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Anuario del CEH, N*4, Allo 4, 2008 José Carlos Chiaramonte, Nacién y Estado en Iberoamérica. El lenguaje politi- co en tiempos de las independencias, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004, 218 paginas Maria Alejandra Flores Universidad Nacional de Coa Enesta obra, que reine trabajos éditos como inéditos, José Carlos Chiaramonte nos propo- ne repensar, desde su particular enfoque, la conformacién de los estados nacionales iberoame- El objetivo central de la obra, como lo expresa el autor, es revisar las realidades hist6ricas a las ue hacian referencia concepts como Nacién y Estado en el periodo de las independencias ‘americanas, indagando el sentido que le asignaban los protagonistas de la época y el sustrato ‘usnaturalista en el que se basaba el lenguaje politico utilizado, Dichas indagaciones permiten superar, nos dice Chiaramonte, los frecuentes anacronismos en que incurren algunos historiado- res al extrapolar conceptualizaciones contemporsneas al pasado, para poder centramos en el real ‘desarrollo de las diversas formas de organizacién estaal que se dieron ls estadosiberoamericados, de las cuales el Estado nacional s su iltima expresion. Todo este andlisis es acompafiado de una revisién de las tesis establecidas por distintos historiadores que estudian el fenémeno del origen de los estados nacionales, a la vez que es ilustrado con citas textuales de autores de la €poca y con frecuentes referencias a los procesos ue experimentaron los diversos paises iberoamericanos. Generalmente, l estudio del origen de estas naciones ha partido de “prejuicios ideolégicos y ‘metodolégicos”, como el de presuponer Ia existencia efectiva de la Nacién y de las respectivas nacionalidades al momento de abrirse el ciclo independentista. Al contrario sostiene el autor - ‘como ya lo hiciera en obras anterioes-, las naciones fueron mis el resultado que el fundamento 0 ‘motivo de los movimientos de independencia, lo que demostraréa través del anélisis del aleance ue tenia cl concepto de Nacién en los siglos XVIII y XIX. Por otro lado, nos advierte también que si bien los trabajos mAs recientes coinciden con esta lttima concepcién -onsiderar a la Nacién como el resultado de la independencia-, los mismos continian influidos por aquellos prejucios, en tanto sus indagaciones estin dirigidas a rastrear “manifestaciones"y “anticipaciones” de las futuras identidades nacionales del siglo XIX en los periodos anteriores, intentando “datar su génesis” sin llegar a comprender que tipo de entidad Politica exist en aquellos tiempos en lugar de las naciones. En el primer capitulo, revisando desde diversos dngulos los cambios experimentados por el ‘término Nacién, Chiaramonte establece tres modalidades con que fue uilizado el concepto ao largo de la historia. Asi, expresa que el término Nacién ha revestido un sentido éinico desde la antigiiedad, entendiendo la etnicidad desde un significado amplio que incluye tanto lo racial 182 José Carlos Chiaramonte ‘como lo cultural. Significado que perdura, paralelamente a otros, hasta la actualidad. El siglo XVIII impone un sentido politico del termino, totalmente ajeno al ético, haciendo refereneia a “un conjunto humano que vive bajo un mismo gobierno y las mismas leyes”, que serd utlizado en ‘forma de sindnimo del termino Estado, en relacin con las doctrinas contractualistas de racionalismo -vigenteen dicho periodo. Entrado ya e! siglo XIX y con la difusién del romanticismo, se conjugan los usos anteriores, étnico y politico, surgiendo el llamado principio de las nacionatidades, donde la etnicidad es convertida en fundamento dela legitimidad politica de los estado. En este recorrido, el autor observa también algunas afirmaciones de importantes autores que ‘han trabajado la temitica desde diferentes posiciones (Hobsbawm, Geliner, Hastings, Smith). Entre otras observaciones, nos dice que el sentido politico del concepto de Nacién no surgié con Ja Revolucion Francesa como se ha estipulado, sino que dicha significacién se remonta casi al sigho XVI y con seguridad aa primera mitad siglo XVII, seialando los usos que se daba al mismo en Espaia, Inglaterra y Francia antes de la Revolucién. Esta ubicacién cronoldgica, sits los origenes del sentido politico de! término dentro de las doctrina iusnaturalistas,corriente tebrica ue le permitié resignificar cuestiones centrales de la conflctividad politica que vivieron los paises analizados en el sigo XIX. Enel siguiente capitulo el autor insiste en la confusiGn que conlleva suponer la preexistencia de las naciones a los movimientos de independencia, confusién que imposibilita una verdadera ccomprensién dela naturaleza de las miltples soberanias que surzieronaraz de dichos movimien- tos dentro del teritorio de cada virreinato. La bisqueda de legitimidad por parte de los nuevos ‘gobiernos basada en a doctrina de la retroversién de la soberania, por la cual ante la ausencia del ‘monarca Ia soberania recaia en los pueblos, fundament6 las reivindicaciones autonémicas de las ciudades primero y las provineias después, frente alas tendencias hegem@nicas de las ex capita- les vireinales. Esta discusion clave en la conformacién de los nuevos estados, junto con otras ‘cuestiones fundamentales que se instalaron en los nuevos escenarios politicos (la indivisibilidad © divisibilidad de la soberania, la representacion politica de los nuevos estados provinciales, el ‘caricter de persona moral de aquellas reducidas unidades politicas, etc.) seran explicadas ape- Jando al iusnatualismo. Seguidamente, basindose en los nuevos trabajos realizado sobre el nacimiento de las nacio- nes modemas, comenta la historicidad de las misma; es decir, su carieter “artificial” transitorio, ‘producto historico acaecido en un momento determinado y que, por lo tanto, puede desaparecer también, Asociado a esto, descarta la perspectiva que asocia Ia emergencia de las naciones ‘contemporéineas a las demandas de existencia politica independiente por parte de los conjuntos €xnicamente homogéneds. Basado en el caso rioplatense, afirma que la gestacion del Estado nacional argentino no se fund6 en sentimientos de identidad nacional, sino en compromisos politicos entre organismos soberanos como fueron las ciudades y provincias. Los sentimientos de identidad, en tal caso, se restringieron a cierta “afeccién local” particularista, relacionada con el lugar de origen. Llegado a este punto se pregunta cuéles fueron los fundamentos de estos movimientos independentsta si se desecha el principio de homoge- neidad cultural. Para ello analiza los criterios politicos predominantes porlos cuales se guiaron los protagonistas del periodo, manifestando que los mismos provenian del derecho natural y de genes. Para demosirarlo distingue tres émbitos donde el mismo gravité:relaciones interpersonales Y con las autoridades, ensefianza universitaria y derecho piblico, deteniéndose en un anlisis ‘mas pormenorizado de este tiltimo. Las concepciones de soberania, consentimiento, persona ‘moral, etc. abrevan en estas tradiciones doctrnarias. En el pentltimo capitulo sintetiza los principales rasgos y corrientes que caracterizaron al Nacién y Estado en Iberoamérica... 183 jusnaturalismo y a las doctrinas contractualistas que tanto influyeron en la historia iberoamerica- na, haciendo hincapié en la nocién de soberania.. Por titimo, el amtor-nos acerca dos resefias criticas -Comunidades imaginadas de Benedict Anderson y Reforma y disolucin de los imperios ibéricos de Tulio Halperin Dongui- junto con un texto sobre el federalismo bolivariano. En dichos textos se desprenden también opiniones ¢ ideas del ‘autor que enriquecen nuestra visién sobre a formacién de estos estados nacionales.

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