La nanotecnología se esta convirtiendo en una pesadilla contra el cáncer. El
combate a escala molecular permite detectar precozmente la enfermedad identificarla y atacarla de forma específica en las células cancerigenas. Un ejemplo de esto es el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos que tienen un plan llamado “Alianza para la nanotecnología en el cáncer” este plan incluye el desarrollo y creación de instrumentos en miniatura para la detención precoz del cáncer. Pero en la administración de medicamentos, ya es un hecho: Los nanosistemas de liberación de fármacos, estos son introducidos al organismo aportando una estabilidad frente a la degradación y facilitando su difusión a través de las barreras biológicas y por tanto el acceso a las células diana; estos nanosistemas facilitan el acceso a las células tumorales y reducen la acumulación del fármaco en las células sanas y por tanto reducen los efectos tóxicos de los antitumorales.
En Estados Unidos un nanotecnológo James Baker ha desarrollado otra
alternativa basada en unas moléculas artificiales conocidas como dendrímeros, macromolécula tridimensional de construcción arborescente. Como se trata de una estructura tridimensional ramificada se pueden diseñar a escala nanométriaca con extraordinaria precisión .Los dendrímeros cuentan con varios extremos libres, en lo que se pueden acoplar y ser transportadas moléculas de distinta naturaleza desde agentes terapéuticos hasta moléculas fluorescentes