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¿CÓMO COMPRENDER LA en el ámbito de los que viven y ya no vemos

MUERTE? y que aún así nos interpelan y comprometen,


y de los que aún viven pidiendo una mirada
Por Juan Agustín Hoil Ucán de fe y de amor. Al caer la tarde, una brisa
suave venida del cielo me susurró otra
La experiencia cercana a la muerte,
palabra: ¡gratitud!
abre siempre a una posibilidad de
arrebatamiento, de separación y de Comprendí que la vida es una, y que la
desapego… Cuando rondaba los veinte años, muerte en realidad es tan sólo un nuevo
supe lo que era la muerte del otro-amado, de modo de existir que exige un nuevo modo de
mi padre. Desde aquél día hasta hoy he ido relación, un nuevo modo de decir “tú”, y de
des-cubriendo que aquel a quien no hemos decir “nosotros”. Descubrí que
dejado de amar, se convierte en una especie ser-en-situación era estar abierto a otras
de bóveda palpitante, invisible, pero personas. Así, en lo más profundo de mí, ahí
presentida o mejor dicho post-sentida. Bien donde nada procede de mí, nació un grito:
conocida es la frase de Marcel: “decirle a ¡aquí estoy!
otro te amo, es decirle tú no morirás”. Cada
quien elige el modo como quiere que la Contemplar la muerte a la luz de la fe,
persona que muere siga en su vida: lo mismo no debe llevarnos a la conclusión del
puede ser una figura contaminante y aniquilamiento y disolución en la nada, sino
aterradora, que una presencia purificante e que nos debe poner en situación de
inspiradora. Es conmovedor, tanto el hecho “ser-caminantes”, pasantes (no paseantes)
de que cualquier persona puede desaparecer en cuanto experiencia de paso, de pascua.
y no pasa nada; así como el suceso de que si En fin, sin perogrulladas, ha de movernos a
alguien es amado por otro, aquél no morirá contemplar y vivir la vida como “proceso
jamás. vivificante…”.
Los sucesos dolorosos, en cuanto Cuando pensamos en la muerte
situaciones límite, terminan confrontando después de la vida, parecería que ésta es
nuestra existencia concreta y relacional. contradicción, y más aún, contradictoria; sin
Aquella mañana la vida me puso en embargo, la vida es paradójica, ¡qué
situación, me descubrí a la intemperie, nada distancia hay entre contradicción y paradoja!
podía cubrirme, la vida me mostraba que no Pensar que la vida es contradicción, es
era de hierro, que era un joven como todos pensar que la vida es aniquilación.
los demás y que la enfermedad y la muerte
que habían amenazado a mi padre los Termino con otra cita de Gabriel
últimos años, me rodeaba a mí Marcel que leí en algún lugar: “no es posible
amenazadoramente. Sin embargo, a su vez, que hayas tenido que desaparecer
me abrió a la realidad de la fe, a un vivir que simplemente como una nube que pasa y se
me puso en camino hacia cuyo pórtico desvanece; admitir tal cosa, sería una
versaba en sus dinteles: la fe no es una traición”.
afirmación proferida, sino la certeza “yo
soy”.
En mi sufrimiento, yo era una
presencia, una poderosa afirmación de mí
mismo, que paradójicamente me situaba en
un ámbito relacional; ¡no estás solo, sigo
aquí, contigo! me pareció escuchar de
pronto. Entonces me sentí participando,
participando profundamente con el mundo,

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