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Arnau Artigas 24/11/09

Erase una vez un par de ladrones, Honziguera y Panarizo, dos hombres de carácter
fuerte, Panarizo un poco infantil pero duro y Honziguera lo mismo pero al revés. No
tenían dinero y eso era un problema porque los dos eran muy tacaños.

Una noche en una taberna Honziguera, que era mas listo que Panarizo, lo dejo
borracho en la barra, mientras lo esperaba fuera, para que así pagara él. Acabó
pagando Panarizo. Los dos ladrones se fueron a caminar por el campo, con aún mucha
hambre. Cuando de repente, ven a un campesino con una cazuela llena de comida. Los
ladrones exclamaron:-¡Estamos salvados! Lo engañaremos con el método de Jauja. Se
acercaron con un caminar apuesto, como si fueran intelectuales.
-Hola buen señor.-Dijo Honziguera.
-Hola. Respondió el campesino.
-¿Que lleva usted ahí?
-Comida para mi mujer, que está en la cárcel.
-¿Quiere usted escuchar una historia sobre nuestra tierra?
-De acuerdo, por que no!.
-Nuestra tierra se llama tierra de Jauja. Tiene ríos de salchichas que ellas mismas
dicen: ¡cómeme, cómeme! (Mientras tanto el campesino escuchaba absorto, Panarizo se
iba comiendo el cocido de la olla).
-Ya parece que me las como, pronunció el campesino.
-A lo que íbamos, todo está echo de comida rica y buena. Ésta es la historia de nuestra
tierra. Adiós.

El campesino se despide y sigue su camino. Cuando lleva mas de media hora caminando
se da cuenta de que su olla está vacía y murmura:-¿Porqué se han comido mi comida si
en su tierra hay a montones?

Fin

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