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En cualquier caso, y con independencia del número de mercados a estudiar, habrá que
efectuar un análisis profundo de la documentación disponible. Las informaciones que
pueden obtenerse son muchísimas y deberán ser evaluadas. Posteriormente, esta
segunda fase sirve, por tanto, para hacer una última selección de los mercados y
además para preparar el terreno para el próximo análisis, en el caso de que se decida
seguir con la investigación.
¿Para qué servirá nuestro producto? El uso que se hace de un producto puede
variar de un mercado a otro. Después de establecer el uso que los
consumidores harán del producto, es preciso definir si es preciso adaptarlo
para satisfacer la demanda de los consumidores elegidos.
¿Quién lo comprará? Al igual que los consumidores potenciales cambian,
también lo hacen las perspectivas de venta y las características del producto.
¿Por qué lo comprarán? Las motivaciones de compra pueden ser diversas pero,
en cada caso, conocerlas es fundamental para quien pretende vender, ya que
de esa forma puede establecer mejores políticas de venta.
¿Dónde lo comprarán? La contestación de esta pregunta tiene como objeto
estar en condiciones de escoger el canal de venta más adecuado.
¿Cuándo lo comprarán? Es muy importante conocer la estacionalidad de la
demanda, en lo que a consumo privado se refiere. Si bien la información
proporcionada por las respuestas a estas preguntas es muy orientativa, el
análisis de la demanda requiere un estudio más profundo. En particular, es
preciso conocer la distribución de la demanda potencial por áreas geográficas y
por diferentes clases de consumidores. En lo que se refiere al área geográfica
es notable que la población, en todos los países, se concentra en determinadas
zonas, al igual que la industria y los servicios. La demanda potencial no está
nunca distribuida uniformemente, lo que hace preciso concretar en qué áreas
del país se produce la mayor concentración. Por dos motivos, porque es más
fácil vender donde la demanda potencial es más amplia y porque en estas
zonas la estructura de la distribución en general es más eficiente y por tanto
facilita la introducción de una empresa externa. Para definir el segmento de
mercado en el que concentrar la atención, es necesario conocer la distribución
de la demanda potencial por clases. En lo que a bienes de consumo se refiere,
es relativamente fácil disponer de una distribución de las rentas por clases
sociales. En cuanto a los bienes industriales, la clasificación se hace más difícil.
Se deben analizar en profundidad los canales de entrada y distribución en el
mercado, los precios practicados por la competencia, los márgenes sobre
ventas, los precios finales, la forma de promoción, de publicidad, la fuerza de
ventas, las participaciones en ferias.
¿Qué factores afectarán a las ventas y a la rentabilidad? Según el país y
producto, existen factores diversos que pueden afectar a las ventas y a la
rentabilidad del producto exportado (precio, distribución, comunicación, etc.).
¿Cuáles son las principales empresas que operan en el mercado? En este
apartado es preciso realizar una matriz de trabajo, diferenciando las
compañías nacionales y las que tienen su origen en otros países, así como la
forma y acuerdos con los que operan en este país.
Por último, hay que estudiar también la competencia que plantean las empresas
internacionales establecidas en el mercado objetivo.
De todas las variables de marketing sobre las que la empresa puede influir, sin duda el
producto es una de las más importantes. Por sus productos la conocen, la valoran o la
rechazan en el mercado. A lo largo de los años, el producto contribuye a crear la
imagen de la empresa.
Desde el punto de vista del empresario, el producto es el bien físico o intangible que se
ofrece al mercado. En esta definición juegan un papel importante atributos como la
imagen, la calidad, el precio, el surtido, el diseño o las características técnicas. Pero
esta definición se quedaría incompleta si no se incluyese la totalidad de los beneficios
que el producto reporta, también desde el punto de vista del consumidor. Entre ellos
cabe incluir el servicio posventa, el asesoramiento al cliente, la financiación a medida,
la logística y las cláusulas de garantía.
La fijación de una estrategia adecuada de mix de productos para cada país o grupo de
países es totalmente necesaria como requisito previo para la exportación.
Todo producto tiene un ciclo de vida en cada mercado en que está presente. Ahora
bien, un producto puede estar en su fase de declive para el mercado doméstico pero,
con algunas modificaciones, podemos introducirlo en un mercado exterior en su fase
de lanzamiento o en otra cualquiera, consiguiendo así alargar su ciclo de vida.
Esta estrategia resulta de gran interés cuando entre los países exportador e
importador existe una diferencia palpable de nivel tecnológico.
En este caso, puede compensar exportar el producto al mercado exterior, hasta que
alcance en él su fase de expansión y ofrecer al importador la posibilidad de fabricarlo
bajo licencia, contra el pago de un canon (royalty). Hecho esto, se libera la capacidad
productiva de las instalaciones domésticas para poder elaborar otros productos de
elevado nivel tecnológico. La demanda residual del producto cedido puede ser
satisfecha con la importación procedente del país poseedor de la licencia.
La forma más adecuada de averiguar las modificaciones a introducir en el producto es
la técnica del análisis del valor. Para esto es imprescindible tener conocimiento de la
clientela potencial del mercado extranjero y realizar el análisis en consecuencia.
Por tanto hay que decir que el conocimiento del ciclo de vida de la cartera de
productos y el punto en que se encuentra cada uno es vital para plasmar una
estrategia internacional correcta. La internacionalización del ciclo de vida de un
producto hace que se puedan obtener mayores beneficios y por diferentes conceptos.
Por lo que atañe a los mercados, los criterios de selección del canal de distribución
deben tomar en consideración los sistemas político-económicos vigentes en cada país,
de los que se derivan las condiciones de importación de los productos y también la
propia estructuración de los circuitos comerciales.
Publicidad.
Promoción de ventas.
Relaciones públicas.
Gestiones comerciales.
Merchandising.
Etcétera.
En una exposición intervienen todas las variables del marketing. La empresa presenta
a todos los visitantes sus productos, su precio, su distribución, su publicidad, su
promoción y su fuerza de ventas, poniendo más énfasis en alguno de estos elementos,
de conformidad con los objetivos que pretenda alcanzar. El stand es una especie de
embajada de la empresa.
Es importante definir los objetivos específicos de un salón en relación directa con los
objetivos de marketing de la empresa, así como preparar la feria a conciencia.
Podemos distinguir varios tipos de exposiciones:
Las razones para la presencia en las ferias de las respectivas empresas pueden ser de
diversa índole:
Ante la imposibilidad de estar presentes en todas las ferias, es preciso seleccionar las
mismas en función de las siguientes preguntas:
Las ferias actúan como un marketing diferenciado, con una política de imagen global,
que puede ayudar a darse a conocer en el exterior. A partir del momento en que una
firma sale de su mercado, las ferias internacionales pueden revelarse como una
herramienta estratégica de promoción, ventas o estudio de mercado. La presencia en
las mismas tiene que estar totalmente apoyada por la casa matriz con una fuerza de
venta competente y utilizando una lengua de origen en todos los medios de
comunicación.
Organizar una participación en una feria no es asunto fácil, de ahí que tengamos que
hacer una check list para no olvidar ningún detalle. Aconsejamos leer, en el capítulo de
La distribución, el apartado referente al aprovechamiento de las ferias.
7. Las misiones internacionales
Las misiones comerciales son una visita colectiva concertada, realizada de acuerdo a
un plan, que un país organiza para aumentar su comercio con otro. Demuestra interés
por aumentar el comercio entre el país de origen y el país de destino.
Las misiones comerciales oficiales son las organizadas por el Gobierno para aumentar
las exportaciones. El Gobierno está en la mejor situación para movilizar los mercados,
las empresas y los recursos financieros necesarios, por lo que es natural que sea el
propio Gobierno el que a veces represente los intereses de la exportación de los
productores nacionales. Al desarrollarse la industria de un país y al aumentar sus
campañas de exportación, los Gobiernos procuran incorporar las agrupaciones sin fines
de lucro a la promoción comercial. La principal función del Gobierno consiste en actuar
como asesor y coordinador y en suministrar asistencia financiera y/o gestora.
En general, las misiones comerciales tienen como objetivo ampliar los mercados
exteriores, fomentando las posibilidades de venta y el establecimiento de agencias, o
bien reunir información de la que se derive un beneficio para futuras exportaciones. La
misión debe ir acompañada de una estrategia de comunicación de la propia misión,
para despertar interés en el país receptor, dar prestigio a la misión y atraer al mayor
número de participantes.
– Análisis de la competencia.
– Establecer qué valor añadido aporta el producto de los demás en el mercado y con
cuáles tendrá que competir.
– Garantías al consumidor.
Estrategias de comunicación:
- Marketing directo.
Embalaje:
– Costo de los artículos: resumir el costo de los artículos y la factura de los materiales.
Estrategias de lanzamiento:
– Presupuesto de la promoción.
Relaciones públicas:
– Ejecución de la estrategia:
Publicidad:
Ejecución de la estrategia:
Distribución y logística:
Segmentación de mercado:
Medidas de éxito:
Planificación:
– Planning de trabajo.
Ventas:
Posicionamiento:
Rentabilidad:
– Ventas por empleado.
– Rentabilidad económica
– Rentabilidad financiera.
Cuota de mercado.
La gran variedad de situaciones a que debe hacer frente una empresa cuando decide
abordar los mercados exteriores exige dar respuesta a las preguntas siguientes:
¿Cuál es la mejor solución para lograr con éxito la distribución del producto?
Las formas de acceso a los mercados, según la naturaleza del control que se ejerce
sobre el canal de distribución, permiten cuatro posibilidades de actuación:
Las que dan a la empresa suficiente control de la acción sobre los mercados,
cuya expresión son las distintas formas de venta directa: red comercial propia
con apoyo de agentes comerciales, filial comercial y sucursal.
Las que hacen compartir a la empresa con terceros la soberanía comercial,
como el piggy back, el consorcio de empresas para exportar y la Agrupación
Europea de Interés Económico.
Las que suponen subcontratación de las ventas en el exterior, que, si bien
permiten cierta presencia de la empresa en mercados exteriores, reducen a
niveles ínfimos el grado de control sobre los mercados, como por ejemplo, el
recurso a una trading company, o la venta a través de un importador
distribuidor.
Las que implican una implantación definitiva en el mercado de destino, y abren
el campo de la exportación por inversión: joint venture, exportación planta
llave en mano, cooperación empresarial y apertura de un centro de producción
propio en el extranjero.