Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Carrera de Ciencia de la Información – Bibliotecología
David Ramírez Ordóñez

El Escuadrón Móvil Anti Disturbios (ESMAD)

como ente controlador violento de la sociedad

Las políticas neoliberales han roto la resistencia de diversos actores sociales en las últimas
décadas de la historia colombiana1 y específicamente el Escuadrón Móvil Anti Disturbios (de
ahora en adelante ESMAD) se ha dedicado desde el 99 a aplicar acciones de control. En
este caso veremos cómo el Estado ejerce violencia ilegal e ilegítima, visto según Cortina 2 y
veremos cómo el estado es generador de violencia y muerte, además de reforzar la imagen
de poder y legitimación de este grupo mediante los medios de comunicación.

Resulta de interés este tema para nosotros porque hay muchos contemporáneos nuestros
involucrados en conflictos que en algunos casos han terminado con la muerte. Estamos
inmersos en una sociedad que niega y oculta estos acontecimientos y que, aunque son tan
cercanos a nosotros, muchas veces los pasamos por alto debido a la manipulación a la que
pueden someterse, dejándonos sin mecanismos de resistencia debido a la criminalización
que se ha realizado de cualquier acto de inconformismo.

Las marchas, manifestaciones y demás protestas pueden realizarse, según el artículo 37 de

la constitución de 19913, pero desafortunadamente no todas las manifestaciones han
terminado sin víctimas. Nombres como Óscar Salas o Nicolás Neira engrosan la lista de
estudiantes muertos en manifestaciones donde hay enfrentamientos con el ESMAD. El
primero parece ser víctima de un arma no convencional, específicamente “recalzadas” que

1 Betancur, M., 2006. Del estatuto de seguridad al estado comunitario: veinticinco años de criminalización de la protesta
social en Colombia, Buenos Aires: CLACSO. Disponible en:
<http://www.hechohistorico.com.ar/Trabajos/Osal/osal/osal19/org/andina.pdf> [Visitado 3 de mayo de 2010]
2 Cortina, A., 1998. Hasta un pueblo de demonios, Madrid: Taurus.
3 Colombia, 1991. Constitución Política de Coombia, Bogotá. Disponible en:
<http://pdba.georgetown.edu/constitutions/colombia/col91.html> [Visitado 3 de mayo de 2010]

1
“son cápsulas de gas lacrimógeno rellenas de canicas y explosivos”4 según reportan varios
medios de comunicación como Noticias Uno5, una ráfaga le incrustó una canica en el ojo. El
segundo, muerto en la manifestación del día del trabajo del 20056, y como menciona el padre
de esta víctima de las manifestaciones “No se ha conocido la verdad y tampoco existe un
juicio serio”7. Aquí vemos cómo se cumple el monopolio de la violencia legítima del que habla
Cortina8. Además tenemos en los estudiantes muertos, casos feacientes de el rompimiento
de la responsabilidad convencida, donde los encargados de los grupos antimotines no usan
la violencia de manera responsable, sino que por el contrario actúan con sevicia al usar
armas no convencionales para no solo contener a los manifestantes, sino que además toman
actitudes agresivas frente a ellos.

En cuanto al cubrimiento que han realizado los medios sobre las protestas (no
necesariamente las que implican la muerte de estas personas) encontramos análisis como el
realizado por Velásquez9, que muestran un cubrimiento con ánimo informador por parte de
canales de noticias como City Noticias y CM&. En contraposición encontró que el manejo de
las noticias realizado por medios como RCN y Caracol se enfocan en mostrar las protestas
como “enfrentamientos violentos” o “marginales sin legitimidad”.

Al comparar esta lectura de los hechos con escritos como el de Kellner 10 y la fiebre de guerra
del 11 de septiembre podemos hacer ciertos paralelos entre los medios y la histeria patriótica
que son capaces de desencadenar, en este caso apoyando el discurso de que los opositores
políticos del estado “son tratados como terroristas”11. Los medios de información terminan
desinformando a la población, quienes sienten que serán vinculados como “terroristas” en

4 Pacheco, D., 2010. Óscar Salas y las víctimas del Esmad, El Espectador, 22 Febrero. Disponible en:
<http://www.elespectador.com/esmad/columna189286-oscar-salas-y-victimas-del-esmad> [Visitado 3 de mayo de 2010]
5 Noticia Uno, 2009. ESMAD estaría involucrado en muerte de estudiante, Colombia: Indymedia. Disponible en:
<http://colombia.indymedia.org/news/2009/11/109691.php> [Visitado 3 de mayo de 2010]
6 Observatorio Social de América Latina OSAL, 2004. Colombia: Cronología mayo – agosto 2006, Argentina: CLACSO.
Disponible en: <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal20/20Colom.pdf> [Visitado 3 de mayo de 2010]
7 Red Libertaria Popular Mateo Kramer, 2010. Entrevista a Yuri Neira, padre de Nicolás Neira, Bogotá: Indymedia.
Disponible en: <http://colombia.indymedia.org/news/2010/01/110869.php> [Visitado 3 de mayo de 2010]
8 Cortina A. Op. Cit.
9 Velásquez, C., 2004. Cubrimiento televisivo-noticioso de protestas sociales en Colombia, Dialnet. Disponible en:
<http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2106378> [Visitado 3 de mayo de 2010]
10 Kellner, D., 2002. El 11 de Septiembre: Medios de comunicación y fiebre de guerra. Revista Signo y Pensamiento,
Número 40. p. 9.
11 Betancur, M., 2006. Op. Cit. p. 5.

2
caso de verse involucrados en una protesta.

Viendo las protestas desde el otro punto, la entrevista que realizó Camacho 12 a un agente del
ESMAD, además de mostrar la fuerza y violencia de los estudiantes en sus protestas con
comentarios como “(¿...) cómo vamos a calmar con pañitos de agua tibia cuando el
estudiante nos está atacando con bombas molotov, papas explosivas, artefactos que no
deberían de usar los estudiantes (?). Yo no sé por qué ellos los usan, eso da para fines
terroristas.”13 revela que los mecanismos usados por los estudiantes no son los apropiados,
pero que además se les da una connotación de “terroristas”. Si revisamos el documento de
Cortina y su análisis de violencia terrorista de la que habla Wördermann, la define como las
acciones violentas que “(...) no se dirigen sólo contra los responsables de su presunta
represión, sino también contra la población en su conjunto, (...)la acción terrorista se
caracteriza por ser indiscriminada”14. Si bien los mecanismos utilizados por los manifestantes
no son nada aceptables, si podemos asegurar que el término “terrorista” va mucho más allá
de lo que los manifestantes pueden lograr, manteniendo un discurso acorde con el de la
deslegitimización de las protestas que mantienen los grandes medios de comunicación de
nuestro país.

Resulta mucho más impresionante el comentario con el que se cierra la entrevista realizada
por Camacho frente a la pregunta: “¿Usted planteaba que existen decisiones
gubernamentales desfavorables a la mayoría de la población, entonces su actuación no
responde a estas decisiones, no son ustedes un símbolo de la fuerza del Gobierno?” a lo que
el entrevistado responde:
No estamos en un país perfecto. Es muy difícil gobernar un país pobre. Así se quiera
no se puede tener equidad, aquí no hay para todos, tener contenta a toda la nación es
difícil. Nosotros no tenemos intereses, lo único que hacemos es proteger a la
ciudadanía, los intereses de los colombianos15

12 Camacho, M., 2007. Otro lado del tropel, Bogotá: UN Contexto. Disponible en:
<http://www.unal.edu.co/uncontexto/vida_univ_001.htm> [Visitado 3 de mayo de 2010]
13 Ídem.
14 Cortina, A., 1998. Op. Cit.
15 Camacho, M., 2007. Otro lado del tropel. Op. Cit.

3
Este tipo de comentarios nos remite a los postulados de Villalba Dokushô16 donde el
capitalismo nos lleva a vivir injusticias sociales, déficits democráticos, desvertebración social
y “choque de civilizaciones”, además de las ideas de Jung Mo Sung 17 donde pensamientos
competitivos se oponen a ideas de colaboración y cooperación, además de evidenciar que
deben haber sacrificios y éstos deben hacerse por los pobres.

A manera de conclusión.
Luego de esta revisión vemos cómo se devela un grupo de la policía como ejecutor directo
de mecanismos de control para mantener los intereses de unos cuantos, a salvo de las
necesidades de muchos, aislados para ser más fácilmente manipulables mediante los
medios de comunicación. En la bibliografía se listan un sinnúmero de casos donde el ESMAD
aparece implicado en casos de abuso de autoridad donde en el fondo queda la pregunta
¿Realmente protegen a la ciudadanía y los intereses de los colombianos? ¿Qué ocurre con
los ciudadanos que buscan otros intereses? ¿Acaso la diferencia esta siendo castigada por
el estado?

Si bien el Estado puede ser una institución gigantesca, siempre estará conformada por
personas. No está de más apelar a la humanidad de cada uno de los integrantes del estado y
específicamente a la humanidad de los integrantes del ESMAD quienes siempre tienen la
opción de elegir otros caminos, como lo demostró el agente en la entrevista a Noticias Uno,
quien luego de conocer sobre el fallecimiento de Óscar Salas denunció a los responsables y
se retiró de la institución a la que pertenecía, muy seguramente por la responsabilidad que
sentía sobre la muerte de una persona, manifestante o espectadora, pero al fin y al cabo una
persona.

Entre las soluciones a la relación intrínseca entre violencia e instituciones, cabe resaltar el
aporte de René Girard sobre los derechos humanos como una salida viable para alcanzar
niveles saludables de convivencia, reemplazando la competitividad con la cooperación.
Todos hacemos parte de instituciones y de una u otra forma participamos en estos juegos de
poder y violencia. Así mismo tenemos la capacidad de transformar nuestro entorno.

16 Villalba Dokushô, 2008. Zen en la plaza de mercado, Madrid: Aguilar. pp. 143-157
17 Jung Mo Sung, 1999. Deseo, mercado y religión. Editorial Sal Terrae. 144 p.

4
Específicamente para Colombia el aporte de López 18 señala aspectos como la educación y la
desmantelación de la violencia estructural que merecen ser tenidas en cuenta.

Ahora bien, en este trabajo no se busca justificar las acciones violentas de los manifestantes.
Si bien es cierto que existe desigualdad y necesidades insatisfechas, dadas por claras
concentraciones de recursos en manos de unos pocos, los medios para llamar la atención no
son los indicados para reclamar derechos y recibir respuestas apropiadas. Puede que en
ciertas ocasiones funcionen, pero hasta ahora a los familiares de las víctimas no se les
compensará la pérdida de un ser amado. Igualmente ocurre con los agentes de la policía
caidos en estos enfrentamientos. No hay institución o creencia ideológica que pueda
reemplazar una vida humana.

Es más que evidente que la violencia genera una espiral incesante de más violencia.
Entonces ¿por qué debemos continuar en este juego si ya son más que conocidas sus
consecuencias?

18 López, M. Hacia la institucionalización de la noviolencia: Algunas claves. En: Acción política no-violenta, una opción
para Colombia.

5
Bibliografía

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