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No hay mejor ventana para el olvido

que esta tmida gota de lluvia


liviana, hoja sin rumor
de mucho tiempo y de dolor.
La pulcritud de su estado risuea
invade memorias callejeras
se abre de par en par
para dejar correr largas cabelleras.
Por las tardes curiosa se esparce
entra el viento sin mirar
abrindose paso hacia el escape,
corrientes dispersas para galopar.
Nunca me hablaron de la ventana del olvido,
su relato fue intil, como siglos
que se pierden en escurrimientos
y reflejan sombras con aroma ftil.
Si en la memoria falta una sombra
que opaque la ventana del olvido,
si el flujo de vida se libera
para ya no servir con mi ser cautivo.
Del pasado corren viejas historias
que no escaparon con fortuna
a la ventana del olvido.
Quisiera despus de abierta
susurrar en mis sucias horas
lo que no se cont del viejo cultivo.
Sigilosa carne que se escapa tiernamente
cuando alguien destapa furtivamente
la esperanza viviente
en mi muy ntima, ventana del olvido.
Beto Rojas.
Junio del 2013

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