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TEMA: LA APOLOGIA DE SOCRATES

SUBTEMA:

RESUMEN

Scrates empieza por dejar en claro que es mentira lo que sus acusadores han
dicho de l y que en su defensa, l si se ajustar, como siempre, a la verdad.
Lanza adems, una daga con la punta anestesiada a algunos de los atenienses
que lo juzgarn, pues cuando les solicita que lo disculpen, por no defenderse con
el lenguaje de los tribunales, pues slo conoce el lenguaje que acostumbra a usar
en las plazas pblicas, donde muchos de ustedes me han odo, les est diciendo
que de condenarlo, deberan de condenarse ellos tambin, por haberlo seguido en
sus discursos.
Menciona a sus acusadores: Melito, Anito y Licn, que representan a los poetas,
artfices y polticos y a los oradores, respectivamente. Luego, al leer su acusacin
de ser culpable de corromper a los jvenes, de no reconocer a los dioses del
Estado y de introducir nuevas divinidades. A esto responde que las dadivas vienen
de cierta sabidura que hay en el, aunque ms adelante dice que no la tiene.
Explica que Cherefn, su amigo de la infancia, un da fue a Delfos, pregunt al
orculo si haba en el mundo un hombre ms sabio que Scrates y la Pita
respondi que no.

Scrates intenta comprender el significado del orculo y busca a hombres sabios:


poetas, polticos, oradores y artfices para corroborar que si existen hombres ms
sabios que l, sin embargo, se percata que, a los ojos de casi todos, estos
pasaban por sabios sin serlo. Intent convencerlos de tal error y esto le gener el
odio de muchos. Es evidente que desde siempre conducirse de esta forma, es

asegurarse el desprecio de los otros. Esto, que ha sido el origen del odio que le
tienen, y que, pienso, le vali una fama de arrogante, aunque l se perciba muy
humilde, ser lo que a la postre, posiblemente, termine siendo la causa de su
condena, pues est confirmando con sus propias palabras, lo que de boca en
boca se ha transmitido.
As las cosas, Scrates descalifica la respuesta de Melito, pero por supuesto,
termina con ello de echar unas gotas ms de cicuta a la copa que tendr que
beber.

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