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(994 Las Armas Kdeoldgicas dala Muerte Segunda edtsidu fuylsuda y aunpliada CCORRECCION Y DIAGRAMACION: Jorge David Aru) Send ety ee, Hecho el depésito de ley Reservados todos los derechos et Departamento Ecuménico de Investigaciones ‘Apdo, 339~San Pedro Montes de Oca, ‘Sen José—Costa Rica INTRODUCCION Pablo Richard Ratil Vidales El libro que aqui presentamos, es un libro importante, pero Aificil. Queremoscon esta introducci6n ofrecer una vision deconjun- todellibro, nopara facilitar un resumen, sino para introducirloen un debate amplio y fecundo, Creemos que este libro tendré un efecto a largo plazo. No es un escrito coyuntural o de actualidad limitada. Es un libro con el cual tendremos que trabajar durante muchos aos, no s6lo para comentarlo, sino para desarrollarlo, discutirlo y, a lo me- jor, superarlo. ’ Muchos se preguntarén si este es un libro de teologia 0 de economia politica. Nosotros lo consideramos claramente un libro de teologia. Pero una teologia que utiliza como racionalidad cientifica, Ja economia. El autor del libro es doctor en economia que hace tam: bign teologia. Unode los aportes significativos deestelibro, eseseen- ‘cuentro entre economia politica y teologia. Es corriente el hecho que los tedlogos utilicen como mediacion cientifica, el andlisis sociol6gi- co. Pero es muy original y casi Gnico, el ver a un economista hacer teologia 0 a un teblogo emplear a mediacion cientifica de la ‘econom{a. Este libro es un libro de teologia, pero supone en el lector concimientos de economia politica. En parte, esta introduccién quiere ofrecer e505 conocimientos previos, que normalmente en aquellos que se interesan, que leen o que hacen teologia, noson cono- cimientos usuales. En un Encuentro de Teologia, un teblogo explico asi su método: «cuando hago teologia, me surgen sospechas que solo puedo verificar recurriendo a la sociologian. Este libro emplea, en Gierto sentido, ef método inverso: el autor cultiva la economia politica, y reflexionando sobre la economia, lesurgen sospechas, que solo puede verificar recurriendo ala teologia. Este libro plantea y re- suelve cuestiones teoldgicas, a partir del andlisis econdmico. Siendo asi un libro de teologia, seré también un libro de gran interés para los economistas. El libro busca explicitamente el diélogo con los econo- mistas. vin SR RR ARR ADADRRARARARAARRAADRRAADNADR AAR AAA ‘Mucho se ha dicho que la Teologia de la Liberaci6n es «acto se- gundo». El «conocimiento de fe» vivido y reflexionado al interior de la practica de liberacién seria Ia «teologia acto primeron. La Teologia de la Liberacién, siendo también parte de esa practica, representa una dimension tebrica relativamente autonoma, con un peso propio y una actividad especifica, Cuando la teologia entra en didlogo con otras ciencias y adquiere una mayor especializacién y ri- gor tebrico, entonces podriamos hablar de una «teologia acto terce- Fon. Eso no significa mayor lejania de la préctica politica de libera- ci6n, pero su insercién en ella es mAs orgénica que inmediata. Es una teologia que procede siempre a partir de la practica y que responde, ‘no a una pura inquietud intelectual, sino las exigencias de esa pré ca, Peroesta teologia, como «acto terceron, siendo siempre Teologia de la Liberacion, se articula con otras ciencias como la historia, la lingUistica, conocimiento de lenguas, la sociologia y la economia. Es- to no quiere decir que la Teologia se vuelva académica o propiedad privada de ciertos intelectuales ilustrados. La teologia sigue ligada organicamentea la practica ya a base, pero ahora solamente respon- diendo a mayores exigencias tebricas que son ciertamente necesarias. Setrata de una profundizaci6n tebrica al interior de la misma practi- cadelliberacion, donde los creyentes buscan vivir, comunicar, expre- sar, celebrar y reflexionar su fe, esperanza y caridad. Este libro se ubicaria claramente en esta teologia «acto tercero», lo que significa para el lector una mayor constancia y disciplina en el compromiso tebrico-militante, y a su vez una mayor intensidad en la inteligencia de la fe, en la constancia de la esperanza y en la seriedad del amor. Estructura global de la obra El ibro esté dividido en tres partes principales: * la primera trata del andlisis del fetichismo en Marx y otras, corrientes sociales. + la segunda trata sobre la vida y la muerte en el mensaje cris- tian. ‘+ latercera parte versa sobre el mismo tema, pero ahora en el, pensamiento cat6lico actual: en la doctrina social catdlica, en el pensamiento anti-ut6pico y en la teologia de la libera- cién, Una lectura superficial no descubre facilmente el nexo entre la primera parte y las dos siguientes. Aparentemente, la primera es pura economia politica, y las dos restantes, pura teologia, Lectores con i terés teolbgico, podrian estar tentados de saltarse la primera parte sobre el fetichismo. Desde un punto de vista pedagdgico, no seria vi errado profundizar en la primera parte del libro, después de haber asimilado las dos iltimas. Pero desde un punto de vista /égico, el libro debe ser estudiado en su secuencia actual. Para facilitar la comprensi6n de la estructura global del libro, trataremos aqui de sintetizar las lineas gruesas desu desarrollo ylare- laci6n interna existente entre cada una de sus partes. Lo haremos en lo posible con las mismas palabras del autor, sin hacer referencia exacta a textos determinados. El ema central de! libro es el tema de la VIDA. Ellibro contiene fundamentalmente una TEOLOGIA DELA VIDA. Esta opcién por la vida, que anima y da contenido a todo el libro, est en oposicibn antag6nica a un sistema de muerte. Se afirma la vida en lucha contra las armas ideologicas de la muerte. El antagonismo muerte-vida nos da la estructura intima y fundamental del libro, Este antagonismo adquiere sentido, sin embargo, cuando se trata de la vida o de la muerte del hombre como cuerpo animado espiritualmente. La cor- oreidlades asi un concepto clave deesta teologia de a vida. Nosetra- ta solamente de la corporeidad del individuo, sino de la corporeidad del sujeto en comunidad. La comunidad tiene siempre una base y una dimension corporal. Se trata del nexo corporal entre los hombres y de los hombres con la naturaleza. Toda relacion entre los hombres tiene necesariamente esta base corp6rea y material. Alli se juega toda la di- ‘mensi6n ética y espiritual del hombre en términos de muerte o vida, ‘muerte o resurreccién. Laprimera parte del libro quees la més dificil, pero quenos dala estructura de todo el resto contieneel andlisis del fetichismo. Elautor distingue entre las instituciones materiales que organizan la sociedad moderna, y el espiritu, de esas instituciones, La economia politica re- aliza la anatomia de las instituciones, y la teoria del fetichismo anali- za la espiritualidad institucionalizada en la sociedad moderna. El fe- tiche es el espiritu de las instituciones. El andli el anilisis de estas instituciones, sino el andlisis del espiritu con que estas instituciones son percit vidas. Este espiritu es tan im- Portante como las institucioes. Si alguien viola este espiritu, puede Fespetar todas las leyes e instituciones del sistema, y el sistema lo con- dena a muerte, Por el contrario, si alguien se somete a este espi puede vivira pesar de eonculcar todas lasleyes y destruir todaslasins- tituciones. Ahora bien, el fetiche como espiritu de las instituciones, no surge dela nada, nicae del cielo, sino que existe: ‘minada organizacion social. El autor habla de di bajo y coordinacién de la division social del trabajo. Existe asi una determinada coordinacién del nexo corporal entre los hombres, don- de las relaciones sociales entre ellos aparecen como relaciones mate- riales, es decir, como reglas naturales y necesarias; por el contrario, la relacién material entre las cosas es vivida como una relacion social entre sujetos vivos. Los hombres se transforman en cosas y las cosas ‘en sujetos animados, Ya no es el hombre el sujeto que decide, sino ‘que son as mercancias, el dinero, el capital, los cuales transformados {en sujetos sociales, deciden sobre la vida y la muerte de todos los hombres. Los objetos adquieren vida y subjetividad, que es la vida y subjetividad de los hombres, proyectada en los objetos. Elcapital vi ‘ve como sefior dela historia, en la medida que logra incorporar la vi da del hombre. Estees el capital que da existencia corporalal fetiche. Porlotanto, elespiritu de vida omuerte en una sociedad no puedeser analizado como un problema subjetivo o casual, ligado a la buena 0 mala voluntad de las personas; sino que es el problema de una deter- minada espirituatidad institucionalizada en una determinada organi- zaci6n material dela relacibn entre los hombres. Mas adelante damos ‘una introduccion a la teoria del fetichismo; por ahora basta con lo dicho para captar la relacién de esta primera parte con lo que se dice sobre la muerte y la vida en el pensamiento cristiano en las partes si- guientes del libro. Desde ya captamos que la orfentacién del hombre hacia la muerte o hacia la vida, es un problema espiritual ligado ala organizacion material del nexo corporal entre los hombres. 1, UNA PREGUNTA HISTORICA La década de os setenta ha sido una de as mas sangrientas en la historia de nuestro continente. La movilizacion generalizada de amplios contingentes populares enfrent6 a gobiernos represivos. Pa- radojicamente estos gobiernos reiteradamente se han autoidentifica- do como «religiosos» y «cristianos». Como entender esta paradoja hist6rica? Gobiernos que se autocalifican como cristianos masacran al pueblo explotado que es también, en su mayoria, cristiano. Y lo ‘mis enigmatico es que los delitos flagrantes del pueblo son: el recla- model trabajo, del pan, dela salud, del techo, de a educacién; samente, los contenidos basicos de su tradi tifiea con las necesidades fundamentales de los hombres. Mas todavia, en este periodo el sistema capitalista exhibido por los dit gentes ntorteamericanos apareci6, como nunca, manifestando una cara religiosa, 2Se trataba de una burda manipulacion de la religion o de una ‘bien organizada y planificada utilizacién de los elementos religiosos ‘en beneficio de los intereses del sistema? ‘Sin negar totalmente estas posibilidades tuvimos que reconocer ‘que la respuesta a este interrogante surgido desde los procesos hist6- ricos se movia en terrenos mucho més complejos y profundos. La sospecha fue que siel sistema capitalista puede aparecer en- ‘vuelto en un «aroma religioso» es justamente por su capacidad de produciry reproducir no s6lo plusvalia y clases sociales, sinotambién su propiounivesosimbélico, su propia expiritalidad, supropiarel- sion, Estareligi6n, y nootra, es a que pasaaserlareligiOn delosEsta- dos, la religién oficial con sus propios misterios y virtudes, con su. propia ética, premios y castigos. Pero esto no aparece a una mirada ingenua; se precisa un trabajo de desenmascaramiento, paciente pero fascinante, Esto es justamente lo que hace «la teoria del fetichismon dela economia politica. ‘Ala teoria del fetichismo leimporta que el andlisis de as institu- ciones no sea parcial (como la escuela, Ia empresa, ete...) sino total (comolacivision social del trabajo, el sistema de propiedad), perono encuantoa sus elementos visibes, sino en cuanto son totalidades que se expresan en conceptos globales y como tales son invisibles. Con todo, el hombre as percibe como existentes porque tiene vi- vencia deellas ylas «ve» pero las ve precisamente como fetiches. Este fendmeno dependerd en cada caso y para cada hombre de miltiples condicionamientos; pero hay un condicionamiento absolutamente obligatorio para todos: Ia division social del trabajo «independiente- mente de las voluntades humanas, se trata aqui de un condiciona- miento que decide sobrela vida y la muerte delos hombres queseen- cuentran interrelacionados». Esta interrelacién significa necesidad rmutua y no solo simple distribucion de las actividades. Saber si el hombre puede vivir o no en el conjunto de las instituciones, es cues- tin que decide la division social del trabajo. De aqui Ia referencia obligada ala divisi6n social del trabajocuandose tratael anilisis glo- bal de las instituciones. Por tanto, este andlisisinteresa ¢ importa en tanto y en cuanto las instituciones inciden en la vida o muerte de los hombres y en el libre ejercicio de su libertad, Deaqui quela teoria del fetichismo parta justamentedel andl dela division social del trabajo y los criterios dela coordinacién de las miltiples actividades humanas necesarias para producir lo necesario para la supervivencia de todos. Por tantoel interés directo dela teoria del fetichismo es responder ala pregunta: ebmo est organizada y coordinada la division social del trabajo y emo se juegan, dentro de esta organizacion y coordinacién, las instituciones? Responder esta cuesti6n es saber sobre las posibil ‘omuertedeloshombres y por tantosobree!libreejerci tad, Sin embargo, a la teoria del fetichismo no le interesa el andlisis| de cualquier sistema de divisién social del trabajo sino precisamente aquella que tiende a ocultar, a hacer invisible, el efecto de la division deltrabajosobrela vida omuertedelos hombres, asaber: laformade relaciones mercantiles. j En efecto, son las relaciones mercantiles las que hacen aparecer como si fueran dos cosas totalmente independientes e inconexas: de un lado, las relaciones entre los hombres, y de otro, los efectos de la division del trabajo sobre su vida. Mas atin, adiferencia de otras ns- lades de vida desu liber- XI RAR ARARADAAACARAAAAA OSA NRA tituciones, enel caso dels rlaciones mercantile, se da una invisibi lidad especifica: la de sus resultados sobre la vida de los hombres. La teoria del fetichismo desenmascara, descubre, destapa esta ivisibilidad y a hace visible, consciente, evidente, La teoria del fe. tichismo s¢ proyecta sobre las formas de «ver», de wexperimentarn, de «vivir» las relaciones mercantiles. ‘ Es en este andlisis donde se descubre que una vez desarrolladas las relaciones mercantiles, las mercancias se transforman en mercancias-sujetos. Es decir, adquieren las cualidades de «personas»; adquieren «viday. Perosiel hombre no toma conciencie del hecho de que esta aparente vida de las mercancias no es sino su propia vida proyectada en elas, lega a perder el libre ejercicio desu libertad, y, al final, su propia vida. Bien, hemos legado aun punto clave: eleslabén entre la vida re- aly mundo religioso es, precisamente, la mercancia vista como «per- sona». HEL FETICHISMO _, Recién ahora podemos preguntar: zqué es, entonces, «el fe- +hen? Y responder: es «la personificacién» de las mercancias (el di nero y el capital) y la «cosificacién» o amercantilizacion» de las per- sonas. El proceso del fetichismo enel proceso de produccién capitalista tiene el siguiente curso: + el fetichismo de las mercancias * el fetichismo del dinero * el fetichismo del capital Pueden ser consideradas bien como etapas historicas de la revo- luci6n del capitalismo, o también como yuxtaposiciones en la so- ciedad capitalista actual. J. El fetichismo de las mercancias ___Elanilisis de las relaciones mercantiles revela que todas las rela- ciones que se pueden dar entre los hombres se dan de hecho entre las ‘mercancias. __La mercancia es necesariamente un producto que tiene como origen el trabajo humano y que es producido para ser intercambiado y obtener utilidad. Por tanto, el problema del fetichismo de las ‘mercancias surge cuando, sobre la base de la propiedad privada y e el contexto de la division del trabajo, un producto llega a ser medio ara conseguir otro mediante el intercambio. A partir de que valores de uso (productos para satisfacer necesidades fundamentales) son xu ‘comparados entre:si (valor de cambio) surge elcaracter caprichoso de los productos que ahora son mercancias y caprichosamente se com- portan como tales. Es decir, empiezan a desarrollar relaciones so- ciales entresi y mientras més avanzan las fuerzas productivas y las re- laciones mercantiles, més se desarrollan las relaciones sociales entre las mercancias, hasta que los papelesse invierten y, en lugar de que el productor de mercancias las domine, ocurre exactamente lo contra- rio, el productor es dominado por las mercancias. Y esto no obedece a un capricho oa un simple efecto casual, no. Es la adaptacion necesaria a condiciones que el productor de mercancias no puede anticipar. ;Por qué? Porque el trabajo capita- lista es de cardcter uprivadon y esto no permite que haya acuerdo pre- vio entre los productores sobre la composicién del producto total ni sobre la participacién de cada uno en él. Esto significa que en la forma mercantil de producci6n llega un momento en que se produce una ruptura entre productor y producto de tal manera que este iltimo escapa a cualquier control del produc- tor. Estonose ve, sesiente, se experimenta, se vive, Esel momentoen {que se producen las relaciones sociales entre las mercancias y las rela- ciones materiales entre los productores. ‘Todo esto se hace a través de las relaciones mercantiles indepen- dientemente de otros fendmenos del procesoecénémico. Aqui esta la raiz del fetichismo. Desde el momento en que las mercancias empiezan a «personifi arse», el hombre (productor) tiene que supeditarse a ellas para vivir. Aqui radica el siguiente impulso del espiritu religioso del sistema ca- pitalista. La «personificacion» de las mercancias que se interrela- cionan lleva la creaci6n de «otro mundo» que interviene en éste, pe- rocuyaesencia es que reproduce en la fantasia religiosa las relaciones sociales que en el mundo mercantil efectiian las mercancias. Es cl mundo politeista de las mercancias. Pero pasard a ser un mundo monoteista en la medida en que los hombres tomen conciencia de que debajo del conjunto de mercancias y sus movimientos, subyace un principio unificador: el trabajo colectivo de la sociedad. Después apareceré mediatizado por el dinero y e! capital. Es aqui donde Marx hace referencia a la presentacion de un de- terminado cristianismo. Se trata de una proyecci6n hacia un mas alla, a partir de la Gual se interpreta la efectiva arbitrariedad de los movimientos del mercado jel mercado se convierte en un Ambito Sacro Santo! Pero a partir de este momento las imagenes religiosas tienen como esencia la negacién del hombre y de su posibilidad de subsistir. La religion viene a ser una forma de la conciencia social que corresponde a una situacion engla cual los hombres han delegado la decision sobre su vida o muerié a un mecanismo mercantil de cuyos resultados ya no se hacen responsab'es. 2. El fetichismo det dinero En el proceso de circulacion de las mercancias surge una ‘mercancia especial que no es para ser consumida, sino que funciona como el equivalente general o comin denominador de todas las ‘mercancias: el dinero. Con el dinero el proceso de «personificacion» de la mercancia se agudiza. No es la voluntad de los hombres la que marca el destino de las ‘mercancias, es més bien la l6gica implicita del intercambio la que su- . Sarre sobre la base de trabajo abstracto contenido en elas. Pero cl ', ~~ productor de Ia mercancia no tiene por qué saber que efectia tal» 9 equiparacion. El compara las mercancias en cuanto valores.en el cambio, sin necesidad de saber que los vaivenes del mercado resultan/ de una no-correspondencia entre producto totaly distribucion nece- saria del trabajo colectivo dela sociedad. Pero airayés del movimnies to del mercado se impone este trabajo colectivo: (5; loquehacen es equpararenleesi sus diversosrabijos, bi {el rabajo naman, NO lo saben, pero lo Mueen. Por tan. el yajr,n0 leva 4 \esrtoenta trentefoquees jos de ell, converte toes los pret de \rabajo en jevotiticn sociaies! Por tanto, los ias no capricho, sino quel jiento caprichoso, resulta ser la adaptacion,necesaria a condiciones que el_producior_de mercancias no puede anticipar, por el propio hecho de «es trabajo privado: inacén de tanagaidde vl pore iin devas, por tan weescon scan pavente de los valores ye ape jordele si deter to, el secreto que se esconde deri de tefativos de las mereanclas El descubr Fiencia de a determinacion puramentecasual de val delirabajo, pero nodesiruye, ni mucho ics, i TOMA Por tanto, el fetichismo de las mercancias no desaparece poraue 15 HAA OA OAM AAR BRD ARAADAAAAIN SS LAMA OEE

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