivetti J,
with a 16 year follow up. Pediat Radiol. 1983;13:229-30. Giger M, et al. Intramural pseudodiverticulosis of the eso-
9. Levine MS. Oesophageal intramural pseudodiverticulosis: phagus: report of seven cases and literature review. Gas-
a reevaluation. AJR Am J Roengenol. 1986;147:1165-70. trointest Radiol. 1981;6:199-208.
10. Lammer J, BiffiH. Esophageal intramural pseudodiverticu- 20. Yamamoto N, Nakamura M, Tachibana S, Konno H,
losis. Radiologe. 1979;19:445. Nakamura S, Nishino N. Esophageal intramural psudodiverti-
11. Koyama S, Watanabe M, Iijima T. Esophageal intramural culosis with Mallory-Weiss sindrome: report of a case. Surg
pseudodiverticulosis (diffuse type). J Gastroenterol. 2002;37: Today. 2002;32:519- 522.
644-8. 21. Rahlf G. Intramural esophageal diverticulosis. Acta
12. Sabanatham S, Salama FD, Morgan WE. Oesophageal Hepatogastroenterol. 1977;24:1110-5.
intramural pseudodiverticulosis. Thorax. 1985;40:849-57. 22. Abrms LJ. Esophageal peridiverticulitis: an inusual com-
13. Engel MA, Raithel M, Amann K, Greeb H, Hahn E, Kontu- plication of esophageal intramural pseudodiverticulosis. Eur
rek PC. Rare coincidence of eosinophilic esophagitis with J Radiol. 1995;19:139-41.
esophageal stenosis and intramural pseudodiverticulosis. 23. Van der Putten ABMM. Esophageal intramural pseudodi-
Dig Liv Dis. 2007, Jul 19. verticulosis. Dis Esophagus. 1977;10:61-3.
14. Hahne M, Schilling D, Arnold JC, Riemann JF. Esophage- 24. Schoenemann B, Schlag P, Martin M, Merkle P. Differen-
al intramural pseudodiverticulosis. Review of symptoms inclu- tial diagnosis of dysphagia intramural pseudodiverticulosis of
ding upper gastrointestinal bleeding. J Clin Gastroenterol. the esophagus. Chirurgie. 1991;62:825-8.
2001;33:378-82.
15. Beauchamp JM, Nice CM, Belanger MA, Neitzschman Nota del editor: otras citas de interés
HR. Esophageal intramural pseudodiverticulosis. Radiology.
Brenke D, Wanzar I, Will U. Esophageal intramural pseudodi-
1974;113:273-6.
verticulosis with symptomatic stricture: mediastinitis and
16. Hammon JW, Rice RP, Postlethwait RW, Young WG Jr. Eso-
papillomatosis as a complication of endoscopic interven-
phageal intramural pseudodiverticulosis. Ann Thorac Surg.
tion. Endoscopy. 2006;38:764.
1974;17:260-7.
Wang E, Tang A, Venkatesh S, So J. Intramural tracking in eso-
17. Castillo S, Aburashed A, Kimmelman J, Alexander LC. Dif-
phageal pseudodiverticulosis. Endoscopy. 2007,Oct 24
fuse intramural pseudodiverticulosis. New cases and review.
(Epub ahead of print).
Gastroenterology. 1977;72:541-5.
Fotocopiar sin autorización es un delito

También podría gustarte