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Generación Y

Hacen pochoclo en el microondas, usan el MSN más que el email y conocen el


significado de "tkm". La generación Y está entrando al mercado laboral...

Por Paula Molinari

Nacidos entre 1980 y el 2000, los miembros de la Generación Y están ya entrando en el mundo
del trabajo, alterando las reglas y desconcertando a los jefes.

Hijos de los Baby Boomers, fueron criados en un contexto de participación, alta valoración y
aliento de sus vocaciones y preferencias.

Los Gen Y son optimistas como sus padres, aunque también más pragmáticos.

Viven en un mundo de violencia, de SIDA, de calentamiento global y de sucesos terribles como el


11/9. Así, los Gen Y buscan el bienestar ahora y no trabajan para un futuro incierto.

Los miembros de esta generación tienen claro lo que quieren. Así, la gestión del tiempo se vuelve
crucial. Los Gen Y necesitan tiempo para dedicar a todo aquello que les da placer: estudiar,
trabajar en una ONG, jugar al fútbol, reunirse con los amigos, etc.

Los Gen Y no permiten que el trabajo les quite tiempo para lo que importa, a diferencia de sus
padres Baby Boomers que organizaron su vida alrededor del trabajo.

La concepción del trabajo se modifica: esta generación busca placer y diversión en la oficina. La
responsabilidad y el compromiso sólo surgen cuando encuentran sentido en lo que hacen.

El sentido es producto de sentirse útiles para alguien, para la comunidad, para un proceso, para
el bienestar de otros. Se rebelan frente a situaciones en las que sienten que no aportan ningún
valor.

Los Gen Y detestan perder el tiempo. Así, para ellos, la ubicación del trabajo es un factor
fundamental: no quieren perder largas horas viajando a la oficina.

Las culturas orientadas a la eficiencia tendrán más chances de retenerlos. Es una generación que
no tolera las reuniones sin sentido, donde nadie decide nada, o los jefes que imponen reuniones a
las 18 horas, cuando ellos tienen el bolso listo para ir a jugar al fútbol.

En diez años, estos jóvenes ocuparán las posiciones de management de las empresas,
modificando radicalmente la forma de hacer las cosas. Dejará de importar el tiempo de
permanencia en la oficina. Lo importante será el cumplimiento de los objetivos.

Los Gen Y abolirán la "reunionitis" propia de los Boomers. Todo lo que pueda ser resuelto
virtualmente no requerirá reuniones.

Esta generación valora la diversidad en todo sentido: edades, culturas, género y capacidades. Son
los jugadores que se necesitan en un mundo global y "chato", donde las fronteras territoriales
pierden importancia.
Los Gen Y valoran los ambientes laborales con respeto por el otro, contacto con el management,
posibilidad de participar y ser reconocido.

Así, pequeñas y medianas empresas tienen más posibilidades de ofrecerles lo que buscan. Las
grandes organizaciones, por su parte, corren en desventaja. Es la primera vez en la historia que
esto ocurre.

Los Gen Y no toleran la injusticia (hacia ellos o sus pares). Así, para retenerlos es fundamental
mejorar la gestión de la equidad interna y la estructura de premios y castigos.

Velocidad en los procesos, variedad, diversidad, buen clima, buenas relaciones, un ambiente
informal, participación, celebración y buenos jefes son las variables que componen el contexto
laboral perfecto para la Gen Y, una generación que plantea nuevas demandas a las habilidades de
los jefes y no temen abandonar las organizaciones cuando algo no les parece bien.

Mientras las generaciones anteriores "aguantaban", estos jóvenes hacen realidad el viejo dicho:
"se unen a las organizaciones por el dinero y se van por los jefes".

Una de las conferencias más comentadas durante la 9na Conferencia Anual del College Board lo fue la del Dr. Julio
A. Fonseca de la Universidad del Sagrado Corazón, titulada Conociendo la generación "Y" y su estilo de aprendizaje.
La charla fue tan exitosa que todo el mundo en la salón le pidió a viva voz al conferenciante que continuara su
presentación, a pesar de que el tiempo había concluido.

El taller hizo un análisis de los jóvenes de hoy día en su contexto político, social y económico. Se discutieron sus
valores y características principales a la vez que se argumentó el porqué los maestros y adultos tenemos problemas
en adaptarnos a sus valores. El Dr. Fonseca profundizó sobre el impacto de esta realidad en el salón de clases y
ofreció recomendaciones para mejorar la relación estudiante-maestro con el propósito de optimizar el aprendizaje.

La generación "Y" comprende los niños nacidos entre 1981 y 2000. "Esta generación se distingue por una actitud
desafiante y retadora", explica el doctor Fonseca. "Lo cuestionan todo, no quieren leer y sus destrezas de escritura
son pésimas". Según él, los padres de esta generación son los hijos de los "baby-boomers", es decir, la generación
"X". Esta generación se distingue por adaptarse mejor a los cánones que impone la sociedad y se ajusta a las reglas
de juego de sus padres, los "baby-boomers". Es por esto que surgen encontronazos entre los maestros y padres
más diplomáticos pertenecientes a la generación "X" con los hijos y estudiantes más independientes de la
generación “Y”.

"La generación "Y" no pide permiso, sino informa. La generación "X" se tapa los tatuajes y las pantallas, pero la "Y"
no, y hasta es capaz de demandar si se entera de que no le dieron un trabajo a causa de su apariencia. Para los
"baby-boomers" y los "X" era importante defender sus ideales hasta el final, y lo importante para ellos era el grupo,
no el individuo. Sin embargo, para los "Y" los ideales no son importantes, son más individualistas, y se preocupan
más por el dinero", explicó el conferenciante.

Para ilustrar estas diferencias, el doctor Fonseca utilizó el ejemplo de los equipos de baloncesto nacionales. Antes,
un jugador era fiel a su equipo y se mantenía en él por años, a veces décadas. Hoy día, los jugadores que
pertenecen a la generación "Y" están más propensos a cambiar de equipo, ya que no buscan la lealtad y el bien
común sino la mejor oferta de dinero para ellos.

"Nosotros, los adultos, no entendemos que el mundo ha cambiado. Los jóvenes de hoy día nos retan porque tiene el
poder para retarnos. El poder viene del acceso continuo que ellos tienen a la información y el conocimiento. La
tecnología, el internet, el Cable TV y el mundo globalizado les da un poder a los jóvenes de hoy día que no existía
antes. Hoy día, un niño de 15 años sabe muchas más cosas de lo que sabía un 'baby-boomer' a los 30 años. La
generación "Y" está en posición de retar, no por indisciplina, sino porque se ha criado con un conocimiento que le da
poder", manifestó.

El adulto tiene, según el doctor Fonseca, dos opciones: o pelear con ellos o negociar. Negociar es reconocer que
ante nosotros tenemos una generación con más conocimientos. Además, tenemos que reconocer que el joven de la
generación "Y" ha desarrollado más el lado derecho de su cerebro, aquél que se concentra más en lo creativo. El
hemisferio izquierdo del cerebro, el más desarrollado por parte de los "baby-boomers" y la generación "X", es el que
se concentra más en la lógica. Es por esto que antes la educación iba dirigida al hemisferio izquierdo. Leer resultaba
estimulante. "Pero hoy día, la educación sigue estimulando el lado izquierdo, cuando la generación "Y" esta
adiestrada con el hemisferio derecho. Ahí viene el choque. Hay que aprender a negociar con ellos".

Este desarrollo del hemisferio derecho es producto, según el doctor Fonseca, de nuevos estímulos que no existían
antes. "La educación compite hoy día con los X-Box, los Nintendo, el Internet, el VH1 y el MTV, todos ellos
instrumentos que van dirigidos al hemisferio derecho del cerebro. Antes el único estímulo era la lectura, pero hoy la
realidad es distinta. Los maestros tenemos que entender que para llegar a los jóvenes de la generación "Y" es
necesario utilizar estrategias que vayan dirigidas a estimular el hemisferio derecho. No es que la lectura haya
dejado de ser importante. La diferencia es que ahora, para que utilicen el lado izquierdo del cerebro, primero hay
que haber estimulado el derecho".

Para explicar este concepto, el doctor Fonseca presentó el siguiente ejemplo: "En vez de tratar de enseñar a sacar
por cientos mediante el método típico utilizado en las escuelas, se debe primero hablarles el lenguaje que ellos
entienden. Una forma de hacerlo es darles una asignación bien práctica y estimulante: deben mirar esa noche por
televisión el partido de baloncesto de la NBA. Entonces, se les pide que anoten en un papel la cantidad de veces que
un equipo fue a la línea de tiro libre a tirar el balón, y contabilizar cuántas veces los jugadores encestaron y cuántas
veces fallaron. Mediante ese ejercicio, comenzamos a estimular el lado derecho del cerebro. Luego, cuando lleguen
al día siguiente al salón de clase, estamos listos para trabajar con el lado izquierdo, porque han sido motivados. Le
pedimos que saquen por cientos a base de los resultados reales del partido de baloncesto. El resultado es
sorprendente".

"El salón de clases se debe convertir en un X-Box, un Nintendo, un MTV", concluyó el doctor Fonseca. "Los
profesores tienen que dar el primer paso para reconocer que estos estudiantes aprenden con el hemisferio derecho
y que ha llegado el momento de entenderlos y negociar con ellos. El rol del profesor de hoy día ha cambiado y
tenemos que adaptarnos a las nuevas realidades y guiarlos mediante el uso de las nuevas tecnologías existentes. Es
mediante este entendimiento y esta negociación entre ellos y nosotros que lograremos nuestros objetivos
educativos".

El Dr. Julio A. Fonseca es psicólogo clínico y actualmente ocupa el cargo de Director del Centro para el Desarrollo
Personal en la Universidad del Sagrado Corazón. El Dr. Fonseca se ha destacado en el campo de la conducta
humana y el desarrollo comunitario y organizacional por más de 25 años.

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