Uno de los maestros zen más conocidos y respetados del mundo, poeta, activista por la paz y los derechos humanos, Thich Nhat Hahn (sus estudiantes lo llaman Thay, que significa “maestro”) ha tenido una vida extraordinaria. Nació en el Vietnam central, en 1926, y se convirtió en monje a la edad de 16 años.
Uno de los maestros zen más conocidos y respetados del mundo, poeta, activista por la paz y los derechos humanos, Thich Nhat Hahn (sus estudiantes lo llaman Thay, que significa “maestro”) ha tenido una vida extraordinaria. Nació en el Vietnam central, en 1926, y se convirtió en monje a la edad de 16 años.
Uno de los maestros zen más conocidos y respetados del mundo, poeta, activista por la paz y los derechos humanos, Thich Nhat Hahn (sus estudiantes lo llaman Thay, que significa “maestro”) ha tenido una vida extraordinaria. Nació en el Vietnam central, en 1926, y se convirtió en monje a la edad de 16 años.
T HICH
NHAT
El
verdadero4
ESTAR PRESENTE CUANDO
ALGUIEN SUFRE
ow
BI tercer mantra Yo empleas cuando Ia persona que
nas ext suriendo. AL vivir de manele ‘conscientey $2-
tes to que esté ocurriendo en tt situacidn a cada mo
veento, Por eso adviertes ficilment® que la persona a la
{que amas ests sufriendo ‘Cuando te encuentres en ¢S8
Suackén, acércate a ts pare CO” el cuerpo y ta mente
‘inidos, con concentraciomy Y ile el tercer mantra:
si, sé que ests suftiendo, POT 9 estoy aqui Pot
tin, Porque cuando sufrimos necesitamos jntensamente
sent la presencia de la persona at amamos. Si esta-
aos sufriendo y nuestra parcj® NO® ignora, sufriremos
mas. Asi que lo que podemos hacer ~-enseguida— ¢
vyanifestarle muestra verdadera presencia y decile el
tra con una absotuia akencion «Carifio, Sé que es
incluso antes
tas suftiendo, por €s0 estoy aqui por tir.
de que hagas algo Pat ayudatla, ya se sentiré aliviada.
"Tu presencia es un miagros YW comprension desu do-
Tor vambién lo ey eF65 c8Paz-d6 ofrecerle este aspect
de tu amor en el acto.
1920 El Verdadero Amor
Intenta realmente estar presente, por ti, por la vida,
por los seres queridos. Reconoce la presencia de las
personas que viven contigo ¢ intenta estar presente
cuando alguna de ellas esté sufriendo, porque tu pre-
sencia es muy valiosa, De esta forma practicarés el amor
las veinticuatro horas del dia.10
OCUPATE DE TU SUFRIMIENTO
Cada vez que experimentes una energia que hayas de
transformar, como los celos o el miedo, octipate de
ella, de esa energia negativa, si no quieres que te des-
truya, Si entras en contacto con la semilla de la plena
conciencia que hay en ti, toda esa energia podra insta-
larse en la «sala de estar» de tu hogar, como una madre
abrazando tiernamente tu sufrimiento. Al manifestar
la energia de la plena conciencia ests haciendo la ver
dadera préctica de la meditacién con relacién a tu su-
frimiento, a tus emociones. Y si eres capaz de mantener
esa plena conciencia durante cinco o diez minutos, te
sentiras mejor enseguida.
Cuando una madre oye llorar a su bebé, deja al ins-
tante lo que est haciendo para ir a la habitacién de su
hijo y sostenerlo entre sus brazos. En cuanto levanta al
bebé de la cuna, la energia de la sabiduria empieza yaa
penetrar en el cuerpo del bebé. La madre atin no sabe
qué es lo que le pasa a su hijo, pero cuando el pequeiio
se descubre en los brazos de su madre, ya se siente me-
38
Ocaipate de tu sufrimie 9
jor. Y deja de llorar. Entonces, ella sigue sosteniéndolo,
ofreciéndole la energia de la ternura, y durante ese
tiempo practica el observar profundamente a su hijo.
Una madre es una persona de gran talento. Sélo nece-
sita dos o tres minutos para averiguar Jo que le pasa a
su bebé. Quizé los paiiales le aprietan un poco, tiene
unas décimas de fiebre o necesita tomar el
Cuando comprende lo que le ocurre a su hijo, puede
transformar la situacién de inmediato.
Lo mismo ocurre con la meditacién. Cuando estés
suftiendo, lo primero que debes hacer es abrazar tu su-
frimiento con la energia de la plena conciencia: «Sé que
ests ahi, pequefia ira, mi vieja amiga. Respira, me es-
toy ocupando de tiv.
Puedes practicarlo sentado, mientras meditas an-
dando, 0 mientras ests tumbado, pero para desempe-
frar el papel de una madre, de una hermana mayor, la
plena conciencia ha de estar presente. Si eres capaz de
hacerlo, sentirés el resultado al cabo de tres 0 cuatro
minutos, La préxima vez. que te enojes, medita por
ejemplo andando por un entorno natural. Respira y
concéntrate sélo en la respiracién: «Al inhalar, sé que
estoy inhalando; al exhalar, sé que estoy exhalando». Al
cabo de uno 0 dos minutos, practica lo siguiente: «Al
inhalar, sé que estoy enojado; al exhalar, sé que adn hay
ira en mi». Diez minutos mas tarde, ya te sentirés me~
jor. Es un método infalible, con la condicién de que la
energia de la plena conciencia esté realmente presente
Hecate40 EL Verdadero Amor
en tis silo sigues poniendo en practica, no s6lo surgi-
ra la concentracién, sino que ademas podras observar
las cosas profundamente. Observar profundamente la
verdadera naturaleza de tu ira. Este descubrimiento,
esta comprensién y sabiduria te liberaran del sufri-
miento que experimentas.
Los monjes y las monjas budistas tienen la costum-
bre de practicar este método no s6lo en lo que atafie a
su ira, sino también a su desesperanza y miedo. En
cuanto al miedo, al hacer la meditacién de la plena
conciencia, puedes meditar de la siguiente forma: «Al
inhalar, sé que lo natural en mi es envejecer; al exhalar,
sé que no puedo husir de la vejez. La vejez.nos da mie~
do, y la muerte también, «Lo natural en mi es que mue-
ra; sé que nadie se libra de la muerte.»
El Buda nos Jo enseiid, sabiendo que las semillas del
miedo estan profundamente enterradas dentro de cada
tuno de nosotros. Pero no queremos que ese miedo se
manifieste, porque nos hace sufrir, por eso lo repri
‘mos. Intentamos reprimirlo e invitamos a otras ener-
giasa entrar en nuestra «sala de estar» para que la lenen
y las energias negativas no puedan aparecer en ella.
La mayor parte del tiempo estamos mirando la te-
levisién, leyendo novelas y hablando por teléfono para
evitar que el sufrimiento se presente en nuestra «sala
de estar», Practicamos la politica de la subversi6n, boi-
‘coteamos las semillas negativas que hay en nosotros, y
después de haberlo estado haciendo durante un tiem-
Octipate de tu sufrimiento a
po, creamos un estado de mala circulacién, Es como
cuando la sangre no circula bien por el cuerpo y ese €8-
tado nos produce molestias: como jaquecas, por ejem-
plo. ¥ entonces vamos al masajista o tomamos medi-
camentos, porque una buena circulacién es esencial
para la salud, Lo mismo ocurre con nuestra concien-
ia. Si practicamos unas politicas de represion y con-
tencién, creamos una situacién de mala circulacién
para nuestras formaciones mentales, como el miedo, la
ira la desesperanza y el suftimiento. Y al no haber una
buena circulacién en nuestra mente consciente, apare-
cerin los sintomas de una enfermedad mental: la de-
presion y el estrés.
‘No hemos de adoptar esta politica de boicot. Al
contrario, hemos de abrir las puertas para que el sufti-
miento pueda salir. Nos da miedo hacerlo, pero el bu-
dismo nos ensefia que no hemos de tener miedo, por-
queen nosotros hay una energfa que puede ocuparse de
nuestro sufrimiento: la energia de la plena conciencia,
Si practicamos el cultivar la energia de la plena con-
Giencia cada dia, tendremos la suficiente como para
ocuparnos de nuestro sufrimiento. Y cada vez que éste
‘se manifieste, podremos darle la bienvenida, Estaremos
realmente presentes para ocuparnos de él, y la energia
que necesitamos para llevarloa cabo es, sin duda, la ener
gia de la plena conciencia: «Estoy presente por ti, cari-
fho, estoy presente por tiv. Es uno de los cuatro mantras
que hemos aprendido. Significa que la madre esté pre42 El Verdadero Amor
sente por su bebé, que la energia de la plena conciencia
esti presente para abrazar la energia del sufrimiento.
Hemos de practicar para cultivar cada dia esta ener-
gia. Pero para poder hacerlo facilmente necesitamos a
Tos amigos y a los hermanos y hermanas en el Dharma.
Por eso en el budismo se habla dela prictica de tomar re-
fugio en la sangha: «Tomo refugio en la Sangha». La san-
ghaes la comunidad de practicantes en la que los herma-
nos y las hermanas en el Dharma practican a diario la
plena conciencia al comer, beber, lavar los platos, ocu-
parse del jardin y conducir, y no s6lo mientras meditan
sentados. De ahi que sea necesario recibir algunas ense-
fianzas y formar parte de una sangha, es decir, de una
comunidad de practicantes.
En la tradicién budista se dice que el practicante
que abandona la sangha es como un tigre que ha aban~
donado las montaftas para bajar a las Hanuras. Si lo
hace, los humanos lo matardn; y si el meditador no
toma refugio en una comunidad, en una sangha, deja-
14 su préctica al cabo de pocos meses. Por eso la sangha
es absolutamente necesaria para seguir practicando.