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C A P Í T U L O 2 1

VARÓN DE 41 AÑOS VHB


POSITIVO CON ASCITIS
DE RECIENTE APARICIÓN

CASO CLÍNICO

Varón de 41 años con historia de hepatopatía crónica por VHB


diagnosticada 10 años antes en un cribado del banco de sangre
como rutina previa a una donación sanguínea, pero sin seguimiento
médico desde entonces.
Acudió a urgencias por un cuadro de instauración progresiva de
15 días consistente en aumento del perímetro abdominal, edemas en
miembros inferiores y disminución de la diuresis. No refería dolor
abdominal ni fiebre acompañante.
En la exploración tan sólo destacaba ictericia conjuntival y abdo-
men con ascitis a tensión, que impedía explorar masas y megalias;
los miembros inferiores mostraban edemas hasta las rodillas.
En la analítica se observaba: Hb 11g/dl; VCM 90 fl; leucocitos
4,8 ⫻ 103/µl; plaquetas 100 ⫻ 103/µl con alteración de la hemostasia
(actividad de protrombina 62 %); alfafetoproteína 6,8. El perfil hepá-
tico presentaba BT 1,3 mg/dl, GOT 46 U/l, GPT 42 U/l, GGT 65 U/l
y FA de 456 U/l. El proteinograma mostraba Alb 52,2 %, ␣1 5,6 %,
ß 13,3 %, ␥ 20,4 %.
En urgencias se descartó peritonitis bacteriana espontánea
mediante paracentesis diagnóstica y fue ingresado al tratarse de una
M. VILLAFRUELA CIVES primera descompensación hidrópica. Se solicitó una ecografía abdo-
M. GARCÍA GONZÁLEZ minal, en la que se observaba un hígado de ecogenicidad irregular y
bordes nodulares, porta dilatada con abundante circulación colateral
pero sin lesiones ocupantes de espacio. Los resultados del estudio
virológico fueron los siguientes: HBsAg positivo, HBeAg negativo,
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HBeAc positivo, anti-HBc positivo, IgM-anti HBc pequeña (SHDAg) (fig. 1); esta última apoya la
negativo, anti-VHC negativo y VHD (anticuerpos multiplicación del virus en la célula, mientras que
frente al HDAg) positivo. El ingreso fue breve, por la primera la suprime, aunque es imprescindible
presentar el paciente buena respuesta a espiro- para el «embalaje» del virus en la célula [2].
nolactona 200 mg/día. La replicación se produce mediante la forma-
No precisó más ingresos por descompensa- ción de un ARN antigenómico complementario,
ción, pero el paciente evolucionó con mayores que sirve de plantilla para la formación de ARN
citopenias periféricas (plaquetas de hasta 40 ⫻ genómico nuevo. Su replicación es defectiva, ya
103/µl), con persistencia de la alteración de la que es incapaz de formar su propia proteína de
hemostasia y con algún episodio de ascitis leve cubierta por sí mismo [2, 3].
que se resolvió con ajuste del tratamiento diuréti- La replicación es, exclusivamente, en el híga-
co en las consultas externas. do. El virus puede replicar su genoma por sí
La alfafetoproteína se mantuvo en cifras nor- mismo en copias innumerables, pero sin la cola-
males y las ecografías de control no revelaron boración del VHB no es capaz de formar la cáp-
lesiones ocupantes de espacio hepáticas. En side que envuelve el virión. Para la formación de
octubre de 2004 se le admitió en la lista de tras- la envoltura es necesario el LHDAg y el HBsAg en
plante hepático. su región pre-S y S.
Hay tres genotipos distintos del virus con
muy diferente implicación clínica y geográfica [3]:
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
– Genotipo I: se distribuye principalmente en
Norteamérica, norte de África, Oriente Medio,
Cirrosis hepática delta. Italia y este de Asia. Con un amplio espectro
clínico, que incluye hepatitis fulminante.
• Genotipo IA: Asia
COMENTARIOS • Genotipo IB: Estados Unidos
– Genotipo II: es menos patogénico que el ante-
rior y se localiza principalmente en Taiwán y
HEPATITIS D Japón.
–Genotipo III: se aísla predominantemente en el
INTRODUCCIÓN norte de Sudamérica y se asocia a un curso clí-
nico fulminante [2].
El virus D fue descubierto en 1977 por Rizzet-
to y cols. en el núcleo de hepatocitos de mues- EPIDEMIOLOGÍA Y TRANSMISIÓN
tras de pacientes con hepatitis crónica B [1]. Es
un virus saprofito por naturaleza, es decir, que se La infección por VHD se distribuye geográfi-
beneficia del VHB para su subsistencia y, por lo camente por todo el mundo, aunque hay áreas
tanto, su distribución es paralela a éste, puesto con mayor frecuencia y, por lo tanto, considera-
que se aprovecha de sus propiedades para la das endémicas. Se admite que en el mundo hay
expansión y replicación en el huésped. unos 15 millones de infectados. Se ha estudiado,
debido a la relación del virus delta con el hepad-
VIROLOGÍA. ESTRUCTURA

El virus de la hepatitis D (VHD) es el virus con 5’ 3’


ácido ribonucleico (ARN) animal de menor tama-
ño que se encuentra en la naturaleza (1,7 Kb). Su
genoma es de cadena simple, circular y con dos Cubierta LHDAg SHDAg
regiones principales: la primera contiene una pro-
teína que facilita la formación de la cubierta y la HDAg
segunda es el antígeno HDAg. Este antígeno a su
vez posee dos formas, la grande (LHDAg) y la FIG. 1. Esquema del genoma del VHD.
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navirus B, la prevalencia de éste entre la pobla- nicamente y en estudios de biopsias, se ha


ción de portadores de HBsAg, y se ha estimado demostrado mayor actividad necroinflamatoria
que es del 5 %. en aquellos infectados por vía intravenosa que
Las áreas que se consideran endémicas por otras, como la transmisión sexual, probable-
incluyen Italia, este de Europa, cuenca del Ama- mente debido a la mayor frecuencia de coinfec-
zonas, Colombia, Venezuela, Asia occidental y ción en los primeros, no sólo de VHB sino tam-
algunas islas del Pacífico. Aunque, como ya se ha bién de VIH.
comentado, hay una tendencia genotípica de dis- La transmisión sexual es otro medio de trans-
tribución geográfica. misión, pero no tan relevante como en el VHB, en
Últimamente se ha observado una disminu- tanto que se ha observado que entre las parejas
ción de la tasa de infección y, por lo tanto, de la de los adictos a drogas por vía parenteral hay una
prevalencia del virus delta, probablemente debi- prevalencia del 33 % de infección.
do no sólo a la mejora en el cribado de HBsAg en La vía perinatal es muy rara y no se encuen-
los donantes, sino también por la extensión a tra evidencia de transmisión vertical en la pobla-
poblaciones de riesgo de la vacunación para el ción estadounidense [2].
virus B. De todos modos, se han observado
focos de rebrotes epidémicos en 1999 en Sama- CLÍNICA
ra (Rusia), o en la isla de Okinawa (Japón), en el
Norte de la India y en Albania [4]. Infección aguda
Raramente se observan en la actualidad for-
mas floridas y sistémicas de la hepatitis delta; en Hay tres formas de contagio: por coinfección
cambio, es mucho más frecuente la presencia de (infección simultánea en el tiempo de ambos
cirrosis. virus delta y el VHB), por sobreinfección (en
La hepatitis crónica delta es la forma más pacientes portadores previos del HBsAg), y una
grave y rápidamente progresiva de las hepatitis tercera, descrita tras el estudio en pacientes con
crónicas virales; conduce a cirrosis en el 80 % de trasplante hepático, por infección latente (se
los casos en 5-10 años y en el 15 % en 1-2 años identifica en el injerto antes del inicio de la repli-
desde el comienzo de la hepatitis aguda. Una vez cación del VHB).
establecida la cirrosis delta puede ser una enfer-
medad duradera por muchos años, pero el riesgo – Coinfección: se caracteriza por un curso de
de mortalidad y de aparición de hepatocarcinoma hipertransaminasemia bifásico en el tiempo. La
es 2-3 veces mayor que en la cirrosis VHB positi- curación es la regla, y tan sólo el 2 % devienen
vo. De todos modos, el espectro clínico de la crónicas, pero el índice de hepatitis fulminante
hepatitis crónica delta varía ampliamente depen- en el momento del diagnóstico es mayor que
diendo de factores medioambientales no bien en la infección aguda por VHB sola [3]. En la
definidos, virales y del propio huésped [4]. Así, en coinfección, el IgM anti HBc es positivo.
un seguimiento de 222 meses de 268 pacientes – Sobreinfección: al contrario que en el caso
con hepatitis crónica delta recientemente publi- anterior, la progresión a cronicidad es la habi-
cado, se ha encontrado una tasa de hepatocarci- tual (hasta 90 %) y la tasa de hepatitis fulmi-
noma del 15 %, de descompensación del 16 % y nante es aún mayor. Se suele manifestar como
de trasplante del 7 % [5]. un rebrote de hepatonecrosis o de actividad en
Los modos de transmisión observados son una hepatopatía crónica VHB, o como manifes-
similares a los descritos para otros virus, como el tación primera en un portador asintomático, en
VHB o VIH, es decir, predomina la vía parenteral este caso puede confundirse con una hepatitis
(las vías de transmisión son las mismas que las aguda B, distinguiéndose de esta última por
del VHB). También existen diferencias entre áreas una IgM-anti HBc negativa. La IgM anti-VHD no
endémicas, donde la principal transmisión es es útil para distinguir coinfección de sobrein-
parenteral inaparente, mientras que en áreas de fección.
menor prevalencia el foco fundamental es las – Latente: el VHD es capaz de infectar el injerto
drogas por vía parenteral y antiguamente los aunque exista una baja replicación de VHB,
usuarios de hemoderivados. Además, incluso clí- permaneciendo asintomático en todo momen-
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to, y sin iniciar realmente clínica si no aumenta jos con los anticuerpos correspondientes. Se
la replicación del virus B. utiliza tan sólo en investigación.
– En tejido: es el método de referencia del diag-
Infección crónica nóstico de la infección. Sin embargo, la sensi-
bilidad de la detección va disminuyendo con el
Las manifestaciones clínicas en este caso tiempo y, a los 10 años de la infección, tan sólo
son indistinguibles de cualquier hepatitis crónica, se tiñe el antígeno en tejido hepático en el 50 %
luego es importante un alto grado de sospecha de las muestras.
clínica. Puede ser asintomática o presentar sínto-
mas sistémicos, como astenia, anorexia y males- Carga viral, o detección del ARN del VHD
tar en hipocondrio derecho o presentarse con las por PCR
complicaciones de una cirrosis [4]. Se debe tener
presente esta infección en caso de hepatitis cró- En fase aguda es positiva en un 90 % y en la
nicas anti Hbe-positivo, o en presencia de reagu- crónica en un 60-75 %. La PCR tiene una sensi-
dizaciones súbitas de hepatopatías crónicas B bilidad de hasta 10 copias. No sólo es la prueba
conocidas que hasta entonces estaban estables, más sensible para el diagnóstico de infección
o también en evoluciones precoces de la enfer- delta, sino que sirve para monitorizar la eficacia
medad con establecimiento de cirrosis en pocos del tratamiento antiviral [4].
años tras la infección.
Muchos pacientes son anti-e positivos y Detección de anticuerpos VHD
debido a que el VHD inhibe la replicación del
VHB, el ADN-VHB es negativo o presenta bajos – La IgM anti-VHD en el caso de hepatitis crónica
niveles en la PCR. La hepatitis crónica delta se se presenta en forma monomérica, a diferencia
puede asociar a manifestaciones autoinmunes de las formas pentaméricas observadas en la
(13 % tienen anti-LKM tipo 3) [4]. aguda. La disminución de su título predice la
resolución de la enfermedad y su persistencia
ANATOMÍA PATOLÓGICA se asocia con enfermedad crónica activa.
– En cuanto a la IgG, un título mayor de 1:1.000
En la infección aguda se observa en el se correlaciona significativamente con la repli-
microscopio esteatosis microvesicular y necrosis cación en las formas crónicas.
granular eosinofílica.
En la infección crónica, sin embargo, no hay El diagnóstico en la hepatitis crónica delta se
hallazgos específicos, tan sólo se observa activi- basa habitualmente en el descubrimiento del
dad necroinflamatoria grave y la acumulación de HDAg en el hígado y en la presencia de anticuer-
viriones en el núcleo. pos en suero (anti-VHD)
A diferencia del VHB, la hepatitis se manifies-
ta como un efecto citopático directo sin necesi- Estudio virológico de los anticuerpos
dad de mediación de células proinflamatorias que
en su respuesta dañen la célula [3]. Es un diagnóstico indirecto que permite dis-
tinguir en el caso de una coinfección anticuerpos
DIAGNÓSTICO IgM anti-HDV y ARN-VHD junto con IgM anti-
HBc, mientras que en pacientes con sobreinfec-
Existen distintas herramientas analíticas para ción, los marcadores virales delta están presen-
el diagnóstico de la infección y su comporta- tes en ausencia del IgM anti-HBc. Los anti-HD se
miento, aparte de las sospechas clínicas ya men- detectan si la infección se perpetúa y dan un títu-
cionadas [2, 3]. lo proporcional a la gravedad clínica [2, 3].

Detección del antígeno VHD PROFILAXIS

– En sangre: su presencia es transitoria e, inclu- La vacunación contra el virus de la hepati-


so, en fase aguda es indetectable, debido a tis B, debido a la relación saprofita del VHD con
que se encuentra implicado en inmunocomple- éste, protege ampliamente contra la primoinfec-
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ción o la coinfección por este virus. El problema Farci y cols. [7] emplearon dosis aún mayores
llega con la sobreinfección, pues ya existe el de interferón, dada la mala respuesta encontrada
HBsAg que precisa el virus delta, por lo que la en estudios anteriores con dosis intermedias.
profilaxis primaria tiene que ir dirigida a la salud Incluyeron a 42 pacientes, y los dividieron en tres
pública, es decir, insistir en el uso de preservati- grupos aleatorizados, que recibieron: uno la dosis
vos y en el programa de cambio de jeringuillas en estándar de 3 millones de UI 3 veces por sema-
los ADVP. Por lo tanto, hoy en día, con la exten- na, durante 48 semanas; otro grupo, dosis de
sión de la vacunación B generalizada entre los 9 millones de UI, y el tercero, placebo. Fueron
niños y adolescentes, y las medidas higiénicas controlados durante 12 meses, determinando
generales que todo el mundo intenta tomar con- respuesta bioquímica (normalización de trans-
tra el VIH, la prevalencia del VHD en la población aminasas) y virológica (descenso de ARN del
está disminuyendo progresivamente. virus) a los 6 meses y al año de tratamiento. El
grupo de pacientes aleatorizados que tuvo la
TRATAMIENTO mayor tasa de respuesta, tanto a los 6 como a los
12 meses, fue el que recibió 9 millones de UI. A
Dado que hay dos cursos clínicos diferencia- los 6 meses se normalizaron las transaminasas y
dos en la hepatitis delta (el agudo y el crónico), disminuyó la replicación en el 50 % de los
también hay dos opciones de tratamiento en pacientes tratados con 9 millones de UI, en el
dependencia con la evolución de la infección en 29 % de los tratados con 3 millones y en el 21 %
el paciente. del grupo placebo.
A los 12 meses, la efectividad se hizo más
Infección aguda evidente en el grupo que recibió los 9 millones de
UI, en el que el 71% de los pacientes obtuvo res-
El tratamiento es conservador, meramente puesta virológica, frente al 8 % de los pacientes
sintomático, y no está demostrada la utilidad de que recibieron 3 millones; los que no fueron tra-
la prescripción antiviral en estos casos. tados (placebo), no presentaron respuesta (0 %).
La respuesta bioquímica se correlacionó con
Infección crónica una mejora histológica, con disminución incluso
en ocasiones de la fibrosis, mientras los efectos
Interferón sobre el ARN-VHD fueron limitados. Los resulta-
dos de varios estudios confirman a corto plazo
Es el único fármaco estudiado en un contex- que el aclaramiento del ARN-VHB ocurre en
to aleatorizado y controlado. Se ha observado menos del 10 % de los pacientes tratados, y
una mejoría tras el tratamiento, tanto en paráme- éstos pueden finalmente eliminar el HbsAg [2].
tros bioquímicos como histológicos, aunque tran- Posteriormente han surgido más estudios
sitoria, con una frecuencia de recidiva muy alta evaluando la capacidad terapéutica del interfe-
tras el cese del tratamiento. Por ello, se iniciaron rón, como los de Farci y cols. en 2000 [8] y en
más estudios para evaluar la acción de este fár- 2004 [9]. Su primer trabajo [8] es el de mayor
maco en otras condiciones, es decir, a mayor seguimiento hasta entonces publicado, de 36 pa-
dosis y durante más tiempo, con el fin de prolon- cientes durante 14 años. Comprobaron que, de
gar el efecto beneficioso que hasta el momento los que respondieron positivamente al final del
había sido transitorio. primer año de tratamiento, el 50 % mantenía esa
Comenzando por los más antiguos, el descri- respuesta virológica a los 14 años, certificando
to por Rosina y cols. [6] es el mayor estudio mul- mediante biopsias la regresión de la fibrosis en
ticéntrico realizado hasta la fecha, con 61 pacien- las muestras de los respondedores.
tes. La dosis hasta entonces prescrita se aumentó En el segundo estudio [9] valoró también la
a 5 millones de UI cada 3 días, durante 4 meses; supervivencia de los pacientes que habían sido
posteriormente, durante 8 meses más, conti- aleatorizados a un tratamiento con 3 o 9 MU de
nuaron con las dosis habituales de 3 millones de interferón durante 48 semanas, o a no recibir nin-
UI cada 3 días. El índice de recurrencia tras gún tratamiento. Encontraron que la superviven-
la disminución de la dosis fue muy importarte cia era significativamente mayor en el grupo que
(87 %). recibió 9 MU que en los controles (p = 0,003) o
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que en los tratados con 3 millones (p = 0,019); sin tenida (ARN negativo en la semana 120), aunque
embargo, esta diferencia no existía entre los que la respuesta histológica se consiguió en un 26 %,
recibieron 3 millones y los no tratados. por lo que concluyen que, aunque la lamivudina
Posteriormente, y tras 15 años de seguimien- descienda la replicación del VHB, la viremia del
to, se mantenía una normalización bioquímica en VHD no se ve afectada [16].
7 de los 12 pacientes tratados con 9 millones de La terapia combinada de interferón y lamivu-
unidades de interferón, en 2 de los 4 tratados con dina ha dado resultados contradictorios; hasta
3 millones y en ninguno de los controles. recientemente, y debido a un estudio publicado
Por ahora, los estudios publicados avalan un en la década de 1990, se ha considerado poco
tratamiento durante 12 meses, pero aún no se ha efectiva [17], pero Canbakan y cols. han encon-
determinado la duración ideal de éste, sobre todo trado resultados esperanzadores con este trata-
con el objetivo de erradicar el virus y evitar con miento. Describen a 26 pacientes aleatorizados a
ello las recurrencias. De lo único que se tiene cer- recibir interferón (10 MU 3 veces por semana) o la
teza es de que la negatividad del HbsAg permite terapia combinada (más lamivudina 100 mg/día);
la suspensión del tratamiento con seguridad. al terminar el tratamiento (48 semanas), la res-
Tampoco se ha analizado cuando suspenderlo en puesta virológica (negativización del ARN del virus
el caso de los no respondedores. D), fue del 64,3 % en el grupo de terapia combi-
Otros factores importantes, que requerirán nada y del 41,6 % en el de interferón con diferen-
más estudios, son los factores predictores de cia significativa (p = 0,024); además, encontraron
respuesta al tratamiento, de los que sólo se ha mejoría histológica en el grupo combinado. Así
comentado que una evolución recortada de la pues, parece ser un nuevo tratamiento esperanza-
enfermedad favorecería la respuesta a interferón. dor para la hepatitis crónica delta [18].
Con los datos que existen actualmente, el
Otras alternativas mejor régimen terapéutico para la hepatitis cróni-
ca delta es el interferón alfa en altas dosis (9-
Se han buscado nuevas alternativas al trata- 10 MU 3 veces por semana o 5 MU diarias)
miento habitual, sobre todo para el caso de los durante al menos 1 año [4] En los respondedores,
no respondedores [10, 11], como la propugnada el tratamiento con interferón se continuará mien-
por Bordier y cols., los cuales encontraron en tras sea posible, hasta que el ARN del VHD y el
modelos animales una eficacia antiviral en los HBsAG sean negativos, siempre con control
inhibidores de la prenilación (la modificación de la médico para valorar la tolerancia y la detección
cubierta lipídica necesaria para construir un virión precoz de complicaciones. De todas formas,
inefectivo) [12]. habrá que esperar a que se confirmen los resul-
Se ha intentado el tratamiento con aciclovir tados de Canbakan para considerar el tratamien-
[13] y ribavirina [14] sin demasiado éxito. También to combinado como el de elección. Mientras
un estudio utilizó famciclovir [15], con el que tra- tanto, el interferón en altas dosis se le debería
taron a 15 pacientes durante 6 meses (500 mg/ ofrecer a todos los pacientes con hepatitis cróni-
8 horas), y comprobó que no había ninguna mejo- ca delta compensada, aunque hay que recordar
ra bioquímica, virológica o histológica al final del que no parece tener efecto en niños.
tratamiento. Similares resultados se tuvieron en
5 pacientes cirróticos VHD tratados durante Trasplante
12 meses con 100 mg diarios del fármaco, obser-
vándose que, aunque los niveles de ADN de vi- Cuando ya no existe tratamiento efectivo, el
rus B disminuyeron rápidamente, el ARN del vi- avance de la enfermedad es incontrolable, el
rus D, la bioquímica y la histología permanecieron paciente comienza con las descompensaciones
inalterables. propias de un cirrótico, es el momento de valorar
El estudio más reciente respecto a terapias el trasplante, como en cualquier hepatopatía cró-
alternativas se ha hecho con lamivudina: a 31 nica vírica [19]. Con sorpresa, se ha observado
pacientes se les trató con 100 mg de lamivudina que la infección por VHD protege a estos pacien-
durante 52 semanas y 16 de seguimiento; tan tes con transplante de la reinfección por VHB.
sólo consiguieron un 8 % de respuesta viral sos- Así, la tasa de reinfección por VHB tras el trans-
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plante en una hepatopatía crónica B es del 67 %, 11. Taylor JM. Therapy for HDV. Hepatology 2003; 38: 1581-
mientras que en la hepatopatía crónica D es del 1582.
32 % [20] y, por lo tanto, la supervivencia también 12. Bordier BB, Ohkanda J, Liu P, y cols. In vivo antiviral effi-
cacy of prenylation inhibitors against hepatitis delta virus.
es mayor (88 % frente a 44 % a los 3 años).
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