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negindose a compartir nada con gent de fuera de s dsciplin, ss ‘quer lo que prepuntan en sus eximenes. Esra eneontrat a un bomespta que entre en la cuestién de las pruebas y ls evidencias, pero qué ocure cuando lo hacen? Yo mis Ino puedo decieselo: se enfadan, amenazan con querellase le gritan tino cn las reunione, presentan qusaeexpurin y con tergiversaciones Fidiculas de lo que uno a dicho ante la Comision de Quejes sobre la Prensa y ane el director dl peridico (lo que consume mucho tiempo ‘en exposiciones yaclaraciones, pero exo sucle ser To que busca quien 'ss{ cosa), envian carts llenas de insultos y amenazas, y lo acusan a tino repesidamente de estat a suelda (no se sabe muy bien e6m0) de las grandes farmacéutieas (una acusacion del todo falsa, aunque uno empieza enone a preguntare por que se molesta en tener prinepios fnte gente que se comporta de exe modo). Inimidan, dfaman —des {Ge el hime hasta el primero dela prfesién—y hacen todo lo posible fen un desesperado intento por cevrarle le boca aun, a fin de evicar ‘cualquier clase de debate sobre las prucbas. Hay constancia de que han legado incluso @ menszar con recurte ala violencia (no entraré fen ese terreno, pero yo me tomo estas cuestiones muy en sero y las ‘estono con igual grado de seredad) 'No digo que no disrute bromesndo-un poco. Lo nico que me i rite a sefilat agul cs qe, en la mayoria de los demi campos, no se ‘ve nada parecido a esto, Los homespatas, de rodas las personas men ‘ionadas en este libro, y con lt sinca exeepcié de alga que otro nu- trcionista, me parecen una especie singularmente irascble. Exper méntenlo por ustedes mismos charlando con ellos sobre pruebas y ‘evidencias,ydgunme lego lo que les ha parecdo. legados a este punto, seguro que les duce la cabeza de tanto leet sole exos plearosyembrollados homedpata y sobre sus peculiares y Taberintcas defensas. Ustedesnecesitan uns apradable desis de cen cia, Por qué estan comple la exidencia probatoria? 2Por qué prec: amos de todos esos ingeniosos tcos y paradigmas de investigac ‘especiales? La rexpuests er sencilla: el mundo es mucho mis complejo, {gue exas historia tan simples acerca de pastas que mejoraa a salud ‘elas personas. Somos humanos, somos irracionales, tenemos debi Tidades ye poder dela mente sobre el cuerpo es mayor de lo que us tedes nines habian imaginal CAPITULO LS El efecto placebo —) Con todo, y pese alos vaiados peligros que encierran las medi as altrnatva, fo que mis me decepcions de elas es el mode en gue dlistorsionan la concepcién que tenemos de nuestros propios cuerpos. Dela misma manera que la tcora del Big Bang es mucho més incre sante que el relaco de la Creacin contenido en el Géness, lo que la Ciencia puede contaznos acerea del mundo natural supeea de lejos en interés & cualquier fabula sobre pastas mégicas preparadas por un terapeut altemativo, Para restablecer ese eqilibio, pes ls olzezc0 4 continuscién un four de vértgo por una de las reas mis extaas€ Jnstructiva dela investigacion médica: ade a relacén entre nuestros ‘verpos y nuestras mente, la del papel cultural de la curscia, y, en parccula, la del lamado efecto placebo>. De forma muy parecida a lo que le ocurtié al curanderismo, los placebos pasaron de moda en cuanto el modelo biomédico empezé 4 product revultados tangibles, Un eitoral de 1890 toeaba a difus tot por el placebo ean motivo del caso de un médico que habia avec: ‘ado agus en vez de morfina a su paciente:ésta se tecupes perfect mente, pero luego descubrié el engaro, exgié que le reermbolsacan el Jmporte de a facta ane un tebusal ¥gans el jucio. El editorial I smentaba la suerte del placebo, ya que los médicos han sabido desde E I | losnicios mismos de la medicina que a acttud trangulizadoay els ber trata al pacinte pueden resultrsumamenteeficaces, «Acts [el placebo} no tendea nunca mis le oportunidad de eerces sus mara: Tasos efectos psicalgicos con fiabilidad parecidaa la de cualquiera de sus alternativas mas t6xicas?r, se preguntaba la revista Medical Press en aque entonces Por fortuna, su uso ha pervivido, A Jo largo de a histo, el efecto placebo estado especialmente bien documentado en el ereno del da Tor. yalgunas dels historias las que a dade hag result impactan tes, Henry Beocher, us anesteistaestadounidense, excibi una vz bre el easo de un soldado que estaba siendo operado de uns heridas espantosas en un hospital de cama durante lt Segunda Guetsa Mun Gal yal queleadminntraron spa salina porque se abi agotadola mor. fina, Para su asombro el pacientes sins bien a partir de ese momen: to! Pate Parker un misionero tambien estadounidense, cont quebabia practicado cirugia sn anestesia a une paciente china a mediados de lo xX. Trasla operaci, ésta se levants dela cama wde un brincom ys Tié por su propio pie dela abitacisn como si nada bubiera pasado. ‘Theodor Kocher pracicé 1.600 tiroidectomias sn anestsi en Ber nen la década de 189, y 50 puedo menos que guitarme el sombrero ante un hombre capar de realizar complicadas operaciones de cuclo pacientes conscientes. Mitchel, a comienzos de siglo XX, pracicaba amputaciones totals y mastetomis sin ningin tipo de ancstésico. Y ‘muchos cirujnos anteriores ala iavencign de a anestesia dejaron te timonio escrito de que algunos pacientes podiantolerar bien la inc. sions con cucllo através del miscul y que vein incluso cm les cortaban el hucso, perfectamentedespieros sin ni sguieraapetat los icats. Quién sabe tal ver sean ustedes mis duros de lo que cree, ‘Agu es interesante ter colacén dos xaumeritose tlevsidos {el aro 2006, El primero fue una operecin «bajo ipnosss, bastante melodramatic, emitida en Channel 4: «Solamente pretendems in lar un debate sobre esta importante cuestién médiea», expicaba la ‘empresa productora, Zigzag, conocida por otros programas como Male High Club y Streak Pay.” En a operacién, una trivial reparscin ‘de hernia, se utlizaron firmacos convencionaes, pero a doris reduc das, y fue tratada como un aténticomilagro médio El segundo fue en Alternative Medicine: The Evtdence, un progr sma bastante tendencioso emitido por la BBC2 y presentado por Kathy Sykes eprofesora de Comprensin Popular dela Ciencias). Esta sere de programas fue objeto de ua demands judicial al mas alto {ue prsperoy que gnacon los demandantes) por ment ala auien Ch Los espentdores reyeronen un principio que haban visto como pera el pecho de un pacente tlizando Gieamenteacupunture om aneseni La raided era qu, como en el eso asterion, lp koe ibid previ vain sicancon oven Iespara quel operacignpudiers eliase* ‘Gaando sitsaoor esto programas de fici6o ene contexo de a realidad —en el que muchas operaciones tenen que tealarse abi {talents yn anestesia, placebos, sn terapetas lerativs, sir Hipotizadores ys productres de terisn-, eto programas Je ficion perden de pronto bens parte de usupuests especacuaidad ‘Pero gras no son mis quehistoretayy el pra de wandedota» no es edatosn. Tov el mundo sabe dl pr dela mente ys se por {jue han odo clo de agulla madre que saponin door inde ie con al de que no sel cayers a eters hiviendo sobre su bebo tlde aguel bombre que consis evamar un coche como si feet Increfle Hulk para liberara se nova, que estaba debsjo—, pero, tisehar un experimento que desgrane los bentconpscologicos cules de un tetumleno y Tos afale de lon efectos merameate bic tmédios es mas complicade de lo ve pudiera parecer Despucs de todo, zeon qué combarsmos un placebo? Con ato placebo? £0 con nga rtaiemoenabsoluto? El placebo a peach En la mayoris de los esdios, no contamos con un grupo asin cs tumienton con el. que compaar tanto el placebo como el medicamen (0 de que extvieran administrando algo que reduers el dolor. siagnésticos plaecbow): alrmacionssinfundadis, no basadas cn ‘As médcs del segundo stbgrap, se es mints seo ue prchat a menudo, fatten, acres de a natraleza de a doen cstaban administrando bien placebo, o bien naloxone, dos sstan- «ia del paiene, en las que se invocan propiedades migicas,enegias {las gue podian ne hacer nada’o podian contribu nacentuar ldo |= supuestas deficiencias vitamins (0 desequiibrioo») de as qe el Jor Ahora bien sin que estos facultatvos lo supieran, lo cierto esque terapeuta en cuestion se decaraconocedor en exclusiva algunos de sus pacientes eecbian realmente fentail, el analgesic Y. por lo vst hasta agu, parece que eta explicacién «placebo» Como ya se imaginarinaestasaltuas cl simple hecho de manipalarlo (nese # estar fundadaen mers fantasis) puede resulta beneicioss sue los doctores orion propésito de aquella inyecciones —y aun para un paciente, aunque (esto no deja de ser interesante) quia no Cuando tuvieranprohibido verbalizar sus ereencias ante sus pacien- fin provocardafio claerfes. Ademis, en ens terreno debemos a ter contbuyos que se apreciaca una diferencia de resultados entre |__—_darnos co sumo cud esa misma actu gure tetmiane poe los dos sobyeupos los pacientes del primero experinentaron unos ni. |——_-de semi para convencer as personas de su condicin de enfermas telcspeericede doko apifcavimente meneres Tdifercnca no | con ll, reforarcreencisy comportamientos destructivs desde e too mada gue ver con los medicaments sees que se administraon | __—pto de vita de Islud, meiealizando innecsariamente sintomas ‘como los dolores musculazes (que, para muchas persona, son fen ‘menos coridianos)y absteculizand que las personas puedan seguir con su vida y mejorar. Come deci, es una idea con I que hay que ir con cided dria seguir mencionando cosas al respecto. De hecho, ba habi do abundantesinvestigacionesrobre el valor de una buena elacin te putea, y el resultado general de as mismases que aquellos médicos que adoptan une atid y unas formas eda, amistosasy trang zaddoras Son mis eficaces que quienes mantienen las consults en el vel mis puramente formal y no confortan ni eanguilizan En el mun do rea, se producen cambios culturalesestructurales que cticultan ‘ada ver mis que un doctor 6 una doctors pueda sacarle el msximo Jbenefcio terapéutico posible alas consultas médias con sus pacer tes, Para empezat, exist a presi del tiempo: un médica de eabece ano puede hacer gran cost en una vista de srs minutos, Pero por encima incluso de estas restrieciones de earicter 0, hay también cambios estructuraes en los supuesto éicos desde los que se trabsje en la prfesion médica, paral que, cada ver mis, 10 de cranguilizer oconfortar al pacient ex na extravagancia anal vista, Un médico moderno se devanari los sess tratando de dar con le for. mula verbal correcta que le peemita administar un placebo, por cem plo, debido ala dficultad con le que se enfenta ale hors de resalver el dlema entre dos prncipos ccos muy diferentes el de nuestro de bbe de curara nuestios pacientes tan efcazmente como podamos, ye dle nuestra abligacin de no menile, En muchos casos, ha llegado a formalizar la protibicin de tranguilizaty suavzar datos © hechos preocupantes més ali de lo que podria considerarse sonable. Como 1 méelcoyfildsofo Raymond Talis excribis no ace mucho: «El im puso de mantener los pacientes plenamenteinformuados ha dese Bocado en un aumento exponencal del numero y el rigor de los re ‘quistos formales de consensimiento por paste de aquellos, gue slo, sirven para confundirios yasustarios ms, el tiempo que retasan st accero'a la atencién médica que precisane 'No pretendo sugeri en ningin momento que, histricament,éa hnaa sido una equivocacin, Las encuestas muestra que los pacientes ‘quieren que sus médicos les digan la verdad sobre los diggnosticosy Jos tratamiento aunque siempzehay que tomar este tipo de datos co ciertacautla, pues las encuestas también nos dicen que ls meédicos son las figuras pblicas que més canfanzsinspiran, mientews que los Periodistas son las que menes, pero &a no parece se la lecin ue se Fr «extrac dl caso que hicieron los ciudadanos al bul sobre la vacua ti ple visiea que propagaron los medios de comuniacisn. Lo chocante, quads, es cémo se asumis todo es (la primacia de Inautonomia y del consentimientainformado del paciente por encima dela elicaca) sin una dscusi y una argumentacion prvie dentco de | propia profesin médica. Aunque las palabras tanguilizedoras del tipio doctor victoriano, qe edeslumbraba» a sus pacientes con pale bras cientifica, son ya cosa del pasado en medicine éxito del mov lento de las terapias altematvas(cuyos profesionalescngaan, con fanden y adeslumbran» asus pacientes con graves explicaciones de pretendida cientfcidad, como el mis condescendiente de los docto es vietorianos imaginable) da a entender que tal vez exists in un reread para esa clase de enfoque. Hace cosa de cea aos, Quesaid, un indio canadiens pariculae: mente reflexvo, se dedieé a dar detalada fe dacumental de estos die tas éticos* Quesalid ers un esepticn: dl crea que el camanismo era una bobada que slo funcionaba por una euestin de fe, asf que de- ‘id investigar esta idea en secreto. Dio con un chaman dispucsto a Tevarle eon él yaprendis todos los tcos del ofc, nchida aguella parte de a aetuacién en la que ol curandero, tas haber oculado ut smechdn de pelo en un rine de la boca y tas chuparyeespiear agit. dlamente, en el momento culinante de su ritual de curaci, lo sace de laboca,cubierto de sangre (sada de a cisimlada mordedara qe cha hecho él mismo en al labo), lo present slemnemente alos al eunidos como un espécimien patoldgico extra del cuerpo dl po bre paciente (Queslid tena prucbas del furs, se sabia el truco poraue h trabajado desde dentro y estaba decid a destapa a quienes Io prac ticaban. Pero, como parte de sv formacin, tambign tuvo ue realizar algunos tabsjos més propiamenteclinicos. Un di, na fala que schabiasoiado que l seria su salvador» lo liam para que acudiers visita aun paciente con problemas. £ hizo el truco del mech y, consternado, humillad y asombrado, tavo que constatar que Pi cliente mejor tras aquella, 'A pati de entonces, y aunque sigui conservando un san escep ticsmo respecto a la mayora de sus colegas, Quesald (quia, para x0 propia sorpresa)desaroll una larga y prodictiva carera como ci rundero y chamén. El anteoplogo Claude Lev Straus, sein escribis en su ensayo aE! hechiceroy st magia», no sabia muy bien cS to mirselo: «Pero es evidente que al realza su ofiio a conciencia, se FRnorgallece de sus logeos y defiende acaloradamente la téenica del iE ‘cnsangrentado frente «todas las escuela rvales, Parece haber perdido de vista por completo el earacter falar de a téenien uc tanto habia despreciado al principio. ‘Obviamente, pee que no sean siquira necesatio engafar al ‘lente para maximizar el efecto del placebo. Un estudio cision de 1965 —aunque demasiado reducidoy sin grupo de coatrol— nos da tuna pequefia pista de por donde podrian i ls tiros.” En aque expe- rimento administraton una pasta rosa de auicar tres veces al dia a pacientes «neuréicos, qe reaccionaron bien al tratamiento y alos (que, per ora parte, se les explies con meridianaearidad qué les ext be sucediendo Se preps xt ui reve de explccn «SX [gue nae snanapursigcnt viay ox gna hace alg ar livia un poco ‘unter Se han aad mucios pos diene de raglan y pastas par denis como sy, y muchos de lor bn sei de {yada Be chs ptons con te tp de fei nbs han So deyude ins ge er lamanoe spats de aienrsyooetoe tenor imprein de qc un dees pn tanblen poi tetmed. Seo uc cua pata de saat? Eun empinioin tredicamcto igo, Cove que cr pers syn ved cme yee tpudadesctstncha pesnan. Ex pus proba ‘Al pacts le proporionba stones na pon de placebo carn de cpa fers contideren om pequeto ence con wot. Ghent igus tombe dl spl Joh Hope. Sle Tis nnrachne ar que sas ws ainarion bau eps tr cl te veer di colnciiend com ls oni. Los pacientes mejoraron ostensiblemente, Podria extenderme ain _ns, pero esto les sonata una vijacancién: ya sabemos que el dolor tiene un component prcolgico muy marcado, des, ye sy es un modelo bastante convincent. Ha realizado, ade mis, uno de os mis impresionaatesanlsscunntitativs dl efecto aceboy de cm cambia spin el conterto, recuriend nuevamen. tes pacientes con ilera de etémago." Coma ya dijon anterior rnente éxts ex una dolencia excelente par esta clase de estudio, ya {ue es habitual y ratable, per, sobee todo, porque elit dl tata ‘niento puede canstatarse de forma inequivocs examinando porte florment a vona con gstroscopi, “Mocrmn examin 117 extudios de mecicamentos conte I lees reainados ent 1973 199, ydescubris pata ran arombro de todos re interactoan de un modo que jams habriamosesperado: en ele ‘Teno clara, més que famacodindmicamente La cinstidins fe uno

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