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De Roberto Esposito en esta biblioteca Communit, Origen esto do Bios Biopolitia y flosofia Roberto Esposito Amorrortu editores Bosaot Aires Madd ‘Sopra stare gn le pet Ber, ng 208 und nel ep geen nay 11783 {Indice general 9 Intreduocion 28-1, Elenigma de la biopolitica 23 1. Bio/poltica 41 2. Politica, naturaeza, historia 53-9. Politica de a vida 8 4, Politica sobre la vida 78 2.31 paradigma de inmunizacion 781. Inmmunidad 91 2 Soberania 101 3. Propiedad IL 4 Libertad 125 8. Biopoder-y biopotencia 125 1. Gran politica 197 2. Fuerzes eneontradas 148.8. Doblo negacién 160 4, Después del hombre 175 4, Tanatopolitia (l ciclo del génos) 175-1, Regeneracién 187 2 Degeneracidn 208-3. Bugenesia 218. 4, Genocidio. 235 235 252 272 202 5, Filosofia del bios 4. Lafilosoia después del nasismo 2 Lacame 8. Blnacimiento 4. Norma de vida Introduccion 1. Francia, noviembre de 2000, Una decisi de la Corte de Casacién abre una lacerantebrecha en ajo "sprudencia francesa, al dejar sn efecto dos fllos de segunda instancia, eontrarios a vez 9 otras tantas sentencias dctadas en instancias previas, La Corte econdco el derecho de un nif llamado Nicolas Pe- ‘ruche, afectado de gravisimas lesiones oongénitas, a emandar al médico que no habia efectuado el diag ‘nésticocorrecto de rubeola a su made embarazada, ‘mpidiéndole asf sbortar eonforme a su expresa vo. Juntad. Lo que en este caso aparece como objeto de controversia, no resoluble en el plano juridieo, es la atribucién al pequefio Nicolas del derecho a no nace ‘Lo que esté en discusion no es el error, comprobado, del laboratorio médlio, sino el eardcter de sujeto de 4uien le entabla itigio. .C6mo puede unindividuo ac- ‘tar juridicamente contra la tinieacreunstancia —la de sa propio nacimiento— quel brinda subjetvidad uvidica? La dificaltad esa a ver Iiica y ontolégica, ‘Yas problemtice que un ser pueda invocar su pre pio derecho a nose, pero mas diffi ain ex pensar en ln no ser, procisamente quien aim ne ha nacido, que reclama su derecho a permanecer en esa eondicicn, vale decir, no entrar en Ia esfera del ser. Lo que pa rece indecidible conform a ley es Ia relacién entre rwalidad bioldgiea y personalidad juries, entre vida ‘natural y forma de vida. Bs verdad que, al nacer en ‘esas condiziones, el nifo sufié un dai. Pere quién, sino él mismo, habria pedido decidir evitario, elimi ‘nando anticipadamente su propio ser svjeto de vida, su propia vida de sujeto? No so ello. Dado que quien ‘std en condiciones de obstaculiar un derecho subje tivo tiene la obligaciin de abstenerse de hacerlo, esto implica que la madre se habria visto forzada a abor tar, con prescindencia de su libre elecidn, El derecho dal foto a no nacer configuraria, en suma, un deber preventive, de quien lo ha eoneebido, de suprimirio, instaurando ast una oasura eagenésica,legalmente reeonocida, entre una vida que se considera valida y otra, comose dioen la Alemania nazi, indigna deer vividan, Afganistin, noviembre de 2001. Dos meses des pas del ataquetervoristadel 11 de septiembre, enlos cislos de Afganistén eo perfla una nueva forma de guerra humanitarias.E] adjetivo no so refiere, ence tecaso, aa intencidn del conficto —como en Bosnia y ‘en Kosovo, donde se pretendia defender a pueblos en- teros de la amenaza de un genceidio étnico—, sino a su instrumento privilegindo: ls bombardeos. Ast 0 bre el mismo territorio y al mismo tiempo, junto a Dombas de alto poder destructivo se azrojan también, viveres y medicinas. No debe perderse de vista el um bral que de este modo se atraviesa, Bl problema no reside tnicamente en la dudoealegitimidad juridiea de guerras que, en nombre de derechos universales, se ajustan a la decisin arbitraria,o interesada, de ‘quien tiene la fuerza paraimponeria y eomandarlas; tampoco en la freevente divergencia entre objtivos propuestos y resultados obtenies. Hl oximoron més punzante del bombardeo humanitario reside, antes bien, en la manifesta superposicin entre declarada, efensa de a vida y efectiva produeidn de muerte. Ya Jas guarras dl siglo XX nos habian acostumbrado a In inversin de a proporcin entre vietimas militares que antes superahan con mucho a las deméo— y victimas eiviles, eayosémero 10 perioral de las primeras, Asimismo, las persecucio- ‘es raciales se basaron desde siempre en el presi puesto de que la muerte de unos refuerca la vida de Jos otros. Pero, justemente por ello, entre muerte vida —entre vida que se debe destrair y vida que se debe salvar— persist, o incluso se profundiza, el sur code una clara ivisén, Hate deslinde sel que tiende ‘aborrarse en I ligica do los borabardeos destinados a ‘matar y protegor alas mismas personas, La aiz de sta indistincién noha de buscarso, como se suse ha es en un cambio estructural de la guerra, sino més bien en la transformaciéa, macho més radical, de la idea subyacente de hwmanitas. Esta, considerada du- ‘ante siglos como aquello que sta alos hombres por encima de la simple Vida comin alas otras especies, y cangada ademés, procisamente por ell, de valor poli- ‘co, no deja do adherirse cada vex més a su propia ‘materia biolgca. Pero, una vez eonsustanciada con su pura sustanca vital, esto ee, apartada de toda for. ‘ma juridico-poitica, la humanidad del hombre queda, ‘ecesariamente expuesta a aquello que puede a un tiempo salvarlay aniquilarla Rusia ctubre de 2002, Grupos especiales dela por lien del Estado irrumpen en el Teatro Dubrovaka de “Mose, donde un comande checheno tiene como rhe es a casi mil personas, y proveean, con tn gas per ralizante do efectos letales, la muerta de 128 rehenes y¥de casi todos os terrorists, Elepisodio,justificadoe Jncluso tomado como modelo de firmeza por otros go- biemos, marea un paso més en la direceiin antes €o- mentada, Aunque en este caso nose utlizbel tering , no tiene intencién alguna, dellevar su andlisisa una conclusién naturalist, Por ¢Leontrario, aun admitiendo el relieve, aveoes incluso negativa de las fuerzas naturales de la vida, costiene Ja posbilidad, inclusive la necesidad, de que la polit- «a ncorpore elementos espirituales capaces de gober- narlas en funciin de valores metapoitcos: {a Uiopoitca no nega en modo algunos forza de ela vlna ye volntad pole at cola fren do autadestrocsn oe exist en a hombre on 33 las civics harnan, Pre cnt eli em a ‘sistencia deur aera ray expecial,poae tales fos areon ins oorsn lementlos dea vida Pol opis ca neg qo esa eras san italy ue ma poeen set ‘Slventadas jigs por ls fren epritonloe dala Sassi Ia ented, i werd Elzieago de que el concepta de biopoiticaseredur- ca hasta perder su identidad, convrtiéndose en una forma de tradicional humanismo, se tama evidente ‘en un segundo texto, publicad algunos anos despues por un autor destinado a mayer fortuna, Me refieroa Introduction & une politique de homme, de Edgar Morin. En él los -carpos»estrictamento -biopoltions dela vida y dela supervivencias e deci, los dela vi da y la muerte de la humanidad (amenaza atémica, {guerra mundia), el hambre la salud, a mortalidads, soincluyen en un conjunto més amplio de tipo eantro- poltiens, que a su vez remite al proyecto de una spo tica multidimensional del hombres." También en es te caso, antes que insistir ene vinculobiologta-politi- a, el autor sitia su punto de abservaciin en la pro- blemétiea confluencia donde las motive infrapaiti cos dela subsistensia minima ce entrocrusan prode- tivamente con los suprapoliions, esto es, flossteos, relativos al sentido dela vida misma, El resultado, ms que una biopolitica en el sentido estrieto de a ex presién, es una suerte de sontopolitiea» 2 la qu atribuye el eometid de revertr Ia setual tendencia cconomicstay produetvista del desarrllo del género Ihumano: «Asi, todas los eaminns del vivir y tds los caminos de la politica comienzan a encontrarse y compeootrarce, yanuncian una entopolities, que con clerne al ser del hombre de manera eada wer ms inti- u ‘nay global. Aunque en el libro siguionte, dedicado fal paradigma de naturalezs humana, Morin euestio- na, aun en clave parcialmente autoertia, a mitol- sia humanicta que define al hombre por oposicién.con ‘animal, la cultura por oposicién con Ia naturaleza y tl ordan por oposicn con el desorden.* de todo ello no parece surgir una ida eonvineente de biopalitica, ‘Strata de una debiidad tériea,y ala ver una in- cartdumbre seméntia, alas que ciertamente no po nen fin los das volimenes de Callers de la Biopolt que, pubicados en Paris a fines de la déeada de 1960 por la Organisation au Service de la Vie. Bs cierto que, si se Tos compara con los ensayas anteriores, se reconoce en ellos una atencién més conereta por las verdaderas condiciones do vida de la poblacién mun dial, expuesta al dablejaque del noocapitaismo y del socialismo real, ambos incapaces de guiar el desarro Io productivo en une direosién compatible con unin cremento signficativo de la calidad de la vide. Bs Sno, por el eontrario,en haber reconocido también en lava los signe, brechas y azares dela historia. En ‘fecto: fue precsumente Darwin quien nos hizo cans- Foul, seksi beno kaon Pils T1972 od ao de Bena, Tra 208 pg 49 sientes de que la vida evoluciona, la evolucida de las especies vivientes esta determinada hasta cert punto por accdentes que pueden ser de indole histor ca». Asi, carece de sentido contraponer, dentro del vadrante de la vida, un paradigma natural yung historic, y percibir on la naturaleza el envoltoro sal ditfeado en que la vida se inmoviliza opicrde st po. io contenido histrico. En primer lugar, porque, en contra del presupuesto basic dela biopotties angle: sajona, no existe una naturalera humana definible identifiable en cuanto tal, oon independence de los significados que a cultura, y por ende la historia, hen impreso en ella alo largo dal temp, Y,en segundo li lar, porque los saberes que a han tematizado tienen ‘ellos mismos una preeea connotacion historic, sia la cual au estatuo teérico puede quedar completamente indeterminado. La propia biclogia nacid,a fines del siglo XVII, gracias a le aparicién de nuevas catego ¥ias centifcas que dieron lugar aun concepto de vida radicalmente distinto del que estaba en uso: En mi opinién —afirma Foucault al respecto—, la nocidn de ‘vida no es un concepto cientfio, sino un indieador cpistemoligico que permite la elasifcacdn y la dle: renelacin; sus fanciones ejereen un efecto sobre las Aiscusionescientifcas, pero no scbre su ojetoe Resulta hasta demasiado evidente la transforma idm —incluso se podria dec el vueleo— quo esta de construcein epistemolégiea imprime a le eategorta Ae biopolitica.E!hecho de que esta, lejos de reducire ‘un merocalconatural siempre este calificada histé- ‘isamente —de una manera que Foueault define con ) en aca secon to pig $4 nah oe en © qséening “bioistorin— inplion ua yao exo {iota las nerpretacionee Provan, Bupa mo eso preminantenente moo en te, Teplocemre npoltenesvomada —limtade ou frnldn, doterinada por nid, so ambi, y he ni, al nado en qo la vida co feread, dese fan, poneondn pl patio Sicepuoledenuminar bio historia alae presonee me ante as esl oe movimienoe dela vey le prt sa historias Intertonenmttoamente, habia que hr Sr de biopic para dosignar I que hoe entrar ‘lay nar mnerisnos en el dtsino dela alecls exe tee y crows al peder-aber en on agente de tans ‘ba dela vida heron ‘Yacen esta formulacidn se entrevé la radical nove ad del planteo foucaultiano. Aquello que en versio ‘es anteriores dela biopoltica se presentaba como un Jnchoinalterable —la naturalera o a vida, bumana excuantotal—, ahora se vuelve un problema, Noun Presupuesto, sino algo «puesto, el producto de wna serie de causas, fuerza, fensiones, que resultan ellas nismas modificadas en un inowsante juego de acco nis y reacciones, de impulace y resistencias, Historia ynatursleza, vida y polities, ce entrelazan, sa rela- ian, se violentan mutuamente conforme a una alter zineia que al mismo tiempo hace de eada una matriz Yresultado provisional dela tra , ala vez, una mira- a sagital que hiende ydestitaye la pretendida pleni- ‘ud de Ia otra, su presuncién de dominio sobre el eam- ecompleto del saber. Asfcomo la categoria de vides plead por Foucault para hacer explotar desde Aentro el discurso mederno de Ia soberanta y de sus Aerechos, la eatogoria de historia aparta a la vida del dhatamionto naturalsta al que Ia expone la bipel 9 ta vant prep it he 28 a1 tica norteamericana: La historia dibuja estos eo Jumtos fas variaciones genéticas de las que resol antes de borraros; en el ‘nose debon buscar hechos biolgions brutos y defi as que, desde el fondo de la “naturaleza, eo tmpaa dian ala histoie. Dalai bare dsputs de ho cargaro de ctvssarifena | exetinamentoen oe au tense sage Hina acttd nvasva, Obealoaprta deaf toad a ‘ona ec, pra a per stro a nt smo ctsto de conoinienta que agul perie re "9. Deelloresltlcontante deaplasameng oh "ae de perspective magenta gare ¥e2 de diserminar ios concepts, os deseonas eee reeomponen en tools eels a une te ‘monlieal: La vida en eons tl no pestonene den de a natralesa na dele Mie ose nila spleen ni histnaror t2ro~, sno que entero ene margen nord sn crue ydeau tension. signa sn dela be goltca debe sare ween cble polos aot da quela pono en elexterordela tonacersestet temobinligin ala ver nel interne een dhdnumana,pontrada por sus tena devate pote Por la compljidad de a perspective Foocelt —sossrsenalbiopoltzo--nowedetane ern state tolament aia ponicneletar nests ued denomingsumbral de moderaitattanapen 8 en limite donde propisaber modern seco sobre finn a trie se impce eve de “xt también al efecto da sentido que de eoe umbral ie ecru wn sn of fia na Recreconcrid alta ote pen y vide Se {ha manera imeem cig satis mono. taal od coeeeoenca se dervayora cad tn do {ii terns y para ste on conjta? Var a Inpreunta ca acre de signin do do opie (Que sgnea, qo elindn gener, po omigra an mun que ela rie cadaver i tt roto, dv ness oun ds produto qun no dn iaeree lon iad ala que acts» compro Prodctivo de lene fo dela lta En ete pnt, IBeapost de Foucault pee ave en doc tes dverguntes que apslan ars ds noone Picadas dene on rnp en el eeept del, pe. Patuada aan exes des exten som celade stein ye muerte Aba 208 ‘pesto levi consttyen ns quedo pai {des Son aun impo su frma yeu ono, surges Yaudstn, pr conf aun dvergana qua Feeeno adit meiacnnes nave Ol ope fen produce subjetvda,o rods muerte O toma sxjel a su propio objeto, ol ica deft mente, O spice dea vo be laid Uns ‘er m,n categoria de baptcas rvs es $Sibma in eelernos el cnn dev enigma, 8, Politica de a vida 1. Enesta divergensia interpretativa hay algo que vva mas alld do una mera dificultad de definieion y tafe a la estructura profunda del caneepte de biopo Utica. Como si este estuviera desde el principio atra ‘vesado, incluso constituide, por una recha, un flla _ seméntica, que lo cortay separa en dos elementos no ‘omponibles entre at, Oeomponibles al precio de cer ta violencia que impone el dominio de uno sobre et otro, condionando su superposicién ana necesaria “mien. Casi come sles dos términas que la con Forman —vida y politica aslo pudieran articularse en una modalidad que a la vez los yuxtapone. Mas ‘gue componerse,o disponers, ao largo de una mis ‘ma linea de significado, parecen se oponentes en una, Juda sorda por la apropiacin y el dominio de otro Deelloderivaesa tension nunca descargada, eee eee ‘twde aceracin del que a noion de biopolitica parece ‘no lograr librars, porque ella misma lo produce como una alternativa sin ecespatora:o la politica frena a por una vida que I encadena a ss insuperable tite natural, al contrari, es la vida la qoe queda atrapada, presa de una politica que tiende a sojuzgar ‘5 potencia innovadore. Entre ambas posiblidades, una grieta de signifieaeién, un punto eiego, amenaza ‘con engulliren su vaciode sentido ala categoriaente ra, Bs como sien ella fltase algo —un segmento in- termedio o una articulacién igiea—eapaz dedisolver lo absoluto de perspectivas inconcliabes en la elabo- racidn de wn paradigma me complejo que, sin perder In eepecfcidad de sus elementos, capte ru conexién interna osefale un horizonte comin entre ells. Antes de intentar una definicin al reapecto, cabo setalar que Faueaut no escapa del todo a este punto ‘muerto, Termina ineluso por reproducirlo —aunque dentro de un contexto profundamente renovado res- ‘ecto de las formulacones anteriores, en forma de ‘una «indecisinwadicional:relativa no alaineidencia, ‘dit, del poder sobre la vida, sino a sus efectos, ‘evaluades alo largo de una linea mv quo, como vi ‘mae, tiene en un extrem la produecisn de muava sub {etividad yen cl otro su radical destruceién. Que estas posibilidades contrastivas convivan dentre del mismo ot ge analitic, del que constituyen extremos légiens, no tbsta a quesu distinta seontuaeién determine una 0 Glacién de todo el discurso en sentidos opuests,tan- todesde cl punto de vista interpetativa como desde el ‘silisteo. Esta disfuncion se reconoce por una serie ‘de lagunasligicas, pequefiasincongruenciaslxicas © {mprevistos eambiosdetono en ls que ahora no pode ‘es detenemes, pero que en conjunto safialan un ato- Tadero nunca superado por Foucault. bien, precisa ‘mente, una vecilaciin bésica entre dos vectores de ‘sentido que lo tientan por igual, sn que nunca onte decididamente por uno en detriment del otro. Un n- Aicador sintomstico de esta irresolucién lo constitu ‘yon ya las definiciones de Ia eatogoria que va expo- rien cada vez. A pesar de divergencias inclasoim- portantes, debidas a los diferentes contextos en que aparecen, suclen estar expresadas en una modalidad indirecta, en forma de comparacién respecto de Ia ‘ual eobran signficacion y relieve. Eso sueede ya con Inque probablemente sea la mas oflebre formalacién, segin la cual «durante milenies, el hombre siguié siendo loque era para Aristételes: un animal vviente ‘yademés eapae de una existeneia politiea; el hombre ‘moderno as un animal en euya plitienesté puesta en ‘entredicho su vida de ser viviente».!® Pero mas atin ‘cuando Ia nocin de biopolitia se obtiene por oposi ifn con el paradigms soberano, También en estecne0 Drovalece una modalidad negativa:bipolitia es, an- {etado, aquolo que no es soboranta. Mis que por na Juz auténoma ella es ilaminada por el acaso de algo ‘que la antecede, pr su paulatinoingresoen una zona desombra, Justamente aqui, en Ia articulacién dela relacin. entre ambos regimenes, vuelve a perflarse ese desdo blamiento de perspeetiva antes referide, que habré de afectar tanto el plano de la resonstruccié histiea como el dela determinacién conceptual. :Cudl es la modalidad de la relacisn entre soberaniay biopoliti. a? {Sueesion eronol6gie o superposiciin contrast va? Hemos afirmado que una consituye el fondo del {que emerge la otra, Pero, gosmo debe entenderse ese fondo? {Come el retro dafinitivo de una presencia precedente, 0 como el horizonte que ubarea también le nuova emergenciay la retiene en su interior? Ye. ta emergenci, es verdaderamente nueva, 0 esté ya inadvertidamente instalada en el mareo categoria ‘que, empero, viene a modifeer? Foucaule también se abstione de dar una respuesta defnitiva al respecto, Sige osclando entre las dos hipétesis eontrapuestas sineptar de manera conclusiva por ninguna de elas, 0, mejor, adoptando ambas ean ese caracteristion cfectoéptico de deadeblamiento, 0 duplicacidn, que confire a su texto un ligoro vértgo que a un tempo seduce y desorienta al lector 2. Los pasajes en que parece prevaleer la discont nuidad son, a primera vist, univoco. No sola bio. politica dfiere dela seberanta, sino que entre ambas hay una cesura clara e irreversible, Acerca del poder ade la inmunidad. Luhmann no silo sostiene que ‘una serie de tendencias histrieasindican un empe- hata Cee ca pic ino areca a ‘art aie Seco 2300, pa SB "ion Sr Gri i lene Ta ‘Posen tana ars ort Bos, 70 ~ ‘io creciente, desde prineipios de la época mode ‘en especial desde el siglo XVII, por realizar une -munologia socials, sino que detoeta en el desuche specific sistema iamunitario do la sociedad *(y vee que el desarrollo interno de la verdadera cen inmunoligiea ~al menos desde los trabajos de Be ‘net— proporcione un sostén no slo analdyico a en conjunto de argumentaciones, el paradigma fumes tariolegard.aconstitairel epicentro neurdlgica ea ‘experiencias intelectuales y tradiciones de peasy ‘iento muy distintas Ba tanto que centicosc tivos como Dan Sperber teorizan que las dine culturaes deben encararse como fenémenes bilégs 40s: Donna Haraway, en un dilog ert eon Fo «aul, lag a sstener que hay vel Sistema inant "oe un mapa trazado para guia el econocimient el desconaeimiento dels mismo y del ot en la da ection de a biopoltinocidental! Odo Marae, ‘asuves, interpreta la entetisacin de a realda! pos: moles co uname de neta prevent ‘mientras In incipiente globalizncin propocin campo de investgaciénadiional, eich el mares ‘melusivo, a nuestro paradigms asi com In hipos Sith aa ipsa ose dee erate Saeancr mains 80 rniative por via elmo es seal in i foun nmurizocin gnerlizade la demaa- Mie nmunizaion denttaria de la patie cas i dn el contraefcio ola cas echo arg: (de la covtaminacién global.* 3. El elemento novedaso que yo mismo propuse a © gehaie on la que conatituye, sogiin creo, la primera Aoprein ise dl paradiga inmutaio" fii por una pare en su seta contadiva om ‘Semmepio do cmniad!®—este timo, reo aa funJeeu sgnifeado origins y, por lan tepuccnearacteriencion modems, Arbus pratl> trains pronte so muosran estrechareats ete: {ales Sola rocnuce ac ras talc, In in ‘unions rovla con a firma sogatve 0 privat ‘ad la conmunit tenis i conanias la reacin gue, eomotendoa us emo an oe promis de donacién recpros, pone en peligro Uitnidd individual a iumuniiae evi conicg de Giapensa de ec oligain en consecsenci, de de fensa contra ss efetos exprapiadres Dispenstio ts, procuamonte, alo que bere del penton de tha oblgain graven et cola exnoeacn Ie ra decns onl al que puede recniadie, endo es ‘ora vane or ane oO Maram ren ero Poo "Di. Communes Oni ® dino dla cant, Tarn, 1668, trade earelien: Commun in dasin de fcr {dione Ate ror 30H, Ve amie Canara, dt por Aocainn,Laragion infin, Rasa, 1986, igs. 1 erigen la seméaticn del mune reciproce, Re evidente el punto de incidenca entre ete vax moliico y taérco,y el histvicoo, mde ecpoet te, geneaidgin. Ya hemes sefialado, con sleaneen zal, que la immunitas en tanto protege asu pore {Eeleontacto riesgoo con quienes earecen dese {ablece los inites deo prope pustos en rea Jo scomsin, Peo sila inmtunizacién in forma de organizaciin de indole comuinitanie ual fee el significado que ahora quieraatrbuines 20 expresién— I suceden, ose le contraponcn a los prvatsta o individualist, co uotona se ‘in estructural con los process de modemizaaée entre modernidad e inmunizacia no pretends on her nique aquelia sea interpretable nicamente oa Giante el paradigma inmmanitaro, ni que este sox ‘modelos exegiticosconsolidados como los de recta} 1zaciém (Weber, sseclarizacins (Liwith) o legs ‘acim (Blumenberg) Con todo, me parece que es tres pueden sacar partido dela contaminaein or lune categoria explicativa mas comaplejay mas prohin ls, que consituye su presupuesto subyacenin Hee exceso de sentido respecto de ls inodelos antaicheg esatribuible ados elementos dferenciades y conser. dos entre st, El primero involuera la erwunstancia do {que mientras esos constructos de autointerpretacon dela época moderna seorginan en un nico tener 9 scotaco —lacuestion de a técnica en el pranor es 5 ladelosaero en eleegundoy adel mita oration, 70 0, en cualquier caso, stvado ea un ini dee Aesplazamiento, el paradigma de inmuniaarion vec {en cambio, a hotizonte semantic de pore pol 5 justamente el del munis. Enla medi, een que este afectaa una serie de dmbitosléxinn to 82 esienci denn, también el depos ae x ‘de una ar Fe nvaralactn rcs dota fea interna ‘equivalente, como lo demuestra la lena que ain hoy mantene el término ine Besa rgvea orzo no ago, emper, el po- Gal bormendutiea de la Ceri on on es, rindagrlo— aq leeguno clemerto Bc cloionce tambien deta el tngus do lace pial relacién de esa categoria con su anténimo. He- Bp etala oval siguao mds nist Golam Tuunitasseinseribe en el reversolgico de Ia commu nmune es el «no ser el «no tener» nada en co- © sain. Pero precisamente esta implicacién negativa 3a contro indica que el concept de imei. en pe fo sélo se resupone aqullo mismo que niga, N [pvocr pce derived Ge bu prosio spur, © sno tambien internamente habitado por é. Puede se sce nesta oa Creer ree Sratyaiteganriat pens algéin modo la separa de si misma, protegiéndola de 3 pide ala comunidad concidironsigo misma y tris intend semdatiea de su prope cone Para cbrevivis a eomsied oa emrunidad eDigadaIntroyectarlatndalidad negative ropio onset, aunque een opesto sgn sends Inedo deer, prvativoy contrast, dela oman 4. La conexién estructural entre modernidad ens ‘munizacién nos permite dar un paso adelante tami bidn en relacion oon el tiempo dela biopolitica. Hes ‘mas setalado que el propio Foucault oseila entre dos posible periodizaciones —y, por consiguinte, inter pretaciones—del paradigma que él mismo ingugurss ‘ila biopolitica naco del final de Ia oberania una vezadmitido que esta haya tenidoen verdad un fin ‘shistoriaesentonces predominantemente mederna @ incluso, en cierto sentido, posmoderna. Bs cambio, siella acompafa, como Foucault da a entender en otros pasajes, al régimen soberano, constituyendo luna aticulaciin particular o una tonalidad especien de é,entonces, su génesis es muy anterior, en ite ‘a instancia,coineide eon Ia génesis de la politica ‘misma, que desde siempre, de un modo o de otto, se orients hacia la vido. Bn este segundo eas, 106 ull dad tiene abrir un nuevo espacio dereflexién,comoen sumomento hizo Foucault? La seméntiea dela inmu- dad puede ofrecer una respuesta a este interrogan ‘en la medida en que enmareahistércamente ala biopolitica, De otro modo, habria que hablar de biopo litca ya en el mundo antiguo. De hecho, jeudado el Poder penetré mas a fondo en la vida bologica, sto ‘hn adindoa lestgra deinen en ne ava 84 steel prolongado perfodo en que el cuerpo de los tlavos estaba plenamente a disposicién del dominio iolado de sus amos, ¥ los prisioneros de guerra qpian ser logitiamentepasados a coh por el Feeder? (Y eémo no caracterizar en términos bop Tiss el poder de vida y muerte que tenia el pater fi “lias romano sobre sua propio hija? ;Qu6diferen = Ga hay entre Ia politica agraria egipeia, ola politica ‘igiénico sanitaria do Roma, y los procedimientos de | jrotecidn y desarrollo dela vida que pone en prctica ‘biopoder moderna? La snica respuesta que me pa teor plausible se basa en la connotacién inmunitaria de ests tltimos, usente,en cambio, en el mundo an- tigwo. Sis pasa del plano histric al eanceptual la dife rencia se hace ain més evidente. Tomemos al mé- imo fildcofo do la antgiedad: Platén. En I mis que ‘en ningtin otro parece reconocerse un movimiento de pensamiento orientado en sentido biopaliticn No slo ‘considera normales, incluso aconsejabes, las prcti- ‘aseugenécicas adoptadas en Esparta en relacin.con losis rgies yen términos generale, con oe -n0 aptoss para la vida publica, sino también —lo que ‘as cuenta lleva In intervencién dela autoridad politica incluso al proceso reproductive; tanto es ast, {que recomiend apliear los métodos de erfa de perros ¥ otros animales doméctices también ala generacién dela prole (paidopoitaoteknopeita) delos dudadanos 0, al menos, de los guardianes: Porque, de acu con ls princes qu han sid on ondoa die eg nonsaro qe las mors To ho bros mores so nan a mayer parte dels veces Que por i ontars, las uous cea pc ecuenes oreo in ‘doe infor co una yr ux. Henecsaio, dams {rare hae os primers, de lw segndo, th ‘base a dear erente Yes monster qus ets mo Sse permanescan oles too, exept sn aber & ‘ee sau vez, Ia manaa ds guardian deta ‘mds pil, ede dnensionce Cp, 45320) Es sabid que pase semeintas —frecuete bien no siempre tan explicitos— slimentaron ‘na tua biopoitea de Pat leva asus conecueng extrema en la popiganda ideologica nat Sn ‘esidad de logan deoarne de Barnes yd bes sobre el paleo entre Paton y Files, con referve alta divide Paton als Hateree Bens, de Hans EK. Ginthe para reconnca sultadointeresado de na lines harmendutca vent entre ss las con autores del nivel da Ws band. Cuando Gtinther interpreta la eklagé platéng ca en términos de Ausleseo de Zuce(derivade chien, eta ede aecins en realidad sop hablar de une asntca ulna tea sal bin den reiminto en eto bag ao zat de algin odo, os dita peraiige poral Platin (al menos on la Republica, en el Pui ya Jas Lees oat en los degen nda delaradaet dtualstas) No cabe dada do qo, bien Sin specica de manera dretae estinn de los nina sdefetaesos: con una rerencia exis al infant Cha Pama as ee fae a eh (Gees, Hotinana, Poo any nat toma Denes 86 fooal abanddono dl contexto de su diseurso surge fente su desinterés por ellos; tampoco le in Tes enfermas inearables, a quienes noes cn ente dedicar cuidados inttiles y costosos (Rep., fa) Aunque Aristiteles tiende a dluirel sentido scadamente eugenésico, incluso tanatopoliio, de tests Pol, I 4, 126225 y aga) lo certo ee que tn co msetra sensible ala necesidad de conservar tro el génos de ls guardianes y, en general, de lat jpemantas de la pli, seri las rgidas costumbres “spartanas legadas por Critias y Jenofonte. © (Sesigue de lo anterior la relevancia de Platin po | a semantica de la biopolitiea yen consecvencia, la genesis griegn do esta tltima? Me cuidaria de dar una Fespuestaafirmativa, atendiendo aque la «seleccién» platdnica no tiene una espectfica inflexién étnio-ra til, ni siquiera socal, sino aristordticay aptitad- nal, sobre tado, no tiendoa preserva a individuo, en sentido inmunitaro, sino que esta claramente arin tada, en sentido comunitario, aca el bien del hoindn ‘sta necesidad eoloctiva,pblica,acomtine —y no sin ‘mune-—, aleja a Platén, ¥en general a toda Ia cult ‘Tm premoderna, de una perspoctiva plenamente bio palltica. Mario Vogeti demostz, en sus importantes ‘etudia sobre la mesicina antigua, que Platin critica on dureza la dictética do Hordtico do Solimbria y de Dioces de Caratojustamente, par su tendencia. pi Yatista, individualist y, por endo, necesariamente ‘politica. En eontraposieién con el suetio de Tas bioeracias modernas de modicalizar la politica, Pla ‘nse centraenel proyecto de politizar la medicina 2 Asma de Quin lesion toe, da Nog vac ege importante enay0 de G, Cail, atch, Uno studs sulla dem 5. Desde luego, con lo anterior no quiero decir g antes dela modernidad nunca se haya plantead ‘uestién inmunitaria. Enel plano tpoligio, lane Sidad de autoconservacin 2 muy anterior «la épa ‘madera propiamente dich y también mids dh 1a Incluso seria admisiblesostener que ella een de alo largo de toda la historia dela evliaacin, pag constituye su premisa ultima, o primera, ya que i ‘ori existir sociedad alguna sin un aparato defen vo, por primitivo que fuera, capae de protegerla, ‘que, no obstante, eambia es la conciencia de la ea ti6n y, por eonsiguient, la entidad de la respues ‘quese genera a partir della. Que la politica siemy se haya preocupado, de algtin modo, por defender i Vida no excluye que s6loa partir de determinado m ‘mento, precisamente en coineidencia con el orgen la moderidad, es nocesidad de autoaseguramienil haya sido reconocida ya no simplemente como al dado, sino como un probleme y, ademés, como una op iin estratégica. Bsto significa que todas las civilize cones, pasadas y presents, plantesron la necesdadl de su propia inmunizacin, y en certa inanera la re salvieron; pero tnicamente la eivilizacién moderna fue constituida en su més fatima esencia por dich} nocesidad, uso cabria afirmar que no fe la modernidad la ‘que plantes la cuestin de la autaconservacicn de la vida, sino que esta ultima plasmé, es dees «inventée Ja modernidad como aparato histrico-categorial ca paz de resolver esa cuestidn. En definitiva lo que de. notninamos modernidad, en conjunto en lo esencal podria entenderse como ol metalenguaje que durante algunos sigis ha dado expresion a un reelamo prove: niente de lo recindito de la vida, mediante la elabors ci6n de una serie de relatos eapaces de reeponderie de maneras cada vez més eficaoes y sofisticadas. Esto ‘currié cuando eayeron las defensas naturales que 88 cierto punto habian constituido el eaparazén de cidn simbélica de la experiencia humana: en sndente de matriztelogi- Iguritario determin6 la necesidad de un aparato de- {uv distnto de tipo artifical, orientado a asegu- {arun mundo ya constitutivamente expuesto al peli iB. Aqut ve Peter Sloterdifk ol origen de la doble y © eertradictoria propensin del hombre moderno: de un "Jado, proyectaco hacia una exteroridad sin protecio- es preestablecidas; del otro, justamente por ello, ‘hligado a compensar esa falta con Ia elaboracin de eves y més poderosos sbaldsquines inmunitarios» enrelacidn con una vida, por certo, ya.no al desnudo, per eatregeda por entero asi misma.®* Si estos verdad, entonoss no deben interpretarse tas grandes eatagoriaspoliticas dela modernidad de ‘manera absoluta, por lo que decaran ser, ni exclu vamente sobre la age de su configuracvn histories, sino més bien como las formas linguistcas e inst ionales adoptadas por la logica inmunitaria para ssegurar la vida contra los peligros derivados de su ‘onfiguracion (y conflagracin)coletiva. Que esa Io ficaseexprese por medio de figuras histrico-concep- tuales es sefial de que laimplicadién moderna entre politic y vida os directa, pero no inmediata: para rea lizarso de manera fens neesita una serie de media. siones constituidas, precsamente, por esas catego "ias, Bn sum, para que la vida pueda conservarse y ‘esarrollarse debe ser ordenada por procedimientos * tengangepreeteso ts pitts okienc dP. Sber- ‘as pateats onl tle paren, Panett Me 882005 ier tggo tin rae ag Sens lo lew: Bosra of dt eles 89 anlfciales capaoes de sustraeria de sus peligro na ‘rales, Por aqui pasa la doble linea divisor que tingue ala politica moderna, por una parte, de lq la antecede, por la otra, de ia conicion que las Enrelacién con la primera, ya tiene una clara acti biopoitiea, en el sentido preciso de que adquiere lieve, justamente, a partir del problema de la conse vatio vitae. Pero, a diferencia de lo que suoederd uuna etapa que por el momento podemos denoain segunda modernidad, la relaién entre politica y vid ‘pasa po el problema del orien y de las eatagorias his ‘drco-conceptuales —coberanta, propiedad, libertad poder— que lo inervan. Esta presuposiién dl ordea respecto de a cubjetvidad viviente de la cual, noob tante, en efecto deriva, determina la conformacin cy tructuralmente aporética de Ia flasofiapolitien mo: en el doble sentido dela ex presién: privatizada y privada de eae vinculo que Ia texpane a rasgo comin, Ha de cortarse de raz tod relacién ajona ala que, de modo vertical somote ace da uno ala autoridad soberana, Tl es, can propiedad, el significado de , dela cual eabe incluso ai ‘mar que revste mayor importaneia que el eoncepto de soberania para la constitucdn del proceso de in ‘munizacién moderna. ¥ ello, por un doble mativo: pr la antitesis orginaria que contrapone eomiine a pro ioe —Io «propio» en cuanto tal es siempre inmune, Pesto que, por defincién, es no comiin—, pero tam. bien porque la idea de propiedad marea una intensis- saci cualitativa de toda la logic inmaunitaria. De Ihecho, on tanto que Ia inmunizacién soberana segs vimos, aparece como trascendente respecta de quie- nes la hacen realidad, In inmunizacién propiotaria Permanece estrechamente ligada a elas —més an ‘onienida en os limites deeus enerpos-—,Se trata de ‘un proceso conjunto de inmanentizacidn y especial ‘aciin como si el dispasitivo protector concentrado en Ja figura unitara dela soberania se mltiplieara por Js cantidad de individuos,instalandose en sus orga nismos biolgios Enel centro de esto cambio conceptual te halla la bra de John Locke. En ella también, como en la hob- besiana, exten juego la conservacién dela via (pre 101 servation of himself, desire of selfpreservation), des inicio proclamada sl instinto primero y mas fue ‘que Dios paso en ls hombres" pero de una mane {ue la condiciona a la presencia de algo —preciad ‘mente, la re propria —quo ala ves surge de ellay ‘refterea:sdado que Dios mismo pus en é, como ‘pio de acedn, elinstinto,e fuerte instinto deco ‘var su propia vida y existoncia [| la propiedad dal hombre sobre las eriaturas se fundaba en el derecti {que tenia do sorvrse de aquellas cosas que eran nx Sariaa o utiles para su existencia».*” El derecho de propiedad es ai consecuencia pero tambin presondis én efectiva de la permanencia en la vida. Ambo términs se implican en tna conexién constitutivay que hace de cada uno el presupuesto necesario d tr: sin una vida ala etal refrite, no habria prope dad; pero sin algo propio, inclusive sin prolongarse ella misma ecmo propiedad, la vida sora incapaz de proveera sus propias neoesidades primariasyse ap aria, No deben pasarse por alto los pasos esencial del razonamiento de Locke. Hste no siempre induye) Ja vida entre las propieades del sujto. Bs cero que) por lo general, unifica vida, libertad y bienes ives, bertiee and estate) jo la denominacién de propie dad de modo que peda amar sbienos civiles lal ida libertad, la integridad fisicay la ausencia del olor, y ala propiedad de objets exteriores como tie= a5, diner, muebles, te». Paro en otros pasajs la propiedad tiene una acepsign mas restringida, imita- ‘aaos Bienes materiales, de lo euales no forma par 4, Lake, Tu retin of greerament Came 197 te ‘it 88 rine ttn, {5 Lt ps dort, Orr 88 nn te ‘4D Marcos Tin 1977 108 102 [stavida. {Cémo oo explica esta ineongruencia? Se- increo, pars entender en su significado menos obvio fas dos modalidades enunciativas, no se las debe [entraponer, sino integrar y superponer en un nico ffecto de sentido: la Vida ee simultaneamente parte {elnpropiedady extornaaclla, Es partedela propie- “dad desde l punto de vista del haber, como une de Ios Jienes de los que cada uno ests dotado, Pero, demée te part, la vida es tambin el sueto entero, aise la ‘entempla desde el punto de vista del ser. En este | 2, incluso, la propiedad — cualquier propiedad— ‘prma parte de la vida, Puede aseverarse que el en ‘que de Locke se define enteramente a partic dela nlacién, y del intereambio, queen cada caso se ins ‘aura ntre estas dos miradas. Vida y propiedad, ser y tener, persona y casa, estrechan una relacdn mutua ‘pehace de eada uno, ala ve, contenido y continente ‘lotro, Cuando declara que ol estado natural ee un tstado de perfect libertad para que uno regule sus Ropias accionesydispanga de sus propios bienes yaa ‘persona come lo rea convenient, dentro de los limi lus de la ley natural, sin pedir permiso 0 depender de lavoluntad de otros por un lado, inseribe la propie- dh en una forma de vida expresada en la aceidn por sunal del ujeto agente, en tanta que, porel ot, sub- sume lgicamento suet, acién y Hbertad en la ig 1de lo

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