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LA MUJER EN LOS «COLOQUIOS» DE ERASMO DE ROTTERDAM Isabel DE AZCARATE RISTORI En su valioso estudio sobre la Reforma Luterana, Immbart de la Tour se atrevié aafirmar: Gracias a Erasmo, las mujeres entran en a vida publica; si él reserva los hombres la Magistratura,el Gobierno y 'a Defensa de la ciudad, no vacilé en reconocer a las mujeres su derecho de participar en la politi ca... ademas las dese6 cultas... la mujer va entrar en escena no sola- mente para agradar y amar sino para dominar ena vida social y dirigir la opinién publica...” y para corraborar su afirmacién nos remite al pérrafo del coloquio erasmiano «El abad y la eruditao en el que la mujer llega a retar al monje con esta atrevida profe- cia: «Si no estdis sobre aviso un dia ocuparemos vuestras cétedras de Teo- logia, predicaremos en los templos y nos apoderaremos de vuestras mi- ‘trasu frase, que puesta por Erasmo en boca de mujer, bastarfa por sf sola para colocarle enfa avanzadilla de la promocién femenina, segin el citado autor. Pero no todos los estudiosos de Erasmo son de la misma opinién, Para Kosler, es Vives, no Erasmo, quien merece los elogios que Imbart de la Tour reserva al es- critor flamenco. En su obra eLa Condiziones della donna nell'mana convivenzas hace Kosler este comentario del que se han hecho eco otros muchos autores: (1) Los Origenes de fa Reforma, Melun, 1946, I, 328. (2) ERASMI ROTERODAMI Opera omnia, ed. 5. Cericus, Lugduni Bataverum, (Leiden) 1703-1706, col. 746, 279 ISABEL OE AZCARATE RISTOR! «Erasmo escribié su «Tratado de la Educaciéne sélo para los nifios. Ocasionalmente, alabé a las mujeres ilustres del Pueblo Romano por su sobriedad de lenguaje e insistié en la eficacia educativa de la madre, pero no parece conocer ta importancia de la mujer como persona. Mas atento dice Kosler~ se mostro Vives en su libro: «Sobre la educacién dela mujer Realmente, hay fundamento para cuestionar el valor de la afirmacién de Im- bart de la Tour: tanto més cuanto es éste tema: «La mujer en Erasmo de Rotter- dam un tema casi inexplorado, como lo evidencia el analisis de su Bibliografia,"” Solamente dos trabajos. Ambos de pluma femenina. En 1955 Ia historiadora alemana Isabel Schneider, public6 un estudio de 133 paginas titulado «Das Bild der Frau im werk des Erasmus von Rotterdam. No hemos logrado conocer esta obra directamente. S6lo sabemos de su conte- nido por una amplia recension publicada en 1958 en «Revue historiques®. En ella se alaba a la autora por su erudici¢n, por la rara soltura con que maneja los textos, pero se le censura ef cardcter escolar de que adolece su estudio y el manifiesto arti- ficio en la conexién légica de sus conclusiones. Basdndonos en la citada recensién trasmitimos al lector las principales aporta- ciones de Schneider al tema en estudio: Reconoce la autora la escasa experiencia personal que de la mujer pudo tener Erasmo: hijo nico de padre desconocido; huérfano de madre desde la adoles- cencia; de vida solitaria, centrada en el estudio y el recogimiento; célibe. Valoriza, como contrapartida, su estudio asiduo de la Sagrada Escritura y de la Antiguedad Clisica. Partiendo y apoyandose en el extenso conocimiento que de la Biblia y de Ja Literatura clasica tenia Erasmo, se esfuerza Schneider en justificar sus afirmaciones sintetizando las ideas de Erasmo sobre la mujer en torno a tres ti- pos femeninos: la mujer piadosa, la mujer hacendosa, la mujer fuerte. Sobre la Mujer piadosa» escribre Schneider, el criterio de Erasmo es definido: el ideal para la mujer no es de ningiin modo la vida conventual sino el matrimonio. Este sacramento es, a Jos ojos de Erasmo, la institucién més importante de la vida humana, como reflejo del Amor divino, La «Mujer hacendosa» es la esposa y fa madre cuyas tareas exigen una fuerte personalidad desde el punto de vista espiritual y moral y para ello una adecuada ) Toxino, 1915, 326. (4) Douze années de bibiographie erasmienne 1950-1967 par M.J, Claude Margolin Colleton «De Petrarque & Descartes» vol. 6° Paris, 1963, (5) Ct. vol. 219-220 (1958) 368-369. Otra recensién fue publicada en «Bulletin Histoires (BHR) 1956, XVIll, 325.328 por A, Reanudet. 280 vas Los «coLoquds-DE ERASHO DE ROTTERDAM formacién intelectual, En el coloquid «Senatulus» parece hasta desear que la mujer se interese por los negocios pablicos. En cuanto a la «Mujer fuerte> le atribuye Erasmo dos cualidades principales: la piedad y la fortaleza. A estas conclusiones, evidentemente empobrecidas en nuestra exposicién por el doble trabajo de sintesis a que ha sido sometido este estudio, se reduce la aporta- cin de Isabel Schneider. Bl segundo trabajo se debe a Ia historiadora suiza Dora Smith, quien, en los estrechos limites de un articulo® estudié los «Coloquios» pero sin detenerse a ana~ lizarlos, contentandose con extraer, sin gran exigencia critica, los textos que favo- recian su tesis, sobre la contribucién de Erasmo en la promocién y liberacion feme- nina. Conociendo. pues, las limitaciones de los trabajos realizados hemos abordado este tema con el decidido propésito de no dejarnos influenciar por una u otra pos- tura, Nuestro trabajo se centra y se limita en el estudio y anilisis de los «Coloquioss, respetando el contenido de cada uno de elles sin trasvasar sus afirmaciones ni ais- Jarlas de su contexto. Solamente la insistencia en un mismo tema o la repeticién de unos determinados criterios nos permitirn ofrecer @ los lectores, como conclusién, una visin sintética y una valoracién sobre esa pretendida y discutida aportacion de Erasmo a la promocién cultural y social de la mujer, promocién que, a partir del Renacimiento, se inicié en progresi6n irreversible. No esperemos, sin embargo, de los «Coloquios» una disertacién sobre el tema. En su «Coloquios» Erasmo nada tiene de académico. No pretende en modo alguno desarrollar una tesis determinada sino que supedita la logica de su discurso a la es- pontaneidad de una conversacién callejera; al juego facil de las ideas, a la musicali- dad y dominio de un latin que se plegaba docilmente a su ingenio, a la agudeza de su espiritu ya su sentido del humor. As{ en el coloquio «Quinientos», por ejemplo, plasmara Erasmo la estampa de tuna conversacion noblemente plebeya: son amigos y enemigos que se encuentran en el camino, Ninguno tiene una tesis determinada; todos quieren hacer triunfar lo que solo es su propia opinién; en ella se obstinan, seguros de pensar mejor que los ctros, Es la disputa real y sentida Ilena de aventura en la que los hombres discuten y se acaloran con la persuasion de tener la verdad sin haber convencido a ninguno, ‘Al final no sabe e! lector donde esté el error, donde la verdad. La solucién queda en el aire; los interlocutores se alejan, dejando la impresién de que ni ellos mismos es- 46) Basler Zeitschrift ur Geschichte un Alterumskunde, 44, Band 1946, i, 36. 281 ISABEL DE AZCARATE STOR! tan convencidos de aquello por lo que se acaloran. La ensefianza se oculta bajo un lenguaje cortesano elegantemente sutil”! En los «Coloquios» sobre temas femeninos la conversaci6n en boca de mujeres sobre mujeres se tie ademés de una fina ironia. Un agudo y vivaz.analisis sicolé- ico tras el cual Erasmo revela, tal vea sin pretenderlo ni quererto, lo que el piensa y lo queel espera de la mujer. Solamente en diez coloquios encontramos a la mujer como protagonista. En otros tres es mencionada y representada bajo diversa faceta. Por razén de la mayor o menor intervencién femenina estos coloquios pueden recibir la siguiente clasificacion: 1= Interlocutores exclusivamente femeninos: — «El Senadilios. Intervienen cinco mujeres. Todas casadas. — «La Esposa. Intervienen dos mujeres casadas. 2— Didlogo entre un hombre y una mujer ~ «La Disputa amorosa» Dos jévenes. — «La Virgen enemiga del matrimonio» Dos jévenes. — oLa Virgen arrepentida» Dos jévenes. — sLa Puerpera» Una recién casada. ~ «Bl abad y la erudita» Un monje y una mujer. ~ oLa meretria y el jovenzuelo» Una mujer y un joven. 3 Varios hombres y una sola mujer ~ «El comvite poético». ~ ePobxes y ricos 4 Solamente hombres ~ «El naufragion. — «Las posadase. = Los funerales». Por razén del tema predominantemente tratado sDisputa amorosay. «Virgen enemiga del matrimoniony »Virgen arrepentidas. 3 El Matrimonio..... La Esposae. 4~ La Maternidad.... cLa Puerpera>. 5. Lacultura en la mujer..... «El Abad y la eruditay, (1) Ct Francesco POLESE, Erasmo maestro, Livorno, 1885, 156, 282 UA MUIEREN 10S «C0L0QLIOS De ERASUO DE ROTTERDAM 6. La mujer y la Politica... «| Senadillo», 7.~ La prostitucién...... «La Meretriz y el jovenzuelo», 8~ Valores morales: Fortaleza..... sE] Naufragion, Clemencia..... «Pobres y ricos. Solicitud... «Las Posadas. Amor... Los Funerales», Aunque respetamos, como hemos indicado, la individualidad de cada coloquio a fin de favorecer la sintesis final, hemos optado por analizarlos, no en el orden que los presenta Erasmo ni por la importancia de la intervencién femenina, sino agru- pandolos por los temas que ya hemos indicado. La virginidad en el coloquio «la disputa amorosa»". En el trasfondo de todo coloquio se advierte la preocupacin de Brasmo por este tema de la virginidad y la posture negativa que siempre adopta frente a fa mis- ma, Dos jévenes disputan entre si: I, enamorado, carga de afecto y pasién, los requiebros mas extrarios: «Adios tigre, adios roble, diamante, ninfa cruel Ella se nos muestra inaccesible, aguda en el discurso. No pierde ta calma ja- més, Reflexiona sobre el amor y lo convierte en filosofia:» cAmas en mi la vida, luego amas tu propio bien, tu provecho. Si buscas el corazén su ventaja mas que mi amor épor qué entonces exiges amante? La sed de autenticidad y de absoluto que late siempre en Erasmo se hace pala- bra en boca de ella, Maria: es6lo mientras sea bella me amarés. Vil y poco precio es este amor que sobre tan frégil base se asienta. Cuando no sea bella dejaras de amar- me: faltando el goce fallaré el amor. La femenina belleza, la juvenil ter- nura cen afén buscas, con humildad imploras, enamoras y deleitas; més poseida y gozada, la abandonas. Desconfianza, inaccesibili mano: iad, incompresién antes las exigencias del amor hu- ssi la belleza del alma es el primer fin de tu noble amor épor qué no te vuelves hacia allf donde mas que en mf se da esta Belleza. iSi tan no- (8) ERASMI ROTERDAM 0. | col 692-697. 283 sabe. CARATE STOR blemente me quieres, si deseas, como los bienaventurados, ser feliz por qué no te contentas con mirar y callar! Inttil e imperfecta es la be- lleza -responde Panfilo~ que no cumple el fin para el que fue creada. Imperfecto el amor que no llega al placer que le hizo nacer. Iniciado el tema, lo aborda ya Maria directamente con una estampa poética «iNo es més bella la rosa virginal que florece en el native suelo que aquella que en manos de un rapaz presto languidece, se seca y muere? Pénfilo no vacila en responder, Su doctrina va a ser invariable: la virginidad no tiene sentido algun ‘Mas feliz es la rosa que en manos del hombre deleita que aquella que sin ventaja alguna por fuerza muere. Mas apreciado el vino que se bebe que aquel que conservado se pierde. Maria ataca la cuesti6n sin rodeo: «Con todo es mas digno y mas apreciado por todos el virginal estado.» «Preciado es ~responde Panfilo— en una joven pero qué cosa mas fea que una virgen vieja? éNo eres td acaso el fruto de una virginidad perdida? Si de tu madre no hubiese caido la flor que tanto exaltas, no podriamos hoy apreciar ese fruto. Aunque se robe una virgen a la Natura, si el lecho no es esté- vil e infecundo el placer, por el que el mundo se perpetua y renueva, por una virgen se nos dan muchas. Asi pues, como espero, esteril no seré nuestra uni6n y por una virgen muchas daremos? La victoria, a favor del matrimonio se resuelve répida, impulsadas sus alas por el querer y sentir de Erasmo: Maria se declara vencida: «Panfilo has vencido en la disputa iCualquiere cuestion de amor resol- ver sabes, Conviene, pués, que me declare vencida y amada...AMI La virginidad consagrada La Virgen enemiga del matrinonio™ Ya la elecci6n del capitulo nos pone en aviso sobre cual va a ser la postura de Erasmo. «Virgen enemiga del matrimonio» titulo peyorativo que extrahamente no se corresponde con el contenido de todo el didlogo: (9) ibidem, col.697-701 284 LAUER ENL05 «cKLOQUOS: DE ERASHO DE ROTTEROAN La motivaci6n de la joven, que desea entrar en un monasterio, es el fruto de un sentimiento infantil pero no morboso. Le atraen las monjis por sus bellos y ju- veniles rostros; por sus bien cultivados jardines; por su hablar afable; por ese am- biente de risa y de paz que ha gozado de nifia en el monasterio, En él cree mejor asegurada su virginidad, Y nada més. Ninguna alusin, en el coloquio, a un valor genuinamente religioso pero tampoco ninguna expresi6n que sea fruto del «horror» al matrimonio, como podia esperarse del titulo que encabeza el coloquio. Bs en labios del joven por donde va a expresar Erasmo su sentir sobre el valor de la vida monéstica. Su problema personal se entrecruza con un deseo sincero de una religiosidad auténtica y su repugnancia, casi obsesiva, al monacato se refleja bien claramente en expresiones sarcésticas que lindan a veces con lo irreverente: sEs bellisima la virginidad cuando va acompaftada de la pureza del alma pero no es necesario para ello vivir er un monasterio. Se puede conservar en el hogar y con mas seguridad que entre aquellos monjes Gordos, cebados e incontinentes que buscan de mil modos hacerse dig- nos de titulo de «padres» «No quiero hablar mal de los monasterios “dice el joven en un deseo (éel del propio Erasmo?) de rectificar sus acusaciones~ pero cuando se les frecuentan todo parece bello. Pero no todas aquellas que llevan el velo de virgenes lo son. Muchas imitan a Safo més en las costumbres que en 21 ingenio. Mordaz, en la rapider. del didlogo llega a salpicar, el joven, la dignidad de la Madre de Dios: 1E] eldgio que antes reservabamos a Maria llamandola «Madre y Vir- gen» bien se le puede ahora tributar a estas wirgenes sin parto» Pero no sélo es la virginidad la que segiin el joven corre peligro en el recinto de un monasterio, Es la misma vida veligiosa la que se le presenta, a su juicio, como indigna de la persona humana: «La piedad cristiana que abolié la esclavitud bajo color de piedad la ha instalado nuevamente en la vida religiosa. Hasta cambian el nombre de bautismo para mejor expresarlo, No es esto decreto de Dios sino in- vencién de los monjes. Para vivir religiosamente basta el Bautismo. Aqui no se trata mas que de mudar de vestido y comenzar un género de vida que de por si ni es mas bueno ni mas malo. Obediencia, casti- dad y pobreza mejor se pueden practicar en la casa paternal. éQué cosa resta? El velo, el habito blanco, ceremonias que por sf mismas no tienen valor algune ni mérito a los ojos de Cristo, quien solo mira la pureza del alma, Religiosos, insiste el joven, nos hace el Bautismo. Re- 285 SABEL OF AZCARATE RS7ORI ligiosos son los que cumplen los mandamientos». No es esta vida =concluye el joven digna de una doncella de bella indole; no te ofrece el monasterio la seguridad que buscas! La Virgen arrepentida'® No es este coloquio mas que la conclusién del anterior. Los «malvados» conse- jos de los monjes y monjas, la opresi6n insidiosa de aquellas Hermanas conversas, consiguen plegar la voluntad de los padres y la joven entra en un monasterio. Solo pasa doce dias. La joven cree morir si no abandona presto el convento. No dird el motivo. Es cosa grave. Nadie lo sabré jamas. Con esta frase corta Erasmo el didlogo dejando adivinar lo peor. Ni los elogios que el joven tributa a la doncella, nila ingenuidad de ésta consi- guen borrar del lector la triste impresin que le dejan estas mujeres consagradas a Dios tan mal tratadas por Erasmo no por mujeres sino por monjas! El matrimonio en el coloquio ea esposas” Encuentro de dos mujeres. Un incidente baladi, pero muy femenino, da inicio al didlogo. Los celos, se expresan en frases de admiracién por el vestido nuevo que luce una de ellas. Vestido «més suave que el terciopelos, don inesperado que el es- poso trajo de ultramar. La conversacién se inicia espontdnea, al azar de un también inesperado en- cuentro. Las lamentos de Cesca, la mal casada, que desearia verse encerrada en un monasterio antes que unida a su Rogerio, se entrelazan con las reflexiones de Gilet- ta, por cuya boca habla Erasmo sin la estridencia y acritud de los anteriores colo- quios comentados. Aqui nos compendiara él su doctrina sobre la felicidad del mat monio «la mas dulce vida del mundo» ‘También aqui encontramos ese anhelo de autenticidad que domina como una constante sentimental toda la ideolog(a erasmiana: sLas virtudes y buenas costumbres y no Jas vestidos elegantes son la riqueza de la mujer a quien debe bastarle ser grata a los ojos de su marido, El amor que se funda en ia belleza mueres La misién dentro del hogar esta en funcién -segin Erasmo~ del querer y feli- cidad del esposo. Es justo que sea la mujer quien ceda, En su rostro, como en un espejo, debe verse reflejado el corazén feliz o desgraciado del esposo. El es su sefior (10) thidem, col, 701-702. (21) tbidem, col, 702-708. 286 ea NLOS

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