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EL DESPRECIO DE LAS MASAS Ensayo sobre las luchas culturales de la sociedad moderna Peter Sloterdijk Traduccién de German Cano PRE-TEXTOS RD) mp en pe SGP provers de Houses sora nes cna 1 reproduce total pacial eexe Ho, no atrzada por ls etre, ‘iol derechos reservndos. Cusiglr tlc debe ser ‘previamentesolicta Primera edicnfobrera de 2002 Primera reinpreson abr de 2002 Sigua reimprsti: marzo de 2005 “econ impresin.fobrare de 2009 ‘Guat reimpreson juno 2011 Disefiocabiena:PreTetos (5.6. E) Tila de ten originale eagle ‘Die Vera der slason (suc der Katermpfe mdr modernen Gselicbaf) (© de ia tnducoins German Cano, 2002 ‘© Salus Verig Prank am Main 2000 1 de a presente dlc rernses 2009 ts Sarge, 10 “005 Valencia sw 9TH BIDIA8S Dero ct: M2400 2002 “Bola aparcin de a masa acontece un fe- némeno tan enigmitice como univers jr pe subitamente all donde antes no existia rnd, Puede que algunas personas se agrupen, Cinco, diez, doce, no ms Nad se habia ann ciado, nada se esperaba. Mas, de repente, todo est repleto de gente las Cane, Masa y poder! "Cane Has: aise nd acy (ev edii6n, 1978. MD, estes. Masa poder, adi, Alan, 198. Tad ort Voge, INDICE 1. Oscuras runnas sUMAnas IL. EL pesrRecio como concer I, Henpas poms IV. Sooke ta DIERINCIA aNTROPOLOGICA \V. IDENTIDAD E14 MASA: LA INDIERENCIA Onsemacioy FNAL 3 n 101 ‘0 pocos autores de este siglo, incluso algunos de prime: ra fila, han valorado Ia entrada en escena de las masas en ia historia como el signo de nuestros tiempos, Una percepci6n obtenida gracias a buenos diagnésticos apoyados a su vez por el proyecto flosofico mas sugerente concebido durante los tlk timos siglos. Lo que Hegel habia presentado como su progra- rma l6gico ~que la sustancia se desarrollara como sujeto~ se revelaba al mismo tiempo como la divisa mis poderosa de una época que, a primera vista, todavia parece seguir siendo la ruesta: el desarrollo de la masa como sujeto. Seri esta mixi- ma la que determine el contenido politico del posible proyecto de la Modernidad, En este contexto tienen su origen las ideas ue han dirigido el comportamiento de la época de los na- cionalismos ~nuestro pasado, pero también dela era social- demécrata, en la que hoy vivimos sin otra alternativa como Gudadanos. Para ambas épocas resulta legtima la preocupa- cion de que todo poder y todas las formas legitimas de ex- presién proceden de as mayorias “Cuando Ta masa deviene sujto y Iega a dotarse de una vo- luniad y de una historia, cabe atisbar elf de la Epoca de la lve? idealist, ese mundo en el que la forma creia poder or- ganizar la materia amorfa segin sis propios deseos, Tan pron- to como la masa se considera capaz de acceder al estauto de tuna subjetividad 0 de una soberania propias, los privilegios me- ° tafisicos de seforio, voluntad, saber y alma invaden To que otro- ‘a no parecia ser otra cosa que mera materia, confiriendo a la pparte sometida © ignorada las exigencias de dignidad caracte- Fisticas de la otra parte. El gran tema de la Edad Moderna, la ‘emancipaci6n, penetra asi en todo lo que en las viejas logicas| Y situaciones de dominio respondia a lo més bajo y ajeno, esa materia natural apenas distinta de la turba humana, Lo que no fa otfa cosa que material fungible, ahora debe trocarse en for mma libre; aquello que se limitaba a prestar posibles servicios, debe concebirse como su propio fin Ahora bien, el simple he~ cho de que esta turba moderna, activada y subjetivada siga la- mindose, no sin cierto empecinamiento, “masa” tanto por sus abogados como por sus detractores, ya nos indica que el as teenso dela gran mayoria al estado de soberanta puede ser per- tibido como un proyecto incompleto, tal vez inconeluso, Este desarrollo dela sustancia como sujeto va a cumplirse con faclldad en la prosa hegeliana que en la calles y suburbios de las metropolis modernas, ‘Entre los grandes autores de la Modernidad hay sélo uno hasta donde yo alcanzo a ver- que ha dirigido su punto de ‘mira al auge de la masa y su irupcion en la historia sin recaer fen las glorificaciones floséficas del progresismo en las su- pessticiones de su ascenso propias de la juventud hegeliana Estoy hablando de Elias Canetti, a quien ~de modo andlogo George Steiner, que se definia como un anarquista platonico- Se le podria calificar como un anarquista del pensamiento an- tropologico. En efecto, a él se ha de agradecer el libro de antro pologia social mis acerado € ideologicamente fecundo de es- te siglo; a saber, Masa y poder, una obra que cuando apareci® fen 1960 no s6lo no fue bien recibida, sino desprectada y ni ‘guncada por la mayoria de los soci6logos y filésofos sociales. [a razon de ello esriba en su negativa a realizar la funcién des cempetada casi sin excepcién por los socidlogos ex officio la w adulaci6n, bajo formas de erica, de la sociedad actual, ese ob- jeto que a la vez actia como posible cliente. La fuerza de Ca- nett reside en esta inflexible falta de condescendencia, apo- yada en su capacidad de evocar de manera constante sus ‘experiencias decisivas de la sociedad como poclerosa masa en. accion alo largo de varias décadas. En el ao 1927, contando ‘on veintid6s anos, se habia dado de bruces con una rebelién ‘obrera en Viena, experimentando como la energia de la turba ansiosa de descarga desfogaba sus 4nimos en el incendio del Palacio de Justicia. A partir de ese momento, como se revela- ren el tiulo posterior de la obra, el tema va a alcanzar una ‘enorme importancia: esa inolvidable intuicion acerca de las ex itaciones cnéticas colectivas que él mismo habia sentido co- mo un virus contagioso que arrastaba a su propio cuerpo. En su intima confesién de ser “una pane de la masa’, se expres Ia conciencia de alguien que se siente obligado 2 dar cuenta dle esta vivencia vergonzosa pero a la vez iiuminadora. Pode- mos incluso avennurarnos a manifestar que el libro lleva este titulo, porque su autor deseché de inmediato la posibilidad de tiulalo de acuerdo con sus propias experiencia personales. De haber elegido este camino, habria tenido que titular a su ‘obra “Masa y tumulto", “Masa y explosi6n’ o “Masa y fuerza de arrastre’, Sea como fuere, en esta obra se va a poner de mani- fiesto mis que en ninguna otra el tema psicol6gico-social fun- damental del siglo veinie: el poder que posee la maldad y la falsedad a la hora de arrastrar. Sin eta formulacin, apenas se piledien @nuinciar los posibles riesgos derivadios de la perte- nencia esencial a la masa. Por mucho que Marx dijera que to- «a critica genuina ha de empezar con la ctica de la religion, ‘de Canetti nos quedaba todavia por aprender que la ertica no se puede llevar a cabo por completo si no conduce a una dis- tincin de las fuerzas de arrasre 0 no desemboea en una clasi- ficacién de los buenos y malos fervores [A primera vista, los primeros pasos de la fenomenologia ca netiana del espirita de la masa siguen la estela del programa de la juventud hegeliana caracteristico de la época: el desarro- lo de la masa como sujeto; de este modo aprecia en Ia crista~ lizacion de la masa la aparicion de un poderoso y sospechoso actor sobre el escenario politico. Su certeza de que los movi- ‘mientos del fururo van @ pertenecer al drama de una masa do~ tada de plenos poderes hace de su analiss una experiencia ine- ludible. Desde el comienzo, a las observaciones de Canetti se ‘suma la comprensién de la naturaleza insuperablemente iner- tee impenetrable de esta formacién de subjetividad. Puede que algunas personas se agrupen, cinco, dez, doce, no nis, Nada se habia atnciado, nada se espera, Mas, de repent, todo est sepleta de gente [schwarz von Menschen ‘Canetti parece ser consciente de que, con una formulacion de este tenor, ha de transgredir los limites aceptados de la so~ Cologia convencional, La raz6a de ello estriba en que cualquier teoria de la sociedad acomodada a los criterios de la opinion, pablica, sobre todo s se las da de crtca, no puede por menos {que tratar de todas las circunstancias posibles, mas no del es- indalo conereto de Ia sociedad como masa tumultuasa, de ese tescindelo concerniente a las oscuras turbas humanas. Al la- ‘mar la atencién sobre esta evidencia desapercibida, a capaci- dad descriptva canettana alcanza sus mayores cotas. Donde todo esta lleno de hombres, alt se desvela la esencia de la ma- sa como puro magnetismo. La marcha de esta marea lleva ha- cia arriba y hacia el centro. + como pods compeabarse, ltd destolls ens pias siguientes lun fego de palabras ene e adv sebuare Coewo", pace" “dens ser ye gio scars con Menscben leno de homies, INT 2 ‘Muchos no saben qué es lo que ha ccunido; ni siquier pueden ‘dar alguna respuesta a estos interrogantes; sin embargo, e apre suran a i donde se encuentra la mayori (..) Se cree que el io- Vimiento de unos contagia alos crs, pero nose tata slo de eso, ‘es necesao algo mis Henen una drei. Antes de ve clos hs yan encontrado palabras para expresarlo, eta dreclén se alcanza {pasta converise en el espacio mas denso (das scbustrzest el Igar donde se congrega la mayor cantdad de gente De repente, todo se lena de hombres. Para todo aquel que se considere apegad al tema de lx emancipacon, el ascenso deta masis a categora de sujeto ha de resulta una ofensa de ‘esigadables repereusiones. Y no sélo porque en eitaexpre- sion s€ produce el colapso de fa vision romanticoracional del St}e0 democrtico consciente de sus descos; aut también se lida similiuudes existentes en lo que conciemne a sus moviles ‘Lo que la destrccion terica hobbesiana de la nobleza po- ne de manifest a todas luces es la tesis de que todos los hom bres sin excepcién son impulsados en iilima instancia por el miedo. Es més, prociamae que el miedo es el motor universal Suprime el procedimiento tadicional de autoafirmaci6n de la hobleza -3t rechazo del miedo a la muerte-, asi como Teva in end Br a buscar a los despreciadoresaristocaticos de fo demasiado hhumano en una homanidad central, fundada en la alianza mo- tivacional entre raz6n, miedo y autoconservacion, Es en esta situacin central donde la Modernidad se asienta como pro- fama y empresa. Es aqui también donde todo exceso elewa- {én fhumanos hacia as alturas sein reeusados a prior. Elim perativo de mantenerse en el centzo consiuye, pues a implica regla superior dl estaren-cl-mundo en tanto ciudadano, stb- dito y ser humano, Ademds de esto, el techazo psicol6gico de ta nobleza y de st entusiasmo toma como equivalent la re- ‘cusacin del santo 0 del hombre demasiado bueno, una cues- ttn en la que destacarin los moraisasfanceses del siglo xm Del mismo modo que el motivo radial del miedo en Hobbes destoza las races de la propia idea de vida noble, estos mo- rasta, guiados por la idea de la motvacion radical del amour- ‘rope, destin las premisas del excesivo ideal del desinte- és, marco en el que ain cobraba sentido la concepcion de una vida santa, Puesto que la Moderidad ha dejado de necesitar esas pateicas diferencias, ales como ls existentes entre el san- to desineresado y la pecadora mulitud egotsa, invent, trax ‘és de la psicologia del amor de si y del sentido para el inte- 1 personal, una plataforma humana sobre la que los nuevos ‘guales se pueden encontrar en una especie de négligé moral sin sense confusos, La sociedad moderna invert en norma- lidad burguesa, de ahi que por doguier quiera ver a hombres suscepubles de confanza guiados por sus respecivas motiva- ciones egoists, reconoce en Hobbes a uno de los padres fundadores dominante hasta nuestos dias, a Spaz) como el deséubridor flosetico {Ge Trmasa. Spinoza es, adele el primer atropologo de 1 de= ‘iGerigia modema en la medida en que es el primero en plat- TESTS de Como es posible el autogobieeno dea imu “ titud en vista del hecho de que ésta ~él la llama, siguiendo a la tradici6n, oulgus- siempre tiende a las representaciones sensibles, imigenes y sensaciones, imaginationes, ast como a deseos tales cual la célera, la envidia y los celos y, en esa medida, es ajena a la comprension racional" Es seguro que Spinoza no pierde el tiempo con esa teoria de la adulacion ~que més tarde alcanzara tanto éxto~ consistente en querer clevar a la multitud en su conjunto al punto de vista de la r= 26n 0 de la madutez logica. Puede decirse asi que Spinoza es la figura antiperiodistica por antonomasa; tampoco busca men- tiral gran publico, Le es indiferente el desarrollo de la masa como sujeto; son estas aparentes suetos, companentes de aque- lla, los que, antes bien, al aparecer jusificados desde la eter- nidad sus modos respectivos -precisamente tal como son-, han de volver en su totalidad a ingresaren la sustancia divina. Des- de ese punto de vista, tambien el sulgus representa una modi= ficacion de la sustancia divina. Por esta rzén, lo nico que ha de importar al sapiens es hacer justicia al rasgo, a snot i 0 significa nada mas y nada menos qué Comprender su po- tencia real. Ahora bien, sila multitudl debe obtener poder so- bre si misma ~y no ora cosa significa la vanguardist exigencia spinoziana de una forma estatal democritica-, es preciso es- clarecer como seria posible un autogobierno de los muchos fundado sobre las imaginaciones. Para ello se necesita presu- poner que, de todas las imaginaciones, hay algunas que tienen la capacidad de reemplazar tan bien Ia razén como, en lineas ‘generales, ésta puede hacerlo en otto registro. La democracia spinoziana seria, pues, ese orden social suscepuble de cubrir "Vase Yuma Yowe, Spinoza. Das Abentouer dor Iamanens, GB ‘fn, 1954 pp. 167195 Ipnazaefmarrano dele razon, Modi, Anaye Much De 995 Tad, Marcelo Cael, “ las necesidades de esa multtud recurtiendo a analogias racio- nales efectivas © a simulaciones benéficas; necesita sustiuir en imagenes lo que el discurso, ente los muchos, noes capaz de hacer ~un postulado que sigue teniendo influencia hoy en las actuales reflexiones acerca del poder unificador y orientador de fos mitos en la democracia fundada sobre cimientos nacio- rales. Lo que esta en liza en estas reflexiones no es sino una prime- 5 uicI6H de Bra acatice dentio de la cultura de masas, toda ‘v&z que Spinoza no nega su seconocimiento al modus vivend 4s muchcs impulse por is trpinacons pareadoles Siguiente, el fil6sofo no puede abrigar la iisibn de que este modus pocia someterse 0 superase através de la educa Vease lo que Waler Benamin de acerca de ee project mares, o- Marin Heideges, Bnflbrung im ai Metpbysik Tobingen, 187, p. 29 LUnroducion a ta moafica, Barcelona, Ged, 1995, wad. Angela Aaker- ‘mana @ @ tnguie margen de la leccion politico-antropotopica de los hombres modems; eso es, la de vivir su desigualdad de un modo di ferent. Tras la revolucin constructvista, como ha quedado erin objeto de descu- distinciones fabricadas. jas ditinclones, a fs que tno antes se someta,retro- eden ante el avance de las nicvas que uno -yquerevisan va ta ci sible, EL proyecto de desarollar la masa como sujtoalcanza su es- tadio ertco tan pronto como sus reglas ponen de manifiesto aque todas las distinciones han de ser ejecuadas como distin- ciones de la masa, Resilla evidente que la masa no va a real zar.o dar como validasdistinciones que puedan Facerla cacr én desvenaja, Una vex que se aroga la completa porestad de tiacer diferencias, ls hace siempre y sit ainbages a su Tavor Deaf que exclu tédo Vocabulario o critrio cuvo uso deje ttalucs sus posibeslimtaciones; deslegitina a todos los ue £65 lingbisieos en los que no obtiene alguna venta, Rompe eh pedazos todos los espejos que fio asepuren ue ella es la ‘ids bella del reino, Si stuaclon nortales lade in contino plebiscto encaminado a prolongar la huelge general contra to- «a arrogaciOn superior. En este sentido puede afirmarse que el proyecto de la cultura de masas es ~de un modo radicalmente Antinietzscheano- nietzscheano: su méxima no es otra que la ‘wansmutaci6n de todas ls valores como transformacién de to- diferencia verical en cliferencia horizontal “atrora bien, dado que, como hemos visto, todas las distin ciones son concebidas sobre la base de la igualdad, a la luz, por tanto, de un estado de indistincion determinado de ante- ‘mano, sobre todas las distinciones modemnas se ciemne, en ma- yor 0 menor medida, la acuciante amenaza de la indiferenc HL culto ala diferencia imperaie en la sociedad modema ac. tual, tal como se ha extendido del marco de la moda a la filo- sofia, tiene su razon de ser en que percibimos que todas las di- ferencias horizontales tienen derecho en tanto constituyen diferencias débiles, provisionales y construidas. Lamando po derosamente la atenci6n, ells salen ala luz haciendo nuldo, sTahora eambién para Tas distinciones rigiera la Tey de Sipervivencia de los mas aptos. Pero todas estas maniobras no tienen en realidad ninguna consecuencia: todos estos magnif- cos diseiadores y pensadores de la diferencia en ningéin mo- mento se arriesgan 2 hacer una distincién, abogan més bien ‘por una patéica indstincion; dicho de otro modo, por ese axio- ‘na igualitario que pretende que toda distineion procede dela ‘masa, la cual, por su parte -en la medida en que ella esti com- puesta de particulas homogéneas que supuestamente se toman 1 mismo esfuerzo a la hora de nacer-, consttuye per defint- tionem una masa indistinta. Desde este dngulo de vision, el principio de identidad sobre el que se asentaba toda la filoso- fia clisica sigue existiendo de manera indiscutible, incluso con- siguiendo mas autoridad que toda instancia de validez: tan s6- Jo ha cambiado su nombre y toma partido por una dimensién sis secundaria, mis negativa y reflexiva, Donde antes habia 0 identidad, ahora debe exists indiferencta y se expresa en rea lidad Ia indiferencia diferente. La diferencia que no hace dis- tinciones, he aqui el til Jogico que define a Ja masa. A par- tide ahora identidad e inlferencia se entienden necesariamente bind Sinsnimos. gui analizadas, ser masa sigificddistinguirse sin hacer distineién alguna. Ta indiferen- ia diferenciada es, ai pues, el misterio formal de la masa y de su cultura, la cual orginiza una zona media de alcance total De ahi que su jenga no pueda ser otra que la propia de un idualismo aplanado. Cuando estamos seguros de que todo 5 realidad carece de ti, podemos hacer lo. que se nos antoja, "Hoy en dia, la cul- tira marca todo con el signo de la semejanza”.” Solo por esto ilecula. La masa abiguirada es la que sabe hasta donde se Puede legar.- hasta el bral de la disincon vera, Pues (que al encontraenos en un marco igualitrio no estamos pro- vocindonos unos a otros en términos objetivos, somos espec- ‘adores reciprocos de nuestras tentativas de hacernos interesantes, mais 0 menos diveridos o despreciables, La cultura de mases presupone el fracaso de todo intento de hacer de uno alguien interesante, lo que significa hacerse mejor que los otras. Y es- to lo hace de manera legitima, Nabida cuenta de que su dog- ‘ma determina que s6lo nos podemos distinguir de los demas bajo la condicidn de que nuestros modos de distinguirnos no supongan ninguna distincin real. Masa obliga "Theodor W. Adorno, Gesommete Schriften 3, Dalle der Auarang. Phisepbsce Pagmente Fat, 196, p18) (Dacca dea daaactn, Mai Tra, 192 Tad). Scher, * Weise a not Se a pga 12 INT ° Un simple recuerdo pone de manifesto por qué la Moder- nidad aboga por la indiferencia: sila fuente de nuestras dife- renctas remitiera a una dimensién transcendente, nos veriamos por tanto distinguidos ce un modo objetivo y normativo gra- cas a Ia mediacin de un Dios 0 Naturaleza; entonces, nues- tras diferencias serian instauradas delante auesteo, de modo que sélo las pudigramos encontrar, respetar, elaborar y ensal- zar, Solo los satanistas se han rebelado desde siempre contra el orden objetivo de la esencia y de la jerarquia cosmolbgica "Esta manera de pensar imperaba en la Edad Media y siguio do- ‘minando de manera casi evidente en la época del clasicismo ‘burgués. La sociedad estamental precisaba de ventajas ontol6- ‘alcas para sus jerarquias y delimitaciones. Hoy, sin embargo, ‘después de Ia gran marcha hacia la igualdad y de la nueva plas. ticidad inherente a todas las cosas, pretendemos y debemos es- tar ahi presentes, delante de nuestras diferencias, en la medi- ‘da en que éstas por regla general se hacen, ya no se encuentran. [Esa prioridad de nuestra existencia respecto a nuestros atrbu- 108 y obras pone en marcha la indiferencia como prime y Oni 0 principio de la masa ‘Tuna insignifieancia que a nadie se cuestiona. Alora Bien, poF mucho que se evite aceptar, en la medida de lo posible, la idea de que el respeto a los iguales y el respeto superior son ideas excluyentes, las evidencias que estin en el aire hablan por si mismas: la lucha general por el reconoci- ‘miento o siquiera s6lo por los lugares ventajosos genera la Ds estéril petcion de un soberano banal, incapaz de conceder al- {gin reconocimiento que vaya mas lejos de un casual aplauso esto es, una opinion piblica inconereta denominada ‘la ge- neralidad” y de la que nosotros sabemos ahora que se conci- be como el pleno imaginario de los indisintos~, Quien logra éxito ante este foro, no puede ya estar seguro de si su éxito, valorado segin la escala de las antiguas ideas de respeto supe- ‘or, no ¢s més despreciable de lo que podria legar a serlo cual- dquierfracaso. En esta tesitura, el papel conformista desempe- ‘ado por Ia evtica es desesperante. Tristemente circunserita su propio espacio de accion, considera conforme a la masa bueno © muy bueno todo aquello que no obtiene éxitos sin- gulares en el intento de distinguirse con provecho. Mientras ‘tanto, con instinto certero,aisla alo realmente singular y dicea ‘su juicio con altaneria 0, mejor dicho, con uma bajeza cortan- te, puesto que se impone como meta aeceder a lo superior des- de abajo, Comprendemos cémo esto no puede ser de otro modo una vvez que paramos mieates en las condiciones anteriormente ex- ‘onsirucci6n, Caen las Gnicas jan podido generar las excep- 85 dé Dios Se revelan como casos relativos a la gracia; las excepciones de la naturaleza, como ‘honstruas 0 genios. Quien pretend hacer et intempestve es- {ijer20 de hojea os tratados doctorales de la €poca sobre la _acia, veria corroboradbo el descubrimiento de que los discur- 50s medlievales en tomo a los earismas y as excepciones dela sraciadivinarepresentan el més ampio y consoidado sistema jamés imaginado para rellejar diferencias de profundidad enig- tritica entre hombres a causa de razones trascendentes. Las ac- ciones de gracia eran as leyes excepcionales de un Dios que no s6lo gobernaba, sino también dominaba hasta el mis mini- 8 mmo dex. Baran de estas eyes pon exclarecerse ps bles ferencas ete los homies ato ls soperbles como las incucables- den de un marco desgnado sper, aunque mis oscro, que serva pars sopora fa falda Peas a ue todos fos sere, ena called de eras, epresentan Unk ajo Dos y aparece, desde re punt Je Vita, co mmo uae, lon heroes sagadosdesbrozaon el camino de un sine impenetable compuesto de excepciones organizaae por ls mas ts istancas, Cons preopaas a hora de oncedery detent In rai, Dis rechara todas ls expec, tras de igualdad en semi socal sa vez que exige los Creyertes qu, en a desgulda, se conformen con que sp, fezea oscuramente ina justia superior Sin ete mayenteo nig dea jc, l Dis critno desde su nos no he bri std masque wn sulaco marisa, Un resid de eta

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