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Tres problemas para el 2012

Publicación: Servicio Universal de Noticias - Gral,Edit,Soc,Deptes,Cia yTec


Proveedor: El Universal
5 de Mayo de 2010
Miguel Carbonell (Investigador del IIJ-UNAM) Hace unos días estaba en una reunión con
un funcionario de alto rango, quien me había convocado a un desayuno para “hacerme una
consulta y conocer mi punto de vista sobre el futuro del país”. Luego de contarme durante
cerca de una hora la parte más interesante de su biografía política, tocó el punto por el que
me había invitado a desayunar. Quería que le dijera cuál era problema que, según mi punto
de vista, debía enfrentar con mayor urgencia el gobierno federal que comenzará a funcionar
en diciembre de 2012.

Confieso que la pregunta me tomó por sorpresa. Sin embargo, recordé que le había pasado
algo parecido a un profesor paraguayo, Daniel Mendonca, quien me había contado su
propia respuesta. De ahí tomé la mía.

Le dije al personaje en cuestión que desde mi punto de vista no había uno, sino tres
problemas fundamentales que debían ser atendidos por la próxima administración federal.
Son los siguientes: 1. Combate a la pobreza. Hay evidencia empírica que demuestra que la
democracia se vuelve casi indestructible cuando hay bienestar económico. Por encima de
un cierto nivel de renta las posibilidades de que quiebre una democracia son muy escasas.
La democracia sobrevive mejor cuando no hay pobreza. La primera tarea del próximo
gobierno, sea del partido que sea, debe ser un plan agresivo para reducir la pobreza. La
miseria en que viven millones de mexicanos es un lastre moralmente insoportable. Quizá
sirva, para articular una buena política pública en este tema, voltear a ver la experiencia
liderada por el presidente Lula para Brasil.

2. Combate a la corrupción. Todas las encuestas internacionales demuestran la


omnipresencia de la corrupción en las relaciones entre ciudadanos y autoridades. La
corrupción le cuesta muy caro a las familias mexicanas, sobre todo a las más pobres. Es el
impuesto más regresivo que existe.

Hay que dar pasos mucho más decididos contra la corrupción, sobre todo a nivel estatal y
municipal, en donde las prácticas corruptas abundan. Esa lucha, de ser exitosa, nos
ahorraría miles de millones de pesos, daría mayor certidumbre a las inversiones, permitiría
un crecimiento económico más sostenido y además, indirectamente, disminuiría la
delincuencia, al tener funcionarios más honestos y comprometidos con la ley.

3. Consolidación democrática. Las reformas en materia de democracia en los años recientes


se pueden resumir en una: reforma electoral. Ha habido reformas a las elecciones de forma
casi ininterrumpida desde 1977 y durante la década de los 90 hubo ajustes institucionales de
la mayor importancia (IFE ciudadanizado, CNDH, Consejos de la Judicatura, reforma
judicial, justicia agraria, etcétera). Pero a partir de entonces parecen haberse agotado las
energías reformadoras. El mejoramiento institucional ha sido muy precario en la última
década, a partir de la alternancia. Los dos gobiernos federales del PAN han aportado
solamente dos instituciones relevantes al Estado mexicano: el IFAI y el Conapred, en
ambos casos bajo fuertes presiones de la sociedad civil y con grandes resistencia del
gobierno. A eso habría que sumar apenas la autonomía constitucional del INEGI, una
propuesta muy vieja.

La próxima administración federal debería dar pasos decididos para mejorar la


institucionalidad democrática nacional y dejarla sólidamente asentada hacia el futuro. No se
trata de la mera alternancia, sino de la hora de la consolidación democrática. Para ello haría
falta una reforma integral de la Constitución mexicana, a partir de un gran pacto de Estado
entre todos los partidos y todos los poderes.

El desayuno terminó en medio de una gran cordialidad, con el anfitrión luciendo las artes
de la buena política, siempre seductora. Pero en el fondo de su rostro percibí un gesto de
incredulidad. Como si le hubieran pintado enfrente una montaña y le acabaran de ordenar
que tiene que subirla corriendo.

Le podrá gustar o no el diagnóstico a ese futuro candidato a algo, pero sinceramente creo
que el futuro del país se juega en esas tres arenas principales: combate a la pobreza, lucha
contra la corrupción y consolidación democrática. Esos son los retos que tendrán los que
sigan, dada la manifiesta incapacidad de los que están ahora.

www.miguelcarbonell.com twitter: miguelcarbonell

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