SOMOS LIBRES

¿SOMOS CIUDADANOS?
CIUDADANOS?

Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el

189 aniversario de la independencia del Perú.
 SOMOS LIBRES
¿SOMOS CIUDADANOS?
CIUDADANOS?
Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

Publicación editada por el Partido Político Constructores Perú

Concepto, diagramación y diseño

Moisés Benites Barrón

Fotografía de portada
Izamiento de bandera en el centro poblado de Shiringayoc,
Madre de Dios, cerca a la frontera con Bolivia - Moisés Benites.

Primera Edición
Lima - Julio 2010

Partido Constructores Perú

Web: www.constructores.org

Lima - Perú
SOMOS LIBRES
¿SOMOS CIUDADANOS?
 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

C O N T E N I D O

Presentación 5
Prólogo 7
¿Somos Libres? - Juan Manuel Sosa Sacio 8
El liderazgo social: Más allá de estereotipos y discursos - Carlos Rivera 10
Cuando miramos con los oídos y oímos con los ojos - Yosely Osorio 12
Momentos Patrios - Marco Aurelio Lozano 14
¿El Perú será un país digital? - Enrique Durand Villalobos 16
República: utopía y realidades - Ramiro Vargas Córdova 18
El acceso a los servicios: un derecho vital del ciudadano - Ricardo Alejos 20

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SOMOS LIBRES
¿SOMOS CIUDADANOS?

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

P R E S E N T A C I Ó N

Constructores Perú es un partido político que nace con el siglo (2002). Un siglo que le
plantea al mundo y a nuestro país nuevos retos, y que le exige a la política liderazgos
transparentes, principistas y coherentes para dirigir un país rico y diverso, así como
respuestas a los problemas centrales del país: la pobreza, la exclusión, la corrupción, la
indiferencia, el escepticismo.

Somos parte de esa generación que se asume como una nueva alternativa política para el
Perú. No somos resultado de la improvisación ni de la coyuntura electoral, y nos oponemos
al ejercicio político de caudillos, aventureros y oportunistas. Contamos con una propuesta
ideológica, desde el Perú y para sus ciudadanos, empezando por aquellos históricamente
excluidos, opción que inspira nuestra acción política. Somos un partido transformador, con
actitud ética y mirada de largo plazo. Estas son afirmaciones densas, pero sin duda es
igualmente denso el compromiso que el país requiere.

En suma, constituimos una alternativa política para construir un nuevo Perú, resultado del
esfuerzo constante y tesonero de ciudadanos y ciudadanas comprometidos verdaderamente
con su país y con su entorno, dispuestos a dar lo mejor de sí para levantar el edificio de una
nueva comunidad política, emprendiendo las profundas transformaciones que el país
requiere.

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SOMOS LIBRES
¿SOMOS CIUDADANOS?

Patricia Correa Arangoitia

Presidenta del Partido Político Constructores Perú

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

P R Ó L O G O

La independencia del Perú fue el gran hito de nuestro nacimiento como República y, a la vez, el gran reto de
todos los peruanos y peruanas por construir un país de ciudadanía plena. 189 años después de dicha proclama,
los peruanos y peruanas no hemos renunciado a esa posibilidad: estamos decididos a seguir librando esa
batalla. Por ello, la razón de ser de nuestro partido es que el Perú sea una República de ciudadanos plenos.

Reconocer la ciudadanía plena requiere entender al Perú a partir de cada peruano, que hace la carne y el
espíritu de nuestro país. De esta forma, concebimos a nuestra patria como un espacio en que día a día se recrea
nuestra forma de ser peruanos; que nos hace sentir orgullosos de lo que hemos heredado y, sobre todo, de lo
que hacemos y podemos hacer cotidianamente. Así, la esperanza constructora solo puede ser cabalmente
desde el sentir y quehacer de los ciudadanos y ciudadanas trabajadores y generadores de la riqueza nacional,
así como de aquellos quienes no tienen voz y más esperan de nosotros.

Con lo anotado, a través de este espacio de celebración y reflexión Constructores Perú expone su sentir y
compromete sus fuerzas en hacer posible que todos los peruanos en verdad “seamos libres”; que los liderazgos
políticos reflejen liderazgos ciudadanos; que nuestra utopías de felicidad sean realizables en tanto proyectos
personales y colectivos; que nuestro, de cara a la modernidad, se reafirme en su identidad y conecte con el
mundo; que termine por fin el yugo de la irracionalidad racista que discrimina y que nos hace tolerantes a la
pobreza y la exclusión; que venzamos, de una vez por todas, el entusiasmo irresponsable y el escepticismo
derrotista que persiste en nuestro país.

Es momento, pues, de celebrarle a nuestra patria y de afirmar a la política como nuestro más noble
instrumento. Valgan estas páginas para ello.

Patricia Correa Arangoitia

Presidenta del Partido Político Constructores Perú

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SOMOS LIBRES
¿SOMOS CIUDADANOS?

¿Somos libres?
Juan Manuel Sosa Sacio
Coordinador Nacional de Ideología
de Constructores Perú

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

Desde este momento –exclamó iluso o esperanzado Don José de San Martín– el Perú es libre e independiente. Poco
tiempo después Rosa Merino nos cantaba que, en efecto, somos libres. Okey. Nos estábamos liberando de España.
No obstante, visto en perspectiva, ¿en verdad somos libres? El himno nacional nos propone que lo seamos
siempre. Para nosotros es claro que la gran mayoría de peruanos no lo somos en verdad y nunca lo fuimos.
No somos libres para decidir nuestros destinos personales. Millones de peruanos viven en condiciones de pobreza
o extrema pobreza. Tú, ¿serías libre viviendo con tres soles diariamente, contando todos tus gastos? ¿Podrías
decidir cuestiones tan básicas como qué comes, cuánta agua tomarás, si estudiarás o con quién estarás? Desde
luego, esto fue peor al inicio de la república, pese a que “la promesa republicana” era para todos.
Los peruanos tampoco hemos sido libres colectivamente. Nuestro país ha estado a merced de unas pocas manos,
haciendo que el Estado vele principalmente por sus intereses políticos y económicos. Desde luego, no está mal
que Estado apoye a la empresa y estimule la generación de riqueza antes que acudir al asistencialismo. Asimismo,
no es pecado que intereses económicos y políticos dialoguen y hasta coincidan. El problema es otro: en toda la
época republicana, salvo iniciativas mal llevadas o meramente nominales, las políticas de Estado obviaron las
necesidades más urgentes de la mayoría de peruanos. Prácticamente nada se hizo para que los desposeídos
tuvieran acceso a recursos, se estimule su capacidad productiva o tuvieran una educación siquiera básica. Si la
mayoría de peruanos hubiéramos querido que nuestro destino fuera distinto, entonces, ¿finalmente quiénes
decidieron por nosotros?
Es cierto que hoy somos más libres que antes, pero no fue por voluntad de quienes tenían capacidad para decidir.
Hasta hace poco hemos sido un Perú real ajeno al formal, uno sin nombres, no historiado, con un rostro y un color
genérico. Hemos sido para ellos invasores, un huayco de gentes e idiosincrasias. Les irritaba nuestros sonidos,
olores y colores. Solo se han dejado seducir ahora que se han visto irremediablemente mixtificados con nuestro
sabor, música y movimientos.
Somos económicamente más libres, pero eso no ha sido producto de una estrategia estatal, menos aún del
amable chorreo. Nuestro grito de independencia económica se dio a través de la informalidad, haciéndonos
también libres de un Estado excluyente, y de grupos políticos y económicos que jugaban en contra nuestra.
Ahora, ya formalizados, rotulados como emprendedores y emergentes, con capacidad de gasto, nos descubren y
consideran un boom.
Pero ni Pymes o Mypes, Mega Plazas, Oeschles o Plazas Veas, Sapolios o Perú Colas nos hacen peruanos más libres.
Más ricos tal vez, pero no auténticamente libres. Esa es una forma de sacar las cuentas de cuánto somos, pero no
de quiénes somos ni qué queremos. Nosotros aspiramos a una verdadera libertad. Libertad no para gastar, sino
para tomar con ambas manos nuestro destino personal y colectivo.
¿Qué hacer entonces? Lograr además nuestra libertad política. Los peruanos que somos ahora, los que ya somos
visibles y tenemos capacidad de gasto –pensando además en quienes no–, los que señalamos nuestros intereses y
carencias, necesitamos urgente representación. La necesitamos para cumplir la promesa fundacional de nuestra
república: ser un país de libertad ciudadana para todos. Para ser una república de ciudadanos, en donde seamos
libres de verdad. Juntos todos, sin miedos ni resentimientos, aceptándonos y sumando, mezclándonos más y más.
Juntos como un solo puño. Libres desde ese momento, de veras y para siempre.

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¿SOMOS CIUDADANOS?

El liderazgo social:
Más allá de estereotipos y discursos
Carlos Rivera
Periodista y escritor
Ciudadano militante del Núcleo Arequipa

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

Siempre me han impresionado aquellas vidas entregadas al servicio social y a la lucha abnegada por sus ideales,
o por las causas que un pueblo pueda encomendarle (siempre que sean justas y no delirios).
Esos líderes sociales constituyen un verdadero puente entre las necesidades de la ciudadanía y las instancias
de poder, sean estas públicas o privadas. Este líder social tiene sabiduría de acción y reacción, empatía con el
caudal sentimental de las personas. Es ético y justo en su diario actuar. No es perfecto; trata de ser siempre
consecuente, nunca aspira a la santidad inmediata o al demagógico señalamiento de su obra, sino al
reconocimiento de sus batallas en el horizonte. Tal líder social es un eco de la voz de los que no la tienen, es la
esperanza de ciudadanos que depositan en él o ella una gran misión.
Se me viene a la memoria algunos nombres como del sacerdote jesuita Carlos Spallarossa Pozzo (Italia, 1918),
más conocido en Arequipa como el padre Pozzo, quien llegara a nuestra ciudad hace cinco décadas y falleciera
a los noventa años en la ciudad de Lima. Hizo en Arequipa una obra de bien social jamás antes realizada:
treinta y tres colegios, ocho Sumac Wasi, treinta y dos capillas, postas o dispensarios, y agrupó a los miembros
de CIRCA en departamentos, círculos y grupos, entre otras labores de ayuda social. Trabaja, trabaja, era su
lema.
También recuerdo los testimonios sobre la Sra. Yolanda Montes Vda. de Juro, una de las figuras más notables de
Abancay, que falleció solo un mes antes de que yo llegara. Ella fue por mucho tiempo dirigente del Sindicato de
Trabajadoras del Mercado Central de Abastos de Abancay, premiada a los ochenta y un años por el Ministerio de
la Mujer y Desarrollo Social con la Orden al mérito de la Mujer 2007, siendo además una lideresa que se fajó por
la Universidad Tecnológica de los Andes (UTEA), por la creación y funcionamiento de la Universidad Nacional
Micaela Bastidas (UNAMBA), y por la electrificación de Apurímac. Como se puede apreciar a través de esta
breve reseña de sus luchas, era una mujer involucrada con el quehacer de su pueblo, con su historia y porvenir.
No eran ajenos para ella temas como la educación, la cultura o las diversas obras públicas de importancia para
su región.
Desde luego, el liderazgo de la Sra. Yolanda Montes no consistía en la escogencia de demandas o el
aprovechamiento de sus batallas sociales para algún intentar algún cargo público, o para el interés de sus
bolsillos. Dentro de su múltiple quehacer social nunca dejó de trabajar en su puesto de ventas del Mercado
Central de Abastos, ni sus deberes como secretaria de dicha organización que ostentó por varios años.
Los que me hablaron de ella denotaban su máximo respeto, la entrega que disponía para cada acción que
emprendía. Se inmolaba con sacrificio, levantaba al pueblo y ponía el pecho; articulando a los ciudadanos así
como a los actores sociales y representativos del departamento, sin importarle las típicas broncas entre las
provincias (Andahuaylas vs. Abancay). Luchó por todo Apurímac. Ante cualquier situación que a ella le
comentaban sobre una injusticia, siempre decía: ¡qué tal lisura!
¿Lo políticos seremos capaces de tamañas proezas por el bien común? ¿Por qué no limpiamos y adecentamos la
política peruana imitando estas acciones, construyendo de verdad un porvenir con retos, más allá de retoricas
o ínfulas? La política es nuestro más grande instrumento.

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Cuando miramos con los oídos

y oímos con los ojos
Yosely Osorio
Militante de Constructores Perú
Coordinadora del Núcleo Huaraz

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

Celebrar la Independencia Nacional es un acontecimiento que exalta, al menos por esos días, nuestros más
profundos sentimientos patrios frente a un país que se proclama libre y, últimamente, progresista.
Sin pretender opacar estas fiestas, me pregunto qué tipo de libertad podemos celebrar cuando aún no nos
hemos desprendido del yugo más pesado que nos dejó la colonia y que, por herencia, seguimos arrastrando:
nuestras absurdas diferencias “raciales y sociales” que nos hacen pensar que somos de mundos distintos y que
en ellos deberíamos permanecer por siempre para no mezclarnos.
En nombre de esas diferencias nos mantuvimos serenos e indiferentes mientras compatriotas nuestros yacían
muertos en Bagua; por ellas asumimos que el destino de los que no nacimos “blancos” o “bonitos” sea la
sumisión y el abandono; en ellas descansa la idea de sentirnos superiores y con derecho de mirar bajo el
hombro.
Estas diferencias no nos permiten entender que la independencia fue proclamada para un país y no solo para un
grupo, que la idea de República con la que soñaba Basadre fue para todos los que vivimos en un mismo
territorio llamado Perú, que esta tierra maravillosa es compartida con aquellos que nos afanamos en no ver.
Entonces, si no hemos aceptado todavía nuestro país, pues rechazamos a su gente, ¿qué celebramos en estas
Fiestas Patrias? Mientras salimos a las calles a gritar ¡Viva el Perú! y nos llenamos la boca diciendo sentirnos
orgullosos de vivir en esta tierra linda, tras nuestro hay un país en llanto que se hunde en la grieta que nosotros
mismos formamos para separarnos.
Pero no soy pesimista, guardo la profunda esperanza, tan profunda como mi amor por el Perú, de que un día
dejaremos de calificarnos por nuestro acento, y nuestros ojos se abran a reconocer, en cada uno, a un peruano,
que aprenderemos a escucharnos, lejos de prestar atención a la apariencia que podamos tener; ese día,
cuando superemos el prejuicio de mirar con los oídos y oír con los ojos, ese sentimiento de pertenencia nos
impulsará a construir un país que sea realmente nuestro.
Mientras ese sueño se haga realidad, no estaría mal empezar por mirar al del costado y reconocer que tiene el
mismo derecho para disfrutar de todas las oportunidades que este prometedor país tiene para ofrecernos.

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Momentos Patrios
Marco Aurelio Lozano
Director del Instituto Constructor

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189 aniversario de la independencia del Perú.

El Perú cumple años. La clásica: alabar nuestro pasado glorioso (aunque en varios pasajes no lo sea tanto),
ufanarnos del imperio de los Incas (aunque aún se discrimine a los que compartimos sus rasgos físicos),
recordar a los héroes de la patria (con preeminencia de militares sobre civiles, que también los hay, como los
comuneros que derrotaron a Sendero en el campo) y, más recientemente, la elevación a los altares de la Nación
de nuestra comida, sin duda la novedad más democratizadora de los últimos tiempos en Fiestas Patrias.
De lo señalado, y acorde con el enfoque que le he querido dar a mi columna de los domingos, me interesa
reseñar brevemente casos y gestos que me demuestran que la riqueza y esperanza de nuestra patria no está
solamente (ni principalmente, diría yo) en el pasado, en nuestras escasas victorias militares o en nuestras
“cumbres nevadas y risueñas playas”.
Un profesor de altura
En una comunidad campesina de la provincia de Haquira (Apurímac), el profesor Hernán no solo es maestro de
la derruida escuela primaria de la zona, la que ha terminado de techar junto con los padres de familia. También
es encargado del centro poblado menor que, esperan todos, en poco tiempo se convierta en capital de distrito.
A diferencia de otros, Hernán no es un “maestro de miércoles”, de los que llegan el lunes y se van el miércoles.
Enseña a los niños pero también ayuda a organizar a los padres campesinos para mejorar sus condiciones de
vida y busca apoyo de ONGs, como la que me llevó de practicante. Años después me enteré que había intentado
ser alcalde, sin éxito. Dicen que le faltó regalar cosas en la campaña.
Un hincha
Son las eliminatorias para el mundial de EEUU 94. Perú juega contra Argentina en Lima. A la mitad del primer
tiempo, justo en el arco de la tribuna desde donde veo el partido con mis amigos de la Universidad, Batistuta
mete un gol que enmudece a todo el estadio. Y tal fue la parálisis y el silencio de la gente, que claramente pude
ver y escuchar a un hincha (uno de verdad), de la edad que tengo ahora, levantarse de su asiento y dirigirse a
todos nosotros, los mudos, con un reclamo y una arenga “Carajo, acaso no son peruanos. ¡Qué pasa! Hay que
alentar. Hay que alentar, somos peruanos. ¡Perú! ¡Perú! ¡Perú!”… y el grito de se extendió por toda la tribuna,
aunque al final no fuera suficiente para voltear el partido.
Una marcha
Las calles de Larco y Diagonal, en el distrito dizque pituco de Miraflores, están llenas de gente pero no para
celebrar, ni para ir de compras. Es julio de 1992 y se desarrolla una marcha de rechazo contra el terrorismo
cuando aun se respira la muerte que provocó el atentado en Tarata. Y a la marcha se han unido vecinos (no
“pobladores”, vecinos) de Villa El Salvador, también golpeado por un atentado reciente aunque menos
publicitado. Sus alcaldes encabezan la marcha (Andrade y Rodríguez, respectivamente), y aunque nos
morimos de miedo, y aunque también nos miramos con desconfianza, la gente no dejó de marchar y de gritar
en contra de Sendero Luminoso “cobarde y asesino”. Las madres de los comedores populares y vasos de leche
corean el nombre de María Elena Moyano, dirigente asesinada ese mismo año.
Haga usted, ciudadano lector o lectora, el ejercicio de recordar momentos patrios como estos. Verá que el
Perú no solo es su comida y sus paisajes. También es su gente.

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¿El Perú será un país digital?

Enrique Durand Villalobos
Militante de Constructores Perú
Núcleo Arequipa

1. http://www.hashtag.pe/2010/05/18/redes-sociales-en-peru-amcham-peru/
2. http://elcomercio.pe/noticia/486942/faltan-identificar-tres-millones-celulares-prepago
3. http://bitelia.com/2010/04/crecimiento-de-internet-movil
4. http://www.earthtimes.org/articles/press/american-operators-2010-report,1396210.html
5. http://alt1040.com/
6. http://alt1040.com/2010/07/las-conexiones-de-banda-ancha-y-el-para-que-tanta-velocidad-para-mirar-el-correo
7. http://www.clasesdeperiodismo.com/wp-content/uploads/2010/07/Facebook-LA-Hashtag.jpg

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189 aniversario de la independencia del Perú.

Hace unas tres semanas el parlamento finlandés decidió agregar un nuevo derecho a los que ya gozan sus
ciudadanos: el derecho inalienable a una conexión de banda ancha. Vista desde nuestro país –la más grande
cabina de internet del mundo–, la cosa no ha causado gran revuelo: no he visto un solo titular físico que anuncie
semejante cosa, ni una nota importante en ningún noticiero.
¿Será que la revolución digital no sucede en Perú? Si tratamos desde lo político, es muy probable que no. Total,
además de la información en portales de transparencia, algunos intentos aislados en organismos públicos, y la
pasajera locura del Twitter y Facebook en algunos congresistas –y menos candidatos–, el frenesí de la
conectividad que vive el mundo ha pasado de largo por el país.
Y, sin embargo, en algún momento del día sonarán muchos de los 25.9 millones de teléfonos celulares que
existen en Perú1. De ellos 20.8 son prepago2, o sea, actualmente limitados básicamente a recibir o hacer
llamadas y enviar mensajes de texto.
¿Por qué es importante este dato? Porque la tendencia inmediata, la que será muy probablemente realidad en
2015, es que la internet móvil –sí, la que se consume principalmente desde celulares inteligentes– será el rostro
más común de la red.3 Y porque de un estudio de la comunicación celular en Latinoamérica4 se desprende que la
comercialización de servicios de datos 3G en sistemas prepago será la siguiente oportunidad de negocio para
las empresas de telefonía. Claro, estamos hablando apenas de 4/5 del mercado celular total.
Si hace un par de años tener un Blackberry o un Iphone –y, por lo tanto, unos US $400 en el bolsillo– eran la única
opción para disfrutar del contenido on-line en un celular, encontramos ahora teléfonos con acceso internet 3G
o Wi-Fi desde aproximadamente 400 nuevos soles, menos de un tercio de su valor entonces. Y eso significa que
la posibilidad de una plataforma de acceso masivo a internet se acerca a paso de gigante a esta parte del
mundo.
En alt10405, un interesantísimo blog de tecnología, comentaron hace poco que aún existen personas que se
preguntan para qué se necesita una conexión más rápida, si solo va a revisar el correo electrónico6. A lo que ya
se dijo allí, agrego lo mío: pensar que internet es revisar el correo electrónico y conversar con cuatro o cinco
amigos un par de horas diarias es como creer, a estas alturas, que la tierra es plana porque no podemos ver la
curvatura desde casa.
O no haber vivido en nuestro planeta durante los últimos cuatro años, cuando Facebook, Twitter y Youtube
encabezaron la revolución 2.0, que ha convertido la red en una gran plaza pública, donde todos podemos decir,
andar entre los que dicen, refutarlos o apoyarlos, organizar a un grupo hacia un fin, frívolo o sumamente noble,
convertirnos en consejeros, reporteros, televidentes y broadcasters, o tener 15 minutos de fama.
Si tomamos en cuenta estos datos, y las tendencias de comportamiento on-line de la población peruana –que
hizo de la cabina de internet algo tan indispensable como la luz eléctrica– seguramente presenciaremos en lo
inmediato una explosión del consumo de internet. Aunque, de hecho, ya el 25 por ciento es considerado
internauta, y hay más de 2 millones de cuentas de Facebook.7
Tal vez, dentro de poco, ya no serán un árbol, un libro y un hijo; sino una red social, un blog y todavía niños, a
quienes contarles cómo vivimos y participamos de la revolución.

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República: utopía y realidades

Ramiro Vargas Córdova
Militante de Constructores Perú

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

“Pasaron los siglos de la barbarie en que era un crimen amar y buscar las leyes, y en que la verdad gemía
cautiva en el seno de los buenos patriotas. La política desembarazada ya de sus nubes hará consistir la
felicidad pública en el libre goce de los derechos de los pueblos y de los hombres, ensanchando los
canales de la ilustración, de la población y del comercio, nos presentará una nación coronada de la
Soberanía Popular, grande y poderosa, amiga de todas las naciones, asilo de todos los que quieren ser
libres”
José Faustino Sánchez Carrión - “Manifiesto presentando las Bases de la Constitución en el Congreso
Constituyente: A los pueblos de la República”

Comienzo con la propuesta de la utopía realizable planteada por el Solitario de Sayán, y que en constructores,
hemos considerado como la promesa incumplida retomado en nuestro ideario y compromiso con nuestro el
país. En nuestro aniversario patrio preguntamos ¿cuanto de este sueño con el que se fundó la República se ha
hecho posible? ¿Cuán cerca o lejos estamos de éste y cuáles son las tareas para hacerla posible?
En el artículo La creación de la república y el destino de lo cholo, de Alonso Gutarra se ensaya una respuesta
interesante en la que busca mostrar que el proyecto republicano no pudo cumplirse entre otros aspectos por
que “Fue una república de papel, que en verdad se mantuvo organizada como una sociedad estamental. Fue
una "república sin ciudadanos…” Pero este problema, en realidad, no les fue ajeno a los fundadores de la
República, Hipólito Unanue señalaba que el ser republicano significaba amar a la patria por “deber y gratitud”,
y que lo que distinguía a un verdadero republicano eran los “servicios prestados” a la Patria. Su patria era “su
numen” y sus amigos las que la servían. Sólo en el seno de la República podían formarse ciudadanos virtuosos
por lo que aconsejaba a los peruanos que no dudaran en acogerse a la República. Cuan alejados de estas
virtudes hemos estado a lo largo de nuestra historia republicana y más grave aún en las últimas décadas.
¿Cómo considerar a la felicidad pública planteada por Sánchez Carrión en un país como el nuestro que en pleno
siglo XXI tienen a muchos de sus niños muriendo de frío? Con una inadecuada alimentación que se convierte en
el hambre cotidiana que no se llega a superar. Con ancianos que se ven obligados a marchar por las calles de
Lima o sus ministerios exigiendo que cumplan con sus derechos ante nuestras miradas de indiferencia. Que
decir del 75% de estos ancianos que no cuentan con pensión alguna. Y de la pésima educación (instrucción)
pública. Y de la desnutrición crónica infantil que no puede ser reducida por los gobiernos de turno. ¿Que decir
del crecimiento de la pobreza en las zonas rurales? ¿Qué felicidad pública se puede tener ante un Estado que no
es capaz de atender las desgracias ocasionadas por la naturaleza y por el contrario la jactancia de anunciar que
estamos en el mejor de los mundos? Con un Presidente que califica a sus ciudadanos de primera, segunda,
tercera y otras categorías.
Sobre la Soberanía Popular peruana a la que hace alusión nuestro defensor de la República, es para un
comentario aparte que muestra cuan alejados estamos de aquella promesa y proyecto tan extraordinario de
quienes fundaron una República con la finalidad de lograr la realización de todos sus habitantes sin excepción
alguna. Retomemos ese sueño posible, renovemos el juramento de la libertad y goce pleno de los derechos de
todos los peruanos y peruanas.

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El acceso a los servicios:

un derecho vital del ciudadano
Ricardo Alejos
Militante de Constructores Perú
Coordinador del Núcleo Lima

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 Reflexiones del Partido Constructores Perú, en el
189 aniversario de la independencia del Perú.

Estas reflexiones de fiestas patrias giran en torno a aquellas cosas materiales y fundamentales que los
habitantes de nuestro Perú requieren para poder vivir en libertad, potenciar sus capacidades al máximo y tener
acceso efectivo a oportunidades de desarrollo.
Durante estos meses de frío se repiten las noticias sobre el número de personas, en particular niños, que
mueren antes de tiempo a causa del friaje. Es irrazonable que las poblaciones más vulnerables al frío no tengan
acceso al calor. Asimismo, sus viviendas precarias no les permiten mantenerse abrigados, menos aún a los
animales que crían. Las heladas diezman sus pocos recursos y sus vidas.
De otra parte, en los países del hemisferio norte el acceso a calefacción durante el invierno es un elemento
primordial y un derecho en los hogares. Un clima extremo, por debajo de cero grados, les obliga a tener casas
diseñadas especialmente para dicho clima y un sistema de calefacción interno.
En nuestro país, el acceso a la electricidad beneficia al 80% de la población nacional, siendo el acceso rural
poco menos del 45%; con ello, casi 5 millones de personas no cuentan con energía eléctrica. En la selva, el
combustible que usan los famosos “peque-peque” es costoso pero de vital importancia, pues de ello depende el
transporte de personas y productos a través de los ríos.
Como se aprecia, las asimetrías entre lo urbano y lo rural se repiten. Los esfuerzos llevados a cabo todavía son
insuficientes, aunque tengamos un sistema de subsidio cruzado en electricidad por el que cada consumidor de
electricidad urbana subsidia parcialmente el consumo de poblaciones rurales, atendiendo a su poca capacidad
de pago y consumo.
Es cierto que son importantes los esfuerzos de muchos ciudadanos que realizan campañas de “abrigo” contra el
frio. Sin embargo, más importante es exigir al gobierno, y también a las universidades, soluciones prácticas
para mejorar la calidad de las viviendas, acceso a electricidad para poder leer y calor para abrigo. En esto, los
profesionales tenemos la capacidad y responsabilidad de utilizar nuestros conocimientos para retribuir al país y
sus ciudadanos lo que hemos recibido.
Así, en esta celebración de nuestra independencia, en que nos afirmamos en la construcción de un país con
mínimos comunes e igualdad de oportunidades para todos, no podemos seguir condenando a tantos
compatriotas a morir de frío y, por otro lado, exportando gas natural a otros países. Esta contradicción es un
signo acerca de para quiénes se gobierna y se ha venido gobernando, de quiénes tienen la capacidad de
disponer del recurso energético para su beneficio económico y de quiénes no lo tienen ni siquiera para poder
vivir.
Como partido, consideramos que no es posible una verdadera libertad sin que todos tengamos acceso a mínimos
básicos que nos permitan decidir el proyecto de vida de cada uno. Por ello, cualquier plan de gobierno que
Constructores Perú proponga y apoye deberá prever el acceso universal a servicios básicos como la electricidad
y el calor.
Como meta al 2021 debemos asegurar que todo habitante de nuestro país no muera de frío o por incapacidad de
transportarse a un centro de salud cercano. Mientras no solucionemos asuntos tan vitales como el acceso a una
vivienda digna para todos, mientras no todos tengamos acceso al calor para poder vivir, mientras no tengamos
libertad para transportarnos libremente en el país, no podremos declararnos ciudadanos verdaderamente
libres e independientes. Ello depende de la voluntad general de la población, pero, sobre todo, de la voluntad
política de nuestros gobernantes.

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