El pajaroz
, de O10...
a REP E
ace muchos afios hubo un rey que tenfa un jardin, y en
él habia un drbol que daba manzanas de oro. Cuando
’| éstas maduraban, los sirvientes las contaban en las
mafianas, pero'siempre faltaba una. Elrey ordené que por
las noches:sé custodiara el extraordinario arbol. }
Elrey tenia tres hijos. Al anochecer envié al mayor al |
jardin pero, al llegar la medianoche, éste no pudo resistir el
suefio, y por la mafiana faltaba otra vez una manzana.
JR
A la noche siguiente envié al segundo hijo, pero no le
fue mejor: se quedé dormido, y por la mafiana faltaba otra
manzana.
Entonces, le llegé el turno al menor, pero el rey no lo
creia capaz. Finalmente, lo autoriz6.
Asi, el jovencito se recosté bajo el arbol, y no dejé
que el suefio lo dominara. Allllegar las doce, oyé zumbar |
algo, entonces; vio descender un pdjaro cuyo plumaje era
| de oro. Se posé en el drbol y, apenas habia comenzado a
picotear una manzana, el jovencito le disparé una flecha,
\Este alcanzé a volar, pero la flecha le habia acertado, y
una de sus plumas de oro cayé al piso. El joven la reco
se la llev6 a su padre y le conté lo que |El hijo mayor se puso en camino, convencido de que no tardaria en encontrar el
pajaro de oro. Cuando habia recorrido un trecho, vio en la orilla de un bosque un
zorro, preparé su escopeta y le apunté. El zorro exclam6:
—No me dispares y te daré un buen consejo. Tu andas en busca del pajaro de
oro, y hoy llegarés a un pueblo donde encontrarés dos posadas. Una de ellas esta
bien iluminada, y en su interior reina la alegria: pero no entres, vete ala otra, aunque
te parezca muy triste y desagradable.
Entonces, el muchacho reanudé su camino y lleg6 al pueblo donde estaban las:
posadas. “Seria un idiota —pensé— si me metiera en la posada miserable y pasara
por alto la de aspecto agradable”.
Por tanto, entré en la posada alegre, se queds alli llevando una vida disipada y se
olvidé del pdjaro, de su padre y de todas las buenas ensefianzas que habia recibido
enla vida.
Transcurrido un tiempo y, como el hijo mayor no regresaba, el segundo se puso
en camino con la intencién de buscar el pajaro de oro. Como al anterior, el zorro se
le presents y le dio un buen consejo, al que él no presté atencién. Llegé a las posadas,
y vio a su hermano asomado a la ventana de aquella donde se escuchaban voces de
jGbilo. Y cuando aquél lo llamé, no pudo resistirse, entré y se queds alli.
Después, el menor de los principes quiso partir a probar suerte. Pero su padre no
queria darle permiso.
—Es instil —dijo—; si sus hermanos no han encontrado el pajaro de oro, mucho
menos lo lograré él, y si le sucede alguna desgracia, tampoco sabra
arreglarselas.
Al final lo dejé ir.
En el bosque se encontré con el
zorro, que le rogé por su vida
y le dio el buen consejo.
Como el jovencito era
bondadoso le dijo:—No te preocupes, zorrito, que no te haré dafio.
—No te arrepentirds —respondié el zorro—. Y para que llegues més répido, subete
en mi cola.
Y apenas se habia acomodado, el zorro eché a correr y pasé raudo sobre troncos
y piedras, de modo que al principe los cabellos le silbaban al viento.
Cuando llegaron al pueblo, el jovencito siguid el buen consejo y entr6, sin mirar
a sualrededor, en la posada humilde, donde pasé la noche en completa tranquilidad.
A la mafiana siguiente, cuando salié al campo, ya el zorro lo esperaba y le dijo:
—Voy a indicarte qué mds tienes que hacer. Sigue derecho hasta que llegues a
un castillo ante el cual verds a una gran multitud de soldados dormidos. Pasa por en
medio de ellos, entra al castillo y atraviesa todas las habitaciones. Finalmente, llegaras
22). a una recdmara donde encontrards un pajaro de oro y
pajaro de su fea jaula y meterlo en la espléndida,
porque puede irte muy mal.
Tras estas palabras, el zorro volvio a extender la cola
yel principe se acomods en ella. A\lllegar al castillo,
todo estaba como el zorro habia dicho. Entonces,
le parecié ridiculo dejar al precioso pdjaro en la
jaula ordinaria y fea, abrié la puerta, lo tomé.
en sus manos y lo puso en la jaula de oro.
Pero, al instante, el pdjaro emitié un graznido.
Los soldados se despertaron, entraron y
lo metieron en la cércelA la mafiana siguiente lo llevaron ante un
tribunal y, lo sentenciaron a muerte. Sin
embargo, el rey de aquel castillo dijo que le
perdonaria la vida con una condicién: que le
llevara el caballo de oro que corria més
répido que el viento.
El principe se puso en marcha, muy
triste. De repente, observé a su amigo el
zorro, a un lado del camino.
— Ves lo que te pasé —dijo el zorro—
por no hacerme caso? Pero animate, que
he decidido tomarte bajo mi proteccién y
decirte cémo llegar adonde se encuentra
el caballo de oro.
Entonces, el zorro volvié a extender
la cola, y el principe se acomods en ella.
Nuevamente el zorro eché a correr y pasé
raudo sobre troncos y piedras. Todo estaba
tal y como el zorro habia dicho. El principe entré
al establo donde se encontraba el caballo de oro.
Pero, cuando le iba a poner la silla fea, pensd: “Un
animal tan hermoso se ofenderé si no le pongo la silla
espléndida, que es la que le corresponde”.
Pero cuando la silla de oro tocé su lomo, el caballo relincho. Los
mozos despertaron, tomaron al joven y lo arrojaron a la carcel.
El tribunal lo condené a muerte. Sin embargo, el rey
prometié perdonarle la vida y regalarle el caballo de oro, si
era capaz de llevarle a la hermosa princesa del castillo
de oro,
Con el corazén acongojado, el jovencito
se puso en marcha pero, para su fortuna,
no tardé en encontrar al leal zorro.—Deberia dejarte padecer tu desgracia —dijo
el zorro—, pero me da ldstima contigo y una vez
mas te sacaré de apuros.
Alllegar al castillo de oro. El principe aguardé
hasta la medianoche, cuando todo estuvo en
absoluta calma y la hermosa muchacha se dirigié a
su dormitorio; entonces él a intercepts y le dio un
beso. Ella le dijo que con mucho gusto se irfa con él,
pero le imploré con lagrimas que la dejara
despedirse de sus padres.
Pero apenas la muchacha se aproximé al lecho
de su padre éste se desperts y, con él, todos los
demas y al jovencito lo encarcelaron
A la majiana siguiente, el rey le dijo:
—Mereces perder la vida, y la Unica manera
que tienes de obtener mi perdén consiste en nivelar
la montafia que esté frente a mi ventana y no me
deja ver més allé. Silo logras, tendras a mi hija
como recompensa.
Al anochecer aparecis el zorro y le dijo:
—No eres digno que te tome bajo mi
proteccién, pero vete a dormir que yo haré el
trabajo por ti.
Por la mafiana, vio que la montafia habia
desaparecido. Muy contento, el jovencito se
apresuré a presentarse ante el rey para notificarle
que habia cumplido la condicién, y el rey, tuvo que
cumplir su palabra y entregarle a su hija.Ast, pues, los dos partieron, y no pasé mucho tiempo antes de que se les
apareciera el zorro.
—Es cierto que ya has logrado lo mas dificil —dijo—, sdlo que a la doncella del
castillo de oro le corresponde ir en el caballo de oro.
—Pero, ,cémo obtenerlo sin perderla?
—Te lo diré —respondié el zorro—: primero que tode, Ilévale la doncella al rey
que te envio al castillo de oro. Esto le producird una alegria y te entregard el caballo
de oro. Sibete a él y dales a todos la mano al despedirte. Dasela en ultimo lugar ala
hermosa doncella y, cuando ella te corresponda, sibela al caballo de un tirén y escapa.
Nadie te alcanzara, puesto que el caballo es ms veloz que el viento.
odo esto se efectué con buena fortuna, y el principe se llevé a la hermosa
doncella en el caballlo de oro. El zorro no se quedé atras y le dijo al jovencito:
—Ahora te ayudaré a conseguir también el pdjaro de oro. Cuando estés cerca
del castillo donde él se encuentra, haz que la doncella se apee yo la protegeré.
Después, entra al patio del castillo montado en el caballo de oro. Al verlo, el rey se
altgraré muthisimo y te traerd el pajaro de oro. Cuando tengas la jaula en la.
mano, estapa y reatesa recoger a la doncella. =
Ung/vez fealizall con éxito este plan y cuando el
rincipe se disponie resar a casa con sus tesoros, el
Brincipy Ps Gf,
zorro/le dij 4
Wah:
—Ahora tienes queftecompensar mi ayuda, ]
—iQué me pides
el joven: Po
(—Cuando lleguemos al bosque, matame de un tiro y cértame la cabeza y las
patas.
—Pero jqué gratitud seria ésa! —dijo el principe—. Me es imposible complacerte.
El zorro dijo:
—Si no quieres hacerme el favor, tendré que abandonarte. Pero, antes de irme,
te daré otro buen consejo. Gudrdate de dos cosas: no compres carne de patibulo ni
te sientes en el brocal de ningtin pozo. )
Con estas palabras se perdié corriendo hacia el bosque. Ww
,
Siguid cabalgando con la hermosa doncella, y el camino lo conflujo nuevame:
al pueblo donde se quedaron sus dos hermanos. Allli habia gran agitacidf y, cuando x
le contaron que iban a ahorcar a dos hombres; pregunté si no habiafmanéra de
:
} .
liberarlos .
—Si, si usted est dispuesto a pagar por su libertad
,
nudaron oMviaje
y.comoalli |
—le respondié la gente—. ’
No lo pens6, pagé por ellos y, cuando los liberaron, todos reg
Llegaron al bosque donde a los tres se les habia presentado el zon
hacia fresco los dos hermanos le dijeron:
pdz0.
—Déjanos reposar un poquito y comer y beber junto
El accedié y, mientras conversaban, se sents ery
el brocal del pozo.
Pero los dos hermanos lo
empujaron dentro del pozo, se
apoderaron de la doncella, del
caballo y del pdjaro, y se dirigieron
alla casa de su padre.—Mira, no solamente hemos traido el pajaro de oro
—dijeron—: también hemos capturado el caballo de oro y a
la doncella del castillo de oro.
Pero el hermano menor no habia muerto, ya que por
fortuna el pozo estaba seco y él cayé sobre musgo blando aw
sin lastimarse
=
. . /
También en esta ocasién vino en su ayuda el fiel zorro, i= ~~ '
quien lo regafié por haber olvidado sus consejos
Le dijo que se aferrara a su cola y tiré de él hasta
sacarlo.
—Pero atin no estas fuera de peligro —dijo el zorro—,
puesto que tus hermanos han rodeado el bosque de
guardias que tienen érdenes de matarte si te dejas ver.
El jovencito intercambid sus ropas con un hombre
humilde y, asi disfrazado, llegé a la corte de su padre.
Nadie lo reconocié, pero el pajaro comenzé a cantar, el
caballo a comer, y la doncella no lloré mas
Asombrado, el rey pregunto:
— {Qué significa esto?
Entonces, la doncella le conté lo que habia sucedido.
El rey ordené a todos que se presentaran ante él. Entre
la gente comparecié el jovencito con sus harapos de pobre,
pero la doncella lo reconocié y se precipité a abrazarlo. Los
hermanos fueron capturados y ejecutados, y él se casé con
la hermosa doncella y se convirtié en el heredero del rey.
Pero, 2qué pasé con el zorro? ‘
Un tiempo después, el principe regresé al bosque. Alli @
se le presenté el zorro y le dijo:
—Ya tienes todo lo que puedas desear, pero mi
desgracia no concluye, y esté en tu poder liberarme.
Y volvié a implorarle que lo matara y le cortara la
cabeza y las patas. El le obedecis y, el zorro se transformé
en un hombre, y era nada menos que el hermano de la §
hermosa princesa, libre al fin de un maleficio que habia
caido sobre él