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FERMENTUM. Revista Venezolana de Sociologia y Antropologia. ULA. Mérida. Venezuela. ANO 5 - N¢ 13. ISSN 0798-3069, Mayo-Agosto, 1995. 07-33 va Resumen: Valiéndose de su triple condicién de madre beneficiaria, trabajadora de campo y analista, la autora describe las incoherencias del programa, al mostrar jas contradicciones en que caen los diversos actores (pianifica- dores, asesores, técnicos, madres sustitutas y natura- las), quienes en teorla deben decir una cosa y en la préctica hacer otra. Basdndose en of andiisis del discurso y en estudios de caso, logra ilustrar las dificultades y limitaciones que deben enfrentar y superar los programas sociales en Venezuela. Términos claves: programas sociales, politica social, participacién social, Venezuela, Los Hogares de Cuidado Diario o cémo participan los actores en un programa social Amneris T. Guerrero Molina (*) Abstract: The author describes the incoherences of these programs, using her own experiences -as a beneficia- ty mother, an annalist, and 8 field worker-, showing the contradictions that characte- rize the diverse actors (organizers, advisers, technicians, substitute and natural mothers), who theoretically have to say one thing, but have to practice another one, The author presents the difficulties that challenge the Venezuelan Social Programs, using discourse analysis and previous studies. Key words: social programs, social Participation, social politics, Venezuela. (*)Socidloga, egresada de la UCAB, 1995. Teléfono (58-74) 52.90.77 Mérida. Venezuela. EE INTRODUCCION Son numerosas las organizacio- nes en Venezuela que se ocupan de atender nifios en edad preescolar. Sin embargo, pocas de ellas desarro- llan programas no convencionales, caracterizados por contemplar entre sus planteamientos filoséficos y doctrinarios, la participacién de la madre, de la familia y de la comuni- dad organizada en dicha atencién. Algunos programas institucio- nales de este tipo son: el Programa Hogares de Cuidado Diario de la Fundacién del Nifio, el Programa Centro del Nifio y la Familia del Ministerio de Educacién, los Jardi- nes Maternales y Preescolares de algunas fundaciones privadas, los Centros Comunitarios de Aprendi- zaje (CECODAP), el Centro Educa- tivo privado Rondalera, el Programa de Promotores comunitarios de Aten- ci6na la Infancia dela Federaci6n de Instituciones de Atencién al Nifio (FIPAN). La Fundacién del Nifio es una institucién privada, sin fines de lu- cro, que atiende menores de 0 a 14 afios, a través de diversos programas educativos, recreativos, y asisten- ciales como: los centros preescola- Tes y centros maternales, los hogares de cuidado diario, las casas de los nifios, los centros educativos hospi- talarios y los centros vacacionales. La Fundaci6én del Nifio (FN) fue laprimera organizaci6n que oficiali- 26 el cuido de nifios en Venezuela y Ja que se ha ocupado de atender el mayor numero de nifios necesitados de este servicio. Aunque la idea en que se basa el programa es muy 8 © FERMENTUM antigua y su practica muy comin entre las madres que viven en los barrios populars, a partir de 1974 la Fundacion del Nifio decidié conver- tirla en_-un programa no convencio- nal de atencién integral a la pobla- cién infantil menor de 6 afios de edad, La instituci6n funciona a nivel nacional y esta presidida por la Pri- mera Dama dela Repiblica. Encada Estado existe una seccional de la institucién, presidida cada una de ellas por las Primeras Damas Regio- nales, las cuales se rigen por lineamientos 0 directrices estableci- dos a nivel central. Es importante sefialar que esta peculiar vincula- ci6n de la Fundaci6n del Nifio con las Primeras Damas de la Republica y de los Estados, ha marcado al pro- grama de un sello oficialista. El programa adquirié gran rele- vancia a partir de 1989, cuando se convirtié en un componente crucial de la polftica social que el Estado Venezolano adelantarfa durante el perfodo 1989-1994. A tal efecto, el gobierno creé la “Comisién Presi- dencial para el Enfrentamiento de la Pobreza” (COPEP) dentro del mar- co del VIII Plan de la Naci6n, cuyo Objetivo era combatir la situaci6n de pobreza critica/extrema en que se encontraba mds de la mitad de la poblacién venezolana y atenuar los efectos causados por la aplicacién del paquete de medidas econdémicas con la cual se inicié la gestién del presidente Carlos Andrés Pérez. Para cumplir con ese mandato, la COPEP puso en funcionamiento di- versos programas sociales compen- satorios, y reforzados, entre ellos, el Ss los manuales recomiendan para que un programa social sea exitoso: a) que surja de las propias necesidades de la comunidad; b) que represente una soluci6n a un problema sentido; c) que comience en pequefia escala; y d) ahf en las comunidades donde comprobadamente existe un proble- ma. Desde que se inici6, como un ensayo experimental, y hasta el pre- sente, el PHCD ha mantenido bdsi- camente el mismo objetivo general. La variante més significativa que ha experimentado corresponde a la se- gunda etapa del mismo (durante la masificacién) cuando se proclamé expresamente que este programa se convertirfa en un componente estra- tégico del desarrollo social. Segtinel documento fundacional, su funcién es: “dar atenci6n a los nifios de esca- sos recursos, mejorar las condicio- nes de vidade sus familias e incorpo- rar ala comunidad a su propio desa- rrollo”. Otra diferencia del programa, derivada de la masificaci6n, se refie- re a que dejé de ser un programa focalizado y pas6 a ser un programa de cobertura generalizada: antes de 1989 la poblacién beneficiaria se limitaba a los hijos de las madres trabajadoras, mientras que a partir de 1989 se amplia a todos los nifios en situacién de pobreza critica, sin importar si las madres trabajan o no. Se supone que el PHCD debe atender a los nifios cuyos familiares no los pueden atender, bien sea por encontrarse trabajando o estar en busqueda de trabajo; a nifios desnu- tridos y descuidados por sus familia- res, quienes no est4nen capacidad de 10 © FERMENTUM darles una mejor atencién debido a la situacidn de pobreza en que viven y alos nifios desatendidos por fami- liares irresponsables. El cuido de los nifios lo realizan mujeres de la propia comunidad, a las que se les denomina madres cuidadoras (MC), sean madres 6 no, y quienes prestan su servicio en ca- lidad de colaboradoras 0 volunta- rias, si es que aprueban los requisi tos exigidos por la institucién: in- forme socio-econémico favorable, evaluaci6n médica y psicolégica satisfactorias y asistencia a un taller inicial de capacitaci6n. Ademés de cumplir con los re- quisitos anteriores, la MC debe aproximarse aun perfil ideal y cum- plir con una serie de condiciones personales: debe poseer conocimien- tos sobre normas de higiene y de orden en el hogar, tener habilidad para inculcar hébitos y disciplina, capacidad para organizar y distri- buir el tiempo de acuerdo a sus fun- ciones, saber seguir instrucciones, oir sugerencias y observaciones, ca- pacidad de establecer buena comu- nicaci6n con nifios y adultos, atribu- tos para mantener el control en si- tuaciones diffciles, ser afectuosa, pa- ciente y tolerante. La captaci6n y reclutamiento de las MC se lleva a cabo luego de una campafia de motivacién y seleccién de las candidatas, la cual estd bajola responsabilidad conjunta del equi- po de campo o promotor a nivel Operativo, y del supervisor o las unidades de apoyo programatico a nivel central. La atencién integral y cuido de Jos nifios, se realiza a través de cua- HOGARES DE CUIDADO DIARIO tro modalidades de HCD: (1), hogar de cuidado diario exonerado; (2), ho- gar de cuidado diario tradicional; (3), multihogar exonerado y (4), multiho- gar tradicional. Funciona igual que el multihogar tradicional, con la diferencia de que elpagoloasume el Esta- do, a través de un bono multihogares se crearon para atender a la pobla- cidn infantil en situacién de extrema pobreza. de exoneracién. Estos local o a un particular, que es cedido 0 alquila- do. En el multihogar, tres fin, perteneciente a la MC atienden un maximo de 30 nifios, 10 nifios por cada una. Las MB o re- presentantes realizan el aporte monetario. acondicionado para este Funciona en un local i i i 3 a 5 3 i ferencia de que el aporte, sentante lo asume entera- mente oi Estado. Funcionaigual que el HCD tia hacer a la MB o repre- familia de la MC. Esta | tradicional,con la sola di- cuida entre un minimo 3 y un maximo de 8 nifios. Por su parte,la MB o re- aporte monetario que puede oscilar entre Bs. 300 y Bs. 1.000 mensua- Presentante realiza un les por nifto. (En 1995 ef $ es igual a Bs. 170) Funciona en la casa de santo en los HCD como en los multihogares se debe cumplir con una rutina diaria de actividades. Estas actividades tienen que ver con la capacidad de la MC de orga- nizarse y distribuir su tiempo: Ile- gada de los nifios (6:00 a 7:30 am.), desayuno (7:30 a 8:00 am), activi- dades recreativas-educativas diri- gidas (8:00 a 10:30 am), activida- des recreativas libres (10:30. 11:30 am), aseo personal y/o bafio (11:30 am a 12:00 m), almuerzo (12:00 m a 1:00 pm), siesta (1:00 a 3:00 pm), juegos y merienda (3:00a5:00pm), salida de los nifios (5:00 a 6:00 pm). Es de advertir que esta rutina varfa de acuerdo con las costum- bres de cada regién y de factores tales como el clima, los horarios urbanos y rurales, asuntos de polf- tica local, etc. Comocontraprestaci6n asus ser- vicios, la MC recibe de la institu- ci6n aportes mensuales por concep- tode alimentacién, cuido, bono para la leche y/o bono de exoneraci6n. Estos aportes le son depositados en unacuenta de ahorro abierta por ella especialmente para ese fin. Por otra parte, los hogares reciben una dota- cién de material necesarios para Ile- var a cabo las actividades previstas en la rutina: equipos y artefactos, tales como juego de pantry para nifios, colchonetas, corrales, venti- ladores, utensilios de cocina, mate- rial de primeros auxilios, material educativo (tacos, cartillas, creyones, etc.). Enel caso delos multihogares se les dota adem4s con estantes, nevera y cocina. FERMENTUM © 11 Para el ingreso de los nifios al HCD es indispensable que se cum- plan con los siguientes requisitos: -hacer la solicitud en la oficina de hogares correspondiente -fotocopia dela cédula de identi- dad de la MB o representante -original y copia de la partida de nacimiento del nifio -constancia de trabajo de la ma- dre o representante -constancia de nifio sano, expe- dida por un establecimiento de salud -certificado de vacunas (triple, polio, BCG, sarampién, etc) -exdmenes de laboratorio (he- matologfa, heces, orina) -presencia del nifio al momento de la insripcién. Ademés la MB o el representan- te del nifio debfa colaborar mensual- mente con un pago convenido, con los Utiles de aseo personal, con ropa limpia para su muda diaria, una ra- ci6n de fruta semanal, la renovacién anual de los ex4menes de laborato- Tio del nifio, la constancia de nifio sano, asistencia a las reuniones, y cumplimiento del horario de llegada y Salida del nifio, Por su parte, el promotor debfa elaborar una historia social del gru- po familiar del nifio a partir de los datos que pudiera recabar directa- mente, 0 a través de entrevistas a la madre representante. Endichahis- toria, el promotor debfa dejar cons- tancia de la condicién socioeconé- mica del nifio y de su familia y evaluar la situacién laboral de la madre trabajadora. Adicionalmen- te, debfa sensibilizarla en cuanto a Ja necesidad de su compromiso per- sonal y material para apoyar a la 12 © FERMENTUM ARTICULOS MC y al personal de campo del programa. Para analizar la evolucién del PHCD, éste ha sido dividido en tres etapas: Ira. de 1974 a 1978; 2da.) de 1979 a 1988 y; 3ra.) de 1989 a 1994, Estos requisitos fueron de obligato- tio cumplimiento durante las dos primeras etapas, luego, con la masi- ficaci6n, se flexibilizaron las exi- gencias. En las dos primeras etapas, Ja promoci6n no se diferenciaba del funcionamieno regular del progra- ma, ella era permanente y sistem4ti- ca, y serealizaba aun'si la apertura de alguin hogar ocurrfa en comunidades donde no funcionaba el programa 0 donde ya habfa sido implementado. En las comunidades donde no habfa sido establecido el programa, la solicitud de ingreso al PHCD se hacfa directamente a la sede central © a las oficinas del programa en comunidades 0 barrios cercanos, desde donde la enviaban a la oficina central, Esta solicitud era hecha por algtin miembro 0 grupo de la comu- nidad, organizados 0 no en asocia- ciones de vecinos, respaldados 0 no por un censo de posibles madres cuidadoras y posibles beneficiarios, madres biolégicas y nifios. En las comunidades donde ya funcionaba el PHCD, se realiza un trabajo de promoci6n més limitado, pero cons- tante y sin presiones, con las mismas madres de familia, amas de casa y/o madres trabajadoras, empleadas u obreras. Al recibir la solicitud, se confor- maba un equipo de trabajo que se trasladaba ala comunidad a verificar la informaci6n suministrada o a rea- lizar el censo. Una vez confirmadala HoGares DE CUIDADO DIARIO informacién se procedfa a realizar visitas casa por casa de las posibles madres cuidadoras, para dar a cono- cer y explicar el programa, objeti- vos, lineamientos, requisitos, etc, Luego de esto y con el consenti- miento total de la interesada y su grupo familiar, se procedfa a reali- zar el informe socio-econémico. Una vez aceptada la posible madre cuidadora, se le solicitaba el certifi- cado de salud vigente, para luego ser remitida, a una entrevista psico- l6gica, la cual representaba el ulti- mo paso en el que se la consideraba apta o no para desempefiarse como MC. Antes de iniciar sus labores en el HCD, la MC debfa asistir a un taller de capacitacién donde se le instrufa debidamente acerca de su desenvolvimiento en el hogar en aspectos de salud, nutricién, higie- ne, etc. Enlatercera etapa, el proceso de promoci6n, se agiliz6 notablemente a través de la creacién de equipos conformados por técnicos en traba- jo social, quienes se hacfan cargo de laapertura de HCD en comunidades previamente seleccionadas confor- me al mapa de la pobreza. En ese entonces el equipo se trasladaba ala comunidad, contactaba algunos de sus miembros, sobre todo los que fungfan de lfderes, solicitaba su apo- yo y organizaba reuniones y charlas para dar a conocer el programa y sus beneficios. En esas reuniones sur- gfan personas interesadas y se pro- cedfa a hacer una lista que luego se usarfa para realizar las visitas casa por casa. Si en el momento de la visita el promotor consideraba, de acuerdo con los lineamientos pre- viamente establecidos, que la vi- vienda, el grupo familiar y la posi- blemadrecuidadora reunfan las con- diciones mfnimas necesarias, pro- cedfa de inmediato a realizar el in- forme socio-econémico y convoca- ba a la candidata interesada para realizaci6n del examen médico y la entrevista psicolégica en una fecha determinada. Si la posible MC re- sultaba aprobada en las evaluacio- nes pertinentes, el promotor proce- dfa a realizar las gestiones necesa- rias para abrir el HCD, asegurar el pago de aportes y la entrega del material de dotaci6n. Eneste caso, a la MC se la instrufa para que abriera una cuenta de ahorro en el banco ms cercano y enseguida el promo- tor social, con el respectivo nimero de cédula de identidad y nimero de cuenta bancaria, gestionaba su in- clusién definitiva en el programa. Le correspondfa a este equipo de promocién actuar como multipli- cador y entrenar al personal del programa a nivel nacional para que luego éste pudiese realizar sus acti- vidades permanentes y a su vez en- trenar al personal restante que se ocuparfa dela promoci6n y apertura de nuevos HCD, ademés del mante- nimiento de los ya existentes. Debemos advertir que en todas las etapas del programa se establece que las comunidades necesitadas e interesadas en la instrumentaci6n del PHCD deberfan participar en la instalacin, gesti6n, apoyo y desa- rrollo correspondientes. Asf, por ejemplo, debfan colaborar en la rea- lizaci6n del estudio de factibilidad del programa y luego ensu manteni- miento y buen funcionamiento. Sin FERMENIUM @ = 13 arr embargo, como veremos més ade- lante, esto fue obviado totalmente. En todas las etapas del progra- ma, las actividades de supervisién se justificaron por su funci6n asegu- radora del cuidado y atencidn inte- gral de los nifios beneficiarios, y por ende, de la elevaci6n de su cali- dad de vida. Por cierto que, a este Tespecto, llama la atencién que, en el orden, se mejoraba primero las condiciones de vida de las MC y de su entorno familiar, y luego las dela MB, de su nifio, su familia y su comunidad. Por supuesto, aqui ha- brfa que preguntarse zpor qué no se trabaj6 directamente con el grupo familiar del nifio?, Ante lo cual no se puede dar una respuesta clara, excepto que se traté de una decision de alta polftica que fue avalada téc- nicamente por los expertos. Las pautas para supervisi6n se basan en el perfil personal y ocupa- cional que debe poseer la MC (refe- rido anteriormente) y de acuerdo con las condiciones, previstas en la normativa, que deben prevalecer en el HCD: -Organizacién e higiene en la vivienda -Prevencién de situaciones de Tiesgo -Rutina diaria -Elaboracién de ment balancea- do -Registro adecuado de contro- les: asistencia de nifios, colabora- ci6n de los representantes (racién de fruta semanal, utiles de aseo perso- nal y ropa limpia para los nifios, pago mensual, etc.) El estado de las condiciones que presentan los HCD permite inferir 14 © FERMENTUM las caracterfsticas personales de la madre cuidadora, lo que facilita el proceso de supervisién que parte del supuesto de que si en un hogar no se cumple con las normas, esto puede ser indicio de inhabilidad de la MC para satisfacer otros requisitos del programa, especialmente en cuanto alo que se relaciona con la atencién integral de los nifios. Se espera que la totalidad de los HCD reitinan las condiciones mfni- mas necesarias y acatenlanormativa que garantiza la calidad de la aten- ci6n que se da 4 los nifios, de lo contrario se aplican correctivos que pueden llegar hasta el cierre definiti- vo del hogar. La supervisién, vista como apo- yo y orientacién a la MC, debe ser permanente, pero ocurre que en oca- siones este aspecto es descuidado, y es cuando surgen situaciones pro- blematicas que interfieren en la ca- lidad de la atencién que se espera dar al nifio. La calidad de la atencién que se daen los HCD se clasifica en cuatro niveles de funcionamiento, de acuer- do con el cumplimiento de los cinco aspectos evaluados que conforman la normativa. Dependiendo de ello se determinan las acciones a tomar en cada caso: -HCD con buen funcionamien- to, en todos los aspectos evaluados, no amerita orientaciones fuera de lo normalmente establecido; -HCD con funcionamiento regu- lar, amerita recordar orientaciones en uno 0 dos aspectos de las norma- tivas para solventar las fallas sin mayor esfuerzo; HOGARES DE CUIDADO DIARIO -HCD con thal funcionamiento, amerita orientaciones constantes y precisas acerca de mAs de dos aspecos dela normativa, se establece un perfo- do de seguimiento, dentro del cual se esperan resultados precisos, dada la gravedad de las fallas presentadas; -HCD con pésimo funcionamien- to, presenta fallas imposibles de sub- sanar en un tiempo prudencial, por lo que se procede a su cierre inmediato. La supervisién directa al HCD es responsabilidad del promotor. A tra- vés de éste se puede saber si las MC est4n cumpliendo o no con la norma- tiva. Se prevé que el promotor apoye y oriente a la MAC en su labor. Esta actividad la realiza el promotor por medio del uso del cuaderno de obser- vaciones que debe estar encada hogar, y gracias al cual se puede apreciar las condiciones de funcionamiento delos HCD, la frecuencia de las supervisio- nes y el contenido de las observacio- nes y orientaciones. LOS PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN EN EL PHCD Sefialamosla existencia de discre- pancia entre el discurso y la prctica de la participacién en Jos programas sociales y nos preguntamos acerca de los modoscémo dicha falta de concor- dancia se manifiesta en los programas sociales, y particularmente en el PHCD, para lo cual presentamos una serie de argumenos y situaciones que pueden ser titiles también para indicar los factores que, segtin nuestra apre- ciacién, serfan responsables de la in- congruencia entre lo que suele apare- cer registrado en los repertorios docu- mentales de las organizaciones y lo que sucede de verdad en la realidad cotidiana de los programas institucio- nales, Entrelas multiples situaciones que se podrfan destacar, relativas a los problemas confrontados por el PHCD en el perfodo referido, no se pueden dejar de mencionar los siguientes: - existencia de un alto porcentaje de HCD inactivos - persistente incumplimiento dela normativa de funcionamiento en un significativo mimero de HCD - sensible incremento de inasis- tencias de nifios alos HCD, principal- mente en zonas suburbanas y rurales - disminucién de las actividades de supervisién alos HCD -disminucién del apoyo y orienta- ci6n que deberfan brindar los promo- tores a las madres cuidadoras y ma- dres biolégicas 0 representantes - descontento y quejas contfnuas de las madres cuidadoras en relaci6n con el bajo aporte que reciben por concepto de alimentacién y cuido, y por el retardo en la cancelacién del mismo. - falta de colaboracién de las ma- dres biolégicas o representantes - sostenido incremento de la canti- dad de cierres de HCD (pese a las expectativas generadas de crecimien- to y consolidacién). Por supuesto, ante tal estado de hechos 0 situaciones, nos pregunta- mos: ,c6mo es posible que un progra- ma modelo entre 1974 y 1989, de pronto, a dos afios de la masificacién presente tal cuadro de problemas? Lo més grave o preocupante de las dificultades sefialadas es que ellas no se pueden atribuir a un 4mbito determinado del programa, pues con- FERMENTUM @ 615 a ciernen a todos los niveles o instan- cias, desde el nivel gerencial mas alto, hasta el nivel operativo o de ejecuci6n. Involucran a: - las MC, por ser las que deciden, en ultima instancia, si aceptan 0 no realizar las actividades que se le pro- ponen - las MB orepresentantes, por ser las que deciden enviar 0 no a sus hijos o representados al HCD, y si estén dispuestas 0 no acolaborar con la MC - los promotores, por ser quienes deben apoyar y orientar alas MC y a Jas MB o representantes en laresolu- ci6n de los problemas que se les presentan con los nifios - los supervisores y coordinado- res, por cuanto son quienes deben estar al tanto de los problemas que surgenenel funcionamiento del pro- grama y orientar a los promotores en la btisqueda de soluciones - los directores y planificadores, pues son los estrategas que deben definir con claridad las directrices para la conducci6n y funcionamien- to del programa La responsabilidad por el fun- cionamiento del PHCD recae en to- dos estos niveles, y suponemos que todos ellos lo saben, ya que conocen o deberfan conocer el objetivo gene- tal del programa, el cual no es otro que dar atencién integral a los nifios de escasos recursos y colaborar con la comunidad en la solucién de sus problemas. Valga la acotacién de que no estamos hablando de cual- quier programa, sino de un progra- ma que supone alta sensibilidad so- cial y compromiso. Entonces nos preguntamos: 16 © FERMENTUM - {por qué raz6n se presentan las situaciones antes referidas? - {por qué las MC y las MB o representantes no colaboran suficien- temente con el programa? -por qué los beneficiarios ac- tian como simples receptores y no como gestores de sus propios asun- tos? - por qué hay promotores que no cumplen con su papel de orienta- dores y coauspiciadores de solucio- nes? - gqué responsabilidad le corres- ponde en ello a la alta gerencia del programa y a sus asesores? UNA COSA ES LO QUE SE DICE Y OTRA COSA ES LO QUE SE HACE Lahipétesis general que precede y sostiene este trabajo esta fundada en el supuesto de que la mayor parte de las dificultades, desviaciones, in- coherencias 0 negligencias que se presentan enel PHCD sedebena una profunda incongruencia entre el dis- curso y la prdctica de la participa- cién, entendiendo por incongruen- cia el desfasamiento o falta de sin- cronfa entre lo que se dice y lo que se hace. A partir de esta suposici6n, deri- vamos las siguientes hipdtesis espe- cfficas: -la incongruencia (entendida como desfasamiento, falta de sin- cronfa, de consonancia 0 de perti- nencia entre lo que se dice y lo que se hace) revela contrastes entre el dis- curso o la prédica institucional (ob- jetivos explfcitos) y la accién programatica, no s6lo en un sentido, Hocares DE CUIDADO DIARIO. de arriba hacia abajo, sino también de abajo hacia arriba. -la existencia de un estado gene- ralizado de confusién normativa y de incertidumbre para la toma de decisiones y el mantenimiento de acciones més alla de circunstancias coyunturales. -la falta de compromiso (preocu- paci6n por los fines) por parte de los planificadores y gerentes, como de Jos coordinadores, supervisores, pro- motores, las MC y MB 0 represen- tantes -la prevalencia, en todos los ni- veles del PHCD, de una concepcién participativa basada en criterios au- toritaristas, paternalistas y asisten- cialistas -el desconocimiento generaliza- do de otras formas de participacién basadas en criterios interactivos u horizontales, generadores de solida- tidad y de cooperaci6n mutua. -lapercepcién del PHCD, porlos beneficiarios directos e indirectos, como un programa de ayuda y de complemento del ingreso familiar y no como un programa de atencién integral a nifios de escasos recursos -la inversién de prioridades; el fin (la atencién a los nifios) pasa tener una importancia secundaria, mientras que otras actividades, como las administrativas, polftico institu- cionales y protocolares adquieren una mayor relevancia IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACION EN LOS PRO- GRAMAS SOCIALES Definimos nominalmente la par- ticipaci6n como un hecho social complejo, integrado e intersectorial, en el cual las personas y/o grupos, poseen un sentido de cooperacién y solidaridad, emprenden acciones, consciente y organizadamente, esti- mulados por sus propios pensamien- tos y necesidades, las gestionan auténomamente, y ejercensobreellas loscontroles necesarios paraellogro de objetivos comunes 0 complemen- tarios, todo ello en procura de un mejor desarrollo personal y colecti- vo. La participacién implica un pro- ceso de-cambio de la conciencia in- dividual y grupal, que requiere tiem- po, compromiso y esfuerzo. Su apren- dizaje y practica es dificil por cuanto no s6lo depende de factores perso- nales intrinsecos, sino de factores que tienen que ver con la estructura socio-econémica y el sistema politi- co dominante. Debido a la crisis por la que atraviesa nuestro pafs, estos factores se han constituido en un obstaculo a ciertas formas de partici- pacién deseables y en un determi- nante de conductas y modos de hacer y ver las cosas que impiden ala poblacién el desarrollo de mejores formas de vida. El componente de la participa- ci6n aparece de una manera explicita en la polftica social venezolana, ubi- cada de manera concreta en el desa- rrollodelos programas sociales. Esta presencia ha estado determinada y caracterizada hist6ricamente por el tipo de nexo que se da entre el Estado y la sociedad civil. De acuerdo conel VIII Plandela Naci6n (1989-1994), la participa- cién es considerada como un medio y como un fin: su objetivo es lograr FERMENTUM = @ = «17 — —— iD “el desarrollo aut6nomo de la socie- dad civil”, al mismo tiempo, es con- cebida como una estragegia a través de la cual se busca alcanzar “niveles superiores de calidad de vida”. yCOMO SE PUDO CONSTATAR EL “DOBLE DISCURSO”? El objeto de investigacién fue considerado desde dos planos analf- ticos: el referencial o contextual, y el casufstico, en otras palabras, inten- tamos llegar a las cuestiones particu- lares y primarias desde una visién general. De esta forma pudimos ana- lizar mejor Ia relacién entre el dis- curso, que corresponde a lo general referencial (como 1a teorfa y los as- pectos programéticos e instituciona- les) y la practica, que contempla los casos particulares y la propia expe- tiencia® Desde nuestro punto de vista, la faltade concordanciaen|aparticipa- cién constituye una de las principa- les razones por las cuales los progra- mas sociales fracasan 0 dejan de funcionar. Entendemos el discurso de la participacién, como la expre- si6n formal y elaborada de un modo de concebir y expresar las relaciones sociales, queen nuestro caso, corres- ponde a nivel gerencial-planificador del programa, y la préctica, como la expresi6n concreta y natural, 0 no elaborada, de una manera de ver el mundo social, y que corresponde ai nivel operativo-ejecutor del progra- ma. Para analizar la relacién discur- so-practica, aplicamos la ldgica inductiva-deductiva: en primer lu- gar, exploramos la situaci6n a partir 18 © FERMENTUM de la propia experiencia y la obser- vacion directa de los hechos, y en segundo lugar, describimos la reali- dad apoydndonos en la teorfa exis- tente sobre la materia y en los resul- tados de otras investigaciones perti- nentes. Las dos dimensiones objeto de andlisis (la dimensién tedrica y la dimensi6n prdctica) la trabajamos, respectivamente, valiéndonos del andlisis tematico 0 de contenido de los documentos generales de car4c- ter ptiblico elaborados en, por y para el programa, y através de las fuentes primarias que reflejan los modos de ser y de hacer del personal técnico u operativo del programa. LA PARTICIPACION SOCIAL EN EL PROGRAMA HOGARES DE CUIDADO DIARIO La participaci6n aparece en to- dos los documentos como el compo- nente central del Plan de Extensién Masiva del PHCD, aunque su énfa- sis varfe notablemente de un docu- mento a otro, entre otras razones, debido a las presiones que sufrié el programa como consecuencia de su masificacién iniciada en 1989, y que significé que la participaci6n se tu- viese que relegar a un segundo pla- no. Con base en el andlisis se puso observar conclaridad el desfasamien- to que se produce entre la prédica institucional y el funcionamiento teal. Aunque formalmente la geren- ciaen ningtin momento desestim6 la importancia de la participacion dela comunidad en la asunci6n y apropia- cidn del programa, la fuerza de los hechos oblig6 a prestar mas atencién al logro de las metas numéricas pro- puestas para la masificaci6n, que al saldo organizativo que permitirfa la consolidacién futura del programa en manos de la propia comunidad. Cuando en el PEMPHCD se se- fiala la participaci6n de la comuni- dad, ésta aparece ubicada de una manera concreta, observable y tan- ible en el hogar de cuidado diario. Se hace menci6n no s6lo dela comu- nidad, sino también de la organiza- ci6n comunitaria y los grupos fami- liares, tanto de la madre cuidadora, como de la madre biolégica. No obstante, y pese a que no es posible postular normativamenteuna situaci6n de participaci6n si no exis- ten las condiciones mfnimas para queeste procesoselleveacaboenun breve tiempo, enel PEMHCDellase indica como un supuesto y luego se olvidan de ella. En un sentido estric- to, para la generalidad de los grupos involucrados, su participacién se li- mita exclusivamente a prestar 0 reci- bir (parcialmente) un servicio. La consideraci6n de los hechos eviden- cian que serfa un error afirmar que hay una actitud predominantemente © potencialmente favorable de las madres cuidadoras y madres biolé- gicas hacia las actividades que se realizan en el HCD. La teorfa nos informa, y la expe- tiencia lo corrobora, que el involu- cramiento de la comunidad en los procesos sociales inducidos exter- namente (‘“‘participaciOn suscitada’”), aun cuando sean un beneficio direc- topara ella, se dan luego de una larga y, a veces, accidentada promoci6n, HOGARES DE CUIDADO DIARIO La integracién de la comunidad no es posible o no tendrfa sentido si antes no se involucran los grupos directamente relacionados. E|] PEMHCDplantea claramente dos grandes objetivos centrales y un tercer objetivo lateral: brindar aten- cin integral a la poblacién infantil de 0 a6 afios, promover el desarrollo social de las comunidades atendi- das, y servir de plataforma para el desarrollo cogestionario de progra- mas institucionales (que es posible si se logran los dos primeros). Pese al mantenimiento formal de los objetivos programéticos, cuando se examina de cercael contenido yla percepcién de ellos, es inevitable pensar que quienes los formularon quisieron dejar un campo abierto ala ambiguedad. En la prdctica la for- mulacién de los objetivos no se ha mantenido igual en el transcurso del PEMHCD. No solamente ha habido un cambio de forma, sino un cambio en la concepcién, lo que reafirma la falta de coherencia en el discurso. En 1988 se hacia énfasis en la necesidad de alejarse del asistencia- lismo, y enel carécter participativo y solidario del PEMPHCD. Esté4 pre- sente la idea de la sinergfa, a la cual se le da gran peso. En ningtin mo- mento se refleja, de manera explfcita la idea de la masificaci6n ni la de focalizacién. En 1989 se dejadelado la sinergfa para hacer énfasis al mis- mo tiempo e igualmente en la masi- ficacién y en la focalizacién (!). El aspecto participativo se plantea aho- ra como una situacién “piloto” dan- dosele muy poco peso, pero sigue presente de manera general, como un saludo. FERMENTIM © 19 —_——+_——_ rr Los mismos objetivos se mantie- nen en los documentos de 1991 a 1993, cuando se trata de integrar los dos aspectos anteriores (masificaci6n /focalizaci6n), equilibrandolos. Se reconoce el car4cter compensatorio y asistencialista del PEMPHCD y la focalizacién. Avin asf se mantiene la idea de sinergfa vinculada a la parti- cipacién. Enlanuevaperspectiva del PEM- PHCD, se presupone o se da por hecho la organizacién y participa- ci6n comunitaria. Aparece ya no como un fin, sino como el medio de lograr un objetivo atin més amplio: la masificaci6n del programa HCD. En este momento, la participacién “colectiva, responsable, activa y crea- tiva” es la mejor forma de garantizar lamasificaci6n”, preservandolaefec- tividad, calidad y transparencia en los procesos”. En este contexto la participaci6n aparece entonces como un medio, pero no tanto paramejorar la calidad de vida, como para alcan- zar las metas del PEMPHCD, es decir, una participacién condiciona- da, no genuinae instrumental, segin la definici6n que adoptamos al ini- cio. La extensién masiva del PHCD no surgié de la iniciativa comunita- ria, sino de una decisién de emergen- cia que se adopté en forma centrali- zadaen los altos niveles de gobierno. Los responsables del programa su- ponfan que si disponfan de grandes recursos, podrfan masificar y, al mis- mo tiempo, brindar una cobertura social mas amplia a los sectores més vulnerables. Pero las buenas intenciones no bastaron. La masificacién desvirtué 20 «© FERMENTUM el programa, en contraste con la for- ma como fue originalmente conce- bido. No solamente no se pudieron cumplir razonablemente las metas Propuestas, sino que se afecté sensi- blemente el resultado positivo quese habfa alcanzado hasta ese momento. La masificaci6n provocé una acumulacién de expectativas en la poblacién que no se pudieron cum- plir, por lo cual agreg6 problemas nuevos a los problemas que ya te- nfan las comunidades, ya que mucha gente creyé que e) programa les re- solverfa toda clase de necesidades, no solamente econdémicas, sino de arreglo de viviendas y favores diver- sos como ventajas para acceder a servicios médicos legales, o para in- terceder por familiares desemplea- dos, presos o reclutados. Ello en realidad significé una mayor burocratizacién del progra- may el desv{o de los objetivos origi- nales, pues a éstos se le superpusie- Ton otros objetivos nuevos y no necesariamene complementarios. Hoy, después de la masificacién, se puede apreciar que el programa cum- ple una variedad de objetivos institucionales, ocupando el objeti- vo social una posicién subalterna. De ahf que se podrfa afirmar que el programa persigue dos tipos de obje- tivos: los manifiestos y los latentes. Los primeros corresponden alos que se suelen mencionar de manera ex- plfcita en los documentos puiblicos y en las declaraciones formales de los funcionarios; enellos siempresehace alusién a los beneficios que se estén prodigando al nifio, alas madres, ala familia y alacomunidad. Los segun- dos, que a veces reciben una gran HOGARES DE CUIDADO DIARIO atenci6n, son los de orden adminis- trativo y social (en el sentido de las relaciones publicas), pues no se pue- de obviar la importancia que adqui- ri6 este programa como una forma de cubrir asuntos de protocolo, de Trepresentatividad y de relaciones publicas (“lobbie”) en nombre de la infancia. EL FUNCIONAMIENTO REAL DEL PHCD Deseamos advertir que, al pre- sentar la realidad de los HCD, no pretendemos hacer una critica des- calificadora del programa, sino Ila- mar la atencién hacia una cantidad de aspectos, tal vez mintisculos 0 rutinarios, pero que son los auténti- cos “nervios” del sistema, pues son, en tltima instancia, los puntos ter- minales donde est4n ubicados los dolientes de carne y hueso, personas que generalmente no comprende, por ejemplo, sobre ajustes a la automati- zaciOn de los procesos administrati- vos sectoriales y otros mecanismos por el estilo. En las supervisiones realizadas en 1992 secomenzarona notar situa- ciones que afectaban el normal fun- cionamiento del PHCD, principal- mente en las zonas donde se habfa establecido el programa en forma masiva a través de la modalidad de exoneraci6n. Se observ6, por ejem- plo, que una cantidad significativa delos nifios inscritos no estaban asis- tiendo a los HCD y que un nimero significativo deellos aparecfan como activos, cuando en realidad no esta- ban funcionando, es decir, MC que se suponfa debfan estar cuidando un nimero determinado de nifios, no lo estaban haciendo. Los informes que analizamos evidencian, tanto para 1992 como para 1993, una sensible disminucién en la frecuencia de supervisién de los promotors y supervisores y, por ende, la disminuci6n de las activida- des de apoyo y orientacién a las MC y MB o representantes. Este hecho trajo como consecuencia un alto por- centaje de MC que incumplfan Ja normativa de funcionamiento y un alto nivel de representantes reacios a cumplir los requisitos de permanen- cia de los nifios en el HCD. Otra situaci6n que empez6 a presentarse con relativa frecuencia fue la sus- pensidn de actividades en los HCD debido a que las MC se molestaban por los retardos en el pago de los aportes mensuales que les adeudaba la FN. Durante el afio 1993 la inasisten- cia de nifios a los hogares se torn6é més grave, especialmente en los HCDE. E1 promedio de asistencia fue de 58%, considerado bajo en relaci6n al 75% considerado acepta- ble. Asfmismo, dado el poco interés de los representantes en inscribir a sus nifios en ellos, apenas se observ6 un promedio de tres nifios inscritos por HCD, cifra considerada muy baja con relacién al promedio aceptable de 7 nifios. Atin cuando tres nifios inscritos es lo m{nimo aceptado para que funciona un HCD, no es consi- derado como un promedio acepta- ble, pues éste no funciona en toda su capacidad. Aunado aesto, se dificul- taba conseguir promotores residen- ciados 0 dispuestos a residenciarse en las zonas rurales alejadas, motivo FERMENTM © 21 rr por el cual no se realizaba el debido control y supervisién de estos HCD. De acuerdo con la muestra (ver Cuadro 1) de HCD supervisados en los afios 1993 y 1994, se observ6 que solamente el 24% de ellos presenta- ba buen funcionamiento y cumplfa conla normativa establecida; el 37% funcionaba en forma regular, pues no cumplfa la normativa en uno o dos de los aspectos evaluados; el 39% tenfan un funcionamiento defi- ciente, ya que no se cumplfa la nor- mativa en mds de dos aspectos de los cinco evaluados. A partir de estos resultados, po- demos inferir que en el 76% de los HCD nose observan comportamien- tos o formas de hacer las cosas que nos indiquen que las personas optan esponténeamente por mejorar su ca- lidad de vida. En estos casos el 37% de las MC est4n dispuestas a coope- rar atin cuando se les dificulta hacer- lo, pero siempre y cuando el promo- torlogre convencerlas. El 39% delas MC no muestran ninguna disposi- ci6n a cooperar o se muestran negli- gentes. CUADRO 1 SITUACION GENERAL DE LOS HOGARES DE CUIDADO DIARIO (JUNIO 1993-JULIO 1994) Mesiatio —-Regién 6m 71(11%) 35 (4%) 2 43 34 ‘Adisloncia% —Problemas més graves Foca dads spain ori bichon footed oo is pra ri cna ieee 72 (4%) 87 (6%) 75 (21%) Leyenda: MV: Munteiplo Vargas; EM: Estado Miranda; AMC: Area Metropolitana de Caracas. Fuente: Elaboracién propia a partir de los Informes de supervision realizados por la DSE de la DEPHICD de la FN RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE CASOS Junto al andlisis estadfstico y de contenido documental, se hizo el andlisis e interpretacién dela partici- pacién en el PHCD a partir de los testimonios personales de los impli- 22 = «© ~=FERMENTUM cados directamente en el programa, incluidos, los de la autora de este trabajo, MC, MB o representantes, promotores y supervisores. Elincumplimiento dela norma- tiva, en mayor o menor grado, refleja notoriamente la incapacidad de las MC para desempefiar cabalmente la delicada labor que se les ha enco- HOGARgS DE CUIDADO DIARIO mendado. La mayorfa de las veces, las MC no estén dispuestas 0 intere- sadas en aprender o adoptar nuevos modos de hacer 0 cambios desea- bles de costumbres, necesarias para mejorar la calidad de vida del grupo familiar y de los nifios bajo su res- ponsabilidad. Siempre encuentran excusas 0 pretextos para evadir los compromisos. La forma en que funciona un HCD depende del tipo de relacién que se establece entre tres actores fundamentales: la MC, la MB 0 re- presentante y el promotor. Esta rela- ci6n depende mucho de la actitud que cada uno tenga hacia el HCD y de los matices personales (grado de simpatfa) entre ellos. Enel caso de los HCD con buen funcionamiento, esta relacién es de mutuo entendimiento, no depende de una sola persona, sino.de todos los interesados 0 lamayorfade ellos, quienes se ponen de acuerdo para que as{ sea. Logran dejar de lado intereses exclusivamente inmedia- tos e individuale, y actuar por un interés comin. Atin cuando cada uno pueda tener necesidades e in- CASOS CON BUEN FUNCIONAMIENTO Descripcién del caso BFHCD. 1 tereses diferentes, éstos se las inge- nian para complementarse y con- fluir enel HCD. Cada quien aportar y recibe de acuerdo a sus capacida- des y necesidades. Ello ocurre, fe- lizmente, cuando los diferentes ac- tores tienen esquemas referenciales que les permiten valorar positiva- mente lo que les ofrece el HCD. En los HCD con regular y mal funcionamiento, ocurre lo‘contra- rio, en menor o mayor grados, los intereses y necesidades de cada uno de los actores no confluyen. El inte- rés inmediato de cada quien preva- lece sobre el interés comiin: sus es- quemas referenciales son distintos y se oponen. A continuaci6n se describen e interpretan ocho casos que corres- ponden a diferentes tipos de HCD, segtin la forma en que cada uno funciona. En la interpretacién de cada uno de ellos se especifican las condiciones y causas que hacen que los mismos sean clasificados como de buen funcionamieno (BFHCD), regular funcionamiento (RFHCD) o mal funcionamiento (MFHCD). Interpretacién de Ia situacién BFHCD. 1 EI hogar inicié sus actividades en 1989, esté situado en una de las urbanizaciones del INA- VI (Instituto Nacional de la Vivienda), donde Las MC colaboradoras, con actitud favorable hacia el programa, estén convencidas de que cumplen més que con un trabajo, con una labor vocacional de ayuda a nifios y ma- dres trabajadoras, en busca de tra- bajo o de escasos recursos, y ade- més obtienen un ingreso extra por hacer algo que les agrada. Son re- ceptivas alas observaciones y orien- Jas casas son uniformes, algunas permanecen tal cual como hace 20 afios, otras han sido ampliadas y remodeladas. Este ultimo es el caso del HCD visitado: la casa es espaciosa, decorada con cuidado, predomina el orden y la limpieza. Al encontrarse, la MC y la promotora sesaludan con afeco, la promotora pide alaMC FERMENIUM © = 23 que le cuente si por fin resol vid la situacién que laocupaba una semana atrés, Casi que ignoran nuestra presencia, al momento, nos advierten y nos presentamos. La MC nos invita a pasar para que conozcamos a los nifios. Estos rodean a la promotora quien saluda a cada uno por su nombre, luego nos miran con curiosidad, ,cémo te lla- mas?, ,cudl es tu nombre?, ;qué es esto? yes tuyo?, préstamelo, preguntan y tocan. La MC nos comenta que cuatro de los nifios asisten al preescolar, su hija fue a Hevarlos y ya debe estar de regreso. Las madres de los nifios confian plenamente en ellas. Su hija es quien le ayuda a cuidar los nifios, pues sola no podria con los 11 nifios que asisten regularmente. El promotor busca el cuaderno de control, nos lo entrega y podemos notar al leerlo que éste escribe sus observaciones mensualmente. LaMC interviene paramostrarnos, orgullosa,elregistrode controles que ella lleva personalmente. Ideé una forma mAs practica de hacerlo, lo cual le facilita el trabajo. Descripcién del caso BFHCD. 2 Para legar al hogar hay que hacer un largo recorrido. Cuando el vehiculo nos deja en la puerta del hogar, yael Promotor nos trae mareadas con su igualmente larga queja debido a lo penoso del trayecto. Entramos al HCD y nos presentamos. La MC esté visiblemente sorprendida y agradada por la visita, desde sus inicios en septiembre de 1993 no habfa sido supervisada. Inmediatamente nos invita a pasar, nos presenta a los nifios, s6lo cuatro (4) de los seis (6) inscritos, uno de ellos es su hijo, quienes dibujan entretenidamente sobre la mesa del comedor, pues no le han entregado el pantry ni el resto de la dotacién. La MC nos informa que los otros dos nifios no est4n presentes porque sus madres los lievaron a consulta médica, va hacia la cartelera y nos enseiia copia de las citas médicas. Segtin podemos ver en el control de asistencia, los dfas anteriores han asistido regularmente. Nos ensefia un rincén de la casa donde ha hecho un ambiente de juego para los nifios, hay una cartalera donde estén expuestos, al alcance de sus manos, los tltimos dibujos hechos por ellos. La casa es humilde y cuidada con esmero. Junto con nosotros el promotor recorre la casa con curiosidad, ajeno, como si no la hubiera visto hasta ahora. La MC desea presentarnos a una persona de programa tenga una fuerte demanda y searequerido con insistencia. La asistenciade nifios es alta, los represen- neamente, pues valoran po- quecen la relacién, pues la concibe como una relacién entre iguales. taciones que se le hacen, y solicitan informacién cons- tantemente. Contribuyen a que el tantes colaboran esponté- sitivamente la labor de la MC. Aesto se suma el apo- yo de un promotor que apor- ta sus conocimientos y faci- lita los procesos que enri- Interpretacién de la situacién BFHCD. 2 Es una situacién parecida ala anterior, con la diferencia de que el promotor no juega nin- guin papel relevante, pues pa- rece que se limita a realizar actividades administrativas: ni apoya ni obstaculiza la rela- ci6n entre MC y MB. Los acuerdos se dan entre laMC y las MB. Aunque en este tipo de HCD se corre el riesgo de que el promotor obstaculice la, labor de la MC debido a que no maneja la misma concep- cidn que ésta respecto a la educaci6n de los nifios y la Participaci6n. En este sentido, llama la atencién que el fun- cionamiento ideal est4 asocia- do con la devocién y el com- promiso hacia lo que se hace. Fundamentalmente se aprecia esto entre quienes creen fir- HOGARES DE CUIDADO DIARIO quien habla con carifio, es el hijo de su hermana, quien vive con ella y en ese momento esté en el trabajo, nos informa. Al ver al nifio, el promotor reacciona extrafia- do y con pose de acusador, ante lo que segtin parece, considera perjudicial para el HCD. El nifio de 9 afios, est4 acostado en una pequefia cama, imposibilitado de valerse por sf mismo. La MC nos cuenta cémo ha sufrido su hermana debido a la poliomielitis crénica de su hijo y ala imposibilidad de conseguir alguien, hasta ahora, que lo cuidara y le permitiera trabajar. La MC se siente satisfechade poder ayudar a su hermana y alavez mantener el HCD, manifiesta que siempre le han gusta- do los nifios y lo que hace le permite tener un ingreso sin salir de su casa. Al notar la reaccién del promotor, la MC le dice que no se preocupe pues el cuidado de su sobrino no interfiere en el cuidado que da a los otros nifios. Descripcién del caso BFHCD. 3 Este es e] tiltimo hogar que visitamos en este sector. Seguin el promotor es uno de los fundadores del progra- ma en el sector, fue abierto en 1991 y es uno de los que mas trabajo le da, pues constantemente tiene que estar lidiando y persuadiendo a las MB. Nos informa que sabe que estas madres necesitan que les cuiden a sus hijos y que por mas incumplidas que se pongan siempre “terminan derechitas”. Estamos en el hogar, después de la formalidad de la presentaci6n y el saludo, la MC nos invita a tomarnos un café y nos damos cuenta del orgullo que ésta sefiora siente por su hogar, donde todo esté reluciente y perfectamente ubicado. Hasta los nifios se ven bien, en un 4rea especial para ellos, amplia y decorada alegremente, donde pueden jugar sin ser molestados y sin molestar. Comenzamos a hablar sobre los nifios, e inmediatamente a MC, dirigiéndose al promotor, se refiere a una de las madres de los nifios, le comenta, “tu sabes quien, se volvié aechar a perder”. Al momento le pide escriba una nota para ella donde le recuerde que debe cumplir con el horario, la racién de fruta semanal y la colaboracién para comprar el bote- ll6n de agua. Antes de terminar la visita, el promotor escribe la nota, donde cita a la MB a la oficina y adem4s memente que el programa ayu- da a los nifios. En este caso, se trata de una MC que est espe- cialmente agradecida a la FN por brindarle, ademAs, la opor- tunidad de resolver un problema familiar: el de su hermana y su sobrino. Interpretaci6n de lasituacién BFHCD. 3 Para las MB el HCDes primor- dial, lo necesitan, pero no lo valoran suficientemente por- que no han aprendido a hacer- lo, es por ello que se les debe recordar de manera permanen- te sus deberes. Su nivel de colaboracién dependedela pre- si6n que sobre ella ejerzan la MC y fundamentalmente, el promotor. Por otra parte, un hecho que desconcierta es que el pro- motor se queje de lo que se supone debe ser su ocupacién, Aunque en este caso se aprecia que el promotor actia con diligencia, lo hace em- pleando sus propios métodos (organiza su trabajo asumane- ra), que aplicando recomenda- ciones institucionales, FERMENTUM @ 25 Je recuerda que nose le permitiré la entrada del nifio al hogar hasta tanto o se ponga al dfa. El promotor nos explica por qué lo hace, aunque ya sabemos que es un recurso usado cominmente, vélido como medida de presién para los representantes que nocumplen. (CASOS CON REGULAR FUNCIONAMIENTO Descripcién del caso RFHCD. 1 El hogar esté ubicado en un sector donde sélo hay dos HCD, que funcionan desde julio de 1993, y varios Tepresentantes esperando cupo para sus hijos. Al llegar, nos recibe una sefiora, que creemos es la MC, pero no es as{, pues extrafiamente ésta ha permaneci- do indiferente ante nuestra presencia. nos acercamos aellay tratamos de entablar conversaci6n, sin mucho éxito, Siendo las 12 del mediodfa, hora del almuerzo para los nifios, no se ve que éste haya sido preparado, se le pregunta por la causa de esa situaci6n y ella’ responde, de mala gana, que los tres nifios que estén en el hogar son bebés, por tener menos de dos afios, y ya les les dio sus respectivos teteros, y por lo tanto no van acomer. Tratamos de continuar con la super- visién, un tanto inc6modas por la actitud de la MC, quien ha sido grosera hasta con el promotor. Adver- timos situaciones que pueden ocasionar accidentes (velas encendidas al lado de sustancias inflamables al alcance de los nifios, etc.), hacemos un comentario a la MC al respecto y ésta reacciona visiblemente molesta, no dice nada y luego amenaza con paralizar las actividades porque no ha cobrado sus aportes. Descripcién del caso RFHCD. 2 En este barrio s6lo hay cinco HCD, bastante alejados unos de los otros. El lugar tiene un aspecto laberinti- co: callejones y escaleras por todas partes, las casas son del tipo prefabricadas, todas las esquinas parecen iguales, Llegamos al hogar, laMC nos recibe amable- mente, y enseguida se muestra apenada al comentarle al promotor que seguin lo acordado se dedicé a buscar 26 © FERMENTUM revela como una persona sencilla, de} buen gusto, preocupada} y disciplinada. Interpretactén de la situacién RFHCD. 1 Se trata de una situaci6n en la cual las MC son poco receptivas y en lugar de colaborar, por el contrario, tienden a obstaculizar, como si te- mieran algo, no dan informaci6n, ni aceptan observaciones ni sugeren- cias. Lo curioso de la situacién es que, si bien no estén interesadas en cuidar nifios, se niegan a cerrar el HCD, pues lo usan como una mane- ra de obtener fécilmente un ingreso extra y nada mds. E! promotor man- tiene el HCD porque considera que ¢s necesario en el sector y no es posible abrir otros, también porque enel fondo piensa que los cierres de los HCD le pueden perjudicar en su Prestigio como trabajador social. En este caso vemos una desviacién de los objetivos, los nifios aparecen como un velo que ocultala verdade- ra realidad. Interpretactén de la situacién RFHCD. 2 Se trata de un HCD que se abrié sin que se hubiese hecho un estudio de factibilidad y sin un debido conoci- miento dei barrio. La MC parece estar favorablemente dispuesta aco- laborar, pues ha hecho intentos por poner a funcionar el HCD. Encuanto ala MC, Esta HOGARES DE CUIDADO DIARIO nifios, pero por mds que lo intent6 no pudo conseguir mAs para inscribirlos en su hogar. S6lo asisten dos nifios de los cinco que tiene inscritos, los otros tres ni siquiera llegé a conocerlos. Tanto la MC como el promotor, deducen que parece no haber personas inte- resadas en inscribir nifios en el HCD y las que inscriben sus nifios no saben por qué lo hacen porque luego no aparecen. El promo- tor nos dice que cuando realiz6 la aperturade este HCD en 1992, lo hizocon tres nifios, dos de los cuales eran hijos de la MC, el mfnimo permitido. Actualmente los hijos de la MC son mayores de 6 afios, por lo cual fueron egresados del HCD. CASOS CON MAL FUNCIONAMIENTO Descripcién del caso MFHCD. 1 Después de esperar 30 min., y debido a que no dispone- mos de mucho tiempo, decidimos no continuar espe- rando a la promotora, que nadie sabe dénde puede encontrarse. Afortunadamente contamos con la ventaja de hacernos acompaiiar por un chofer que siempre nos saca de apuros, al conocer y recordar casi todos los lugares donde hay un HCD, vamos a buscar los HCD nosotros mismos. Al llegar al sector, después de mucho errar, |legamos a uno de los HCD buscados. En este nos recibe la MC, una sefiora de unos cincuenta afios, ansiosa y agradecida por tener, al fin, alguien a quien contarle lo ocurrido hasta ahora en su hogar. Nos dice sentirse cansada y enferma, por culpa de los padres de Jos nifios que cuida y porque no le han depositado en el banco el dinero de la alimentacién y cuido de los nifios del mes pasado. Al mismo tiempo dice sentir lfstima al pensar que esos nifios, a quienes les tiene carifio, nece- sitan ser mejor atendidos y que sus padres ni lo hacen ellos ni dejan que otros, como ella, lo hagan. Cuenta que hace dos d{as discutié con la mamé de dos de los nifios que cuida, y se le subié la tensién. Le reclamaba el descuido en que tenfa a los nifios a quienes vefa durante el fin de semana deambulando por la calle, sucios y En cuanto al promotor, se aprecia que su mayor prioridad es el cumplimieto de la meta de apertura, sin embargo, vemos que no realiza directamente su oficio, sino que pone a la MC a realizar su trabajo de promocién. Evidentemente ni el promotor, ni la MC han averiguado las causas de la inasistencia de los nifios, simplemente se limitan a referir lo que sucede. Se supone que al inscribir los nifios, debe haberse lenado una historia social con todos y referencias de] caso para que en caso de algtin problema, como serfa Ia inasistencia frecuente, se pueda resolver a tiempo lo que la produce. Interpretacién delasituacién MFHCD. 1 La MC tiene una actitud varia- ble hacia el HCD, por momen- tos se muestra bien dispuesta y favorable y con deseos de ayu- dar @ los demas, pero en la medida en que ella pueda ayu- darse as{misma. Pero no obtie- ne el respaldo de las MB, nila orientacién del promotor. Adn cuando las MB necesitan el HCD no se involucran en su funcionamiento debido a que no sélono les interesa, sino que pareciese que pensaran que los demas (el Estado) deben tener la obligacién de ayudarla con sus hijos. Por su parte la MC deposita esta responsabilidad enlaMB. Osea, se produce una transferencia de responsabili- dades. Por otra parte, resulta esclarecedor el hecho de que la relaci6n entre el promotor y la FERMENTUM © 27 descalzos, ademés el haberle llevado el dia ante- | MC, cuando se da, ocurre dentro de rior, como colaboracién por el atraso en el pago, | limites mds bien formales, como si se un atol piche. La MC dice que asino puede seguir, | tratase de una relacién laboral. En este ha pensado en cerrar el HCD, el cual mantiene | sentido, vale indicar la marcada pre- desde 1990. Mientras, ha decidido no recibir alos | ocupacién y desagrado de la MC (ha- nifios y esperar a que la promotora “aparezca” y | cia el promotor) por el atraso en el resuelva. pago. Interpretacion de la situacién MFHCD.2 Es un hogar que refleja abierta- mente los problemas persona- les y econdémicos que esta vi- viendo la MC, la cual justifica el abandono en que se encuen- tra el HCD aduciendo que es por culpa de la FN, que no le ha cancelado correctamente sus pa- gos. Es evidente que la MC no es receptiva, ni esta interesada en el buen funcionamiento del HCD, sino en otros problemas. Se nota claramente que utiliza el HCD como una excusao una forma de resolver alguno de sus problemas, pero al ver que no le funciona como esperaba, en- tonces decidi6 echarse al aban- dono. De ahi que proyecta en el promotor y en la supervisora la culpa de su situaci6n. Descripcion del caso MFHCD. 2 E1HCD funciona en un superbloque, cuyas escaleras son “bocas de lobo”, oscuras y peligrosas. Tocamos la puer- ta, nos abren y vemos luz. Suficiente como para notar la gran desorganizacion y ausencia de higiene que impera en todo el apartamento, las paredes y piso sucios, un perro maloliente sobre un sofa roto, moscas alrededor de desperdicios de comida atin sin recoger, etc. Ya nos habia advertido el promotor sobre esta MC, que no acostumbraba a tener tantas fallas juntas, pero de un tiempo a esta parte hace caso omiso a las orientaciones que se les da. El promotor se muestra extrafiado y nos asegura que la MC, aunque no era perfecta, se hacia llevadera en cuanto a las instrucciones. Nos presentamos ala MC, quien de inmediato tuvo un gesto reacio hacia nosotras, y al oir nuestros planteamientos acerca de la situacion de su hogar, nos interrumpio para decirnos que era facil hablar de eso, pero que llega un momento en que las personas se cansan, mas atin si nadie la ayuda. Insistidé en que ya estaba harta y decepcionada de tener el HCD porque, ni los representantes cumplen con lo que les corresponde, que es poco y ni agradecen. Ademias, dijo, la “Fundacidn” exige y no paga cada quincena como debe ser. Agreg6, que en sus inicios como MC en 1989 “por lo menos los reales le alcanzaban para algo, ahora ni eso”. 28 © FERMENTUM Hoeares DE CUIDADO DIARIO Descripcién del caso MFHCD.3 Aunque luzca insélito, la promotora no recuerda donde quedael HCD al cual nos conduce. Para poder llegar a él preguntamos a varias personas, la mayoria no tenfa idea de que existiese un HCD en el sector, pese a que éstos fueron abiertos en julio de 1991 y son muy conocidos por la placa y el logotipo que se coloca en la fachada de la vivienda. Finalmente una sefiora nos indicé el lugar, tocamos a la puerta de la casa y no obtuvimos respuesta. La promotora lam a la MC por su nombre, y en ese momento, por la ventana de la vivienda se asomé una nifia como de cinco (5) afios, y nos dijo “mi mamé no est”, ,dénde est4?, preguntamos, y nos respondid: “en casa de la comadre”. Nos quedamos conyersando con la nifia mientras la promotora salfa a buscar a la MC. En efecto la seiiora estaba visitando a una vecina. Como si nada, nos saluds y abrié la puerta de su casa. Apenas si cab{amos adentro, el comedor, la sala y la cocina era todo en un mismo ambiente, ademés todo estaba en completo desorden, peroles por todos lados, el lavaplatos Ileno de platos sucios, la cama Ilena de ropa, etc. Al verificar el registro de asistencia no podfamos creer que hubiese nueve nifios inscritos en un lugar donde ni cuatro perso- nas podfan estar cémodamente. La promotora permane- cid inmutable, como si pensara que la cosanoeraconella. .chazo hacia un hogar que pre- Interpretacién de ta situa- cl6n MFHCD.3 Se tratade un HCD abierto sin que se hubiese realizado la debida inspeccién en el lugar. En el momento de la visita ninguno de los nifios inscritos estaba presente, salvo la hija de la MC, lo cual hace pensar que, o las MB no estan necesi- tando el HCD, o sienten des- confianza hacia la MC y re- senta estas condiciones. Por otro lado, se nota que el pro- motor conocia a la MC y su casa, pero se hizo el desenten- dido, pues sabia que ello esta- ba ocurriendo debido a su ne- gligencia. De haber actuado conforme a la normativa él no debia haber permitido la aper- tura, y mucho menos el fun- cionamiento de este HCD du- rante dos aijos y cuatro meses. Fuente: Cuadros realizados por la autora, con informaciéa extrafda de las visitas de supervisi6n en 1994. CONCLUSIONES EI estudio ha revelado que la participaci6n aparece de una manera explfcita, aunqueincoherentemente, enlapolftica social venezolanacomo un componente de los programas sociales, y que esta presencia ha es- tadodeterminada hist6ricamente por el tipo de nexo que se ha establecido entre el Estado y la sociedad civil. En el desarrollo del Programa Hogares de Cuidado Diario pudimos constatar la incoherencia entre el discurso y la practica de la participa- cién. El marco de referencia norma- tivo que condiciona y modela el dis- curso del nivel gerencial (el de los autores) contrasta con las practicas desplegadas por el nivel operativo (el de los actores). El universo lingtifstico concep- tual entre ambos niveles diverge notablemente: en numerosas situa- ciones pudimos apreciar que exis- ten incongruencias en el propio dis- curso, entre éste y la practica, yenla propia prdctica. Las direcciones nor- mativas y los hechos tienden a opo- nerse y hasta hacerse incompati- bles. Un ejemplo de ello es que los nifios, destinatarios por excelencia FERMENTUM © = 29 rE del programa, aparecen como un pretexto que sirve a diversos fines, como por ejemplo: captacién y dis- tribucién de recursos financieros, intereses polftico-institucionales, Telaciones protocolares, etc. El lenguaje en que est4 expresa- do el discurso proyecta una visién del mundo que tiende a interponerse como un obstéculo para que los des- tinatarios del programa puedan com- prender y ejecutar de una manera apropiada sus atribuciones y satis- facer sus necesidades. El discurso estd construido de una manera com- pleja y difusa, que no permite reco- nocer con facilidad sus contenido y el nivel de compromiso que con- traen. Las prdcticas participativas ana- lizadas estén influenciadas por un discurso de gestién y control. Enel desarrollo del PHCD ha tenido ma- yor peso el discurso normativo-ad- ministrativo que la implementacién practica de la participaci6n social. Eneste discurso se parte del supues- to de que, como el programa es bueno, deberfa ser aceptado auto- méaticamente y sin cuestionamiento; las diferencias se pasan por alto, ellas son igualadas en el discurso. EI discurso ha sido estructurado con base en las necesidades de la familia, pero, luego, toma distancia cuando se dirige nuevamente hacia ella, haciéndole ver la conveniencia de su esfuerzo por participar. No obstante, a ella sélo se le reserva la posici6n de simple receptora 0 be- neficiaria, pues el programa no dis- pone de los espacios opcionales efec- tivos que permitan su incorpora- cién, Aunque el PHCD supone y 30 © FERMENTUM exige participacién, no la practica. Por lo tanto no es posible que se dé dentro de su 4mbito el proceso de ensefianza-aprendizaje necesario. La participacién en la fase expansiva del PHCD no pas6 de ser una pseudoparticipacién o partici- paci6n condicionada. La participa- cién aparece como un término ret6- Tico y vacfo, desconectado de su valor social. La orientaci6n, clara- mente participacionista en el pro- yecto, se desvié hacia un programa paternalista, compensatorio y popu- lista. : En cierto modo gran parte de lo que se ha denominado como partici- pacién no ha sido m4s que un con- junto de actividades que han sido més una prolongacién del aparato administrativo del PHCD en las co- munidades, que una respuesta a la iniciativa de éstas. Pero lo que mas llama la aten- cin es la reiteracién del doble dis- curso: aun cuando en el discurso del PEMPHCD se admite explicitamen- te su cardcter compensatorio y asistencialista, al mismo tiempo se mantiene la propuesta de la partici- pacién autogestionaria como una exhortaci6n. EI an4lisis mostré que existe in- comunicaci6n entre la base del PHCD (nivel operativo y de ejecu- ci6n) y laestructura jerarquica admi- nistrativa (nivel gerencial, de polfti- ca y administraci6n), y que ello es una consecuencia de los dos marcos de referencia que no Ilegan a cruzar- se efectivamente. Enlapuestaenpracticadel PEM- PHCD, prevalecieron las posturas asistencialistas y paternalistas, fuer- HOGaARES DE CUIDADO DIARIO temente enraizadas en la estructura politica y administrativa del pafs. Asimismo, en las decisiones polfti- cas predominaron intereses ajenos a las necesidades reales de las comu- nidades, a los objetivos programati- cos y a las expectativas de los diri- gentes comunitarios. Se evidencié que en el PHCD, persiste una mayor preocupacién por los medios que por los fines: la aten- cin integral alos nifios se sacrificé por el cumplimiento de las metas cuantitativas y de otras metas personalizadas. Laexcesiva preocupaci6n porlos medios, patentizada en lainsistencia r abrir y mantener el mayor nime- fo posible de HCD, impidié que se profundizara en aspectos del progra- ma relacionados con la incorpora- cién y participacién de la comuni- dad en la atencién de los nifios. En ningin momento se planted, de ma- nerasistemAtica, lanecesidad de crear incorporar mecanismos generadores de solidaridad y cooperacién mutua. Paraddjicamente, en la medida en que la crisis se profundiz6 y cre- ci el aporte del Estado, a través del PHCD, la participacién disminuy6 junto conel prestigio y lacalidad del programa. Contrariamente al efecto solidario esperado, el PEMPHCD acentu6 el inmediatismo y el indi- vidualismo. El objeto inicial del programa (atenci6n integral a nifios de escasos recursos) se dej6 de lado para dar paso aun nuevo objetivo, redistribuir el dinero en familias donde no habfa ingresos a causa de la situacién eco- némica existente. Las orientaciones normativas que recibfan los promotores reforzaban una estructura de trabajo vertical, contraria a la estructura interactiva, horizontal y participativa planteada en el discurso del PEMPHCD. Contrariamente a la idea de que las MC mantienen los HCD por su vocacién maternal y un sentido am- plio de colaboracién hacia los de- més, en la mayorfa de los casos su incorporacién al PHCD est4 deter- minada por la necesidad de garanti- zar un medio de sobrevivencia y de consumo. Su participaciOn est4 con- dicionada por la obtencién de un ingreso econdémico, lo cual pone en cuesti6n cierto tipo de “voluntaria- do”. RECOMENDACIONES De ahf que se haya propuesto una reflexién seria y sistematica acerca de la autoconsistencia social de los programas participativos, en el sen- tido de vincular l6gica y éticamente, los medios y los fines, los autores y Jos actores. En otras palabras, postu- lamos que la participacién social auténtica deberfa estar caracterizada porloselementos indicados en nues- tra definicién nominal de trabajo. Se deberfa trabajar en la creaci6n © invenci6n de una contraideologfa de la participacién, es decir, en una proposicién que supere los aspectos de gestién administrativa y de con- trol instrumental que separan la con- cepcidn delaejecucién programatica y desconocen la especificidad de las experiencias y formas subjetivas que configuran la conducta de los acto- Tes. FERMENTUM ® = 31 TT rr Para desarrollar una nueva prdc- tica, auténticamente participativa, es imprescindible que se construya un discurso que no dé por sentado que las experiencias vividas pueden de- ducirse facilmente, o en otras pala- bras, que no reduzca la complejidad de las relaciones sociales a una iden- tificacién elemental de ellas. Es ne- cesario que la propia gente cree y recree su propia historia a partir de sus especificidades e intereses sub- jetivos particulares. Es necesario elaborar un nuevo discurso de los programas sociales que sea capaz de incorporar los defec- tos y fallas dela acci6n y de descubrir nuevas posibilidades de organizacién, entre ellos, los que provengan de las propias comunidades. Para lograr una nueva culturadela participaci6n, ésta deberfa aprenderse y ensefiarse, pero fusionando el pen- samiento y la acci6n, 0 sea, haciendo consistente el discurso y la prdctica. Eneste sentido, la capacitacién de los participantes no deberfa orientarse sOlo a ensefiar una tarea, sino tam- bién a ensefiar a participar en una forma activa, reflexiva, critica y res- ponsable. Los programas sociales deben propiciar mecanismos que faciliten el flujo y el procesamiento de la informacién, y que eviten el uso discrecional de la misma por parte de los funcionarios. A tal efecto, ellos deben contener previsiones e instrucciones precisas que posibili- ten este proceso. Enrelacién con los mecanismos que habria que instrumentar, es ne- cesario que realmente se ponga en practica la delegacién de funciones y competencias al personal de cam- po para que pueda tomar decisiones en su 4mbito de acci6n. Ello, ade- més de flexibilizar las comunica- ciones y servir de canal expedito hacia varias direcciones, genera un efecto pedagdgico, de modelaje y de compromiso. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA BORDENAVE, J.D. “La sociedad participativa”, extract de la Re- vista “Chasqui”, N° 32, 1989, Quito, CIESPAL. p. 18-24, en Lecturas de Extensién. Los cam- pesinos y la participacion, Luz de . América, Quito, 1991, BROUWER, J. y MARTINIC, S. Pro- motores comunitarios: sus aportes ydificultades, Taller técnico, Cara- cas, febrero, 1990, Occasional paper No4, Fundaci6n Bernard VanLeer, La Haya, 1991. 32 © FERMENTUM CARTAYA, V. y Y. D’ELIA. 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