Mis Cuentos: Benjamn, Firpo, Pibe.

Estos cuentos son homenaje a la memoria familiar, dedicado especialmente a

mi to Vctor Constantini, protagonista de estas vivencias que fueron narradas
durante reunin de hijos, sobrinos y nietos que se agrupaban en torno a una
mesa para or atentamente estas aventuras.
Hace 90 aos, cuando se originan estos relatos, la vida en provincia era
principalmente rural donde los nios tenan estrecha relacin afectiva con
sus animales sean utilitarios o mascotas.
Se nos inculc el amor y respeto a la vida y reconocer que la pelea entre
personas o entre animales, son acciones que no debemos propiciar porque
destruye la relacin entre ellos.

Benjamn
El gran susto
En el patio del colegio fiscal 401, los nios alegres y entusiasmados preparan
sus morrales con las viandas, para el paseo a caballo, por los campos de ese
lugar. Los caballos esperan en la cuadra debidamente ensillados.
El grupo tom un camino de herradura, pasando frente a un antiguo
cementerio, desde donde comenzaba la Quebrada del Toro.
Los chicos se miraban entre s, sobre todo Benjamn, buen jinete de 9 aos,
quien aceler el paso de su yegua para no estar lejos del grupo.
Esta quebrada tom este nombre por una leyenda popular.
Esta leyenda aseguraba que un toro negro matrero y muy bravo, sala al
camino atacando a las acmilas y viajeros que por ah pasaban.

Firpo
Mi Gallo favorito
La historia de Firpo, un gran gallo de pelea, mi padre la conoca completa, y le
ped que me la contara.
Firpo, frente a su adversario, asuma actitud indiferente, como que no era con
l. Para dar confianza a su enemigo adoptaba las mas ilgicas posturas en
combate, momentos despus, defina la pelea a su favor. Nadie le haba

enseado, era su estrategia ganadora. Un gallo muy inteligente y lo

demostraba en las situaciones ms difciles.

Pibe
La Historia de mi potrillo
El Pibe, le llambamos algunas veces el Overo, por los lunares marrn oscuro
sobre su pelaje blanco. Era hermoso, con su cabeza chica y frente ancha,
pescuezo largo en relacin a su cuerpo y remos finos que remataban en
rotundos cascos, ancas redondas, largas y pobladas crines.
Era caballo de trote, adquiri fortaleza de la que siempre hizo gala durante
su vida, trotando todos los das en campo abierto. Era muy alegre por
tendencia natural.
Lo vi y como si una descarga elctrica recorriera mi cuerpo, me qued alelado,
por ms de una hora lo admir y present que sera mo, que seramos grandes
amigos.