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T HICH NHAT El verdadero 4 ESTAR PRESENTE CUANDO ALGUIEN SUFRE ow BI tercer mantra Yo empleas cuando Ia persona que nas ext suriendo. AL vivir de manele ‘conscientey $2- tes to que esté ocurriendo en tt situacidn a cada mo veento, Por eso adviertes ficilment® que la persona a la {que amas ests sufriendo ‘Cuando te encuentres en ¢S8 Suackén, acércate a ts pare CO” el cuerpo y ta mente ‘inidos, con concentraciomy Y ile el tercer mantra: si, sé que ests suftiendo, POT 9 estoy aqui Pot tin, Porque cuando sufrimos necesitamos jntensamente sent la presencia de la persona at amamos. Si esta- aos sufriendo y nuestra parcj® NO® ignora, sufriremos mas. Asi que lo que podemos hacer ~-enseguida— ¢ vyanifestarle muestra verdadera presencia y decile el tra con una absotuia akencion «Carifio, Sé que es incluso antes tas suftiendo, por €s0 estoy aqui por tir. de que hagas algo Pat ayudatla, ya se sentiré aliviada. "Tu presencia es un miagros YW comprension desu do- Tor vambién lo ey eF65 c8Paz-d6 ofrecerle este aspect de tu amor en el acto. 19 20 El Verdadero Amor Intenta realmente estar presente, por ti, por la vida, por los seres queridos. Reconoce la presencia de las personas que viven contigo ¢ intenta estar presente cuando alguna de ellas esté sufriendo, porque tu pre- sencia es muy valiosa, De esta forma practicarés el amor las veinticuatro horas del dia. 10 OCUPATE DE TU SUFRIMIENTO Cada vez que experimentes una energia que hayas de transformar, como los celos o el miedo, octipate de ella, de esa energia negativa, si no quieres que te des- truya, Si entras en contacto con la semilla de la plena conciencia que hay en ti, toda esa energia podra insta- larse en la «sala de estar» de tu hogar, como una madre abrazando tiernamente tu sufrimiento. Al manifestar la energia de la plena conciencia ests haciendo la ver dadera préctica de la meditacién con relacién a tu su- frimiento, a tus emociones. Y si eres capaz de mantener esa plena conciencia durante cinco o diez minutos, te sentiras mejor enseguida. Cuando una madre oye llorar a su bebé, deja al ins- tante lo que est haciendo para ir a la habitacién de su hijo y sostenerlo entre sus brazos. En cuanto levanta al bebé de la cuna, la energia de la sabiduria empieza yaa penetrar en el cuerpo del bebé. La madre atin no sabe qué es lo que le pasa a su hijo, pero cuando el pequeiio se descubre en los brazos de su madre, ya se siente me- 38 Ocaipate de tu sufrimie 9 jor. Y deja de llorar. Entonces, ella sigue sosteniéndolo, ofreciéndole la energia de la ternura, y durante ese tiempo practica el observar profundamente a su hijo. Una madre es una persona de gran talento. Sélo nece- sita dos o tres minutos para averiguar Jo que le pasa a su bebé. Quizé los paiiales le aprietan un poco, tiene unas décimas de fiebre o necesita tomar el Cuando comprende lo que le ocurre a su hijo, puede transformar la situacién de inmediato. Lo mismo ocurre con la meditacién. Cuando estés suftiendo, lo primero que debes hacer es abrazar tu su- frimiento con la energia de la plena conciencia: «Sé que ests ahi, pequefia ira, mi vieja amiga. Respira, me es- toy ocupando de tiv. Puedes practicarlo sentado, mientras meditas an- dando, 0 mientras ests tumbado, pero para desempe- frar el papel de una madre, de una hermana mayor, la plena conciencia ha de estar presente. Si eres capaz de hacerlo, sentirés el resultado al cabo de tres 0 cuatro minutos, La préxima vez. que te enojes, medita por ejemplo andando por un entorno natural. Respira y concéntrate sélo en la respiracién: «Al inhalar, sé que estoy inhalando; al exhalar, sé que estoy exhalando». Al cabo de uno 0 dos minutos, practica lo siguiente: «Al inhalar, sé que estoy enojado; al exhalar, sé que adn hay ira en mi». Diez minutos mas tarde, ya te sentirés me~ jor. Es un método infalible, con la condicién de que la energia de la plena conciencia esté realmente presente Hecate 40 EL Verdadero Amor en tis silo sigues poniendo en practica, no s6lo surgi- ra la concentracién, sino que ademas podras observar las cosas profundamente. Observar profundamente la verdadera naturaleza de tu ira. Este descubrimiento, esta comprensién y sabiduria te liberaran del sufri- miento que experimentas. Los monjes y las monjas budistas tienen la costum- bre de practicar este método no s6lo en lo que atafie a su ira, sino también a su desesperanza y miedo. En cuanto al miedo, al hacer la meditacién de la plena conciencia, puedes meditar de la siguiente forma: «Al inhalar, sé que lo natural en mi es envejecer; al exhalar, sé que no puedo husir de la vejez. La vejez.nos da mie~ do, y la muerte también, «Lo natural en mi es que mue- ra; sé que nadie se libra de la muerte.» El Buda nos Jo enseiid, sabiendo que las semillas del miedo estan profundamente enterradas dentro de cada tuno de nosotros. Pero no queremos que ese miedo se manifieste, porque nos hace sufrir, por eso lo repri ‘mos. Intentamos reprimirlo e invitamos a otras ener- giasa entrar en nuestra «sala de estar» para que la lenen y las energias negativas no puedan aparecer en ella. La mayor parte del tiempo estamos mirando la te- levisién, leyendo novelas y hablando por teléfono para evitar que el sufrimiento se presente en nuestra «sala de estar», Practicamos la politica de la subversi6n, boi- ‘coteamos las semillas negativas que hay en nosotros, y después de haberlo estado haciendo durante un tiem- Octipate de tu sufrimiento a po, creamos un estado de mala circulacién, Es como cuando la sangre no circula bien por el cuerpo y ese €8- tado nos produce molestias: como jaquecas, por ejem- plo. ¥ entonces vamos al masajista o tomamos medi- camentos, porque una buena circulacién es esencial para la salud, Lo mismo ocurre con nuestra concien- ia. Si practicamos unas politicas de represion y con- tencién, creamos una situacién de mala circulacién para nuestras formaciones mentales, como el miedo, la ira la desesperanza y el suftimiento. Y al no haber una buena circulacién en nuestra mente consciente, apare- cerin los sintomas de una enfermedad mental: la de- presion y el estrés. ‘No hemos de adoptar esta politica de boicot. Al contrario, hemos de abrir las puertas para que el sufti- miento pueda salir. Nos da miedo hacerlo, pero el bu- dismo nos ensefia que no hemos de tener miedo, por- queen nosotros hay una energfa que puede ocuparse de nuestro sufrimiento: la energia de la plena conciencia, Si practicamos el cultivar la energia de la plena con- Giencia cada dia, tendremos la suficiente como para ocuparnos de nuestro sufrimiento. Y cada vez que éste ‘se manifieste, podremos darle la bienvenida, Estaremos realmente presentes para ocuparnos de él, y la energia que necesitamos para llevarloa cabo es, sin duda, la ener gia de la plena conciencia: «Estoy presente por ti, cari- fho, estoy presente por tiv. Es uno de los cuatro mantras que hemos aprendido. Significa que la madre esté pre 42 El Verdadero Amor sente por su bebé, que la energia de la plena conciencia esti presente para abrazar la energia del sufrimiento. Hemos de practicar para cultivar cada dia esta ener- gia. Pero para poder hacerlo facilmente necesitamos a Tos amigos y a los hermanos y hermanas en el Dharma. Por eso en el budismo se habla dela prictica de tomar re- fugio en la sangha: «Tomo refugio en la Sangha». La san- ghaes la comunidad de practicantes en la que los herma- nos y las hermanas en el Dharma practican a diario la plena conciencia al comer, beber, lavar los platos, ocu- parse del jardin y conducir, y no s6lo mientras meditan sentados. De ahi que sea necesario recibir algunas ense- fianzas y formar parte de una sangha, es decir, de una comunidad de practicantes. En la tradicién budista se dice que el practicante que abandona la sangha es como un tigre que ha aban~ donado las montaftas para bajar a las Hanuras. Si lo hace, los humanos lo matardn; y si el meditador no toma refugio en una comunidad, en una sangha, deja- 14 su préctica al cabo de pocos meses. Por eso la sangha es absolutamente necesaria para seguir practicando.

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