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Ia reacci6n contra la historia. Donoso Cortés y Carl Schmitt Panto Jez ‘Podtria hallarse una identidad sustancial y terminolbgica entre el pensamiento de louis Blane y Karl Korsch, dos teéricos de la insurreccién separados por un siglo? En- contrariamos tal vez uta coincidencia -sin duda muy supericial~ de deseos; muy pro- bablemente ninguna en lo que respecta a su andlisis de lo real. Pues bien, lo que a con- tinuaci6n se expone es un anilisis somero y aproximativo de la obra de dos célebres tebricos de la reaccin, también separados por un siglo, cuyas tess sin embargo res tan sustancialmente idéntcas a pesar del periodio que les distancia y ~dado que ambos son jurstas- unos cien aos de desarollo del derecho positivo liberal. En ambos se ob serva una tenaz resistencia a admitr las transformaciones polticas consecuencia de los cambios sociales producidos en las convulsas décadas en que vivieron y que vieton for- marse su ideario. Ante lo exiguo del espacié' de que dispongo y la amplitud de la obra de ambos autores, apelo ala indulgencia del lector por el inevitable carter de tentati- va de mis indicaciones y sugerencias, que no pueden ser sino es0, una aproximacién a tun asunto que trataré de abordar en afi sucesivos con més profundidad y amplitud. JAN DONOSO CORTES, UN PASO ADELANTE, DOS PASOS ATRAS EL primer texto politico importante que encontramos de este hijo de terratenientes nacido en Don Benito, Badajoz, lo publica a la temprana edad de veintittés ais (esta fechado en 1832), Memoria de la monarquia. En las mismas fechas redacta unas Expo- siciones al Rey. Ya en época tan temprana hallamos una valoracion del crstanismo que seri clave en toda su trayectoria. Para el futuro marqués de Valdegamas la fe cristiana dota de un eje, una base unitaria a la sociedad, Las sociedades necesitan un principio indiscutible anterior a la raz6n'sostén de su estabilidad La duda es siempre el ger- men de las revoluciones. Esta hostilidad hacia la confusi6n, del tipo que sea, social o in- telectual, es una de las claves para entender su peculiar adopcién de la dialéctca hist rica, mis o menos hegeliana, que recibe del conocimiento de Guizot; asi, mientras la interpretacién que éste hace del convulso mundo que le ha tocado vivir es claramente 1 Obs completa de uan Domeso Cos, marquis de Valdes, Madi, La Fal Catbea CBAC, 170, Lp. 2 Gensecentemene con elo alee aera dea nstaurckn el am en Gracy Roms, llo viene dase orl ees mano de a prenidenca, mesa de ua aalan texrtcainal ajen linmanents acon fs. 402 Pablo Jiménez favorable, pues toma tales tansformaciones por indicio de la ~grandeza y dinamismo de 1a civilizacion europea»? en el mismo fen6meno Donoso ve las estertores de un mundo tocado de muerte. A la poste seri esta conviccién de la existencia y la necesidad de un «ee rector para cada época lo que lo incapacitara. para asumir polticas de comptomiso. En las Fecciones de Derecho Politico (1836-1837) la mayor inluencia que se percibe «todavia la del liberalismo doctrinario francés, si bien adaptado a la peninsula Su re- chazo tanto del carlsmo como del radicalismo popular persiguen apuntalar el regimen ‘sabelino, No obstante, varios rasgos prefiguran ya el Discurso sobre la Dictadur: te chazo del principio de representacién y admision del recurso ala dictadura rent a si- tuaciones excepcionales en que la libertad amenazara con incadirla sociedad y des- truirae* no admite tampoco la identificacion de pueblo y soctedack -Pucblo es lx universalidad de las hombres, considerados como sere fisicos y extensos en tanto que la sociedad, entramado de retaciones, es un ser moral, resultado de la artronia de las in- teligencias y solo puede ser ua, idéntica, indivisible y perpetwa, a igucl que el poder social, que es su acciém. No puede haber representacion popular ya que ~segin lo an- tedicho- el tinico representante posible de la sociedad es el monarca, cuyo

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