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Introducción
En general, no existen demasiados estudios so- hombre, con tendencia a utilizar estrategias
bre psicoterapia y género y, además, los que se más activas que la mujer (Nolen-Hoeksema,
han publicado presentan importantes limita- 1987), o por su más frecuente hábito de mini-
ciones metodológicas, ya que, aparte del sexo, mizar los síntomas psicológicos (Angst y
pueden ser múltiples los factores que inducen Dobler-Mikola, 1985). La única excepción sería
las diferencias en el pronóstico. A partir de la la franja de edad infantil y adolescente, en la
bibliografía se puede concluir que el varón res- que independientemente del tipo de psicotera-
ponde mejor a la psicoterapia en general, sobre pia que se utilice, el pronóstico suele ser mejor
todo en el tratamiento de la depresión (Frank y en mujeres que en hombres, probablemente
cols., 1988). Se cree que los principales facto- por la mayor hostilidad y rebeldía de éstos
res podrían ser el estilo de afrontamiento del (Weisz y cols., 1995).
cepto en los pacientes con depresión más de género en los resultados a medio-largo
grave (que presentan una puntuación en el plazo entre hombres y mujeres, aunque se
test de Hamilton de 17 ítems > 20), en los piensa que los mecanismos terapéuticos po-
que el pronóstico es mejor en varones. drían ser diferentes en cada género
Seguramente, las razones son las descritas (Schreiber-Willnow y Seidler, 2002).
anteriormente: estilo de afrontamiento y mi-
nimización de síntomas. Por otro lado, un aspecto importante y diferen-
— En la terapia familiar, sobre todo en la esqui- cial de la psicoterapia en el género femenino,
zofrenia, tampoco parecen existir diferencias sobre todo la de tipo dinámico-interpretativo, es
respecto a la eficacia entre ambos sexos. Sin que debe contemplar los aspectos sociocultura-
embargo, este tipo de tratamiento parece ser les específicos de género. Esto implica que la
mucho mejor valorado por las mujeres que psicoterapia debe analizar su rol social integran-
por los varones. do valores específicamente feministas y abor-
— En las terapias corporales, pese a la idea tra- dando el triple rol al que esta sociedad obliga a
dicional de que son más efectivas en las mu- muchas mujeres a desempeñar (madre, esposa y
jeres porque presentan una actitud más favo- trabajadora) y que produce una intensa aliena-
rable y una mayor aceptación del cuerpo, los ción, con enorme incremento de la psicopatolo-
estudios demuestran que no hay diferencias gía (Zerbe, 1996).
Conclusión
No hay suficientes estudios sobre la influencia de investigación presenta bastante complejidad.
del género en la eficacia de la psicoterapia, y los No obstante, hemos intentado resumir los datos
que hay no suelen presentar la suficiente calidad disponibles sobre el tema, aunque a veces sean
metodológica porque el diseño de estos trabajos contradictorios.