atardecer en la bahía de Mazarrón (Murcia)

A mi hermano Pepe, cuya muerte tanto lamento.

No hay verso que dé consuelo a tu muerte,

hermano mío, ya lejos y ausente
del tiempo que gozamos en su fuente
feliz: la infancia que nos tocó en suerte.

Hoy, cuando revivo tu rostro inerte

que atesora la memoria en mi mente
y vuelvo a sentir tu cuerpo presente,
no soporto la idea de no verte.

Miro las fotos, huelo tus aromas,

escucho tus discos, tus ropas toco,
hablo con tus amigos de tus bromas

para evitar que te vayas, en loco

sueño esperanzado de que te asomas
y regresas a mí cuando te invoco.

Paco Ayala Florenciano.

En Ceutí, a 26 de Mayo de 2010.