Hace mucho aos, mi mam me dijo un cuento horror, que, hasta el da de hoy, a veces

todava me mantiene en la noche. Voy a recontar aqu.

El ao fue 1984, y en el pueblo de Bloomfield, CA, vivi una familia de tres. El hombre,
Billy Reyes, y su mujer, Alicia, se haban casado por cinco aos, y tenan dos chicas guapas, una
de tres aos, y una de dos aos. El pueblo de Bloomfield fue muy pequeo. Haba apenas
doscientos personas en el lugar, y no haba ningn otra pueblo por millas alrededor. Sin embargo,
pese a la escasa poblacin, el ambiente tena mucha belleza y daba un siento de tranquilidad y
pez. Delante de la casa de Billy y Alicia, podan ver un bosque grande. Deben haber habido
cientos de rboles, y el bosque atraves muchas ligas. La actividad favorita de la familia Reyes
estaba haciendo picnic durante los fines de semanas, en un sitio espacioso con una buena vista de
todo el paisaje.
Una tarde, la familia estaba relajando en su lugar habitual en el bosque. Haban tomado
una caminata en la maana, a lo largo de un ro que corri a travs del bosque. La brisa de la
maana ha sido muy cmodo, y haban podido or los melodiosos chirridos de los pjaros, un
evento raro en la ciudad. Billy y Alicia haban hablado de sus hijas, la belleza y el buen tiempo, y
lo que iban a hacer para cena, y de verdad, nada en el mundo podra haber hecho a este pareja
ms feliz. Luego, a las doce, haban almorzado con los bocadillos y una ensalada muy sabrosa.
Ahora, acababan su camino y detuvo para un descanso. Alicia se haba dormido en la
manta del picnic con sus hijas por sus lados, y Bill estaba tomando fotos del paisaje circundante.
Disfrutaba de tomando fotos de los animales que vio, especialmente las ardillas y otros animales
pequeos que vivan en el bosque. Este tarde, Bill haba divisado un venado grande entre unos
rboles muy cerca de l. El venado tena astas magnificentes, como la corona de un rey, y su piel
estaba el color de chocolate. Bill nunca haba visto un espectculo tan esplndido. Tom unas
medidas hacia el venado para obtener una mejor vista, pero accidentalmente tropez con una
piedra, y cuando mir de nuevo, el venado haba ido.