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politica y gobierno vol. I, ntim. 2, México, segundo semestre de 1994 Indice ARTICULOS Alberto Amaut, La federalizacién de la educacién basica y normal (1978-1994) John Scott, El andlisis econémico de la politica: métodos y limites Beatriz Magaloni Kerpel, Bleccién racional y voto estratégico ‘algunas aplicaciones para el caso mexicano Pilar Domingo, Constitucionaliemo y reforma constitucional en las democracias recientes de América Latina. Bl caso de Bolivia NOTAS William Glade, Después del Tratado de Libre Comercio de América del Norte Yemile Mizrahi, Douglass C. North en la ciencia politica: nuevas respuestas a viejos problemas P Alejandro Villagémez, Douglass C. North: su contribucién hacia una teoria del cambio institucional 237 275, 309 345, a7 383 391 Eleccién racional y voto estratégic algunas aplicaciones para el caso mexicano Beatriz Magaloni Kerpel a decisiOn de votar es el acto poltico ciudadano més importante en las sociedades democréticas. Para los estudiosos de los sistemas politicos democraticos es, por ende, el comportamiento més importan- te por explicar. En México atin se sabe poco respecto a las razones por las que los ciudadanos votan —las razones por las que se decide la abstencién o la participacién y las que llevan a votar por un candidato en especial—. Esto se debe, en primer lugar, a que durante un largo tiempo no hemos contado con suficientes encuestas que permitan evaluar la légica del voto. El uso de datos electorales agregados, aun los distritales, conlleva el riesgo de una falacia: atribuir a los indivi- duos el comportamiento de la sociedad y soslayar en el andlisis la ‘multitud de actos individuales que Hevan a un resultado social. En segundo lugar, la practica frecuente del fraude electoral ha dificultado el estudio del comportamiento electoral, ya que en teoria seria impo- sible obtener conclusiones sélidas de los datos oficiales. Tavestigadora del Centro de Investigacion para ol Desarrollo, A, (104). La autora agradece low comentarios de doe ditaminadores anda y del editor "Lo invetigndores me creatvon han encontrado formas de lirarlosdato oficiales para 1 estudio académico del comportamienta electoral. As, por ejemplo, Juan Molinar Horaaitas lngumentaquedelos datos electorals disponibles hay algunos mds coniabes pars evalue as referencias de loevotantes: n primer lugar, la estan sobre vote de a opeiion ha sido Felatvamente mds confablequela enaditica sobre votn del PR, ya queen a practia del fraude 5 mas dif retar vols a a ops que aumentar vats al Pa en segundo Voga, Moinar Argumenta que las estadistias sobre comicin en loa centreaurbanos han sido mas confables ‘ue le dato sabre comic eal zona rurale porque en eras oporcin events con mevores ‘ecuroa para defender el vot. Juan Moliar Horeantaa, Bl tempo dela legtimidad, Mic, aly Arena, 1891 pp. 710. Politica y Gobierno, vl I nim. 2, sopundssemesre de 1994 00 Beats Magan Kerpe La mayoria de los estudios disponibles ha utilizado, en consecuen- cia, datos agregados —unos menos cuestionables que otros— para el estudio electoral mexicano. Dichos estudios han logrado encontrar im- portantes correlaciones empfricas y tendencias histéricas, en especial relacionadas con el debilitamiento sistemético del Pat en las ciudades. No obstante, tales estudios, que estén esencialmente basados en teorias de corte sociolégico, no logran predecir los cambios en el comporta- miento electoral determinados por variables politicas de ‘corto plazo": campaiias politicas, candidatos, situacién econdmica y politica preva- leciente y desempeiio de los partidos politicos en el poder. Dichas va- riables resultardn cada vez més significativas en el comportamiento electoral en México, Sélo si se comprende la manera como los electores consideran estas variables politicas en su decisién de votar, se podran entender los cambios y tendencias de comportamiento electoral en un contexto de elecciones cada vez més competitivas, Asi, este ensayo tiene por objeto explorar la mecénica electoral mexicana desde el punto de vista de la teoria de elecci6n racional, Primero expongo en forma esquematica las teorias sociol6gicas y psi- ccl6gicas de votacién, sevialando sus limitaciones teéricas y empiricas; luego, desarrollo con mas detenimiento la teorfa de eleecién racional o del céleulo del voto en sus dos aspectos principales: a) qué determina ladecisién de participar 0 abstenerse, y 6) qué factores influyen en la decisién de votar por el candidato favorito (o incluso por un candidato distinto). Aqui se exponen los efectos de la mayor competitividad elec- toral y la sospecha de fraude por parte del electorado mexicano en relacién con el abstencionismo y la participacién en las elecciones. Asi- mismo, exploro la manera como los electores evalian a los candidatos pera tomar sudecisién, utilizando distintas clases de informacién pros- pectiva y retrospectiva, y los efectos de la falta de informacién de de- ‘sempetio politico de los partidos de oposicién en el voto por el candidato presidencial. En tercer lugar, discuto a naturaleza del voto estratégico —que el elector decida votar por éu segunda opcién— y sus implica- ciones para las elecciones presidenciales de 1994, También ubico el voto estratégico en un contexto teérico amplio, el de eleccicn social y Jas paradojas de votacién. Finalmente, presento una serie de hipstesis para el estudio electoral en México, incorporando la mecdniea del mo- delo del céleulo del voto. aw i i 4 i eccin veconaly nla estratiica Teoria sociolégica Las teorias de corte sociolégico® argumentan queexiste una correlacién entre Jos “determinantes sociales” (por ejemplo, clase social, reg:én, raza, religién) y el voto,’ y que dicha correlacién permanece relativa- mente constante a lo largo del tiempo, ya que los partidos tienden a estabilizar al electorado a través de la incorporacién de distintos s tores dentro de su organizacién y la inculeacién de identidades po ticas.* Asf, esta teorfa predice, por ejemplo, que en los paises desarro- ados los trabajadores de la industria manufacturera tenderén a vctar prineipalmente por partidos de izquierda y los empresarios por parti- dos de derecha La teorfa de modernizacién utiliza un argumento te6rico similar, relacionando determinantes sociales con conducta politica para explicar el comportamiento electoral en los paises en desarrollo, Esta tecria entiende el comportamiento electoral como producto de los cambios en. identidades culturales provocados por los procesos de urbanizacién e industrializacién acelerados. Asi la teorfade modernizacién argumenta que en los paises en desarrollo la poblacién urbana tenderé a ser pali- ticamente mas activa, siendo en consecuencia el motor de la democra- tizacién politica, a causa de su mayor exposicién a los medios masivos de comunicacién, sus mayores ingresos y sus niveles mds altos de es- colaridad, factores que transforman los “compromisos normativos” de 1a poblacién urbana con las estructuras de la sociedad ‘“tradicional”* Las principales limitaciones de estas teorias son dos. Primero, no son capaces de predecir cambios en el comportamientoelectoral cuando Jos determinantes sociales permanecen constantes y, en consecuencia, no logran explicar la mayor volatilidad electoral que prevalece en casi todas las democracias contempordneas. Segundo, se ha observado que en los sistemas democraticos existe cada vez menos eorrelacién em- pitica entre determinantes sociales y voto. 2 Uso ol termino sociolgio en el sentido de Brian Democracy, Chicago, Univers of Chicago Press, 170, "Lipset, por emo, arma que la ompetencia electoral entre partidos es la traduccion \demoertiea dea Tacha de clases y que oro tanto, yom eerie en los patsesJesarrllaion las grupo de menores ingresosvotan principalmente porlainquierda Marin Lipset, Plead Man, Garden City, Doubleday, 1983, p, 223 “Bm trminos de Lipset y Rokkan eto implies el "wongelamento dels sistema de partido” «ausedo por la estabiizacin dels alineamiento politicos Martin S. Lipety Sten Rokan (eds), Party Systems and Vote Alignment, Nueva York, The Free Press, 1067, £ Un texto representative es: Samuel Huntington, EI orden politico en las socedades en cambio, enon Aires, Paid, 1968 1, Sociologists, Beonomiats, ond En Beatie Magaloni Kernel La volatilidad electoral la ocasionan, principalmente, dos factores: le transformacién organizacional de los partidos y el surgimiento de nuevas lineas de conflicto sociales (cleavages) susceptibles de ser tra- dacidos a Ia competencia partidista, tales como el rogionalismo y la ‘imensién religiosa. La transformacién organizacional de los partidos politicos es producto de la logica electoral: al buscar capturar un mayor nimero de votos, los partidos han tendido a destacar menos la ideologia y sus propuestas de clase, a fin de captar un sector més amplio del electorado con base en propuestas de politica piblica relevantes en el momento de las elecciones. Esta tendencia no sélo es observable en Estados Unidos, donde los partidos politicos tradicionalmente han sido mucho mas pragméticos en sus estrategias, sino también en Europa. E\ pragmatismo y la mayor flexibilidad ideoldgica resultan funcionales camo estrategias politicas gracias a los impresionantes cambios tecno- logicos que han permitido a los candidatos apelar directamente al elec- torado, sin depender tanto, en consecuencia, de sus sectores de apoyo tradicionales 0 incluso de la misma organizaci6n partidista, Estos cam- bios organizacionales y tecnolégicos (v.gr. el uso intensivo de la televi- sin en las campafias) llevan a que las personalidades de los candidatos pesen fuertemente en las lecciones, ocasionando una mayor volatilidad en el electorado. El mayor peso relativo de los candidatos en relacién on los partidos también se observa en México. Asf, en algunas encues- tas, 56.4% declara que al votar se fijaria primero en el candidato que en el partido, 23.3% en el partido, y 17.8% en los dos.? Respecto a la segunda limitacién de estas teorias, existe en efecto ura correlacién empirica débil entre los determinantes sociales y el voto, En Europa un gran niimero de trabajadores vota por partidos de derecha. En Gran Bretaia, por ejemplo, tradicionalmente una tercera parte de los trabajadores vota por el Partido Conservador. En Estados Unidos los determinantes sociales “religién, raza y regién”, que hasta 1960 constituian importantes factores explicativos del voto, han dejado deexplicar la varianza en el comportamiento electoral. Asi, por ejemplo, el ser catdlico, suretio blanco, o agricultor de Iowa, dejaron de ser los Otto Kischeimer, “The Transformation of the Westera Buropean Party Systema’, en “Joseph La Palombara y Myron Weiner, Pultcol Partie and Political Development, Prineion, rinceton University Press, 196, Para una explcaion del mismo fendmseno pera con una eis ‘de lecin racional véase Adam Praeworskiy John Sprague, Paper Stones A liso of Blectoral ‘Socaliem, Chicag, University af Chieago Press, 1586 7 Reforma, ao 1, nim, 195,15 de junio de 1994, El que las eectores se fen més en el andidato que en el partido quia es el produto natural el sistema presidental segue 3 ill ‘Blccin raconaly wl estratigico principales factores determinantes del voto demécrata," y se sustituye- ron por la “identificacién partidista’, el desemperio de los candidates, las estrategias de campafia ylos temas de politica publica (issue-voting). Sin embargo, en México los determinantes sociales atin siguen siendo importantes factores explicativos: la poblacién urbana tiende a votar més por los partidos de oposicién y los campesinos por el PRI. De esta manera, la mayoria de los estudios disponibles han encontrado, tal como lo predice la teorfa de modernizacién, una correlacién siste- matica negativa entre las variables indicativas de la “modernidad? (ur- banizaciOn, escolaridad, alfabetizacién) y el voto por el PRI." Esto aclara acertadamente la evolucién de las tendencias electorales de las iltimas ‘décadas; no obstante, no explica los cambios en el comportamiento elee- toral provocados por factores coyunturales. Asf, por ejemplo, una teorfa asada en determinantes sociales no lograria explicar las razones pot las que 46.9.% de los electores del Distrito Federal vot6, en 1988, por Cuauhtémoc Cérdenas para presidente de la Reptiblica, mientras que sélo 12% vot6 por los candidatos de su partido, el PRD, en las elec- ciones para el Congreso de 1991. Este cambio en el comportamiento electoral ocurri6 no obstante que los determinantes sociales se mantu- vieron constantes entre una elecci6n y otra. La teoria de la moderni- zacién logra explicar el grueso de la varianza estadistica, pero no asi Jos cambios ocasionados por variables de corto plazo y los cambios mar- ginales, que en las elecciones competitivas son los que determinan el resultado. Conforme las eleceiones en México se vuelvan més competi- tivas, comenzaremos a observar con mayor frecuencia este tipo de es- cenarios, de ahi que resulte importante utilizar teorfas de votacién alternativas, Teoria psicolégica La teoria psicolégiea argumenta que el voto se explica por actitudes politicas inculcadas desde la nitiez, que hacen que un individuo se “identifique” con un partido en lugar de otro. Si, por ejemplo, se nace ‘Pau Abrams, Joh Aldrich David be, Change ond Continuity inch 1988 lens, Wushngon, Congetonl Quarter Pr 198. ‘ns * Bary Ae “Baer apoyo cel pri dominnte on Mex, Pr nternaional juloaepuembre de 170 pp. S07 ersano Torres Paras, La tera de madera 9 ‘ata plo mexican exude ao (1961 1989), oencitra, Msc,, 1589" ir de Jone Molnar Hoenn opt omega opti m8 Bear Magan Kerpet on una familia de “panistas’, esta teoria predecirfa que el individuo tenderd a votar por el PAN sin importar el candidato especifico o las propuestas de campaiia. La nocién de identificacién partidista jugé un papel dominante en Ia investigacién del comportamiento electoral hasta la década pa- sada, en Estados Unidos principalmente.!° Campbell, Converse, Miller y Stokes, en su estudio clésico, definieron dicho concepto como*la orien- tacién afectiva de un individuo hacia un importante grupo-objeto de su ambiente”. Para estos autores la identificacién partidista es fun- damentalmente un fendmeno psicolégico-afectivo que se desarrolla desde la nitiez y que presenta gran estabilidad a lo largo de la vida del individuo, Dichos autores argumentan que la influencia de la identi- ‘icacién partidista en las preferencias sobre elementos relevantes de a politica es mayor que la influencia de estos iltimos sobre la identi- Jeacién partidista. En otras palabras, los individuos se aproximan a 1 politica con el “lente” de la identificacién partidista, por lo que eva- \dan a los partidos y a las campaiias politicas sesgados por sus propias preferencias afectivas. Esta vision de identificacién partidista ha sufrido importantes criticas en fechas recientes. Se ha observado en las encuestas que la identificacién partidista no es estable, sino que experimenta conside- rables fluctuaciones a lo largo del tiempo, las cuales responden a las actitudes de los electores en relacién con variables de corto plazo: cam- patias politicas, candidatos, situacién politica y econémica prevalecien- tes, temas relevantes de politicas puiblicas, etc." Aunado a estos problemas teéricos, esta teorfa psicolégica enfrenta dos problemas em- Piricos: primero, su incapacidad para explicar la decisién de los “vo- antes independientes’, los que no se identifican con partido alguno, En la actualidad los votantes independientes constituyen un grupo muy importante del electorado en casi todos los sistemas democrati- os. Segundo, esta teorfa no resulta de mucha utilidad para explicar 0 Bl concepto también ha sido wtirado pars paises europeos; por ejemplo, Jacques ‘Thomassen, "Party Identification as a Crow Natsnel Concept Ite Meaning inthe Netherland, cn Richard G. Niemi y Herbert Weisberg (compe, Clamues in Voting Behavior, Washington, ‘Congressional Quarterly, 1985, "© Angus Campbell, Philip Converse, Warren Miller y Donald Stokes, The American Vote, Nueva York, Wiles, 1960, p12 1 Richard Brody, “Stability and Change in Party entication: Presidential to OM Years, ‘sabajopresentadoen la reunion anual dela Asociaiéa Americana de Ciencia Politic, Washing” a, 1977 ‘Vase Peter Mair (comp), The West Buropean Paty Systems, Oxford, Oxford University ‘ress, 1990 Pars evidencia del aumento de votanen independents en Escadon Unidos puede Mt ‘Blecc racionaly wba estraico el comportamiento electoral en las democracias jévenes. Al salir de un periodo de autoritarismo, las identificaciones partidistas en general no existen y las preferencias se forman en torno a nuevas organizacio- nes politicas.* De ahi la importancia de desarrollar teorias alternati- vas que proporcionen una explicacién politica de la decisién de votar. Teoria de eleccién racional La teoria de eleccién racional afirma que los electores deciden abste- nerse o votar, y votar por un candidato en especial, como producto de tuna decisién racional, A diferencia de las teorias anteriores, ésta da tun peso muy importante a los efectos en el voto de los cambios politisos de corto plazo propiciados, por un lado, por fluctuacionesen la economia crisis politicasy, porel otro, por los elementosespecificos dela eleccién (candidatos y propuestas). De ahi que esta teoria logre explicar con mayor éxito que las anteriores la volatilidad electoral Seguin esta teorfa el elector decide, conforme a un céleulo de uti- lidad esperada realizado en dos momentos: a) votar 0 abstenerse en funcién de los beneficios y costos esperados del voto (costos medidos sobre todo en términos de tiempo), ¥ 6) votar por el candidato que se encuentra més cercano a sus posiciones politicas ideales y del que es- pera el mejor desempetio. Abstencién o participacién La teorfa de eleccién racional propone explicar ambos “momentos” del ‘comportamiento electoral —votar o no votar y votar por un candidato en especial— con base en un mismo modelo, el de utilidad esperada. Este modelo, llamado "cdlculo del voto”, fue inicialmente desarrollado ‘onsutar Paul Abramsonet a, op. cit; y Gary Jacobson, The Plt of Congressional Ble Boston, Litle Brows, 1963, Ea de esperar qoeexsta un mayor nme de vtantes “indepen diontes” a mayer mere de votantes“indeisoy, aunque por supuest» puede haber indeisos (que a tengen identifincin partiista, Ea Micon alta aumero de cecores se declararon inutison: Aun desputs del date presdencal del 12 de mayo do 1994, 17% de los encvestados sedeclarabao indecions: Reforma, af 1, rim. 195, 18 de junio de 1994, Tt Ba algunas transicone sa demcraca, como en la espatla por ejemplo, se observ sin embargo uns impresionante cntinuidad en la gegrafa de los apyos electorales dels zquerda ye laderecha, 315 Bears Magalo: Kerpet por Anthony Downs y luego refinado y evaluado empfricamente por William Riker y Peter Ordeshook.}* El modelo asume que los ciudada- nos estiman la probabilidad de los distintos “estados dela naturaleza”6 7 utilizan estas probabilidades para inferir la utilidad esperada aso- siada con llevar a cabo distintas acciones.”” En términos formales, e] modelo para determinar la utilidad esperada de votar es: R=PB+D-C donde R significa el beneficio esperado de votar, B la diferencia de cesempeiio esperado de los distintos partidos (X - Y, siendo X el favo- tito), Del valor de votar como producto de un “sentido eivico”, C el costo e votar y P la probabilidad de que ese voto decida la eleceién (que rompa u ocasione un empate en favor del candidato favorito). Cuando 2es positivo, el ciudadano votaré, o bien, planteado en términos de los costos, e] modelo predice que se debe votar si C > PB/2.18 La evaluacién empirica realizada por Riker y Ordeshook los llevé a coneluir que todas las variables incluidas en el modelo afectan los niveles de votacién. Asf, la teorfa predice que si los partidos bajan el costo de votar, aunque sea marginalmente (volviendo el empadrona- rmiento més sencillo, haciendo més accesibles las casillas, proporcio- nando informacién sobre el proceso electoral, otorgando “incentives selectivos” legales o ilegales, etc.) el abstencionismo tenderé a dismi- nuir, Bl abstencionismo también disminuira si los beneficios del voto aumentan. Estos se miden en términos de la utilidad relativa que el elector derivaria si su partido favorito ganara, corregido por un factor que mide qué tan cerrada es la eleccién.” Ast, el beneficio del voto 's Antony Downs, An Eznamic Thos of Demacrary, Nes York Harp an Row 1957 Vila ery Peer Odesonk “A Toy oe Cleat Vong Aine Pole Soe Review, vol. LX1, nim, 1, marzo de 1968, p. 38. ne Peat vairtivtes ltrie ea gb opin do cada, XY, existe sine ado de a rturalec® oir de cnt a oa dl acon enserncee oh ede gerd, gaa or mas de un vot, 2) pit pr enntamene ane, DY cea, {T¥ faa par enactments on voto 9) ¥ ga or eae a Taegan letras exten lan sigs sees done: 1) abteere 2 votar need fern 9) wpe irate erin "Bau sea de res parsons rio = PUY i) + DC, donee eng ity re cane rte, wn ede a fori gang re a rm aad eaperada You Newtons Sagas eque gane igus de los otros dom vers Neve 1 lida erie en ermine relative oq importa poe ila de un era de oeron peri, ine qn sat indo isolate se Sonos oper Por pio os prt scan ricer bese aa sie ital ‘tec raconaly wl estrtigico ‘aumenta, por un lado, sila diferencia pereibida entre los partidos con- tendientes es mayor y, por el otro, si las elecciones son mas competiti- vas, ya que ello aumenta la probabilidad de que unos pocos votos decidan el resultado. El abstencionismo tenderé a aumentar si, par el contrario, los costos del voto aumentan, o bien, silos beneficios dismni- nuyen. Porejemplo, sielelectorado pereibe que su voto no hard ninguna diferencia —ya sea porque siempre gana un mismo partido o porque la diferencia, en términos de desempefio esperado entre los partidos contendientes, es insignificante— el abstencionismotenderéaaumen- tar si los costos permanecen constantes.”* E1 modelo del calculo del voto enfrenta dos problemas que han sidoextensamente discutidos, El primero deriva del hecho de queen las, cevaluaciones empiricas el término D es el que muestra un gran valor predictivo; para algunos autores esto implica que votar, en tltima ins- tancia, se explica por razones altruistas o por un “sentido efvico” yen consecuencia, los niveles de votacién no pueden ser explicados cabal- mente por modelos de eleccién racional.** El segundo problema es que en electorados masivos no existen bases racionales para caleular que un voto decidira la eleccién, Entonces, si el término P es casi cero, no serd posible que PB/2 > C para justificar racionalmente el acto de vo- tar, con lo que la participacién en las elecciones queda planteada como un problema de “accién colectiva” en el que no votar constituye una “estrategia dominante”.® Algunos autores argumentan que la conslu- relativasaré muy baja pues nun si pende el candidate preferido se obtendré un programa de bobiernoaceptale. En cambio, las ofertas poitins estan muy plarzadas la uilidad reltiva feenorme, ques pierdeel candidate fvoritove aufrréun programa de goberno muy dina al degeado un cutndo este aorta cetos Benes 3 Véase Jo Aldrich “Turnout and Rational Chose", Duke University Program in Plicl -Ezonomy, Working Paper nim 100, North Carolina, 199, donde we resumes ls trabajos rele ‘vanteeenrelacin con el sbstencioiamodeade la perspesivadeelcedn racial = palabra, sla decisin de votar dependefundamentalmente del término D, el dad expresva del volo a lldad derivada del hecho de votar por fia, ‘yasea para sostner a Vabilided de a demoeracis o para manifestar un deber evico—,entones parsiparen ls eleccones os una expresin de ls valores palin el individu, Para gins [itor el modelo del clcule del volo conirte «la decitign de partcipar en las eleccones en tna “euestign d gusts’. No cbstante, como oe models do elecisn raionalnoexplcan sim lego preference, sein estos autores el made deleslealo del vot no teria ‘ada que deci en rela cb los hives de partipacin electoral en las demoeracas, ease Brian Barry, p. cit El volar se plantea comp un probloma do acién coloctiva de provsiin de un ‘bien ‘scalonado" en el que se ota slo sel indivi ealeula que a probuilidad de quer votodeida In elec on favar de ou candidat favorites igual sis unidad. En cualquier oto esta de aturaleza, no volar es una extratogia dominant porta que eenfrentarin econ devote, si ‘on allo ser decisive pare delerminat el resultado de las elecciones en favor o en contra del a Bear Magali erp sién inevitable del modelo del céleulo del voto es que nadie deberia votar (nadie que tenga algiin sentido realista del valor de P), al menos en elecciones masivas Qué tan vélidas son estas criticas? Existe evidencia empirica importante en el sentido de que las variables del modelo del eéleulo del voto logran explicar la “estatica comparativa” de los niveles de votacién (qué aumenta o qué disminuye la probabilidad de votar). Por ejemplo, es innegable que los niveles de participacion aumentan en las eleceiones mas cerradas; no obstante, aun cuando los margenes de vietoria resultaran ser muy pequefios, la probabilidad de que un voto decida la eleccién es obviamente infinitesimal. Para algunos autores se necesitaria una teorfa totalmente distinta para explicar estas co- rrelaciones. Existen, sin embargo, aproximaciones que interpretan el modelo del eéleulo del voto en una forma més amplia y, con ello, logran enri- ‘quecer nuestra comprensién del abstencionismo en particular y del comportamiento electoral en general. Para John Aldrich la decisién de participar en los comicios puede, efectivamente, ser entendida como producto de una eleeeién racional, y no simplemente como una “cues- tin de gustos”, eleccién que no esté aislada de las estrategias de cam- pafia y del historial de desempeno politico del gobierno y de los partidos” Dicho autor toma como puntode partida tres factores, hasta akora ignorados por la literatura, para dar un mayor valor explicativo al modelo del céleulo del voto: 1) El votar 0 abstenerse de hacerlo es una decisién baja en costos yen beneficios, por lo que la opcidn de participar o no en las elecciones sehace casi siempre “en el margen’. Ello implica, en primer lugar, que cambios pequefios en los costos 0 beneficios pueden ocasionar cambios significativos en los niveles de abstencionismo y, en segundo lugar, que esde esperarse que los ciudadanos cometan “errores” en sus decisiones, puesto que no vale la pena invertir mucho esfuerzo en calcular si R es ositivo o negativo, Seguin Aldrich la decisién de participar en las elec- cicnes noes un ejemplo muy representativo de los problemas de accién

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