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GEOGRAFIA POLITICA ECONOMIA MUNDO, ESTADO-NACION Y LOCALIDAD 2 adicién, corregida y aumentada por Peter J. Taylor Colin Flint TRAMA EDITORIAL CAPITULO 1 EL ANALISIS DE LOS SISTEMAS-MUNDO EN GEOGRAFIA POLITICA Considere el lector estos dos numeros: 358 y 2.500.000.000. EI primer numero po- dria corresponder al de los habitantes de una pequefia poblacién de Ja zona desér- tica de Kansas, o al tamaiio de In audiencia de un concierto en Berlin, o al némero de votos que obtend:fa ef candidazo de un pequefio partido en unas elecciones cele- bradas en Gran Bretafiz. Dos mil quinientos millones es algo completamene dis- tinté: es un nimero mucho, mucho mayor que la «ingente» poblacién de China, se aproxima a la poblacion de los Estados Unidos multiplicada por diez y es casi la mi- tad de los habitantes que dene en fa actualidad nuestro planeta. Estas dos cifras se relacionan en una asombrosa estadistica publicada en el /yfarme del Desarralle de 1996 elaborado por las Naciones Unidas: las 358 personas més ricas del mundo tie- nen Ja misma cantidad de riqueza que los dos mil quinientos millones mds pobres. jGuau! No es frecuente que un solo hecho pueda sincetizar el mundo, pero éste casi lo consigue Resulta evidenre la polatizacién crocionte de la riqueza “los ricos se enriquecen cada vex mis y la mayor parce del resto se empobrece—- que se ha pro- ducido en las dos tkimas décadas en el ineerior de las cludadesy ents las eiudeies y se ha notado la misma polarizacién en el interior de los pafses y entre ellos mis. mos; pero ahora todas las implicaciones de estas tendencias quedan a la vista en su oalidad global. Esta es una realidad, quizés [a realidad, de ka globalizacisn. Globalizacién es la palabra que esta de moda en fas ciencias sociales en. los afios noventa, y ha tenido tanto éxito que ha penetrado en Ja imaginacién popular, La ente de todo el mundo espera ver e! Campeonato Murdial en la television desde ef lugar donde se celebre; verdaderamente se trata de wn «acontecimiento mundial». Y Jo que quizi sea mds iimportante es que la globalizacidn se ha introducido en los de- bates politicos: por ejemplo, les Estados sueien alegar la competicién econémica global como motivo para redhucir los recursos que dedican 2 prestaciones sociales. ‘Tras casi un siglo de politicas de redistribucién que han adoptado muclas formas (new deals*, guerras conua la pobreza, campaiias de ayuda incernacional, Estados del bienestar socialdemécratas y patecnalismo democtistiano), este tipo de politicas estd patas artiba, En ta globalizacién se estd invirticndo el sentido de las reducciones ~—~moderadas pero, sin embargo, histéricas— de las diferencias de riqueza y renta que se han producido en casi todo el siglo xx. En realidad, se esté cuestionando todo el faruro del propio Escado. Puesco que el Estado ha constituido el principal tema de interés de la geografia polftica, este debate ocupard un lugar destacado en este libro. Sin embargo, no es tan simple ni mucho menos como da a entender el proceso de globalizacidn; evidencemente el Estado estd cambiando, pero hay una () Alude al New Deal, conjunco de politicas internas del presidente de los EE UU ED. Reose- velt que tenfan por objeto combatir Iz depresidn de los afios ereinta mediante Ia intervencién del Go- bierno en Ia economla [NV de dos T] 2 Geagrafia Politica gran diversidad de puntos de vista sobre lo que realmente estd ecurrienda. {Se eaca de wna auténtica desaparicién de! Estado, o sdlo es fa titima de una larga sucesién de adaptaciones del Estado a tas nuevas ciscunstancias? No hay duda de que éta constituye una época apasionante para excudiar geografia politica ; En este libro el enfoque de la geograffa politica que adoptamos es el de los siste- mas-mundo. En este primer capitulo dewelaremos en qué consiste exactamente esta geografia politica de los sistemas-mundo. No obstante, podemos sefialar desde ahora que, como su nombre indica, nuestra geografia politica no se limita simplemente a prestar atencidén al Estado. Ademiés, este sistema-mundo del que aos ocupamos es mucho més antiguo que los procesos que destacan fes autores que eseriben sobre la plobalizacidn. Nuestro enfoque ao niega los cambios radicales que se han produciclo en épocas recientes sino que trata de situarles en una pmo geohistérica. El prin- cipal argument consiste en que Ja globalizacién no 2 surgido de la nada. Hay una hibrodaole bntetacciones mundisles yuna geogradla de diferencias de poder y riquezz afin, que han ejercido una gran influencia en el carcrer y la forma de [a globalizacion. Por si acaso fueran estas olvidadas, en esce texto la globalizacién se intespreta como la tiltima expresidn de prolongados procesos peohistéticos de los que deducimos una geogralla politica de! poder, la incriga y la influencia que resulta fascinante. L GLOBALIZACION(ES) Y GEOGRAFIA POLITICA {Qué es exaccamente la globalizacidn? De la misma palabra podemos deducir que se refiere a una dererminada escala geogrifica de actividad humana, y en la breve exposicién que hemos realizado anceriarmente hemos supuesto que los lectores han hecho esa conexidn con las pautas sociales y procesos mundiales. Pero tene- mos que ser mucho més precisos. No obstance, la globalizacién es uno de esos concepros multifaoéticas que es muy dificil de definir de forma precisa: siempre que nos encontramas ¢] término tenemos que considerar el concexto en que se uti- liza porque, por ejemplo, es probable que la glebalizacién de un economista sea muy distinea de la utilizacidn del sérmino que haga un gedgrafo. Teniendo esto en cuenca, podemos sefialar ocho dimensiones principales en la globalizacicn: 1. La globalizaciin financiera describe el mercado mundial instancdneo de productos financieros que se intercambian en las «ciudades mundialesn de todo el planeta de forma ininterrumpida las veinticuarto horas det dia 2. La globalizacién recnoligica alude a la combinacién de tecnologias de co- raunicaciones y de informédtica y las corcespondientes conexiones gor saté- lite que hen creado la ccampresién espacio-temporals, a eansmisién ins- tanténea de informacidn por todo el mundo. _ 3. La globalizacion econdmica describe los nuevos sistemas de produccién in- tegrada que petmiten a las «empresas globales» ucilizar capical y mano de obra por cado el globo 4. La globalizacidn cultural se cefiere al consumo de «productos globales» en. el mundo, que a menudo conlleva un efecto homogeneizador como en el caso de la «Caca-colieacidnn y ef wMcMdundon / 5 [a globalizacién politic, que antes destacamos brevemente, es la difusign de tina agenda «neoliberal» que fomenta [a reduccidn de les gastos estaca- les, la destegulacion, la privatizacién y en general las «econamias abierrasy, Bl andlisis de lox sistervar-menndo en geografia politica 3 6. La glebaticaciin ecoldgica es ta inquietud respecto al hecho de que las ten- dencias sociales actuales sobrepasen la capacidad de Ja Tierra para sobrevi- vir como planeta vivo; aspira a ser una «globalizacién politica verde. 7. La globalicacién geogréfica se refiere a la teotdenacién del espacio que susti- cuye lo «internacional» por prdcticas cransestatales en un crnundo cada vez con menos fronteras», contemplade a menudo como una red de «citdades mundiales», 8. La globalizacién seciolégica es la nueva mentalidad que ve el suzgimiento de una dnica «sociedad mendial», un todo social intetconectado que tras- ciende las sociedades nacionales. Estas oche dimensiones estin iaterconectadas de muchas formas muy complejas y es- cda sujetas a muchas discusiones 7 disensianes de tipo académico —observen que consideramos problemdticas varios concepros que sefialamos entrecomilléndolos—. Sin embargo, kay algo en Io que todo el mundo parece coincidix: hay algunos cam- bios Fundamentales que andan. por ah{ que conllevan ciertas refortnas de las escalas pe- ogrdficas a cravés de las que vivimnos en tanto que trabajacores, consumidores, inverso- es, votantes, telespeccadores, curistas, y muchas mds de nuestras actividades sociales la geoprafia politica de los sisternas-mundo no hace hincapié en Ja singularidad global de la situacién presente, Para los gedgrafos politicos Ja preocupacién por lo global no es ninguna novedad. La wadicién de divecsas geopaliticas y el continuo estudio del mapa politico mundial hacen que el gedgrafo politico rome con caurela ef edescubrimiento» reciente de la escala global por parce de la sensibilidad popular y dela ciencia social moderna. Hace noventa afios uno de Jos padres fundadores de fa geografla politica manifescaba una pteacupacién parecida: De ahora en adelance, en la era poscelombina, cendremos que estudiar de nuevo un sistema politico cerrado, aunque sea de dmbito mundial. Todas [as explosio- nes de las fuerzas sociales, cn vez de disiparse en !as xonas cetcanas 0 ¢n un espa cio desconocide, cendrin un eco considerable en ef otro extreme del munda (Maclinder, 1904: 22). Lo que hacfa Mackinder era manifesrar un interés por los temas internacionales muy en boga a principios de siglo. Puede que actualmente los directotes de las empresas mulcinacionales estén haciendo planes globales, pero lo mismo hicieron los hombres que a finales del siglo xo epintaban el mapamundi de rasa»™ para asegurarse de que ef sol nunca se pondria en cl Imperio britdnico. En esa epoca habfe cres idealogtas politicas rivales, cada una de fas cuales cenfa su propio mo- delo de mundo. Los imperialiscas eran parcidarios de la compecencia interestaral gracias 2 la cual los fuertes se enriquececian a costa de los débiles; este modo de pensar acabé provocando dos guerras mundiales y veinticuatco millones de muer- tos en combate. Los fiberales se oponfan a este tipa de militarismo y proponian un modelo de mundo alternative en el que hubiera libre comercio entre los pat ses, cada uno de los cuales se enriquecerfa segiin su «ventaja comparativay para producir articulos para la exportacién; crearon clubes internacionales de pafses (primero la Sociedad de Naciones y posteriormente fas Naciones Unidas), para lograr fa unidad y coneribuir al mantenimiento de la paz. Los socialistas cenfan una postura todavia mds explicitamente interaacional porque, al principio, ha- (1) Los teititorios bajo dominio bricdnico solian colareasse de ros en fos maparmundi [N’ de fos TH 4 Gengrafia Politien clan mayor hincapié en la clase social que en el pats; crearon Ja estructura interna- cional de toma de decisiones mas compleja, la Internacional Socialista, a fa que se afiliaron todos los partidos pelfticos socialistas. Asf pues, las cuestiones globzles tenfan una importancia fundamental en ta mentalidad de muchas personas de di- versas afiliaciones pollricas a principios de siglo, época en que sucgis Ia geografia politcarcoma clijctuiderernitie.,Por-ganta,” antes torprendanee jue a geografia polftica tenga una tradicién global, tradici6n que intentamos seguir manteniendo en este libro. También podriamos remontarnos en el empo para encontrar ejemplos ante- riores de aglobalizaciones» en las prdccicas e ideas politicas. E{ colonialismo y los asentamientos europeos, y las numerosas guerras mantenidas entre porencias europeas fuera de Europa antes del siglo xx, demuestran la existencia de estrare- gis y conflicts ploales En a siglo Xi varias potencis enropensextuvieron implicadas en ta famosa «disputa por Africa». En el siglo xvut Gran Bretafia y Francia lucharon en campos de batalla tan distantes como Canadé y la India. En el siglo xvii los Paises Bajos desafiaron a Espafia en los dos extremos de! globo, en las Indias orientales y occidentales. Fn el siglo xvi Portugal y Espafia se rigie- ron por un sistemia global ideade por el papa Alejandro V1 y conficmado en gran parte en el Tracado de Tordesillas (1494), en vireud del cual se reparrian el mundo no curopeo utilizando una linea divisoria en el Océano Atlantico (les tie- tras no europeas al oeste pertenecerian a Espafia, y las cierras al este a Portugal) Evidentemence la historia de las wglobalizacionesn es larga La cuestin de a qué época se remonta la preocupacién por Jo global no es ti- vial. Para decidir en qué época hay que empezar a buscar el nacimieato del mundo actual hemos de basacnos en una teorfa, implicica o explicita, de nuestro mundo moderna. Por ejemplo, une de los Iimizes temporales que se urilizan mds habicualmente es la Revolucién industrial (1760-1840 aproximadamente), que efectivamente defirie la sociedad moderna come una sociedad induscrial. Sin em- bargo, una de las cacacteristicas de la globalizacién contempordnea es que la pro- dueciéa induscrial estd relarivamente dispersa como resultado de la «desindustria- lizacién» de muchos de los pafses mis ricas del mundo, que se ha producido en las dos tltimas décadas. Tener una planta sidenirgica ha dejado de ser un signo de modernidad como ocurria en el pasado (Taylor, 1998). Al deshacer el vinculo en- tre lo «industrials y lo amoderno» el asvilisis de los sistemas-rnundo utiliza una perspectiva temporal mucho mds larga. Segtin este andlisis los orfgenes de la mo- dernidad estén relacionados con la expansién geogrdfica del poder curopeo. Esco conlleva un marco tedrico que gira en torno a la economfa-mundo capialisca que surgi en Europa en la época posterior a 1450 y que se fue extendiendo hasta que en 1900 abarcd todo ef mundo, Aunque actien en contextos muy diferentes, tanto el pupa Alejandro Vi en Tordesillas en 1494 como los hinchas brasllehor, nigerianos, faponeses o italianos que animan a su equipo en los partidos del Cam- peonaco del Mundo de firbol que ven en ja televisién de un bar de Sao Paulo, Lagos, Takio o Milén en 1998 focman parte de fa misma trama moderna. Cada una de las «globalizaciones» que ances hemos definido de forma breve es distinta, por fa raz6n obvia de que muchas cosas han cambiado 2 lo largo de los splos La globalization acca conscaye lsemplo mis vivo de cémo st ha visto dheada glcbalmente la vida de ia gente debido en parte a que las comunicacio- nes instanténeas en todo cl mundo han tenido un impacto esencialmente dis- tinto. La Guerra del Golfo de 1992, por ejemplo, fue el primer enfrentamiento importante que ha habido en ef mundo que ta gente pudo contemplar, al mismo El andlisis de los ciseemat-mamde en geognafa politica 5 tiempo que ecurrfa, en la relevisién de su cuarto de estar. Asf pues, no es de extra~ fiar que le utilizacién generalizada def término globalizacién para referirse 2 pro- cesos mundiales sea muy reciente, Fn tanto que invencién de nuestra Epoca, esta palabra refleja nuescra reciense poiftica mundial. En dos palabras, es el téumino que sucede a la divisién tripartite de «primer mundo», «segundo mundo» y eter cer mundoy. Es muy sencillo, fos des tlimos «mundess han desaparecido como categorias significativas: el usegundo mundo», en cuanto alrernativa socialista, se esfuuméd con la desaparicién de la URSS y con el fin de la Guerra Fria; un «ercer mundos de palses mas pobres desaparecié cuando surgieron las economias del Pa- cffico asidcico. La consecuencia ha sido «an mundo» centrado en tres cegiones principales: América del Norte, Europa Occidental y Asia Oriental. Obsérvese que no es uglobalh en el sentido de que incluya Ja toralidad, por lo que en ocasio- nes ha rectbido Ia denominacién de «globalizacién desigualy (Holm y Sorenson, 1995). Es evidente que la comunicacién instantanea no ha tenido como zesultade el efin de la geografian, como han sostenido algunes La ditima cuestién es importance porque, a pesar de su spacrimonio glabals, la geograffa politica como subdisciplina ka procurado findamentalmense entender el Estado moderno y las selaciones que establece con el territorio y Ia nacién. No obstante, es importante ser conscience de que aunque Ja globalizacién actual no suponga una considerable calteracién de la escala» de las actividades no agosa ni mucho menos todo ef tema, Interesarse por lo global no deberia tener como con- secuencia olvidar otras escalas geogréficas, como la local y la nacional. Hsta es el rema central de la geograffa politica, y las relaciones enzre las distintas escalas geo- grificas son las que ocupan el papel central en la geogcafla politica que expondse- mos seguidamente. Sin embargo, les escalas geogrdficas no se pueden estudiar in- dependieacemente de una teorfa social que configure las interpretaciones y organice los argumentas. Aquf es donde entra en accidn el andlisis de Jos siste- mas-mundo. El enfoque de los sistemas-mundo de Wallerstein (1979) en Sas ciencias socia- les ha originado gran cantidad de literatura ciectifica en los iildmos ais, lo que ha supuesto desarrollos tedricos sustanciales de las ideas originales, asf como crfti- cas desde diversas perspectivas alrernativas, En este libro no pretendemos entrar en este debate, sino que nos hemos limitado a elegir el marco conceptual de Wa- llerstein, por el hecho de que nos ha parecido sumamente til para ordenar y comprender el objeto de estudio de ia geografta politica (Taylos. 1982). No se sabe si algo es bueno hasta que se pone a prueba, por asf decirlo: los restantes ca- pinalowide net lineat peeteridendenizera ls counyerentcia Ge la geografla politica de los sistemas-mundo, y lo que resta de este capitulo define el enfoque analftico de los sistemas-mundo y la adapucién que hemes hecho del mismo a la geografa politica. Tl EL ANALISIS DE LOS SISTEMAS-MUNDO El anlisis de ios sisternas-mando plantea Ia cuestién de cémo conceptsalizamos el cambio social, Se suele desctibir este tipo de cambios hablando de sociedades gue son equiparadas a ples de ah que hablemos de veoiedad bios, wcie lad estadounidense», wsociedad brasileian, «sociedad china», etc. Puesto que en el mundo de hoy hay mds de 200 Estados, los estudiosos del cambio social cendrfan 6 Geografta Politica que habérselas con mis de 200 sociedades» diferentes. La ciencia social ortodoxa acepta esta concepcién que podemos llamar el supuesto de la sociedad ratltipic; pero el andlisis de los sistermas-mundo no acepra que este supuesto sea un punto de partida vélida para camprender el mundo moderno. En vez de defender que el cambio social tiene lugar pafs por pais, Wallerstein (1979) postula la existencia de un «sistema-mundo» que en la actualidad tiene una extensién global, Si aceprames este «supuesto de una sociedad tinica», las nu- merosas «sociedades nacionales» se convierten simplemente en partes de un todo mayor, por le que un determinado cambio social sdlo puede set comprendido en su totalidad en el contexto mds amplio del sistema~mundo moderno. Por ejem~ plo, la decadencia de Gran Bretafia desde finales del siglo xtx no es exclusiva- mente un «fendémenc britdnico», forma parte de un proceso mds amplio del sis- tema-mundo al que llamaremos «decadencia de la hegemonia». Si se trata de explicar este cambio social especifico tentendo en cuenta solamente a Gran Bre- tafia, se obsiene una visidn muy parcial de los pracesos que empezaban a desarro- Hazse a Finales del siglo xxx Claro escd que ef enfoque de Jos sistemas-mundo no es el primer inecato de poner en cuestién el pensamiento ortodoxo en las ciencias sociales; de hecho, ‘Wallerstein se propone, manifiestamente, conjugar dos recos cedricos anteriores En primer lugar, coma prestadas ideas y concepros de la escuela de historia fran- cesa de los Annales, que no aprobaba el exceso de detalle de Ia historia de princi- ios del siglo xx, y hacia hincapié en los acontecimientos politicos, sobre codo en fas maniobras diplomaticas. Esca escuela abogaba por un enfoque mas holfstico en el cual las actividades de los politicos constituyeran sélo una pequefia parte de Ia historia de [a gente corriente; los politicos y sus diplomacias iban y venian, pero el estilo de vida cotidiana seguia teniendo las mismas bases materiales am- biencales y econdmicas. Ast pues, se hacia hincapié en las raices sociales y econd- micas de la historia en fugar de destacar fa fachada politica, que es fo que hacian los textos orcodoxos. Probsblemence lo que mejor resume esce enfoque es la ex- resién de Fernand Braudel longue durée, que representa la estabilidad materia- a que subyace a [a volatilidad politica (Wallerstein, 1991). En segundo lugar, Wallerstein utiliza la critica neomandista de ‘as reorlas del desacrollo de la ciencia social moderna. La evolucién de la ciencia social después de la Seguada Guerra Mundial coincidid con la proliferacién de nuevos Estados en las antiguas colonias europeas, y su aplicacién a los problemas de estos nuevos Esrados fue fundamental para poner al descubierto las serias limitaciones de di- chas teorlas. En 1967 Gunder Frank publicé una ctitica apacal{ptica de las nocio- nes de Ja ciencia social sobre la «modernizacidn» en estos nuevos Estados, que puso de manifiesto que las ideas originadas en las zonas mas présperas del mundo no podianaplicarse 2 zonas més pobs sin que el anilisis se desvieeuara por com- pleto, La tesis principal de Franke em que los procesos econémicos actuaban de manera distinta dependiendo de la parte del mundo de que se tratata; por este motive, Europa Occidental, Japon y Estados Unides han podido desarvollarse, mientras que casi codo el resto del mundo ha experimentade el «desarrollo del subdesarrolloy. Esta expresién resume el principal argumento de esta escuela, en el sentido de que para hs Estados nuevos el problema no es «ponerse al dian, sino que de le que se trata es de cambiar todo el proceso de desarrollo a escala global (Wallerstein, 1991). El enfoque analftico de los sistemas-mundo intenta combinar de una forma selecciva elementos criticos de Ja historia macerialista de Braudel con los estudios El andlisis de las sistemas-mitando en geografta politica =~ 7 neomarxistas sobre el desarrollo de Franks, afiadiendo algunas caracterfsticas nue- vas, con el fin de hacer una ciencia social histérica cormprehensiva. En palabras de Goldfrank (1979), Wallerstein «devuelve la historian de modo explicito a fa cie cia social. Ademas, podriamos decir que, al desarrollar las ideas de Frank, cambién adevuelve fa geogratlan a la ciencia social: el propio Wallerstein (1991) se refiere a las «realidades espacio-temporales» como el objeto de su interés. Fn pacas pala- bras, existen mds claves para entender el mundo en que vivimos que las que se pueden enconwar esrudiando los paises «avanzados» del mundo de finales del si- glo Xx, por muy riguroso o erudito que sea dicho estudio. It. Sistemas histéricos La ciencia social moderna representa fa culminacién de una tradicién que pre- tende elaborar leyes generales que se puedan aplicar a cualquier época y lugar. Un ejemplo conocido es el intento de equiparar la decadencia del Imperio britinico con la decadericia del Imperio romano casi das mil afios antes. Asimismo, a me- nudo se da por supuesto que Ja «naturaleza humana» es universal, por lo que seria osible aplicar a otras culturas y a otras dpocas las motivaciones de la conduca Rian que se pueden encontrar hoy en los pafses «avanzados», Un ejemplo rele- vante és el 2fan de lucro a la hora de fijar un precio en el mercado, lo que histéri- camente sélo existe en la sociedad moderna, Supaner que esta rativacidn exiseia en sociedades del pasado es comerer un error que Polanyi (1977) denomina «fala- cia economicista», Lo importance es precisar el alcance de las genetalizaciones, para lo cual Wallerstein utiliza el concepto de sistema histérico. Los sistemas histéricos son Jas «sociedades de Wallerstein. Son sistemas por- que se componen de partes interrelacionadas que forman un todo Unico; pera también son histéricos en el sentido de que nacen, se desarrollan durante un cierto periodo de tiempo, y después entran en decadencia. Auaque Wallerstein sélo admice la existencia de un sistema de este tipo en Ia actualidad, en el pasado ha habido innumerables sistemas histéricos. Sistemas de cambio Aunque cada sistema histérico es tinico, Wallerstein afirma que se pueden clasifi- car en ees tipos de entidades principales. Estas entidades se definen por su modo de produccién, que Wallerstein concibe, en términos generzles, como la organiza- cién de Ia base material de la sociedad. Este concepto es mucho mas amplio que la definicién orcodoxa marxista, porque se refiere no s6lo a Ja forma en que se di- viden las actividades productivas sino tambien a las decisiones sobre fa cantidad de bienes que hay que producir, sobre su consumo o acuraulscitn y sobre su pos- terior diseribucién. Utilizando esta amplia definicién, Wallerstein discingue sdlo tres formas basicas de organizar la base material de la sociedad —si se quiere con- sultar una interpretacién mds compleja de los sistemas histéricos desde la pers- pectiva de los siscemas-mundo, véase la obra de Chase-Dunn y Hall (1997)— Estos tres modos de produccitn estén asociados a un tipo de entidad o sistema de cambio: el minisistema, el imperio-mundo y la economia-mundo. El minisiscema es la entidad que se basa en un modo de produccidn recigroco y €e linaje. Es el modo de produccién primario y se basa en una escasa especiali- 8 Geagrafia Politica zacién de las actividades. La produccidn se efectiia mediante la caza, la recolec~ cién o una agriculeura rudimencaria; el intercambic encre los productores es recl- proco, y la edad y el género constituyen el principio fundamental de organiza- Gién. Los minisistemas son familias extensas 0 giupos de parenvesco de mmaiio reducido cuyo rango geogrifico es fundamentalmente toca y que perduran sola- mente uns cuantas generaciones ances de su destruccién o dispersién. Han exis- tido innumerables minisistemas de este tipo; pero ninguno ha sobrevivido hasta nuestros dfas, porque todos han sido suscituidos ¢ integrados en sistemas-mundo mayores. Es preciso aclarar que, cuando utiliza Wallerstein, al hablar de los sistemas so- ciales, el cérmino «mundiales» no quiere decir que dichos sistemas sean «globa- les», sine simplemente que incluyen elementos que no se reducen a Jas activida- des cotidianas locates de sus miembros. Hay dos tipos de sistemas-mundo dependiendo de su modo de produccién: e! imperio-mundo y la economia- mundo. El imperio-mundo ¢s fa entidad que se basa en un modo de peoduccisn redis- tributivo tributario. Los imperios-mundo han adoptado diversas formas policicas, pero todos ellos comparten cl mismo modo de produccida, en el que hay un am- plio grupo de productotes agricolas que disponen de una tecnologia lo suficiente- mente desarrollade para generar un excedenre de produccién por encima de sus necesidades inmediatas. Face excedence permite que haya productores especializa- dos no agricolas, camo artesanos y administradores. Mieneras que el incercambia enue productores agr(colas y artesarios es rec{proco, la caracveristica distintiva de este sistema es la apropiacién de paste de) excedente por los administradores que constituyen una clase dominante burocrdcico-militar Dicho cributo se canaliza hacia arriba originando una desigualdad material a gran escala que no existe en los mimisistemas. Esta redistribucién puede mantenerse tanto en una estructura olftica unitaria (cl Imperio remano), como en una escructura fragmentada (la urapa feudal). A pesar de Ins notables diferencias politicas que las separan, Wa- Ulerstcin afirma que todas estas «civilizaciones», desde Ja Edad de Bronce hasta un pasado no may lejano, tienen fa misma base material en sus sociedades: todas son imperios-mundo. Estos imperios-mundo son menos numerosos que Jos minisis- temas pero, no obstanre, han existide docenas de ellos desde fa Revolucién neoll- tica, La economfa-mundo es la entidad que se basa en el mado de produecién capi- calista. El criterio por el que se rige fa produccidn es fa ebrencién de beneficios y el incentivo fundamental del sistema es a acumulacién del excedeate cn forma de capital. No hay una estructura politica dominance, ya que el mercado es, en defi- nitiva, quien controla con frfas riendas la comperencia entre las diversas unidades de produccién, por lo que Ja regla bdsica consiste en acumular o perecer Asi, en este sistema las unidades eficaces prosperan y acaban con las menos eficaces ven~ dienda més barato en el mercado. Este modo de produccién es el que define a la econom/a-mundo. Histéricamente las economfas-mundo han sido extremadamente fragiles, y los imperios-mundo las han incegrado y sojuzgado antes de que tuvieran la oporcuni- dad de convertizse en sistemas de expansién de capital. La gran excepcidn es Ja economfa-mundo europea que surgié a partir de 1450 y scbrevivis, Negando a dominar todo el mundo. Una fecha-clave para su supervivencia es el afte 1557, cuando los Habsburgo espafioles y austriacos, y su gran rival la dinaseia francesa de fos Valois se arruinaron al incentar dominar la incipiente economfa-mundo Elandlits de tos sisramas-munda en geografea politica 9 (Wallerstein, 1974a: 124). No es en absoluto descahellada la idea de que el fra- caso de estos tiltimas intentos de creaciéa de un imperio-mundo no fue debido a una derrota militar sino a [as maniobras de los banqueros «internacionales». En 1557 la econom/a-mundo ya habfa aparecide y sobrevivifa a 1a vulnerabilidad de jas primeras épocas; estaba al principio de un largo camino que la llevarfa 2 con- vertirse en el nico ejemplo histSrico de una econcrala-mundo eh pleno desacto- llo A medida que se extendfa fue climinands a todos los minisistemas ¢ impe- rios-mundo que quedaban, hasca llegar a ser auténticamente global en rorno a 1900. Tipos de cambio Abora que conocemos todas fas entidades que escudia el andlisis de los sistemas- mundo, pedemos sefialar las formas findamensales que puede adoptar el cambio social, que se pueden reducir a cuatro: transicién, incorporacién, rupcura y continuidad A fin de evitar confusiones, no esté de mas cepetir que estas entida- des —los minisistemas, los imperios-munde y la economia-mundo—, que son objeto del cambio, son las wsociedades» que estudia esta teoria social histérica Los dos primeros tipos de cambio son formas diferentes de uansformacién de un modo de produccidn en otro Se puede {lamar cransicién a la transformacién que ocurre como consecuencia de un proceso interno, el cual induce !a transfor- macién de un sistema hasta convertirlo en otro diferente. Por ejemplo, en cir- cunstancias favorables los minisistemas han engendrado imperios-miando tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo, Asimismo un imperio-mundo, el de la Europa feudal, fue el predecesor de Ia economfa-mundo capitalista; fa oran- sicién de unto a otra se produjo a partir de 1450 La incorporacidn es la transformacién que ocurre como consecuencia de un proceso externo, Los imperios-mundo, a medida que se iban extendiendo, con- quistaban ¢ incorporaban minisiscemas. Estos grupos conquistados eran reorgani- vados paca que pasaran a formar parte de un nuevo modo de produccién me- diante la entrega de eributos a los conquistadores. Asimismno, la economia-mundo al extenderse ha. incorporado minisistemas ¢ imperios-mundo, cuyas poblaciones pasan a formar parte de este nuevo siscemza. Todos los pueblos de todos los conti- nentes, excepto Europa, han sufrido esta wansformacién durante los tiltimos qui- nientos afios. . Las rupturas constituyen el rercer tipo de cambio. Las rupcuras se producen entre entidades que, auin siendo diferentes, tienen aproximadamente la mista lo- calizacién y comparten el mismo modo de produccién, Lo que ocurre es que el sistema se desmorona y, en su lugar, se establece otro discinto. En el caso de los imperios-mundo, el ejemplo clasico es la sucesién de Estados chinos. Los perlo- dos encre un imperio-mundo y otro son andrquicos, produciéndose un rettoceso parcial a Jos minisistemas, y s¢ suele hablar de ellos como de las «dpocas oscurasn. La mds conocida es la época entre el hundimiento del Imperio romano y Ia apati- cién del feudalismo en fa Europa Occidental. El dkimo upo de cambio, Ja continuidad, se produce dentro de los propios sistemas, A pesar de Ia imagen popular de culturas tradicionales «eternas», todas las entidades son dindmicas y estén cambiande continuamente. Estos cambios son fundamentalmente de dos tipos: Hineales y cfclicos. Todas los imperios- mundo han moscrado una pauta cclica de sauge y decadencia»: se iban exten- wo Geografia Poliriea diendo ¢ incorporando minisistemnas, hasta que el conjunto total de los gastos mi- Titares y burocedticos era de tal calibre que las ganancias cesultantes eran cada vez. menores y, entonces, se producia una contraccida. En la economla-mundo, las rendencias lineales y los ciclos de crecimiento y estancamiento forman parte inte- acal de nuestro andlisis, A continuacién vamos a hablar de ellos con mds detalle. El error del desarrollismo Hemos aclarado la forma en que el andlisis de los sistermas-munda aborda el cam- bio social; 2 ic de ahora, nos centraremos en un sistema determinado, la eco- nomia-rundo capitalista, cuya expansion ha eliminado al resto de Los sistemas, razon por la que partimos del supuesto de la existencia de wuna sociedad tinica» a la hora de estudiar ef cambio social contempordneo. No se puede hacer excesivo hincapié en la imporzancia que dene este supuesto para nuestro andlisis, y buena prueba de ello es el error del desarrollismo al que es proclive la ciencia social orto- doxa (Taylor, 1989; 1992a). La ciencia social moderna ha elaborado muchos «modelos de desarrollo por erapas», y todos ellos dan por sentada la existencia de una secuencia lineal de etapas por fa que han de pasar las sociedades (= paises). El método fundamental consiste en llegar, 2 partir de una interpretacién histérica de cémo se enrique- cieroa los paises poderosns, a una especulacién Fururista sobre cémo, a su vez, pueden lograrlo los pafses pobres (Fig. 1.1). El ejemplo més conocido es cl de jas etapas de crecimiento econdmico de Roscow, que generaliza [a historia eco- admica bricdnica en cinco etapas, a modo de escalones, que van desde «la socie- dad tradicionals, como primera etape, hasta eda era del consumo de masas», como tltima etapa. Rostow (1960) utiliza este modelo para situar a los distintos (Superior 5 PAIS 7 ' t ' $4— Moderna —s | i i ' a 4 ae i. t a Interpretacién 7 5 historioa { Espsculacion Q 1 futurista 2 1 3s ° . zg 3 7 a ' ae < pars PosRE ' (lnferiar) 1 2-«— Tradicionai—~»e 1 _ . RESENTE rh Pasado PRESEN taro Tome Figura 1.1 &f desarvollisme Bl anelsis de los riversar nuendo en geagrafta polisica u passes en distintas fases de este proceso. Los paises «avanzados», es decir, los ri- cos, estin en el escalén superior, mientras que los Estados del «Tercer Mundo» estdn en los escalones inferiores. Esta forma de concepwuar el mundo ha sido muy popular entre los gedgrafos, que aplican los modelos por etapas a una am- plia gama de fenémenos, como el cambio demogrdfico y jas redes de cransporte. Todos parten de la base que los Estados pobres pueden recorrer la senda del de- sacrollo, que basicamence es la misma que han culminado los Estados «avanza- dos», pero pasaa complecamente por alto el contexto general en que se produce el desarrollo. Olvidan que cuando Gran Bretaia se hallabe en el escalén inferior de la escalera de Rostow no existia ningiin tipo de «consumo de masas» en el otro extrema Estos modelos desarrollistas del cambio social ponen de manifesto las defi- ciencias del supuesto de la sociedad ruilciple Si se puede llegar a comprender el combi social Gasddoseten umtatilisie pale pok pale entOHees Ae importa en qué capa se encuentren otros pafses, puesto que todas las sociedades son objeros de cambio auténomas que recorren la misma trayectoria aunque sea a distinto ritmo y empezando en momentos diferentes. El andlisis de los sistemas-mundo scbate este modelo del mundo contempordneo. El heche de que algunos paises sean ri- cos y otros pobres no se debe simplemente a que recoren coa ditbrences sitmes ua supuesto camine universal que conduce a la opulencia; al contrario, ricos y pobres forman parte de un unico sistema y experimentan distintos procesos en ef seno de ese sistema: el desarrollo y el desarrotla det subdesarrollo de Frank. El he- cho mas importante en lo que respecta a los paises que actualmente est4n en los escalones inferiores de Ja escala de Rostow es que hay paises que disfrutan de las ventajas de estar por cncima de ellos en el escalén superior. Quizd la caracter(stica principal del andlisis de los sistemas-mundo es que cuestiona el desarrollisro, sustituyendo la imagen simplista del mundo como una serie de paises sicuados en diferentes peldafios por un concepro complejo como el de la econom/a-mundo capitatisra IL2, Los elementos frndamentales de fa economin-mendo Una vez que hemes sicuado cl estudio de nuestro munde en el marco general de los sisternas-mundo, podemos resumir los elementos fundamentales de nuestro sistema histérico, Jos cuales constituyen la base de todas los andlisis que realizare- mos posteriormente. Wallerstein (1979) distingue tees elementos fundamentales, de los que nos ocupamas a continuacién. Un mercado mundial tinico La economia-munda consiste en un mercado mundial dnico que es capitalista, Jo ue supone que la producciéa esté destinada al intercambio mds que al uso: es desi, fos productores no consumen lo que producen sino que lo incercambian en el mercado al mejor precio posible. Esos productos se llaman mercanclas y su va- lor viene determinado por el mercado. Por este motivo, el mercado capitalista es una instirucién que establece los precios, a diferencia de los mercados precapita- listas que se basan en precios fijados eradicionalmente (Polanyi, 1977). Puesto que el precio de las mercanclas no es fijo, hay competencia econdmica entre los 12 Geograpia Politica productores, en [a cual los mds eficaces pueden vender més barato que los demas con el fin de aumentar su participacién en el mercado y eliminar a sus competi- dores. As{el mercado mundial determina a [2 larga la cantidad, el cipo y la ubica- ciéa de la produccidn. El resultado tangible de este proceso ha sido un desarrollo econdmico desigual en el mundo. La globalizacién actual es la titima expresién del mercado mundial, y en algunos aspectos la mds desarrollada Un sistema de multiples Estados Contrastando con Ia existencia de un mercado econdmico unico, siempre ha ha- bide varios Escados politicos en Ia economfa-mundo Este factor forma parte de Ia definicidn del sistema; porque, si un Estado llegara a controlazlo por comple:o, el mercado mundial estarfa sometido a un control politico, se eliminarfa la com- petencia y el sistema se transformarfa en un imperio-mando, Por consiguiente, el sistema interestatal es un elemento indispensable en la economfa-mundo. No obsrante, los Estados son capaces por s{ mismos de alterar el mercado dentro de sus fronteras de acuerdo con los intereses del grupo de capitalistas de su nacién, y los Estados poderoses pueden alterar el mercado mucho mds alld de sus fronteras durante un corto perfodo de tiempo. Algunas interpreraciones de la globaliza- cidn, por ejemplo, lo consideran una «ameticanizacién», una sélida expresién del poder de EE UU para detener el relarivo declive econdmica de las dos tieimas dé- cadas, En esto consisce realmente «la politica internacional» —o la weconomla po- Iftica internacional», come se fa lama cada vez mds a menudo—, y él resultado tangible de este proceso es un sistema de Estados competitivos en e! que pueden darse. diversas situaciones de «equilibrio de podern, En casi codo el pericdo poste- rior a [a Segunda Guerra Mundial habfa un equilibrio de poder bipelar en torno a EE UUyla antigua URSS; ahora con la globalizaciéa puede estar naciendo una contienda bipolar muy distinta encre Estados Unides y la Unién Europea. Estructuras tripactitas El tercer elemento esencial rambiéa es de cardcter politico pero es mds suril que el anterior Wallerstein afirma que los procesos de explovacién de la economia- munde siempre operan en un formato de tres niveles, debido a que en cualquier situacién de desigualdad la interaccién entre wes partes es mas estable que el en- frentamiento entre dos. Los que estén arriba siempre tratarin de manejar la siua- cidén para «cream una estructura tripartica, mientras que los que estan abajo trata- ran de hacer hincapié en la existencia de dos partes: «ellos y nosotrosn. La continuidad de i ecanomfa-munde, por canto, se debe en parte a que los grupos ditigences han logrado mantener pautas triparticas en diversos campos conflicti- vos. Claro ejemplo de ello es que en muchos sistemas politicos democriticos hay partidos de «cencron sicuados entre la derecha y la izquierda; el caso més general es el fomento de la nocidn de «clase media» enwe el capital y el trabajo desde me- diados del siglo xmx. As{ pues, desde el punto de vista de los sistemas-munde, la tendencia polarizante de !a globalizacidn actual es inherentemente inestable en el término medio, puesto que esti socavando Jas clases medias. Y, en otros contex- tos, la aceptacién de grupos étnicos «intermedios» ayuda a fos grupos dirigentes mantener la estabilidad y el control en las sociedades plurales. Fl reconscimiento | Et andlids de los ustemas-mandoa en geagrafie potirica 3 oficial de los indios y los «calosredm™ entre las poblaciones negra y blanca de Ja Sudéfrica del apartheid sélo era un intento de proteger a la clase dominante soste- niendo un «parachogues racial» intermedi. Desde el punto de vista de la geogra- fia, el ejemplo més interesante es ei concepto de Wallerstein de wsemiperileciay, que separa los dos extremos de bienestar material en la economfa-mundo mo- derma, a los que Wallerstein denomina el centro y la periferia, Definiremos estos cérminos en el siguiente aparcado. I. LAS DIMENSIONES DE UN SISTEMA HISTORICO Si estamos reiatroduciendo ja historia en la geografla politica la pregunta que se nos plantea es: «gqué historia?» Varios estudios recientes comparten nuestra in- quietud por el olvido de la historia en la geografia, y han tracado de rectificar este hecho presentande breves resdmenes de Ia historia mundial de los dltimes siglos en los capitulas iniciales de sus trabajos. Los peligros ¢ inconvenientes de esta prictica son evidentes: cdmo puede realizarse adecuadamente semejante tarea sélo en unas cuansas pdginas? La respuesta es que tenemos que ser muy selectives. El objetivo que tenga la whistoria» determina directamente Ia seleccién de los epi- sodios de los que se ocupa, lo cual evidentemence no es ninguna navedad, y se puede aplicar 2 cualquier cexto de historia. Pero el objetivo de este libro nos int- pone unas exigencias muy estrictas Tenemos la suerte de que Ia publicacién del Arles de historia mundial del Times (Barraclough, 1998), un proyecto impresionante que ha alcanzado ya fa quinta edicién, nos ayuda a encauzar Ja solucién de nuestros problemas. La aplicaciéa del enfoque de los sistemas-mundo de Wallerstein a cualquier tema presupone un nivel de conocimiento histécico general que probablemente sea mucho pedir en el caso de bascantes estudiantes, Vale la pena ir a la biblioteca y ojear e! atlas his- térico del Times para hacerse una idea del discurrir de ta historia mundial, reco- mendacidn que hacemos extensible a cocos los lectores de este fibro. Este adas no utiliza el enfoque de los sistemas-mundo. Esté dividido en siere apartados ordenados cronoldégicamente de la siguiente manera: E1 mundo de los primeros seres humanos Las primeras civilizaciones Las civilizaciones clasicas de Eurasia El mundo de Sas regiones divididas (aproximadamente 600-1500) El mundo de la aparicién de Occidente (1500-1890) La era del dominto europeo (siglo XIX) La era de ia civilizacién global ftiglo Xx) NOU Bee Esta obra se propone explicitamente abordar los cemas de una forma global y evita adoptar el enfoque eurocéntrico de muchas de las obras sobre la historia mundial escritas anteriormente. Sin embargo, lleva el sello de la historiografia tea- (*) Ef termino vcofoured> o skleurlings, que en acasiones es traducide como «mestizon, fue ana sxiquera impuesa on [a Tey de Regisao-de la Poblacién de 1930 que ss spleaba a «aguel que en apariencia no es claramence blanco ni indio y que no perrencce a una raza aborigen 0 tribu afti- canas [N. de los T] “4 Geogrtfta Polttica dicional porque da la impresién de que ha habido progreso desde la Edad de Pie- dea hasta la civilizacién global. De ahi que Wallersein (1980b) conclaya que el. Atlas de historia mundial del Times represenca la culminacién de una cradicidn en vez de significar una ruptura. Las siete partes en las que est dividida se podifan flamar, sin alcerar demasiado la idea general, Edad de Piedra, Edad de Bronce, Edad de Hierro cldsica, épocas oscuras, la era de la exploracién, la era del comer cio y del iraperialismao del sighe xm, y la era de Ia sociedad global y de las guerras Snutndiales del siglo 30, Wallerseein (19806) espera que aparezca una obra nueva en la que el crecimiento y la decadencia de los imperios-mundo dentro y fuera de las zonas de miaisisternas sean sustituidos poco a poco, a partir de 1450, por fa expansion geogrdfica de [a economfa-mundo capitalisca. Esta obra todavia no existe; mientras tanto, en el atlas del Times podernos encontrar una serie de he- chos sefialados en mapas que, aungue hayan sido realizados segrin un modelo cra- dicional, nos pueden resultar titles para e! andlisis de los sistemas-mundo. Una de las ventajas de la adogcién del enfoque de los sistemas-rundo es que nos peemite ser mucho mis explicitos respecto a la teorfa que subyace cas la his- toria que exponemos. El objetivo de este apattado es simplemente establecer un marco histérico de este tipo para nuestra geografia politica, que no se limice a re- flejar la sensacién, de progreso que se puede encontrar en otros textes menciona- dos al principio de este comentario. En lugar de hacer una reconstruccién lineal de la historia vamos a hacer hincapié en tos altibajos de a economfa-mundo Ademés, estos movimiencos afectan de diversas maneras a las distintas partes dle ta economia-munde, Vamos a presencar estas ideas en una matriz espacio-remporal de la economfa-mundo que, en comparacién con el atlas del Times, es bastante mediocre, pero sin duda ofrece una descripcidn concisa de los principales aconte- cimientos que tienen imporrancia para nuestra geografia polftica La matriz que elaboramos no es arbitraria ni artificial. ‘Itatamos de describir una entidad histérica concreta, la economfa-mundo. Las dos dimensiones de la mactiz —el espacio y el tiempo-— estan calibadas de acuerdo con las propiedades sistémicas de la economfa-mundo, por fo que de ningun modo se utilizan come si estuvieran desconectadas de Ja economla-mundo. No son conrenedores espa- cio-temporales en los que «viaja» la ecanorfa-munde, sino que ambas son conse- cuencla de las relaciones sociales. Se define a la dimensién temporal como Ja con- secuencia social de Ix dindmica de la economia-mundo, y a la dimensién espacial como la consecuencia social de la estructura de le economia-mundo. Nuestra ma- triz espacio-temporal es un modelo sencillo que combina la dindmica del sistema con su estcuctura para servic de marco a la geografia polltica. WL. La dindmtica de la economla-mundo Una de las cazones del interés que existe actualmente por la escala global del and- lisis es que parece que el mundo ested luchando por salir de una época de estanca- miento econdmico que parece haber durado dos o tees décadas, cuyo inicio se suele achacar a las ibidas del precio del petrdleo de los afios setenta. Lo que quedé claro de forma inmediata es que le calentizacién inicial del crecimiento econémico es que no se trataba de un problema estadounidense ai britdnico ni de ningtin Estado, sino que nos enconctrdbamos ante un problema mundial, que ha sido interpretado més cecientemente como globalizacida: a pesar de haberse pro- ducido un crecimiento econdmico renovado, los niveles de pobreza estén aumen- El asuilisin de los sisteonas-ruend en geografia politica 5 tando en Estados Unidos, el desempleo ha alcanzado niveles sin peecedentes en Alemania, y una ctisis bancaria acaecida en Asia pone en peligro el dinamismo del comercio y de les Finanzas globales. Este grado de arabigiiedad en los cambios econdémicos hace imposible afirmar con alguna certidumbre si hoy la economia- mundo estd experimentando un repunte ono. Ksta ambigiledad es, sin. dutda, la olarizacién de la globatizacién que mencionsbamos al principio. Por ejemplo, uno de los 358, el financiero internacional George Soros, que encabeza un boom de inversiones extranjeras en Argentina de 20.000 millones de délates, posce ahora la Galeria Pacheco, centro comercial de lujo con tendas de marcas de di- sefia como Lacoste y Timberland que satisface las demandas de una nueva clase de profesionales; mientras tanto, en Argentina la tasa de desempleo se acerca al 20 por ciesita, de modo que muchos trabajadores de mds de cuazenta afios se escin quedando sin perspectivas de empleo ni pensiones. Este constituye un cldsico ejemplo de «crecimiento con pobreza» de la globalizacién. Sea ono la plobalizacién actual reflejo ce [a salida de la economia-munde del re- ciente estancamiento que ha suftido, es evidente que no es fz primera vez que el emundo» experimenta un eszancamiento general de estas caracterfsticas al que sigue ‘ida rengvads teadencia aleista Hl gram Drow de posguecra que se produjo en las dos decadas eres fa Segunda Guerra Mundial siguid-a ls Gran Depresion de los afos teinta. A medida que retrocedemos en el ciempo esti menas claro que sucediera este tipo de acontecimientos, pero los historiadores de fa economia también sefialan que hubo depresiones econémicas a finales de la era viecoriana y ances de 1850 —la conocida década de «los cuarenta del hambre»—. Entre depresion y depresién ha- bla épocas de relativa recupetacién y crecimiento. De esras simples observaciones a fa idea de que ta economfa-mundo se ha desacrollado de una manera cielica hay slo un paso. Ei primero en proponer esta idea fue un economista ruso, Kondra- tieff, por lo que actualmence estos ciclos de cincuenta aiios reciben su nombre. Los ciclos de Kondratieff Los ciclos de Kondratieff se componen de dos fases: una de crecimiento (A) y ova de estancamienco (B). Casi todos los aurores estdn de acuerdo en que se han producido los cuatto ciclos siguientes (las fechas exactas vatfan}: i 1780/90 A 1810/17 B 1844/51 Ht 1844/51 ————-A ~—--_ 1870/75 —____ B —-_—- 1890/96 IE 1890/96 ———— A ———--— 1914/20 ~------ B —_-- 1940/45 IV 1940/45 ———— A ———— 1967/73 ———_ B —--— ? Se han decectado estos ciclos en series temporales de datos referidos a una gran variedad de fenédmenos econdmicos de muchos paises, entre los que s¢ encuen- tran la praduccida agelcola e industrial y el comercio (Goldscein, 1988). Segiin esta interpretacién, actualmente nos hallamos en la fase B del cuarto ciclo de Kondratieff, quizd acabandola. Aunque existe un acuerdo bascancegeneralizado ala hors de sefalar exes son estos ciclos, en lo relative 2 sus causas hay ua controversia mucho mayor. Con toda seguridad estan asociados a los cambios cecnoldgicos, y las fases A pucden telacionasse sin dificultad con los perfodos en que se adoptan las innovaciones tecnolégicas, Se puede comprobar en [a Fig, 1.2, en [a que se describen de forma 8 CIGLOS DE KONDRATIEFF 4 Geagrafia Poltrica El andluis de los sistonras-nunde en geografia politica 7 esquemdtica las fases de crecimiento (A) y de estancamiento (3), y figuran los sec+ cores econémicos mds importantes de cada una de fas fases A. Por ejemplo, la pri- mera fase A coincide con la primera «Revoluciéa industrial», con las miaquinas de vapor y la industria del algodén. Las posceriores «nuevas revoluciones industria- jes» también encajan en la misma pauta: con el fercocacril y el acera (II A), las in- dustrias qufmicas (petréleo) y las elécericas (ITL A), y la industria acroespaciel y la electrénica (IV A). No hay ninguna duda de que la tecnologfa por s{ misma ae puede explicar nada, pero jcudl es el motivo de que estas inrevaciones cécnicas se adopten en woleadasv y no de una forma mas regular? La respuesta, desde fa pers- pective de los sistemas-mundo, es que esta pauta ciclica es inteinseca a nuestro sis- tema histérico a consecuencia de la forma de funcionamiento del modo capita- lisca de prodacciéa. Las contradicciones en a organizacién. de In base material hacen que sea imposible un crecimiento acumulative lineal simple y que sean ne- cesarias fases intermicentes de estancamiento. Vamos a examinar brevemente este argumento Una de las caracterfsticas fundamentales del modo capitalista de produccién es que no existe un control cencralizado general, ni Bolrca ni de ningin ou epo. El mercado confia en que ia competencia regule el sistema, y para que haya com- pecencia los empresuios tienen que tomar muchas decisiones que no estén some- tidas aun control central y Jas roman con el fin de obtener beneficios a corto plazo. Fn las épocas buenas {las fases A) a todos Jos cempresarios les inceresa inver- fir en produccién —nuevas cecnologias— puesto que las perspectivas de obtener beneficios son favorables; pero, al no haber una planificacidn central de la inver- sidn, esas tomas de decisida a corto plaze acaban irremediablemente por provocar una sobreproduccién que origina el fin dela fase A. En la fase B, por el contrario, Jas perspectivas de obtener benelicios son escasas por lo que hay una subinversign rodluccisn Este modo de actuar tiene sentido para los intereses individuales de los empresarios, pero es irracional pare el conjunco del sistema. Esta contradic- cidn, a la que se suele denominar anargufa de la produccién, origina ciclos de in- versién. Tras extraec la mayor cantidad de beneficios posible de un conjunto de procesos productivos basados en una oleada de tecnolopias en la fase A, es necesa- tio que tenga lugar Ja fase B para ceorganizar la produccién y crea: condiciones nuevas para la expansién basadas en otra oleada de innovaciones tecnoidgicas. For tanto, las fases de estancamiento tienen su lado positive por cuanto son perfodos de xeestructuracién en los que el sistema se prepara para el préximo «salto ade- lance». Bsta es la causa de los altibajos de fa economia-mundo descritos por las ondas de Kondratieff. La sustituciéa de antiguos paquetes de tecnologia por otros conileva decisio- nes ¥ competicisn politica, Les fases B son los periodos en que las induscrias cue habfan estado a la vanguazdia en otra época son reubicadas en. zonas donde los sa- laries son més bajos (como en el caso de la desindustralizacién que experimenta- ton Estados Unidos y Europa en los afios ochenta), Para sustitwir a estas indus- rias periferializadas se introducen otras innovaciones ¢ industrias que hard fancionar la producciéa en tr ciguience fase A (como las Hlorecientes empresas in- formaticas y de servicios del centro de Ja globalizatin). Sin embargo, no basta con reducir los gastos de las induscrias existentes y ctear productos nuevos; para pasar a otra fase A es preciso que aumente la demanda de los consumidores en la economia-mundo Los enfrentamientos politicos que tienen lugar dentro de los patses y encre ellos significan una pelea por attaer los procesos del centro al interior de las fron- o i i i 1 1 7? ‘Gecldental y Japén Estancamleno ania Vdepresiéa Vactual’ I reciente i 4 1987771 Regién que tiene of - i fiderazgo Eslados Be ge Bs 5a 4 1940745 Estancamlanto Estados ilder | f ena «Gran j Daprasion- 914/20 1 sexplasion 1 ecanémica } ee inera 1 eduardianae que tienen of iderazgo | Estados: | Unidas y 1 Alemania tenia i Il t 1 Il J l 1 ! u ! i i L 1893/96 edepresion de finains de fa fctonanae } Estancamiante, ona er vel | Unidos y | Alemania, i 1 q i 1 1 787075 Gran Bretafa, taller det de medizdes | mundo: i I 8 5 g Ey z iderargo “explosion lene et ) Cracimiento enia Estancamiento enlawdécada det hambres baw/2 do ios cuarena continentes adyacenles ' ' I t t 1 1 1 [ t t t 1 820/25 Sreomuento enla rs 28 28 ge £6 Rogién que tiene el ravelucisn industrial primera 1780/60 Figura 1.2 Los arclos de Kondratself. is Geografia Poltties eras de cada Estado, como fo derntiestran los cambios politicos —o fa prisa por pe a formar parte de «Europa»— que se produjecon en los antiguos paises saré- . ite soviéticos de la Europa Central y Oriental a finales de los afias ochenra y en los afios noventa Pero si en cada fase B aumentase el ntimero de personas cuyo empleo y tipo de consumo se parecieran a las del centro, la jerarquia centco-peri- feria acabaria por desaparccer. Para compensar este aumento del nimero de gente que consume a los niveles del centro, en las dltimas fases B hemos asistide a una expansién de las fronteras de la economla-mundo en le que se periferializaron nuevos tecritorios ¥ nuevas poblaciones. Ahora que la economfa-mundo capita- lista abarca odo el globo, los trabajadores que viven en la periferia soportan el peso de una explotacién agudizada con el fin de equilibrar el sistema Los ciclos de Kondratief¥ son imporcantes para la geografia politica porque con- tribuyen a originar ciclos de comporramiento politico. Esta relacién se desarcolla Te una forma direcra en la geogratia electoral (caplaule 6) y en ls geogtafias polie- cas locales (capitulo 7), pero las pautas c{clicas estn presentes en los andlisis que re- alizamos, En el capiculo 2 el ritmo de las ondas de Kondratieff esta relacionado con el nacimienco y el declive de las Estados hegeménicos y de las cambiantes politicas econdmices que adoptan. En el capitulo 3 vemos céme el ciumo histérico del im- perialismo formal e informal se cifte a los ciclos econdmicos, Las afirmaciones res- ecto a la existencia de ciclos politicas, en que la historia se repite de manera regu- lar, s¢ han generalizado enere los comentaristas politicos. Por ejemplo, el antiguo secretatio de Trabajo del presidente estadaunidense Clinton, Robert Reich (1998), compara el clima de complacencia politica y apatia electoral que actualmence existe en Estades Unidos con algunas situaciones parecidas hace cincuenta afios, en la presidencia de Eisenhower, y hace cien afios, en la presidencia de McKinley. En un tona inquiecante, Reich seftala que esas dos dpocas de calma politica terminaron bruscamente con reformas y cambios pollticos dristicos, como el movimiento de los derechos civiles de los afios sesenta Lo que poneraos de manifiesio en esve libro es que la estructura y Ia dindmica de la econom!a-mundo capitalista proporciona un marco geogtdfico-politico que explica ese tipo de acciones politicas, Se podrlan decir muchas mds cosas sobre cOmo se originan estos ciclos; por ejemplo, en la Fig. 1.2 se describe fa geografia elemental de [a expansién y de ia reesttucturacién. Esce «desarrollo desigual» esi relacionado con procesos politi- cos que constiruyen tanto estimulos bn nf), para los mecanismos del sistema, comma respuestas (outpai), concretadas en Ia diferencia de poder de los Estados. Lo mas ireporcante es hacer hincapié en el hecho de que los mecanismos econdmicos no achtan aisladamente, por lo que tendremos en cuenta el contexto econémico- politico en e! cap(culo 2 Por ef momenta ¢s suficience con que acepremos que la naturaleza de fa economfa-mundo produce un crecimiento ciclico que puede ser adecuadamente descrito por Jas ondas de Kondratieff, que suponen la mayor parce de las roedidas de la dimensién temporal de nuestra macriz Las ondas wlogisticas» {Qué ocurria antes de 1780? Hemos sefialado que fa econemfa-mundo surgid a partie de 1450 pera de momento no disponemos de medidas para este periodo. Es evidente que, a medida que retrocedemos en el tiempo, fas fuentes de datos son cada vez mds escasas y menos Fables, por lo que las invesrigadores estin mucha me- nos dé acuerdo sobre la dindmica de los comienzos de la economfa-mundo. Algu- Eiandlisis de los sistemas-mando on geografla potttica 19 nos, entre los que se encuentra Braudel, se precian de haber encontrado ondas de Kondratielf antes de 1780, pero este tipo de higdtesis sobre aquel periode no reci- ben el misme apoyo genecilizada'qise i secuicncia de mqus énice abide ante. ricrmente. Sin embarga, cuenta con mds apoyo la idea de que existen ondas mds largas, de hasta tresciencos affos, que se conocen como «ogisticas». Al igual que las ondas de Kondratieff, estos ciclos mds largos tienen fases Ay fases B, Las dos ondas logisticas que tienen: un especial interés para el andlisis de los sisremas-mundo son: circa 1450 eirea 1750 circa 1050 ————— A —_———.. cincg 1250 —-----—_ B cired 1450 ——~——- A ~—____ circa 1600 ——_-—-B Las fechas son mucho més inciertas que ea ef caso de las ondas de Kondratieff, ero parece que hay pruebas suficientes, pot lo que se refiere a los datos demogré- feos y 2 la utilizacién de la tieera, que apoyan la idea de que hubo dos ondas muy largas en este perfode de tiempa. Los lectores se habrén percatado de que estas ondas logisticas nos remontan a fechas anteriores al inicio de ta economfa-mundo. No obstante, Ia primera onda logistica tiene interés porque abarca materialmente el auge y la decadencia de ls Europa feudal, que ie al sistema que precedié a la economfa-munde. Existe abundante literacura cientifica sobte la transicidn del feudalismo al modo de pro- duccidn capicalista, peto excede al dmbito de este libro; sin embargo, le explica- cién de Wallerstein (1974a) es relevante porque escd relacionada con {a primera onda logistica y con le aparicién de la economia-mundo. La fase B de la primera onda logistica relleja, sega se deduce de la reduccién de las actividades agricolas en Europa, un autéatico declive en la produccidn, que es la llamada crisis del feu- dalismo. Las fases B acaban cuando se encuentra wna solucidn a la crisis. En este caso ta solucién no fue orra que el desarrollo de un nuevo modo de produccién que fue surgiendo, poco a poco, a raz de la exploracion y de los saqueos de Amé- rica por parte de los europeos; de la creacion de nuevas pautas comerciales —espe- cialmente el comercio del Baltico—, y de los adelantos tecnoldgicos en la produc- cién agricola, Segiin Wallerstein, el resultado fue una nueva entidad o siscema, la economfa-mundo europea basada en el capicalismo agricola. Este sistema crea una onda logistica de expansiéa cuando surge, en el slargo sigla xvi», seguida de un estancamiento, con la «crisis» que se produjo en el siglo XviI. No obstante, Wa- llsrscein hace hincapid en que esca segunda fuse B del capitalismo agricola es dife- rente de la fase B que se produjo a finales del feudalismo; a diferencia del autéa- tico declive que ravo lugar en la Europa feudal, la fase B de Ja economfa-mundo es mds propiamente una fase de estancamiento, que implica Ja reordenacién de la base material, con lo que algunos grupos y zonas ganaton y ottas perdiecon. No se produjo una decedencia generalizada, como en la crisis del feudalismo, sino la Consolidacién def sistema en un modelo nuevo. En este sentido la segunda fase B logistica se parece mds a la fase B de fas ondas de Kondraticff. De la misma forma que se discute si las ondas de Kondratieff pueden exten- detse a épocas anteriores a 1780, hay un desacuerdo parecido sobre si las ondas logtsticas pueden extenderse hasta el presente. Si alguna de las dos series se ex- tiende, nos encontramos con el espinoso problema de cémo se rélacionan entre st, Para los objetives de nuestra matriz eludiremos este problema, utilizando sdlo fas ondas que hemos descrito, que son jas que gozan de araplia aceptacién. Por tanto, auestra dimensién cemporal se compone de diez unidades: fas fases A y B de la onda logistica. posterior a 1450 y las cuatro fases Ay B de las ondas de Kon- 20 Geagrsfia Policia dratieff Se puede considerar que estos dos modos distintos de tratar el tiempo es- tablecen una relacién entre ef capiralismo agricola y el capitalismo industrial como formas de produccién consecutivas de la econornla-mundo [12. Laestrnctera espacial de le economla-mundo Hemos tratade en primer lugar el coma de las coracteristicas dindmnicas de fa eco- nomfa-mundo porque ef término de sestructura espacial» suele evocar fa imagen estética de una pauta invariable; sin embargo, fa estructura espactal de la que ha- blamos forma parte de fos mismos procesos que crean los ciclos que hemos des- crito anseriormente. La estructura espacial y los ciclos cemporales son dos aspec- cos de Jos mismos mecanismos que conforman una escructura espacio-remporal nica, aunque separemos el espacio y el viempo por razones pedagdgicas; ast que, de ahora en adelante, siempre se ha de tener en cuenta que las estructuras espacia- les que describimos son fundamentaimente dindmicas La extensién geogréfica del sistema Lo primero que conemos que hacer es examiner la expunsién geogrifica de la eco- notifarmundo. Ya hemos dicho que sures como economis-munda europea 2 partir de 1450 y que abarcaba todo e! giebo alrededor de 1900, pero no hemos especificado cémo se fue definiendo esta variacién de camajio. Todas las entidades se definen de una forma concreta segiin fa extensién geogrdfica de su divisién del trabajo, que es la divisidn de las actividades productivas y de oxo ripo que son necesarias para e} funcionamiento del sistema, Una parte de la disteibuctén y del comercio es un elemento indispensable del sisteraa, mientras que otra parte del comercio es efimera y tiene poca importancia al margen de sus protagonistas Por ejemplo, el comercio de lujo entre el Imperio romano y el Imperio china fue pa- sajero y no se nos ocurriria decir que los dos imperios se unieron para formar un sistema eeuroasigcico» tinico a rafz de este comercio, Segin Wallerstein, China formaba parce de la region exterior» (external arena) de Roma y viceversa Utilizando estos criterios Wallerstein delimita el sistema-mundo eutopeo ini- cial, que estarfa integrado por Europa Occidental, Europa Oriental y las zonas de América Central y del Sur dominadas por portugueses y espafioles. Ei resto del roundo era la regién exterior, que inclufa la red de puertos portugueses del Océ- ano Pacifico y de! Indico, relacionados con ef comercio de artfculos de tujo. Esta actividad comercial portuguesa tuvo muy pocas repercusiones en Asia — ies pat. vugueses se limiraron a sustituir a los comerciantes arabes y de otros paises— y en Furopa. En cambio, Jas actividades de los espafioles en América, sobre todo las exportaciones de lingores de oro y plata, tuvieron una irmportancia fundamental ara fa creacién de la economia-mundo, Por tanto, Wallerstein opina que Espa‘ia mucho ards importante que Portugal en fas primeras fases de la economfa- mundo, a pesar de que las posesiones de Portugal estaban mds extendidas por todo el globo. A partir de este periodo, la cconomia-mundo europea se extendié, asimilando al resto del mundo aproximadamente por este orden: el Caribe, América del Norte, India, Asia Oriencal, Australia, Africa y, por ultimo, las islas del Pacifico. Esta asimilacion se produjo de diversas maneras. La mds simple era el saqueo, el El endless de los sistemas-niterdo on geograpr palitica au cual sdlo podfa ser un proceso a corto plazo, complementade necesariamente con actividacles mds productivas que dicran lugar a nuevos asentamientos; este pro- ceso de asimilacién fue ef que ocuctié en América Latina. En el resto del mundo los sistemas aborigenes también fueron destruidos y se creazon economias toral- mente nuevas, como en el caso de América del Norte y Australia. Si esto no ocu- crfa, las sociedades etistentes no suffian alceraciones pero eran «periferielizadasy es decis, se reorlentabs su economla pata que satislicieran necesidades més am. plias en el émbito de la economfa-mundo; este procese se podia llevar a cabo me- diante el control politico directa, como en Ia India, o sencillamente mediante la vepertura de una zona a las fuerzas del mercado, como en China. Al final, como consecuencia de estas diversas maneras ce asimilacién, la region exterior desapare- cid coralmente. Los conceptos de centro y periferia El concepto de «periferializacidny o uproceso que conduce a la situacién de peri- feria» implica que estas zonas nuevas no se incorporaron a la economfs-mando en calidad de «socios de plene derecho», sino que se incorporaron en condicio- nies desfavorables respecto a los antiguos miembros en realidad se incorporaron a.una parte dererminada de la economia-mundo que denominamos periferia (pe~ ripheryy. oy es corriente definir el mundo moderno utilizando los wécmines de scention (core), para referisse a los paises ticos de América del Notte, Europa Occidental, y Japén, y «periferias, para refetirse a los paises pobres del Tercer Mundo. Aunque el «ascenso» de Japon al estatus de centro en el siglo Xx haya sido muy espectacular, se suele considerar que lz paute de divisién eatre centro y peviferia es bastance escitica, casi un fendmeno natural. Sin embargo, el uso de jos términos «centro» y «periferian en el andlisis de los sistemas-mundo es total- mente distinta, porque los dos se refieren a procesos complejos y no a zonas, re- ones o Fstados. Se convierten en «cencrales» porque predominan les procesos € centro en esa zona, regién o Estado determinados; del mismo modo, son de finidas como periféricas aquellas zonas, regiones o Estados en donde predomi nan los procesos de periferia. No se trata de un argumento seméntico sin impor. uancia, sino que se relaciona directamence con fa forma en que se modela la estructura espacial, El espaco por sf mismo no puede tener up carcxer de can tro o de periferia, son los procesos de centto y de periferia los que estructuran el espacio, de modo que en cualquier momenzo dado predomina uno de los dos procesos, Puesto que estos procesos no acttian al azar, sino que producen un de- sarrollo econémico desigual, hay grandes zonas de «centro» y de wperiferion. Ps. tas zonas dan muestras de cierta estabilidad —algunas partes de Europa sierapre han estado en el centro-~, pero cambién se pueden apreciar grandes cambios a lo large de Ja historia de la economfa-mundo, principalmence en el ascenso de zonas ne curopeas, come Estados Unides y posteriormente Japén. iCémo define Wallerstein estos dos procesos fundamentales? Como en te- des los modelos centro-periferia se insintia que «el centro explota y la periferia es explotada». Pero las zonas no se exploran unas a ottas; la explotacién se pro- duce debido a que en las distintas zonas operan procesos diferentes Los proce- sos de centro y peiiferia son dos vipos opttestas de celaciones complejas de pro- duccién. En términos simples, los procesos de centro consisten en relaciones que combinan salarios celativamente altos, recnologla moderna y un tipo de 22 Geografis Polisica producciéa diversificada; en tanto que los procesos de periferia son ana combi- nacién de salacios bajos, tecnologia mas rudimencaria y un tipo de produccién simple. Estas soa las caracteristicas generales, cuya naturaleza specifies cambia conaniementecoa la evolucsn de la economia-mundo. Es importante que se entienda que estos procesos no estan determinados por ef tipo de productos que se elaboran; Frank (1978) pone dos ejemplos que le demuestran, uno rela- cionado con las fibras textiles y otro con la madera. A finales del siglo xx se dispuso que la India suministrase algodén a fa industzia vextil de Lancashire y ue Australia suministrara lana a fa industria cexcil de Yorkshire. Los dos palses roductan materias primas para la industria texcil del centro, por fo que su fun- cidn econémica en fa economfa-mundo era, en términos generales, parecida. Sin embargo, las celaciones sociales implicadas en las dos producciones eran muy distintas, ya que una de ellas era un proceso perifético impuesto y la otta un proceso de centro crasplancado, Indudablemence, las consecuencias de am- bos procesos para estos dos pafses han renido que ver mas con las celactones so- clales que con el tipo concreto de producto. El otco caso que Frank presenta como cjemplo del hecho de que productos parecidos tienen consecuencias muy discincas a causa de las relaciones de produccidn, es el gran contraste entre fa peoduccién de madecas daras tropicales de Africa Central y la produccién de maderas blandas de América del Norce y Escandinavia, ya que la primera com- bina madera cara con mano de obra barara, y la segunda madera barata con mano de obra cara. La semiperiferia El centro y Ja periferia no agotan los conceptos de Walletsteia que sirven para estcucturar ¢l espacio, A pesar de que estos procesos tienen lugar en zonas deter~ minadas y producen contastes relarivamente definidos en [a economla-mundo, no es ficil establecer de mode inequivoce el cardcrer central 0 periférico de cada zona concreta, En este sentido, uno de los aspectos mis originales del enfoque de Wallerstein es el concepto de semiperiferia (semépertphery), que no es nj el centro ni la periferia sino que combina de una forma particular arnbos proceses. Bijense en que no hay procesos serniperiféricos; mas bien, #l término de wemi- periferian se aplica directamente a las 2onas, regiones 9 Estados en fos que no predominan ni los procesos de centro ni los de periferia, Esto significa que las relaciones sociales generales que se producen en estas zonas suponen la explota- cién de zonas perifericas, a la vez que la misma semiperiferia sufre la exploracién del centro. La semiperiferia es interesante, porque es la categaria dindmica de la econo- mia-mundo. Gran parte de la reesccucturaciéa del espacio durante las fases B es consecuencia del ascenso o del hundimiento de determinadas zonas en la semipe- riferia, Las oportunidades de cambio se producea en los perfodos de recesién, ero son limitadas, porque no coda [a semiperiferia puede convertirse en centro, 7 ey que tener en cuenta que estén ligadas a los procesos politicos que son muy importances a la hora de triunfar o fracasar en la econom{a-mundo. De hecho, Wallerscein consideca que el papel de Ia semiperiferia es mis politico que econé- mico, ya que es la zona intermedia crucial en la estructura espacial de cres dreas de la economfa-mundo que ¢! mismo describe. Por este motivo fa semiperiferia ten- did un papel muy importante en las consideraciones que siguen- El andlisis de tos istemc-rstendo en geografia palirien 23 113. Une matziz espacio-temporal para la geografia politica De las dimensiones temporal y espacial de la economfa-munde que acabamos de estudiar, resulta una mattiz de 10 x 3, con diez fases de crecimiento y estanca- eniento y tes tipos de zonas espaciales. En la Tabla 1.1 se utilizan estas coordena- das para representar aquellos aspectos de la evolucién de la economfs-mundo que son necesarios para comprender nuestra geografia politica, Se debe leer esta tabla antes de pasar a los capfatlos siguientes y resulta imprescindible consultarla a lo largo de los mismos, Aunque estd bastante clara, un comentario breve servird para dar una idea de cémo se van a relacionar estos datos con nuestro andlisis, El establecimiento de ja economfa-mundo como sistema, que se extendia desde Futopa Oriental hasta el Nuevo Mundo, supuso la proliferacién del comer- cio tanto en el Aclintico como en ef Baldico. El primero comenzé a realizarse desde la peninsula Ibérica, pera poco a paco pasé a ser controlado desde el cenzro incipiente de la Ewopa noroccidental, donde tenfa su base el comercio del Bal- tico. Una vez que se establecié esce centro, la penfosula Ibérica fue relegada a un papel de «correa de transmisién» que transferla el excedence de sus colonias hasta el centro. La fase B de la onda logistica es el perfodo en que se consolidan los ele- mentos fundamentales de la econoemla-mundo que hemos descrito anterior- mente. En primer lugar, hay ua mercado mundial unico, organizade y contro- lado desde la Eurapa noroccidental En segundo lugar, sutge ua sistema de milciples Estados, simbolizeda por la aparicién del wderecho internacional», que regula las celaciones entre Estados. Y en tercer lugar, aparece de forma ciara una estructura espacial que consta de tres reas y que st refleja en la nueva division del trabajo en la produccién agricola: crabajo con salarios «libres en el centro (en el noroeste de Furopa}, acuerdos paicialmence libres para «compartir las coscchas» en la semiperiferia (en las regiones medicerrineas), y en Ia periferia dos formas distincas de trabajo obligado y esclavo (en el Nuevo Mundo) y el Hamada «se- gundo feudalismo» (en Europa Oriencal). A pesar de los enormes cambios que ha habido en la economfa-mundo desde aquella época, estas tres caracteristicas fun- damentales han persistido y actualmente tienen la misma importancia que tenfan enel siglo Xvi z Una vez consolidada, la economla-munde se ha desarrollado econdmica y ge- ogrdficamente de modo intermitente, como sé refleja en las cuatco ondas de Kon- dratieff. Al consultaz la Tabla 1.1, se puede apreciar un cierto grado de simetrfa en estos cambios Ilamando a unos sighos beiténicos y a otros estadounidenses, dado ef paralelismo en el auge de estos das Estados, Ia decrota de sus rivales (Francia y Alemania, respectivamente), su hegemonta en Ja economla-muado (con el fomento del libre comercio) y, por timo, su declive al surgir nuevas riva- Lidades (coa el aumenzo del proveccionisme, de! imperialismo, 0 de ambas cosas) Nos ocuparemos de estas cuestiones deralladamente en ef capftulo 2. Para aclarar el resto de la matriz vamos a poner de relieve la trayectoria reco- rrida por los principales Estados de nuestros dias, Gran Bretafta pasd a formar parte del centro durante la fase B logistica, cuando reestructurd su Estado en Ja guerra civil; desde entonces se ha mantenido en esta posicién, aunque experi- mena ua cierto declive desde la segunda fase B de Kondratieff La posicién de Francia al principio era pasecida a la de Gran Brecafta; pero, ln derrota que suftié en [a periferia y la decadencia relariva que experimenté en la fase B lopfstica pro- vecaron la reesetuceuracidn del Estado en la Revolucion, Sin efabarpo, Ie ee guiente derrota que sufrié en la primera onda de Kondracieff ocasiond otro de- 24 Geografta Politica Blandliss de las tistenncr-reanda en geografia politica 8 clive relacivo,"esta vez dentro del centro del sistema-mundo. La historia de Esta- dos Unidos y Alemania (Prusia) ha sido mucho més variable; los dos palses esta- ban situados en {s serniperiferia en Ja fase B logistica, aunque su posicién era ines- table. En Estados Unides la guerra de independencia evitd la perifetidizacion, y fa guerra. civil consolidé este logro en Iz segunda fase A de Kondratieff, cuando el algodén del Sur pasé a formar parte de la periferia de un Bstado noreeamericano reesrructurado, dejando de formar paste de la periferia britdnica, A partir de ese momento Estados Unides se enriquecié hasta liegar a convertirse en le principal porencia del siglo xx Al principio, su rival mas importante fue Alemania, que también reestructuré su Estado en fa segunda fase A de Kondratieff bajo el lide- razgo prusiano; pero las derrotas militares suftidas durance la tercera onda de Kondratieff retrasaron fas subsiguientes proezas econdmicas. En la década de los noventa del siglo xx Alemania ha vuelto a ser, en el centro, un importante com- petidor econdmico de Estsdos Unidos. Pero el principal rival econdmico es Ja- pén, que entré en la economla-mundo en [a seguada onda de Kondratieff Este pals tambign reestruccuré su Estado y sufrid reveses militares, pero ahora, por fin, h & graves, Aue 5 ismos, jpansiéme onsitrol formal en nuevas colamas en Africa, ademas de fa proliferscién del comercio en formal et Latinaamsties. otras partes. sobre todo en China, pertalismo informale en fa crecimsento econdmuca de Auge de la produccida de anicar ica. idm: pelea por Africa, Era cldsica del econdémica y conflictos es en Lannoamética. estricciones ¢n Latinamé: menta la pobreza, Expat Cris Aumento de fa influeneta britinica en Laci- noamdrica. Asia oriental comienza a abrirse, vaciones en la periferia. Sustiucién de ampor- Victoria sacialisia en China. Descalontracién aque desemboca en sncocoton La periferia se descuidla, Cormenzan las 8 Periferia Descalonizacién y ex la India y contra Era cldsica del amy que se produce a a 5 4 a 3 Mo en URSS. Guerra periferia, a superado les dificultades y ostenta el liderazgo econémico. En cambio, Rusia entré en la economfa-mundo en un perfodo anterior, pero decayé en Ia segunda onda de Kondratieff; esta tendencia se detuvo cuando el Estado ruso se reorga- nizé en la URSS, que fue desde el principio una potencia militar muy impor- tante, pero que desde el punto de vista econédmico se mancuvo en fa semiperiferia. Por ti{timo, China entré en la economfa-mundo en le periferia al final de la pri- mera onda de Kondratieff, y ha intentado ascender a un estarus semiperiférice re- organizando el Estado en fa sercora y cuarta fase A de Kondracleff logcindolo, por fin, al convertitse en Republica Popular. Esa descripcién hace hincapié en el papel que tiene la reorganizacién del Eseado para que aiid ls postin de cenroo de semiperifri y se mancenga en ese tatus. La globalizacién actual constituye otro ejernplo de estricca organizacién de Es- cados (un ejemplo clisicu es el Contracs for dimerica del Partido Republicano de 1994, del que dames cuenta en el capitulo 4). Pero no queremnes dar a ensender que lo Unica que tiene que hacer un Fstado para rener éxizo en la economfa-mundo es reorganizar su aparato politico, Al hablar exclusivamente de los que fo han logrado —les Estados mds importantes de hoy en dfs— omitimos los que han fracasado en el intento, que son muchos mds numerosos: e! Impedio otomano se reorganizé en la segunda fase A de Kondratieff, al mismo tiempo que Alemania y Estados Unidos, ero de una forma mucho menos eficaz El caso es que Ja reorganizacién politica se fe convertido, de hecho, en un modo de vida en muchos pafses semiperiféricos, por que al no tener éxita én [a economia-mundo hay presiones continuamente para que se produzcan cambios. Un mundo de ganadores y perdedores de estas caracteristicas requiere el examen de la cuestién del poder y la polftica en la economia-mundo nordaste de Est pones» de Asia comun ! cide de § 3 5 & 8 3 equiefias g z a 2 g é 3 erioule de auige en cieras ef Norte y Europa centcal & dimicato det Europa oriental, de Aumena det en 3 ca z i = de Joe ops ive de Rusta y cle la Europa mediterrd- ‘en Estados Unidos, unificacién de Ales Enrrada de fapén y de los Gran Bretafix (Canadi, Australi URSS, Entrada de Ange Entre las zonas en declive ahora se encuentra Rt Declive reiativo de las crudades de ta Euro, Ia-Peninsals Sbérica y central y mediterrinva. Declive retauve de toda la sem auge cn Suceia, Prusia ¥ Fundacidn de Estarlos Unidos. Rearganizaciéu de Ja semsperi dos Unidos. zanas de América Semiperiferia Comienro de un z ci De ne: il con base en Ip Pee los adsfanios econéme- fuego rivatidad en- ecanémico de Ale- ere de armamencas. perio bri conamico de Es- | naroeste de Europa. Surge Ja Segunda Interna- leszgo econemnico barinice predominio del noroeste de Origenes del socialism en Gran Brecafia y Francia. ueva ema de libre comercio. Deelive de Estados Unidos en relacién e aunque staller del mundo» en wna epoca ran Bresafia con respecio a Estados de libre comercto. rma el liderazgo idn del liderazgo srlos Unidos, Car Derrora de Alemania, el my geogtifica 1 salva. Se co ninsula Ibériea, cos s¢ basaa en ei rmacide espacto-temponut. rata primera Holands v Jos y Aleman: Revolucién industrial en Grin Bretafa, Revalu- cidn enacionaly en Francia, Derrora de Franca. ropa y Japén. Carrera de armamento nuclear. Consolidacién del Declive de Gi Us cional Socialsta, tacos Unidos. tary econdmica. Expansién Centra Vv PODER Y POLITICA EN 1A FCONOMIA-MUNDO. A. Estados Unidos primera potencia mundial A Gran Bre B A Co: B B Matiz de A B A B Una de las criticas que se suelen hacer al enfoque ceérico de Wallerstein es que no prest arencién a la dimensin politica Por ejemplo, Zolberg (1981) ama que la politica es el eslabda perdido en el andlisis de Jos sistemas-mundo. A estas aleu- ras el lector deberfa ser consciente de que esce tipo de criticas se deben a que no se ha entendido el marco tedrico que hemos adoptado. En pocas palabras, el hecho ‘Tabla 1.1 Logistic Onda I Kondratie? Onda U1 Kondratioff Onda IIT TWondratieff Onda IV Kondravelf 26 Geografia Paltsica de que se haga hincapié en ta base materialista de la sociedad, que viene definida por el modo de produccidn, no implica necesariamente que no se tenga en cuenta 6 se menosprecie la politica. En ef apartado dedicado al estudio de los elementos fundamentoles de la economla-mundo, dos de los tres que menciondbamos te- nfan un cardcter fundamenzalmente politico: ei sistema multiestatal y la estruc- wura tripartica, En este apartado Anal del captculo inwoductorio nuestro objetivo ¢s reflexionar sobre ¢] terua de ia politica, a fin de terminar de pesfilar nuestra perspectiva geografico-politica sobre la economfa-mundo. . . La postura que adopramos a la hora de interprecar los acontecimientos pollti- cos en la economfa-maunda se basa en jos andlisis de Chase-Dunn (1981; 1982; 1989). Como hemos visto, el mode capimalista de produccién implica fe extraccion, de excedentes econémicos que se acumulan en la economfa-mundo. El excedente es expropiado de dos formas que estan relacionadas encte si de modo que, aunque Ja caracteristica principal del sistema-mundo modemo es que la expropiacién se realiza a wavés del mercado, no ha desaparecide del todo el método tradicional de expropiacién, propio de Jos imperios-mundo, que suponfa la urilizacion del poder mnilitar y polfdco. Esta claro que este segundo mérodo ne puede predominas, por- que entonces el sistema se transformarfa en un nuevo modo de produccidn, pero tampoco se deberfa subestimar la importancia que ha tenido este proceso en la economia-maundo, desde el primer saqueo del Nuevo Mundo a manos espaftolas, hasta el apoyo a las multinacionales y sus inceceses que llevan a cabo sus palses de origen —Estados Unidos en fa mayorfa de los casas—~ en nuestros dias. Lo impor- ante es entender que no se deberfa considerar que estes dos métodas de expropia- cién constinryen procesos aislados 0, como dice Chase-Dunn (1981), «dos [égi- cas, uns «polfticer y la otra veconémica», En ol marco teérico que ucilizamos son s6lo dos aspectos de una misma légica polltico-econdmica general. Chase-Dunn (1982: 25) expresa esce argumento de la siguiente manera: La incerdependencia. que existe, en la economia-mundo capitalista, entre el poder politico militar y la situacién de ventaja compeciciva en ef cecreno de Ia produc- Gién econémica, pone de manifieste que la légica de la construccién del Estado y de la geopolftica estd incluida en la logica del proceso de acumulactén Esta postura ha sido refrendada y desarrollada por Burch (1994: $2), quien consi- dera que ela caracteristica que distingue al mundo moderno» es «la intima ¢ inex- tricable singularidad del capicalismo y el sistema de Estados», Dicho de otro modo, las procesos politicos se hallan en el meollo del andlisis de los sisceras- mundo, y no lo esuin de una forma aislada Hasta el momento en nuestra argumenio hemos equiparado la politica a fas ace Uividades que tienen que ver con los Estados Pero, aunque la politica relacionada con el Estado es un elemento crucial para entender la economia-raundo, hay ono tipo de actividades politicas. En cambio, si equiparamos la pols con la utiliza cidn del poder, pronto nos percatamos de que los procesos politicos no empiezan ni acaban con los Estados: codas fas instituciones sociales hacen su propia politica. Vi. La naturaleza del poder: los individuos y las instisneiones Podemos empezar examinando el poder al nivel mds sencillo, Hay un enfrenwe- miento entre dos individuos, A y B, por el resultado de un acontecimiento: va- Elundlisis de lot sitternas-mmundo en geograpta politica a” mas a sifonee que aA le incerese el resultado X y a B el resultado ¥ Mediante una simple observacién del resultado que se produce podriamos deducir quién tiene mas poder, A o B, por ejemplo, si se produce el resuleado X podemos afir- mer que 4 tiene mds poder que B. Cuanda preguntamos por qué A consiguié vencer a 2, la respuesta que esperamos es que A, por algiin motivo, contaba con mds recursos que B. $i se tratara de una pelea de patio de colegio quizd nos ence- sdramos que A dio el pufietazo mas fuerte. Este modelo no es sino una primera aproximacin poco menos que intuitiva a fa naturaleza del poder, porque el mundo de Ja politica no se compone de miles y miles de conflictos entre dos individuos desiguales, ya que los posibles perdedores nunca han sido lo suficientemence ingenuos como para permitir que el mundo tomaza ese rumbo Volviendo a nucstro cjemplo veamos cémo podemas ir mds alli del conflicto entre dos individuos. La pelea en el patio atraerd inevitable mente a una multicud. Si 2, como velamos, estd perdiendo, qué deberta hacer para intentar evitar un desenlace desfavorable? La respuesta es simple: antes de que le ganen debe ampliar fa dimensién del conflicto, invitando a la mulditud a participar. Al extender el conflicto B esté alterando el equilibrio de poder exis- tenre. Por fa misma Idgica, si la pandilla de B es mas fuerte que la de A, a ésta le interesard ampliar de nuevo ta dimensida del conilicro, actudiendo, por ejemplo, 2 la direccién del colegio para que acabe con la guerra entre pandillas. Este modelo de ceterminacién de los resulzados de las relaciones de poder se basa en el de Schateschneider (1960), que, en términos generales, sostiene que el resultado de un conflicto no depende del grado de poder relativo de las partes en- freatadas, sino que el factor determinante es el ambiro en ef que se desarrolle di- cho conflicto, Resulta, por tanzo, que cn polfcica [a estracegia ids imporcante consiste en definit el dmbito de los conflictos; mas aun, dado que si se amplfan las dimensiones del conflicto el equilibrio de poder se altera, es inevitable que la parce mds débil crate de presionar para logtar ampliar sus dirnensiones. Historica- mente tenemos un ejemplo en dos estraregias politicas opuestas: Ja de la iz- guierda, que predica una politica colectivista, y fa de la derecha, que es mucho mas individualisca. Para comprobar cémo han funcionado estas estrategias en la réccica, nos referiremos a dos conflictos poltricos importantes del siglo xx {taylor 1984): Ja extensién del derecho al voto y la aparicion de los sindicaros, El primer proceso hizo que aumentaran poco 2 poco Jas dimensiones de Ja politica nacional, hasta culminar en el suftagio universal que, sin duda, hizo que los parti- dos cambiaran su modo de hacer polftica y los gobiernos su forma de actuar, puesto que los politicos cenfan que responder ales necesidades de sus nuevos clientes El segundo, la aparicidn de los sindicatos, amplié de un modo expliciea el Ambico de tos conflictos en la induscria, superando la contienda desigual entre el empresario y el obrero individual. Los empresarios opusieran ina estrategia en- caminada a seguir presentando las disputas como «locales, haciendo al principio que los sindicatos fueran declarados ilegales, y posteriormente imponiendo res- tricciones legales a sus actividades, Podriamos conclusir que la historia de la poli- tica demoeratica y del sindicalismo es, en el fondo, una cuestida de cambio en fas dimensiones de les conflictos El corolario de Jas ideas de Scharrschneider es que la «politica de los que estin abajo» acaba por extender los canflictos a una seal global. Este tipo de «interna- cionalismo» tiene consagrado un lugar en le politica izquierdistas sus origenes se temontan a la «Primera Internacional» de Marx de 1862. En épocas mds recientes resulta evidente que son los paises mds pobves los que més han utilizado las Na- 28 Geografia Politics ciones Unidas. Pero todo este internacionalismo o no ha servido de nada o tiene una eficacia muy relativa. De hecho, Ja globalizacién se puede inzerpretar como una inyersién histdrica de [a politica de escala: hoy en dfa es el capital organizado a escala global el que leva la vor cantante (Masshall y Schumann, 1997: 6-7). No obstanre, Ja mayor parte de la politica se desarrolla en un ambito que no es global en absoluto. Y ello es debido a que se ha creado una serie numerosa de institucio- nes intermedias entre el individuo y el dmbito ultimo de la politica a escala glo- bal. En este libro se trata principalmence de entender de qué forma se limira la extensién de los canflictos. ;Cudles son las instituciones clave en este proceso? Encre las multiples instituciones que exiscen, Wallerstein (1984a) sefiala cua- tro que son de vital importancia para que funcione la econom{a-mundo. En pri- mer lugar estin Jos Fitades, donde reside el poder formal en la economia-mundo, Los Estados son responsables de Ia salvaguardia de las leyes que definen las nor- mas por las que s¢ tigen las demas inscituciones. Hemos hablado anteriormente de fa importancia de esta insticucién y dedicaremos una gran parte del resto del libro a analizar temas relacionados con el poder del Estado. En segundo luger estén los pueblos, que son grupos de individuos que tienen afinidades culturales. No hay un dnico nombre aceptable para este tipo de insti- tucién; puede ser definide como naciéa, alli donde un grupo homogéneo cultu- ralmente controla el Estado, 0 como «minorlan grupo étnico, allf donde consii- cuye un grupo minoritario dentro del Estado. Evidentemente cabe Ia posibilidad de que estas minorfas aspiten a constituirse en una nacién con st propio Estado, como en el caso de los tamifes en Sri Lanka o de los vascos en Espafia, y, para complicar atin mds las cosas, también hay naciones multiestatales, como !a nacion dtabe. En cualquier caso, a pesar de la comple|idad de este tipo de institucién, no se puede dudar de [a importancia de Jos «pueblos» en el mando actual El rercer tipo de inscitucién probablemente sea menos complejo que los «pue- blos», pero ao es menos concrovertido. La poblacién mundial se puede dividiz, segiin criterios econdmicos, en estraros que denominacemos clases. Wallerstein. si- gue la cradicign marxista y el criterio que utiliza para definir las clases es el lugar que ocupan en el modo de produccién; pero, dado que el modo de produccién actualmente es global, las clases en el andlisis de los sistemas-mundo se definen como estratos globales. En el otro extremo de Ia escala estén los hogares 0 unidades domésticas (house- holds), cuarta institucién clave de Wallerstein. No son el parentesco ni la cohabi- tacién les que definen esta insticucién, sino que el cricerio ucilizado es la unién de Jas rentas. Por tanto, son pequefios grupos de individuos que se unen para enfren- tarse a un mundo que a menudo es hostil. La conducta fundamental de este grupo consiste en manejar un presupuesco sumanda los recursos disponibles y de- cidiendo cémo gastarlos. lerscein cree que estas unidades domesticas son Jos «dzomos» de su ststerna, fa piedra angular de las demas inscicuciones. Todos Jos se- tes humanos forman parte ance todo de un hogar, que esta sujeto a las leyes de cierto Estado, tiene afinidades culrurales con un «pueblo» determinado y estd ubicado, desde un punto de vista econémico, en una clase conerera. Wallerstein (1984a) considera que estas cuatro instituciones, tal y como las define, son exclusivas de la economfa-mundo capiralista. [nceracttlan unas con otras de muy diversas maneras, creando y recreando continuamente las pauras es- aciales y temporales de las que hablibamos en el apartado anterior. Por ejemplo, jos hogares tienen un papel importante en el mantenimiento de las definiciones culturales de los «pueblos», y los pueblos tienen una influencia fundamental en El analisis de los sistemas mundo en geagrafia politica » Jas fronceras de los Estados y en la nacuraleza de los conflictos de clase Fste es el avortice institucional» sobre el que se basa todo ef funcionamiento de auescro sistema-mundo actual. Las insticuciones por un lado propician y por otro restringen las acciones de los individuos por medio de leyes, reglas, costumbres y normas. Lo que se puede o no se puede hacer depende del poder de las instituciones concteras. El Feparca de poder no ex igual en el zeno da cata tna de [ag inseiticiones ut lp es en su relacién con otras; por ejemplo, podemos preguntarnos qui¢n controls un Estado determinado y también cual es el poder que tiene ese Estado en ef sistema interestaral De este modo podemas determinar cudl es la jerarquia de poder en cada una de las cuatro instituciones y enere ellas. Para aclarar este tema, a continuacién examinzremos fos aspectos del reparto del poder infor- mals ¥ en el siguiente apartado abordaremos el problema del poder formal y ef Estado El poder en Jos hogares Hacer un fonde comtin de ingresos puede consiscit en elaborar presupuestos dia- tios, semanales o mensuales; pero implica una coatinuidad de naturaleza genera- cional. Los hogares cambian a menudo, al morir algunos de sus inregrantes y na- cer otros, pero dan muestras de una estabil dad que asegura el ciclo de reproduccién, porque es en ellos donde se crfan las auevas generaciones, lo que supone una pauta de relaciones de género. Las relaciones de género adoptadas en fa economla-mundo capitalista reciben el nombre de patriarcales, y en ellas el hombre domina a la mujer. EI concepto de union de ingresos no asegura de ningtin modo que haya una igualdad de acceso a tos recursos de la unidad doméstica. La organizacin del tra- bajo en muchos hogares de muy diversos tipos de todo el mundo hace que e! hombxe tenga acceso al dinero y, por tanto, 2 los mercads, y que la mujer se en~ cargue de fas «tareas domésticas». En los paises del centro esta sicuacién ha provo- cado que, generalmente, se desvaloricen muchas de las contribuciones de las mu- jeres por consideratlas simplemente «quehaceres domésticos». En los paises periféticos en muchos casos se ha desvalorizado la produccién de alimentos por considerarla «un trabajo de mujeres», en comparacidn con la produccién de cose- chas comerciales que controlan los hombres Este es un buen ejemplo de! modo en que el ambito de una politica ha favore- cido una jerarquia de poder determinada. En el caso de los hogetes, entramos en el mundo privado de la familia; lo que ocu:te encre «marido y mujer» no es del dominio ptiblico. Esta estrechez de miras puede dar lugar a que se perdane, o al menos se ignore, la forma de poder mds simple: la violencia fisica, en fa que los wextrafios» (policfas y vecinos) son reacios a entrometerse, incluso en los casos mas extremos. Ast, las mujeres, al estar confinadas al mundo ptivado de la fami- lia, estén condenadas a ia impotencia pelitica; no hay sindicatos de amas de casa ni de productoras de cosechas de subsistencia. El siscema de relaciones pauiarcalés impregna todos los niveles de la econo- mia-rmundo, de modo que las mujeres que desempefian trabajos remunerados ganan menos que los hombres y su ntimero es cada vez menor a medida que as- cendemes en cualquier escala ocupacional. Este sexismo endémico se pone de manifiesco muy cliramente en la politica, ya que los hombres que se dedican a 30 Geografia Poliriea Tobla 1.2 Porcensaje de mujeres en las cdmaras legislativas de cincienta y siete pates, ahededor de 1997 Suecia 40 Mexico 14 Noruega 39 Polonia 3 Finlandia 34 Portugal B Dinamarca 33 Jamaica 12 Holanda 31 EE UU 2 Nueva Zelanda 29 Cabo Verde il Seychelles 7 Tealia il Ausaria 26 Angola 10 Alemania 26 Rusia, Fed 10 ‘Argentina 25 Reino Unido 16 Islandia 25 Croacia 8 Sucifrica 23 Malasia a Espafia 25 Benin 7 Eritrea 21 Brasil 7 Suiza 21 Rumania 7 Granada 20 Francia 6 Corea, Rep. Dem 20 Grecia 6 Luxemburgo 20 Jepén 5 Vietnam 19 Haiel 4 Canadé 18 Ucrania 4 Licuania 18 Rep. de Corea 3 Namibia 18 Paraguay 3 Turkmenistéa 18 Singapur 3 Chad 17 Bhucan. 2 Australia 16 Yemen 1 Eslovaquia 15 Kuwait 0 Rep, Checa 5 Tonga 0 Zimbabwe 15 Sante Lucta 0 Irlanda 4 FUENTE: Naciones Unidas (1997). la politica acaparan fos puestos de los cuerpos legisladorcs en todos fos Estados (Tabla 1.2). Faisce una cepresentacién menor de mujeres en todos los cuerpos legisladores de] mundo; no obstante, en algunos paises hay una mayor represen- tacién de mujeres, come por ejemplo en fas democracias liberales escandinavas 7 cainbigh an ane niestla heuetngénes de palsersensne lox que Bpuran Alemaaia, Islandia, Eritrea, Suddfrica y Granada. En las principales democracias liberales (EE UU, Gran Brerafia, Francia, Japon) y en la Federacién Rusa su represenca- cién es menor. Esta desigualdad hombre-mujer es todavia mayor en el sector ejecutivo de fas adminiscraciones de diversos regimenes politicos, ya sean demo- cracias liberales, antiguos Estados comunistas, dictaduras militares, monarqufas uradicionales, etc. Le irénico es que la mayorfa de las mujeres que son presiden- tes de gobierno deben su posicién politica a su familia, suelen haber estado empa~ renradas cos politicos masculinos asesinados: son sus viudas, Corazén Aquino en Filipinas por ejemplo, o hijas, Benazir Bhucco en Paldstdn por ejemplo. Por lo general, las seéioras Tharcher de este mundo llaman la acencién fundamen- talmente por lo paco que abundan, Eiandlisis de los sisternits-munda en grograffa polisica BL El poder entre los «pueblos» Los «pueblos» reflejan la diversidad que siempre ha habido en fa humanidad. Fn la economfa-mundo esta variedad humana se ha utilizado para crear conjuntos cencreros de «pueblos» con el fin de justificar las desigualdades mareciales y poli- ticas. Se han creado ures cipos de «pucblos»: Jas razas, las naciones y los grupos ét- ni¢os, cada uno de tos cuales esté relacionado con una de las caracteristicas funda- meatales de la economfa-mundo. La raza es producto de la expansién def sistema-mundo moderne. Al incorpo- rarse 2004s N60 eurapeas a la economia-rmundo, los pueblos no europeos que s0- breviviecon fueron integrados en la peciferia, De esta forma, en la divisién cel tra- bajo, la raza llegs a plasmarse de un modo inequivoco en un centro blanco y una perifecia no blanca. Hasta hace poco tiempo el Gobierno de Sudéfrica admitia esta jerarquia de poder cuando en su sistema de apartheid denorninaba a los hom- bres de negocios japoneses que visitaban el pafs wblancas de honors. Hablando en érminos mis genetzles, la ideologia del racismo ha legitimade en el transcurso de la economia-znundo las desigualdades que existen Bl concepto de «nacién surgié para expresar la competencia entte los Estados, Legitima el sistema interestatal que constituye la superestructura politica global de la economia-munda, porque todos los Estados aspiran a ser «Estados-nacidn» Al justificar [a fragmensacidn politica del mundo, las naciones contribuyen de un modo fundamental a perpetuar [as desigualdades entre pases, La ideologia aso- ciada, el nacionalismo, ha sido la mosivacién polftica predoaiieare en el siglo 205 raillones de jdvenes han sacrificado sus vidas voluntariamente por su patria y sus compattioras. Los grupos éticos siempre constituyen una minora dentro de un pals. En to- dos los Estados multiginicos hay una jerarqula de grupos en [a que ciertas ocupa- ciones se asocian a ciertas grupos. Cuando los grupos étnicos son inmigrantes, la wetnizacién» de las ocupaciones legitima las desigualdades reales dentro del Es- tado; en cambio las desigualdades que padecen los grupos étnicos autéetones pue- den cuiginar un nationalisma aleeraativo de minotlss que se entrente al Eovade El concepto de «pueblo» abarca una mezcia compleja de fendmenos culturales. Nos hemos aid aarafiar la superficie de tal complejidad. No obstante, se ha demostrado que los pueblos estin implicados en jerarqulas de podec, desde la es- cala global hasta el vecindario, y siguen siendo insticuciones clave gara legitimar las desigualdades y para la resistencia polltica En tas actuales condiciones de glo- balizacidn se han destacado mas a medida que los grupos recalcan sus peculiarida- des en respuesta a las tendencias a una homogeneizacién culraral. Abordaremos estas cuestiones can mayor profundidad en el capfculo 3 Poder y clase Todos los andlisis sobre poder y clase cormienzan hablando de Marx En el meollo de su andlisis sobre el capitalismo, hay un confliceo fundamental entre el trabajo y cl capital. En términos de clase, la burguesla posee los medios de produccién y compra la fuerza de trabajo del proletariado, de modo que la burguesia controla todo el proceso de produccién a expenses de! proletariado. Esta jerarquia de po- der y el conflicto de clases que origina son fundamentales en todos los andlisis po- liticas marxiscas 32 Geografta Politica Wallerstein admire que ta lucha de clases tiene un papel esencial en la economf{a-mundo capivalista que analiza. Sin embargo, las dasee de las que habla Wallerstein no son las mismas clases del marxismo ottodoxa, puesco que su defi- nicidn del modo de produccién es menos estricia. Por ejemplo, Wallerstein deno- mina productores directos a las clases trabajadoras, incluyendo en esta categoria a todos fos que tienen una conexida directa con la praduccién de bienes, tanto los ccabajadores asalariados como los que producen sin recibir un salario, Asf pues, al proletariado asalariado se afiaden los agriculrores, los aparcecos y muchas otras formas de explotacién laberal, incluyendo el trabajo de las mujeres y de los nifios que con Frecuencia se oculta en el seno de los hogares Frente a los productores directos, en la lucha de clases, se encuentran los que controlan la produccién, que puede que sean «capitalistas» —cs decir, los duefios del capisal—en el sentido original de la teotia artista, pero también puede que no fo seas. Por ejemplo, fas empresas multinacionales son la forma tlpica que adopta el capiral a finales del siglo xx, y los ejecutivos de clite que controlan es- tas ermpresas na tienen por qué ser accionistas mayoritarios y estd claro que el po- der que tienen no depende de la cuant(a de sus acciones. Aunque formalmente sean empleados de la empresa, serfa falso no admicir el auténrico poder que posee este grupo de personas. Constituyen junto con otro BrupS, Jos altos cargos de la Administraciéa del Estado que también controfan grandes cantidades de capital, la curguesfa modernas del siglo xX Marx admizia que existia una clase media enere cl proiccariado y Ia burguesla, pero predijo que esta clase inrermedia disminuirfa en ntimero e importancia a medida que se desarrollar el conflicto entre el trabajo y el capical. Esto no ha su- cedido en los pafses del centro de fa economfa-mundo, sino que hemes asistido al cauge de les clases mediasr debido 2 que los empleos de «cuello blanco» han au- menrado y superado en mimero a fos empleos de «cuello azulv, Esta gran clase in- cermedia desempefia una gran variedad de empleos que aparentemente tienen poco que ver entre si. La interpretacién de Wallerstein es que las personas que tie- nen estos empleos sor los cuadros de la econorniz-mundo, y aids que fa organi- zacién y produccién capitalistas son cada vez mds complejas, cada vez se requie- ren mds mandos que coordinen ef sistema y se aseguren que funcione lo mejor posible. AJ principio los que desempefaban esta labor se limicaban, en nombre de los que conzrolaban el capital, a supervisar a los productores directos; actual- mente, para que el sistema funcione bien, cs preciso que haya profesiones muy di- versas, desde las més antiguas, como las de abogade y contable, a innamerables estos de nueva ereacién, como los mandos intermedios de las empresas y los Burderatas estatales, Fl resultado es una enorme clase media de cuadros situada entre los que controlan y los productores directos, lo que constituye un ejemplo clisico de la estructura tripartita de Wallerstein que faciliea la estabilidad de la economfa-mundo, que, como sefialébamos antes, la actual globalizacién estd so- cavando, Como hemos sefialado anteriormente, las clases tienen un cardcter global en la economfa-mundo, puesto que su definicién estd decetminada por el modo de proddccisn quieres el calsma-eh volles/las pares dal globo Lat dennininarnes clases sobjetivasn porque se derivan ldgicamente del andlisis; sin embargo, en el terreno de la practica polftica real, las clases generalmente se han definido a s{ mismas acomodindose a la excensién de cada Estado. Estas «clases nacionaleso subjetivas son sdlo parte de las «clases globales» objetivas de las que hemos ha- blado, Jo que significa que el alcance de la mayorfa de las acciones de clase se ha Elanilisis de lar sistomar-neundo en geagrafie politica 33 rescringido a una extensién que no corresponde a ja de su ambit geografico completo. Pero no todas las clases han sido wnacionalesn en igual medida. A pe- sat de que el proletariado haya desarrollado una retética internacionalista, los ca- piraliscas y los que coatrolan Ja produccién son los que han desempefiado un pa- pel mds eficaz en la escena internacional, puesto que las acciones de clase subjetiva que has llevado a cabo han estado siempre mucho mds :clacionadas con sus incereses de clase objetiva. Prueba de ello es, en fa actualidad, la flexibili- dad dé las empresas multinacionales a Ja hora de trasladar sus fibricas para redu- Git bos costes laborales. Los productores clrectos no disponen de una estrategia organizada para enfientarse a la capacidad que tienen los que concralan la pio- ducciéa de crear nuevas divisiones geogrdficas globales del trabajo. El Estado esta claramente implicado en estas cestricciones del dmbito de los conflictos en un mundo globalizante, y constituye el eje principal de la geograffa politica ral y como la abordamos en este libro. Politica y Estado El Estado es el escenario de la politica formal. La mayoria de la genre sucle aso- ciar el fancionamiento del poder y de la politica con actividades relacionadas con el Estado y su Gobierno. Se da por sencado que el Estado es el «ruedo» de la politica, y, en consecuencia, !o mas habitual es que muchos estudios politicos se hayan limitado a analizar los Estados y los gobiernos, lo cual implica equipa- rar ol poder y Ja politica en nuestra sociedad exclusivamente con el funciona- miento formal de fa polftica estatal. Sin embargo, al hablar de las demds institu- ciones hemos visto que este enfoque es insuficience, porque no hay aingtin motivo 2 priori por el que no debarnos interesarnos igualmente por el cema del oder en otras instituciones como foa hogares. ¥ los marxistas, eviderremence, sefialarfan a importancia fundamental que denen las clases en cualquier estu- dic sobre ef poder, Para superar esta poscura fa solucién no consiste en debatir la importancia re- Jativa de las distintas instituciones, porque no es posible hacer un anilisis serio de cada una de ellas por separado. Como ya hemos dicho, estén relacionadas entre sf de tantas maneras complejas que Wallerstein (1984a) Jas denoraina «el vértice institucional». Estudiarlas por separado como hemos hecho hasta ahora sdlo se puede justificar por motivos pedagégicos. En realidad, el poder en e! sisvema- taunde maderao opera a través de numerosas combinaciones de insticuciones; desde esta perspectiva, un estudio reciente enumera al menos catorce tipes dife- rentes de politica (Taylor, 19912), fo que implica que como minimu habrfa que estudia: catozce geografias peliticas, En este libro no podemos pretender hacer justicia a tal diversidad de politicas, por lo que ¢s preciso justificar la orientacion que vamos a adoptar de ahora en adelante, La geografla politica en su mayor parte, al igual que otros estudios politicas, ha tenido una orientacién estadocéntricas es decir, que ha considerado que la uni- dad elemental de andlisis es el Estado. Desde el punto de vista de los sistemas- mundo, el Estado sigue siendo una inscicucién clave, pero ya no es el escenario del cambio social. Queremos evitar las Jimicaciones de un enfoque esradocéntrico, pero con cllo no queremos decir que ¢! Estado sea un elemento de escasa relevan- cia en nuestro estudio, En definitiva, el Estado se debe situar en un contexto que revele su imporcancia pero que no deje aun lado a las demds inscituciones. Este 34 Geagrafia Politica ha sido nuestro objetivo en la Fig 1.3, que iluscra una de las muchas relaciones existences entre las cuatro insticuciones Los hogares son las unidades ceproduccoras sociales fundamentales del sis- tema, porque en ellos se socializa a los individuos en un estrato social. En la Fig. 1.3 hacemos hincapié en la transmisién de fa idencidad culrural que hace que los «pueblos», las naciones del mundo, se reproduzcan. Estas naciones, a su vez, so re- lacionan con las ocras dos instituciones de formas muy distintas. Como ya hemes seftalado, la organizacién subjetiva en clases nacionales pone en cuestién el esta- cus global objetive de las clases, por lo que normalmente se encuentcan divididas Ea el caso de fos Estados, nacién y Estado se han apoyado mutuamente en los cEstados-nacién. Esta legitimacién modema ha Hegado a tener tal fuerza que «Estado» y «naciéa» suelen ser ucilizadas indistintameate en el lenguaje coddiano, aunque a estas alcuras el lector deberia tener clara que no son las naciones las ue compiten en Jos Juegos Olimpicos, sino que son los Estados. Fi concepto de Es- tado-nacidn impide distinguir Ficilmense enue estas dos instituciones. En este li bro nuestro objetivo no es tanto limitarnes a corregir esta concepcida errénea como entender de qué modo Hlegd a producirse; por esta razén hay, en este esmu- dio politico, un sesgo hacia el Estado y la nacién, pero sin soslayar las otras insti- tuciones, lo que s{ sucederfa si adoptdsemos un enfoque estadocéntrico Nuestro sesgo se puede justificar por motives geogrdficos. Segrin veremos en los siguientes captculos, tanto el Escado como fe naciée tienen una relacién de ca- rdeter tinico con el espacio; no sélo ocupan un espacio, como toda institucidn so- cial que se precie, sino que proclaman que tienen una relacién especial con luga- res determinadas. No tiene sentido tener una nacidn sin una «patria histdrican, ni ESTADO NACI, Estado Jegitima L- reproduce Figura 1.3. Los vinculos institucionales fiendamentales El andlisis de los siteemas-mmundo en geografta politica 35 los Estados existen si no es en virtud de la posesidn de su «territotio soberanoy, Dicho de otto medo, 1a localizaciéa espactal del Estado y de la nacién es parte esencial de su nzturaleza Ast pues, la geografla politica deberla centrarse en el es- tudio del sesgo que se muestra en la Fig, 1.3, que constituye el ndicleo de nuestra perspectiva pasticular sobre ef sisterna-rnundo moderno. Continuaremes con este argumento en él aparcado final de este capiculo; mientras tanto, continuaremos estudiando fa paturaleza de las relaciones de poder analizando actividades de los Estados que nos resultan familiares IV2. La susileza del poder: qué es un Estado firerte? Hasta ahora, af hablar del poder, hemos asumido sin mas que los resultados de la accién reflejan una jerarquia de poder que, a su vez, es un indicio de fa diferencia de recursos de los contendientes, Cambiande el dmbito de un conflicco cambia- mos Ia jerarquia de poder, pero zy si la jerarquia de poder no es un indicador se- guro del triunfo o del fracaso? Algunos conflictos que se han producido encre Es- tados recientemence indican que asf puede ser. Lo que pasa es que la nanuraleza del poder es mucho mds sutil de lo que hemos supuesta hasta ahora. La medicién del poder relativo de los Estados ba sido un problema constante para la geogeaffa politica, porque el poder no se puede medir de un modo directo La mayorla de las veces este problema se ha resuclto seleccionando algunas de las caracteristicas mds destacadas de los Fstados, y combindndolas después para asig- nar un Indice de poder a cada Estado. Un ejemplo sencilla consiste en definir et poder como el cubo del producto national bau de un pas multiplicado gor la ralz cuadrada del nuimero de sus habirantes (Muir, 1981: 149). El resultado es una medida de poder iatuitivamente razonable, pero poco satisfactoria, ;Por qué se utlizan exclusivamente variables de produccién y de poblacidn? ;Por qué se combinan de esa manera? No se puede contestar a estas preguntas sin recurrir de un modo explicito a la teozia que estd detrds de esa medida, ‘Tenemos que volver a hacernos fa siguiente pregunta: ;qué es lo que hace que una cacacteristica derer- minada sea lo suficientemente importante para que sea cenida en cuenta a Ja hora de practicar la mediciéa? La mayor parte de los estudios sobre el poder del Bstado han sido inductivos, por lo que han prestado muy poca atencidn a Ia teoria que utilizan, que implicita. mente sucle tener que ver coz la nocién de potencial de guerra. Pero la decrota de fa wsuperporencia» Estados Unidos a manos de la wpotencia media» Vietnam Aa hecho necesario un replanteamiento total de fa cuestidn. Todavia mds sorpren- dentes han sido las recientes experiencias britinicas: sufrié una derrora en los afios setenta en una guerra —la llamada «Guerra del Bacalaon— en el Adintico Norte a manos de una «pequefia pocencia», Islandia; pero salié victoriosa en. los afies ochenra en una guerra en el Addntico Sur contea una eporencia median, Ar geatina, ;Cémo pademos interpretar estas muestras recientes del poder del Fs- tado en ta escena internacional? Una solucién es resignatse y adunitir que «parece improbable que alguna vez se obtenga una medida sin defectos» (Muir, 1981: 149); en ese caso, volveriamos a las «estimaciones aproximadas», que dependen de la esicuacién» en la que se emplee el poder. Muir (1981; 150) utiliza cinco varia- bles para hacer estimaciones aproximadas del poder: 4rea, poblacién, producci6n de acero, tamafio del ejérciro y numero de submarinos nucleares, Los resultados vuelven a ser correctos de un modo intuitive, pero gde qué sirven si predicen la 36 Geogprafte Palfriew victotia norteamericana en Vietnam y el triunfo britdnico sobre Islandia? No basta con decir que el poder de! Estado depende de Ja situacidén en que se emplee; necesitamos un enfoque totalmente nuevo para estudiar el poder cel Estado, al que podemos acceder empleando ei andlisis de los sistemas-mundo gracias a los conceptos de relaciones de poder manifiestas y encubiereas. Aunque las primeras corresponden a lo que normalmence consideramos manitestaciones del poder en Jos conflicros, nuestro argumento es que el poder encubierco, que es lz capacidad para promover intereses particulares sin cecurrit a la intimidacién © a Jas amena- zas, tiene una difusién y una importancia mucho mayores Hemos encontrado cuatro tipos de relaciones de poder, dos manifiestas y dos encubiertas La posiciéa estructural La forma de relacién de poder mas importante es de origen estructural y es una consecuencia directa de que la economia-mundo funcione come un sistema. Para comprenderlo, vamos a analizar los Estados de Brasil y Suiza. En casi todos los {n- dices de poder Brasil parece tener ris podes que Suiza por cjemplo, sein los criterios de Muir, tiene mas terricorio, mas poblacién, produce mis acero y tiene mas soldados, Pero ésca es solamence una medida del povencial milicer; Brasil y Suiza nunca han estado en guerta y es muy improbable que alguna vez lo estéa, porque e] Gobierno suizo no es tan tonto: de hecho Suiza no ha estado en guerra con ningtin pais desde a época de Napoledn. fn la jerarquia de x estructura es- pacial de la economéa-mundo, Suiza es centro y Brasil no es nada mas que semi- periferias por tance por definielin se puede decir que Sane vexpltar a Brat porque a economia-mundo esvd estructurada de tal manera que favorece a Suiza a expensas de Brasil Suiza no tiene que hacer ninguna demostracién de poder manifiesto aparte de las relaciones comerciales «normaies» para imponer su domi- nio: los banqueros suizos forman parte de la comunidad bancaria internacional ue pone condiciones a Brasil pata renegociar los plazos de devolucién de su doudn externas las multinacionales suizas, coma Newtié por ejemplo, se dedican a hacer negocios lucrativos de los que acaban beneficidndose los accionistas suizos En pocas palabras, el funcionamiento del mercado mundial, y las relaciones de Suiza y de Brasil con dicho mercado, aseguran fa supremacta Suiza con el consi- guiente flujo de excedente para Suiza. Esta sicuacién es muy distinea a la del sa- queo de América Hlevado a cabo por los espafioles, que se basé en un uso muy manifiesto de lz fuerza, pero no por ello es menos real; cn realidad, es una explo- racién mucho mds barata y eficaz Esta forma de relacién de poder es diferente de las releciones de poder encu- biertas que vefamos en el epfgrafe anterior. Los suizos no estén implicados en nin- guna manipulacién del sistema, sine todo lo contrario. Juegan resperando las le- yes del juego. Lo tinico que pasa es que esas leyes —el funcionamiento de fa economia-mundo— obran a su favor por ser un Escado cuya economia se basa en relaciones de produccién de centro: al producir mis eficazmente pueden contro- lar pafses como Brasil, que no pueden competir econémicamente con ellos Fa suprema forma de poder que resulta de la posicidn estructural es fa hege- monfa mundial. En Ja ceorfa de los sistemas-mundo un Estado es hegeménico cuando se hace con la mayorfa del potencial econdmico de la economia-mundo. Esta posicién ha sido conseguica por Estados Unidos, motivo por ef que el siglo XX a veces se ha apodado el «siglo americano» En el capitulo 2 averiguaremos Et enilsis de los sinemas-munda en geegrafia polisica 37 mgs cosas sobre los ciclos histéricos del auge y la decadencia de ios hegemones Por el momento nos dedicaremos a analizar el caricter manifiesto y encubierto del poder hegeménico. Fl poder econérnico del Estado y sus posibilidades milits. ses lo convierten en el Estado mds poderoso. La eficacia en la produccién econd- mica conlleva el dominio del comercio global, que, a su vez, suminisera ingresos que aseguran el dominio financiero de la economia-mundo. De forma manifiesta, el Estado hegemsnico acumula poder milizar basado en su fortaleza econdmice. De forma encubiecra, el 2stado hegeménico expresa cu poder proponiendo y or ganizando Ja agenda para el resto de los Bstados de la economfa-muado (Arrighi, 1990). Es el lide: mundial imitndo y emulado por otzos paises (Taylor, 1996) Por ejemplo, Estados Unidos ha expresado su poder econémica y militarmente pero también fomentanda con relative éxito el bre comercio y la democracia li- beral. Se puede considerar que la globalizacién ¢s ia culminacidn de estas proyec- ciones del poder americano Eludir la adopeidn de decisiones Con fa extrafia expresién weludir la adopeién de decisiones» (no-dectsion-mabing) se alude a la forma més conocida de poder encubiesto. Esta expresign proviene de un estudio de Schattschneider (1960) sobre la democracia norteamericana, en el que afirma que «codas las organizaciones tienen algin sesgo». Lo que quiere decir es que en cualquier tipo de politica sdlo figuran en el orden del dla algunos con flictos de interés; el resro use cesolversin al maigen de la politican para gue no eal ge ea la esfera de fas relaciones de poder manifiesto. Los ejemplos que da chaceschneider estin relacionados con los partidos polfticos, y mas concreta- mente con la escasez de opciones que tienen los elactores norteamericanos, rma que trataremos en el capitulo 6. Actualmente su trabajo es mds conocide porque es el punto de partida del concepto weludir la adapcidn de decisioness, que Bach- rach y Baratz (1962) acufiaron en estudios sobre polfticas urbanas. Su tesis es que, si solamente se estudia fa coma de decisiones formal y ntanifiesta en las ayunta. mientos, se pasa por alto el proceso de elaboracién del orden del dla, que es cuando se decide qué temas serdn tomades en consideracién y cudles no. Esta es una forma de manipulacin que permice que las decisiones omen ciertos rumbos que suelen fevorcecs cl mancenintiento del sere quo El poder es encublerso poe gies temen que toma: adecisionas»~—de ah fa expresin seludir la adopei¢n fe decisiones»— respecto a los asuncos que no estén en ef orden del dia. Desde esta dptica podemos comprender mucho mejor la solidez del presente orden de cosas en la economfa-mundo En las Naciones Unidas, cuando el Tercer Mundo aleanzé la mayoria en la Asamblea General tras Ja descolonizacién posterior ala Segunda Guerra Mundial, se traté durante bastante glempo de introdacir en los debaces temas nuevos de po- lidiea mundial. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desa- rrollo dio origen # dos «décadas de desarrollo» y los trabajos de la Comisién Brands culminaron en ta conferencia de Cancun, donde se celebraron «negocia- ciones globales». Pero, a pesar del apoyo ude boquilla» prestado al desarrollo de los paises mas pobres, en Canciin el orden del dia de la polftica mundial no cam- bid. No fueron las cuestiones Norte-Sur las que predominaron en las relaciones interestatales de los aflos ochenta, sino que el conflicto Este-Oeste continud siendo el principal tema de atencién. La presién ejercida por las Naciones Unidas 38 Geagraffe: Polisica para que se produzca un cambio lo unico que parece haber conseguido es debili- tar la relevancia de ese organismo a los ojos de los Estados mds poderosos, sobre todo de Estados Unidos. La leccién es simple: es muy dificil alcerar el orden del dia una vez que se ha escablecido, porque pasa 2 ser un supuesto bisico de la polf- tica fuera de discusién. La politica de fa Guerra Fria entce 1946 y 1989 escablecié los presupuescas que guiaron In politica mundial, que dejan fuera del orden de! dia el problema de las enormes desigualdades de nuestro mundo. Este es ua ejem- plo de sluds le adopcién de deisionen, porque resultado es quel ae go permanece intacto, 2 pesar de los avacares de la politica mundial. Fuerza manifiesta y fuerza potencial Como ya hemos sefialado, ei poder manifiesta es la relacién politica que se observa en los conflictos. En el caso de que produzca un confliczo entre Estados (0 Estados en potencia), se puede llegar a la guerra, pero el argumenco fundamental es ef mismo: si dos Estados A y B tienen inrereses encontrados en determinada situacién, los intereses que prevalezcan indican cudl de los dos pafses Uene més poder. Dirla- mos que en la guerra civil escadounidense el Norte tenia mds poder que el Suz, o que en la Segunda Guerra Mundial los altados acabaron siendo més poderasos que Jas potencias del Eje. Esta es una demostracién de poder muy importante, como lo atestiguan las 209 guercas interestatales e imperiales y las 152 guerras civiles ocutti- das entre 1816 y 1992 de fa lista confeccionada por Small y Singer (1995). El poder manifesto no tiene por qué hacer uso de la fiierza. Se puede considerar que Jz intimidacién violenea es el ultimo recurso después de haber intentado utilizar ta persuasién; pero este tipo de diplomacia no suele basarse en [a légica de los argu- mentos sino que se respalda en las amenazas de utilizacidn de Je fuerza, Tenemos un gjempio muy cao de exte poder porencial 0 ltente en la exis de los mises de Cuba en 1962, cuando fos buques soviéticos recrocedieron sin que se empleara fa fuerza. No es frecuente esa politica arriesgada, pero una wdiplomacia de caftoneras» mds modesta ha sido un sello caracteristico de la politica excerior britdnica y nortea- mericana en diversas ocasiones a lo largo de los dos tltimos siglos. Por ejemplo, Blechman y Kaplan (1978) registran 215 incidentes entre 1945 y 1976 en los que se urilizaron ias fuerzas armadas norteamericanas para favorecer los intereses norte mericanos sin que se llegera 2 apreciar violencia, lo que ellos flaman «fuerza sin vio~ lencia». Un ejemplo tfpico seria la visita que hizo a Turquia en 1946 el navio de gucrra més porente de la Armada de los EH, UU, el USS Mistours, en un momento en que Ia URRS reclamaba tertitorio carco. En palabras de Blechman y Kapian: Todo el mundo se percaté de lo que significaba este hecho; Washington habla ze- cordado de un modo no muy sutil a fa Unidn Sovidtica y a otros palses que era ana potencia militar importante y que podfa proyctar su pader fuera de su terri- torio, incluso x costas muy lejanas (1978: 2) Blechman y Kaplan sefialan cuasco perfodos en la utilizacién de fuerza potercial por parte de Estados Unidos, que figuran en Ia Tabla 1.3 junto con la localizacién geogrdfica de los incidentes en ocho escenarios geopolfticos, Se puede ver que Es- fados Unidos empieza a interesarse por Europa en el primer petfodo, para impli- case en Asia Oriental en el segundo perlodo; en ei terceto el Caribe/América Me- dia y el Sudeste Asitico dominan la escena, en tanto que en el ultimo perlodo Elanilisis de lor siscemsas-nennido en geografta palttica 39 Tabla 13 Las fueraas armadas de BE UU y te URS usilizadas como instrumento politico (1946-1975): 366 ejemplos de amenanas de uso de la fuerza oe Peale ee Eacenarios 1246-8 ___1949-55 1956.65 __1966.75__ EEUU_URSS EEUU URSS EEUU URSS EEUU URSS Furopaf FiMediternines 15 10 6 24 1324 5 23 Oriente Medio/ Africa del Norte 3a 2 2 x 18 5 15 23 Asia Mecidional 0 0 0 0 2 0 1 3 Sudeste de Asia 0 0 4 a 26 5 2 1 Asia Oriental l 6 5 5 7 3 5 6 Africa al sur del Sahara 0 0 1 9 8 3 i 6 Mesoamérical El Caribe 2 9 3 0 35 2 6 2 América del Sur 3 0 a 0 9 9 0 0 Yorl 24 18 24 31 118 42 45 64 Orience Medio/Africa del Norte y el Sudeste Asiatico son los escenarios mas im- portantes. Es evidente que los momentos en los que se produce un mayor at- mero de incidences coinciden con las crisis importantes que se producen tras la Segunda Guerra Mundial: Berlin en el primer perfodo, Corea en el segundo, Cuba en ef cerceco, y Vietnam e Israel en Jos pertodos rercero y cuarto. Lo intece- sante es comparar é! niimero de tales incidentes con las dos ejemplos principales de uso de la fuerza par parce de Estados Unidos: en Corea y en Vietnam. Estados Unidos na es el inico pals que se «ha entrenados de esta manera; Ka- plan (1981) ha hecho un estudio parecido de [a politica exterior de fa ova super- orencia, la antigua Unién Sovidtica, y ha sefialado 190 «incidentes» en los que fas fuerzas armacies soviéticas fueron utilizadas como instrumento polltico. A fin de poder comparar la utilizacién de la fuerza potencial par parte de la URSS con la de EE UU, 155 de estos incidentes ocurridos entze 1946 y 1975 se han afia- dido a la Tabla 1.3. En este caso los datos conscicuyen un indicio de que la URSS se estaba convirtiendo en una porencia global. En los dos primeros perfodes to- dos fos incidentes oeutrieron en zonas adyacentes a ia URSS, pero ert los dos tle mos {a influencia politica de las fuerzas armadas sovidcicas se exciende a todos los escenarios geopaliticos, a excepcién de Sudamérica Pero nos estamos adelan- tando, puesto que analizaremos {a geopolitica en el capfeulo 2, y el abjecivo de la Tabla 1.3 es sdlo poner ejemplos de [a existencia de una fuerza porencial y poner de manifiesto su importancia cuantitativa Poder y apariencia Ahora podemos retomar ei tema del poder de fos Esrados. En el enfaque teérico de los sisternas-mundo, el poder depende directamente de la capacidad que tenga 40 Geografia Politica el Estado de actuar en e! sistema para obtener ventajas materiales. Esta capacidad es resultado de fa eficacia de los pracesos productivos en los Estados, aspecta que medimos con las categorias de centro, semiperiferia y periferia. Si el poder se ex- presa de un modo manifiesto es de esperar que, en un conflicto determinado, la probabilidad de que el resultado sea favorable para una parte dependera de que pertenezca al centro, semiperiferia o periferia, por este orden; pero el problema es Gue la mayorfa de las expresiones del poder son encubiertas y estructucales. Aun- que esta definicién de poder sea fundamentalmente econdmica, estd estrecha- mente relaciondda con Ia idea de «Estado fuerte», de le cual es complementaria. En términas generales los Estados del centro suelen tener una idiosincrasia liberal dado que su poder se basa, ante todo, en, su supremacfa econémica Fl Estado holandés det siglo xvi fue el primer Estado que alcanzé esa afercunada posicién. Al sec una federacién de condados politicamente débil nunca dio la impresidn de ser el Estado més poderoso del mundo, pero durante un corto pe- clode de tiempo eso es precisamente fo que fue. Posteriormente Gran Bretafia y Estados Unidos se convirtieron, por este orden, en los Estados sliberales» mas importantes. En el capitulo 3 a tedes estos Estados los denominaremos hege- ménicos. En cambio, bos Estados de la semiperiferia suelen ser Estados autorita- rios que dan una imagen de fortaleza politica. Tenemos bastantes ejemplos, desde las monarquias absolucas del principio de la economfa-mundo hasta los regfmenes autoritarios de la semiperiferia del siglo xX, cales como los regimenes fascistas eutopeos de les afios treinta, los regimenes militares lacincamericanes en los afios setenta, y Jos regimenes comunistas hasta 1989 y 1990. Esta pos- tura politica se puede acribuir en parte a que intentan compensar su relativa de- bilidad econdmica; hay que recordar que la semiperiferia es el nivel mas dind- mico de le econam/a-mando y que estos Estados tienen que atilizar procesos politicos para reestructurar el sistema a su favor, aunque evidenremente en la mayorla de los ‘casos no lo consiguen. Por tiltimo, estin los Estados periféticos, el elemento mds débil del sisterna. Durante gran parte de la historia de fa eco- nomfa-mundo esta zona no ha tenido el contro! polftico de su propio territorio, sino que ha renido un estacus colonial. Sin lugar a dudas esta posicién es la mas debil que se puede tener en la ectnomis-mundo; incluso, annque acoedan ala independencia politica, la dependencia econémica contintia, lo que ha dado origen a conceptos como «imperialismo informal» y «ncocolonialismo», que aluden a que el destino de estos palses sigue estando casi por completo fuera de gu concral El principal problema de estas Estados es su seguridad incetna, fo que origina represién y regimenes a menudo efimeros. Abordaremos el zema del imperialismo informal y de los Estados periféricos en cap{tulos sucesivas, pero lo que queremos destacar ahora es que, a pesar de los tanques y los fusiles, estos Estados son esencialmente debiles; el poder politico manifiesto que emplean es un intenco de compensar su carencia de poder «real» en a economia-mundo, ‘A ln vista del resultado de las guerras del siglo xX podemos justificar por ué hacemos canto hincapié en los aspectos econdmicos del poder a expensas de los aspectas estrictamente militares y politicos, Parece que el éxito ecand- nico de Japon y Alemania tras le Segunda Guetta Mundial desmience la im: portancia de las victorias militares en comparacién con los procesas econémi- cos fundamentales sobre los que se basa la economfa-mundo. Muchas observadores Hlegan a afirmar que estos dos paises, al final, salieron ganando econdmicamente al perder la Segunda Guerra Mundial, ya que despugs no se les petmitié que hicieran inversiones de tipo militar a gran eseala. Evidence- Et acl de fos ssremas-risaucto en geografta poticien 4 mente los motivos del éxito econémico de Japén y Alemania son mucho més complejos, peto este ejemplo pone de manifiesto, sin lugar 2 dudas, la sutileza del poder en el sistema-mundo actual. Empezamos este apartado hablando de ancmalfas de poder ea ei resultado de dos condlictos recientes, las guerras de EE UU contra Vietnam, y de Gran Brerafia contra Islandia. Creo que estaremas dé acuerdo en que, por sutil que sea nuestro es- tual del poder del Estado, seguirnos sin poder explicar del todo por qué en artes casos gand la parce mds edébib, pero lo importance es aprender de fos fallos, Por qué nuestro andlisis no nos ha pecmitide hasta ahora aiiadir algo interesante sobre est0s conflictos? La respuesta es que hemos considerado que los Estados pazcicipa- ban en los confliccos sin tener en cuenta su politica interna Esto es lo que suelen hacer los estudios de Relaciones Internacionales al separar la polltica «nacional» de In internacional y asumir ‘gue cada ura de elles eonstnue ua ener de aividad independiente. En Geografla Politica no tenemos motivos para aceptar esta forma de hacer las cosas; es mds, nuestro argumento es que esta pastura no permite llegar a, comprender del tod fa polftica estatal. Por ejemplo, en el caso de la Hamada Gue-, tra del Bacalao, la imporcancia del conflicto era muy distinta para la polftica nacio- nal de cada uno de los pafses implicadas: para Islandia el conflicco era de la mayor priotidad en politica exieriar, mientras que para Gran Bretaia habla muchas otras Cuestiones impoctantes que sopesaz, Pero el caso mas interesante continia siendo el hecho de que Estados Unidos no consiguiera vencer ¢ Viecaam, ya que no hay duda de que, al ser en aquelta época el pais mas importante del centro, disponia de muchos mds recursos que Viecnam. Sélo si examinamos la sicuacidn interna de cada pais se puede comprender por qué no rriunfé Ia potencia mayor Fn primer lugar, es preciso que tengamos en cuenta la naturaleza del desaffo vietnamita. EF] movimiento de |iberacién viernamita movilizé a los habicances de Viernam hasta exczemos insospechados, La guerra munca se desarrollé convencio- nalmente, con frentes militares; porque, aunque los norteamericanos obtuvieran victorias, el enemigo siempre consegutia volver a rodearlos. En este sentido la gue- tra era come una eterna cansigna, al extilo de Ia del genetal Custer, de aguantar a pie firme basta el final. Los norteamericanos se encontraron en la poseura, literal- mente coneradictoria, de poder «salvar» a Vietnam solamente destruyéndolo, lo cual estd relacionada con Eceginds parte de nuestra explicacién La destruceién que llevé a cabo Escados Unidos en Viernam impidié que cuviera éxito su cam- pafia para ganarse «los corazones y las conciencias» de los campesinos viecnamitas, a la ver que fomenté los esfuerzos viecnamitas por conquista: vel corazén y la concienciay de la opiniéa péblica norteamericana. La divisién de los norteameri- canos significs el fin de Ia guerra y condujo a Ja victoria militar del semiperiférico Vietnam Hoy en dia a una persona que fuera a Vietnam y a Estados Unidos le cestarfa reconocer al ganador, Actualmence los vietnamitas ya no saborean las mieles de la victoria, porque [a cohesidn nacional que condujo a la victoria milicar no se ha encauzado de forma adecuada para lograr la prosperidad econémica Este es un objetivo mucho mds dificil de conseguir, que requiere la utilizacién de ia estrategia completamente distinta. Ser un Estado semiperiférice ya constituye de por s{ una carga suficiencemente pesada y, si a ello se afiade la destruccién que produce una guetta, el future inmediaco pacece muy poco promeredor. La sirua- cién de Vietnam no fe permite comperir en la cconomia-mundo como lo hatta un Estado semiperiférico en alza; al igual que muchos etcos Fstados def Tercer Mundo, ha descubjerto que obtener la independencia politica es un triunfo vano mientras continte la pobreza econdmica. E] poder estructural es asi. 42 Geagrafta Pot IV.3. La economia-munilo desde la perspectiva de le geografta politica Las instituciones de los lugares concretos sirven de mediadoras del poder. Nuestra exposicién sobre el poder empezaba en un entorno geogrdfico espectfico, al patio de un colegio, y en ef estudio del poder es preciso que volvamos a la geografia. Hay dos formas en que la geografia estd implicada en las celaciones de poder. En primer luges, el propio espacio es una drea de disputa El espacio nunea consti. tuye un mero escenario donde se desarrollan los aconeecimientos: ninguna dispo- sicién espacial Uene nada de neuttal. Eo ocasiones se admire este hecho y el eapa- clo forma parce de la agenda ce la disputa (nds adelance ponemos un seacilio gjemplo de le definicién espacial de un electorado para decidir los iimitennacio. nales»). Sin embargo, las disposiciones espaciales pueden. formar parte de del mundo que damos por sentado, de forma que el poder povencial se hace tealidad por la epuerta trasera», por asi deciclo. Foucault (1980) nos ensefié [a importancia de ese egeografia invisible». En nuestra opinién, el ejemplo mas importante es el pensamiento estadocéntrico, que considera que el Estado-nacién no es una cons- truccién social sino una division enacural» de la humanidad En segundo lugar, Doreen Massey (1993) nos recuerda que el poder supone mucho més que el ruedo donde acurte, Hay una sgzomerria del padem, une red de corrieates y conexiones que es caracteristica de todo individuo en todo tugar concteto. Por tanto, aficma, la globalizacién en cuanto proceso incocpora algu- nas personas y algunos lugares mucho mis que ottos. Come sefialamos antes: la slobalizaciSn ha sido muy desigual en su geografia. Par ejemplo, la famosa com. resin eespacio-temporal» que suponen las comunicaciones actuales puede ha. ber cambans Ia vida de les banqueras, pero no ha tenido ninguna influencia di- recta en las mujeres que recogen leva en Ia sabana afticana. Massey combinando Ia idea de la globaleaciGn esigual con ideas relacionadas con el trabajo de Schareschneider (1960) sobre ef alcance de los conflictos infiere lo que deno- mina «sentido de lugar que se transformas, Segiin esa argamentacién los lugares mds pequefios no se enciecran en si mismos para proveger su stertitorion, sino que todos fos lugares tienen miles de conextones con otros lugares. En Ia geome. tla del poder los lugares tienen importances vinculos econémicos, produciendo mezcancias, por ejemplo, para el mercado mundiel, pero también, denen impor. fantes conexiones culturales que en muches casos estén relacionadas con los ori. genes geogrificos de algunos incegrantes de lz comunidad La clave es que no pademos Hlegar a entender bien ttn huigar si nos limicamos a examinar lo que contiene; las relaciones que mantenga con el exterior son importantes y se pro- ducen en las distintas escalas geogrificas. Este es el punto de partida de la geo- grafia politica de jos siscemas-mundo Fl andlisis de Ia economfa-mundo desde el punco de vista de la geografla pol tica solamente tiene sentido si nos aporta elementos de juicio que no se puedan obrener desde otras perspectivas. Anteriormente hemos insinuads que cre- émos que éste es el caso, y ahora intentaremos justificarla de un modo explicico. Lo esencial de nuestro argumento es que la utilizacin de la escala geogedlica como estructura organizativa nos permite enrender mejor cieros Dreblemas, En concreto, fa estructura geogrifico-politca de los sistemas-mundo que utiliza- mos nos aporta una serie de ideas sobre aspecros del funcionamicnto de le economla-mundo que no han quedade suficienzemente claros en otros eetudios (Flint y Shelley, 1996) Semnejante aficraacién requiece algin tipo de justificacién Por nuestra parte, que elahoraremos ceniendo siempre presente: primero, que es El anditisis de los sistemas mundo en geografice palisica 43 un problema politico préctico contempordneo de importancia vieal; y segundo, que se trata de una contribucién tedrica al andlisis de los sistemas-mundo. El dmbito politico en tanto que escala geogrdfica: cuando fa democracia no soluciona nada Hemos dicho que ef resultado de un conflicto depende en tiltimo extremo del Ambito en el gue se desarzolle el conflicto, y también hemos comentado que las parces mas débiles lo saben muy bien, En muchos casos el ambiro puede equips- sarsc con Ja escala geogréfica a nivel de la cual se resuelve, 0 se media para resol- ver, el conflict, Vietnam tratd en los afios sesenta de poner a Ja eopinién interaa cional» de su lado, cosa que lagré puesto que hubo manifestaciones antiamericanas en todo el mundo. Asimismo, ef movimiento antiapartheid ob- cuvo un gran triunfo al convertir la politica interior sudafticana en una. cuestién internacional en los afios achenca. $i hoy Kuwair no es una provincia de Irak se debe a que fue capax de coavertic una dispura «local» sobre su soberanfa en una guetta promovida por las Naciones Unidas. Aunque citemos estos conocidos ejemplos, no debeclamos olvidar que alzerar el campo de accida de este modo constituye un hecho excepcional; podriamos decir que la norma es que los que pierdea una dispura no logran exceader el conflicto. Uno de los motives impor- rantes puede ser la divisin politica de nuestro mundo. Una de las Funciones clave de las froncetas de los Escados consiste en impedir que los conflictos politicos se desborden al ancojo de los perdedores y se conviertan en conflictos a escala glo- bal. Pero tambign es posible que las mismas fronteras sean cuestionadas politica~ mente, y el caso mds claro lo constlenyen las reveeltas que se producen actual- mente en kz Fucopa Oriental después del derrumbe del comunismo Al haberse desintegrado las antiguas federaciones de Yugoslavia y de la URSS, las antiguas feonteras de los Estados federados se han convertido en las fronceras de Fstados soberanos. Fsce proceso no tendsla por qué ser un problema si los di- versos grupos nacionales formaran unidades espaciales contiguas, claras ¥ com- pacaas, donde se pudieran reazar ficilmente fronteras; pero la geografla politica y cultural no es algo car sencillo, ya que los diversos grupos éunicos nacionales suc- fewest mezclatossenidl espacic Beal casa, de'los.cuses'y loa vetoes, muchos de los cuales se encuentran fuera de Rusia y de Serbia. La Fig, 1.4 es una ifustracién esqueritica de esta situacida en Ja que hay una mezcia de dos grupos en une parce del pais {Deberfa haber un pals o dos? Sin duda, debecfamos dejar que la gente decidiera qué estructuras pollticas deberfan mantenerse; pero procedamos a investigar este ejercicio dernocritico. ; . Suponiendo que las elites politicas respectivas hayan movilizado a los dos gru- pos nacionales, podaraos dar por hecho que en una varacién a escala del Estado original ganarian los unionistas. La mayorfa de !a gente, 0 Jo que es lo mismo, el grupe nacional mayoritatio, no quiere que su pefs se divida, ;Es una trampal, dird la minorfa, porque en el noroeste hay una mayoria local que quiere separarse. Sit prevalece el voto original, los que han perdido podcfan perfectamence levancarse én armas para luchar por sur vindeperdencia nacional», gSerla antidemocratica una acclén semejante? Otra postbilidad es que se organizaran para conseguir apoyo internacional para que las Naciones Unidas patrocinaran unas elecciones exclusivarnente en el ncracite. Pn este raso podemor dar por hecho que los ant guos sepatatisras ganarian y proclamarian la independencia como resultado de ros Cengrafia Politica Solucisn untenisia. Solucian soparatista O binoria X Mayoria } En et nvave Estado © Mayoria | a at antigvo Estado % Mirada Figura 1.4 Escala geogrdfica y dmbieo polftico una decisién democratica det pueblo; pero al hacerlo han creado una nueva mi- norfa, los que formaban parte de la mayorfa en la federacién anterior que ahora viven en an Estado conerolade por sus antiguos enemigos Si se desecha la solu- cién original de mantener la unidad, ellos a su vez exigirin para sus cierras la in- dependencia del nuevo Estado del Noroeste. Lo mds seguro también es que el Es- cadaimiieva nol vongiengs que hayatormme elecclonet queidividan cLeeriroria sobetano que acaba de obrener. Asf pues, al negarseles la via democricica, la tinica solucién que le queda a la nueva minorfa es cecurric a las armas para conseguir Ja independencia nacional Ademds, los nuevos separatistas podrin recabar el apoyo de sus comparriotas del otro lado de la frontera del nuevo Estado Este argumento de pesadilla pone de manifiesto que, cuando se arata de resol- ver disputas politicas, fa democracia depende, tanto como cualquier otra formula de solucién, det Ambito en el que se desarrolle el conflicto. La voluntad democrd- tica del pueblo puede legitimar cualquiera de las cres soluciones del conflicto: Ja devausneaes latunidad, [a paition divcian 7 ljeéennde drviady Biden cemetie la cuestién es cémo definimos el pueblo; en los casos de disputa sobre la sobera- nia territorial ésta ha de ser una cuestién de escala peogrifica, Lo que determina la wsolucién demoerdticay no es la votacidn, sino In decisién de carécter geogrifico que se toma. antes de las elecciones sobre el dmbito de las elecciones, porque, una vez fijados los limites, conocemos el resultado de las elecciones. Esto no ¢s sim- ference «falsificar los limites para fivorecer a alguna de las partes, porque no fay aunpunairespivesta soealmente scercada a le pregunta dequién-deberle vorar Al final, la respuesta sélo puede set una decisién politica en fa que influye el po- der relativo de sus participantes, pero e! motivo de aporrar soluciones democrati- cas al conflicto era impedir que la politica de poder de las elives decidiera el resul- tado. Tenemas que Hegar a !a triste conclusién de que no hay una solucién derocrética ep una sitaacién en la que escalas geograficas distinras dan como re- sultado perdedores nacionales distintos. Aunque lo hayamos cepucsto de forma esquemdtica, muches lectores se ha- bein percatade de que la derrota de los que quetfan mantener la unidad en Yu- goslavia y la URSS ha provocado situaciones parecidas a las anteriores. Algunas poblaciones nacionales, ahora minoritarias, han side separadas de la mayorfa a la El sndtisis de ios sistemas-musdo eu geografia palttica 45 que pertenccfan; por ejemplo los serbios que habian constituido la mayorfa en Ia antigua Yugoslavia, ahora son la minorfa en Bosnia, y lo mismo ocurre con los rusos en la URSS, antes, y en Ucrania, ahora. Puesto que los que mds pierden con este cambio de escala de Ia accién. politica son estas nuevas minorias. pode~ mos esperar que en su seno surja un nacionalismo sumamence militante, como ha ocurride con los serbios en Bosnia y Groacia, pero este nacionalismo mili- tance sigue ceniende la posibilidad de desincegrar los antiguos Fscados de la URSS. En este argumento no hay nada nuevo, porque gquién deberfa vorar en un referéndum para decidir si Irlanda del Norte se une a la Repiiblica de In- landa? La escala elegida (Irlanda entera o sélo fa provincia del Norte) decidiria, sin duda alguna, et retulead independientemente de que sea en Irlanda del Norte donde fa causa nacionalista tiene un apoyo mds militante. La comunidad catélica nacionalista es la tipica minorla que se convertiréa en mayoria. Oxras minosfas nacionalistas militantes que s¢ estdn gestando son los sudafricanos blancos, que contindan a la brisqueda de un Esmdo propio tras perder el concrol de Sudéfiica, y los colonos judias de Cisjordania y Gazz, sometidos en el futuro al mandato de alguna entidad polftica auténoma palestina. Ninguno de estos ca- sos se puede solucionar democraticamente debida a que fa decisién sobre cud! es el imbito de su resclucién es politica, ya que la escala geogrifica que se escoja por si sola decidird quién criunfa. Este ejemplo, ademds de poner de manifesto la importancia de la geografia politica para entender fa politica de! mundo de hoy, justifica que hayamos elegido la escala geogrifica como principio organiza. dor de !a geografia politica de Tos sistemas-mundo, La ideologia que separa la experiencia de 1a realidad A pesar de que Ja globalizacién, como ha sefialado hace poco Storper (1997: 27), sea un aproceso fiandamentalmence geogréfico denominade con un té:mino geo. grifico», la mayoria de los estudios no han considerado problemitico este aspecto geograficos se ha dado por sersada, en particular, la cuslidad que tiene la globali- zacién de escala bisica. Este heche estd en consonancia con Ja tradicién en ja ciencia social de contemplar el espacio sélo como un telén de fondo inerte en re- laciéa con los process de cambio. As? pues, se considera que lo global es una es- cala geogrdfica dada por supuesta que han llegado a alcanzar la sociedad y Ja eco- nomfa modernas. No es de extrafiar que debido a esre enfoque puedan olvidarse fécilmente las demds escalas de actividad y que lo global parezca casi unaturals. La geografla humana actual, en cambio, estima que todos los espacios y lugares son construcciones «sociales», fruto de los enfrentamientos y acuerdos que crean un palsaje geografico. La escala geogrdfica, concretamente, se crea por medio de fa politica (Delaney y Leitner, 1997) y los argumentos relacionados con la democra- cia y las [{neas divisorias que presentamos en la tiltima parte exponen los motivos para ello. Por consiguiente, la glabalizactén actual ne consticuye una escala de ac- tividad que est esperando a que la alcancen, sino que forma parte de la creacién de Aa geografia humana de multiples escalas Puede que no tenga aada de extrafio que hayan sido los geégrafos politicos, en particular, los primeros en captar —en los afios setenta-—— el paren’ de la escala geogrifica como marco organizador principal de sus estudios Sin embargo, estas primeras obras, aunque ruveran la perpicaca de sofialar fn importencia que tala la escala, abordaron el tema como si fuera algo incuestionable. En vez de hacer 46 Geogiafia Palirica como los estudias de la globalizacién actuales que adopran una perspectiva tinica, estas geogtaflas politicas emplearon tres escalas de andlisis: la iatemacional o glo- bal, Ja nacional o estatal, y una incranacional que suele ser una escala de dmbito urbano. Aunque esta estructura supone un consenso, resulta especialmeate decep- closante el hecho de que se haye llegado a este tigo de acuerdo sin haber enun- ciado una teoria que justifique una tilogia de escalas geogréficas (Taylor, 1982} Ensonces surgen dos preguntas: «por qué sdlo cres escalasi» y «por qué esas tres en concreto?s. Estas preguntas nunca han sido contesradas, porque nunca han sido formuladas, Sencillamente, estas escalas se dan por sentadas; algiin autor ha legado a decir que «parece que estas tres grandes dreas de interés no necesitan presentaciénn (Shore, 1982: 1). Pues bleg, fe evidenre que no es asf; estas tres es- calas no surgen sélo por casualidad, para que los geégrafos politicos tengan «per- chas» cémodas en las que colgar Ia informacién, De hecho, en muchos estudios de ciencias sociales que no son de geografia politica se reconoce implicitamence que existen tres escalas (Taylos, 19816), lo que representa una cierta visién del mundo que es una forma sutil de desarrolfismo. Las escalas giran en torno al Es- tado, que es la unidad elemental, razdn por la que se utilizan los términas de in- zernacional, nacional e intranacional. Esta postura puede dar lugar a una separa- cién en el estudio de las escalas geogrdficas que acabe con el cardcter holfstico Fandamental del sistema-mundo moderno. En este sentido, Short (1982: 1) habla de «distintas escalas espaciales de andlisis» y Johnston (1973: 14) llega a teferirse a Ja existencia de «sistemas relacivamente cerrados 0 aucosuficientes» en estas dife- tentes escales. Fs evidente que una geografia politica critica no puede dar por sen= cada sin mids esta organizacion de criple escala; el marca redrico tiene que explicac por qué existen esas escalas y cérno se relacionan entre sf. sPor qué tres escalas? No resulta obvio 2 primera vista. Es relativamene facil distinguir en nuestra vida moderna muchas mds escalas que estas tres escalas geo- grdficas. Smith-(1993), por ejemplo, defiende de forma convincente una jerarquia de siete escalas fundamentales: el cuerpo, la casa, la comunidad, lo urbano, [a re- gidn, la nacién y lo global. No cabe duda de que este nimero es facil de aumen- tar; por ejemplo, los eruditos en relaciones internacionales distinguen otra escala aropional» encre el Estado-nacién y lo global (Europa Occidenral, Sudesce Asid- tic, etc.). Fo ef otro extremo, fos estudios de la globalizacién, incluso si no se Li- mitan a su nica escala, parece que s6lo ven das escalas (la local en contraposicién a la global) por lo que han tecibido criticas (Swyngedouw, 1997: 159) Los ecolo- gistas han sido especialmente proclives a adopear esta perspectiva tan limitada con Su famoso slogan «piensa globalmente, actda localmentes. Swyngedouw (1997: 159) incerpreta que la globslizacién es un «reescalamiento» de la economia poli- fica que se aleja en das direcciones de la concenteacién institucional del poder en el Estado: hacia arriba, a escenarios globales, y hacia abajo, a escenarios locales Como el Estado se sitda en el centro, constituye Ia creacién de una organizacién de triple escala como la que promovieron los gedgrafos politicos pero con una justificacién cedrica. En este texto abordamos las tres escalas de una manera mds eneral, que va mds alld de la globalizacidn actual analizindolas como elementos indispensables para el funcionamiento a largo plazo del sistemna-mundo maderno Desde la perspectiva de los sistemas-roundo, la organizacién de triple escala de los gedgrafos politicos nos recuerda mucho a la escructura tripartita definida por Wallerstein que permitia concrolar los conflictns (Taylor, 1982). Anteciormente hemos visto su ejemplo geografico de centro-semiperiferia-periferia, al que pade- mos referirnos con el término de estructura geogrdfica horizontal cripartita. Nues- Bl awilisis de os sisternas-mundo en geografia polfrica g tras escalas forman una estructura geogrdfica vertical wiparcita cuyo cenuo es el Estado-nacién. E! papel de las estructuras tripartitas consiste en fomentar fa exis- tencia de una categor/a intermedia que separe intereses en conflicto. Por canto, en auestro modelo, el Estado-nacién es Ia instancia intermedia entre la escala global y la local. Dado que un aspecto geogrifico-potitica fundamental de esta interme- Tiacién consiste en actuar como un simple amortiguador o tapda, debemos can- siderar que esta disposicida consticuye un ejemplo clésico de ideologia que separa Ja experiencia de la realidad, Las eres escalas, por tanto, incluyen una escala nacio- nal asociada a la ideologfz, una escala local asoctacla 2 la experiencia y una escala global asociada a la realidad. La Fig. 1.5 ilustra esta idea de un modo esquemitico la compara con Ia estructura geogedfica horizonsal de Wallerstein Figuea 1.5 Eisrucsuras tripartitas de separaciin y control: (a) Divisidn boricomsal por dreas (b) Diviien vertical par escalas 4a Geografia Politicn Vamos a analizar esta incerprecacién de la cuestidn de las escalas mds detalla- damente. La escala de la experiencia es la cscala cn la que vivimos a diario, ¢ in- cluye codas nuestras necesidades fundamentales, como trabajo, tech y consumo de articulos basicos. Para la mayoria de los que viven en paises del centro se trata de un sistema» urbane que abarca el drea de desplazamientos cotidianos; para la mayocta de los que viven en otra patve se trata de una comunidad rural. Pero las actividades cotidianas de todos no dependen de ia localidad; pues, como vivimos en un siscema-mundo, él escenario que influye en nuestras vidas es mucho mds amplio que nuestra comunidad local, sea ésta urbana 0 rural. En la economia- mundo actual Jos acontecimientos mds importantes se producen a escala global, que es fa escala final de acurnulacidn en la que el mercado mundial define los va- lores que acabarin imponiéndose en tas comunidades locales. Pero esta influencia no es directas en el mercado mundial hay un Alto constiraido por determinados agrupamientos de comunidades locales que forman los Estados-nacidn. La poli- tica del Escado-nacién puede reducir o aumentar las influencias que ejercen estos procesos globales en las comunidades que lo integran. Este tipo de manipulacién puede hacerse a costa de clertas comunidades del propio Estado o a costa de co- munidades de otros Estados; pero ja ultima razén de ser de la politica en esta es- tructura es servir de filtro entre la economfa-mundo y fas comunidades locales. Sin embargo, zpor qué hablamos de xideologfan y «realicady en este context El concepco de escala de experiencia da la impresién de ser bastante corriente, pero ;cémo se relacionan fas otras escalas con la ideologia y a realidad? En este modelo atribuimos a estos tsrminos significados muy precisos Al hablar de «rea- lidad», nos ceferimes a la realidad holfstica de la economia-mundo que integra al resto de las escalas y, en este sentido, constituye la toralidad del sistema, por lo que las explicaciones references al sistema, en timo extremo, tienen que remi- tirse a este «todo». Es la escala que «verdaderamente importa», ya que, siguiendo nuestro tazonamiento marerialista, es a este nivel donde, por medio del mercado mundial, se produce la acumulacién, que ¢s lo que mueve todo ¢! sistema. En cambio, la ideologta es una visidn parcial del sistema que da une imagen defor- mada y limitada de Ja realidad. Fn nuestro modelo Ia realidad del sistema-mundo es filcrada a través de ideologfas «naciocéntricas», es decir centradas en Ja nacién, que crean una serie de visiones del mundo opuestas y a menudo contiadicturias. Nuestra tesis es que este pensamiento «naciocéntrico» ha impregnado la polftica moderna, con ef resultado de que las protestas polfticas pierden de vista los proce- sos clave que se producen en fa escala de la zealidad y no van més alld de la escala de la ideologia, es decir, se paran en seco en el Estado-nacidn. En este sentido, te- nemos un modelo geogrifico de ideologia que separa la experiencia de Ia realidad En este punto puede resultar esclarecedor un simple ejemplo, que hemos sa- cade de ia propia experiencia politica de uno de nosozros a finales a los afios se- tenta. “Wallsend es una ciudad del nordeste de Inglaterra que se dedicaha a fa construccién naval. Cuando empezé la secesidn, sus habicances esteban muy pre- ocupades por el fururo del astillero, ya que el cierre de esta empresa, que era la que empleaba a mds gente en ia ciudad, tendrfa importantes repercusiones negati- sis on fa comunidad local. Esta es la escala de le experiencis Sin embargos las medidas politicas surgen en la escala de la ideologfa. Ante las presiones, entre otras, de la seccién local del Partido Laborista, el Gobicrno britdnico, que era la- borista en aquel entonces, nacionalizé los ascilleros, entre ellos el de Wallsend Pero esta medida es ideolégica porque supone sdlo una visidn parcial del pro- blera, ya que puede que proteja el empleo a corto plazo, pero no ataja el pro- Elandlisis de fos sistemas-mundo en geozrafia politica 49 blema de los astilleros de Wallsend 2 large plazo. Esos problemas son consecuen- cia de acciones que se producen en Ia escala de [a sealidad, ya que ta oferta y Ia demanda de buques cienen un émbito global. El origen de las problemas de esta industria fue el descenso de la demanda de constructién de buques al empezar @ subir el precio del pecrdleo en los afios 1973 y 1974, y el aumento de la oferta de- pido a la aparicién de astilleros nuevos en otros paises como Corea del Sur Es evidente que una polftica de nacionalizacién en el Estado briranico est muy lejos de resolver el problema de la industria de construccién naval de Wallsend; se trata mds bien de una solucién politica que se detiene en la escala del Estado, por lo que no pone en cuestién los procesos de acumulacién que operan a escala global. Esca situacién ha sido bien resumida por Nelund (1978: 278); La imagen de un mundo de naciones no nos proporciona un lenguaje que poda- mos utilizar en In viéa cocidiana para enfrentarnos con nuestias preocupaciones Es una carga mentul 0, peor aun, nos conduce en In direccidn equivocada al si- tuar auestias verdaderas preocupaciones fuera de nuestro alcance, haciendo que nos impliquemos en esfuerzos de caziccer institucional por abordar las cuestiones que nosotros mismos hemos desplazado Esta «imagen de un mundo de naciones» niega ¢] caracter holistico del sistema- mundo modero, apartando a la mayosfa de las politicas de ta escala de la econ mfa-mundo, gla globalizaciém actual ha cambiado la situacién? Las nuevas elites estatales estia utilizando lo global como una forma de amenaza para redisefiar [a politica nacional y local, y d éxito que obtienen con esta nueva polltica demuestra que la resistencia politica a los cambios globaies sigue siendo muy limitada, Puede que varie la forma en que se legitima [a polftica, pero el Estado sigue siendo un amor- tiguador entre la clase de los productores directos, que estd dividida en naciones, ye capical global. Por iilrimo, debemos hacer hineapi¢ en que este modelo ao propone tres pro- cesos que funcionan en tres escalas sine un unico proceso que se manifiesta en tes escalas. En general, el proceso es el siguiente: la necesidad de acumulacion se experimenta localmente (por ejemplo, el cierre de un hospital) y se justifica a ni- vel nacional {porsejemngle’ pars lornenear la‘eleuca inational) tara qut, al Ana, fos beneficios se organicen. a nivel global (por ejemplo, pagando menos impuestos las empresas mulrinacionales). Es un proceso tinico en e! que lk ideologia separa la experiencia de fa realidad. Slo hay un sistema: la economia-rnundo capicalista. Economfa-mundo, Estado-nacién y localidad Este madelo es nuestro modo de organizar la geograffa politica y se resume en ef subsitulo de este libro: economia-mundo, Estado-nacidn y lecalidad, Nos atene- mos a la costumbre de utilizar cres escalas de andlisis, pero fas abordamos de un modo mds analfrico de lo que se ha hecho en otros estudios. Aunque cada uno de los capiculos siguientes trata fundamentalmente de actividades asociadas con una de las tres escalas, no constituyen escudios de cada escala por separado. Por ejem- plo, ef impesialismo es un concepto que se asocia con Ia escala global, pera nues- ta tesis es que no puede ser entendida a menos que se tengan en cuenta los gru- pos de toda fndele que actiian en el seno de los Estados. Por otra parte, los 50 Geografia Poltrica partidos politicos acnian a eseala nacional, pero demesuaremas que no pueden ser encendidos sin cener en cuenta la escala global. En cada capfeulo los argumen- tos varian de escala dependiendo del tema que se explique en conczeto Todos los capitulos tienen un esquema parecido. Empezamos repasando enfo- ques anceriares, que consideramos «legados» diversos de la geografia politica, aun- que, 2 continuacién, haya que desechar parte de esa hezencia porque ha dejado de ser relevanre, o es falsa ¢ induce a equivocos, Pero orcas partes de nuestro legado se utilizan como punto de pactida y se desarrollan. Por tiltimo, se afiaden algunos elementos a la geografle policica eplicando la IWgica de les sistemas-mundo. Resu- miendo: desechamos, desarrollames y cteamos ideas geegrafico-policicas Los capinulos 2 y 3 estén dedicados cespectivamente a la geopolitica y al impe- salismo. En fa geopolftica nos encontramos con el legado de la «politica de po- dem, y ea el imperialismo con un legado mandsca y revolucionario. Las dos he- rencias, a pesar de que son muy distintas polfticamente, son criticadas con la misma severidad porque son excesivamente estadacéntricas. Como marco tedrico alternacivo planteamos ideas sobre la construcciéa del Estado y sobre los ciclos politicos, presentando un modelo dindmico de la politica en la economfa-mundo. Los elementos nuevos que se derivan de nuestro andlisis de los sistemas-mundo soo las geograftas del imperialismo y el papel de la antigua URSS en 12 geopoli- ica. En los capitalos 4 y 5 nos ocupamos de la clisica tellogia de la geografia pali- tica: tercitorio, Estado y aacién. Desde nuestro punco de vista, el legada de los es- cudios sobre el Estado territorial estd imbuido de desarrollismo y Funcionalismo, en tanto que ei legado del nacioaalismo tiene un cardcter excesivamente ideold- gico. Nosocros, en cambio, planteamos ideas sobre el Estado como mecanismo de Control, y sobre fa nacidn como vehiculo de consenso politico. Las reincexpreca- Ciones y las nuevas ideas que nacen de la ldgica de les sistemas-mundo ineluyen la estructura espacial del Estado, una teorla de los Estados en la economfa-mundao y una ceorla marerialista del nacionalismo. El capitulo 6 se ocupa de la geografia electoral, situdndose en la misma escala que el anterior. Les trabajos que podemos considerar wegadon tienen un alcance geogeifico muy restringido: los Estados del ceniro han sido el objeto principal de estudio, y ello es dlebic a que en la mayoria de esos estudios se ha utilizado tna teorfa liberal de las elecciones. Nosotros utilizamos Ja Iégica de los sistemas- mundo para interpretar las elecciones y el funcionamiento de los partidos en tado el mundo, Aunque la geoprafia electoral constituye una de las dreas que mds se ha desarrellado en la geogeafla policice actual, presentaremos azgumentos en favor de un teplanceamiento profundo de esta drea. En los ultimos capitulos consideramos que la escala local son 1as localidades que experimentamos en nuestra vida cotidiana. En el capitulo 7 consideraros las localidades como escenazios en las que tiene lugar la clitica Esta «politica de fa localidad» se increduce par medic de un andlisis del legado de los estudios espa- ciales en que la pollcica desaparece Al recuperar la politica nos dedicamos a estu- diar tos conflictos, formales e informales, que han caracterizado la geografia pol{- tica local. Acabamos el capitulo con una disertacién sobre las ciudades mundiales, enlazando de este modo lo global con Io local. En el capitulo 8 pasamos de consi- deraciones sobre el espacio a consideraciones sobre el lugar, por lo que nuestras localidades adquieren mayor «calidez», En este caso es cliegudo de ja ecologia el que esconde la politica, pero ahora la reactivacién origina una politica de las aidentidades emplazadas en lugares» (identities in places). En esvos lugares que Elandlisis de los sistemas-muinde en geografta politica st progresan», exploramos la idea del nacimiento de una aueva politica de Ja identi- dad a través de fas instituctones principales del sistema-mundo moderno —es donde finaimente consideramos algo de mayor entidad que el Bstada— Con- climes con lo que puede convertirse en el principal esrimulance para la nueva politica: a globliacién econ Hl resultado es una geografla politica que intenta que nos replanteemos la in- vestigacién desde el punto de vista de los siscemas-mundo. No sdle hay algo de vino nuevo en botellas viejas, sino que también hay algo de vino afiejo en barellas nuevas. Aunque el vine de esta cosecha no haya madurado suficiente todavia, es de esperar que al lector perspicaz no le resilte demasiado amargo

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