Carlos Morales Castro

A84287

El Nombre de la Rosa

Sin lugar a dudas la película el Nombre de la Rosa nos evoca a hechos que se

nos han querido tapar con un dedo, crímenes, fallos graves, corrupción y demás

características que han sido la tónica a través de la historia en nuestra “SANTA”

iglesia Católica, Apostólica y Romana. La búsqueda de poder, la manipulación de

masas ha sido la pauta en estos cientos de años que lleva funcionando la Iglesia

Católica, la película nos señala eventos como los crímenes, pero aun mas grave

podemos recordar casos actuales como violación de niños, evasión de impuestos

e intromisiones en los roles políticos.

Personalmente considero que el problema es que mesclemos a Dios en

cuestiones humanas, ya que los errores no están en creer en que existe un Dios o

que Jesucristo no nos salvo, o que la virgen María no es nuestra madre el

problema está en la manipulación de dichos actos en beneficio del hombre y no de

todos los hombres si no en un grupo de hombres, a pesar de ello no me extraña

que empíricamente se hayan cometido actos tan deshonestos e intolerables ya

que el ser humano desde su existencia a cometido todo tipo de atrocidades sin

importarle las consecuencias solo por la búsqueda de poder, ese poder que

terminar mandándonos a ser sirvientes, sirvientes de un poder que no significa

nada. Es importante criticar a la iglesia Católica y reprosarle todos sus errores y

ojala pudiéramos como sociedad tener otra vision, castigar al culpable, como lo
denota la trama de la película, a pesar de ello castigar a la iglesia es castigar al

ser humano, no ha Dios porque de mi parte creo infinitamente en su existencia, y

en muchas otras cosas, y los errores del hombre no me van hacer cambiar, lo que

si considero es que creer en Dios en trascendental, pero no así creer en el

hombre, el cual por poder es falso y puede realizar cualquier cosa hasta matar en

nombre de Dios.

La película deja varias situaciones para meditar como los crímenes de la

iglesia durante la inquisición, pero también nos pone a reflexionar sobre el actuar

del ser humano con respecto a dicho accionar, nos han impuesto un sistema

inquisidor el cual hemos aceptado con los ojos cerrados y a pesar de conocer

muchas veces la verdad seguimos siendo juzgados y no actuamos, por lo tanto el

problema no es quien nos condene sino como aceptamos dicha condena.